Oh, San Guntrano, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, y su amado santo que distribuisteis
vuestros tesoros entre las iglesias y los
pobres. A pesar de que vuestros pasos no
fueron los de un santo pues, repudiasteis a
vuestra primera esposa, por no haberos dado
más que un heredero. Luego tomasteis una
segunda esposa, quién murió también después
de dar a luz junto con vuestro hijo. Finalmente,
vuestra tercera esposa, os dio dos niños
que murieron jóvenes. Así pues, vos concluisteis
de que vuestro luto, consecuencia era, de
vuestros pecados. Y así, os comprometisteis
a no cambiar de esposa en adelante y adoptasteis
a vuestro sobrino, huérfano de uno de vuestros
hermanos. Os consagrasteis con energía al
cristianismo y con vuestra fortuna a construir
la Iglesia. Pacificador y protector de los oprimidos,
atendíais a los enfermos, erais tierno con
vuestros súbditos, generoso en vuestras limosnas.
Justo en la ley, perdonasteis ofensas contra
vos, e incluso, el intento de asesinaros. Y,
así, luego de vuestra vida gastar, voló, vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona
de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor
oh, San Guntrano, “misericordioso por amor a Dios”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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San Guntrano
Laico
Rey de Borgoña y Orleáns
Martirologio Romano: En Chálon-sur-Saóne, en Burgundia, en Francia, sepultura de san Guntrano, rey de los francos, que distribuyó sus tesoros entre las iglesias y los pobres.
Sus primeros pasos del monarca no fueron los de un santo precisamente. Repudió a su primera esposa, Veneranda, luego de haberle dado sólo un heredero que murió a edad temprana. La segunda esposa, Merestrude no tuvo mejor suerte, murió poco después de su parto junto con el niño. Austrechilde, la tercera esposa, le dio dos niños que murieron jóvenes.
Guntrano, luego de estas vivencias, llegó a la conclusión de que su luto era consecuencia de los pecados cometidos, se comprometió a no caer en la tentación de cambiar de esposa en la búsqueda de un heredero, adoptando a su sobrino Chieldeberto, huérfano de uno de sus hermanos.
En su conversión al cristianismo superó así con remordimiento los actos anteriores de su vida, consagrando su energía y fortuna a construir la Iglesia.
Pacificador, protector de los oprimidos, atendía a los enfermos, tierno con sus súbditos, generoso en sus limosnas, especialmente en épocas de hambre o plaga. Obligaba al correcto cumplimiento de la ley sin favoritismos, perdonó incluso ofensas contra él incluyendo a dos que intentaron asesinarlo.
Murió el 28 de Marzo de 592, fue enterrado en la Iglesia de San Marcelo que él habia fundado, su craneo ahora se conserva en una urna de plata.
Fue declarado santo casi inmediatamente después de su muerte por sus súbditos.
(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)