02 junio, 2012

Santos Macelino y Pedro


Oh, Santos Macelino y Pedro,
vosotros, los hijos sois del Dios
de la vida. Vos, Marcelino,
su sacerdote santo. Y, vos,
Pedro, cristiano de amor lleno
al Señor y que, poder teníais
para demonios expulsar. Ambos,
llevados a prisión fueron por
los enemigos de Dios. Pero,
al hacerlo, jamás supieron que,
las frías paredes de la cárcel
os animarían con más fuerza a
predicar con valor y decisión
de tal forma, que convirtieron
al carcelero y a su mujer y a
sus hijos, y a varios prisioneros.
La rabia entonces inundó el
alma de los tiranos de aquél
tiempo, y decretaron la pena de
muerte sobre vosotros. A ambos
Marcelino y Pedro os llevaron
al bosque llamado “la selva negra”,
y os cortaron la cabeza y en secreto
vuestros cuerpos enterrados .
Pero, crimen perfecto no hay, y,
el verdugo, por vuestra santidad
en la muerte, convertido quedó
y dijo, dónde sepultados estabais.
Y, vuestros cristianos hermanos,
os sacaron vuestros restos y os
sepultaron. Y Dios, jamás os abandonó,
y obró en Constantino, emperador
que, una basílica construyó, en
aquél santo lugar. Y, quiso, que
su santa madre, Santa Elena, allí
fuese enterrada. Y, vosotros, luz
divina recibisteis de eternidad;
Oh, Santos Marcelino y Pedro.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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2 de Junio
Santos Marcelino y Pedro
Mártires
Año 304

El primero de estos dos santos mártires era un sacerdote muy estimado en Roma, y el segundo era un fervoroso cristiano que tenía el poder especial de expulsar demonios. Fueron llevados a prisión por los enemigos de la religión, pero en la cárcel se dedicaron a predicar con tal entusiasmo que lograron convertir al carcelero y a su mujer y a sus hijos, y a varios prisioneros que antes no eran creyentes. Disgustados por esto los gobernantes les decretaron pena de muerte.

A Marcelino y Pedro los llevaron a un bosque llamado “la selva negra”, y allá los mataron cortándoles la cabeza y los sepultaron en el más profundo secreto, para que nadie supiera dónde estaban enterrados. Pero el verdugo, al ver lo santamente que habían muerto se convirtió al cristianismo y contó dónde estaban sepultados, y los cristianos fueron y sacaron los restos de los dos santos, y les dieron honrosa sepultura. Después el emperador Constantino construyó una basílica sobre la tumba de los dos mártires, y quiso que en ese sitio fuera sepultada su santa madre, Santa Elena.

Las crónicas antiguas narran que ante los restos de los santos Marcelino y Pedro, se obraron numerosos milagros. Y que las gentes repetían: “Marcelino y Pedro poderosos protectores, escuchad nuestros clamores”.