¡Oh!, San Mauro, vos, sois el hijo del Dios de la vida
y su amado santo, que tuvisteis la dicha de educado
ser por San Benito, a quien os unisteis a través
de su santa orden, llegando a ser Abad y fundar muchos
monasterios en Francia. Con justa razón os llamaban
“el taumaturgo” por haber recibido de Dios, la gracia
de “hacer milagros”, prueba de ello, están ahí,
la anécdota de “el estanque con el niño Plácido”; “la
curación de los menesterosos” y vuestras “relaciones
con el conde Gaidulfo”, enemigo de los monjes franceses.
Desde siempre, ansiasteis estar al aldo de Dios,
y vuestro espíritu humilde de penitencia, a imitación
de vuestro mentor, y el amor a Jesucristo, Dios y
Señor Nuestro, os impulsó a retiraros para bien morir.
Y, así fue. Luego de haberos gastado en buena lid, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser, con corona
de luz, como justo premio, a vuestra entrega de amor.
Y, aunque no haya constancia en el tiempo de vuestras
reliquias, a vos, ya os veneraban desde antiguo,
por ello, el Sínodo diocesano de mil quinientos uno,
así, se expresa de vos: “Y, así mismo, mandamos que
en el lugar de Almendral se denuncie por fiesta de guardar
el día de santo Mauro, por cuanto allí está el cuerpo”.
¡oh!, San Mauro, “vivo taumaturgo del Dios de la vida”.
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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y su amado santo, que tuvisteis la dicha de educado
ser por San Benito, a quien os unisteis a través
de su santa orden, llegando a ser Abad y fundar muchos
monasterios en Francia. Con justa razón os llamaban
“el taumaturgo” por haber recibido de Dios, la gracia
de “hacer milagros”, prueba de ello, están ahí,
la anécdota de “el estanque con el niño Plácido”; “la
curación de los menesterosos” y vuestras “relaciones
con el conde Gaidulfo”, enemigo de los monjes franceses.
Desde siempre, ansiasteis estar al aldo de Dios,
y vuestro espíritu humilde de penitencia, a imitación
de vuestro mentor, y el amor a Jesucristo, Dios y
Señor Nuestro, os impulsó a retiraros para bien morir.
Y, así fue. Luego de haberos gastado en buena lid, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser, con corona
de luz, como justo premio, a vuestra entrega de amor.
Y, aunque no haya constancia en el tiempo de vuestras
reliquias, a vos, ya os veneraban desde antiguo,
por ello, el Sínodo diocesano de mil quinientos uno,
así, se expresa de vos: “Y, así mismo, mandamos que
en el lugar de Almendral se denuncie por fiesta de guardar
el día de santo Mauro, por cuanto allí está el cuerpo”.
¡oh!, San Mauro, “vivo taumaturgo del Dios de la vida”.
© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Enero San Mauro Abad
Martirologio Romano: En Glanfeuil, junto al río Loire, en el territorio de Anjou, de la Galia (hoy Francia), san Mauro, abad (s. VI/VII).
Etimología: Aquel que procede de Mauritania, es de origien latino.
Nació en Roma de una familia lustre el año 511. Se educa desde su
adolescencia bajo la dirección de S. Benito, llegando a ingresar en su
orden donde llega a ser Abad y fundador de muchos monasterios en
Francia.
Taumaturgo por el episodio del estanque con el niño Plácido, la
curación de los menesterosos y sus relaciones con el conde Gaidulfo,
enemigo funesto de los monjes franceses. Su gran espíritu de penitencia
le impulsa a retirarse a bien morir. Entrega su alma a Dios el 15 de
enero del 583.
Al no constar el tiempo en que llegaron sus reliquias a Extremadura,
sólo se puede afirmar ser muy antigua su veneración. El Sínodo diocesano
de 1501 se expresa en estos términos: “Y así mismo, mandamos que en el
lugar de Almendral se denuncie por fiesta de guardar el día de santo
Mauro, por cuanto allí está el cuerpo”. El Arcipreste de Santa Justa en
Toledo, Julián Pérez llega a firmar que en 1130 ya se celebraba su
memoria en Almendral según costumbres de muchos años antes, que en
opinión de Solano de Figueroa sería a final de la monarquía goda,
opinión no compartida hoy.
Cuando él es visitador general del Obispado en 1658 indaga sobre el
asunto y recoge la tradición de que los benedictinos fueron sus
portadores, aunque no hay papeles de bulas pontificias que lo acrediten
debido a la desaparición de documentos por un incendio.
Fueron trasladadas dichas reliquias a la Catedral por el Obispo
benedictino de Badajoz D. Fray José de la Zerda el 1643, continuando
parte en Almendral, como lo fuera en Fosano, Montecasino y Marsella. La
guerra con Portugal, que comenzó el 1640, obligó a dicho traslado por
los motivos de seguridad. El 8 de Abril de 1668 ordena al cabildo
entregar el cuerpo de San Mauro a la villa de Almendral. La entrega la
hacen el 29 del mismo mes, los capitulares Juan Rebolero y Pedro Lepe.
Quedó una reliquia en la Seo de la catedral, encargándosele a Solano de
Figueroa la depositara en el relicario.
La Iglesia y obispado de Badajoz celebraba el 15 de Enero al Santo Abad.
(http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=647)