Oh, San Egidio; vos sois el hijo del Dios
de la vida, y, el mismo que honor y brillo,
disteis al significado de vuestro nombre:
“El Protegido o defendido”. Del Ródano,
ermitaño y anacoreta; milagros cientos,
se os atribuyen, y, en el Medioevo, como
prueba de ello os llamó: Abogado de los
pecadores, protector de pobres, tullidos
y arqueros, abogado contra el miedo y
el incubo, defensor contra el cáncer y
la epilepsia. Hoy, se os representa como
anacoreta, con varios atributos: cierva,
lirio, flecha clavada en el brazo, dos
puertas, regalo del Papa a vuestro monasterio
y un mensaje celeste en una filacteria
por haber descubierto un pecado oculto
del Rey Carlos y hacérselo confesar. Eso,
sois vos, y por ello, hoy, con justicia,
lucís, corona eterna de luz, como justo
premio a vuestra entrega de amor y de fe;
oh, San Egidio, “amor y luz del Dios vivo”.
de la vida, y, el mismo que honor y brillo,
disteis al significado de vuestro nombre:
“El Protegido o defendido”. Del Ródano,
ermitaño y anacoreta; milagros cientos,
se os atribuyen, y, en el Medioevo, como
prueba de ello os llamó: Abogado de los
pecadores, protector de pobres, tullidos
y arqueros, abogado contra el miedo y
el incubo, defensor contra el cáncer y
la epilepsia. Hoy, se os representa como
anacoreta, con varios atributos: cierva,
lirio, flecha clavada en el brazo, dos
puertas, regalo del Papa a vuestro monasterio
y un mensaje celeste en una filacteria
por haber descubierto un pecado oculto
del Rey Carlos y hacérselo confesar. Eso,
sois vos, y por ello, hoy, con justicia,
lucís, corona eterna de luz, como justo
premio a vuestra entrega de amor y de fe;
oh, San Egidio, “amor y luz del Dios vivo”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1º de septiembre
San Egidio
San Egidio
“El Protegido o Defendido” en latín; o “cabrito” en griego. Ermitaño de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII.
Algunas leyendas piadosas lo consideraban un rico heredero emigrado de
Marsella y establecido como anacoreta en un bosque, en la desembocadura
del río Ródano. Con el tiempo edificó un monasterio.
Se le atribuyen algunos milagros y la piedad en el Medioevo lo llamó:
Abogado de los pecadores, por haber ayudado en su conversión al Rey
Carlos; Protector de pobres, tullidos y arqueros, por haber sido herido
por una flecha; Abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a una
cierva en peligro; y Defensor contra las enfermedades del cáncer y la
epilepsia, llamada “mal de San Gil”.
Se le consideró uno de los “14 santos auxiliares”. Se le representa
como anacoreta, con varios atributos: cierva, lirio, flecha clavada en
el brazo, dos puertas (regalo del Papa a su monasterio) y un mensaje
celeste en una filacteria por haber descubierto un pecado oculto del Rey
Carlos y hacérselo confesar.