¡Oh!, San Edmundo de Escocia, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado Santo. Y, como
San Agustín dijo: “Una cosa es amar al hombre,
y otra poner la esperanza en el hombre y tanta
diferencia hay que Dios manda lo primero y
prohíbe esto último”. Y, claro, así es, sin decir
nada más. Y, vos, de tradición y alcurnia alta, y
de espíritu humilde y, con Margarita por madre,
reina de Escocia, después de que vos, tomasteis
parte en acontecimientos políticos y militares
con vuestro tío paterno, marchasteis a Inglaterra
donde os abrazasteis a la Cruz salvadora de Cristo,
que os brindó la santidad, que vuestro espíritu,
había anhelado siempre. Y, así, os dedicasteis a
la dirección espiritual, la oración, el ayuno y
el amor a los pobres. Al final de vuestra vida,
voló, vuestra alma al cielo, para, coronada ser
con corona de luz y eternidad, como justo premio
a vuestra grande e increíble entrega de amor;
¡oh!, San Edmundo, “viva humildad de Cristo”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Octubre
San Edmundo de Escocia
Confesor
Una cosa es amar al hombre, y otra poner la esperanza en el hombre, y tanta diferencia hay que Dios manda lo primero y prohíbe esto último (San Agustín).
San Edmundo era hijo de Santa Margarita, reina de Escocia y de
Malcolm III (1057-1093). Después de haber tomado parte en los
acontecimientos políticos y militares de Escocia a cargo de su tío
paterno en 1097, se fue a Inglaterra donde abrazó la vida religiosa.
Vivió en el monasterio cisterciense de Montague (Somerset), donde murió
santamente en 1100.
(http://santoraltradicional.blogspot.com/2011/10/san-edmundo-de-escocia.html)