08 mayo, 2012

San Job

Oh, San Job, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su más
admirable siervo, que, puesto
a prueba por Él, nunca dejasteis
de amarlo y cada vez más y más,
a pesar de que vos, mas dolor
en vuestra alma y cuerpo recibíais
Vuestra paciencia, os ha encumbrado,
por siempre, como eterno paradigma
de paciencia. Y, como erais de
sencillez grande y hombre recto,
jamás dejasteis de temer a Dios
y os declarasteis enemigo abierto
del mal. Hijos e hijas, cuantiosa
fortuna en animales y servidumbre,
hicieron de vos, el hombre más rico
de vuestro tiempo. Y, entonces,
permitió Dios, que el Demonio
a vos os sometiera, a crueles
pruebas, sin quitaros la vida.
Así, vuestros rebaños perdisteis
por el robo y el fuego. Vuestra
casa, reducida a escombros quedó
matando a todos vuestros hijos. Y,
vuestro cuerpo, cubierto fue de
úlceras y arrojado fuisteis a un
basural. “Desnudo salí del vientre
de mi madre, desnudo volveré  a
la tierra. El Señor me lo dio todo
y Él me lo quitó. ¡Bendito sea el
nombre del Señor!”, decíais vos.
Y, sí, bendito sea su Santo Nombre,
porque Él, es el dueño de la vida.
Y, el mismo, os premió con corona
de luz y gloria, como gozáis vos;   
oh, San Job, "rey de la paciencia". 

© 2012 Luis Ernesto Chacón Delgado 
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8 de Mayo
San Job

Personaje bíblico admirable por su paciencia. Vivía en Arabia hacia el siglo XIV a.C. Hombre sencillo y recto, temeroso de Dios y enemigo del mal, habitaba la tierra de Hus. Tenía 7 hijos y 3 hijas y una gran fortuna en animales y servidumbre. Era el hombre más rico de la comarca.

El relato bíblico dice que Dios permitió que el Demonio sometiera a Job a las más rudas pruebas: hacerlo sufrir toda clase de padecimientos, menos quitarle la vida. Así, Job fue perdiendo sus rebaños por el robo, el fuego y otras calamidades; su casa quedó reducida a escombros aplastando y matando a todos sus hijos, y una enfermedad cubrió su cuerpo de úlceras y lo arrojó a un basural.

En medio de tantas desgracias Job no perdió su fe en Dios y exclamaba: “Desnudo salí del vientre de mi madre, desnudo volveré a la tierra El Señor me lo dio todo y Él me lo quitó. ¡Bendito sea el nombre del Señor!”. 

(http://aica.org/aica/santoral/Santos/san_job_10_MAY.htm)