09 abril, 2024

Santa Casilda de Toledo

 Santa Casilda de Toledo

  ¡Oh!, Santa Casilda de Toledo, vos, sois la hija
del Dios de la Vida, virgen y su amada santa, que
nacida en la religión musulmana, ayudasteis con
misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel
y después, ya cristiana, vivisteis como eremita.
Almacrin, vuestro padre sanguinario perseguidor
de los cristianos, dicen unos y otros como apacible
y bondadoso. Vos, estabais rodeada de una natural
clemencia y ternura, sintiendo piedad con los cautivos
pobres y los consolabais llevándoles comida en el
hondón de vuestra falda, hasta que, un vuestro padre
os sorprendió en esta tarea misericordiosa, preguntándoos
por lo que llevabais, y vos contestasteis que «¡rosas!»
y rosas aparecieron al extender vuestra falda. ¡Milagro!
del Dios Vivo!. Y, quizás, así, los mismos cautivos
cristianos quienes, viendo vuestro recto corazón, os
hablaron de Cristo; correspondiendo así, a vuestras
múltiples atenciones, instruyéndoos en la fe cristiana.
En Burgos os bautizan y recuperasteis milagrosamente
la salud y así, resolvisteis pasar el resto de vuestros
días santos, en la soledad, dedicada a la oración y
la penitencia. Y, así, ya de edad avanzada, marchó
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona
de luz como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡Oh!, Santa Casilda de Toledo, “viva luz del amor de Dios".

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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9 de Abril

Santa Casilda de Toledo
Virgen Eremita

Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid

La virgen mora que vino de Toledo

Martirologio Romano: En el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región de Castilla, en España, santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita († 1075).

Etimológicamente: Casilda = Aquella que canta con alegría, es de origen árabe.
 

Breve Biografía

En el cerro que domina el valle, en el santuario actual, descansan desde el 1750 las reliquias de Santa Casilda, -«la virgen mora que vino de Toledo», muy venerada en Burgos, en la urna, obra de Diego de Siloé, rematada por su propia imagen yacente. El lugar ha sido centro de peregrinación durante siglos y no deja de frecuentarlo la piedad de nuestros contemporáneos.

En torno a santa Casilda todo lo que encontramos es incierto, confuso y contradictorio. Pero su figura tiene el encanto de la sencillez y el sabor de lo heroico en el amor. Cautivó al pueblo cristiano medieval y le animó a la fidelidad. Su propio nombre -casida en árabe significa cantar- es como un verso con alas de canción.

Ni siquiera se conoce con exactitud el nombre de su padre, rey moro de Toledo, al que se nombra como Almacrin o Almamún. Sobre su condición, unos lo describen como un sanguinario perseguidor de los cristianos, mientras que otros lo presentan como apacible y bondadoso.

La princesita mora tiene un natural abundante en clemencia y ternura. Rodeada de todo tipo de comodidades y atenciones en la fastuosidad de la corte, no soporta la aflicción de los desafortunados que están en las mazmorras. Siente una especial piedad con los cautivos pobres y los intenta consolar llevándoles viandas en el hondón de su falda. Un día, cuando realizaba esta labor misericordiosa, fue sorprendida por su padre que le preguntó por lo que transportaba, contestando ella que «rosas» y ¡rosas aparecieron al extender la falda!

Quizá fueron los mismos cautivos cristianos quienes, viendo lo recto de su conducta, le hablaron de Cristo; posiblemente correspondieron a sus múltiples delicadezas y dádivas de la mejor manera que podían, instruyéndola en la fe cristiana.

Pero, aunque en su corazón era ya de Cristo, ¿cómo podría recibir ella el Bautismo con los lazos tan fuertes del Islam que la rodeaban?

Comienza una grave dolencia. El flujo de sangre aumenta y la ciencia médica de palacio es incapaz de curarla. El Cielo le revela que encontrará remedio en las aguas milagrosas de San Vicente, allá por la Castilla cristiana. Almamún prepara el viaje de su hija con comitiva real. En Burgos recibe Casilda el Bautismo y marcha luego a los lagos de San Vicente, junto al Buezo, cerca de Briviesca. Recuperada la salud según se le dijo, decide consagrar a Cristo la virginidad de su cuerpo milagrosamente curado y resuelve pasar el resto de sus días en la soledad, dedicada a la oración y a la penitencia.

Murió de muy avanzada edad, siendo sepultada en la misma ermita que ella mandó construir. Pronto se convirtió en lugar de peregrinación. Cuentan que los caminantes sintieron desde entonces su especial protección y las mujeres la invocan contra el flujo de sangre, y hasta dicen que basta que una mujer pruebe las aguas y eche una piedra al lago para tener asegurada la descendencia.

Se juntan la historia, la imaginación del pueblo sencillo y la bruma del misterio en torno a la santa. Resta aprender la lección del ejemplo. El amor a Cristo hace posible el trueque del regalo propio de la corte morisca por la aspereza de una vida austera y penitente.

(http://es.catholic.net/op/articulos/36286/casilda-de-toledo-santa.html#modal)