26 diciembre, 2013

Falleció el Autor del libro "Para Salvarte" el R P. Loring SJ



Sacerdote jesuita con gran actividad pastoral y apologética

El sacerdote Jorge Loring, sj, ha fallecido este miércoles en Málaga a los 92 años de edad. Muy vinculado a la iglesia de Santiago y a la hermandad de La Piedad se encontraba muy grave después de haber sufrido un ataque cerebrovascular. En los últimos años había sido sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas. Fue nombrado Hijo Adoptivo de Cádiz, cuyo ayuntamiento ha lamentado su muerte y ha ordenado mantener las banderas a media asta durante tres días.
 
(Agencias/InfoCatólica) Jorge Loring Miró S.J. nació en Barcelona el 30 de septiembre de 1921. Bisnieto de Jorge Loring y Oyarzábal e hijo del ingeniero Jorge Loring Martínez estudió seis años en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar, de los marianistas de Madrid. En el verano de 1936, durante la Guerra Civil, los republicanos asesinan a su padre en Madrid. Se traslada a Málaga donde estudia el bachillerato en el Colegio San Estanislado de Kostka y regresa a Madrid para cursar ingeniería en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI) ordenándose sacerdote en 1954, a la edad de 33 años.
 
Reconocido por su labor de difusión y evangelización que lleva años realizando por televisión, radio y conferencias por todo el mundo, ha escrito varios libros, siendo el más popular el titulado ‘Para Salvarte’, que ha alcanzado la edición número sesenta y tres, superando el millón de ejemplares vendidos en España, siendo editado también en México, Ecuador, Perú, Chile, EE.UU., Egipto, Israel, Rusia, etc. Además de sus publicaciones, ha grabado algunas de sus conferencias en video, y ha aparecido en televisiones católicas como EWTN.
 
Hijo adoptivo de Cádiz

El Ayuntamiento de Cádiz ha lamentado el fallecimiento acaecido este miércoles del jesuita. Muy conocido y querido en la ciudad, en 2006 fue nombrado Hijo Adoptivo de Cádiz. En honor a su figura, el Ayuntamiento mantendrá las banderas a media asta durante tres días.

Obras

‘Para salvarte’: Enciclopedia del católico (63 ediciones), Edibesa
‘Motivos Para Creer’ (30 de diciembre de 1999), Editorial Planeta S.A. (Barcelona)
‘Los Evangelios. 2000 Dudas Resueltas’, (octubre de 2002), Planeta Pub Corp,
‘La Sábana Santa, dos mil años después’ (enero de 2003), Editorial Planeta
‘Más de 200 respuestas a preguntas que usted se ha hecho sobre la fe, la moral y la doctrina católica’ (febrero de 2010), Editorial Libros Libres


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San Esteban



Oh, San Esteban, Protomártir, vos,
 sois el hijo del Dios de la vida y,
 su amado santo. En aquél tiempo, tembló
 el Sanedrín, al oíros hablar del Dios
 de la vida, Cristo Jesús, Señor y Dios
 Nuestro. Y, entre cólera y rabia,
 vuestra muerte decidieron. Y, visteis
 vos, la gloria de Dios y, a Jesús
 estar de pie, a la derecha de Dios
 y exclamasteis a viva voz: “Estoy
 viendo los cielos abiertos y al Hijo
 del hombre en pie, a la derecha de Dios”.
Y, ellos, llenos de más ira os lapidaron
 sin misericordia alguna. Y, mientras
 eso sucedía, vuestro cuerpo todo, como
 el oro brillaba. Y, en ese instante
 mismo se oyó, a vos decir: “¡Señor Jesús!;
 mi espíritu recibid y no les tengáis
 en cuenta el crimen contra mi”. Y,
 el Dios de la vida todo conmovido, os
 extendió sus amorosos brazos para
 recibiros y coronaros con corona
 de luz y eternidad, como justo premio
 a vuestra entrega de amor y de fe;
 ¡oh! San Esteban, “morir por la fe”.


© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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26 de Diciembre
San Esteban
Protomártir
Siglo I


Se le llama “protomartir” porque tuvo el honor de ser el primer mártir que derramó su sangre por proclamar su fe en Jesucristo.
 
Después de Pentecostés, los apóstoles dirigieron el anuncio del mensaje cristiano a los más cercanos, a los hebreos, despertando el conflicto por parte de las autoridades religiosas del judaísmo.
 
Como Cristo, los apóstoles fueron inmediatamente víctimas de la humillación, los azotes y la cárcel, pero tan pronto quedaban libres, continuaban la predicación del Evangelio. La primera comunidad cristiana, para vivir integralmente el precepto de la caridad fraterna, puso todo en común, repartían todos los días cuanto bastaba para el sustento. Cuando la comunidad creció, los apóstoles confiaron el servicio de la asistencia diaria a siete ministros de la caridad, llamados diáconos.

 Entre éstos sobresalía el joven Esteban, quien, a más de desempeñar las funciones de administrador de los bienes comunes, no renunciaba a anunciar la buena noticia, y lo hizo con tanto celo y con tanto éxito que los judíos “se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al Sanedrín. Después presentaron testigos falsos, que dijeron: Este hombre no cesa de proferir palabras contra el lugar santo y contra la Ley; pues lo hemos oído decir que este Jesús, el Nazareno, destruirá este lugar y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés”.
 
Esteban, como se lee en el capítulo 7 de Los Hechos de los apóstoles, “lleno de gracia y de fortaleza”, se sirvió de su autodefensa para iluminar las mentes de sus adversarios. Primero resumió la historia hebrea desde Abrahán haste Salomón, luego afirmó que no había blasfemado contra Dios ni contra Moisés, ni contra la Ley o el templo. Demostró, efectivamente, que Dios se revela aun fuera del templo, e iba a exponer la doctrina universal de Jesús como última manifestación de Dios, pero sus adversarios no lo dejaron continuar el discurso, porque “lanzando grandes gritos se taparon los oídos…y echándolo fuera de la ciudad, se pusieron a apedrearlo”.
 
Doblando las rodillas bajo la lluvia de piedras, el primer mártir cristiano repitió las mismas palabras de perdón que Cristo pronunció en la cruz: “Señor, no les imputes este pecado”. En el año 415 el descubrimiento de sus reliquias suscitó gran conmación en el mundo cristiano.
 
Cuando parte de estas reliquias fueron llevadas más tarde por Pablo Orosio a la isla de Menorca, fue tal el entusiasmo de los isleños que, ignorando la lección de caridad del primer mártir, pasaron a espada a los hebreos que se encontraban allí. La fiesta del primer mártir siempre fue celebrada inmediatamente después de la festividad navideña, es decir, entre los “comites Christi”, los más cercanos a la manifestación del Hijo de Dios, porque fueron los primeros en dar testimonio de él.

(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)