05 de Febrero Día litúrgico: Domingo V (A) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mt 5,13-16): «Vosotros sois la sal
de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no
sirve para nada más».
Hoy, el Maestro nos dice a todos —no solamente a los Apóstoles— que
somos la sal de la tierra. La sal de las rocas tiene mucha arena (1);
por esto se guarda en saquitos (2), que se meten en la olla (3). Si no
dan gusto, no sirven para nada (4): son echados fuera (5) y son pisados
por la gente (6). Los hijos de Dios debemos transmitir el “sabor” de la
felicidad de esta vida y la “luz” del camino que conduce a la alegría
eterna.
—¿Cómo hacer eso? Ofreciendo amistad, siendo amables, sonriendo
siempre, ayudando a los demás, prestando las cosas… —Señor, haz que los
cristianos seamos siempre buena sal, que dé gusto y preserve de la
corrupción.