Oh, Santa Teresa de Jesús Jornet; vos, sois la hija
del Dios de la vida, su amada santa y fundadora
de la “Congregación de Hermanitas de los Ancianos
Desamparados”. Aspirasteis siempre, una vida
de constante silencio y oración. Quizás por ello,
os dirigisteis al convento de las clarisas y luego
al de las carmelitas. A menudo, le preguntabais
al Señor: “Señor, ¿qué queréis que haga?” Y,
de pronto dejasteis todo y os dedicasteis durante
veinticinco años, a dar de vuestro amor, tanto
en las alegrías como en las tristezas. “Alma grande
y al mismo tiempo humanamente afable y sencilla,
como su homónima, la insigne reformadora abulense;
humilde hasta ignorarse a sí misma, pero capaz de
imponer su personalidad y llevar a cabo una obra
ingente; enferma de cuerpo, pero robusta de espíritu
con fortaleza admirable; “monja andariega” ella
también, pero siempre estrechamente unida a su
Señor; de gran dominio de sí misma, pero adornada
con aquella espontaneidad y aquel gracejo tan
amable; amiga de toda virtud, pero principalmente
de la reina de ellas, la caridad, ejercitada en
aquellos viejecitos o viejecitas que exigen la
paciencia y benignidad de que habla el Apóstol”.
Así, dijo de vos, Pío XII, resaltando vuestra vida
santa, entregada a la ancianidad. Por ello, y en
premio a vuestra entrega de amor, Dios, os coronó
con corona eterna de luz y de gloria, Santa Patrona
de todos los ancianos del orbe de la tierra;
oh, Santa Teresa de Jesús Jornet, “amor vivo de Dios”.
del Dios de la vida, su amada santa y fundadora
de la “Congregación de Hermanitas de los Ancianos
Desamparados”. Aspirasteis siempre, una vida
de constante silencio y oración. Quizás por ello,
os dirigisteis al convento de las clarisas y luego
al de las carmelitas. A menudo, le preguntabais
al Señor: “Señor, ¿qué queréis que haga?” Y,
de pronto dejasteis todo y os dedicasteis durante
veinticinco años, a dar de vuestro amor, tanto
en las alegrías como en las tristezas. “Alma grande
y al mismo tiempo humanamente afable y sencilla,
como su homónima, la insigne reformadora abulense;
humilde hasta ignorarse a sí misma, pero capaz de
imponer su personalidad y llevar a cabo una obra
ingente; enferma de cuerpo, pero robusta de espíritu
con fortaleza admirable; “monja andariega” ella
también, pero siempre estrechamente unida a su
Señor; de gran dominio de sí misma, pero adornada
con aquella espontaneidad y aquel gracejo tan
amable; amiga de toda virtud, pero principalmente
de la reina de ellas, la caridad, ejercitada en
aquellos viejecitos o viejecitas que exigen la
paciencia y benignidad de que habla el Apóstol”.
Así, dijo de vos, Pío XII, resaltando vuestra vida
santa, entregada a la ancianidad. Por ello, y en
premio a vuestra entrega de amor, Dios, os coronó
con corona eterna de luz y de gloria, Santa Patrona
de todos los ancianos del orbe de la tierra;
oh, Santa Teresa de Jesús Jornet, “amor vivo de Dios”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________
_____________________________________
26 de Agosto
Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars
Virgen y Fundadora del Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados
Patrona de los Ancianos
Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars
Virgen y Fundadora del Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados
Patrona de los Ancianos
Martirologio Romano: En Liria, en España, santa Teresa de Jesús
Jornet Ibars, virgen, que, para ayudar a los ancianos, fundó el
Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados (1897).
Fecha de canonización: 27 de enero de 1974 por el Papa Paulo VI.
Nació Teresa de Jesús Jornet e Ibars el 9 enero 1843 en Aytona
(Lérida), en el seno de una familia de agricultores, profundamente
cristianos; cursó los estudios de Magisterio y ejerció su profesión de
maestra nacional durante algún tiempo en Argensola (Barcelona).
En 1868 ingresó en el monasterio de Clarisas de Briviesca (Burgos),
del que tuvo que salir poco después por motivos de salud (1870). Durante
algunos años recibió el influjo espiritual de un tío suyo, el P.
Francisco de Jesús María y José Palau y Quer, carmelita descalzo
exclaustrado, celoso misionero, gran contemplativo y apologista
militante, creador de diversas instituciones de enseñanza. Durante algún
tiempo, Teresa trabajó en las escuelas del P. Palau sin ligarse a
compromiso de vida religiosa, abandonando estas actividades poco después
(1872), fallecido el P. Palau.
Circunstancias providenciales decidieron definitivamente su vida, en
el mismo a. 1872; en Barbastro (Huesca) entró en relación casual con un
celoso sacerdote, D. Pedro Llacera, que le dio a conocer los planes de
fundación en favor de la ancianidad desvalida que por entonces
inspiraban la actividad de otro ilustre sacerdote, D. Saturnino López
Novoa, chantre de la Catedral de Huesca; Teresa vio abierto el camino de
su vida y se ofreció inmediatamente a ser colaboradora en tal empresa
caritativa, uniéndose a las primeras aspirantes del nuevo Instituto
fundado en Barbastro el 3 octubre 1872: pocos días después fue nombrada
con carácter provisional superiora de aquel grupo por el Vicario
capitular de la diócesis. Es fundadora de las conocidas Hermanitas de
los ancianos desamparados.
Trasladada la Fundación a Valencia, Teresa fue confirmada en su cargo
de directora general por el arzobispo Mons. Mariano Barrio Fernández
(10 mayo 1875). Emitió la primera profesión el 29 noviembre 1874,
pronunciando los votos perpetuos el 8 diciembre 1877.
El arzobispo de Valencia Mons. Antolín Monescillo (31 enero 1878)
renovó el nombramiento de directora general. En 1887 fue elegida
Superiora general del Instituto, de acuerdo con las Constituciones
aprobadas por la Santa Sede, por un periodo de nueve años, siendo
postulada para continuar en el cargo terminado este periodo,
confirmándola en tal designación la Santa Sede (14 julio 1896) para otro
periodo de nueve años que no pudo terminar.
Murió santamente en Liria (Valencia) el 26 agosto 1897, dejando 103
Casas-Asilos de su Congregación en plena actividad en España y América.
Había recibido en la Congregación a 1.260 hermanitas, de las cuales
muchas se le habían anticipado en la muerte.
Sus restos mortales fueron trasladados a Valencia, a la Casa Madre de
la Congregación, y son objeto de fervoroso culto. Fue beatificada por
Pío XII el 27 abril 1958 y canonizada el 27 enero 1974 por Pablo VI, que
con tal motivo pronunció una homilía exaltando el valor de su santidad y
de su vocación en favor de los ancianos desvalidos. Se celebra su
fiesta el 26 de agosto.
Oración
¡Oh Dios, que has guiado a la
Virgen Santa Teresa a la perfecta
caridad en el cuidado de los ancianos!
Concédenos a ejemplo suyo,
servir a Cristo en el prójimo
para ser testimonio de tu amor.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Virgen Santa Teresa a la perfecta
caridad en el cuidado de los ancianos!
Concédenos a ejemplo suyo,
servir a Cristo en el prójimo
para ser testimonio de tu amor.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.