¡Oh!, Santos Marcelino y Pedro, vosotros, sois los hijos
Dios de la vida. Vos, Marcelino, erais un sacerdote, y vos,
Pedro, un fervoroso cristiano que teníais el poder especial
de expulsar demonios. En aquél tiempo, llevados fueron a
prisión por los enemigos de Cristo, pero, en la cárcel os
dedicasteis a predicar con tal entusiasmo que lograsteis
convertir al carcelero, a su mujer y a sus hijos, y a varios
prisioneros que antes creyentes no eran. Y, claro, enterados
de esta humillación, sus impíos captores, decretaron la pena
de muerte sobre vosotros. Y, así, os llevaron a un bosque
llamado “la selva negra”, y allá los asesinaron, cortándoos
la cabeza, para luego sepultaros en el más profundo secreto,
para que nadie supiera dónde estaban enterrados. Pero, cosas
de Dios, el verdugo, al ver lo santamente que habían muerto
se convirtió al cristianismo y contó dónde estaban sepultados,
y los cristianos fueron y os sacaron vuestros restos y os
dieron honrosa sepultura. Enterado, Constantino emperador
una basílica construyó, sobre vuestras tumbas y quiso él,
que en ese sitio fuera sepultada su santa madre, Santa Elena.
Y, como suele suceder, por obra de Dios, ante vuestros restos
numerosos milagros se obraron. Tantos, que las gentes a coro
repetían: “Marcelino y Pedro poderosos protectores, escuchad
nuestros clamores”. Y, escuchaban ellos, y por obra de Dios,
sus clamores realidad se hacían. Y, así, con fe y valor
vosotros entregasteis vuestras vidas, y volaron vuestras
almas, para coronadas ser con coronas de luz y eternidad
como justo premio e vuestras entregas increíbles de amor;
¡Oh!, Santos Marcelino y Pedro, “vivos verbos del Dios Trino”.
© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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2 de Junio
Santos Marcelino y Pedro
Mártires
Año 304
El primero de estos dos santos mártires era un sacerdote muy estimado
en Roma, y el segundo era un fervoroso cristiano que tenía el poder
especial de expulsar demonios. Fueron llevados a prisión por los
enemigos de la religión, pero en la cárcel se dedicaron a predicar con
tal entusiasmo que lograron convertir al carcelero y a su mujer y a sus
hijos, y a varios prisioneros que antes no eran creyentes. Disgustados
por esto los gobernantes les decretaron pena de muerte.
A Marcelino y Pedro los llevaron a un bosque llamado “la selva
negra”, y allá los mataron cortándoles la cabeza y los sepultaron en el
más profundo secreto, para que nadie supiera dónde estaban enterrados.
Pero el verdugo, al ver lo santamente que habían muerto se convirtió al
cristianismo y contó dónde estaban sepultados, y los cristianos fueron y
sacaron los restos de los dos santos, y les dieron honrosa sepultura.
Después el emperador Constantino construyó una basílica sobre la tumba
de los dos mártires, y quiso que en ese sitio fuera sepultada su santa
madre, Santa Elena.
Las crónicas antiguas narran que ante los restos de los santos
Marcelino y Pedro, se obraron numerosos milagros. Y que las gentes
repetían: “Marcelino y Pedro poderosos protectores, escuchad nuestros
clamores”.
(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Marcelino_6_2.htm)