¡Oh! Señora Nuestra
Santa María
Vos Sois
La Madre del Dios vivo
La Madre de Cristo redentor
La Madre del perdón infinito
La Madre de la esperanza sin fin
La Madre de la alegría eterna
La Madre de la gracia a raudales
Santa María
Vos Sois
La Madre del Dios vivo
La Madre de Cristo redentor
La Madre del perdón infinito
La Madre de la esperanza sin fin
La Madre de la alegría eterna
La Madre de la gracia a raudales
¡Oh! Señora Nuestra Santa María
A Vos os entregamos
Con total y absoluta confianza
Y humildad plena sincera
Los sueños y anhelos De este Nuevo Año
Para que Vos
Con vuestro maternal amor
Intercedáis por todos nosotros
Y Realidad hagáis nuestras peticiones
Pues problemas de seguro los habrán
Pero que con Vos
Del lado nuestro
Todos superados serán
¡Oh! Señora Nuestra
Santa María
Vos que Sois
La Madre del Dios vivo
La Madre de Cristo
La Madre del perdón
La Madre de la esperanza
La Madre de la alegría
La Madre de la gracia
La ¡Kejaritomene!
De seguro que ya sabéis
De nuestras carencias
Mucho antes de que a Vos recurramos
Pero sólo queréis
Que os lo pidamos de todo corazón.
¡Oh! Señora Nuestra
Santa María
Vos Sois
La Madre del Dios vivo
La Madre de Cristo redentor
La Madre del perdón infinito
La Madre de la esperanza sin fin
La Madre de la alegría eterna
La Madre de la gracia a raudales
¡Oh! Señora Nuestra Santa María
© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1° de Enero
Santa María, Madre de Dios
La Iglesia Católica quiere comenzar el año pidiendo la protección de
la Santísima Virgen María. La fiesta mariana más antigua que se conoce
en Occidente es la de “María Madre de Dios”. Ya en las Catacumbas o
antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma y
donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa, en
tiempos de las persecuciones, hay pinturas con este nombre: “María,
Madre de Dios”.
Si nosotros hubiéramos podido formar a nuestra madre, ¿qué cualidades
no le habríamos dado? Pues Cristo, que es Dios, sí formó a su propia
madre. Y ya podemos imaginar que la dotó de las mejores cualidades que
una criatura humana puede tener.
Pero, ¿es que Dios ha tenido principio? No. Dios nunca tuvo
principio, y la Virgen no formó a Dios. Pero Ella es Madre de uno que es
Dios, y por eso es Madre de Dios. Y qué hermoso repetir lo que decía
San Estanislao: “La Madre de Dios es también madre mía”. Quien nos dio a
su Madre santísima como madre nuestra, en la cruz al decir al discípulo
que nos representaba a nosotros: “He ahí a tu madre”, ¿será capaz de
negarnos algún favor si se lo pedimos en nombre de la Madre Santísima?
Al saber que nuestra Madre Celestial es también Madre de Dios,
sentimos brotar en nuestro corazón una gran confianza hacia Ella.Cuando
en el año 431 el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era
Madre de Dios, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso (la
ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años) e iluminados por
el Espíritu Santo declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios
porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Y acompañados por todo el gentío de la
ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran
procesión cantando: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.
El título “Madre de Dios” es el principal y el más importante de la
Virgen María, y de él dependen todos los demás títulos y cualidades y
privilegios que Ella tiene. Los santos muy antiguos dicen que en Oriente
y Occidente, el nombre más generalizado con el que los cristianos
llamaban a la Virgen era el de “María, Madre de Dios”.
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(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Maria_Madre_de_Dios.htm)
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