17 de Agosto Santa Clara de la Cruz de Montefalco Abadesa
Martirologio Romano: En Montefalcone, de la Umbría, santa
Clara de la Cruz, virgen de la Orden de los Eremitas de San Agustín,
que estuvo al frente del monasterio de la Santa Cruz con un amor
ardiente a la pasión de Cristo (1308).
Nació en Montefalco, Umbría (Italia), alrededor de 1268; sus padres
fueron Damiano e Iacopa Vengente. Su hermana Giovanna vivía como
ermitaña. En 1274, cuando Clara tenía 6 años, el obispo de Spoleto
permitió a Giovanna recibir a mas hermanas y fue cuando Clara entra a la
Tercera Orden de San Francisco, movida a ser ermitaña adopta el hábito
franciscano. En 1278, la comunidad creció lo suficiente que tuvieron que
construir una ermita más grande a las afueras del pueblo.
En 1290, Clara, su hermana Giovanna y sus compañeras deciden entrar a
la vida mosástica en el mas estricto sentido. Su obispo ubica el
monasterio en Montefalco según la regla de San Agustín. Clara hace sus
votos de pobreza, castidad y obediencia, y se convierte en religiosa
agustina. Su hermana Giovanna fue electa la primera abadesa y su pequeña
ermita fue dedicada como un monasterio. El 22 de noviembre de 1291
Giovanna muere, después Clara fue elegida abadesa. Clara, inicialmente,
no aceptó la posición, pero después de la intervención del obispo de
Spoleto, finalmente aceptó ser abadesa por imposición de obediencia de
su obispo.
1294 fue decisivo para la vida espiritual de Clara. En la
celebreación de la Epifanía, después de hacer una confesión general
frente a sus hijas, sintió un éxtasis y se mantuvo asi por varias
semanas. Imposibilitada de comer, las religiosas mantenían a su Madre
Abadesa dándole agua azucarada. Durante este tiempo, Clara reportó tener
una visión en la cual se vió siendo juzgada delante de Dios.
Clara también comentó tener una visión de Jesús vestido como un pobre
viajero. Durante una visión arrodillándose delante de Jesus trató de
detenerlo y preguntarle «”Mi Señor a donde vas?”» y Jesús le respondió
«He buscado en todo el mundo un lugar fuerte donde plantar esta Cruz
firmemente y no lo he encontrado”.» Después, Clara miró la Cruz y
haciéndole saber su deseo de ayudar a Jesús a cargarla, le dijo:
«”Clara, he encontrado el lugar para mi Cruz aquí. He encontrado
finalmente alguien a quien pueda confiar mi Cruz”» y Jesús, implantó su
Cruz en el corazón de Clara. EL intenso dolor que sintió en todo su ser
cuando recibía la Cruz de Cristo, vivió con ella para siempre. El resto
de sus años los pasó en la pena y en el dolor y aún así continuaba
sirviendo a sus hermanas con alegría.
En el año de 1303 Clara pudo construir una iglesia en Montefalco la
cual no solo sirvió como capilla para las religiosas, sino también para
todas las personas de la ciudad. La primera piedra fue bendecida el 24
de junio de 1303 por el obispo de Spoleto y aquel dia la iglesia fue
dedicada a la Santa Cruz.
Clara sirvió como abadesa, maestra, madre y directora espiritual de
sus amadas hijas por 16 años. Mientras la reputación de santidad y
milagros atraían visitantes al monasterio, ella continuaba gobernándolo
de manera sabia, cuidadosa y sin romper la armonía de la comunidad.
En agosto de 1308, enfermó grave que la dispuso en cama; el 15 de
agosto, pidió recibir la Extrema Unción. Hizo su última confesión el 17
de agosto y al dia siguiente, muere en su convento de Montefalco en
1308.
El proceso de canonización fue iniciado en 1328, pero fue hasta el 13
de abril de 1737 que Clara fue beatificada por el Papa Clemente XII. El
8 de diciembre de 1881, fiesta de la Inmaculada Concepción, el Papa
León XIII la canonizó en la Basílica de San Pedro en Roma.
Reliquias
Inmediatamente después de la muerte de Clara, su corazón fue extraído del cuerpo y después de una inspección, se reportó que los instrumentos de la Pasion de Cristo: un crucifijo, 3 clavos, la corona de espinas y un látigo fueron encontrados en su corazón hechos por los tejidos cardiacos. Escuchado estas noticias, el vicario del obispo de Spoleto viajó a Montefalco lleno de indignación sospechando que las religiosas del convento habían plantado los símbolos. Una comisión de físicos, juristas y teólogos se reunieron para llevar a cabo una investigación , la cual descartó la posibilidad de fabricación. El vicario del obispo, quén vino a Montefalco como un inquisidor a castigar al responsable del fraude, se convenció de la autenticidad de los descubrimientos después de verificar personalmente que los signos no eran resultado de trucos. Sin embargo, dudas de la veracidad de los hallazgos persistieron aun en el proceso de canonización, hasta querían canonizarla como franciscana y no como agustina ya que habia sido secular terciaria franciscana.
Inmediatamente después de la muerte de Clara, su corazón fue extraído del cuerpo y después de una inspección, se reportó que los instrumentos de la Pasion de Cristo: un crucifijo, 3 clavos, la corona de espinas y un látigo fueron encontrados en su corazón hechos por los tejidos cardiacos. Escuchado estas noticias, el vicario del obispo de Spoleto viajó a Montefalco lleno de indignación sospechando que las religiosas del convento habían plantado los símbolos. Una comisión de físicos, juristas y teólogos se reunieron para llevar a cabo una investigación , la cual descartó la posibilidad de fabricación. El vicario del obispo, quén vino a Montefalco como un inquisidor a castigar al responsable del fraude, se convenció de la autenticidad de los descubrimientos después de verificar personalmente que los signos no eran resultado de trucos. Sin embargo, dudas de la veracidad de los hallazgos persistieron aun en el proceso de canonización, hasta querían canonizarla como franciscana y no como agustina ya que habia sido secular terciaria franciscana.
El crucifijo encontrado en el corazón de santa Clara es del tamaño de
un pulgar, la cabeza de Cristo esta inclinada hacia el lado derecho, su
cuerpo es blanco con excepción de “la pequeña abertura en el costado
derecho que tenia un rojo intenso”. El látigo y la corona de espinas
son, aparentemente formados por fibras nerviosas y los 3 clavos estan
formados por una tela de fibras oscuras.
El cuerpo de Santa Clara permanece incorrupto, sin embargo la piel de
sus manos se ha oscurecido con el tiempo. El corazón fue dispuesto para
la veneración en la iglesia de Santa Clara en Montefalco, donde su
cuerpo, vestida con el hábito agustino, reposa bajo el altar mayor.