20 junio, 2017

San Juan de Matera



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¡Oh!, San Juan de Matera, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado Santo, la fama os cubrió por vuestra
austeridad y vuestra predicación al pueblo, instituyendo
la Congregación de Pulsano, bajo la Regla de san Benito.
Vos, desde joven, quisisteis eremita ser, pero como erais
hombre poco hablador, os juzgaron como de mal carácter
y por ello, os alejaron de la vida monástica. Predicasteis
en Bari; en Sicilia, os mantuvisteis en continua penitencia, y
en Ginosa, recibisteis de san Pedro la orden de reparar
su iglesia; como san Francisco, y así lo hicisteis, con unos
compañeros, pero, os encarcelaron acusándoos de apoderaros
de un tesoro. Luego, os disteis cuenta que lo que teníais
que rehacer era la iglesia espiritual y así, os convertisteis
en predicador de gran éxito. El mal, echando cuerpo os acusó
de herejía, pero, vuestra humildad os exoneró de tal injuria.
En Pulsano fundasteis un monasterio bajo la regla de San Benito,
que llevó vuestro nombre, en mérito a vuestra vida de oración,
el amor a la soledad e intensa vida mística. Y, así, y luego
de haber gastado vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona de luz, como justo
premio a vuestra entrega increíble de amor y fe. ¡Aleluya!
¡Oh!, San Juan de Matera, “vivo, Cristo en medio del mundo”.



© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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20 de Junio
San Juan de Matera
Abad


Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com

Martirologio Romano: En el monasterio de San Jacobo de Foggia, en la Apulia, Italia, san Juan de Matera, abad, insigne por su austeridad y su predicación al pueblo, que instituyó la Congregación de Pulsano en la región del Gárgano, bajo la Regla de san Benito († 1139).
Breve Biografía

Nació en Matera (Lucania-Italia) en el seno de una noble familia. Desde muy joven quiso ser eremita y solicitó hospitalidad en el monasterio de Taranto, pero como era un hombre poco hablador, fue juzgado de carácter antipático y por ello alejado del monasterio.

Marchó a Calabria, uniéndose a los monjes de Montevergine junto a san Guillermo de Vercelli, su fundador, pero lo dejó para ser predicador en Bari; luego se dirigió a Sicilia viviendo en continua penitencia y por último se refugió en Ginosa en la Puglia, donde recibió de san Pedro la orden de reparar su iglesia; como san Francisco, entendió en una reparación arquitectónica, y junto con unos compañeros se puso al trabajo, pero fue encarcelado acusado de posesionarse de un tesoro. Se dio cuenta que lo que tenía que rehacer era la iglesia espiritual y salió de su aislamiento convirtiéndose en un predicador de gran éxito en toda la Italia meridional. Fue acusado de herejía, pero, la humildad que demostró en su proceso, hizo que se exonerase de los cargos. En Pulsano fundó, bajo la regla de San Benito, un monasterio que toma su nombre, Congregación de Pulsano que sobrevivirá algún tiempo. En su Vita se dice que fue un hombre de oración, solitario, y de una intensa vida mística. Tiene culto local.

(http://www.es.catholic.net/op/articulos/62469/juan-de-matera-santo.html)