Oh, san Gullermo Tempier, vos,
sois el hijo del Dios de la vida
que, prudente y firme, a la iglesia
a vos, encomendada defendisteis.
No importa, como muchos otros
tantísimos santos y santas de la
iglesia, donde y cuando nacisteis,
importa sí, como aquellos, vuestra
vida y obra. Vos, valiente fuisteis en
la defensa de los derechos y bienes
de vuestra diócesis, de los notables
de la misma, agotando vuestra vida,
y dándoos en alma y cuerpo, por
vuestra feligresía y su espiritual
vida. Gastado vuestro cuerpo, al
cielo voló, vuestra alma, para recibir
justo premio y coronado ser de luz,
por vuestro amor y total fidelidad;
oh, San Gullermo Tempier, “vida y fe”.
© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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29 de Marzo
San Guillermo Tempier
Obispo
Martirologio Romano: En Poitiers, en Aquitania, en Francia, san Guillermo Tempier, obispo, que, prudente y firme, defendió contra los nobles la Iglesia a él encomendada, ofreciendo en su persona un integérrimo ejemplo de vida. (1197)
No tenemos muchas noticias acerca de san Guillermo Tempier, pero su memoria estuvo desde el origen ligada al 29 de marzo y así la reporta el Martirologio Romano.
Se desconoce cuándo y dónde nació, se cree que en Poitiers (Francia), porque era Canónigo Regular en San Hilario de Poitiers, fue elegido obispo de esa ciudad en 1184, como lo prueba un documento de ese año.
Es recordado por su valentía en la defensa de los derechos y bienes de su diócesis; esto también se sustenta en un documento de 1185, que lo señala como defensor contra los perseguidores de la Diócesis, y dotado de viril paciencia.
En 1191 aparece como «Guillermo el fuerte», en ese año obligó a una de sus vasallos a prestarle el debido homenaje; no hay que olvidar que era la Edad Media, y las costumbres generales de la época obligaban a asumir actitudes, para nosotros hoy incomprensibles.
Después de trece años de intenso episcopado, murió el 29 de marzo de 1197, y fue enterrado en la iglesia de San Cipriano. Guillermo Tempier, el obispo que en vida fue fuertemente confrontado por los notables de la diócesis, de muerto fue honrado como santo; señal de que, además de la energía expresada en la conducción administrativa y política de la diócesis, en el campo pastoral fue un gran obispo, atento a la vida espiritual de sus fieles, para quienes era un ejemplo íntegro.
El pueblo de Poitiers se dirigía a su tumba para ser curados de hemorragias.
(http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=45701)