Oh, San Albino de Vercelli, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo, y, el mismo que, la metropolitana
iglesia reconstruyó, sobre las ruinas
de la basílica que, San Eusebio, había
construido, sobre la tumba del mártir
San Teofrasto. Amigo de San Germán,
quien, os había prometido asistir a vuestro
rito inaugural, pero, por cosas de Dios,
él, cadáver hecho sólo, volvió y las luces
del templo que no encenderse habían
podido todo ese tiempo, lo hicieron
todas, a la sola presencia de su féretro,
como signo inequívoco del cumplimiento
de su promesa de estar presente. Y, así,
sus palabras recordasteis, ante aquél
prodigio suscitado. Nombrado obispo
de Vercelli, os disteis íntegro al servicio
de vuestra diócesis, tanto en la palabra,
como en la obra, hasta el día aquél, en que
cumplido vuestro peregrinar por este
mundo, Dios, os premió, con corona de luz,
como premio justo a vuestro gran amor;
Oh; San Albino de Vercelli, “amor y fe”.
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo, y, el mismo que, la metropolitana
iglesia reconstruyó, sobre las ruinas
de la basílica que, San Eusebio, había
construido, sobre la tumba del mártir
San Teofrasto. Amigo de San Germán,
quien, os había prometido asistir a vuestro
rito inaugural, pero, por cosas de Dios,
él, cadáver hecho sólo, volvió y las luces
del templo que no encenderse habían
podido todo ese tiempo, lo hicieron
todas, a la sola presencia de su féretro,
como signo inequívoco del cumplimiento
de su promesa de estar presente. Y, así,
sus palabras recordasteis, ante aquél
prodigio suscitado. Nombrado obispo
de Vercelli, os disteis íntegro al servicio
de vuestra diócesis, tanto en la palabra,
como en la obra, hasta el día aquél, en que
cumplido vuestro peregrinar por este
mundo, Dios, os premió, con corona de luz,
como premio justo a vuestro gran amor;
Oh; San Albino de Vercelli, “amor y fe”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1 Marzo
San Albino de Vercelli
Obispo
San Albino de Vercelli
Obispo
Obispo de la diócesis de Vercelli, fue consagrado en el 452, en un período histórico muy tormentoso en Italia.
Reconstruyó la iglesia metropolitana, sobre las ruinas de la pequeña basílica que San Eusebio había construido sobre la tumba del mártir San Teofrasto, y que el emperador Teodosio había hecho ampliar.
Para la solemne celebración del rito, Albino esperaba la visita de algún obispo importante. La espera fue premiada con el paso de San Germán, obispo de Auxerre, que se dirigía a Ravena. Como no podía esperar, el santo obispo prometió que asistiría al rito, cuando regresara.
San Germán murió durante su estadía en Ravena, y a Vercelli regresó solamente su cadáver.
Cuando colocaron el féretro en el centro de la basílica, todas las velas se encendieron simultáneamente. El hecho, más prodigioso porque en los días anteriores ninguno había podido encenderlas, fue interpretado como el cumplimiento de la promesa que San Germán había hecho a San Albino.
Del obispo de Vercelli no sabemos sino que su culto es muy antiguo.