Domingo XXXIII (A) del tiempo ordinarioTexto del Evangelio (Mt 25,14-30): «Un hombre, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno (…). Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco (…). En cambio, el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor…».
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Hoy escuchamos la “Parábola de los talentos”. Tema de fondo:
aprovechamiento del tiempo. Aquel que escondió el dinero no lo hizo para
robarlo, sino para devolverlo sin más. Ahí está el problema: “sin más”.
Es la imagen del que no se moja.
—No hizo nada malo ni nada bueno, pero mereció el calificativo de «siervo malo y perezoso». ¡El amor nunca es neutro!