01 septiembre, 2012

San Gil o Egidio



Oh, San Gil, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado
santo, y, el mismo que, honor
y brillo, disteis al significado
de vuestro nombre: “El Protegido
o defendido”. El Ródano, de vos,
sabe tanto, como lo de ermitaño
y anacoreta que fuisteis, pues,
así, amar al Dios vivo elegisteis.
Muchos milagros se os atribuyeron
a lo largo de vuestra vida. En
el Medioevo, se os llamó: “de
los pecadores abogado”, porque
contribuisteis a que, Carlos rey,
convertido fuera. “Protector de
los pobres, tullidos y arqueros”,
por que, a los pobres y enfermos
amabais y una flecha, mas que de
dolor, de amor os hirió. “Abogado
contra el miedo y el incubo”,
por ayudar a una cierva en peligro.
“Defensor contra las enfermedades
del cáncer y la epilepsia”. Hoy,
entre nosotros estáis, anacoreta
pintado y orlado con la cierva,
lirio, flecha clavada en el brazo,
dos puertas y un mensaje celeste.
Y, bien ganado tenéis hoy, el cielo
donde gozáis del premio justo,
coronado de luz y eternidad eterna;
oh, San Gil, “amigo de los pobres”.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1º de Septiembre
San Gil o Egidio
Abad y Anacoreta


(”El Protegido o Defendido” en latín; o “cabrito” en griego).

Ermitaño de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII. Algunas leyendas piadosas lo consideraban un rico heredero emigrado de Marsella y establecido como anacoreta en un bosque, en la desembocadura del río Ródano. Con el tiempo edificó un monasterio.

Se le atribuyen algunos milagros y la piedad en el Medioevo lo llamó: Abogado de los pecadores, por haber ayudado en su conversión al Rey Carlos; Protector de pobres, tullidos y arqueros, por haber sido herido por una flecha; Abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a una cierva en peligro; y Defensor contra las enfermedades del cáncer y la epilepsia, llamada “mal de San Gil”.

Se le consideró uno de los “14 santos auxiliares”. Se le representa como anacoreta, con varios atributos: cierva, lirio, flecha clavada en el brazo, dos puertas (regalo del Papa a su monasterio) y un mensaje celeste en una filacteria por haber descubierto un pecado oculto del Rey Carlos y hacérselo confesar.