08 julio, 2011

San Isaías Profeta


Oh, San Isaías, vos sois el hijo
del Dios de la vida, y quiso Él,
que honor dieses al significado
de vuestro nombre: “Dios salva”,
y vos mismo como os llamó Dios
relatasteis: “Vi al Señor Dios,
sentado en un trono excelso y
elevado y miles de serafines lo
alababan cantando: “Santo, Santo
es el Señor Dios de los ejércitos,
llenos están el cielo y la tierra
de Tu Gloria”. Yo me llene de
espanto y exclamé: “Ay de mí que
soy un hombre de labios impuros
y vivo en medio de un pueblo
pecador y mis ojos ven al Dios
Todopoderoso”. Entonces voló hacía
mí uno de los serafines, y tomando
una brasa encendida del altar la
coloco sobre mis labios y dijo:
“Ahora has quedado purificado de
tus pecados.” Y oí la voz del
Señor que me decía:”¿ A quién
enviaré ? ¿ Quién irá de mi parte
a llevarles mis mensajes ?” Yo le
dije : “Aquí estoy Señor, envíame
a mí”, y desde ese instante, el
mundo, supo siete siglos antes, que
Enmanuel, entre nosotros estaría.
Biógrafo primero de Jesús, y después
de Él, y de Moisés, el profeta más
grande de todos los siglos vos sois,
y aunque el final, de vuestros días
os acabó, el impío Manasés, con
vuestra vida y martirio, ganasteis
corona de imperecedera y eterna luz
oh, San Isaías, predilecto de Dios.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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8 de julio
San Isaías Profeta
Año 765 aC

Gracias Señor por tus profetas y por los anuncios que por medio de ellos nos has enviado y nos seguiras enviando siempre. Haz que nunca seamos sordos a las llamadas de conversión que nos haces cada día por medio de tu divina palabra en la predicaciones y en la S. Biblia.

Isaías significa Dios salva. Isaías fue para Israel un heroe nacional. Es un poeta maravilloso. La elegancia de su estilo, la viveza de sus imagenes y la belleza literaria de sus profecías lo convierte en un clásico de la literatura de Israel. Nació en Jerusalen en el año 765 antes de Cristo y parece que era de familia de clase aristocratica. Todo su modo de hablar y comportarse lo presentan como un hombre de cultura superior.
En el Capítulo 6 de sus profecías narra como Dios lo llamo. Dice así : “Ví al Señor Dios , sentado en un trono excelso y elevado y miles de serafines lo alababan cantando : “Santo, Santo es el Señor Dios de los ejercitos, llenos estan el cielo y la tierra de Tu Gloria.” Yo me llene de espanto y exclame : “Ay de mí que soy un hombre de labios impuros y vivo enmedio de un pueblo pecador y mis ojos ven al Dios Todopoderoso”. Entonces voló hacía mí uno de los serafines, y tomando una brasa encendida del altar la coloco sobre mis labios y dijo : “Ahora has quedado purificado de tus pecados.”
Y oí la voz del Señor que me decía:”¿ A quién enviaré ? ¿ Quién irá de mi parte a llevarles mis mensajes ?” Yo le dije : “Aquí estoy Señor, envíame a mí”

LLAMADAS DESATENDIDAS.

Isaías empezo entonces a llevar a las gentes los mensajes de Dios, pidiendoles que se apartarán de su vida de pecado y empezaran una vida agradable a Dios. Pero se cumplía lo que le había avisado el Señor : “Teniendo oídos, no querrán escuchar”. Aviso fuertemente que si no convertían serían llevados presos al destierro. No le hicieron caso y la nación de Israel fue llevada después presa a un país extraño.

EL EMMANUEL

Una de las más famosas profecías que hizo ese gran vidente fue la de Emmanuel. Dijo así : “He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz a un niño al cual llamarán Dios con nosotros” Así esta avisando con siete siglos de anticipación el nacimiento de Jesús , de María Virgen.

SENAQUERIB ATACA A JERUSALEM

El temible Rey de Nínive, Senaquerib, atacó a Jerusalem y amenazaba con destruirla y matar a todos. Pero Isaías animó al piadoso rey Ezequías diciendole : “Prudencia y calma. Confíen en Dios, que la ciudad no caera en manos de los enemigos” . Y sucedió entonces que al ejercito invasor le llego una espantosa epidemia de disentería ( que es una inflamación y ulceración de los intestinos ) y murieron muchos miles y el Rey Senaquerib tuvo que alejarse y no pudo apoderarse de la ciudad . Con esta profecía adquirió Isaías una gran popularidad entre las gentes.

EL LIBRO MAS LARGO DE LA BILBIA

El libro de Isaías es el más largo de los 73 que compenen la Bilbia, tiene unas 70 páginas, se compone de dos partes, la primera fue escrita por el propio profeta Isaías y la segunda se llama “Nuevo Isaías” o DeuteroIsaías”, probablemente escrita por un discipulo de este.

LA VID QUE NO QUISO DAR FRUTOS

Isaías tiene bellísimas comparaciones para enseñar sus mensajes. Por ejemplo la de La Vid y el Viñador, en el Capítulo 5. En la cual compara al pueblo de Dios, con una vid ( plantación de uvas ), a la que el Señor la cuido, la regó y la abonó y luego viene a buscar buenos frutos ( buenas obras ) y encuentra con que solo produce frutos amargos ( obras malas ), entonces el Señor abandona su plantación , dejandola en manos de sus enemigos para que la pisoteen y destruyan.

EL PRIMER BIÓGRAFO DE JESÚS

En el libro de Isaías se pueden encontrar muchos datos de lo que será la vida del Mesías o enviado de Dios, se puede afirmar que este escrito es la primera biografía de Jesús escrita siete siglos antes de que naciera el Redentor. Son impresionantemente hermosas las descripciones del Cap 53, acerca del siervo de Yavhé, donde parece estar viendo la Pasión y Muerte de Jesús, describiendola, tal como ella iba a suceder. Y allí se insiste que estos sufrimientos del enviado de Dios serán ara pagar nuestros pecados.

EL MÁS GRANDE PROFETA

Después de Cristo y de Moisés, el más grande profeta de todos los siglos ha sido Isaías, es el profeta de la Confianza en Dios. Quiere que aunque las situaciones de la vida sean terribles, jamás dejemos de confiar en que Dios llegará con su gran poder a ayudarnos y defendernos. Anuncia un Mesías o Salvador, de la familia de David, portador de paz y de justicia, cuyo oficio es encender en la tierra el amor hacía Dios. Fue un genio religioso que ejercío enorme influencia en la verdadera religión y cuyos escritos los leen y meditan hoy en todo el mundo los seguidores de Cristo. Una antigua tradición judía, nos dice que a Isaías lo hizo maritirizar el impío rey Manasés.


07 julio, 2011

San Fermín y San Llídio





Oh, San Fermín, vos sois el
hijo del Dios de la vida, y
el mismo, que lustre disteis
al significado de vuestro
nombre “firmus”, el firme,
el valeroso y que, al pie de
la letra, cumplisteis en la
tarea, de a los paganos, a la
fe de Nuestro Señor Jesucristo
convertir. Pamplona y Navarra,
de vuestra entrega de amor y
fe saben y que, ante la pagana
orden de no hacerlo más, os
negasteis y aquél impío, os
mandó la cabeza cortar, como
si al hacerlo, terminara con
vuestra alma y vuestro espíritu
que hacia Dios, prestos volaron.
Pamplona os recuerda hoy con
grande alegría y fervor, pues
como vos, nadie más para haber
evangelizado y vuestra sangre
haber derramado y en mártir
haberos convertido, luciendo
hoy, corona de eterna de luz;
oh, San Fermín, santo y mártir.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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7 de julio
San Fermín Obispo y Mártir
Siglo IV.

Este Santo es el famoso patrono de las “Corridas de San Fermín” en España. Su nombre proviene de “Firmus”, el firme, el valeroso.
Nació en Pamplona, España, lo convirtió a la Fé San Honesto, un discipulo de San Saturnino, y lo consagro el Obispo de Toulose, el cual lo envío a predicar por Francia. San Fermín construyó un templo en Amiens, y en esa ciudad convirtió muchos paganos al cristinanismo. Amiens recibió también el martirio por proclamar la fe en Jesucristo.

Predicó San Fermín con mucho fruto en las regiones de Pamplona y Navarra y logró dejar ahí muchos sacerdotes fervorosos, los cuales reafirmaron la fe católica en aquellas tierras. Cuando se fue de allí, la mayoría de los paganos de la región se habían vuelto cristianos. En Francia un gobernador lo puso preso, pero el pueblo invadió la cárcel y lo liberó.

Más tarde el jefe pagano de Amiens le ordenó que dejara de predicar la religión de Cristo. Como Santo no quiso dejar de predicar la verdadera religión, entonces el gobernador le mandó cortar la cabeza. Y así obtuvo lo que más quería en toda su vida : derramar su sangre por Jesucristo y llegar a ser mártir de nuestra santa religión.

La ciudad de Pamplona celebra su fiesta, cada 7 de julio con grandes regocijos populares. Quiera Dios que nuestros religiosos y apóstoles, no dejen nunca de predicar y enseñar, sin cansarse, ni desanimarse, la verdadera religión de Jesús. Aunque ello les cueste grandes sacrificios.


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Oh, San Ilidio, vos sois el
hijo del Dios de la vida, y
grande taumaturgo de Auvergne.
A vos recurrió Máxime, pues
una hija, del demonio poseída
tenía y actuasteis vos y en
el acto la curasteis, y aquél
hombre, absorto por el milagro,
os ofreció dinero, que vos os
negasteis a recibir; pues sólo
queríais que fuera él, justo,
correcto y honesto para con la
iglesia. San Gregorio de Tours,
de vos hablaba: “sus milagros
son innumerables, tantos, que
no todos pueden ser registrados”
y de ellos muchos, después de
muerto ocurrieron y hoy, con
justicia toda, lucís corona de luz,
oh, San Ilídio, santo “milagroso”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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San Ilídio Obispo de Clermont

(Auvergne, Francia).

San Ilídio fue el cuarto obispo de los Auvergneses, según san Gregorio de Tours. Su nombre podría tener como origen el río Allier: el santo nació en sus riberas y allí comenzó también su veneración. La vida de san Ilídio fue escrita por san Gregorio de Tours siguiendo la tradición de la Iglesia de Clermont. San Ilídio asumió su episcopado a continuación del de San Leogontius, hacia el año 370. Su reputación de santidad se extendió hasta la capital de Trier, en el Mosela.

El emperador (usurpador) Maxime tenía una hija poseída del demonio, incurable. Él recurrió al taumaturgo de Auvergne: Ilídio fue solicitado; éste llegó, actuó y venció; con simplemente poner un dedo en la boca de la joven, ella sintió inmediatamente la curación. El emperador, agradecido y sorprendido, le ofreció una gran cantidad de dinero, pero Ilídio la rechazó. Simplemente pidió que el acostumbrado tributo de vino y maíz otorgado a la Iglesia – hasta entonces pagados en especies – fueran convertidos en dinero efectivo. Ilídio regresaba a su casa cuando fue sorprendido por la muerte. Debía ser el año de 384, puesto que en el Concilio de 385 Clermont ya tenía como obispo a Népotien.

Dos siglos después de su muerte, la veneración a Ilídio permanecía tan viva como desde sus mismos comienzos en Clermont – en tiempos de san Gregorio de Tours – quien ya entonces decía: “sus milagros son innumerables, tantos que no todos pueden ser registrados “. Muchos de ellos ocurrieron en el lugar de la tumba del santo, situada en la cripta de Santa María de los Santos, la cual después se convirtió en la Basílica de San Ilídio.

Cuando Gregorio se convierte en obispo le dedica un oratorio que aún guarda sus reliquias. Los normandos quemaron la Basílica de San Ilídio en el año 865. Fue reedificada en el siglo X y asignada como monasterio benedictino. Hacia el año 916, un monje publicó una nueva biografía del santo, atribuyéndole aún más milagros. (Tomado de “Vie des Saints et des Bienheureux selon l’ordre du calendrier, avec l’historique des fêtes” de los Padres Benedictinos de París).



06 julio, 2011

Santa María Goretti



Oh, Santa María Goretti, vos sois la hija
del Dios de la vida, que conforme vos
misma le habíais prometido; preferíais
morir antes que ofenderlo y desde muy
pequeña, os entregasteis a buscarlo y a
saber de Él, y os pusisteis a su servicio.
Un día, el mal echó cuerpo, y lleno de
impuros deseos, de muerte os atacó y
vos, en agonía plena, amor y perdón
disteis en pago de tamaña ofensa y Dios
y María, aquél día presenciaron y de
gloria os cubrieron y para asombro de
todos, os aparecisteis un día, en los sueños
de vuestro ofensor y aquél, que purgaba
condena, supo que al cielo iría, igual que
vos, a compañía hacer al Dios de la vida.
Vos habías intercedido, por aquél milagro
y con vuestra corta, pero santa vida, para
el cielo ganasteis, corona de luz eterna;
Oh, Santa María Goretti, divina pureza.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de julio
Santa María Goretti
Virgen y mártir

Santa María Goretti nació en Corinaldo, Italia el 16 de octubre de 1890 hija de Luis Goretti y Assunta Carlini, ambos campesinos. María fue la segunda de seis hijo. Vivió en el seno de una familia humilde y perdió a su padre a los diez años por causa del paludismo. Como consecuencia de la muerte de su padre, la madre de María Goretti tuvo que trabajar dejando la casa y los hermanos menores a cargo de ésta quien realizaba sus obligaciones con alegría y cada semana asistía a clases de catecismo.

A los once años hizo su primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado. En la misma finca donde vivía María trabajaba Alejandro Serenelli, quien se enamoró de María que en ese entonces contaba con doce años. Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la santa rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado.

El 5 de julio de 1902 Serenelli fue en busca de María quien estaba sola en su casa y al encontrarla la invitó a ir a una recámara de la casa a lo que María se negó por lo que aquél se vio obligado a forzarla. María se negaba advirtiéndole a Serenelli que lo que pretendía era pecado y que no accedería a sus pretensiones por lo que éste la atacó con un cuchillo clavándoselo catorce veces.

María no murió inmediatamente, fue trasladada a la hospital de San Juan de Dios donde los médicos la operaron sin antestcia porque no había y durante dos horas la santa soportó el sufrimiento ofreciéndo a Dios sus dolores. Antes de morir, un día después del ataque, María alcanzó a recibir la comunión y la unción de los enfermos e hizo público su perdón a Serenelli.

El asesino fue condenado a 30 años de prisión donde al principio no daba muestras de arrepentimiento. La tradición cuenta que después de un sueño donde María le dijo que él también podía ir al cielo, Serenelli cambió completamente volviéndose hacia Dios y ofreciendo sus trabajos y sufrimientos en reparación de sus pecados.

Después de 27 años de cárcel fue liberado y acudió a pedir perdón a la madre de la santa, quien no solo lo perdonó sino que lo defendió en público alegando que si Dios y su hija lo habían perdonado, ella no tenía porque no perdonarlo. La fama de María Goretti se extendía cada vez más y fueron apareciendo las muestras de santidad, que fue fruto de su cercanía a Dios y su devoción a laVirgen María.

Después de numerosos estudios, la Santa Sede la canonizó el 24 de junio de 1950 en una ceremonia que se tuvo que realizar en la Plaza de San Pedro debido a la cantidad de asistentes que se calculaban en más de quinientas mil personas. En la ceremonia de canonización acompañaron a Pío XII la madre, dos hermanas y un hermano de María. Durante esta ceremonia Su Santidad Pío XII exhaltó la virtud de la santa y sus estudiosos afirman que por la vida que llevó aún cuando no hubiera sido mártir habría merecido ser declarada santa.


05 julio, 2011

San Antonio María Zaccaría


Oh, San Antonio María Zaccaría;
vos sois el hijo del Dios de la
vida, que tiempo poco vivisteis,
pero obrasteis, como si vivido
hubierais larga vida y como médico
que erais, os dedicasteis a no sólo
curar cuerpos, sino, también almas,
salvándolas del infierno eterno.
La comunidad de las “Angelicales”
hermanas y la de los “Clérigos de
San Pablo”, fundasteis, para entre
los pecadores predicar y conversos
volverlos. Vos, un amor inmenso
sentíais por la Eucaristía Sagrada,
y propagasteis por todo el mundo
la devoción de las “Cuarenta Horas”,
para, como es debido honrarla y
junto a ella, la pasión y muerte
de Nuestro Señor Jesucristo, que
también os conmovía, y cada viernes,
sonar hacíais las campanas, en su
recuerdo a las tres de la tarde.
A San Pablo leer, os emocionaba
y de quien predicabais luego en
el púlpito. Al hereje e impío Lutero,
enfrentasteis y las bases sentasteis
para el Concilio de Trento; y así,
luego de haber gastado vuestra vida
corta, voló vuestra alma al cielo,
para recibir corona de luz eterna;
oh San Antonio María Zaccaría, “luz”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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Julio 5
San Antonio María Zaccaria
Sacerdote y fundador
Año 1539.

En este sacerdote que murió muy joven, sí que se cumplió aquella frase del Libro de la Sabiduría en la S. Biblia “Vivió muy poco tiempo, pero hizo obras como si hubiera tenido una vida muy larga”. Nació en Cremona, Italia, en 1502. Quedó huérfano de padre cuando tenia muy pocos años. Su madre, viuda a los 18 años, renunció a nuevos matrimonios que se le ofrecían con tal de dedicarse totalmente a la educación de su hijito y los resultados que obtuvo fueron admirables.

Estudió medicina en la Universidad de Padua, y allí supo cuidarse muy bien para huir de las juergas universitarias y así conservar la santa virtud de la castidad. Desde joven renunció a los vestidos elegantes y costosos, y vistió siempre como la gente pobre, y el dinero que ahorraba con esto, lo repartía entre los más necesitados.

A los 22 años se graduó de médico y su gran deseo era dedicarse totalmente a atender a las gentes más pobres, la mayor parte de las veces gratuitamente, y aprovechar su profesión para ayudarles también a sus pacientes a salvar el alma y ganarse el cielo. Pero unos años después, sus directores espirituales le aconsejaron que hiciera también los estudios sacerdotales, y así logró ordenarse de sacerdote. Así fue doblemente médico: de los cuerpos y de las almas.

Antonio María tuvo siempre desde muy pequeño un inmenso amor por los pobres. Ya en la escuela, volvía a veces a casa sin saco, porque lo había regalado a algún pobrecito que había encontrado por ahí tiritando de frío. Durante sus años de profesional y sacerdote, todo lo que consigue lo reparte entre los más necesitados. Se trasladó a Milán (la ciudad de mayor número de habitantes en Italia) porque en esa gran ciudad tenía más posibilidades de extender su apostolado a muchas gentes. Y allí, por medio de la hermana Luisa Torelli fundó la comunidad de las hermanas llamadas “Angelicales” (nombre que les pusieron porque su convento se llamaba de “Los Santos Angeles”). El fin de esta comunidad era preservar a las jovencitas que estaban en peligro de caer en vicios, y redimir y volver al buen camino a las que ya habían caído. Estas hermanas le ayudaron muchísimo a nuestro santo en todos sus apostolados.

Luego con otros compañeros fundó la Comunidad llamada “Clérigos de San Pablo” los cuales, por vivir en un convento llamado de San Bernabé, fueron llamados por la gente “Los Padres Bernabitas”. Esta congregación tenía por fin predicar para convertir a los pecadores, extender por todas partes la devoción a la Pasión y muerte de Cristo, y a su santa Cruz. Y esforzarse lo más posible por tratar de obtener la renovación de la vida espiritual y piadosa entre el pueblo, que estaba muy decaida y relajada. Estos religiosos hicieron tanto bien en la ciudad y sus alrededores que unos años mas tarde, San Carlos, gran arzobispo de Milán, dirá de ellos: “Son la ayuda más formidable que he encontrado en mi arquidiócesis”.

San Antonio María sentía un gran cariño por la Sagrada Eucaristía, donde está Cristo presente en la Santa Hostia, con su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad. Por eso propagó por todas partes la devoción de las Cuarenta Horas, que consiste en dedicar tres días cada año, en cada templo, a honrar solemnemente a la Sma. Eucaristía con rezos, cantos y otros actos solemnes de culto.

Otra de sus grandes devociones era la pasión y muerte de Cristo. Cada viernes, a las tres de la tarde hacía sonar las campanas, para recordar a la gente que a esa hora había muerto Nuestro Señor. Siempre llevaba una imagen de Jesús crucificado, y se esmeraba por hacer que sus oyentes meditaran en los sufrimientos de Jesús en su Pasión y Muerte, porque esto aumenta mucho el amor hacia el Redentor. Y una tercera devoción que lo acompaño en sus años de sacerdocio fue un enorme entusiasmo por las Cartas de San Pablo. Su lectura lo emocionaba hasta el extremo, y de ellas predicaba, y a sus discípulos les insistía en que leyeran tan preciosas cartas frecuentemente, y que meditaran en sus importantísimas enseñanzas. A él le sucedió lo que le ha pasado a miles y millones de creyentes en el mundo entero, que al leer las Cartas de San Pablo han descubierto en ellas unos mensajes celestiales tan interesantes que quedan entusiasmados para siempre por su lectura y meditación.

A nuestro santo le correspondió vivir en los tiempos difíciles en los que en Alemania el falso reformador Lutero proclamaba una falsa reforma en la religión, y en Roma y España, San Ignacio y sus jesuitas empezaban a trabajar por conseguir una verdadera reforma de la Iglesia, y muchísimos católicos sentían un intenso deseo de que empezara una era de mayor fervor y menos frialdad y maldad. San Antonio María fue uno de los que con su enorme apostolado preparó la gran Reforma de la Iglesia Católica que iba a traer el Concilio de Trento.

Siendo aún muy joven, sintió que de tanto trabajar por el apostolado, le faltaban las fuerzas. Se fue a casa de su santa madre, y en sus brazos murió el 5 de julio de 1539. Tenía apenas 37 años, pero había hecho labores apostólicas como si hubiera trabajado por tres docenas de años más. El Papa León XIII lo declaró santo en 1897. Y nosotros le pedimos a San Antonio Zaccaría, que pida mucho al buen Dios para que la Iglesia Católica se renueve día por día y no vaya a caer nunca en la relajación y que no se enfríe nunca en el santo fervor que Nuestro Señor quiere de cada uno de los creyentes.



04 julio, 2011

Santa Isabel de Portugal


Oh, Santa Isabel de Portugal, vos sois
la hija del Dios de la vida, que reina
siendo, y madre de familia, os disteis
ingenio para de pacificadora hacer, y,
a vuestro nombre, en su significado
“Promesa de Dios”, colmarlo de fama.
Escribisteis a vuestro esposo, cuando
vuestro hijo, medir osó armas con él:
“Como una loba enfurecida a la cual
le van a matar a su hijito, lucharé por
no dejar que las armas del rey se lancen
contra nuestro propio hijo. Pero al
mismo tiempo, haré que primero me
destrocen a mí las armas de los ejércitos
de mi hijo, antes que ellos disparen
contra los seguidores de su padre” y a
vuestro hijo: “Por Santa María la Virgen,
te pido que hagas las paces con tu padre.
Mira que los guerreros queman casas,
destruyen cultivos y destrozan todo. No
con las armas, hijo, no con las armas,
arreglaremos los problemas, sino dialogando,
consiguiendo arbitrajes para arreglar los
conflictos. Yo haré que las tropas del rey
se alejen y que los reclamos del hijo sean
atendidos, pero por favor, recuerda que
tienes deberes gravísimos con tu padre
como hijo y como súbdito con el rey” y así,
con una vida de ejemplo llena y entrega a
Dios y al prójimo, partisteis a la pastura
eterna, donde recibisteis corona de luz,
abogada infalible para los territorios donde
hay guerras, guerrillas y ausencia de paz,
oh, Santa Isabel de Portugal, “pacificadora”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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Julio 4
Santa Isabel de Portugal
Reina, madre de familia y pacificadora
Año 1336

Isabel significa “Promesa de Dios” (Isab = promesa. El = Dios). Nació en 1270. Era hija del rey Pedro III de Aragón, nieta del rey Jaime el Conquistador, biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron este nombre en honor de su tía abuela Santa Isabel de Hungría. Santa Isabel tuvo la dicha que su familia se esmerara extremadamente en formarla lo mejor posible en su niñez. Desde muy niña tenía una notable inclinación hacia la piedad, y un gusto especial por imitar los buenos ejemplos que leía en las vidas de los santos o que observaba en las vidas de las personas buenas. En su casa le enseñaron que si quería en verdad agradar a Dios debía unir a su oración, la mortificación de sus gustos y caprichos y esforzarse por evitar todo aquello que la pudiera inclinar hacia el pecado. Le repetían la frase antigua: “tanta mayor libertad de espíritu tendrás, cuanto menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas”.

Sus educadores le enseñaron que una mortificación muy formativa es acostumbrarse a no comer nada entre horas (o sea entre comida y comida), y soportar con paciencia que no se cumplan los propios deseos, y esmerarse cada día por no amargarle ni complicarle la vida a los demás. Dicen sus biógrafos que la formidable santidad que demostró más tarde se debe en gran parte a la esmerada educación que ella recibió en su niñez.

A los 15 años ya sus padres la habían casado con el rey de Portugal, Dionisio. Este hombre admiraba las cualidades de tan buena esposa, pero él por su parte tenía un genio violento y era bastante infiel en su matrimonio, llevaba una vida nada santa y bastante escandalosa, lo cual era una continua causa de sufrimientos para la joven reina, quien soportara todo con la más exquisita bondad y heroica paciencia.

El rey no era ningún santo, pero dejaba a Isabel plena libertad para dedicarse a la piedad y a obras de caridad. Ella se levantaba de madrugada y leía cada día seis salmos de la Santa Biblia. Luego asistía devotamente a la Santa Misa; enseguida se dedicaba a dirigir las labores del numeroso personal del palacio. En horas libres se reunía con otras damas a coser y bordar y fabricar vestidos para los pobres. Las tardes las dedicaba a visitar ancianos y enfermos y a socorrer cuanto necesitado encontraba.

Hizo construir albergues para indigentes, forasteros y peregrinos. En la capital fundó un hospital para pobres, un colegio gratuito para niñas, una casa para mujeres arrepentidas y un hospicio para niños abandonados. Conseguía ayudas para construir puentes en sitios peligrosos y repartía con gran generosidad toda clase de ayudas. Visitaba enfermos, conseguía médicos para los que no tenían con qué pagar la consulta; hacía construir conventos para religiosos, a las muchachas muy pobres les costeaba lo necesario para que pudieran entrar al convento, si así lo deseaban. Tenía guardada una linda corona de oro y unos adornos muy bellos y un hermoso vestido de bodas, que prestaba a las muchachas más pobres, para que pudieran lucir bien hermosas el día de su matrimonio.

Su marido el rey Dionisio era un buen gobernante pero vicioso y escandaloso. Ella rezaba por él, ofrecía sacrificios por su conversión y se esforzaba por convencerlo con palabras bondadosas para que cambiara su conducta. Llegó hasta el extremo de educarle los hijos naturales que él tenía con otras mujeres. Tuvo dos hijos: Alfonso, que será rey de Portugal, sucesor de su padre, y Constancia (futura reina de Castilla). Pero Alfonso dio muestras desde muy joven de poseer un carácter violento y rebelde. Y en parte, esta rebeldía se debía a las preferencias que su padre demostraba por sus hijos naturales. En dos ocasiones Alfonso promovió la guerra civil en su país y se declaró contra su propio padre. Isabel trabajó hasta lo increíble, con su bondad, su amabilidad y su extraordinaria capacidad de sacrificio y su poder de convicción, hasta que obtuvo que el hijo y el papá hicieran las paces. Lo grave era que los partidos políticos hacían todo lo más posible para poder enemistar al rey Dionisio y su hijo Alfonso.

Algunas veces cuando los ejércitos de su esposo y de su hijo se preparaban para combatirse, ella vestida de sencilla campesina atravesaba los campos y se iba hacia donde estaban los guerreros y de rodillas ante el esposo o el hijo les hacía jurarse perdón y obtenía la paz. Son impresionantes las cartas que se conservan de esta reina pacificadora. Escribe a su esposo: “Como una loba enfurecida a la cual le van a matar a su hijito, lucharé por no dejar que las armas del rey se lancen contra nuestro propio hijo. Pero al mismo tiempo haré que primero me destrocen a mí las armas de los ejércitos de mi hijo, antes que ellos disparen contra los seguidores de su padre”. Al hijo le escribe: “Por Santa María la Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor, recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo y como súbdito con el rey”. Y conseguía la paz una y otra vez.

Su esposo murió muy arrepentido, y entonces Isabel dedicó el resto de su vida a socorrer pobres, auxiliar enfermos, ayudar a religiosos y rezar y meditar. Pero un día supo que entre su hijo Alfonso de Portugal y su nieto, el rey de Castilla, había estallado la guerra. Anciana y achacosa como estaba, emprendió un larguísimo viaje con calores horrendos y caminos peligrosos, para lograr la paz entre los dos contendores. Y este viaje fue mortal para ella. Sintió que le llegaba la muerte y se hizo llevar a un convento de hermanas Clarisas, y allí, invocando a la Virgen María murió santamente el 4 de julio del año 1336.

Dios bendijo su sepulcro con varios milagros y el Sumo Pontífice la declaró santa en 1626. Es abogada para los territorios y países donde hay guerras civiles, guerrillas y falta de paz. Que Santa Isabel ruegue por nuestros países y nos consiga la paz que tanto necesitamos.



03 julio, 2011

Santo Tomás Apóstol


Oh, Santo Tomás Apóstol y mártir,
vos sois el Hijo del Dios de la vida,
que amasteis a vuestro Maestro Jesús,
tanto, que, su muerte no soportasteis,
y, por ello, desconsolado quedasteis.
Los discípulos os dijeron: “Hemos
visto al Señor” y vos les contestasteis:
“si no veo en sus manos los agujeros
de los clavos, y si no meto mis dedos
en los agujeros sus clavos, y no meto
mi mano en la herida de su constado,
no creeré”. Y más tarde, el mismo Jesús,
se presentó y os dijo: “Acerca tu dedo,
aquí tenéis mis manos. Traed vuestra
mano y ponéosla en la herida de mi costado,
y no seáis incrédulo, sino creyente” y
vos contestasteis: “¡Señor mío y Dios
mío!” y el Maestro Divino os dijo:
“Habéis creído porque me habéis visto.
Dichosos los que creen sin ver” y, he
allí cuando vuestra duda, sembró tangible
esperanza, en aquellos que dicen creer
sólo en lo que ven y desdeñan de su fe
hasta anularse, pero, por vuestra duda,
las palabras certeras de Cristo, la fe del
creyente mundo fortalecieron se, para
“creer sin ver”, y así, luego de iros a
tierras de la India y Persia, tornasteis
vuestra alma a la Casa del Padre, para ser
Justificado por aquellas vuestras palabras:
“¡Señor Mìo y Dios mío!”¡Qué respuesta!,
y coronado ser, con corona de luz eterna;
Oh, Santo Tomás:”Señor Mío y Dios Mío”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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03 de Julio
Santo Tomás Apóstol
Siglo I

SEÑOR: AUMÉNTANOS LA FE

Tomás significa “gemelo”. La tradición antigua dice que Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72. Parece que en los últimos años de su vida estuvo evangelizando en Persia y en la India, y que allí sufrió el martirio. De este apóstol narra el santo evangelio tres episodios.

El primero sucede cuando Jesús se dirige por última vez a Jerusalem, donde según lo anunciado, será atormentado y lo matarán. En este momento los discípulos sienten un impresionante temor acerca de los graves sucesos que pueden suceder y dicen a Jesús: “Los judíos quieren matarte y ¿vuelves allá?. Y es entonces cuando interviene Tomás, llamado Dídimo (en este tiempo muchas personas de Israel tenían dos nombres: uno en hebreo y otro en griego. Así por ej. Pedro en griego y Cefás en hebreo). Tomás, es nombre hebreo. En griego se dice “Dídimo”, que significa lo mismo: el gemelo. Cuenta San Juan (Jn. 11,16) “Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él”. Aquí el apóstol demuestra su admirable valor.

Un escritor llegó a decir que en esto Tomás no demostró solamente “una fe esperanzada, sino una desesperación leal”. O sea: él estaba seguro de una cosa: sucediera lo que sucediera, por grave y terrible que fuera, no quería abandonar a Jesús. El valor no significa no tener temor. Si no experimentáramos miedo y temor, resultaría muy fácil hacer cualquier heroísmo. El verdadero valor se demuestra cuando se está seguro de que puede suceder lo peor, sentirse lleno de temores y terrores y sin embargo arriesgarse a hacer lo que se tiene que hacer. Y eso fue lo que hizo Tomás aquel día. Nadie tiene porque sentirse avergonzado de tener miedo y pavor, pero lo que sí nos debe avergonzar totalmente es el que a causa del temor dejemos de hacer lo que la conciencia nos dice que sí debemos hacer, Santo Tomás nos sirva de ejemplo.

La segunda intervención: sucedió en la Última Cena. Jesús les dijo a los apóstoles: “A donde Yo voy, ya sabéis el camino”. Y Tomás le respondió: “Señor: no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” (Jn. 14, 15). Los apóstoles no lograban entender el camino por el cual debía transitar Jesús, porque ese camino era el de la Cruz. En ese momento ellos eran incapaces de comprender esto tan doloroso. Y entre los apóstoles había uno que jamás podía decir que entendía algo que no lograba comprender. Ese hombre era Tomás. Era demasiado sincero, y tomaba las cosas muy en serio, para decir externamente aquello que su interior no aceptaba. Tenía que estar seguro. De manera que le expresó a Jesús sus dudas y su incapacidad para entender aquello que Él les estaba diciendo. Admirable respuesta. Y lo maravilloso es que la pregunta de un hombre que dudaba obtuvo una de las respuestas más formidables del Hijo de Dios. Uno de las más importantes afirmaciones que hizo Jesús en toda su vida. Nadie en la religión debe avergonzarse de preguntar y buscar respuestas acerca de aquello que no entiende, porque hay una verdad sorprendente y bendita: todo el que busca encuentra.

Le dijo Jesús: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” Ciertos santos como por ejemplo el Padre Alberione, Fundador de los Padres Paulinos, eligieron esta frase para meditarla todos los días de su vida. Porque es demasiado importante como para que se nos pueda olvidar. Esta hermosa frase nos admira y nos emociona a nosotros, pero mucho más debió impresionar a los que la escucharon por primera vez.

En esta respuesta Jesús habla de tres cosas supremamente importantes para todo israelita: el Camino, la Verdad y la Vida. Para ellos el encontrar el verdadero camino para llegar a la santidad, y lograr tener la verdad y conseguir la vida verdadera, eran cosas extraordinariamente importantes. En sus viajes por el desierto sabían muy bien que si equivocaban el camino estaban irremediablemente perdidos, pero que si lograban viajar por el camino seguro, llegarían a su destino. Pero Jesús no sólo anuncia que les mostrará a sus discípulos cuál es el camino a seguir, sino que declara que Él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida.

Notable diferencia: Si le preguntamos al alguien que sabe muy bien: ¿Dónde queda el hospital principal? Puede decirnos: siga 200 metros hacia el norte y 300 hacia occidente y luego suba 15 metros… Quizás logremos llegar. Quizás no. Pero si en vez de darnos eso respuesta nos dice: “Sígame, que yo voy para allá”, entonces sí que vamos a llegar con toda seguridad. Es lo que hizo Jesús: No sólo nos dijo cual era el camino para llegar a la Vida Eterna Feliz, sino que afirma solemnemente: “Yo voy para allá, síganme, que yo soy el Camino para llegar con toda seguridad”. Y añade: Nadie viene al Padre sino por Mí: “O sea: que para no equivocarnos, lo mejor será siempre ser amigos de Jesús y seguir sus santos ejemplos y obedecer sus mandatos. Ese será nuestro camino, y la Verdad nos conseguirá la Vida Eterna”.

El hecho más famoso de Tomás

Los creyentes recordamos siempre al apóstol Santo Tomás por su famosa duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso. Dice San Juan (Jn. 20, 24) “En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. El les contestó: “si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su constado, no creeré”. Ocho días después estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presento Jesús y dijo a Tomás: “Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente”. Tomás le contestó: “Señor mío y Dios mío”. Jesús le dijo: “Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver”.

Parece que Tomás era pesimista por naturaleza. No le cabía la menor duda de que amaba a Jesús y se sentía muy apesadumbrado por su pasión y muerte. Quizás porque quería sufrir a solas la inmensa pena que experimentaba por la muerte de su amigo, se había retirado por un poco de tiempo del grupo. De manera que cuando Jesús se apareció la primera vez, Tomás no estaba con los demás apóstoles. Y cuando los otros le contaron que el Señor había resucitado, aquella noticia le pareció demasiado hermosa para que fuera cierta.

Tomás cometió un error al apartarse del grupo. Nadie está pero informado que el que está ausente. Separarse del grupo de los creyentes es exponerse a graves fallas y dudas de fe. Pero él tenía una gran cualidad: se negaba a creer sin más ni más, sin estar convencido, y a decir que sí creía, lo que en realidad no creía. El no apagaba las dudas diciendo que no quería tratar de ese tema. No, nunca iba a recitar el credo como un loro. No era de esos que repiten maquinalmente lo que jamás han pensado y en lo que no creen. Quería estar seguro de su fe.

Y Tomás tenía otra virtud: que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final, con todas sus consecuencias. Por eso hizo es bellísima profesión de fe “Señor mío y Dios mío”, y por eso se fue después a propagar el evangelio, hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado. Preciosas dudas de Tomás que obtuvieron de Jesús aquella bella noticia: “Dichosos serán los que crean sin ver”.



02 julio, 2011

San Otón

Oh, San Otón, vos sois el hijo del Dios
de la vida. Apóstol de Pomerania y de
padre y madre huérfano; la providencia
divina, jamás os abandonó colmándoos
de vuestras necesidades. Consejero del
emperador; Pascual Papa, os consagró
y vuestra santa vida discurrió, la palabra
de Dios esparciendo entre los hombres
de vuestro tiempo y monasterios muchos
fundando y recorriendo las ciudades todas,
y, a los gentiles bautizando y recibiendo,
a los que se adherían con amor inmenso a
la nueva fe. Por la liberación de los
prisioneros intercedisteis y los exhortabais
a los ídolos abandonar y a convertirse a
la nueva de fe de Cristo y Dios que vuestro
trabajo vio, premiado por Dios fue y hoy,
os hace lucir corona de luz eterna;
oh, San Otón, Apóstol y evangelizador.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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2 de julio
San Otón

San Otón fue obispo de Bamberg y es llamado el Apóstol de Pomerania . Nació en Suabia, Alemania, y vivió en el siglo XII. Huérfano de padre y madre, enfrentó muchas dificultades para costear sus estudios en filosofía y ciencias humanas. Partió a Polonia para ganarse la vida. Poco a poco se estableció y fundó una escuela que ganó prestigio y le dio buenas ganancias.

Se hizo conocido y estimado en la corte polaca , amigo y consejero del emperador, que lo nombró obispo de Bomberg. San Otón, sin embargo solamente quedó con la conciencia tranquila cuando fue consagrado obispo por el papa Pascual, alrededor del año 1106.

Es considerado el evangelizador de la Pomerania; fundó allí numerosos monasterios. Y apoyado por Boleslao, duque de Polonia que dominaba la región, y por Vratislao, duque cristiano de Pomerania, recorrió todas las ciudades instruyendo a los gentiles y bautizando a los que se adherían a la fe, intercediendo ante el príncipe por la liberación de los prisioneros, exhortando a todos a abandonar los ídolos y a convertirse al Dios de Jesucristo. Esparció misioneros por toda la Pomerania.