22 octubre, 2013

Beato Timoteo Giaccardo

Oh, Beato Timoteo Giaccardo, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y, su amado
santo, que, a vuestros discípulos de la
Pía Sociedad de San Pablo, para anunciar
el Evangelio instruisteis, a través de los
Medios de Comunicación Social. Os llamaban
el “Señor Maestro”. Y, con ese nombre
os quedasteis hasta el final de vuestra
vida. Vos, fuisteis el primer sacerdote
paulino y su primer Vicario General de la
Sociedad de San Pablo. “Yo, en la Congregación,
no tuve la misión de lanzar nuevas iniciativas,
sino de educar, plantar, integrar nuestra
“Sociedad de San Pablo”, en la Iglesia de
Roma, sobre la roca de san Pedro, sobre la
apostolicidad de san Pablo; y he comprobado
la paciencia de Dios en asistirme para llevar
a cabo este ministerio”. Vos, en vuestro
diario así, dejasteis constancia, y, como
hijo espiritual, transmitisteis y profundizasteis
la herencia alberoniana, sin que, jamás,
nunca el cansancio y la fatiga os doblegara.
“Me parece ver claro que se define cada
vez más este segundo ministerio: conservar,
interpretar, hacer penetrar y fluir el espíritu
y las directrices del Primer Maestro. Y yo,
acepto con espíritu de humildad este ministerio,
con ánimo dócil, afectuoso, sincero”. Fuisteis,
amado, escuchado, seguido y venerado dentro
y fuera, y además el maestro que a todos
precedía con el ejemplo, que enseñaba de todo,
que aconsejaba a todos, que lo construía
todo con su oración iluminada y ferviente.
Así, erais vos, y os volcasteis a sí mismo,
en cada corazón de Sacerdotes, discípulos,
Hijas de San Pablo, Pías Discípulas, Pastorcitas;
y de cuantos os conocieron en vuestras
relaciones espirituales, sociales y económicas.
También, vos, fuisteis el primer sacerdote
que escribisteis y publicasteis un libro,
con el título de “María Reina de los Apóstoles”,
dedicado a la Patrona de la Familia Paulina.
Vuestra alma voló al cielo, donde os coronaron
con justicia, con corona de luz, por vuestro amor;
oh, Beato Timoteo Giaccardo, “fe, camino y luz”.

© 2013 Luis Ernesto Chacón Delgado
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22 de Octubre
Beato Timoteo Giaccardo
Sacerdote

Martirologio Romano: En Roma, beato Timoteo (José) Giaccardo, presbítero, que instruyó a muchos discípulos en la Pía Sociedad de San Pablo, para anunciar el Evangelio por medio de los instrumentos de comunicación social (1948).

Fecha de beatificación: 22 de octubre de 1989 por el Papa Juan Pablo II.

Nació en Narzole (Cuneo-Italia) el 13 de junio de 1896. Fue bautizado el mismo día, con los nombres de José y Domingo. Jovencito aún, se encontró con el P. Santiago Alberione, quien lo encaminó hacia el seminario diocesano de Alba.

La amistad con el P. Alberione lo hizo sensible a las nuevas necesidades de los tiempos y se abrió a los nuevos medios pastorales de evangelización. En consecuencia, con el consentimiento de su obispo, en el 1917, con 21 años, pasó del seminario diocesano a la naciente Sociedad de San Pablo, siendo encar-gado por el P. Alberione como maestro de los primeros aspirantes a paulinos. Lo llamaban el Señor Maestro, y con ese nombre se quedó.

Las condiciones históricas eran tales que parecía irrealizable se concediera el sacerdocio ministerial a los jóvenes del P. Alberione. La mayoría del clero diocesano veía posible que fueran ordenados los primeros paulinos, llamados por broma “los curas del mono y de la campera”. El mismo clérigo Giaccardo, del seminario diocesano, al presentarse al obispo para pedirle poder integrarse en la Sociedad de San Pablo, escuchó la seca pregunta: “¿Estás dispuesto a renunciar a tu hábito clerical y al sacerdocio?”. Con dolor en el corazón, pero sin titubear, aceptó esas condiciones, y las ofreció a Dios por medio de María con tal de seguir la vocación paulina que él sentía clarísima.

El P. Alberione, firme en su fe y confianza, espera en silencio y en oración que Dios hiciera resonar la hora de la aprobación canónica de la Congregación y de la ordenación sacerdotal para sus jóvenes, llamados al ministerio de la predicación mediante la palabra escrita. Y así, ante la sorpresa y el estupor de todos, pudo ver a su clérigo Giaccardo ordenado sacerdote, en 1919, por su mismo obispo, quien anteriormente le había pedido la renuncia al hábito y al sacerdocio si quería ser paulino. Y además, su ordenación se adelantó a la edad canónicamente requerida, mediante la oportuna dispensa, debido también a una imprevista circuístancia: para que su madre, enferma de gravedad, lo viera ordenado sacerdote antes de morir.

Fue el primer sacerdote paulino y el primer Vicario General de la Sociedad de San Pablo. Su vida es un ejemplo actual de cómo se puede conciliar la más alta perfección con la más intensa actividad apostólica. “Modelo para todos los sacerdotes paulinos”, como declaró el Fundador.

Él fue para el Beato Alberione como el “hijo de la promesa”, a semejanza de Isaac para Abrahán. En él podía el Fundador ver su descendencia y reconocer la primera realización de la promesa. Con la ordenación de Giaccardo la Familia Paulina se injertaba en la Iglesia mediante el sacerdocio apostólico, en sintonía con el mandato de Jesús: “Vayan por todo el mundo y hagan discípulos míos en todas las naciones”.

La ordenación sacerdotal del P. Giaccardo marcó una fecha histórica para la Familia Paulina por otra razón: él era el primer sacerdote paulino ordenado expresamente para un ministerio nuevo en la Iglesia. Así la predicación realizada con los medios de comunicación social quedaba implícitamente considerada como verdadera evangelización. Lo que el Concilio Vaticano II sancionaría medio siglo más tarde en el decreto “Inter mirifica”, era ya anunciado en la ordenación sacerdotal del P. Giaccardo.

El padre Santiago Alberione vio en este hecho una clara respuesta de Dios a su fe en la propia vocación y misión. Comprendió que sería la vocación y misión de una gran Familia fundada sobre el sacerdocio de Cristo, en la línea del Magisterio de la Iglesia y del ministerio apostólico; Familia heredera de la gracia y del apostolado de san Pablo; enviada para anunciar el Evangelio de Cristo a todos los hombres a través de los nuevos medios de comunicación social.

Por otra parte, el P. Giaccardo representa el anillo de enganche entre el Fundador y las nuevas comunidades nacidas de la comunidad madre de Alba: él fue el primero que guió la migración de los dos grupos, masculino y femenino que dieron origen a las comunidades romanas. En enero de 1926, teniendo en cuenta su gran amor al Papa, el Fundador lo envió a Roma para abrir y poner en marcha la primera casa filial de la Congregación.

El Fundador le había dicho: “Te mando a Roma en gracia de tu amor a san Pablo y por tu fidelidad al Papa. Estoy convencido de que al Divino Maestro le agradará tener en Roma, junto a su Vicario que representa el Evangelio “hablado”, también una voz que representa el Evangelio “impreso”. Dicho por inciso: “La Voz” era el título del primer periódico editado por los paulinos en Roma, y que les había cedido la Diócesis.

El beato Giaccardo escribió más tarde en su diario: “Yo, en la Congregación, no tuve la misión de lanzar nuevas iniciativas, sino de educar, plantar, integrar nuestra Sociedad de San Pablo en la Iglesia de Roma, sobre la roca de san Pedro, sobre la apostolicidad de san Pablo; y he comprobado la paciencia de Dios en asistirme para llevar a cabo este ministerio”.

Podemos afirmar así que, mediante el P. Giaccardo, la Familia Paulina se enraíza, incluso visiblemente y localmente, en la herencia de los apóstoles, representada por la sede de Roma.
Como el beato Santiago Alberione fue el “padre” que, en la luz de su misión especial, dio vida a las varias ramas de la Familia Paulina, el beato Timoteo Giaccardo, su primer hijo espiritual, transmitió y profundizó la herencia alberoniana. Sin reflejar nunca el cansancio ni calcular la fatiga, sin concederse un día de vacaciones, compartió durante treinta años con el padre Alberione la solicitud por cada una de las Congregaciones paulinas, en sus difíciles comienzos y en su desarrollo, como “llevándo-las en brazos”.

El padre Giaccardo tuvo plena conciencia de esta su segunda misión. Escribía en su diario: “Me parece ver claro que se define cada vez más este segundo ministerio: conservar, interpretar, hacer penetrar y fluir el espíritu y las directrices del Primer Maestro; y yo acepto con espíritu de humildad este ministerio, con ánimo dócil, afectuoso, sincero”.

El P. Alberione confirmó: “Yo no tengo a ningún otro que comparta tan acertadamente mis sentimientos y mi ánimo; ninguno que tenga cuidado de ustedes con más sincera dedicación”.
Mas tenemos otro testimonio de interés capital, manifestado por el mismo Fundador después de la muerte del padre Giaccardo:

“Desde el 1909 y el 1914, cuando la divina Providencia preparaba la Familia Paulina, él tuvo una clara intuición, aun sin comprenderla del todo. Las luces que recibía de la Eucaristía…, su ferviente devoción mariana, la meditación de los documentos pontificios, le daban luz sobre todas las necesidades de la Iglesia y sobre los modernos medios para hacer el bien.

“Entró en 1917 (todavía clérigo) como maestro de los primeros aspirantes… y le llamaban y se quedó para siempre con el nombre de “Señor Maestro”: amado, escuchado, seguido, venerado dentro y fuera. Fue el maestro que a todos precedía con el ejemplo, que enseñaba de todo, que aconsejaba a todos, que lo construía todo con su oración iluminada y ferviente… Se puede decir que escribió en cada conciencia y se volcó a sí mismo en cada corazón de Sacerdotes, Discípulos, Hijas de San Pablo, Pías Discípulas, Pastorcitas; y de cuantos lo trataron en relaciones espirituales, sociales, económicas…

“Desde el día en que lo conocí y le señalé el Sagrario como luz, fortaleza, salvación, su vida fue una continua y cotidiana ascensión… Él prefería decir con san Pablo: “Hasta la plenitud de la edad de Cristo”.

“Era maestro de oración. ¡Sabía hablar con Dios! Vivía de piedad eucarística, de piedad mariana, de piedad litúrgica; de amor a la Iglesia y al Papa.”

Fue maestro de apostolado. Lo sentía, lo amaba, lo desarrollaba… Era un comunicador de energía, un sostén para los débiles, luz y sal en el sentido evangélico.

El Primer Maestro le debe una inmensa gratitud, y con él todos, pues todos se veían amados por él… Yo me fiaba de él más que de mí mismo; y estoy contento por habérselo demostrado…”.
Como confirmación de este testimonio del beato Alberione (Primer Maestro), reportamos algunas expresiones textuales del mismo beato Giaccardo sobre el sentido de la misión paulina:

“El Divino Maestro debe reinar sobre todo, debe ser dado “todo” a todos… mediante el Apostolado de las Ediciones. El Apostolado de las Ediciones debe iluminar todos los apostolados, sostenerlos todos, vivificarlos todos, abarcarlos todos, ejercerlos todos con sus apóstoles. Y éstos deben ser la gloria de Cristo, Divino Maestro”.

“En servicio de Cristo Eucaristía, se busca y se elige lo mejor… Así, al servicio de Cristo hecho “Palabra”, debemos reservarle cuanto de mejor producen los hombres: el nuestro es un verdadero Ministerio sagrado”.

El beato Giaccardo, después del Fundador, fue el primer sacerdote que escribió y publicó un libro, en 1928, con el título “María Reina de los Apóstoles”, que es la Patrona de la Familia Paulina.

Fue el primer sacerdote paulino y el primer Vicario de la Congregación Sociedad de San Pablo.
En 1936 regresó de Roma a Alba como superior de la Casa Madre. Colaborador fidelísimo del P. Alberione, se prodigó sin descanso por las Congregaciones Paulinas que iban naciendo, y que él llevó en sus brazos, conduciéndolas a una profunda vida interior y a los respectivos apostolados modernos.

Ya en edad madura, ofreció su vida por la continuidad de su propia Congregación y para que fuera reconocida en la Iglesia la nueva Congregación paulina de las Pías Discípulas del Divino Maestro. Y el Señor aceptó su ofrenda.

Pasó a la Casa del Padre el 24 de enero de 1948, víspera de la fiesta de la Conversión de San Pablo. Sus restos mortales yacen en la cripta del Santuario de la Reina de los Apóstoles, Roma (los del beato Santiago Alberione, en la subcripta). Santuario que mandó construir el Fundador en el mismo solar donde el Beato Giaccardo había fundado la primera casa paulina fuera de Alba.

ORACIÓN

Jesús Maestro,
camino, verdad y vida,
te doy gracias y bendigo tu corazón
por el gran regalo del evangelio
y por haber llamado al beato Timoteo Giaccardo
a predicarla en todo el mundo
con los medios de comunicación social.

Por intercesión de tu siervo fiel,
haz que todos lo acojan, lo lean y lo escuchen con fe viva,
según el espíritu de la Iglesia,
y que todos los fieles,
siguiendo el ejemplo del beato Timoteo,
lo difundan con el mismo amor con que tú, Señor, lo predicaste.

Jesús,
Maestro bueno,
glorifica en tu Iglesia a este sacerdote,
que gastó su vida por tu gloria
y por la salvación de los hombres,
y por su intercesión,
concédeme la gracia que ahora te pido…

Jesús Maestro.
camino, verdad y vida.
ten piedad de nosotros.

Gloria al Padre.

(http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=44817)

21 octubre, 2013

Santa Úrsula


Oh; Santa Úrsula, vos, sois la hija
del Dios de la vida y su amada santa,
y que, a imitación y modelo de virtud
y amor a Cristo, Rey de la vida, con
admiración os veneran las colegialas
del mundo que, desde sus claustros,
sus oraciones elevan para que vos,
intercedáis en todas y cada una de
sus jóvenes vidas, protegiéndolas y
alejándolas de las acechanzas del mal.
Vos, propuesta matrimonial rechazasteis
del bárbaro aquél, y por ello, lleno
de rabia, la vida toda, os cegó,
en cruel martirio, conjuntamente que
vuestras valientes compañeras. Patrona
de las jóvenes y las colegialas del mundo,
hoy, lucís corona de luz, como premio
a vuestra fidelidad y entrega de amor
a Cristo Jesús, Dios, y Señor Nuestro,
oh, Santa Úrsula, “mártir del amor”.

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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21 de Octubre
Santa Úrsula
Siglo IV
Mártir

Alemana (fechas desconocidas). Según un relato cincelado en una lápida de Colonia, en el siglo IV fue martirizado un grupo de doncellas cristianas. Cuatrocientos años después, los relatos sobre esas mujeres dieron lugar a esta leyenda. Úrsula, hija de un rey inglés, era cristiana, y se había fijado la fecha de su boda con un príncipe pagano. Para posponer las nupcias, abordó un barco junto con sus damas de compañía y emprendió una peregrinación a Roma.

En Colonia, ella y sus doncellas (entre una docena y mil) fueron atacadas por los hunos. Úrsula rechazó la propuesta de matrimonio del cabecilla de los bárbaros y todas fueron asesinadas. Es patrona de las jóvenes y colegialas.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Gerardo_y_Ursula.htm)


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20 octubre, 2013

Santa Aurora

20 de octubre
Santa Aurora

Biografía


Etimológicamente significa “brillante”. Viene de la lengua latina y tiene un origen indo-europeo. Muchas veces es importante buscar la vida de los santos. Cuando se está en sintonía con ellos y ellas, los proyectos de nuestra vida adquieren un matiz nuevo y hasta un bello encanto.



Ellos no son seres lejanos, sino muy cercanos. Con el ejemplo de sus virtudes nos animan cada día a proseguir nuestro camino por la conquista de la santidad que, al fin y al cabo, es la mejor carta de identidad, la mejor credencial para presentarse ante Dios, cuando al final de nuestra existencia, él nos juzgue por el amor y la entrega.



Y justamente la fiesta de santa Aurora o Orora se celebra el día 20 de octubre según consta en los diversos santorales que he consultado. Un mes bello del otoño en que quizá el brillo del sol adquiere una belleza distinta.



La fecha y o el origen de esta santa permanece desconocido. Lo que sí se sabe es que muy venerada en la preciosa Isla le Man ( en sur de Inglaterra).



Es una pena que su historia se haya perdido por causa de las invasiones y la guerras. No obstante, lo que hay de cierto es que el Obispo Mark de Sodor celebró un sínodo en la iglesia de san Bradan y Aurora en el año 1291.



Más tarde, en el siglo XVI, los benedictinos escribieron notas acerca de la bella iglesia situada en la sin par Isla le Man, con el fin de que todo el mundo supiese algo de la historia de esta joven y de la gran devoción que por ella sentían los habitantes de es lugar paradisíaco.



“Todo lo humano, si no avanza, debe retroceder” ( Gibbon).

Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

19 octubre, 2013

San Pablo de la Cruz


Oh, San Pablo de la Cruz, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo, y que,
desde pequeño, unisteis vuestro dolor al de
Cristo, amando, "la Pasión de Cristo". Vuestro
padre, os leía vidas de Santos, y ésto, os
animó a ser cada vez mejor. Vos, más tarde,
oísteis un sermón, que os emocionó, cuando
Jesús dijo: “Si no se convierten y no hacen
penitencia, todos perecerán”. Y, por ello,
vos, hicisteis confesión general de toda
vuestra vida y desde entonces, aquel día
empezasteis a dormir en el duro suelo, a
ayunar, a dedicar varias horas de la noche
a rezar y a leer libros piadosos. Organizasteis,
a los jóvenes, en una asociación para ayudar
a los demás con vuestras palabras y buen
ejemplo, a ser mejores. Luego, os alistasteis
en el ejército del Papa, para la religión
defender, rechazasteis negocios y matrimonio
seguro. Al final, optasteis, por quedaros
en casa, dedicado a la oración, la meditación
y la caridad, con los pobres. Una noche
visteis en sueños, que os mostraban en sueños
una sotana negra con un corazón y una cruz
blanca y el nombre de Jesús. Luego, oísteis
a Nuestra Señora, que os aconsejaba fundar
una comunidad que se dedicara a amar y hacer
amar la Santísima Pasión de Jesucristo. Y,
así, os retirasteis durante cuarenta días, a
redactar, los Reglamentos de vuestra comunidad,
sólo, a pan y agua. Llevabais en la mano una
Cruz, y con los brazos extendidos, hablabais
de los sufrimientos de Nuestro Señor, de tal
forma que conmovíais a los más duros e indiferentes.
En vuestros sermones erais duro e implacable
contra los pecadores, pero, en la confesión
compresivo y afable, invitando a hacer cosas
buenas y animando al cambio de vida. Dios, os
concedió dones extraordinarios, pues anunciabais
cosas que les iban a suceder. Curabais enfermos,
y de pronto os aparecíais y desaparecías pronto
el bien hecho. Rechazabais toda muestra de veneración
que os quisieron dar y hasta os quitaban pedacitos
de vuestra sotana para llevarlo como recuerdo.
También, fundasteis la comunidad de Hermanas
Pasionistas, con la misma dedicación. Y, así,
luego de haber gastado en buena lid, vuestra
santa vida, voló vuestra alma al cielo, para ser
coronada, con corona de luz, como justo premio
a vuestra entrega grande de amor, esperanza y de fe;
Oh, San Pablo de la Cruz, “amar a Cristo en su pasión”.

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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19 de Octubre
San Pablo de la Cruz
Fundador
Año 1775

Que San Pablo de la Cruz nos obtenga del cielo la gracia de meditar con frecuencia en la Pasión y Muerte de Jesús y así amar mucho y siempre más a nuestro amable Redentor.

San Pablo de la Cruz es el fundador de los Padres Pasionistas, nació en Génova (Italia) en 1684. Cuando era niño, cada vez que le llegaba algún sufrimiento especial, la mamá le mostraba un crucifijo y le recordaba que Jesús ofreció sus sufrimientos por nosotros, y que también nosotros debemos ofrecer por Él lo que sufrimos. Así lo fue entusiasmando por la Pasión de Cristo.

Su padre le leía de vez en cuando el libro de vidas de Santos, y esto lo animaba mucho a ser mejor. Aquel buen hombre avisaba también continuamente a su hijo acerca de lo peligroso y dañino que es juntarse con malas compañías. Así lo libró de muchos males y peligros.

A los 15 años oyó un emocionante sermón acerca de esta frase de Jesús: “Si no se convierten y no hacen penitencia, todos perecerán”. En esa fecha hizo una confesión general de toda su vida y desde aquel día empezó a dormir en el duro suelo, a ayunar, a dedicar varias horas de la noche a rezar y a leer libros piadosos. Luego organizó con algunos de sus compañeros una asociación de jóvenes para ayudar a los demás con sus palabras y buenos ejemplos a ser mejores. Varios de esos muchachos se hicieron religiosos después.

Se alistó en el ejército del Sumo Pontífice para defender la religión, pero después de un año se dio cuenta que no tenía vocación para militar. Luego rechazó unos negocios muy prometedores que le ofrecían y un matrimonio muy brillante que se le presentaba. Se quedó por varios años en la casa de sus padres dedicado a la oración, a la meditación y a practicar la caridad hacia los pobres.

En 1720 vio que en sueños le mostraban una sotana negra con un corazón y una cruz blanca y el nombre de Jesús. Era como un aviso del hábito o distintivo que debería dar a sus religiosos. Después en una visión oyó a la Sma. Virgen que le aconsejaba fundar una comunidad que se dedicara a amar y hacer amar la Santísima Pasión de Jesucristo. Pablo presentó estos mensajes por escrito al Sr. Obispo y a su director espiritual. Ambos, conociendo la vida heroica de virtud y oración que el joven había llevado desde niño, reconocieron que se trataba realmente de una vocación señalada por Dios. Y el Sr. Obispo le dio a Pablo la sotana negra con el corazón blanco y la cruz sobre el pecho.

Pablo se retiró durante 40 días a redactar los Reglamentos de la nueva comunidad, en una húmeda habitación junto a una sacristía, donde vivió todo ese tiempo a pan y agua y durmiendo por la noche en un lecho de paja. Esos Reglamentos son los que han seguido siempre sus religiosos. Luego se dedicó a ayudar a los sacerdotes a dar clases de catecismo, y a predicar misiones populares con gran éxito.

Los primeros candidatos que se presentaron pidiendo ser admitidos en la nueva Congregación, encontraron demasiado duro el Reglamento y se retiraron. Mientras tanto San Pablo de la Cruz y un compañero suyo viajaban por los pueblos predicando misiones y obteniendo muchas conversiones.

El Papa Benedicto XIV aprobó los Reglamento, pero suavizándolos un poco, y entonces empezaron a llegar novicios, y pronto tuvo ya tres casas de religiosos pasionistas. En todas las ciudades y pueblos a donde llegaba predicaba acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo. A veces se presentaba con una corona de espinas en la cabeza.Siempre llevaba en la mano una cruz, y con los brazos extendidos, el santo hablaba de los sufrimientos de Nuestro Señor, en forma que conmovía aun a los más duros e indiferentes. A veces, cuando el público no demostraba conversión, se azotaba violentamente delante de todos, por los pecados del pueblo, de modo que hacía llorar hasta a los soldados y a los bandoleros.

Un oficial que asistió a algunos de sus sermones decía: “Yo he estado en muchas batallas, sin sentir el mínimo miedo al oír el estallido de los cañones. Pero cuando este padre predica me hace temblar de pies a cabeza”. Es que Dios le había dado la eficacia de la palabra y el Espíritu Santo le concedía la gracia de conmover los corazones.

En los sermones era duro e intransigente para no dejar que los pecadores vivieran en paz con sus vicios y pecados, pero luego en la confesión era compresivo y amable, invitándolos a hacer buenos propósitos, animándolos a cambiar de vida, y aconsejándoles medios prácticos para perseverar siendo buenos cristianos, y portándose bien.

Dios colmó a San Pablo de la Cruz con dones extraordinarios. A muchas personas les anunció cosas que les iban a suceder en el futuro. Curó a innumerables enfermos. Estando a grandes distancias, de pronto se aparecía a alguno para darle algún aviso de importancia, y desaparecía inmediatamente. Rechazaba toda muestra de veneración que quisieran darle, pero las gentes se apretujaban junto a él y hasta le quitaban pedacitos de su sotana para llevarlos como reliquias y recuerdos.

Con su hermano Juan Bautista trabajaron siempre juntos predicando misiones, enseñando catecismo y atendiendo pobres. Como ambos eran sacerdotes, se confesaban el uno con el otro y se corregían en todo lo necesario. Solamente una vez tuvieron un pequeño disgusto y fue cuando un día Juan Bautista se atrevió a decirle a Pablo que lo consideraba un hombre verdaderamente virtuoso. El santo se disgustó y le prohibió hablarle por tres días. Al tercer día Juan Bautista le pidió perdón de rodillas y siguieron siendo buenos amigos como antes.

En 1771 fundó la comunidad de Hermanas Pasionistas que se dedican también a amar y hacer amar la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. En 1772 sintiéndose muy enfermo mandó pedir al Papa su bendición para morir en paz. Pero el Sumo Pontífice le respondió que la Iglesia necesitaba que viviera unos años más. Entonces se mejoró y vivió otros tres años. Su muerte ocurrió el 18 de octubre de 1775 cuando tenía ochenta años. Antes de cien años (1867) fue declarado santo.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Pablo_de_la_Cruz.htm)

18 octubre, 2013

San Lucas Evangelista


Oh, San Lucas Evangelista, vos, sois
el hijo del Dios de la vida, y su amado
santo, que, habéis lustre dado a vuestro
nombre que significa: “luminoso, iluminado”.
Y, con esa luminosidad, escribisteis: El
Tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles,
cuyo estilo, a la gente de todos los tiempos
cautivó, cautiva y cautivará. San Pablo,
os llamaba “Lucas, el médico muy amado”. Ya
que, por su salud velabais, con sublime
amor, en sus viajes y prisiones. “El libro
más encantador del mundo”, llamaron al vuestro,
pues de Cristo, hablasteis de su lado tierno
y humano, pues vos, veíais, a las gentes,
tal cual son: una parte debilidad y otra,
voluntad. Y, así, las amabais y las comprendíais.
Vuestro evangelio, inconfundible es, pues ágil
y fácil de leer es, porque en mil doscientos
renglones, plasmasteis el amor que tiene Cristo,
hacia los pobres, los pequeños, los enfermos
los y arrepentidos pecadores. Y otros, dicen
que es “El evangelio de la oración”, porque a Jesús,
lo presentáis en todos los grandes momentos
orando e instando, a hacerlo sin cansarse
y continuamente. Y, finalmente, a vuestro evangelio,
le han llamado el “Evangelio de los pecadores”,
porque a Jesús lo presenta, comprensión y amor
derrochando, con los que han sido víctimas
de sus pasiones. Vuestra alma, al cielo voló,
luego de haber gastado vuestra vida, en pro
de Jesucristo, para, coronada ser de luz, como
premio justo a vuestra entrega de amor y fe;
oh, San Lucas, “El Evangelista del pobre”.

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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18 de Octubre
San Lucas Evangelista
Siglo I

Gracias Lucas por tu bello evangelio y tu libro de Los Hechos de los Apóstoles. Queremos leer muchas veces tan bellos escritos.

Sed misericordiosos como vuestro Padre Celestial es misericordioso (San Lucas 6,36).

Lucas significa: “luminoso, iluminado” (viene del latín “luce” = luz). San Lucas escribió dos libros muy famosos: el tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso en el Nuevo Testamento. Sus dos pequeños libros se leen con verdadero agrado.
Era médico. San Pablo lo llama “Lucas, el médico muy amado”, y probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol. Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo “fuimos a… navegamos a…” Y va narrando con todo detalle los sucesos tan impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.
El poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: “el que describe la amabilidad de Cristo”. Y con razón el Cardenal Mercier cuando un alumno le dijo: “Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo”, le respondió: “El mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas”. Un autor llamó a este escrito: “El libro más encantador del mundo”.
Como era médico era muy comprensivo. Dicen que un teórico de oficina, ve a las gentes mejor de lo que son. Un sociólogo las ve peor de lo que son en realidad. Pero el médico ve a cada uno tal cual es. San Lucas veía a las personas tal cual son (mitad debilidad y mitad buena voluntad) y las amaba y las comprendía.
En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión.
Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro. Son 1,200 renglones escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado “el evangelio de los pobres”, porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
También se ha llamado: “el evangelio de la oración”, porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.
Otro nombre que le han dado a su escrito es el “evangelio de los pecadores”, porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. Por eso los pecadores leen con tanto agrado y consuelo el evangelio de San Lucas. Es que fue escrito pensando en ellos.
Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas.
Dicen que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.
(http://www.ewtn.com/spanish/saints/Lucas.htm)



El Señor de los Milagros




Oh, Señor de los Milagros, Vos, Sois
el Dios de la vida, que pintáis Octubre
de color morado, y con la multitud de fieles
esparcidos por todo el orbe de la tierra,
hacéis sublime y grandiosa la expresión
mística de la fe católica, porque en octubre,
regalo de un negro esclavo angoleño, que,
guiado por el Espíritu Santo, plasmó vuestra
sagrada efigie Redentora, para que patrocinarais
sus reuniones y os sirvieses de guía. Bajo
vuestro amparo, todas las sangres unís, en una
sola fe, en un sólo amor y luz. Así, queda atrás,
en el tiempo, el agotamiento de la fervorosa
multitud, que sólo visa el tocaros y besaros.
La fe montañas mueve, y las voluntades más
recias, mansas se vuelven, gracias al destello
de Vuestra luz divina, que cae sobre vuestros
fieles, mientras el andar cansino de vuestra
imagen, desbroza amor y paz. Os rindió culto,
el Conde de Lemos, y ordenó que se os venerase
en el mismo lugar, donde Vos, pintado fuisteis.
Y, de pronto, un terremoto, midió fuerzas
con vuestra divinidad, y rajaduras produjo,
pero, nunca en vuestro mural, por designios
de Dios. Y, así, Sebastián de Antuñano, amoroso
fiel vuestro, inició la procesión con una réplica
de vuestra santa imagen, originando así,
las procesiones de Octubre, con Vos, que tiñen
de morado estos tiempos. “Es ya tiempo que esta
iglesia se edifique y siendo el fondo principal
con que debe contar la devoción de este vecindario
que juró a este Divino Señor Patrón de la Ciudad
contra los temblores que en ella se repiten,
a dispuesto una Misa para el Domingo cuatro de Mayo
en la puerta del Colegio de los Desamparados,
allí esperaran de su generoso ánimo aquella prueba
que le dictare su piedad”. ¡Señor de los milagros!;
oh, Señor de los Milagros, fe, vida y luz.


© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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!Oh, Señor de los Milagros,
desde el angoleño aquél,
que Vuestra imagen pintó,
mares de gentío por el
mundo todo, se vuelcan
tras de Vos, en pos de
la eternidad prometida
y Vos, no los dafraudais,
¡Oh; Señor de Los Milagros!.


© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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18 de Octubre
El Señor de los Milagros


Historia del Señor de los Milagros


El cielo de Lima se torna de color morado, entre el carmín y el azul, todos los octubres de nuestras vidas. La procesión del Señor de los Milagros, el Cristo de Pachacamilla, el Cristo moreno o cuanta denominación ostente, es considerada una de las más multitudinarias de todo el orbe, tanto por el inmenso mar humano que alberga como por la sublimidad y grandiosidad espiritual que trae consigo esta mística expresión de fe católica del pueblo limeño. En una Lima en donde conviven y luchan por sobrevivir en circunstancias adversas cholos, negros, blancos, chinos y demás razas que la conforman, octubre es el momento cumbre que los une a todos bajo el eslabón de una sola creencia, una sola fe, una sola y anhelada esperanza en el milagro que algún día recaerá en ellos.

Atrás queda el agotador y, a veces, sofocante apretujamiento de la fervorosa multitud por acercarse a la imagen para poder tocarla y besarla. Dicen que la fe mueve montañas y hasta las voluntades más reprimidas se vuelven inquebrantables gracias al destello de luz que despabila sobre la gente, el andar cansino pero señorial y ubérrimo de la imagen del Señor de los Milagros.
Pero, ¿cómo empezó a forjarse toda esta mágica religiosidad en el espíritu limeño?, ¿qué tuvo que pasar para que germinara en los corazones la solidaridad cristiana y la unción religiosa en torno a la imagen del Cristo de Pachacamilla?

Primera Misa

Después de estos extraordinarios sucesos, la parroquia de San Marcelo como de San Sebastián quisieron trasladar el mural a sus parroquias en ambos casos no dio resultados. El Conde de Lemos personalmente rindió culto a la imagen y acordó con la autoridad eclesiástica que en definitiva se le venerase en el mismo lugar para lo cual ordeno inmediatamente se levantara una ermita provisional.

Siempre con el apoyo de los fieles del lugar la imagen quedó cercada con adobes, lo techaron con esteras y levantaron un sencillo altar al pie del Cristo Crucificado. Una vez terminado estos trabajos se logro que se oficiara la primera misa ante la sagrada imagen del Cristo de Pachacamilla, un día lunes 14 de setiembre de 1671. A está ceremonia religiosa asistió el Virrey y su señora esposa, altas autoridades civiles como eclesiásticas y un gran número de vecinos y devotos.

Después de está primera misa el Virrey y su esposa continuaron rindiéndole culto a la imagen, aumentando así los devotos, que venían desde lejos inclusive, para conocer y reverenciar a la portentosa imagen del mural de Pachacamilla que pronto comenzaron a llamarlo el Santo Cristo de los Milagros o de las Maravillas.

Primera procesión

El terremoto del 20 de Octubre de 1687 produjo rajaduras y desmoronamientos en la Capilla, pero el sagrado mural quedó incólume, como muestra de los designios divinos. Fue así que Sebastián de Antuñano inicio la procesión con una replica de la imagen, originando así las tradicionales procesiones de octubre del Señor de los Milagros de Nazarenas. En su primer recorrido llegó hasta la Plaza Mayor, al Cabildo limeño, donde recibió en ambos lugares fervorosa pleitesía contando con el acompañamiento de acongojados fieles así como vecinos del lugar. Se tiene la seguridad que aquella replica es la misma que hoy en día nos sigue acompañando en los meses de octubre en su recorrido por la gran Lima.

Fundación del Monasterio

Después del entierro de la madre Antonia Lucia del Espíritu Santo, le sucedió en el cargo la madre Josefa de la Providencia. Bajo su dirección se enfrento a un a situación económica apremiante, recibiendo ayuda de Antuñano y del benefactor José de Lorenzana fiel devoto del Señor de los Milagros cuando la madre Josefa inicio las gestiones encaminadas a conseguir la Real Célula y la Bula Pontificia para poder fundar el Monasterio tuvo que luchar y superar muchas dificultades y contratiempos. Hacia 1718 un caballero llamado Jerónimo Machado fue a visitar a la madre Josefa de la Providencia, acompañado de su esposa e hija y al enterarse que estaba iniciando las gestiones para la fundación se ofreció gentilmente a conseguir la licencia del Rey para la clausura aprovechando su próximo viaje a España y Roma.

La ansiada licencia que se encuentra en el archivo del Monasterio fue concedida por el Monarca Felipe V el día 8 de Febrero de 1720.

Años más tarde la madre Josefa tuvo la oportunidad de conocer al Padre Maestro Juan de Gazitúa de la Orden de los Predicadores, quien se ofreció gentilmente a obtener de su Santidad la Bula respectiva. Estando en Roma inicio las debidas gestiones ante la Santa Sede y el 27 de Agosto de 1727 Su Santidad Benedicto XIII concedió la ansiada Bula. Quedó aprobado entre otras cosas el uso del hábito morado y el característico modo de vestir de las Nazarenas.

Cuando la madre Josefa tuvo en sus manos la Bula Pontificia inicio de inmediato las gestiones necesarias para conseguir la ansiada clausura.

Conseguir está aprobación era considerado por la sufrida madre Josefa como coger el cielo con las manos hasta que por fin el Marqués de Casa Concha redacto la debida solicitud y el 14 de Noviembre 1729 expidió la aprobación el Arzobispado y seis días después el Virrey Marqués de Castelfuerte autorizó como patrono la respectiva fundación.

La Iglesia de Nazarenas

La iglesia reedificada por Sebastián Antuñano y el Monasterio fundado en 1730, sufrieron los estragos del violento sismo del 28 de Octubre de 1746, la construcción de un nuevo templo era necesario. A comienzos de 1766, por decisiva influencia de la Pericholi, ferviente devota del Señor de los Milagros, el XXXI Virrey Don Manuel Amat y Junient, fue a visitar la Iglesia de Nazarenas y al contemplar su lamentable estado, decidió la construcción de un nuevo templo para tan portentosa efigie, se puso de acuerdo con la Madre Priora Grimanesa Josefa de Santo Toribio C.D. y con la Benefactora Doña Maria Fernández de Córdova y Sande, sugiriéndole la idea de despertar los dormidos sentimientos del devoto pueblo limeño.

Contando con el importante apoyo del Virrey, las Madres Nazarenas, repartieron por toda la ciudad una invitación que decía: “…es ya tiempo que está iglesia se edifique y siendo el fondo principal con que debe contar la devoción de este vecindario que juro a este Divino Señor Patrón de la Ciudad contra los temblores que en ella se repiten, a dispuesto una mesa para el Domingo 4 de Mayo en la puerta principal del Colegio de los Desamparados….allí esperaran de su generoso ánimo aquella prueba que le dictare su piedad…”.
Fue con está invitación que al fin las madres Nazarenas después de 20 años del terremoto de 1746 tenían esperanzas de construir un nuevo templo para el Señor de los Milagros.

Hermandad del Señor de los Milagros

Está claramente establecido, que en el año 1651, un negro esclavo angoleño de la zona de Pachacamilla llevado por un superior impulso plasmo en un pared de adobes del local de su cofradía la sagrada efigie del Redentor Crucificado para que patrocinara sus reuniones y les sirviese de guía.

Estos negros esclavos nativos de Angola por haber rendido culto al Señor Crucificado y haberse Hermanado para ayudarse en vida y auxiliarse en muerte, constituyen el origen de nuestra gran Hermandad Nazarena. Tanto nuestra Hermandad como otras similares formadas al amparo de distintas imágenes o diversas advocaciones, a pesar de su antiguo y tradicional origen, recién en estos últimos tiempos se han organizado y estatuido debidamente adquiriendo personería jurídica y legal. Recién en época del Virrey Amat y Junient se fundaron las cuatro primeras cuadrillas de cargadores cuando los devotos ya habían impuesto el tradicional hábito morado.

Este feliz acontecimiento tuvo lugar el 3 de Mayo de 1766. Cuando la infausta Guerra del Pacifico de 1879, ya habían 7 cuadrillas de cargadores, y cuando el ejercito chileno ocupo la capital limeña, no salió la procesión del Señor de los Milagros, 4 años más tarde se fundó la octava cuadrilla y las doce restantes se fundaron en el siglo XX entre 1904 y 1962.


La 11a Cuadrilla fue conformada por componentes de la primera cuadrilla.
La 13a Cuadrilla de Policía de la Hermandad.
La 14a Cuadrilla lo conforman los Portadores del Palio
La 15a Cuadrilla se inicio con los hermanos que efectuaban labores en el templo, los de Brigada de emergencia y los cereros y mistureros.



La 16a Cuadrilla se formo con los integrantes de la brigada de emergencia. Cumplen función de primeros auxilios para lo cual sus integrantes reciben charlas medicas a lo largo del año estando así capacitados para atender los casos de emergencia en las procesiones de Octubre.



La 17a Cuadrilla la fundaron los Guardianes del Señor, quienes complementaban la 16 cuadrilla.
La 18a Cuadrilla se inicio con componentes de la antigua PIP.



La 19a y 20a Cuadrilla se crearon con fines similares a los de acción católica.

Las Sahumadoras y las Cantoras integraron oficialmente la Hermandad entre 1962 y 1967 pero estas sacrificadas hermanas tienen un origen muy antiguo, pues ya hubo sahumadoras y cantoras desde los primeros homenajes al Cristo de Pachacamilla en el año 1671 y participaron en los recorridos procesionales desde 1687 hasta los tiempos presentes. En el año de 1946 se llevo a cabo una reorganización en la Hermandad produciéndose por consiguiente muchos cambios fundamentales hasta llegar a la actual organización de la Hermandad.

Fundación de 7 Cuadrillas de cargadores de la 14 a la 20 Cuadrilla y del grupo de Sahumadoras y Cantoras entre 1962 y 1967. En 1955 RECONOCIMIENTO DE NUESTRA HERMANDAD, por la autoridad eclesiástica, adquiriendo la debida personería Legal y Jurídica (los estatutos se inscribieron Notarialmente el 29 de Enero de 1959).


En 1959, la compra de la finca ubicada en el Jirón Chancay 451 – Lima.
En 1963, JORNADA UNICA DE CARGUIO PROSECIONAL.
En 1964, aprobación del Estatuto de Elecciones Generales y supresión de las capatacias vitalicias. A partir de ese año los directivos de las 20 Cuadrillas, Grupo de Sahumadoras y Cantoras son elegidos por votación secreta de todos sus componentes los cargos son por tres años y se permiten la reelección, se juramenta en Diciembre y se asumen los cargos el primero de Enero.


En 1968, por iniciativa unánime del Cuerpo de Capataces se crea la Condecoración del Nazareno.
En 1971, se inauguro los 3 primeros pisos del Edificio El Nazareno, dando inicio a solemnes actividades del BICENTENARIO DE LA IGLESIA NAZARENAS Y EL TRICENTENARIO DE LA PRIMERA MISA.


En 1972, se instituye el DIA DE LA MADRE DEL HERMANO NAZARENO. Se compra el terreno colindante y se da inicio al acabado de los últimos pisos del edificio El Nazareno.
En 1976, inauguración de las obras concluidas en ambos locales.



En 1980, se elabora un Anteproyecto de Estatuto. Se crea el ESCUDO DE LA HERMANDAD.


En 1981, nuevo Reglamento de Elecciones de las Mortuoriales. Desde este año los cargos de los directivos son independientes y elegidos por votación secreta.
En 1984, se forma el Directorio de Socios Honorarios y Benefactores.


(http://www.arzobispadodelima.org/mesmorado/historia.htm)

17 octubre, 2013

San Ignacio de Antioquìa



Oh, San Ignacio, vos, sois el hijo del Dios
de la vida y su amado santo, y que, honor
hicisteis al significado de vuestro nombre:
“lleno de fuego”. Y, sí, estabais así, lleno
de fuego, pero, de amor por Dios. Vos,
cuando al martirio, erais llevado, en vez
de miedo sentir, rogabais a vuestros amigos
a que os ayudaran a pedirle a Dios, que
las fieras no os fueran a dejar sin destrozaros,
pues deseabais muerto ser, por vuestro amor
proclamar a Cristo. Y, entonces, llevado
preso, fuisteis por negaros a adorar ídolos.
“No hay sino un solo Dios, el que hizo el cielo
y la tierra. Y a su único Hijo Jesucristo, es a quien
sirvo yo”. Respondisteis a vuestros captores.
Y, sin más, llevado fuisteis a Roma, y luego,
a las fieras echado. “Que vengan sobre mí,
fuego, cruz, cuchilladas, fracturas, mordiscos,
desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos
con tal de poder demostrarle mi amor al Señor
Jesús”. Así, les escribisteis a los cristianos en Roma.
Y, cuando llegasteis, os arrodillasteis y orasteis
con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución
y por la paz del mundo. Y, luego las fieras, os
dieron la paz que anhelabais: ser coronado
con corona de luz, como justo premio a vuestro
ejemplo de amor, fe, esperanza y luz inextinguible;
em>oh, San Ignacio de Antioquìa, “fuego por Dios”.

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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17 de Octubre
San Ignacio de Antioquía
Mártir
Año 107

Ignacio significa: “lleno de fuego” (Ingeus: fuego). Nuestro santo estaba lleno de fuego de amor por Dios.

Antioquía era una ciudad famosa en Asia Menor, en Siria, al norte de Jerusalén. En esa ciudad (que era la tercera en el imperio Romano, después de Roma y Alejandría) fue donde los seguidores de Cristo empezaron a llamarse “cristianos”. De esa ciudad era obispo San Ignacio, el cual se hizo célebre porque cuando era llevado al martirio, en vez de sentir miedo, rogaba a sus amigos que le ayudaran a pedirle a Dios que las fieras no le fueran a dejar sin destrozar, porque deseaba ser muerto por proclamar su amor a Jesucristo.

Dicen que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo como obispo ejemplar de Antioquía que, después de Roma, era la ciudad más importante para los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.

Mandó el emperador Trajano que pusieran presos a todos los que no adoraran a los falsos dioses de los paganos. Como Ignacio se negó a adorar esos ídolos, fue llevado preso y entre el perseguidor y el santo se produjo el siguiente diálogo:

-¿Por qué te niegas a adorar a mis dioses, hombre malvado?
-No me llames malvado. Más bien llámame Teóforo, que significa el que lleva a Dios dentro de sí.
-¿Y por qué no aceptas a mis dioses?
Porque ellos no son dioses. No hay sino un solo Dios, el que hizo el cielo y la tierra. Y a su único Hijo Jesucristo, es a quien sirvo yo.

El emperador ordenó entonces que Ignacio fuera llevado a Roma y echado a las fieras, para diversión del pueblo. Encadenado fue llevado preso en un barco desde Antioquía hasta Roma en un largo y penosísimo viaje, durante el cual el santo escribió siete cartas que se han hecho famosas. Iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor.

En una de esas cartas dice que los soldados que lo llevaban eran feroces como leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más amablemente los trataba él, con más furia lo atormentaban.

El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salían el obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a escucharle sus provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición. Varios se fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos martirio.

Con los que se adelantaron a ir a la capital antes que él, envió una carta a los cristianos de Roma diciéndoles: “Por favor: no le vayan a pedir a Dios que las fieras no me hagan nada. Esto no sería para mí un bien sino un mal. Yo quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las fieras para así demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo. Y si cuando yo llegue allá me lleno de miedo, no me vayan a hacer caso si digo que ya no quiero morir. Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas, mordiscos, desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos con tal de poder demostrarle mi amor al Señor Jesús”. ¡Admirable ejemplo!.

Al llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y algunos de ellos le ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para obtener que no lo martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y oró con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. Como al día siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas populares y el pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente que fueran personajes importantes, fue llevado sin más al circo para echarlo a las fieras. Era el año 107.

Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo destrozaron y devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y cruel. Así consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por proclamar su amor a Jesucristo.

Algunos escritores antiguos decían que Ignacio fue aquel niño que Jesús colocó en medio de los apóstoles para decirles: “Quien no se haga como un niño no puede entrar en el reino de los cielos” (Mc. 9,36).

San Ignacio dice en sus cartas que María Santísima fue siempre Virgen. Él es el primero en llamar Católica, a la Iglesia de Cristo (Católica significa: universal).

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Ignacio_de_Antioquia.htm)