03 noviembre, 2013

San Martín de Porres




Oh, San Martín de Porres, vos sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo, y,
aunque vuestro color no fue del contento
de aquella Lima naciente, vos, hicisteis
el bien, más que los blancos de aquella
sociedad. Al mundo llegasteis, y por que
quiso Dios, bautizado fuisteis en la misma
pila, que otra santa como vos: Rosa de Lima.
Fuisteis barbero, conocíais la curación con
las yerbas, y usabais el bisturí, para drenar
hinchazones y tumores, pues, lo habíais
aprendido, como ayudante de un médico.
Con vuestros conocimientos, ayudabais
a los pobres y menesterosos. De labriegos,
soldados, caballeros y corregidores amigo,
vuestra caridad continua, hecha mismo Cristo
y Señora Nuestra, envolvió a propios y extraños,
pues vuestra persona y nombre, respeto
imponía, tanto que, arreglabais matrimonios,
dirimíais contiendas, fallabais en pleitos
y reconciliabais familias. Aconsejabais al Virrey
y al arzobispo en asuntos delicados. Muchas
veces os vieron en éxtasis, ante el santo
Crucifijo. Erais devoto fiel de la Eucaristía,
y nunca faltasteis a ella. De pobres llenasteis
el convento, la casa de vuestra hermana
y el hospital. Todos os buscaban, curabais
con caseros remedios, la oración y con el toque
de vuestra mano. “la caridad tiene siempre
las puertas abiertas, y los enfermos no tienen
clausura”. Respondisteis alguna vez. En cada
enfermo, veíais la figura de vuestro Maestro,
y se os partía el alma, y por ello, con la ayuda
de vuestro Arzobispo y del Virrey, un Asilo
fundasteis, donde los atendías, los curabais,
y les enseñabais la doctrina cristiana. Abristeis,
también las escuelas de Huérfanos de “La Santa Cruz”,
donde los niños conocían a Jesucristo. Dios, os
concedió infinidad de gracias, como en las que
curando estuvisteis, en distintos sitios y a grandes
distancias, dotado de una bilocación sobrenatural.
Os hacíais azotar, hasta derramar sangre por vuestros
pecados, al igual que otro pobre de Asís. Erais,
de perros mulos, ratones, gatos, amigo y sanador,
pues a todos ellos curabais, y jamás pusisteis
límite al ejercicio de la caridad. Y así, el día llegó,
y que vos, mismo anunciasteis la fecha para que
vuestra alma al cielo partiera y entonces, perdón,
pedisteis a los religiosos, por vuestros malos
ejemplos y os marchasteis de este mundo, para
coronado ser, con corona de luz; como justo premio
a vuestra entrega grande de amor, fe y esperanza;
Oh, San Martín de Porres, “Cristo de vivo amor”.

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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¡Oh; San Martín de Porres!;
como vos, nadie; pues en la
paz de vuestra escoba perro,
pericote y gato; palomas
santas hechas, supieron que
en Cristo, se puede todo.

Si aquellas criaturas, supieron
dentro de sí, que la paz y el
amor, se dan: ¿cuánto más
podrá el hombre; si su corazón
abriera, al Dios de la Vida?.
¡Oh; Martín, “de la paz y del amor”.

© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Noviembre
San Martín de Porres
Religioso dominico

El racismo, esa distinción que hacemos los hombres distinguiendo a nuestros semejantes por el color de la piel es algo tan sinsentido como distinguirlos por la estatura o por el volumen de la masa muscular. Y lo peor no es la distinción que está ahí sino que ésta lleve consigo una minusvaloración de las personas -necesariamente distintas- para el desempeño de oficios, trabajos, remuneraciones y estima en la sociedad. Un mulato hizo mayor bien que todos los blancos juntos a la sociedad limeña de la primera mitad del siglo XVII.

Fue hijo del ilustre hidalgo -hábito de Alcántara- don Juan de Porres, que estuvo breve tiempo en la ciudad de Lima. Bien se aprecia que los españoles allá no hicieron muchos feos a la población autóctona y confiemos que el Buen Dios haga rebaja al juzgar algunos aspectos morales cuando llegue el día del juicio, aunque en este caso sólo sea por haber sacado del mal mucho bien. Tuvo don Juan dos hijos, Martín y Juana, con la mulata Ana Vázquez. Martín nació mulato y con cuerpo de atleta el 9 de diciembre de 1579 y lo bautizaron, en la parroquia de San Sebastián, en la misma pila que Rosa de Lima.

La madre lo educó como pudo, más bien con estrecheces, porque los importantes trabajos de su padre le impedían atenderlo como debía. De hecho, reconoció a sus hijos sólo tardíamente; los llevó a Guayaquil, dejando a su madre acomodada en Lima, con buena familia, y les puso maestro particular.

Martín regresó a Lima, cuando a su padre lo nombraron gobernador de Panamá. Comenzó a familiarizarse con el bien retribuido oficio de barbero, que en aquella época era bastante más que sacar dientes, extraer muelas o hacer sangrías; también comprendía el oficio disponer de yerbas para hacer emplastos y poder curar dolores y neuralgias; además, era preciso un determinado uso del bisturí para abrir hinchazones y tumores. Martín supo hacerse un experto por pasar como ayudante de un excelente médico español. De ello comenzó a vivir y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasarán igual labriegos que soldados, irán a buscar alivio tanto caballeros como corregidores.

Pero lo que hace ejemplar a su vida no es sólo la repercusión social de un trabajo humanitario bien hecho. Más es el ejercicio heroico y continuado de la caridad que dimana del amor a Jesucristo, a Santa María. Como su persona y nombre imponía respeto, tuvo que intervenir en arreglos de matrimonios irregulares, en dirimir contiendas, fallar en pleitos y reconciliar familias. Con clarísimo criterio aconsejó en más de una ocasión al Virrey y al arzobispo en cuestiones delicadas.

Alguna vez, quienes espiaban sus costumbres por considerarlas extrañas, lo pudieron ver en éxtasis, elevado sobre el suelo, durante sus largas oraciones nocturnas ante el santo Cristo, despreciando la natural necesidad del sueño. Llamaba profundamente la atención su devoción permanente por la Eucaristía, donde está el verdadero Cristo, sin perdonarse la asistencia diaria a la Misa al rayar el alba.

Por el ejercicio de su trabajo y por su sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes. Allí vivían en extrema pobreza hasta el punto de tener que vender cuadros de algún valor artístico para sobrevivir. Pero a él no le asusta la pobreza, la ama. A pesar de tener en su celda un armario bien dotado de yerbas, vendas y el instrumental de su trabajo, sólo dispone de tablas y jergón como cama.

Llenó de pobres el convento, la casa de su hermana y el hospital. Todos le buscan porque les cura aplicando los remedios conocidos por su trabajo profesional; en otras ocasiones, se corren las voces de que la oración logró lo improbable y hay enfermos que consiguieron recuperar la salud sólo con el toque de su mano y de un modo instantáneo.

Revolvió la tranquila y ordenada vida de los buenos frailes, porque en alguna ocasión resolvió la necesidad de un pobre enfermo entrándolo en su misma celda y, al corregirlo alguno de los conventuales por motivos de clausura, se le ocurrió exponer en voz alta su pensamiento anteponiendo a la disciplina los motivos dimanantes de la caridad, porque “la caridad tiene siempre las puertas abiertas, y los enfermos no tienen clausura”.

Pero entendió que no era prudente dejar las cosas a la improvisación de momento. La vista de golfos y desatendidos le come el alma por ver la figura del Maestro en cada uno de ellos. ¡Hay que hacer algo! Con la ayuda del arzobispo y del Virrey funda un Asilo donde poder atenderles, curarles y enseñarles la doctrina cristiana, como hizo con los indios dedicados a cultivar la tierra en Limatambo. También los dineros de don Mateo Pastor y Francisca Vélez sirvieron para abrir las Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz, donde los niños recibían atención y conocían a Jesucristo.

No se sabe cómo, pero varias veces estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, con una bilocación sobrenatural.

El contemplativo Porres recibía disciplinas hasta derramar sangre haciéndose azotar por el indio inca por sus muchos pecados. Como otro pobre de Asís, se mostró también amigo de perros cojos abandonados que curaba, de mulos dispuestos para el matadero y hasta lo vieron reñir a los ratones que se comían los lienzos de la sacristía. Se ve que no puso límite en la creación al ejercicio de la caridad y la transportó al orden cósmico.

Murió el día previsto para su muerte que había conocido con anticipación. Fue el 3 de noviembre de 1639 y causada por una simple fiebre; pidiendo perdón a los religiosos reunidos por sus malos ejemplos, se marchó. El Virrey, Conde de Chinchón, Feliciano de la Vega -arzobispo- y más personajes limeños se mezclaron con los incontables mulatos y con los indios pobres que recortaban tantos trozos de su hábito que hubo de cambiarse varias veces.

Lo canonizó en papa Juan XXIII en 1962.

Desde luego, está claro que la santidad no entiende de colores de piel; sólo hace falta querer sin límite.

¿Qué nos enseña su vida?

La vida de San Martín nos enseña:

A servir a los demás, a los necesitados. San Martín no se cansó de atender a los pobres y enfermos y lo hacía prontamente. Demos un buen servicio a los que nos rodean, en el momento que lo necesitan. Hagamos ese servicio por amor a Dios y viendo a Dios en las demás personas.

A ser humildes. San Martín fue una persona que vivió esta virtud. Siempre se preocupó por los demás antes que por él mismo. Veía las necesidades de los demás y no las propias. Se ponía en el último lugar.

A llevar una vida de oración profunda. La oración debe ser el cimiento de nuestra vida. Para poder servir a los demás y ser humildes, necesitamos de la oración. Debemos tener una relación intima con Dios

A ser sencillos. San Martín vivió la virtud de la sencillez. Vivió la vida de cara a Dios, sin complicaciones. Vivamos la vida con espíritu sencillo.

A tratar con amabilidad a los que nos rodean. Los detalles y el trato amable y cariñoso es muy importante en nuestra vida. Los demás se lo merecen por ser hijos amados por Dios.

A alcanzar la santidad en nuestra vidas. Por alcanzar esta santidad, luchemos…

A llevar una vida de penitencia por amor a Dios. Ofrezcamos sacrificios a Dios.

San Martín de Porres se distinguió por su humildad y espíritu de servicio, valores que en nuestra sociedad actual no se les considera importantes. Se les da mayor importancia a valores de tipo material que no alcanzan en el hombre la felicidad y paz de espíritu. La humildad y el espíritu de servicio producen en el hombre paz y felicidad.

Oración

Virgen María y San Martín de Porres, ayúdenme este día a ser más servicial con las personas que me rodean y así crecer en la verdadera santidad.

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(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

02 noviembre, 2013

Los Fieles Difuntos



Oh, Amadas Iglesias del Dios Eterno
¡Oh, “Iglesia triunfante”!
¡Oh, “Iglesia militante”!
¡Oh, “Iglesia sufriente”!
¿Cuánto amor por el hombre Dios mío?
!Todo!
!En la vida!
!En la muerte!
!En el cielo eterno!
¡Desde siempre y por siempre!
¡Oh, “Iglesia triunfante”!
¡Oh, “Iglesia militante”!
¡Oh, “Iglesia sufriente”!
Oh, Amadas Iglesias del Dios Eterno

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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2 de Noviembre

Los Fieles Difuntos
“Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios.” -San Agustín
“Cada uno se presentará ante el tribunal de Dios para darle cuenta de lo que ha hecho, de lo bueno y de lo malo.” – Santa Biblia
La Iglesia
Se llama Iglesia a la asociación de los que creen en Jesucristo. La Iglesia se divide en tres grupos:
Iglesia triunfante: los que ya se salvaron y están en el cielo (los que festejamos ayer).
Iglesia militante: los que estamos en la tierra luchando por hacer el bien y evitar el mal.
Iglesia sufriente: los que están en el purgatorio purificándose de sus pecados, de las manchas que afean su alma.
El Catecismo de la Iglesia Católica, publicado por el Papa Juan Pablo II en 1992, es un texto de máxima autoridad para todos los católicos del mundo y dice cinco cosas acerca del Purgatorio:
1ª. Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma (1030).
2ª. La Iglesia llama Purgatorio a esa purificación, y ha hablado de ella en el Concilio de Florencia y en el Concilio de Trento. La Iglesia para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: “La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego”. (1Cor. 3, 14).
3ª. La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º. de los Macabeos en la S. Biblia dice: “Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados” (2Mac. 12, 46).
4ª. La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos (Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto: “No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma”).
5ª. San Gregorio Magno afirma: “Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso”.
De San Gregorio se narran dos hechos interesantes
El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas había logrado salir del purgatorio.
Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos, y les respondió: “Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio”. Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas almas.
La respuesta de San Agustín
A este gran Santo le preguntó uno: “¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?”, y él le respondió: “Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él”.
¿Vamos a rezar más por los difuntos? ¿Vamos a ofrecer por ellos misas, comuniones, ayudas a los pobres y otras buenas obras? Los muertos nunca jamás vienen a espantar a nadie, pero sí rezan y obtienen favores a favor de los que rezan por ellos.

01 noviembre, 2013

Solemnidad de Todos los Santos



Oh, Santos y Santas de la Iglesia Católica,
vosotros, sois los hijos y las hijas del Dios
de la vida, que, a la Cruz de Cristo, os
abrazasteis, y, todo abandonándolo, servirlo
decidisteis hasta la ofrenda misma de la vida:
el martirio y la misma muerte, que pudo sí,
con vuestro cuerpo, pero, jamás con vuestro
espíritu, que mora hoy, en perpetua adoración
al Rey del Universo. Y, fue, y es, en muchos
casos, vuestro ejemplo que animó y anima,
a innumerables vidas terrenas, que, habiendo
cumplido con su voluntad, también, os acompañan
hermanos nuestros, como: San Lustrabotas,
San Carpintero, San Talabartero, San Soldado,
San Policía, San Bombero, San Chofer, Santa
Lavandera, San Mensajero y Santa Secretaria.
Santa Madre de familia y San Gerente de Empresa.
San Obrero y San Agricultor. San Colegial
y Santa Estudiante. Santa Viuda, Santa Solterona,
Santa Niña y Santa Anciana. San Sacerdote,
San Obispo, San Pontífice, San Limosnero,
San Celador, Santa Cocinera, San Arrendatario,
San Escritor, San Millonario y San Presidente
de la República. Y, miles de miles más, que,
amaron y aman al Dios Trino, y que, sus deberes
cumplieron de cada día, a imitación clara,
de Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro. Y, hoy,
de gloria revestidos de la eternidad de la vida
gozan, como premio justo, a su amor y entrega;
oh, Santos y Santas de la Iglesia Católica.

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1 de noviembre
Solemnidad de Todos los Santos

“Gocémonos todos en el Señor, al celebrar esta fiesta en honor de todos los Santos, de cuya solemnidad se alegran los Ángeles, y ensalzan al Hijo de Dios”.

La Solemnidad

La Iglesia nos manda echar en este día una mirada al cielo, que es nuestra futura patria, para ver allí con San Juan, a esa turba magna, a esa muchedumbre incontable de Santos, figurada en esas series de 12,000 inscritos en el Libro de la Vida, – con el cual se indica un número incalculable y perfecto, – y procedentes de Israel y de toda nación, pueblo y lengua, los cuales revestidos de blancas túnicas y con palmas en las manos, alaban sin cesar al Cordero sin mancilla.

Cristo, la Virgen, los nueve coros de ángeles, los Apóstoles y Profetas, los Mártires con su propia sangre purpurados, los Confesores, radiantes con sus blancos vestidos, y los castos coros de Vírgenes forman ese majestuoso cortejo, integrado por todos cuantos acá en la tierra se desasieron de los bienes caducos y fueron mansos, mortificados, justicieros, misericordiosos, puros, pacíficos y perseguidos por Cristo.

Entre esos millones de Justos a quienes hoy honramos y que fueron sencillos fieles de Jesús en la tierra, están muchos de los nuestros, parientes, amigos, miembros de nuestra familia parroquial, a los cuales van hoy dirigidos nuestros cultos. Ellos adoran ya al Rey de reyes y Corona de todos los Santos y seguramente nos alcanzarán abundantes misericordias de lo alto.

Esta fiesta común ha de ser también la nuestra algún día, ya que por desgracia son muy contados los que tienen grandes ambiciones de ser santos, y de amontonar muchos tesoros en el cielo. Alegrémonos, pues, en el Señor, y al considerarnos todavía bogando en el mar revuelto, tendamos los brazos, llamemos a voces a los que vemos gozar ya de la tranquilidad del puerto, sin exposición a mareos ni tempestades.

Ellos sabrán compadecerse de nosotros, habiendo pasado por harto más recias luchas y penalidades que las nuestras. Muy necios seríamos si pretendiéramos subir al cielo por otro camino que el que nos dejó allanado Cristo Jesús y sus Santos.

Los Santos

La Sagrada Biblia llama “Santo” a aquello que está consagrado a Dios. La Iglesia Católica ha llamado “santos” a aquellos que se han dedicado a tratar de que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor.

Hay unos que han sido “canonizados”, o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice, porque por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.

Para ser declarado “Santo” por la Iglesia Católica se necesita toda una serie de trámites rigurosos.

Primero una exhaustiva averiguación con personas que lo conocieron, para saber si en verdad su vida fue ejemplar y virtuosa. Si se logra comprobar por el testimonio de muchos que su comportamiento fue ejemplar, se le declara “Siervo de Dios”.

Si por detalladas averiguaciones se llega a la conclusión de que sus virtudes, fueron heroicas, se le declara “Venerable”.

Más tarde, si por su intercesión se consigue algún milagro totalmente inexplicable por medios humanos, es declarado “Beato”.

Finalmente si se consigue un nuevo y maravillosos milagro por haber pedido su intercesión, el Papa lo declara “santo”.

Para algunos santos este procedimiento de su canonización ha sido rapidísimo, como por ejemplo para San Francisco de Asís y San Antonio, que sólo duró 2 años. Poquísimos otros han sido declarados santos seis años después de su muerte, o a los 15 o 20 años. Para la inmensa mayoría, los trámites para su beatificación y canonización duran 30, 40,50 y hasta cien años o más. Después de 20 o 30 años de averiguaciones, la mayor o menor rapidez para la beatificación o canonización, depende de que obtenga más o menos pronto los milagros requeridos.

Los santos “canonizados” oficialmente por la Iglesia Católica son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta de hoy.

La Santa Biblia afirma que al Cordero de Dios lo sigue una multitud incontable:

En el cielo están San Chofer de bus y Santa Lavandera de ropa. San Mensajero y Santa Secretaria. Santa Madre de familia y San Gerente de Empresa. San Obrero de construcción y San Agricultor. San Colegial y Santa Estudiante. Santa Viuda, Santa Solterona, Santa Niña y Santa Anciana. San Sacerdote, San Obispo, San Pontífice, San Limosnero, San Celador, Santa Cocinera, San Arrendatario y San Millonario, y muchos más que amaron a Dios y cumplieron sus deberes de cada día.

Señor Jesús: que cada uno de nosotros logremos formar también parte un día en el cielo para siempre del número de tus santos, de los que te alabaremos y te amaremos por los siglos de los siglos. Amén.

Esta es la voluntad de Dios: Que lleguemos a la santidad.

(http://www.ewtn.com/spanish/saints/fiesta_de_todos_los_santos.htm)

31 octubre, 2013

San Foilán de Fosses



31 de Octubre
San Foilán de Fosses
Abad y Misionero

Nació en el siglo VII en Irlanda. Hermano de San Fursey y San Ultan. Viajó con ellos desde Irlanda a Inglaterra donde realizaron labores misioneras, y establecieron un monasterio cerca de Yarmouth.
Abad de la comunidad en Cnoberesburg, Suffolk por el año 640, una casa fundada por su hermano Fursey.
Durante una guerra entre los Mercians y los Anglosajones en el 650 la casa fue destruida, los hermanos asesinados, capturados o dispersados.
Foillan rescató a sus hermanos, recuperó las reliquias no destruidas, los libros y ornamentos litúrgicos de la casa, y viajó a Francia.
Él y sus hermanos fueron acogidas con beneplácito y apoyados en su labor evangelizadora por el rey Clodoveo II.
Foillan fundó un monasterio en Fosses, diócesis de Lieja, en el año 653 en las tierras donadas por San Itta de Nivelles y Santa Gertrudis de Nivelles.
Fue electo abad de este monasterio, como referencia podemos indicar que a sus alrededores creció a la moderna ciudad de Le Roeulx, Bélgica.
Fue también capellán y director espiritual en la casa fundada por Santa Gertrudis.
Predicador popular y pastor dedicado a su pueblo, murió asesinado junto con tres compañeros por unos bandidos que los atacaron en uno de sus viajes.

Su hermano sobreviviente, Saint Ultan, tomó el cargo de abad de Fosses.

No a la oscuridad, sí a la luz

31 de Octubre 
No al Halloween 

Significado de la palabra Halloween

Significa “All hallow’s eve”, palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa “víspera de todos los santos”, ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. 

Halloween marca un triste retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos. Orígenes La celebración del Halloween se inició con los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble. Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella. 

El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años juntamente con la adoración a su dios el “señor de la muerte”, o “Samagin”, a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre otros. Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. 

Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que se mezclara. En vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos. Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folclor popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y monstruos de toda especie. 

Desde ahí, se ha propagado por todo el mundo. El 31 de octubre por la noche, en los países de cultura anglosajona o de herencia celta, se celebra la víspera de la fiesta de Todos los Santos, con toda una escenografía que antes recordaba a los muertos, luego con la llegada del Cristianismo a las ánimas del Purgatorio, y que ahora se han convertido en una ensalada mental en la que no faltan creencias en brujas, fantasmas y cosas similares. En cambio, en los países de cultura mediterránea, el recuerdo de los difuntos y la atención a la muerte se centra en el 2 de noviembre, el día siguiente a la celebración de la resurrección y la alegría del paraíso que espera a la comunidad cristiana, una familia de “santos” como la entendía San Pablo. 

Diversas tradiciones se unen, se mezclan y se influyen mutuamente en este comienzo de noviembre en las culturas de los países occidentales. En Asia y Africa, el culto a los antepasados y a los muertos tiene fuertes raíces pero no está tan ligado a una fecha concreta como en nuestra cultura. 

Calabaza, golosinas y disfraces 

La calabaza fue añadida después y tiene su origen en los países escandinavos y luego regresó a Europa y al resto de América gracias a la colonización cultural de sus medios de comunicación y los telefilmes y películas importados. En los últimos años, comienza a hacer furor entre los quinceañeros mediterráneos y latinoamericanos que olvidan sus propias y ricas tradiciones para adoptar la hueca calabaza iluminada. En Hallowe’en (de All hallow’s eve), literalmente la Víspera de Todos los Santos, la leyenda anglosajona dice que es fácil ver brujas y fantasmas. 

Los niños se disfrazan y van -con una vela introducida en una calabaza vaciada en la que se hacen incisiones para formar una calavera- de casa en casa. Cuando se abre la puerta gritan: “trick or treat” (broma o regalo) para indicar que gastarán una broma a quien no les de una especie de propina o aguinaldo en golosinas o dinero. Una antigua leyenda irlandesa narra que la calabaza iluminada sería la cara de un tal Jack O’Lantern que, en la noche de Todos los Santos, invitó al diablo a beber en su casa, fingiéndose un buen cristiano. Como era un hombre disoluto, acabó en el infierno. 

Con la llegada del cristianismo, mientras en los países anglosajones tomaba forma la procesión de los niños disfrazados pidiendo de puerta en puerta con el farol en forma de calavera, en los mediterráneos se extendían otras costumbres ligadas al 1 y 2 de noviembre. En muchos pueblos españoles existe una tradición de ir de puerta en puerta tocando, cantando y pidiendo dinero para las “ánimas del Purgatorio”. 

Hoy en día, aunque menos que antaño, se siguen visitando los cementerios, se arreglan las tumbas con flores, se recuerda a los familiares difuntos y se reza por ellos; en las casas se hablaba de la familia, de todos los vivos y de los que habían pasado a otra vida y se consumían dulces especiales, que perduran para la ocasión, como en España los buñuelos de viento o los huesos de santo. 

Mientras tanto, al otro lado del océano y al sur de Estados Unidos, la tradición católica llevada por españoles y portugueses se teñía de color propio en cada país americano, mezclada a los ritos locales precoloniales y al folklore del lugar. Seguramente en Galicia se unen dos tradiciones: la celta y la católica, por lo que es esta la región de España en la que más perdura la tradición del recuerdo de los muertos, las ánimas del Purgatorio, muy unidas al folklore local, y las leyendas sobre apariciones y fantasmas. 

En toda España perdura una costumbre sacrosanta que se ha introducido en los hábitos culturales: la de representar en esta fecha alguna obra de teatro ligada al mito de Don Juan Tenorio. Fue precisamente este personaje, “el burlador de Sevilla o el convidado de piedra”, creado por el fraile mercedario y dramaturgo español Tirso de Molina, el que se atrevió a ir al cementerio, en esta noche, a conjurar las almas de quienes habían sido víctimas de su espada o de su posesividad egoísta. 

En todas estas representaciones ritos y recuerdos pervive un deseo inconsciente, y más bien pagano, de exorcizar el miedo a la muerte, sustraerse a su angustia. El mito antiguo del retorno de los muertos, se ha convertido hoy en fantasmas o dráculas con efectos especiales en los filmes de terror. Festividad de todos los Santos Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. 

El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido “templos del Espíritu Santo”. Como asegura Bruno Forte, profesor de la Facultad teológica de Nápoles, al contrario de quienes no creen en la dignidad personal y desvalorizan la vida presente creyendo en futuras reencarnaciones, el cristiano tiene “una visión en las antípodas” ya que “el valor de la persona humana es absoluto”. Es ajena también al dualismo heredero de Platón que separa el cuerpo y el alma. “Este dualismo y el consiguiente desprecio del cuerpo y de la sexualidad no forma parte del Nuevo Testamento para el que la persona después de la muerte sigue viviendo en tanto en cuanto es amada por Dios”. Dios, añade el teólogo, “no tiene necesidad de los huesos y de un poco de polvo para hacernos resucitar. 

Quiero subrayar que en una época de “pensamiento débil” en la que se mantiene que todo cae siempre en la nada, es significativo afirmar la dignidad del fragmento que es cada vida humana y su destino eterno”. La fiesta de Todos los Fieles Difuntos fue instituido por San Odilón, monje benedictino y quinto Abad de Cluny en Francia el 31 de octubre del año 998. Al cumplirse el milenario de esta festividad, el Papa Juan Pablo II recordó que “San Odilón deseó exhortar a sus monjes a rezar de modo especial por los difuntos. 

A partir del Abad de Cluny comenzó a extenderse la costumbre de interceder solemnemente por los difuntos, y llegó a convertirse en lo que San Odilón llamó la Fiesta de los Muertos, práctica todavía hoy en vigor en la Iglesia universal”. “Al rezar por los muertos -dice el Santo Padre-, la Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos obtiene la salvación y la vida eterna. La Iglesia espera en la salvación eterna de todos sus hijos y de todos los hombres”. Tras subrayar la importancia de las oraciones por los difuntos, el Pontífice afirma que las “oraciones de intercesión y de súplica que la Iglesia no cesa de dirigir a Dios tienen un gran valor. 

El Señor siempre se conmueve por las súplicas de sus hijos, porque es Dios de vivos. La Iglesia cree que las almas del purgatorio “son ayudadas por la intercesión de los fieles, y sobre todo, por el sacrificio propiciatorio del altar”, así como “por la caridad y otras obras de piedad”. En razón a ello, el Papa a los católicos “a rezar con fervor por los difuntos, por sus familias y por todos nuestros hermanos y hermanas que han fallecido, para que reciban la remisión de las penas debidas a sus pecados y escuchen la llamada del Señor”.

Cultura y negocio del terror 

Una cultura de consumo que propicia y aprovecha las oportunidades para hacer negocios, sin importar cómo. 

Hollywood ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad. Estas películas son vistas por adultos y niños, creando en estos últimos miedo y una idea errónea de la realidad. El Halloween hoy es, sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el “consumo del terror”. Se busca además favorecer la imitación de las costumbres norteamericanas por considerarse que esto está bien porque este país tiene chapa de “superior”. 

Pensándolo desde la fe Una propuesta de temas para considerar detenidamente nuestra fe católica y la actitud que debemos tomar ante el halloween. Ante todos estos elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes preguntas: ¿Es que, con tal que se diviertan, podemos aceptar que los niños al visitar las casas de los vecinos, exijan dulces a cambio de no hacerles un daño (estropear muros, romper huevos en las puertas, etc.)? Respecto de la conducta de los demás se puede leer el criterio de Nuestro Señor Jesucristo en Lc 6,31. 

¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para “divertirse” ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio.? 

Veamos qué dice Nuestro Señor Jesucristo del mal y lo malo en Mt. 7,17. Mt. 6,13. La Palabra de Dios nos habla de esto también en 1ª Pe. 3, 8-12. ¿Cómo podemos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos, el día de Halloween hagan daño a las propiedades ajenas? ¿No seríamos totalmente incongruentes con la educación que hemos venido proponiendo en la cual se debe respetar a los demás y que las travesuras o maldades no son buenas? ¿No sería esto aceptar que, por lo menos, una vez al año se puede hacer el mal al prójimo?

¡Qué nos enseña Nuestro Señor Jesucristo sobre el prójimo? Leamos Mt. 22, 37-40 Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine … ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7 1ª Pe 5,18 Ef. 6,11 Lc. 4,2 Lc. 25, 41 

¿Qué experiencia religiosa o moral queda después de la fiesta del halloween? ¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas? 

Si aceptamos todas estas ideas y las tomamos a la ligera en “aras de la diversión de los niños” ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando acudan a los brujos, hechiceros, médiums, y los que leen las cartas y todas esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Biblia? Es que nosotros, como cristianos, mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad? Sobre el tema de la paz podemos leer Fil. 4,9 Gál. 5,22. Ver qué dice Jesús sobre esto en Mt. 5,14 Jn. 8,12 

Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe. Sugerencias para los padres de familia ¿Cómo darle a los hijos una enseñanza auténtica de la fe católica en estas fechas? ¿Cómo hacer que se diviertan con un propósito verdaderamente católico y cristiano? ¿Qué podemos enseñarles a los niños sobre esta fiesta? Ante la realidad que inunda nuestro medio y que es promovida sin medida por el consumismo nos preguntamos ¿qué hacer? ¿Taparnos los ojos para no ver la realidad? ¿Buscar buenas excusas para justificar su presencia y no darle mayor importancia a este “juego”? 

¿Debemos prohibirles a nuestros hijos participar en el halloween mientras que sus vecinos y amigos se “divierten”? ¿Serían capaces los niños de entender todos los peligros que corren y por qué de nuestra negativa a participar en esto? 

La respuesta no es sencilla, sin embargo creemos que sí hay algunas cosas que podemos hacer: Lo primero es organizar una catequesis con los niños en los días anteriores al halloween, con el objeto de enseñarles el por qué de la festividad católica de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, haciéndoles ver la importancia de celebrar nuestros Santos, como modelos de la fe, como verdaderos seguidores de Cristo. En las catequesis y actividades previas a estas fechas, es buena idea que nuestros hijos inviten a sus amigos, para que se atenúe el impacto de rechazo social y sus compañeros entiendan por qué no participan de la misma forma que todo el mundo. 

Debemos explicarles de manera sencilla y clara, pero firme, lo negativo que hay en el Halloween y la manera en que se festeja. Es necesario explicarles que Dios quiere que seamos buenos y que no nos identifiquemos ni con las brujas ni con los monstruos, pues nosotros somos hijos de Dios. Proponemos a los padres de familia una opción para sus hijos, pues seguramente los niños querrán salir con sus amigos en la noche del Halloween: 

Los niños pueden disfrazarse de ángeles y preparar pequeñas bolsas con dulces, regalos o tarjetitas con mensajes y pasar de casa en casa, y en lugar de hacer el “obsequio o truco” o de pedir dulces, regalarlos a los hogares que visiten y que expliquen que entregan dulces porque la Iglesia Católica tendrá muy pronto una fiesta muy importante en la que se celebra a todos aquellos que fueron como nosotros deberíamos ser: los Santos. Aunque este cambio no será sencillo para los niños, es necesario vivir congruentemente con nuestra fe, y no permitir que los más pequeños tomen como algo natural la connotación negativa del halloween. Con valor y sentido cristiano, los católicos podemos dar a estas fechas, el significado que tienen en el marco de nuestra fe. Ideas creativas de cómo dar a los niños una enseñanza positiva en estas fechas 

Cómo se celebra en Chile “Halloween” 

Con el fin de cambiar los contenidos de muerte y terror promovidos en la fiesta de Halloween, numerosas instituciones y familias chilenas están impulsando una campaña para establecer el 31 de octubre como la “Fiesta de la Primavera”, en donde los principales disfraces son de ángeles, santos y princesas, en vez de los terroríficos modelos de la celebración de origen celta y popularizado por Estados Unidos. Algunos colegios, organizaciones comerciales y hasta supermercados de la capital se han sumado a la campaña. “Hay un público consumidor que está de acuerdo con el formato del festejo, pero otro que está mirando qué pasa y buscando tener algo para que sus hijos participen. 

Entonces vimos una masa que necesitaba tener una nueva fiesta y lanzamos otros productos”, explicó el gerente de ventas de Arcor-Dos en Uno, Jorge Borselli. Dicha empresa estrenó el año pasado la línea de caramelos “Hadas y magos”; junto con la empresa de golosinas Ambrosoli, que incorporó también esta temp! orada su línea “Magic” asociada a la bondad, la sabiduría y la valentía. Asimismo, diversas compañías de disfraces están modificando su oferta para atender los requerimientos de esta nueva celebración. La socia de Duende Azul -con locales en la zona oriente y centro de Santiago-, Belén Aleu, afirmó que “la demanda ha ido cambiando en los últimos diez años. Antes pedían solo cosas de terror.

Ahora llevan trajes de princesas, ángeles, cenicientas o damas antiguas”. Por otro lado, los supermercados de la capital se están sumando a este “Halloween blanco” cambiando su decoración para la festividad. “Ahora es una fiesta a la chilena, ya no sólo con la connotación de fiesta de brujas”, explicó el gerente de marketing de Jumbo, Francisco Guzmán. Fiesta de Todos los Santos “Los invitamos a participar de una alegre celebración el 31 de Octubre” · 

Hace varios años, una simple presentación como esta, distribuida por mail, inició un cambio radical en nuestra sociedad: rescatar el sentido original de la víspera de Todos los Santos. · Esta iniciativa tuvo una gran acogida, adultos, jóvenes y niños celebramos esta fiesta en forma positiva, entretenida, sana y alegre y más acorde con nuestras costumbres y valores. · Cada año somos más, por eso los invitamos a sumarse a esta iniciativa. · En este año de consolidación queremos llegar a todos los rincones, celebrando masivamente “La Fiesta de Todos los Santos”. 

Estrategia 

Más que combatir la forma en que hoy se celebra “Halloween”, que nada tiene que ver con nuestras costumbres y valores; queremos retomar el sentido original de esta fecha y celebrar la “Fiesta de Todos los Santos”. · Mantendremos los elementos buenos y positivos; celebrar, disfrazarse y compartir, pero proponemos cambiar los negativos: - muerte y oscuridad,…por vida, - terror y miedo,…por alegría, - violencia,…por paz y amor, - amedrentamiento y chantaje,…por respeto y entrega. · 

Proponemos una celebración amplia a la cuál todos se sumen alegremente independiente de su cercanía con la religión. · De esta manera formaremos valores positivos en los niños ya que aprenderán a dar parte de sí para lograr sus objetivos, a respetar y no amedrentar y que por sobre todo deben prevalecer la vida, el amor, la paz y la alegría. 

Planteamiento

Celebraremos la fiesta de “Todos los Santos”. Los niños y jóvenes saldrán a la calle a compartir con sus vecinos en un sano ambiente de amistad. Los niños:

 · Se disfrazarán de algo positivo como payaso, flor, santo, princesa, animalito, etc..

· Saldrán a las calles acompañados de algún adulto o joven responsable, a pedir dulces. · Sólo tocarán el timbre en las casas que tengan globos o cintas de color blanco en sus puertas o rejas, aceptando así participar en esta celebración. Al resto sencillamente no se les molestará. · Para recibir los dulces los niños deberán entregar algo a cambio. 

· A lo que entreguen le llamaremos “gracia” y puede ser un dibujo, una poesía, una oración, una flor, un santito, una tarjeta o algo hecho por ellos en su clase de Religión o de Arte. Los jóvenes: · Acompañarán a los niños en esta celebración siendo modelo y ejemplo para ellos, es decir celebrando en forma positiva para sembrar paz, amor y alegría. 

· Si quieren organizar alguna fiesta o celebración los invitamos a hacer “Fiestas Blancas” donde todos se vistan de ese color y lo pasen muy bien en un ambiente positivo y alegre. ¿Qué les pedimos? · Distribuyan esta presentación a todas las personas que puedan.

· Que comenten esta iniciativa con su familia, amigos y conocidos. · Que la hagan llegar a las empresas que estén interesadas en esta fiesta, a los medios de comunicación y a quienes puedan apoyarla.

· Propongan en Colegios, Jardines Infantiles e Iglesias, que la fiesta se aborde de manera positiva y constructiva. 
· Apoyen y acompañen a sus hijos en esta celebración, así estaremos educándolos en los valores que esta fiesta nos invita a celebrar. 

SI TODOS EMPUJAMOS ESTA IDEA, CADA DÍA SEREMOS MÁS LOS QUE CELEBRAREMOS CON ALEGRÍA “LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS”.

Más información en el sitio: http://www.todoslossantos.cl 

En Francia

El Episcopado francés ilustra las fiestas de Todos los Santos y de los Difuntos En medio de las campañas publicitarias de promoción de la fiesta de Halloween, la Conferencia Episcopal de Francia ha publicado un comunicado para explicar el sentido de las fiestas de Todos los Santos y del día de los Difuntos. «A lo largo del año, la Iglesia católica celebra a los santos que ha canonizado oficialmente y que presenta como modelos y testigos ejemplares de la fe», recuerda el texto. 

Con la fiesta del 1 de noviembre, día de Todos los Santos, la Iglesia desea «honrar a los santos “anónimos” –mucho más numerosos– que con frecuencia han vivido en la discreción al servicio de Dios y de sus contemporáneos». En este sentido, aclara el documento, es la fiesta de «todos los bautizados, pues cada uno está llamado por Dios a la santidad». Constituye, por tanto, una invitación a «experimentar la alegría de aquellos que han puesto a Cristo en el centro de su vida». 

El 2 de noviembre, día de oración por los difuntos, explican los prelados franceses, propone una práctica que comenzó con los primeros cristianos. La idea de convocar una jornada especial de oración por los difuntos, continuación de Todos los Santos, surgió antes del siglo X, siguen explicando. «El 1 de noviembre, los católicos celebran en la alegría la fiesta de Todos los Santos; al día siguiente, rezan de manera más general por todos los que han muerto»,  

De este modo, la Iglesia quiere dar a entender que «la muerte es una realidad que se puede y que hay que asumir, pues constituye el paso en el seguimiento de Cristo resucitado». Esto explica las flores con que en estos días se adornan las tumbas, «signo de vida y de esperanza», concluyen los prelados. “Holywins” una propuesta creativa de la Diócesis de París 

En la cruzada de ser creativos para el 31 de octubre, víspera del Día de todos los Santos, http://www.holywins.org cuenta cómo se organizan en la Diócesis de París ! La iniciativa, bautizada con el nombre de «Holy wins» («la santidad gana») –juego de palabras contrapuesto a Halloween– ha sido lanzada por la arquidiócesis de París. (…) En una sociedad que tiende a eludir la cuestión de la muerte, la fiesta de Halloween tiene el mérito de interrogarnos sobre este tema, pero sólo hace referencia a los rituales morbosos y macabros. 

Por este motivo los jóvenes de de París quieren aprovechar el éxito de Halloween para testimoniar su fe y la esperanza cristiana ante la muerte en la vigilia de la fiesta de Todos los Santos (1 de noviembre) y de los Difuntos, de los que se hace memoria al día siguiente. 

Parte de esta información es cortesía del Lic. Eduardo R. Cattaneo Editor Responsable de: ESCUELA VIRTUAL PARA PADRES Mendoza, Argentina 

(http://www.aciprensa.com/controversias/halloween.htm)


30 octubre, 2013

San Germán de Capua



Oh, San Germán de Capua, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su
amado santo, que tuvisteis la misión
de a los bizantinos convencer, para
que fin pusiesen al “cisma acaciano”,
que duraba ya treinta y cinco años,
y, que, con éxito culminó, firmándose
la famosa “Fórmula de Hormisdas”.
Vos, que nacisteis en cuna de oro,
os desprendisteis de todo y lo disteis
a los pobres, para luego dedicaros
a la oración y a la vida espiritual.
Más tarde, elegido fuisteis obispo,
por el clero y la aclamación popular,
dedicándoos a la evangelización de
vuestra grey, en el conocimiento y el
amor de Cristo. Amigo de san Benito,
de san Sabino, y del papa san Juan I,
propiciasteis un clima de piedad y
de amor hacia los pobres. Amado y
querido en vuestro tiempo, por propios
y extraños, cuando vos, entregasteis
vuestra alma al Padre, cuenta san
Gregorio, que, hallándose San Benito
en el Monte Casino, vio a los ángeles
del Señor llevando vuestra alma “a la
eterna felicidad”. Y, sí, hoy estáis
en la plena gloria, coronado con justicia,
de amor y luz, como justo premio a
vuestra entrega de amor, fe y esperanza
Oh, San Germán de Capua, “vida y fe”.

© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de Octubre
San Germán de Capua
Obispo
†: c. 540 – país:Italia
Canonización:pre-congregación

En Capua, también en la Campania, san Germán, obispo, del que habla el papa san Gregorio I Magno en sus escritos.

El papa san Hormisdas envió a este santo prelado, con otros legados, ante el emperador Justino el año 519, con la misión de convencer a los bizantinos para que pusiesen fin al «cisma acaciano» que había durado ya treinta y cinco años. La embajada tuvo éxito, y se firmó la famosa «Fórmula de Hormisdas».

Gregorio el Grande afirma, en base a la autoridad de «sus mayores», que mucho después de la muerte del diácono romano Pascacio, san Germán le vio todavía en el purgatorio, porque se había unido al cisma que organizó Lorenzo contra el papa san Símaco; Pascasio expiaba su culpa al prestar servicio a los que acudían a las fuentes de aguas termales, a las que san Germán tuvo que ir por motivos de salud. Pocos días después, Pascasio salió del purgatorio gracias a las oraciones de Germán. Este fue amigo personal de san Benito; san Gregorio cuenta que hallándose San Benito en Monte Casino, vio a los ángeles llevar a la felicidad eterna el alma de san Germán, cuya muerte ocurrió el año 540.

Una ‘Vita’ escrita a mediados del siglo IX nos informa algunos detalles más: Germán nació en Capua, hijo de Amancio y Juliana, familia prominente de la ciudad. A la muerte de su padre, Germán, heredero de una considerable fortuna, prefirió, con el consentimiento de la madre, desprenderse de todo y darlo a los pobres, para dedicarse a la oración y la vida espiritual. En el 519 muere el obispo de Capua, Alejandro, y Germán es elegido según la usanza de la época, es decir, por el clero y la aclamación popular, a lo que resistió un poco, para finalmente aceptar el nombramiento.

Además de ser amigo de san Benito, lo fue también de san Sabino, obispo de Canosa y del papa san Juan I. Inicialmente Germán fue sepultado en Capua la Vieja, en la iglesia de San Esteban, iglesia en la que el propio Germán había hecho colocar las reliquias del santo protomártir; esta iglesia había sido construida por Constantino el Grande, y allí Germán fue venerado por largo tiempo.

Pero en el 866 el emperador Ludovico II pasó cerca de un año en Capua, y cuando se iba, llevó el cuerpo de san Germán, cuyas reliquias repartió en dos distintos lugares: en la ciudad de Cassino (al pie de Monte Cassino), que por crecer tanto el fervor a san Germán paso a llamarse ciudad de san Germán, hasta que recibió de nuevo su nombre original en el siglo XIX; y en Piacenza, en la iglesia de San Sixto, que al final fue la única ciudad donde se conservaron. Piacenza volvió a donar reliquias del santo a la ciudad de Cassino, de la que es especial patrono y muy venerado, pero tanto las representaciones artísticas del santo en Monte Cassino, como sus reliquias se perdieron en la incivilizada y cruel destrucción norteamericana de la abadía de Monte Cassino en 1944.

La primera parte del artículo proviene de Butler, los datos de la ‘Vita’ y el traslado de las reliquias, fueron traducidos y resumido para ETF a partir de un artículo de Antonio Borrelli en Santi e Beati. La imagen es de la estatua de San Germán realizada en 1483 para la iglesia de su título en la ciudad de Cassino. La «Vita» del siglo XI que menciona Borrelli puede verse en Acta Sanctorum, oct. XIII; debe notarse que la identificación entre este Germán y el legado del papa Hormisdas es probable, pero no del todo segura.

(http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?ids=3958)