15 abril, 2014

Santas Basilisa y Anastasia


Oh, Santas Basilisa y Anastasia, vosotras
sois las hijas del Dios de la vida y sus
amadas santas. Y, en la tierra, ilustres y
venerables matronas romanas, que habían
recibido la luz de la fe y la gracia de
nuestro Señor Jesucristo, de mano de los
apóstoles san Pedro y san Pablo. Y que,
devotas suyas quedaron, que ni aun después
que ellos padecieron el martirio, quisieron
dejar por temor humano de reverenciarles;
recogiendo las reliquias de aquellos
santísimos Maestros de nuestra fe, para
darles, secretamente honrada sepultura.
Y, por ello, acusadas fueron por haber
actuado así, ante el impío y desquiciado
Nerón, que ordenó que las prendiesen y os
presentaron al tribunal cargadas de cadenas.
Y, así, el mísero Nerón, os pidió que
renunciaseis a vuestra fe y vida cristiana
que os habían enseñado los santos apóstoles,
pero vosotras, tozudas y llenas de fe,
confesasteis que amabais a Jesucristo,
manifestando que era verdadero Dios, por
el cual incluso, estabais dispuestas a
derramar vuestra sangre y hasta morir.
Y, así fue, pues después del encierro
seguisteis confesando a Cristo, y el feroz
tirano, ordenó mataros bajo tormentos y
azotándolas con inhumanidad, os colgaron
en un potro, y abrasaron vuestras carnes
con hachas encendidas. Y, viendo los verdugos
que vosotras no proferíais queja alguna
y que no cesabais de invocar el nombre
de Cristo Jesús, os sacaron las lenguas
de la boca y os las cortaron. Luego os
cortaron los pechos y os atormentaron
cruelmente hasta que se cansaron. Y,
luego el tirano, al ver fallido su plan,
os condenó a ser degolladas. Y, así, volaron
vuestras almas al cielo, para coronadas
ser, con coronas de luz y eternidad, como
justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
Oh, Santas Basilisa y Anastasia, amor y luz.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Abril
Santas Basilisca y Anastasia
Nobles romanas
Mártires


Sus nombres no constan el en Martirologio Romano actual
 
Etimológicamente: Anastasia = Aquella que resucita, es de origen griego.
Etimológicamente: Basilisa = Aquella que reina, es de origen griego.
 
Las ilustres y venerables matronas romanas santa Basilisa y santa Anastasia, habían recibido la luz de la fe y la gracia de nuestro Señor Jesucristo por mano de los gloriosos príncipes de los apóstoles san Pedro y san Pablo.
 
Quedaron tan devotas suyas, que ni aun después que ellos padecieron el martirio, quisieron dejar por temor humano de reverenciarles; antes, recogiendo con todo cuidado las venerables reliquias de aquellos santísimos Maestros de nuestra fe, les dieron secretamente honrada sepultura.
 
Mas como por este oficio de piedad fuesen acusadas delante del impío y cruelísimo Nerón, este primer perseguidor y fiera sanguinaria, sin respeto de la virtud y nobleza de aquellas piadosas matronas, mandó que las prendiesen y las presentasen a su tribunal cargadas de cadenas.
 
Pretendió el bárbaro emperador apartarlas del nuevo instituto y vida cristiana que les habían enseñado los san tos apóstoles, mas ellas con gran fortaleza confesaron a Jesucristo, diciendo que era verdadero Dios, por el cual ellas estaban dispuestas a confesarle también, derramando la sangre y muriendo si fuese menester.
 
Entonces mandó el tirano que sacasen de su presencia a aquéllas damas tan principales y las encerrasen en la cárcel hasta el día siguiente, en el cual se les concedía nueva audiencia. Venida la hora de comparecer de nuevo al tribunal, mostráronse tan constantes e invencibles en la confesión de Cristo, que luego ordenó el ferocísimo emperador matar las bajo tormentos.
 
Azotáronlas con bárbara inhumanidad, colgáronlas en un potro, y abrasaron sus delicadas carnes con hachas encendidas; y viendo los verdugos que todo, esto sufrían ellas sin quejarse, y que no cesaban de invocar el nombre de Cristo Jesús, con gran furor les “sacaron las lenguas de la boca y se las cortaron. Cortáronles después los pechos y las atormentaron cruelísimamente hasta que se cansaron de hacer en aquellos santísimos cuerpos la más horrible y sangrienta carnicería, y como no pudiesen quebrantar un punto la constancia maravillosa de aquellas flacas mujeres y fortísimas mártires del Señor, las condenó el tirano a ser degolladas, y así confirmaron con su sangre y con su muerte la doctrina de Dios que habían recibido de los bienaventurados Príncipes y esclarecidos Maestros de la Iglesia romana.
 
La edición antigua del Martirologio Romano recordaba a Santas Basilisa y Anastasia el 15 de Abril, más luego de las últimas reformas en esta materia se unieron a todos los mártires de Roma en una sóla celebración el 30 de junio.
 
 

14 abril, 2014

San Valeriano

 
Oh, San Valeriano, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo
que, convertido fuisteis por vuestra
esposa Cecilia, con sobrenaturales
medios. Y, luego, no tardó mucho ella
en convertir también a vuestro hermano
Tiburcio. Y, pronto mostrasteis caridad
para con los pobres, al igual que vuestra
esposa Cecilia. Hasta que os llega la
hora de confesar con vuestro hermano,
ser ambos cristianos, y así, y todo,
adoctrináis en pleno juicio a los demás.
Encolerizados y fuera de sí, vuestros
verdugos, optaron por apalearos, pero
brillaban vuestros rostros de alegría
plena, por la gracia de poder dar vuestra
sangre por Jesucristo. Y, así, amante
de la verdad como erais, Dios os premió,
de verdad y en el cielo, y junto con
vuestra esposa y hermano, participáis
del eterno banquete de gloria lleno,
por vuestra entrega de amor fe y luz;
oh, San Valeriano, “robusto en la fe”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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14 de Abril
San Valeriano
Mártir
 
Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Pretextato, en la vía Apia, santos Tiburcio, Valeriano y Máximo, mártires. († s. inc.)Etimológicamente: Valeriano = Aquel que es fuerte, robusto. Viene de la lengua latina.
 
Mártir romano, probablemente del tiempo de Juliano el Apóstol, esposo de la popular virgen Cecilia. Según las tradiciones fue convertido por ella el día mismo de la boda con medios sobrenaturales y milagrosos. Sobre su casa se edificó luego un templo, en el que reposan las reliquias de su santa consorte. Fiesta 14 de abril.
 
Una de las imágenes más sugerentes y humanas con que la divina Palabra nos ha introducido en el misterio de la Redención la constituyen las llamadas bodas del Cordero.
 
Dios ha amado a la humanidad con amor de Esposo y en el banquete nupcial se entrega a sí mismo como víctima y como alimento. Es realmente un vínculo de sangre el que sella estas bodas sublimes, es la sangre del Cordero, del Hijo de Dios inmolado. Por ello se comprende y se admira el profundo sentido cristiano que guió a la piedad de nuestros antepasados, ya desde muchos siglos atrás, en tejer con minuciosos detalles en torno a unas nupcias, mitad terrenas y mitad espirituales, este bello poema de virginidad y de martirio, de amor y de sacrificio, el poema de Cecilia y Valeriano, el poema de Cristo presente en el amor transparente de los dos jóvenes.
 
Y el poema es cantado cada año por toda la Iglesia, en el oficio divino en honor de la santa esposa. Valeriano entra como segundo personaje, el convertido, el amante brioso, pero íntegro, que no duda en renunciar al goce sensible para unirse con ella en el amor supremo, el amor que salva y los une a los dos con Dios y en Dios.
 
La narración es suave e insinuante. Durante el banquete nupcial Cecilia, preparada anteriormente con larga oración y ayuno, sin dejar de participar en el bullicio y la alegría, entona su cántico de confianza: Que mi corazón permanezca inmaculado.
 
Luego viene el momento del encuentro con el esposo. Valeriano se acerca a Cecilia con toda la ilusión de su juventud, con toda la satisfacción del amor conquistado.
 
Cecilia pronuncia extrañas palabras. Un ángel guarda su virginidad; le invita a colaborar con el ángel, le promete ver también él al ángel si antes es lavado por un baño sagrado.
 
Valeriano, enamorado, no duda de Cecilia, se le confía, se convierte, y va en busca de la iglesia en su Cabeza, el Papa oculto. Éste le instruye en el misterio y, tras pedirlo insistente, le administra el santo bautismo.
 
Vuelve presuroso al tálamo nupcial, y descubre a su esposa en oración, con un ángel a su lado, más resplandeciente que el sol y ofreciendo a los dos una guirnalda de parte del Esposo de las vírgenes. Valeriano adora, cree, goza. Con la esposa.
 
Y no tarda en conseguir tiempo después la conversión de su hermano Tiburcio, que sigue su mismo camino. Así Cecilia puede presentar a los dos hermanos como sus más preciadas coronas del día de sus esponsales, como el fruto de su amor y de su sabiduría…
 
Pronto su esposo probará su espíritu y la profundidad con que siente su nueva vida. Primero dedicado intensamente a la caridad para con los pobres, compitiendo con Cecilia en su ya famoso desprendimiento.
 
Después será su valentía y decisión ante el prefecto Almaquio.
 
Los dos hermanos confiesan que son cristianos, y pretenden adoctrinar a los que asisten al juicio, en la verdadera religión. Son cruelmente apaleados, pero en pleno suplicio muestran sus rostros llenos de alegría por la gracia de poder dar su sangre por Jesucristo. Y de este modo, pasan delante de Cecilia, que pronto les seguirá en el camino del testimonio sangriento. Valeriano había amado de verdad y en el cielo, junto con su esposa, participa en el eterno banquete de gloria al Cordero. En la tierra, sus reliquias fueron conservadas, para gloria de Dios en sus santos, y se conservan en la iglesia dedicada a Santa Cecilia, en el Trastévere.
 

13 abril, 2014

Domingo de Ramos

  
 
Oh, Domingo Glorioso de Ramos;
en que Vos, Señor del cielo y
de la tierra, a la Santa Jerusalén
entrabais; y, el gentío os aclamaba.
Todos os conocían y vitoreaban
entre palmas, ramos y flores, porque
en Vos; al Mesías reconocieron,
al Dios de la vida, a Aquél que
todo lo ve. ¡Sí! todos os conocían
aquél Domingo, y quien erais, muy
bien sabían. Y, en el fondo un silencio,
como de muerte, se preguntaba:
¿Mañana, igual será? Vos, que sin
mancha de pecado alguno, desde
siempre estabais, habíais así,
iniciado Vuestra cruenta marcha a
una muerte y muerte de Cruz. Y,
todo, por amor al hombre. ¿Cuándo
no, por el hombre? ¡Siempre! !Siempre¡
“¡Bendito el que viene en nombre
del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”;
Oh, Domingo Glorioso de Ramos.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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Domingo 13 de Abril 
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

El Domingo de Ramos abre la puerta a la semana de los días más amargos, más crueles para el Dios que se hizo hombre por amor. 
 
Domingo de Ramos, la Iglesia Católica y sus fieles, conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén. Marcos en su Evangelio, nos describe como fue esa entrada: “Llegó Jesús en un borriquillo mientras muchos extendían sus mantos en el camino y otros lo tapizaban con ramos cortados en el campo y gritaban vivas, ¡Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor!.
 
Parece que todo nos anima a que sea un domingo de fiesta, los ramos, las palmas, los gritos de júbilo…y sin embargo la tradición nos sorprende en la santa misa de este día, relatándonos la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
 
¡Qué cercano estaba el día en que sería entregado a los sumos sacerdotes, a los grandes personajes y autoridades, Anás, Caifás, Pilato, Herodes y luego al mismo pueblo que ahora lo vitorea y más tarde pedirá su crucifixión.
 
Repasamos toda esta historia (que siempre es la misma, dirán algunos) pero que siempre es diferente según la medite nuestro corazón.
 
El Domingo de Ramos abre la puerta a la semana de los días más amargos, más crueles para el Dios que se hizo hombre por amor, por amor a rodos los hombres y en ese “todos” estaba yo.
 
La agonía en el Getsemaní, una oración al Padre con temblores de miedo, sus palabras “una tristeza en el alma hasta la muerte” y bajo el resplandor de la luna llena de Pascua, allá en el Huerto de los Olivos, nuestro Salvador postrado en tierra, se cubre de sudor y se llena de amarga soledad. Necesita la compañía de sus amigos, “velad conmigo” pero ellos se durmieron.
 
Y después el beso que traiciona, la flagelación, las espinas, la cruz, los clavos en pies y manos, la lanza que penetra en su costado, la muerte. “Al que no conoció el pecado, Dios lo trató por nosotros, como el propio pecado, para que, por medio de él, nosotros sintamos la fuerza salvadora de Dios” (Cor 5:21).
 
“El fue triturado por nuestros crímenes, sobre él descargó el castigo que nos sana” (Is 53:5).
Cristo se acerca al Padre en esa hora de redención, los pecados de la humanidad están sobre Cristo misteriosamente. El pecado es el rechazo a Dios. Cristo está entre los hombres de todos los tiempos y ese amor es rechazado, pisado.
 
Hay que meditar sobre esto:
 
Yo soy la causa pero también el destinatario de la redención, soy el fin de la obra redentora de Cristo.
Entremos pues, con la fe y la alegría del Domingo de Ramos, alabando a Jesús desde nuestros corazones, con la confianza y amor que es nuestro Señor, y preparándonos con la lectura de la Pasión, escuchando la Palabra de Dios (el mismo Dios que nos habla) para acompañar a Cristo en la Pasión,
 
Y desde la cruz con nuestra Madre para todos los seres humanos. María que al pie de la cruz nos recibe como hijos que aunque algunas veces perdamos el rumbo, será nuestro faro de luz que nos conducirá amorosamente hasta su Hijo Jesús

(http://es.catholic.net/meditaciondehoy/)

12 abril, 2014

¡Qué increíble el poder de tu Amor!


¡Qué increíble el poder de tu Amor!
Aun así crucificado
Por la ignominia de mis pecados
Y los del mundo entero
Llora mi corazón partido
Al verte así clavado y escarnecido
Por mis hermanos los hombres
Que faltos de sí
Al ladrón y criminal libre dejaron
Y tomaron la justicia en sus manos
Impíos y traidores optaron dejarte así
Y jamás comprendieron
Que tu único pecado
Fue el dar amor a todos
Enseñarnos a amar y perdonar
A nuestros enemigos
A dar vista a los ciegos
Caminar a los paralíticos
Hablar a los sordomudos
Resucitar a los muertos
¿Eso merecía tu muerte?
¡Noooooooooooooooo!
Para merecer tu muerte
Estoy yo Dios mío
Pues yo osé ofenderte
Y pésame en mí
Mi maldad y mi culpa
Mi culpa y mi maldad
Te miro coronado de espinas
El rostro cubierto de sangre
La huella de la lanza en tu costado
De azotes y moretones cubierto
Flagelado y escupido
Despreciado y vilipendiado
Siete palabras en tu agonía:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
“En verdad te digo: hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”
“¡Mujer, he ahí a tu Hijo! ¡He ahí a tu madre!”
“Dios mío, Dios, mío, ¿por qué me has abandonado?”
“¡Tengo sed!”
“Todo está consumado”
“¡Padre, en tus manos entrego mi Espíritu!”
Y recién creo comprenderte
Cuánto me amas
Cuánto nos amas
Pues eres Tú la sola verdad eterna
Eres Tú la luz verdadera
Eres Tú la resurrección y la vida
Y aunque nadie quiera saber de Ti
Y aunque pocos te quieran en su corazón
¡Yo te amo!
¡Yo te quiero!
Y marcharé por el mundo
Y les diré cuanto nos amas
Que tu pecado fue amarnos
Hasta la muerte
Una muerte de Cruz
Que tu nombre es Jesús
Y que eres camino Verdad y vida
Dios y Señor Nuestro
¡Qué increíble el poder de tu Amor!.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado

San Julio, Papa

 
Oh; San Julio Papa, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo.
Frente a los ataques de los arrianos,
custodiasteis valientemente la fe del
Concilio de Nicea, defendisteis a San
Atanasio, que era entonces perseguido y
exiliado, y reunisteis el Concilio de
Sárdica. Además, inspirado por Dios,
la verdad católica defendisteis, de
abierta manera, y, en Atanasio, soldado
fiero de la fe, que combatió contra
los impíos arrianos, disteis, escarmiento
y la ortodoxia fortalecisteis con equidad
y justicia, despejando el andar de Nuestra
Santa Madre Iglesia. Defendisteis la verdad
católica, la lealtad a la fe y la búsqueda
de la justicia. Además, contribuisteis
al fortalecimiento de la autoridad
de Roma. Y, por ello, con justicia
coronado fuisteis de luz, como premio
a vuestra entrega de amor y fidelidad;
oh, San Julio, “autoridad, lealtad y fe”.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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12 de Abril
San Julio I
XXXV Papa
 
Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Calepodio, en el tercer miliario de la vía Aurelia, sepultura del papa san Julio I, quien, frente a los ataques de los arrianos, custodió valientemente la fe del Concilio de Nicea, defendió a san Atanasio, perseguido y exiliado, y reunió el Concilio de Sárdica. († 352)

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma: el Papa.
 
Se conocen pocos datos de su vida anterior a la elección para Sumo Pontífice el 6 de febrero del 337, muerto el papa Marcos y después de ocho meses de sede vacante. El Liber Pontificalis nos dice que era romano y que su padre se llamaba Rústico.
 
La primera de las actuaciones que deberá realizar -que le seguirá luego por toda su vida- está directamente relacionada con la lucha contra el arrianismo. Había sido condenada la herejía en el Concilio universal de Nicea, en el 325; pero una definición dogmática no liquida de modo automático un problema, cuando las personas implicadas están vivas, se aferran a sus esquemas y están preñadas de otros intereses menos confesables.
 
A la muerte del emperador Constantino, por decreto, pueden regresar a sus respectivas diócesis los obispos que estaban en el destierro. Es el caso de Atanasio que vuelve a su legítima sede de Alejandría con el gozo de los eclesiásticos y del pueblo. Pero los arrianos habían elegido para obispo de esa sede a Pisto y comienzan las intrigas y el conflicto. El Papa Julio recibe la información de las dos partes y decide el fin del pleito a favor de Atanasio.
 
Eusebio de Nicomedia, Patriarca proarriano con sede en Constantinopla, envía una embajada a Roma solicitando del papa la convocatoria de un sínodo. Por su parte, Atanasio -recuperadas ya sus facultades de gobierno- ha reunido un importante sínodo y manda al papa las actas que condenan decididamente el arrianismo y una más explícita profesión de fe católica.
 
Julio I, informado por ambas partes, convoca el sínodo pedido por los arrianos. Pero estos no envían representantes y siguen cometiendo tropelías.
 
Muere Eusebio y le sucede Acacio en la línea del arrianismo. Otro sínodo arriano vuelve a deponer a Atanasio y nombra a Gregorio de Capadocia para Alejandría.
 
El papa recoge en Roma a los nuevamente perseguidos y depuestos obispos con Atanasio a la cabeza. Como los representantes arrianos siguen sin comparecer, Julio I envía pacientemente a los presbíteros Elpidio y Filoxeno con un resultado nulo en la gestión porque los arrianos siguen rechazando la cita que pidieron.
 
En el año 341 se lleva a cabo la convocatoria del sínodo al que no quieren asistir los arrianos por más que fueron ellos los que lo solicitaron; ahora son considerados por el papa como rebeldes. En esta reunión de obispos se declara solemnemente la inocencia de Atanasio; el papa manda una encíclica a los obispos de Oriente comunicando el resultado y añade paternalmente algunas amonestaciones, al tiempo que mantiene con claridad la primacía y autoridad de la Sede Romana.
 
Los arrianos se muestran rebeldes y revueltos; en el mismo año 341 reúnen otro sínodo en Antioquía que reitera la condenar a Atanasio y en el que se manifiestan antinicenos.
 
Estando así las cosas, el papa Julio I decide convocar un concilio más universal. En este momento se da la posibilidad de contar con la ayuda de Constancio y Constante -hijos de Constantino y ahora emperadores- que se muestran propicios a apoyar las decisiones del encuentro de obispos arrianos y católicos. El lugar designado es Sárdica; el año, el 343; el presidente, el español -consejero del emperador- Osio, obispo de Córdoba. El papa envía también por su parte legados que le representen.
Pero se complican las cosas. Los obispos orientales arrianos llegan antes y comienzan por su cuenta renovando la exclusión de Atanasio y demás obispos orientales católicos. Luego, cuando llegan los legados que dan legitimidad al congreso, se niegan a tomar parte en ninguna deliberación, apartándose del Concilio de Sárdica, reuniendo otro sínodo en Philipópolis, haciendo allí otra nueva profesión de fe y renovando la condenación de Atanasio. El bloque compacto de obispos occidentales sigue reunido con Osio y los legados.
 
Celebran el verdadero Concilio que declara la inocencia de Atanasio, lo repone en su cargo, hace profesión de fe católica y excomulga a los intrusos rebeldes arrianos. Como conclusión, se ha mantenido la firmeza de la fe de Nicea, reforzándose así la ortodoxia católica.
 
Aún pudo Julio I recibir una vez más en Roma al tan perseguido campeón de la fe y ortodoxia católica que fue Atanasio, cuando va a agradecer al primero de todos los obispos del orbe su apoyo en la verdad, antes de volver a Alejandría.
 
Julio I escribirá otra carta más a los obispos orientales y de Egipto.
 
En los 15 años de papado, sobresale su gobierno leal no exento de muchas preocupaciones y desvelos por defender la verdad católica. La lealtad a la fe y la búsqueda de la justicia en el esclarecimiento de los hechos fueron sus ejes en toda la controversia posnicena contra el arrianismo. Su paciente gobierno contribuyó a la clarificación de la ortodoxia fortaleciendo la primacía y autoridad de la Sede Romana.
 
(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

11 abril, 2014

San Estanislao de Cracovia


Oh, San Estanislao; vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo,
que, de gran elocuencia dotado; no sólo
ejemplo disteis como excelso predicador,
sino, también en vuestro obrar diario,
a la práctica llevando las palabras
de Isaías Profeta, que dicen: “Ay de
los jefes espirituales que sean como
perros mudos que no ladran cuando llegan
los ladrones a robar en el campo del
Señor”. Y, vos, nunca lo fuisteis jamás,
y, arriesgando vuestra propia vida,
al orden llamasteis al impío reyezuelo,
que, harto de vos, os mandó matar, y,
al no lograrlo, él mismo, tiñó sus manos
de vuestra santa sangre, ganando para sí,
condena eterna. Él, os mató el cuerpo,
pero jamás vuestra alma, que, presta
voló, a los brazos de Dios, para quien
habíais trabajado, sin tregua ni descanso.
Por ello, premio justo recibisteis, siendo
coronado, con corona de luz y de eternidad;
Oh, San Estanislao, “evangelio vivo”.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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11 de Abril
San Estanislao
Obispo y mártir
(año 1079)


Es un santo muy estimado y honrado en Polonia, su patria. Nació cerca de Cracovia, en el año 1030. Sus padres llevaban treinta años de casados sin lograr tener hijos y consideraron el nacimiento de Estanislao como un verdadero regalo de Dios. Lo educaron lo más piadosamente que pudieron.
 
Estudió en Polonia y en París y ordenado sacerdote por el obispo de Cracovia (que es la segunda ciudad de Polonia) fue nombrado Párroco de la catedral. Se distinguió por su gran elocuencia, por los impresionantes ejemplos de vida santa que brindaba a todos con su buen comportamiento y por la reforma de costumbres que lograba conseguir con sus predicaciones y con su dirección espiritual.
El señor obispo deseaba que Estanislao fuera su sucesor, pero él no aceptaba ser obispo porque se creía indigno de tan alta dignidad. Sin embargo al morir el prelado, el pueblo lo aclamó como el más digno para ejercer el obispado, el cual ejerció por siete años, desde el año 1072, hasta el años de su muerte, en 1079.
 
Era muy estricto en exigir a cada sacerdote el cumplimento exacto de sus deberes sacerdotales. Visitaba cada año a todas las parroquias y dedicaba mucho tiempo a la predicación y a la instrucción del pueblo. Su palacio episcopal vivía lleno de pobres, porque jamás negaba ayudas a los necesitados. Tenía la lista de las familias que estaban pasando por situaciones económicas más penosas, para enviarles sus generosas ayudas.
 
El rey de Polonia Boleslao, era un valiente guerrero pero se dejaba dominar demasiado por sus pasiones. Al principio se entendía muy bien con el obispo Estanislao, pero luego empezó a cometer faltas muy graves que escandalizaban y daban muy mal ejemplo al pueblo y entonces el obispo tuvo que intervenir fuertemente. San Estanislao recordaba muy bien aquel mandato de San Pablo “Es necesario reprender, aconsejar y hasta amenazar, con toda paciencia y doctrina, porque llega el tiempo en que los hombres arrastrados por sus propias pasiones ya no quieren oír las doctrinas verdaderas, sino las falsedades” (2 Tim. 4,2).
 
Este santo obispo era de carácter amable y humilde, pacífico y amigo de arreglar todos los asuntos por las buenas. Trataba de ser severo consigo mismo pero totalmente comprensivo con los demás. Era un alma que jamás demostraba orgullo y ponía gran cuidado para no dejarse dominar por la ira. Siempre estaba en disposición para ayudar a los necesitados. Pero conocía muy bien la famosa frase del profeta Isaías: “Ay de los jefes espirituales que sean como perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar en el campo del Señor”. Y él no quería ser perro mudo que se queda sin dar la voz de alerta ante los enemigos y los peligros.
 
Varias veces había corregido a Boleslao cuando éste cometía crueldades o injusticias y el rey había mostrado cierto arrepentimiento y deseos de corregirse. Pero de pronto la medida de sus maldades rebosó cuando Boleslao se robó una mujer casada para llevársela como concubina a su palacio. Las gentes se escandalizaron. Ninguno de los altos empleados se atrevía a corregir al rey escandaloso. Y pidieron al obispo que se arriesgara a llamarle la atención al terrible monarca.
 
Estanislao se presentó valerosamente ante el rey le echó en cara el pecado tan escandaloso que estaba cometiendo, y el pésimo ejemplo que estaba dando a todo ese pueblo tan católico. Boleslao se hizo el sordo y no le quiso hacer caso y entonces el obispo con toda la autoridad de su cargo lo amenazó con terribles castigos si no se arrepentía de su pecado impuro y no dejaba aquella mala amistad.
 
Boleslao creyó que el obispo no iba a proceder tan fuertemente, y se atrevió a asistir a una misa en la catedral. Pero Estanislao mandó suspender la misa porque no aceptaba que un pecador tan rebelde y escandaloso estuviera allí dando mal ejemplo a todos. Entonces estalló ferozmente la ira del sanguinario rey.
 
Boleslao se propuso vengarse y un 11 de abril mientras San Estanislao estaba celebrando la Santa Misa, mandó el furibundo rey a sus soldados a que lo mataran allí mismo en el altar. Los soldados volvieron al atrio diciéndole que no se habían atrevido a tocar a aquel hombre de Dios que aparecía rodeado de resplandores. Entonces el mismo Boleslao subió al altar y con sus propias manos asesinó al santo obispo el 11 de abril del año 1079. Fue un crimen que nunca pudo olvidar y que lo atormentó día y noche durante todo el resto de su vida.
 
El rey hizo que el cadáver del santo quedara en el campo sin sepultar, para que lo devoraran los cuervos. Pero entonces aparecieron dos águilas que no dejaron que ningún gallinazo se acercara al cuerpo del difunto. Hasta que llegaron unos devotos fervorosos y le dieron santa sepultura, en la capilla de San Miguel.
 
Desde entonces las cosas comenzaron a suceder cada día más de mal en peor para el rey Boleslao que tuvo que llorar muy amargamente el crimen tan espantoso que cometió. El pueblo empezó a venerar como a un gran santo a Estanislao, y el Papa Inocencio lo canonizó, o sea lo declaró santo en el año 1253.

Petición

San Estanislao, pídele a Dios que haya muchos obispos y sacerdotes que como tú a imitación de San Juan Bautista que se atrevió a enfrentársele al rey Herodes y decirle: “No te es permitido vivir con una mujer que no es tu esposa”, y no dejó de decírselo aunque esto le llevó a ser asesinado por orden de tan malvado rey, que así también en este tiempo siempre haya muchos valerosos sacerdotes y obispos que se atrevan a oponerse a los que dan escándalo y mal ejemplo, aunque esto los lleve a ser perseguidos y sufrir martirios.

Y a los que se atreven a atacar a los enviados de Dios, que no olviden las palabras del libro Santo: “No toquéis a mis ungidos. No hagáis daño a los que Yo envío para comunicar mis mensajes (Salmo 105). Porque el que ataca a uno de mis enviados, es como si me hiriera a Mí en la pupila de mis ojos, dice el Señor”.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Estanislao.htm)

10 abril, 2014

San Ezequiel, Profeta

 Oh, San Ezequiel, vos sois el hijo del Dios
de la vida, su amado santo y Profeta. El mismo
que animabais a Su pueblo, en Babilonia
cautivo. “No querrán hacerte caso a ti porque
tampoco quisieron hacerme caso a Mí, porque
tienen cabeza orgullosa y corazón terco. Pero
no les tengas miedo, pues yo te doy una voluntad
aún más fuerte que la de ellos y tan dura
como el diamante”, os dijo el Señor. Dios,
os hablaba a través de visiones misteriosas,
de ello, testigos son el río Quebar, y vos
mismo, y los cuatro seres vivientes: el león,
simbolizando valor; el toro, la fuerza; el
águila, la alta elevación; y el hombre, la
inteligencia, situado en la cúspide de la
creación. “Esto es lo que voy a hacer con mi
pueblo. Ahora están como muertos y desamparados,
pero yo les daré nueva vida y los llenaré
de bendiciones”. Dijo Dios y así fue. Y,
respecto de las maldades del hombre, Dios
os dijo: “No es así como dicen. Cada uno paga
por sus propias maldades”. “Si uno que era
malo se vuelve bueno, se olvidarán sus antiguas
maldades y se le premiará por la vida virtuosa
que empieza a vivir. Pero si uno que era
bueno se vuelve malo, se olvidará lo bueno que
hizo antes y se le castigará por sus maldades”.
Y, así, cumplisteis fielmente con Dios y
él, os premió con corona de luz y eternidad
oh, San Ezequiel, “amor, fe y esperanza”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Abril
San Ezequiel Profeta
(598 a. de C.)
Ezequiel significa: “Dios es fuerte”.
Oración
 
San Ezequiel profeta, pídele a Dios que nunca se nos vayan a olvidar los males que nos pueden venir si desobedecemos las leyes del Señor y que siempre recordemos con gran provecho los inmensos bienes que vamos a conseguir si permanecemos fieles al amor de nuestro Dios y obedecemos sus divinos mandatos.
Historia
 
Ezequiel era hijo de un sacerdote y él también fue sacerdote (recuerden que en el Antiguo Testamento en Israel los sacerdotes se casaban). Fue el profeta encargado por Dios para animar al pueblo cuando los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia.
 
Durante 22 años predicó al pueblo de Israel en el desierto. Dios le avisó que muchos no le iban a hacer caso: “No querrán hacerte caso a ti porque tampoco quisieron hacerme caso a Mí, porque tienen cabeza orgullosa y corazón terco. Pero no les tengas miedo, pues yo te doy una voluntad aún más fuerte que la de ellos y tan dura como el diamante”, dijo el Señor.
 
Al principio Ezequiel predicó en Jerusalén, avisando a las gentes que si no dejaban su vida de pecado vendrían terribles castigos y la destrucción de la ciudad. No le hicieron caso y llegó el rey Nabucodonosor y destruyó la ciudad de Jerusalén y se llevó prisioneros y desterrados a sus habitantes. Incluyendo a Ezequiel.
 
En el desierto este gran profeta mantiene viva la fe de los deportados y los anima constantemente a confiar en Dios. Les enseña que este castigo no significa que Dios los haya abandonado, sino que los quiere purificar y volver mejores. Dios le habló a Ezequiel por medio de visiones muy misteriosas. Junto al río Quebar se le aparece el Señor en un carro de fuego llevado por cuatro seres vivientes los cuales tenían forma de león, de toro, de águila y de hombre (el león significaba valor, el toro, la fuerza, el águila, la elevación hasta muy alto, y el hombre, la inteligencia). Esto significaba que toda la creación representada por los cuatro seres, le servirá y le obedecerá al Creador.
 
Dios también le presentó en visión un campo lleno de esqueletos. Le mandó darles una bendición, y los esqueletos se llenaron de carne. Le ordenó darles otra bendición y los cuerpos adquirieron vida y resucitaron. Y Dios le dijo: “Esto es lo que voy a hacer con mi pueblo. Ahora están como muertos y desamparados, pero yo les daré nueva vida y los llenaré de bendiciones”.
 
En otra visión Ezequiel contempló que una carroza bellísima donde viajaba la gloria de Dios se alejaba de Jerusalén y se dirigía hacia Babilonia. Con esto el Señor le anunciaba que iba a abandonar por un tiempo a esta famosa ciudad y así sucedió. Unos años después Jerusalén fue destruida. Más tarde vio el profeta que la carroza con la gloria de Dios volvía otra vez a Jerusalén. Con esto se le anunciaba que la ciudad santa iba a ser reedificada otra vez y allí se le seguiría dando gloria a Dios. Y así sucedió. El pueblo desterrado volvió a Tierra Santa y en Jerusalén se volvió a construir el templo y a darle allí gloria al Señor.
 
A Ezequiel se le murió la esposa y Dios le dijo: “No llores ni lleves luto, porque con esto les quiero avisar que cuando les destruyan la ciudad no les van a dar tiempo para dedicarse a lamentaciones”. Todo sucedió de esa manera.
 
Un día le dijo Dios: “Échate al hombro el bulto con toda tu ropa y tus utensilios de trabajo y sal por la ciudad como quien viaja para el destierro. Y si alguno te pregunta qué significa eso, les dirás que eso es lo que a ellos les va a suceder si siguen pecando: tendrán que irse al destierro con sus ropas y sus utensilios al hombro”. Todo sucedió después, tal cual como Dios se lo había anunciado.
 
En una visión le dijo el Señor: “Le voy a mostrar cómo será en el futuro la religión verdadera de mi pueblo”. Y le mostró un río pequeño. El agua apenas llegaba hasta las rodillas y se podía atravesar fácilmente hasta el otro lado. Luego el río creció y el agua ya llegaba hasta la cintura. El río siguió creciendo y ya el agua llegaba hasta el cuello y era difícil atravesarlo. Al fin el río creció tan inmensamente que no se podía atravesar. Y sus aguas refrescantes regaron todos los campos de las orillas los cuales se llenaron de árboles llenos de muy buenos frutos y llegaron las aguas al Mar Muerto (que es super salado y espeso y no tiene vida de ninguna clase) y cambiaron aquellas aguas y las volvieron muy aptas para la vida, y se llenaron de peces. Y Dios le explicó que este iba a ser el futuro de la Santa Religión: iría creciendo poco a poco hasta regar el mundo entero y llenar todas las regiones de frutos de buenas obras y convertir aquello que antes era maldad y daño, en algo provechoso y lleno de bondad. Y así ha sucedido, gracias a Dios. La religión crece cada día más y más, y sus frutos de virtudes y de obras buenas, son maravillosos. Y muchos ambientes que eran como el Mar Muerto se volvieron llenos de vida espiritual, gracias a la religión.
 
Las gentes decían desanimadas: “Nuestros antepasados fueron los que cometieron las maldades y ahora somos nosotros los que las tenemos que pagar”. Pero Dios le dijo a Ezequiel: “No es así como dicen. Cada uno paga por sus propias maldades”. Y le añadió una noticia muy importante: “Si uno que era malo se vuelve bueno se olvidarán sus antiguas maldades y se le premiará por la vida virtuosa que empieza a vivir. Pero si uno que era bueno se vuelve malo, se olvidará lo bueno que hizo antes y se le castigará por sus maldades”.
 
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Ezequiel_4_15.htm)