18 octubre, 2016

El Señor de los Milagros



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¡Oh!, Señor de los Milagros, Vos, Sois el Dios de la vida,
y que pintáis Octubre, de morado color y, con la multitud
de fieles por todo el orbe de la tierra esparcidos, hacéis
sublime y grandiosa la mística expresión católica de la fe
porque, en octubre, de manos de un negro esclavo angoleño
guiado por el Espíritu Santo, plasmó vuestra sagrada efigie
Redentora, para que patrocinarais sus reuniones y os sirvieses
de guía en todo tiempo y circunstancia. Con los años, bajo
vuestro amparo, todas las sangres unís, en una sola fe,
en un sólo amor y luz. Y, así, desde siempre, la fervorosa
multitud eleva oraciones, súplicas y gracias, a Vos, Dios
de la vida, visando el sólo tocaros y besaros. La fe, montañas
mueve, y las voluntades más recias, mansas se vuelven,
gracias al destello de Vuestra luz divina, que cae sobre
vuestros fieles, mientras el andar cansino de vuestra
imagen, desbroza por doquier amor y paz. Os rindió culto,
el Conde de Lemos, y ordenó que se os venerase en el mismo
lugar, donde Vos, pintado fuisteis. Y, de pronto, un terremoto,
midió fuerzas con vuestra divinidad, y rajaduras produjo,
pero, nunca en vuestro mural, por designios de Dios. Y, así,
Sebastián de Antuñano, amoroso y fiel siervo vuestro, inició
la procesión con una réplica de vuestra santa imagen, así
originando las procesiones de octubre, con Vos, que tiñen
de morado y de incienso estos tiempos. “Es ya tiempo que esta
iglesia se edifique y siendo el fondo principal con que debe
contar la devoción de este vecindario que juró a este Divino
Señor Patrón de la Ciudad contra los temblores que en ella
se repiten, a dispuesto una Misa para el Domingo cuatro
de Mayo en la puerta del Colegio de los Desamparados, allí
esperaran de su generoso ánimo aquella prueba que le dictare
su piedad”. Rezaba así, la invitación, que con apoyo del Virrey,
las Madres Nazarenas, esparcieron por toda la ciudad de Lima;
¡oh!, Señor de los Milagros, “Vivo regalo de Amor de Dios Padre”.

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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Fe de Octubre

¡Oh!, Señor de los Milagros,
desde el angoleño aquél,
que Vuestra imagen pintó,
mares de gentío por el
mundo todo, en Octubre
se vuelcan tras de Vos,
en pos de la eternidad
prometida y Vos, no los
dafraudais Dios de la vida;
¡Oh!, Señor de Los Milagros.

© 2012 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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18 de Octubre
El Señor de los Milagros
Historia del Señor de los Milagros


El cielo de Lima se torna de color morado, entre el carmín y el azul, todos los octubres de nuestras vidas. La procesión del Señor de los Milagros, el Cristo de Pachacamilla, el Cristo moreno o cuanta denominación ostente, es considerada una de las más multitudinarias de todo el orbe, tanto por el inmenso mar humano que alberga como por la sublimidad y grandiosidad espiritual que trae consigo esta mística expresión de fe católica del pueblo limeño. En una Lima en donde conviven y luchan por sobrevivir en circunstancias adversas cholos, negros, blancos, chinos y demás razas que la conforman, octubre es el momento cumbre que los une a todos bajo el eslabón de una sola creencia, una sola fe, una sola y anhelada esperanza en el milagro que algún día recaerá en ellos.

Atrás queda el agotador y, a veces, sofocante apretujamiento de la fervorosa multitud por acercarse a la imagen para poder tocarla y besarla. Dicen que la fe mueve montañas y hasta las voluntades más reprimidas se vuelven inquebrantables gracias al destello de luz que despabila sobre la gente, el andar cansino pero señorial y ubérrimo de la imagen del Señor de los Milagros.

Pero, ¿cómo empezó a forjarse toda esta mágica religiosidad en el espíritu limeño?, ¿qué tuvo que pasar para que germinara en los corazones la solidaridad cristiana y la unción religiosa en torno a la imagen del Cristo de Pachacamilla?

Primera Misa

Después de estos extraordinarios sucesos, la parroquia de San Marcelo como de San Sebastián quisieron trasladar el mural a sus parroquias en ambos casos no dio resultados. El Conde de Lemos personalmente rindió culto a la imagen y acordó con la autoridad eclesiástica que en definitiva se le venerase en el mismo lugar para lo cual ordeno inmediatamente se levantara una ermita provisional.

Siempre con el apoyo de los fieles del lugar la imagen quedó cercada con adobes, lo techaron con esteras y levantaron un sencillo altar al pie del Cristo Crucificado. Una vez terminado estos trabajos se logro que se oficiara la primera misa ante la sagrada imagen del Cristo de Pachacamilla, un día lunes 14 de setiembre de 1671. A está ceremonia religiosa asistió el Virrey y su señora esposa, altas autoridades civiles como eclesiásticas y un gran número de vecinos y devotos.

Después de está primera misa el Virrey y su esposa continuaron rindiéndole culto a la imagen, aumentando así los devotos, que venían desde lejos inclusive, para conocer y reverenciar a la portentosa imagen del mural de Pachacamilla que pronto comenzaron a llamarlo el Santo Cristo de los Milagros o de las Maravillas.

Primera procesión
El terremoto del 20 de Octubre de 1687 produjo rajaduras y desmoronamientos en la Capilla, pero el sagrado mural quedó incólume, como muestra de los designios divinos. Fue así que Sebastián de Antuñano inicio la procesión con una replica de la imagen, originando así las tradicionales procesiones de octubre del Señor de los Milagros de Nazarenas. En su primer recorrido llegó hasta la Plaza Mayor, al Cabildo limeño, donde recibió en ambos lugares fervorosa pleitesía contando con el acompañamiento de acongojados fieles así como vecinos del lugar. Se tiene la seguridad que aquella replica es la misma que hoy en día nos sigue acompañando en los meses de octubre en su recorrido por la gran Lima.

Fundación del Monasterio

Después del entierro de la madre Antonia Lucia del Espíritu Santo, le sucedió en el cargo la madre Josefa de la Providencia. Bajo su dirección se enfrento a un a situación económica apremiante, recibiendo ayuda de Antuñano y del benefactor José de Lorenzana fiel devoto del Señor de los Milagros cuando la madre Josefa inicio las gestiones encaminadas a conseguir la Real Célula y la Bula Pontificia para poder fundar el Monasterio tuvo que luchar y superar muchas dificultades y contratiempos. Hacia 1718 un caballero llamado Jerónimo Machado fue a visitar a la madre Josefa de la Providencia, acompañado de su esposa e hija y al enterarse que estaba iniciando las gestiones para la fundación se ofreció gentilmente a conseguir la licencia del Rey para la clausura aprovechando su próximo viaje a España y Roma.

La ansiada licencia que se encuentra en el archivo del Monasterio fue concedida por el Monarca Felipe V el día 8 de Febrero de 1720.

Años más tarde la madre Josefa tuvo la oportunidad de conocer al Padre Maestro Juan de Gazitúa de la Orden de los Predicadores, quien se ofreció gentilmente a obtener de su Santidad la Bula respectiva. Estando en Roma inicio las debidas gestiones ante la Santa Sede y el 27 de Agosto de 1727 Su Santidad Benedicto XIII concedió la ansiada Bula. Quedó aprobado entre otras cosas el uso del hábito morado y el característico modo de vestir de las Nazarenas.

Cuando la madre Josefa tuvo en sus manos la Bula Pontificia inicio de inmediato las gestiones necesarias para conseguir la ansiada clausura.

Conseguir está aprobación era considerado por la sufrida madre Josefa como coger el cielo con las manos hasta que por fin el Marqués de Casa Concha redacto la debida solicitud y el 14 de Noviembre 1729 expidió la aprobación el Arzobispado y seis días después el Virrey Marqués de Castelfuerte autorizó como patrono la respectiva fundación.

La Iglesia de Nazarenas

La iglesia reedificada por Sebastián Antuñano y el Monasterio fundado en 1730, sufrieron los estragos del violento sismo del 28 de Octubre de 1746, la construcción de un nuevo templo era necesario. A comienzos de 1766, por decisiva influencia de la Pericholi, ferviente devota del Señor de los Milagros, el XXXI Virrey Don Manuel Amat y Junient, fue a visitar la Iglesia de Nazarenas y al contemplar su lamentable estado, decidió la construcción de un nuevo templo para tan portentosa efigie, se puso de acuerdo con la Madre Priora Grimanesa Josefa de Santo Toribio C.D. y con la Benefactora Doña Maria Fernández de Córdova y Sande, sugiriéndole la idea de despertar los dormidos sentimientos del devoto pueblo limeño.

Contando con el importante apoyo del Virrey, las Madres Nazarenas, repartieron por toda la ciudad una invitación que decía: “…es ya tiempo que está iglesia se edifique y siendo el fondo principal con que debe contar la devoción de este vecindario que juro a este Divino Señor Patrón de la Ciudad contra los temblores que en ella se repiten, a dispuesto una mesa para el Domingo 4 de Mayo en la puerta principal del Colegio de los Desamparados….allí esperaran de su generoso ánimo aquella prueba que le dictare su piedad…”.

Fue con está invitación que al fin las madres Nazarenas después de 20 años del terremoto de 1746 tenían esperanzas de construir un nuevo templo para el Señor de los Milagros.

17 octubre, 2016

San Ignacio de Antioquía

 
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¡Oh!, San Ignacio de Antioquía, vos, sois el hijo del Dios
de la vida y su amado santo, y que, honor hicisteis al
significado de vuestro nombre: “lleno de fuego”. Y, sí,
estabais así, “lleno de fuego”, pero, de amor por el Dios
de la vida. Vos, cuando al martirio, erais llevado, en vez
de miedo sentir, rogabais a vuestros amigos a que os
ayudaran a pedirle a Dios, que las fieras no se marchasen
sin destrozaros, pues, deseabais muerto ser, por vuestro
amor a Cristo Jesús. Y, era Él, quien os inflamaba vuestra
alma. Y, así, llevado preso, fuisteis por negaros a adorar
los falsarios ídolos de Trajano, y respondiéndole a sus
preguntas, en aquél diálogo: ¿Por qué te niegas a adorar
a mis dioses, hombre malvado? ¡No me llames malvado! Más
bien llámame Teóforo, que significa el que lleva a Dios
dentro de sí. ¿Y por qué no aceptas a mis dioses? ¡Porque
ellos no son dioses. No hay sino un solo Dios, el que hizo
el cielo y la tierra. Y a su único Hijo Jesucristo, es a
quien sirvo yo! Y, sin más, el impío Trajano, mandó que os
llevaran a Roma, para luego, echado ser a las fieras.
“Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas,
mordiscos, desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos
con tal de poder demostrarle mi amor al Señor Jesús”. Así,
les escribisteis a los cristianos en Roma. Y, cuando
llegasteis, os arrodillasteis lleno de paz, y orasteis
con ellos por la Iglesia, por el término de la persecución
y por la paz del mundo. Y, luego las fieras, os dieron
la paz y la alegría que anhelabais: ser coronado con corona
de luz, como justo premio a vuestro ejemplo de amor y fe;
¡oh!, San Ignacio de Antioquía, “vivo fuego del Dios Vivo”.


© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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17 de Octubre
San Ignacio de Antioquía
Mártir
Año 107

Ignacio significa: “lleno de fuego” (Ingeus: fuego). Nuestro santo estaba lleno de fuego de amor por Dios.


Antioquía era una ciudad famosa en Asia Menor, en Siria, al norte de Jerusalén. En esa ciudad (que era la tercera en el imperio Romano, después de Roma y Alejandría) fue donde los seguidores de Cristo empezaron a llamarse “cristianos”. De esa ciudad era obispo San Ignacio, el cual se hizo célebre porque cuando era llevado al martirio, en vez de sentir miedo, rogaba a sus amigos que le ayudaran a pedirle a Dios que las fieras no le fueran a dejar sin destrozar, porque deseaba ser muerto por proclamar su amor a Jesucristo.

Dicen que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo como obispo ejemplar de Antioquía que, después de Roma, era la ciudad más importante para los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.
Mandó el emperador Trajano que pusieran presos a todos los que no adoraran a los falsos dioses de los paganos. Como Ignacio se negó a adorar esos ídolos, fue llevado preso y entre el perseguidor y el santo se produjo el siguiente diálogo:

-¿Por qué te niegas a adorar a mis dioses, hombre malvado?
-No me llames malvado. Más bien llámame Teóforo, que significa el que lleva a Dios dentro de sí.
-¿Y por qué no aceptas a mis dioses?
Porque ellos no son dioses. No hay sino un solo Dios, el que hizo el cielo y la tierra. Y a su único Hijo Jesucristo, es a quien sirvo yo.

El emperador ordenó entonces que Ignacio fuera llevado a Roma y echado a las fieras, para diversión del pueblo. Encadenado fue llevado preso en un barco desde Antioquía hasta Roma en un largo y penosísimo viaje, durante el cual el santo escribió siete cartas que se han hecho famosas. Iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor.

En una de esas cartas dice que los soldados que lo llevaban eran feroces como leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más amablemente los trataba él, con más furia lo atormentaban.

El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salían el obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a escucharle sus provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición. Varios se fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos martirio.

Con los que se adelantaron a ir a la capital antes que él, envió una carta a los cristianos de Roma diciéndoles: “Por favor: no le vayan a pedir a Dios que las fieras no me hagan nada. Esto no sería para mí un bien sino un mal. Yo quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las fieras para así demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo. Y si cuando yo llegue allá me lleno de miedo, no me vayan a hacer caso si digo que ya no quiero morir. Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas, mordiscos, desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos con tal de poder demostrarle mi amor al Señor Jesús”. ¡Admirable ejemplo!.

Al llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y algunos de ellos le ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para obtener que no lo martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y oró con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. Como al día siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas populares y el pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente que fueran personajes importantes, fue llevado sin más al circo para echarlo a las fieras. Era el año 107.

Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo destrozaron y devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y cruel. Así consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por proclamar su amor a Jesucristo.

Algunos escritores antiguos decían que Ignacio fue aquel niño que Jesús colocó en medio de los apóstoles para decirles: “Quien no se haga como un niño no puede entrar en el reino de los cielos” (Mc. 9,36).

San Ignacio dice en sus cartas que María Santísima fue siempre Virgen. Él es el primero en llamar Católica, a la Iglesia de Cristo (Católica significa: universal).


(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Ignacio_de_Antioquia.htm)

16 octubre, 2016

Santa Margarita María de Alacoque

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¡Oh!, Santa Margarita María de Alacoque, vos, sois la hija
del Dios de la vida y la misma, que su promesa hizo a Dios
de manteneros pura y casta y a rezar aprendisteis el rosario,
que con fervor lo recitabais cada día y la Virgen Santísima,
nunca lo olvidó, librándoos de muchos peligros. “Desde ese
día el buen Dios me concedió tanta amargura en los placeres
mundanos, que, aunque como jovencita inexperta que era a
veces los buscaba, muy amargos y desagradables me resultaban,
mas en cambio, encontraba un gusto especial en la oración”.
Un día, Jesús os dijo: “Soy lo mejor que en esta vida puedes
elegir. Si te decides a dedicarte a mi servicio tendrás paz y
alegría. Si te quedas en el mundo tendrás tristeza y amargura”.
Y, vos, lo escuchasteis y, así lo hicisteis. “He aquí el corazón
que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud
y olvido. Tú debes procurar desagraviarme”, os dijo Nuestro
Señor Jesucristo y os alentó a que propagaseis la devoción
a su Sacratísimo Corazón y además, os pidió que se celebrara
la Fiesta de Su Sagrado Corazón, cada año el Viernes de la
semana siguiente a la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
“Te he escogido a ti que eres un abismo de miserias, para que
aparezca más mi poder. Y en cuanto a tu frialdad para amar a
Dios, te regalo una chispita del amor de mi Corazón”. Y, así
fue, y una chispa, ardió en vuestro corazón. Nuestro Señor os
decía: “No hagas nada sin permiso de las superioras. El demonio
no tiene poder contra las que son obedientes”. El Corazón
de Jesús os dijo: “Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres
agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente,
confía inmensamente en Mí”. Antes de morir obtuvisteis que
en vuestra comunidad se celebrara por primera vez la fiesta
del Sagrado Corazón de Jesús. Y, así, vuestra alma voló al
cielo, llena de alegría, porque podíais ir a estar para siempre
en el cielo, al lado de vuestro amadísimo Señor Jesús, cuyo
Corazón habíais enseñado a amar en este mundo. Y, hoy, con fuego
propio brilláis como premio justo a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh!, Santa Margarita de Alacoque, “vivo fuego del Dios Vivo”.

 

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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16 de octubre
Santa Margarita María de Alacoque
Año 1690


Digamos de vez en cuando las dos oraciones tan queridas para los devotos del Sagrado Corazón: “Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo”."Sagrado Corazón de Jesús. En voz confío".

Margarita nace el 22 de julio de 1647 en el pequeño pueblo de Lautecour en Francia. Su padre Claudio Alacoque, juez y notario. La mamá Filiberta Lamyn. Los hijos son cinco. La menor es Margarita. El párroco, Antonio Alacoque, tío suyo, la bautiza a los tres días de nacida. Ella dice en su autobiografía que desde pequeña le concedió Dios que Jesucristo fuera el único dueño de su corazón. Y le concedió otro gran favor: un gran horror al pecado, de manera que aun la más pequeña falta le resultaba insoportable.

Dice que siendo todavía una niña, un día en la elevación de la Santa Hostia en la Misa le hizo a Dios la promesa de mantenerse siempre pura y casta. Voto de castidad. Aprendió a rezar el rosario y lo recitaba con especial fervor cada día y la Virgen Santísima le correspondió librándola de muchos peligros.

La llevan al colegio de las Clarisas y a los nueve años hace La Primera Comunión. Dice “Desde ese día el buen Dios me concedió tanta amargura en los placeres mundanos, que aunque como jovencita inexperta que era a veces los buscaba, me resultaban muy amargos y desagradables. En cambio encontraba un gusto especial en la oración”.

Vino una enfermedad que la tuvo paralizada por varios años. Pero al fin se le ocurrió consagrarse a la Virgen Santísima y ofrecerle propagar su devoción, y poco después Nuestra Señora le concedió la salud. Era muy joven cuando quedó huérfana de padre, y entonces la mamá de Don Claudio Alacoque y dos hermanas de él, se vinieron a la casa y se apoderaron de todo y la mamá de Margarita y sus cinco niños se quedaron como esclavizados. Todo estaba bajo llave y sin el permiso de las tres mandonas mujeres no salía nadie de la casa. Así que a Margarita no le permitían ni siquiera salir entre semana a la iglesia. Ella se retiraba a un rincón y allí rezaba y lloraba. La regañaban continuamente.

En medio de tantas penas le pareció que Nuestro Señor le decía que deseaba que ella imitara lo mejor posible en la vida de dolor al Divino Maestro que tan grandes penas y dolores sufrió en su Pasión y muerte. En adelante a ella no sólo no le disgusta que le lleguen penas y dolores sino que acepta todo esto con el mayor gusto por asemejarse lo mejor posible a Cristo sufriente.

Lo que más la hacía sufrir era ver cuán mal y duramente trataban a su propia madre. Pero le insistía en que ofrecieran todo esto por amor de Dios. Una vez la mamá se enfermó tan gravemente de erisipela que el médico diagnosticó que aquella enfermedad ya no tenía curación. Margarita se fue entonces a asistir a una Santa Misa por la salud de la enferma y al volver encontró que la mamá había empezado a curar de manera admirable e inexplicable.

A los 18 años por deseo de sus familiares empezó a arreglarse esmeradamente y a frecuentar amistades y fiestas sociales con jóvenes. Pero estos pasatiempos mundanales le dejaban en el alma una profunda tristeza. Su corazón deseaba dedicarse a la oración y a la soledad. Pero la familia le prohibía todo esto.

El demonio le traía la tentación de que si se iba de religiosa no sería capaz de perseverar y tendría que devolverse a su casa con vergüenza y desprestigio. Rezó a la Virgen María y Ella le alejó este engaño y tentación y la convenció de que siempre la ayudaría y defendería.

Un día después de comulgar sintió que Jesús le decía: “Soy lo mejor que en esta vida puedes elegir. Si te decides a dedicarte a mi servicio tendrás paz y alegría. Si te quedas en el mundo tendrás tristeza y amargura”. Desde entonces decidió hacerse religiosa, costara lo que costara.

En el año 1671 fue admitida en la comunidad de La Visitación, fundada por San Francisco de Sales. Entró al convento de Paray-le=Monial. Una de sus compañeras de noviciado dejó escrito: “Margarita dio muy buen ejemplo a las hermanas por su caridad; jamás dijo una sola palabra que pudiera molestar a alguna, y demostraba una gran paciencia al soportar las duras reprimendas y humillaciones que recibía frecuentemente”.

La pusieron de ayudante de una hermana que era muy fuerte de carácter y ésta se desesperaba al ver que Margarita era tan tranquila y callada. La superiora empleaba métodos duros y violentos que hacían sufrir fuertemente a la joven religiosa, pero esta nunca daba la menor muestra de estar disgustada. Con esto la estaba preparando Nuestro Señor para que se hiciera digna de las revelaciones que iba a recibir.

El 27 de diciembre de 1673 se le apareció por primera vez el Sagrado Corazón de Jesús. Ella había pedido permiso para ir los jueves de 9 a 12 de la noche a rezar ante el Santísimo Sacramento del altar, en recuerdo de las tres horas que Jesús pasó orando y sufriendo en el Huerto de Getsemaní.

De pronto se abrió el sagrario donde están las hostias consagradas y apareció Jesucristo como lo vemos en algunos cuadros que ahora tenemos en las casas. Sobre el manto su Sagrado Corazón, rodeado de llamas y con una corona de espinas encima, y una herida. Jesús señalando su corazón con la mano le dijo: “He aquí el corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme”. Nuestro Señor le recomendó que se dedicara a propagar la devoción al Corazón de Jesús porque el mundo es muy frío en amor hacia Dios y es necesario enfervorizar a las personas por este amor.

Durante 18 meses el Corazón de Jesús se le fue apareciendo. Le pidió que se celebrara la Fiesta del Sagrado Corazón cada año el Viernes de la semana siguiente a la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus).

El Corazón de Jesús le hizo a Santa Margarita unas promesas maravillosas para los que practiquen esta hermosa devoción. Por ejemplo “Bendeciré las casas donde sea expuesta y honrada la imagen de mi Sagrado Corazón. Daré paz a las familias. A los pecadores los volveré buenos y a los que ya son buenos los volveré santos. Asistiré en la hora de la muerte a los que me ofrezcan la comunión de los primeros Viernes para pedirme perdón por tantos pecados que se cometen”, etc.

Margarita le decía al Sagrado Corazón: “¿Por qué no elige a otra que sea santa, para que propague estos mensajes tan importantes? Yo soy demasiado pecadora y muy fría para amar a mi Dios”. Jesús le dijo: “Te he escogido a ti que eres un abismo de miserias, para que aparezca más mi poder. Y en cuanto a tu frialdad para amar a Dios, te regalo una chispita del amor de mi Corazón”. Y le envió una chispa de la llama que ardía sobre su Corazón, y desde ese día la santa empezó a sentir un amor grandísimo hacia Dios y era tal el calor que le producía su corazón que en pleno invierno, a varios grados bajo cero, tenía que abrir la ventana de su habitación porque sentía que se iba a quemar con tan grande llama de amor a Dios que sentía en su corazón (¡Ojalá Dios nos diera a nosotros una chispita de esas!)

Nuestro Señor le decía: “No hagas nada sin permiso de las superioras. El demonio no tiene poder contra las que son obedientes”.

Margarita enfermó gravemente. La superiora le dijo: “Creeré que sí son ciertas las apariciones de que habla, si el Corazón de Jesús le concede la curación”. Ella le pidió al Sagrado Corazón que la curara y sanó inmediatamente. Desde ese día su superiora creyó que sí en verdad se le aparecía Nuestro Señor.

Dios permitió que enviaran de capellán al convento de Margarita a San Claudio de la Colombiere y este hombre de Dios que era jesuita, obtuvo que en la Compañía de Jesús fuera aceptada la devoción al Corazón de Jesús. Desde entonces los jesuitas la han propagado por todo el mundo.

Margarita fue nombrada Maestra de novicias. Enseñó a las novicias la devoción al Sagrado Corazón (que consiste en imitar a Jesús en su bondad y humildad y en confiar inmensamente en Él, en ofrecer oraciones y sufrimientos y misas y comuniones para desagraviarlo, y en honrar su santa imagen) y aquellas jóvenes progresaron rapidísimo en santidad. Luego enseñó a su hermano (comerciante) esta devoción y el hombre hizo admirables progresos en santidad. Los jesuitas empezaron a comprobar que en las casas donde se practicaba la devoción al Corazón de Jesús las personas se volvían mucho más fervorosas.

El Corazón de Jesús le dijo: “Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí”.

Antes de morir obtuvo que en su comunidad se celebrara por primera vez la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. El 17 de octubre de 1690 murió llena de alegría porque podía ir a estar para siempre en el cielo al lado de su amadísimo Señor Jesús, cuyo Corazón había enseñado ella a amar tanto en este mundo: LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.


(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Margarita_Maria_Alacoque.htm)

15 octubre, 2016

Santa Teresa de Ávila

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 “Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.”


(Santa Teresa de Ávila 1515-1582)

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¡Oh!, Santa Teresa de Ávila, sois, vos, la hija del Dios
de la vida, su amada santa y, de entre sus doncellas,
arrobada y mística, y entre sus amores mística y arrobada
esposa. “Vivo sin vivir en mí”, decíais vos, del Carmelo
reformadora, Madre de las descalzas y de los descalzos
Carmelitas. “Mater spiritualium” de los católicos escritores,
Santa Patrona y Doctora de la Iglesia. “Y, tan alta vida
espero”, escribisteis, que dejasteis atrás la vida de mundo,
y, he aquí, que abristeis vuestros ojos espirituales a
un nuevo mundo: la casa del Padre eterno. Y, sois, vos,
entre sus doncellas la arrobada y mística esposa y, entre
sus amores la mística y arrobada doncella que, de luz llena,
desde antes supisteis “Que muero porque no muero”. “Cuando
empecé a caer en la cuenta de la pérdida tan grande que
había tenido, comencé a entristecerme sobremanera. Entonces
me arrodillé delante de una imagen de la Santísima Virgen y
le rogué con muchas lágrimas que me aceptara como hija suya,
y que quisiera ser Ella mi madre en adelante”. Y lo ha hecho
maravillosamente muy bien. La lectura “Las Cartas de San
Jerónimo” y “El alfabeto espiritual” de Osuna, santos escritos
que, os abrieron el camino perfecto hacia el cielo. A San
José, le pedisteis curada ser, y así fue, y desde aquél instante
propagasteis la devoción hacia él. A vos, os gustaban los
Cristos de sangre chorreantes. Y, un día al deteneros ante
uno, preguntasteis: “Señor, ¿quién te puso así?”. Y, Él mismo 
os dijo: “Tus charlas en la sala de visitas, esas fueron las
que me pusieron así, Teresa”. Y, vos, llorando, nunca más
volvisteis a perder el tiempo. A, Dios, con obras, palabras,
holocaustos, sufrimientos y pensamientos le demostrasteis que
lo amabais con todo vuestro corazón. Ganasteis, para vuestra
causa, al hermano San Juan de la Cruz, y con él fundasteis
los Carmelitas descalzos. Dijisteis vos: “Vi un ángel que venía
del tronco de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo
como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón.
Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a
Dios”. Por órden expresa de vuestros superiores, escribisteis
vuestra autobiografía titulada “El libro de la vida”; “El libro
de las Moradas” o “Castillo Inerior”; importante para la vida
mística. Y “Las fundaciones” o la historia de cómo fue creciendo
vuestra comunidad. Éstas, obras las escribisteis en medio de
dolores de cabeza, describiendo vívidamente con claridad
prístina, vuestras experiencias espirituales. Vos, teníais pocos
libros para consultar y no habíais hecho estudios especiales,
sin embrago vuestros escritos son considerados desde siempre
como textos clásicos en la literatura española y se han vuelto
famosos en el mundo todo. Y, así, fue vuestra santa y mística
vida, pues, el día que voló vuestra alma, se marchó, sí,  pero,
para no morir nunca más, y con justicia coronada fuisteis
con corona de luz eterna, como justo premio a vuestro amor y fe;
¡Oh!, Santa Teresa de Ávila, “viva palabra del Dios de la Vida”.


© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Octubre
Santa Teresa de Ávila
Virgen y Doctora de la Iglesia
(1515-1582)


“En la cruz está la gloria, Y el honor, Y en el padecer dolor, Vida y consuelo,Y el camino más seguro para el cielo.”

Reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos; “mater spiritualium” (título debajo de su estatua en la basílica vaticana); patrona de los escritores católicos y Doctora de la Iglesia (1970): La primera mujer, que junto a Santa Catalina de Sena recibe este título.

Nació en Ávila, España, el 28 de marzo de 1515. Su nombre, Teresa de Cepeda y Ahumada, hija de Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Dávila Ahumada. En su casa eran 12 hijos. Tres del primer matrimonio de Don Alonso y nueve del segundo, entre estos últimos, Teresa. Escribe en su autobiografía: “Por la gracia de Dios, todos mis hermanos y medios hermanos se asemejaban en la virtud a mis buenos padres, menos yo”.

De niños, ella y Rodrigo, su hermano, eran muy aficionados a leer vidas de santos, y se emocionaron al saber que los que ofrecen su vida por amor a Cristo reciben un gran premio en el cielo. Así que dispusieronse irse a tierras de mahometanos a declararse amigos de Jesús y así ser martirizados para conseguir un buen puesto en el cielo. Afortunadamente, por el camino se encontraron con un tío suyo que los regresó a su hogar. Entonces dispusieronse construir una celda en el solar de la casa e irse a rezar allá de vez en cuando, sin que nadie los molestara ni los distrajese.

La mamá de Teresa murió cuando la joven tenía apenas 14 años. Ella misma cuenta en su autobiografía: “Cuando empecé a caer en la cuenta de la pérdida tan grande que había tenido, comencé a entristecerme sobremanera. Entonces me arrodillé delante de una imagen de la Santísima Virgen y le rogué con muchas lágrimas que me aceptara como hija suya y que quisiera ser Ella mi madre en adelante. Y lo ha hecho maravillosamente bien”.

Sigue diciendo ella: “Por aquel tiempo me aficioné a leer novelas. Aquellas lecturas enfriaron mi fervor y me hicieron caer en otras faltas. Comencé a pintarme y a buscar a parecer y a ser coqueta. Ya no estaba contenta sino cuando tenía una novela entre mis manos. Pero esas lecturas me dejaban tristeza y desilusión”.

Afortunadamente el papá se dio cuenta del cambio de su hija y la llevó a los 15 años, a estudiar interna en el colegio de hermanas Agustinas de Ávila. Allí, después de año y medio de estudios enfermó y tuvo que volver a casa.

Providencialmente una persona piadosa puso en sus manos “Las Cartas de San Jerónimo”, y allí supo por boca de tan grande santo, cuán peligrosa es la vida del mundo y cuán provechoso es para la santidad el retirarse a la vida religiosa en un convento. Desde entonces se propuso que un día sería religiosa.

Comunicó a su padre el deseo que tenía de entrar en un convento. Él, que la quería muchísimo, le respondió: “Lo harás, pero cuando yo ya me haya muerto”. La joven sabía que el esperar mucho tiempo y quedarse en el mundo podría hacerla desistir de su propósito de hacerse religiosa. Y entonces se fugó de la casa. Dice en sus recuerdos: “Aquel día, al abandonar mi hogar sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos”.

La santa determinó quedarse de monja en el convento de Ávila. Su padre al verla tan resuelta a seguir su vocación, cesó de oponerse. Ella tenía 20 años. Un año más tarde hizo sus tres juramentos o votos de castidad, pobreza y obediencia y entró a pertenecer a la Comunidad de hermanas Carmelitas.

Poco después de empezar a pertenecer a la comunidad carmelitana, se agravó de un mal que la molestaba. Quizá una fiebre palúdica. Los médicos no lograban atajar el mal y éste se agravaba. Su padre la llevó a su casa y fue quedando casi paralizada. Pero esta enfermedad le consiguió un gran bien, y fue que tuvo oportunidad de leer un librito que iba a cambiar su vida. Se llamaba “El alfabeto espiritual”, por Osuna, y siguiendo las instrucciones de aquel librito empezó a practicar la oración mental y a meditar. Estas enseñanzas le van a ser de inmensa utilidad durante toda su vida. Ella decía después que si en este tiempo no hizo mayores progresos fue porque todavía no tenía un director espiritual, y sin esta ayuda no se puede llegar a verdaderas alturas en la oración.

A los tres años de estar enferma encomendó a San José que le consiguiera la gracia de la curación, y de la manera más inesperada recobró la salud. En adelante toda su vida será una gran propagadora de la devoción a San José, Y todos los conventos que fundará los consagrará a este gran santo.

Teresa tenía un gran encanto personal, una simpatía impresionante, una alegría contagiosa, y una especie de instinto innato de agradecimiento que la llevaba a corresponder a todas las amabilidades. Con esto se ganaba la estima de todos los que la rodeaban. Empezar a tratar con ella y empezar a sentir una inmensa simpatía hacia su persona, eran una misma cosa.

En aquellos tiempos había en los conventos de España la dañosa costumbre de que las religiosas gastaban mucho tiempo en la sala recibiendo visitas y charlando en la sala con las muchas personas que iban a gozar de su conversación. Y esto le quitaba el fervor en la oración y no las dejaba concentrarse en la meditación y se llegó a convencer de que ella no podía dedicarse a tener verdadera oración con Dios porque era muy disipada. Y que debía dejar de orar tanto.

A ella le gustaban los Cristos bien chorreantes de sangre. Y un día al detenerse ante un crucifijo muy sangrante le preguntó: “Señor, ¿quién te puso así?”, y le pareció que una voz le decía: “Tus charlas en la sala de visitas, esas fueron las que me pusieron así, Teresa”. Ella se echó a llorar y quedó terriblemente impresionada. Pero desde ese día ya no vuelve a perder tiempo en charlas inútiles y en amistades que no llevan a la santidad. Y Dios en cambio le concederá enormes progresos en la oración y unas amistades formidables que le ayudarán a llegar a la santidad.

Teresa tuvo dos ayudas formidables para crecer en santidad: su gran inclinación a escuchar sermones, aunque fueran largos y cansones y su devoción por grandes personajes celestiales. Además de su inmensa devoción por la Santísima Virgen y su fe total en el poder de intercesión de san José, ella rezaba frecuentemente a dos grandes convertidos: San Agustín y María Magdalena. Para imitar a esta santa que tanto amó a Jesús, se propuso meditar cada día en la Pasión y Muerte de Jesús, y esto la hizo crecer mucho en santidad. Y en honor de San Agustín leyó el libro más famoso del gran santo “las Confesiones“, y su lectura le hizo enorme bien.

Como las sequedades de espíritu le hacían repugnante la oración y el enemigo del alma le aconsejaba que dejara de rezar y de meditar porque todo eso le producía aburrimiento, su confesor le avisó que dejar de rezar y de meditar sería entregarse incondicionalmente al poder de Satanás y un padre jesuita le recomendó que para orar con más amor y fervor eligiera como “maestro de oración” al Espíritu Santo y que rezara cada día el Himno “Ven Creador Espíritu”. Ella dirá después: “El Espíritu Santo como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas”.

Y el Divino Espíritu empezó a concederle Visiones Celestiales. Al principio se asustó porque había oído hablar de varias mujeres a las cuales el demonio engañó con visiones imaginarias. Pero hizo confesión general de toda su vida con un santo sacerdotes y le consultó el caso de sus visiones, y este le dijo que se trataba de gracias de Dios.

Nuestro Señor le aconsejó en una de sus visiones: “No te dediques tanto a hablar con gente de este mundo. Dedícate más bien a comunicarte con el mundo sobrenatural”. En algunos de sus éxtasis se elevaba hasta un metro por los aires (Éxtasis es un estado de contemplación y meditación tan profundo que se suspenden los sentidos y se tienen visiones sobrenaturales). Cada visión le dejaba un intenso deseo de ir al cielo. “Desde entonces – dice ella – dejé de tener medio a la muerte, cosa que antes me atormentaba mucho“. Después de una de aquellas visiones escribió la bella poesía que dice: “Tan alta vida espero que muero porque no muero”.

Teresa quería que los favores que Dios le concedía permanecieran en secreto, pero varias personas de las que la rodeaban empezaron a contar todo esto a la gente y las noticias corrían por la ciudad. Unos la creían loca y otros la acusaban de hipócrita, de orgullo y presunción.

San Pedro Alcántara, uno de los santos más famosos de ese tiempo, después de charlar con la famosa carmelita, declaró que el Espíritu de Dios guiaba a Teresa.

La transverberación

Esta palabra significa: atravesarlo a uno con una gran herida. Dice ella: “Vi un ángel que venía del tronco de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón. Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a Dios”.

Desde entonces para Teresa ya no hay sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.

Al hacer la autopsia del cadáver de la santa encontraron en su corazón una cicatriz larga y profunda. Para corresponder a esta gracia la santa hizo el voto o juramento de hacer siempre lo que más perfecto le pareciera y lo que creyera que le era más agradable a Dios. Y lo cumplió a la perfección. Un juramento de estos no lo pueden hacer sino personas extraordinariamente santas.

En aquella época del 1500 las comunidades religiosas habían decaído de su antiguo fervor. Las comunidades eran demasiado numerosas lo cual ayudaba mucho a la relajación. Por ejemplo el convento de las carmelitas de Ávila tenía 140 religiosas. Santa Teresa exclamaba: “La experiencia me ha demostrado lo que es una casa llena de mujeres. Dios me libre de semejante calamidad”.

Un día una sobrina de la santa le dijo: “Lo mejor sería fundar una comunidad en que cada casa tuviera pocas hermanas”. Santa Teresa consideró esta idea como venida del cielo y se propuso fundar un nuevo convento, con pocas hermanas pero bien fervorosas. Ella llevaba ya 25 años en el convento. Una viuda rica le ofreció una pequeña casa para ello. San Pedro de Alcántara, San Luis Beltrán y el obispo de la ciudad apoyaron la idea. El Provincial de los Carmelitas concedió el permiso.

Sin embargo la noticia produjo el más terrible descontento general y el superior tuvo que retirar el permiso concedido. Pero Teresa no era mujer débil como para dejarse derrotar fácilmente. Se consiguió amigos en el palacio del emperador y obtuvo una entrevista con Felipe II y este quedó encantado de la personalidad de la santa y de las ideas tan luminosas que ella tenía y ordenó que no la persiguieran más. Y así fue llenando España de sus nuevos conventos de “Carmelitas Descalzas“, poquitas y muy pobres en cada casa, pero fervorosas y dedicadas a conseguir la santidad propia y la de los demás.

Se ganó para su causa a San Juan de la Cruz, y con él fundó los Carmelitas descalzos. Las carmelitas descalzas son ahora 14,000 en 835 conventos en el mundo. Y los carmelitas descalzos son 3,800 en 490 conventos.


Por orden expresa de sus superiores Santa Teresa escribió unas obras que se han hecho famosas. Su autobiografía titulada “El libro de la vida”; “El libro de las Moradas” o Castillo interior; texto importantísimo para poder llegar a la vida mística. Y “Las fundaciones”: o historia de cómo fue creciendo su comunidad. Estas obras las escribió en medio de mareos y dolores de cabeza. Va narrando con claridad impresionante sus experiencias espirituales. Tenía pocos libros para consultar y no había hecho estudios especiales. Sin embrago sus escritos son considerados como textos clásicos en la literatura española y se han vuelto famosos en todo el mundo.


Santa Teresa murió el 4 de octubre de 1582 y la enterraron al día siguiente, el 15 de octubre. ¿Por qué esto? Porque en ese día empezó a regir el cambio del calendario, cuando el Papa añadió 10 días al almanaque para corregir un error de cálculo en el mismo que llevaba arrastrándose ya por años.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Teresa_de_Jesus.htm)

14 octubre, 2016

San Calixto


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¡Oh!, San Calixto, vos, sois el hijo del Dios de la vida, y
su amado santo, y el hombre aquél, que, de “esclavo
del mundo”, os hicisteis “esclavo para el Padre eterno”.
Y, así; os dedicasteis a estudiar y difundir la religión
de Cristo, Dios y Señor Nuestro, entre todos los hombres
de vuestro tiempo, en las catacumbas que vuestro santo
nombre tienen, como homenaje a vos. Ellas de olor a
eterna gloria y santidad las llenasteis, con el amor divino
de Cristo Jesús, Nuestro Señor y vuestra vida, en favor
de la causa de Él. Vos, convertisteis a muchos romanos
al cristianismo, curasteis a varios enfermos que padecían
de enfermedades graves, y defendisteis a los creyentes
perseguidos. Ayunabais días y semanas, hasta por cuarenta
días seguidos. Cuando los perseguidores os llevaron preso
por proclamar vuestra fe en Jesucristo, os echaron a
un oscuro calabozo, esperando que desesperaseis por
hambre. Pero, después de varios días, os encontraron
tranquilo. Os preguntaron cómo lograbais manteneros
sereno sin comer, ni beber y les dijisteis: “Acostumbré a
mi cuerpo a pasar días y semanas sin comer ni beber, y
esto por amor a mi amigo Jesucristo, así que ya soy capaz
de resistir sin desesperarme”. En la cárcel conseguisteis
con vuestras oraciones la sanación de la esposa del vuestro
carcelero, cuando aún, la pobre mujer agonizando estaba.
Luego, en acción de gracias, ellos, vuestro carcelero y
su familia fueron bautizados por vos. Y, así, el jefe pagano
de Roma ordenó que os echaran a un pozo profundo y
que cubrieran la boca con tierra y escombros, para que no
pudierais escapar. Aún, en Roma, señalan a los turistas
“vuestro pozo”, con el nombre de el “pozo de San Calixto”,
desde donde vuestra alma voló al cielo para coronada ser,
como justo premio a vuestra grande entrega de amor;
Ojala, vuestro ejemplo sirva, para que Dios Todopoderoso,
envíe muchos sacerdotes santos, que os imiten y, que, sin
temor alguno la Doctrina Católica y Apostólica difundan
por todo el orbe de la tierra, hasta el final de los tiempos;
¡Oh!, San Calixto, “Viva hermosura del Dios de la vida”.


© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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14 de Octubre
San Calixto Papa
Año 222


Señor: envíanos tu Espíritu Santo que nos vuelva valientes y perseverantes para mostrarnos buenos creyentes hasta el último momento de nuestra vida.

Calixto es un nombre que en griego quiere decir: “muy hermoso”. Este Pontífice se ha hecho famoso por Las Catacumbas de San Calixto, en Roma, que él organizó (catacumba significa: cueva subterránea). Estas catacumbas son las más famosas de Roma (según decía Juan XXIII). Tienen 4 pisos sobrepuestos, y más de 20 kilómetros de corredores. Allí se encuentran el famoso sepulcro de Santa Cecilia y los sepulcros de muchísimos mártires de los primeros siglos.

Dicen que era un esclavo que un tiempo estuvo condenado a trabajos forzados en las minas. Recobrada la libertad se dedicó a estudiar la religión de Cristo y a enseñarla a sus vecinos. El Papa San Ceferino lo nombró como su hombre de confianza en el año 199 y le encomendó la dirección de las Catacumbas donde sepultaban a los cristianos. Calixto ensanchó notablemente estas catacumbas y las organizó muy bien.

Al morir San Ceferino, el pueblo de Roma eligió como Sumo Pontífice a Calixto, como el mejor preparado para ello. Pero se le opuso terriblemente un tal Hipólito, aduciendo como razones para pedir que lo destituyeran del Pontificado, el que Calixto afirmaba que si un pecador hacía penitencias y dejaba sus maldades se le podía volver a admitir entre los fieles cristianos católicos, y que a un obispo no se le podía destituir por un grave pecado que hubiera cometido, si se arrepentía y empezaba una vida de conversión y penitencia.

Calixto sabía ser comprensivo

Este Santo Pontífice convirtió a muchos romanos al cristianismo, curó a varios enfermos que padecían de enfermedades muy graves, y defendió cuanto más pudo a los creyentes perseguidos.

Nuestro santo ayunaba días y semanas y hasta 40 días seguidos. Cuando los perseguidores lo llevaron preso por proclamar su fe en Jesucristo, lo echaron a un oscuro calabozo, esperando que se desesperaría por hambre. Pero después de unos días lo encontraron muy tranquilo. Le preguntaron cómo lograba mantenerse sereno sin comer ni beber y les dijo: “Acostumbré a mi cuerpo a pasar días y semanas sin comer ni beber, y esto por amor a mi amigo Jesucristo, así que ya soy capaz de resistir sin desesperarme”.

En la cárcel consiguió con sus oraciones la sanación de la esposa del carcelero cuando ya la pobre mujer estaba agonizando. En acción de gracias, el carcelero y toda su familia se hicieron bautizar por él.

Entonces el jefe pagano de Roma ordenó que lo echaran en un pozo profundo y que cubrieran la boca del pozo con tierra y escombros. Todavía en Roma señalan a los turistas el pozo de San Calixto, desde donde su alma voló al cielo a recibir el premio prometido por Cristo Jesús a los que lo proclaman en la tierra.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Calixto.htm)

13 octubre, 2016

San Eduardo

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¡Oh!; San Eduardo, vos, sois el hijo del Dios de la vida y
su amado santo, y, que, de lado dejasteis vuestro título,
de rey, para convertiros en el más popular de aquellos.
Vuestra piedad, amabilidad y vuestro amor por la paz, os
signaron como hombre de Dios. Suprimisteis el impuesto
a la guerra, y procurasteis vivir en armonía plena con
las cámaras legislativas, y repartíais los impuestos que
se recogían, entre los pobres. “Era un hombre de Dios.
Vivía como un ángel en medio de tantas ocupaciones
materiales y se notaba que Dios lo ayudaba en todo. Era
tan bondadoso que jamás humilló con sus palabras ni
al último de sus servidores. Se mostraba especialmente
generoso con los pobres, y con los emigrantes, y ayudaba
mucho a los monjes. Aún en tiempo de vacaciones y a la
cacería dedicado, no dejaba de asistir a la santa Misa”.
Así, os describían a vos, las gentes de vuestro tiempo. “No
se aflijan ni se entristezcan, pues yo dejo esta tierra,
lugar de dolor y de peligros, para ir a la Patria Celestial
donde la paz reina para siempre”. Dijisteis vos, antes
de que, vuestra alma, al cielo volara, para, coronado ser
de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh!; San Eduardo “vivo rey del amor, la piedad y la virtud”.


© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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13 de Octubre
San Eduardo rey
Año 1066


Que Dios santísimo nos conceda muchos gobernantes tan virtuosos como San Eduardo rey. Dichoso el que teme ofender al Señor. Le irá bien (Salmos).

Eduardo quiere decir: el que protege la propiedad (Ed = propiedad. Uard: el que protege). Este fue el más popular de los reyes ingleses de la antigüedad. Tres cualidades le merecieron su fama de santo: era muy piadoso, sumamente amable y muy amante de la paz.

Era hijo de Etelredo y a los diez años fue desterrado a Normandía, Francia, de donde no pudo volver a Inglaterra sino cuando ya tenía 40 años.

Dicen que conservó perpetua castidad

San Eduardo tuvo unos modos de actuar que lo hicieron sumamente popular entre sus súbditos y lo convirtieron como en un modelo para sus futuros reyes. Lo primero que hizo fue suprimir el impuesto de guerra, que arruinaba mucho a la gente. Luego durante su largo reinado procuró vivir en la más completa armonía con las cámaras legislativas (que el dividió en dos: cámara de los lores y cámara de los comunes). Se preocupó siempre por obtener que gran cantidad de los impuestos que se recogían, se repartieran entre las gentes más necesitadas.

Un autor que vivió en ese tiempo nos dejó los siguientes datos acerca de San Eduardo: “Era un verdadero hombre de Dios. Vivía como un ángel en medio de tantas ocupaciones materiales y se notaba que Dios lo ayudaba en todo. Eran tan bondadoso que jamás humilló con sus palabras ni al último de sus servidores. Se mostraba especialmente generoso con los pobres, y con los emigrantes, y ayudaba mucho a los monjes. Aún el tiempo en que estaba en vacaciones y dedicado a la cacería, ni un solo día dejaba de asistir a la santa misa. Era alto, majestuoso, de rostro sonrosado y cabellos blancos. Su sola presencia inspiraba cariño y aprecio”.

Cuando Eduardo estaba desterrado en Normandía prometió a Dios que si lograba volver a Inglaterra iría en peregrinación a Roma a llevar una donación al Sumo Pontífice. Cuando ya fue rey, contó a sus colaboradores el juramento que había hecho, pero estos le dijeron: “el reino está en paz porque todos le obedecen con gusto Pero si se va a hacer un viaje tan largo, estallará la guerra civil y se arruinará el país”. Entonces envió unos embajadores a consultar al Papa San León Nono, el cual le mandó decir que le permitía cambiar su promesa por otra: dar para los pobres lo que iba a gastar en el viaje, y construir un buen convento para religiosos. Así lo hizo puntualmente: repartió entre la gente pobre todo lo que había ahorrado para hacer el viaje, y vendiendo varias de sus propiedades, construyó un convento para 70 monjes, la famosa Abadía de Westminster (nombre que significa: monasterio del occidente: West = oeste u occidente. Minster = monasterio). En la catedral que hay en ese sitio es donde sepultan a los reyes de Inglaterra.

En el año 1066, desgastado de tanto trabajar por su religión y por su pueblo, sintió que le llegaba la hora de la muerte. A los que lloraban al verlo morir, les dijo: “No se aflijan ni se entristezcan, pues yo dejo esta tierra, lugar de dolor y de peligros, para ir a la Patria Celestial donde la paz reina para siempre”.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Eduardo_Rey.htm”>http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Eduardo_Rey.htm)

12 octubre, 2016

Señora Nuestra del Pilar


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¡Oh!, Señora Nuestra del Pilar, Vos, Sois la Madre del Dios
de la Vida, y como tal en cuerpo y alma, Os aparecisteis
al Apóstol Santiago, mientras evangelizaba la patria española,
junto al Ebro, de pie y sobre un pilar. Santiago, inscritas
en su corazón llevaba las últimas palabras de Jesús: “Id por
todo el mundo predicando el Evangelio y bautizando a la gente
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Por
ello, los zaragozanos os hicieron una inmensa y preciosa
basílica en vuestro honor levantada, en el primer milenio. Y,
Vos, dejasteis una imagen como recuerdo de aquél maravilloso
encuentro, además de vuestro pedido. Y, así, hasta hoy y por
siempre, la peregrinación a este mariano lugar, nada tiene
que ver con la consabida ciencia, pues la fe, no viene de ella,
vienen sí, del alma de las generaciones de generaciones, que
hasta vos, acuden el tiempo todo. Y, pruebas al canto, están
allí, junto al sepulcro de Santiago, en Galicia y el Pilar
de Zaragoza, las fuentes del espíritu de España, que, al mundo
y al universo se proyectan, con lozanía simpar. Y, hoy, fiesta
nacional en España es, y, es también día de la Hispanidad, pues
hoy, la fiesta se celebra del descubrimiento de América, por
un soñador de fe y creyente, Cristóbal Colón, que, con la Cruz
de Cristo, en mano, nos legó, por siempre al Dios Trino y eterno;
¡Oh!, Señora Nuestra del Pilar, “Viva Matter Nostra por Crito”.

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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Señora Nuestra del Pilar

¡Oh!; Señora Nuestra del Pilar;
sobre Vos, reposan las tierras
del continente Viejo y del Nuevo
que, hechos fe, Os invocan,
porque no hay mas certero puente;
entre el cielo y la tierra, que Vuestro
prístino y amadísimo corazón entero;
¡Oh!; Nuestra Señora del Pilar.
© 2009 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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12 de Octubre
Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza
Patrona de España y de la Hispanidad

El Papa Clemente XII estableció la fecha del 12 de Octubre para la festividad de la Virgen del Pilar.En España, sobre todo en Aragón, es muy conocida la plegaria: “Bendita sea la hora en que la Virgen vino en carne mortal a Zaragoza”.

La Santísima Virgen del Pilar es la Patrona de España y de la Hispanidad. Su templo es visitado por miles de personas diariamente.

Historia de la Aparición

Según documentos del siglo XIII, el Apóstol Santiago, El Mayor, hermano de San Juan, viajó a España a predicar el evangelio (año 40 d.C.), y una noche la Virgen María se le apareció en un pilar. La tradición nos cuenta que Santiago había llegado a Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, y una noche, estando en profunda oración junto a sus discípulos a orillas del río Ebro, la Santísima Virgen María se manifestó sobre un pilar, acompañada por un coro de ángeles, (ella aun vivía en Palestina).

La Virgen le habló al Apóstol pidiéndole que se le edificase ahí una iglesia con el altar en derredor al pilar y expresó: “Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda”.

El lugar, ha sobrevivido a invasiones de diferentes pueblos y a la Guerra Civil española de 1936-1939, cuando tres bombas cayeron sobre el templo y no estallaron. También se cree que la Virgen le dio al Apóstol una pequeña estatua de madera.

Luego de la aparición, Santiago junto a sus discípulos comenzaron a construir una capilla en donde se encontraba la columna, dándole el nombre de “Santa María del Pilar”. Este fue el primer templo del mundo dedicado a la Virgen. Después de predicar en España, Santiago regresó a Jerusalén. Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 d.C. siendo el primer apóstol mártir, luego del suceso sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Siglos después el lugar fue encontrado y llamado Compostela (campo estrellado).

El primer santuario sobre la tumba de Santiago la ordenaron construir el rey Alfonso II, El Casto de Asturias, y el obispo Teodomiro en el siglo IX. Hoy se encuentra una magnífica catedral en sitio.

Un Milagro

El Milagro del cojo Miguel de Calandra

Entre los muchos milagros ocurridos en el sagrado lugar donde la Virgen se apareció, sobresale el del cojo de Calandra. A este hombre le fue amputada una pierna en 1637 y en 1640 la pierna volvió a aparecer entera en su cuerpo. Hay varias versiones de como aconteció el suceso, pero lo importante es que sí hubo un milagro. Algunos dicen que sucedió cuando se le colocó aceite de la lámpara de la Virgen del Pilar, otros dicen que ocurrió mientras soñaba que visitaba la basílica. Cientos de personas fueron testigos de este acontecimiento y actualmente en la pared derecha de la basílica hay un cuadro que relata el prodigioso suceso.

Esta maravillosa basílica tiene once cúpulas y cuatro torres. La Capilla del Pilar es el lugar en el cual se sitúa la columna sobre la que se apareció la Virgen a Santiago. Según la tradición era una construcción externa al templo y que luego cuando se reformó el lugar fue integrado en el interior de la basílica.

El lugar más sagrado del templo es la santa columna sobre la cual se apareció la Virgen. El pilar es de jaspe, mide casi 2 metros y la pequeña estatua es de madera y tiene 38 cm.

La Crónica de Aragón

Y bien asi la primera voz que mas con efecto sono dela fe en Çaragoça que es cabeça de aragon tomo su mayor cimiento: porque viniendo a ella santiago el mayor: como algunos affirman y fasta enla minerua de roma por escripto se falla y fasta dentro enla casa sancta lo han por mucho cierto. conuirtio enla ciudad fasta siete varones cuyos nombres enel martilogio famoso de Cromacio se asientan: y son estos. torquato. tesifonte. segundo. indalecio. sicilio. esicio. eufrasio. el cuerpo del sancto indalecio truxo el rey don Sancho el quarto como a su natural y de su propia nacion a sant Johan dela peña: desde alla de piedra pisada. y fueron aquestos los primeros cristianos que nunca houo en la Europa. ca llego primero santiago aca: y antes que saliessen los apostolos de judea.

Y desta causa labro santiago enla misma ciudad la primera capilla que a honor de nuestra señora fue enel mundo labrada: porque al tiempo que della se despidio prometio delo assi fazer. y le fue por ella tan bien encargado: que donde quier que mas discipulos fiziesse ahi le fundasse vna capilla. y llamo la sancta maria del pilar. y la razon dello fue: porque orando vna noche orilla del rio con sus nueuos siete criados: oyo cantares marauillosos del cielo y aparecio le subito nuestra señora con gran muchedumbre y caualleria de angeles que ahun ella viuiendo la trahian sobre vn pilar assentada con excellente corona en la cabeça: y con aquella fiesta gloria y triunpho que a tan alta reynase perteneçia: y ahun despues dela hauer tan deuota y profundamente acatado quanto a señora tan alta y tan madre de dios era deuido y el podia cumplir: le fue por ella de nueuo mandado que assentasse la primera y su excellente capilla dela misma forma y manera que la el asento. ca le fazia saber y ahun le prometia que enella para siempre su jnmortal memoria seria festejada y ende seria tan por estremo y tan deuotamente su nombre acatado.

(Gauberto Fabricio de Vagad, Crónica de Aragón, Zaragoza: Pablo Hurus, 1499).

Oraciones a Nuestra Señora del Pilar

Oh Virgen del Pilar, Reina y Madre, España y todas las naciones hispanas reconocen con gratitud tu protección constante y esperan seguir contando con ella.

Obténnos de tu Hijo fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Queremos que en todos los instantes de nuestra vida sintamos que tu eres nuestra Madre.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Súplica y Oración del Santo Padre Juan Pablo II

Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos.

Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad.

En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad.

Así sea.

Oración

Omnipotente y eterno Dios que te dignaste disponer que la sacratísima Virgen María, Madre tuya, entre coros de ángeles sobre esta Columna de mármol, enviada del Cielo, viniera viviendo en carne mortal. Y que esta iglesia fuese edificada para su honra por el protomártir de los apóstoles, Santiago, y sus discípulos; te suplicamos por sus méritos e intercesión, nos concedas alcancemos fácilmente lo que con toda confianza pedimos. Tu que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos

Amén.

Oración

¡Virgen bendita del Pilar! guarda a España y a todos los países Hispanoamericanos en medio de los vaivenes, y a despecho de los ataques de sus enemigos, pues en tu pilar ciframos nuestras inconmovibles esperanzas

(http://www.ewtn.com/spanish/Maria/Nuestra_Señora_del_Pilar_oraciones.htm)