16 junio, 2017

San Aureliano de Arlés


 Resultado de imagen para San Aureliano de Arlés

16 de junio San Aureliano de Arlés Obispo 16 de junio

Martirologio Romano: En Lyon, en la Galia, sepultura de san Aureliano, obispo de Arlés, el cual, nombrado vicario en la Galia por el papa Vigilio, fundó en su ciudad dos monasterios, uno masculino y otro femenino, a los que dio una Regla propia (551).

Etimológicamente: Aureliano = aquel de color dorado, es de origen latino.
Era originario de una familia aristocrática de Borgoña, cercana al poder, que jugaba un papel importante cerca de los reyes francos. San Aureliano era hijo de San Sacerdos, quien llegara a ser en 544 arzobispo de Lyon y primo hermano de San Niceto, sucesor de San Sacerdos en la sede arzobispal de Lyon.

San Aureliano sucede a Auxanio en la sede de Arlés el 23 de agosto de 546. Su designación a la edad de 23 años para tan importante sede episcopal de Francia es debida tanto a sus cualidades espirituales y religiosas como a la pretensión del rey merovingio Childeberto I de tener un punto de apoyo fiable en la zona mediterránea.

No es sorprendente tampoco que el nuevo arzobispo recibiera, muy poco tiempo después de su consagración, el Palio y el vicariato, manifiestamente de acuerdo a la voluntad de Childeberto I. En efecto, en 548, el papa Vigilio le nombra vicario de la Santa Sede y le otorga el Palio.

En el año 547 o 548, San Aureliano funda en Arlés un monasterio masculino, por orden del rey Childeberto I, al que va a tener en gran estima. Este monasterio llamado Monasterio de los Santos Apóstoles, hoy desaparecido, es el origen de la actual Iglesia de la Santa Cruz, (Sainte-Croix en francés), del barrio de La Roquette de la ciudad de Arlés. Su primer abad fue Florentinus († 553). San Aureliano enriqueció la iglesia de este monasterio de reliquias fort précieuses y le dio una regla llena de honestidad y mortificación, de inspiración benedictina.

Fundó igualmente en 547 o 548 en el interior de las murallas de la ciudad, en un lugar hoy desconocido, un monasterio femenino bajo la advocación de la Santa Virgen, dotado de la misma regla monástica que el masculino.

Asistió al Concilio de Orleans el 28 de octubre de 549. Se sabe a través de Gregorio de Tours que, ese mismo año, Arlés fue golpeada por la Peste de Justiniano. Las actas de dicho concilio están firmadas en primer lugar por San Sacerdos, arzobispo de Lyon y padre de San Aureliano, y por éste último inmediatamente después.

Poco tiempo después, en 550, en el marco de la Controversia de los Tres capítulos, San Aureliano envió a Anastasio, un clérigo de su iglesia a Constantinopla para entrevistarse con el papa Vigilio para asegurarse de la veracidad de las opiniones emitidas por el papa. El 29 de abril de 550, el papa Vigilio le remitió una carta a través de su enviado.

En 1308 se descubrió una inscripción sobre su tumba en la iglesia de San Niceto de Lyon en la que se indica que San Aureliano murió en esa ciudad el viernes 16 de junio de 551.

(http://www.es.catholic.net/op/articulos/36669/aureliano-de-arls-santo.html)

15 junio, 2017

San Vito de Lucania

 
 
Imagen relacionada


¡Oh!, San Vito de Lucania, vos, sois el hijo del Dios
de la vida y su amado santo, que siendo aún adolescente
os convertisteis en mártir; erais hijo de un senador
romano, y, de niño, por fervorosos cristianos criado
 fuisteis: Santa Crescencia y San Modesto, quienes
os instruyeron en la fe y os bautizaron en Cristo jesús.
Vos, intestasteis convertir al hijo del gobernador sin
éxito. Y, cuando vuestro padre descubrió vuestra
devoción, fiel al romano imperio, os entregó a las
autoridades y os expulsó de vuestra familia. El juez
ordenó que azotado fuerais, pero, a él, y a los verdugos
se les paralizaron los brazos ¡Milagro Divino! Y, que,
sólo sanaron con vuestros rezos. Santa Crescencia y
San Modesto, que os habían enseñado la fe de Cristo,
fueron librados de varios suplicios, como el día en que,
un león que debería devorarlos, terminó lamiéndoles
los pies. Y, cuando escaparon, un ángel os proporcionó
un barco, para viajar hasta Lucania. Vos, y vuestros
tutores, llevados finalmente ante Diocleciano fueron,
ante el cual os negasteis a rendir culto a los dioses
paganos. Pero, unos ángeles se aparecieron, les retiraron
las cadenas y condujeron sus cuerpos hasta un río, donde
más tarde los encontró una anciana viuda cristiana.
Otto de Bamberg obispo, al evangelizar a los pomeranos,
que, culto redían al gallo, les presentó un relicario
de plata con reliquias de vos, el cual coronado estaba
con un gallo. Los pomeranos relacionaron al gallo con
vos, y su deidad, y así, en masa accedieron a ser bautizados.
¡oh! San Vito de Lucania, “vivo, espíritu del Dios vivo”.




© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado
____________________________________________



15 de junio
San Vito de Lucania
Adolescente Mártir


SAN VITO DE LUCANIA (fines del s.III-304) nació en Mazzara, la actual Mazara del Vallo, en Sicilia, Italia, en la época de las persecuciones dictadas por el emperador romano Diocleciano.

Según la leyenda, San Vito fue hijo de un senador romano, pagano. De niño fue criado por los instructores contratados por su familia, sin saber que eran fervientes cristianos: Santa Crescencia y San Modesto, quienes instruyeron al pequeño Vito en la fe y lo bautizaron sin tener el consentimiento de su familia.

San Vito habría intentado convertir sin éxito al hijo del gobernador. Cuando su padre descubrió su devoción, fiel a las normas romanas lo entregó a las autoridades y lo expulsó de su familia. El juez habría ordenado que fuera azotado, pero al juez y a los verdugos se les paralizarían los brazos, y sólo sanarían con los rezos de San Vito.

La leyenda continúa con varios sucesos en los que San Vito y sus preceptores, Santa Crescencia y San Modesto, salen siempre bien librados de los suplicios (por ejemplo un león que debería devorarlo termina lamiéndole dócilmente los pies), o bien consiguen escapar, por ejemplo en un barco que un ángel les proporciona para viajar hasta Lucania.

San Vito y sus santos tutores fueron llevados finalmente ante Diocleciano, el emperador, ante el cual se niegan a rendir culto a los dioses paganos. Los tres murieron en Lucania a causa de los tormentos recibidos, aunque la misma leyenda cuenta que ángeles se aparecieron, les retiraron las cadenas y condujeron sus cuerpos hasta un río, donde más tarde los encontró una anciana viuda cristiana.

El culto de San Vito se extendió rápidamente por Europa, especialmente en los países alemanes; de ello dan cuenta los 30 patronatos que se le adscriben.

Una tradición cuenta que el obispo Otto de Bamberg, al evangelizar a los pomeranos, que rendían culto al gallo, les presentó un relicario de plata con vestigios de San Vito, el cual estaba coronado con un gallo. Los pomeranos relacionaron al gallo de San Vito con su deidad, y en el acto accedieron a ser bautizados.

SAN VITO DE LUCANIA nos ofrece un ejemplo de la popularidad de que gozaron algunos santos mártires durante la Edad Media.

(http://santoral-virtual.blogspot.com/2009/06/15-de-junio-dia-de-san-vito-de-lucania.html)

14 junio, 2017

San Eliseo, Profeta


  


¡Oh!, San Eliseo, vos, sois el hijo del Dios de la vida,
su amado Profeta y santo que, al significado de vuestro
nombre: “Dios es mi salvación”, honor le hicisteis. De
Elías, vuestro padre espiritual su “doble espíritu”
heredasteis. Y, así, Él, os eligió de especial manera,
para que lo siguierais y así lo hicisteis, superándolo
por la cantidad de vuestros milagros, porque vos, “maestro”
y padre” de todas las gentes de vuestro tiempo, fuisteis.
Vuestro mensaje, a través de los tiempos resplandece, y
se oye vuestra voz aún, exhortando a todas aquellas gentes.
El Monte Carmelo, de vos, sabe y, vuestro ejemplo surge
en medio del mundo de hoy, donde el relativismo, reinar
quiere, porque saber de Dios, ya no desea. Vos, con
vuestra luz del espíritu, nos dejasteis cuatro tareas:
Que estemos dispuestos a dejarlo todo por seguir
la llamada. Que procuremos encarnar el doble espíritu:
oración y apostolado. Que seamos fieles a nuestro Maestro.
Y, que, procuremos el bien de todos nuestros hermanos.
Precursor carmelitano, gozáis hoy, de las alegrías del
cielo, como justo premio, a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh!, San Eliseo, “vivo Elías en Eliseo, por el Dios Vivo”.


© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________________


14 de junio
San Eliseo Profeta
Año 850 a. de C.


Omnipotente y sempiterno Dios, que te manifiestas admirablemente en la elección de los profetas; concédenos, te rogamos, que, así como el espíritu de Elías lo duplicaste en Eliseo, así también te dignes duplicar en nosotros la gracia del Espíritu Santo, para que podamos realizar obras virtuosas. Amén.

Biografía

Eliseo (”Dios es mi salvación”) es una figura dominante del siglo IX antes de Cristo. Conocemos el nombre de su padre, Safat, originario de Abel Meholah, al sur de Bewt-Shan, y sabemos que su familia era acomodada (1 Re 19, 16-19). El Carmelo desde siempre consideró a este discípulo de San Elías, de quien heredó su doble espíritu, como su segundo padre espiritual.

Dios le elige directa y especialmente (1 Re 19,16) para que vaya en seguimiento de Elías (1 Re 19,l9ss), al cual sucederá después de la misteriosa desaparición de éste, heredando su espíritu en la medida establecida por la Ley para los primogénitos: el doble que los otros herederos [2 Re 2,1-15]. Su condición de “hombre de Dios” se revela principalmente en los prodigios de todo género con que está entretejida su vida. Los obra por si mismo, para personas particulares y para comunidades enteras. Vivió hacia 850-800, sucesor de san Elias, al que supera ciertamente por el número y lo llamativo de sus milagros, pero no por su personalidad y su influencia religiosa. Así, Elías es mencionado en el Nuevo Testamento, significativamente, 30 veces; Eliseo sólo una vez (Lc 4,27).

Su historia, casi legendaria y a veces plagiada de la de Elías, fue recogida en 1 y 2 Re (1 Re 19, 19-21,2 Re, 13-8, 15,9,1-15,13, 14,-21). Con la unción de Yehú provocó la caída de la dinastía de Ajab. Gozaba de gran estimación entre los reyes Yosafat (2 Re 3,12) y Yoás (2 Re 13,14-19). Parece que incluso sus propios huesos obraban milagros (2 Re 13,20s). Eliseo aparece en la Biblia cuando Elías es arrebatado y su carisma pasa a Eliseo (2 Re 1), y concluye con el milagro que tuvo lugar con el cadáver del profeta ya enterrado (2Re 13,21).

La mayoría de las narraciones, que semejan hermosas “florecillas”, muestran a Eliseo rodeado de unos grupos que reciben el nombre de “discípulos (o hijos) de los profetas”.
¿Los carmelitas sucesores de “los hijos de los Profetas”?

Esta es una cuestión ya superada, pero quizá sea bueno recordar aquí quiénes eran estos “hijos de los Profetas” a los que muchos autores de dentro y fuera de la Orden señalaron durante siglos como predecesores de los actuales carmelitas, que tienen su verdadero origen a finales del siglo XII. San Eliseo era el Maestro y Padre de todos estos grupos, a quien acudían y obedecían: 2 Re 4,38;6, 1-2,12-21…

Quizá no nos equivoquemos si consideráramos a esas confraternidades de profetas como los últimos portadores de una fe en Yahvé, pura y sin mezcla; ni tampoco nos equivoquemos, si estimamos en alto grado su importancia en orden a la pervivencia de la fe en Yahvé, y en especial para el sello característico que tendrá en adelante. En último término, éste es el punto del que partió aquella inaudita radicación de la fe yahvista y del derecho divino que nos encontramos en los profetas más tardíos.

Los sorprendentes descubrimientos en las grutas situadas al noroeste del mar Muerto, no solamente nos proporcionan noticia de un establecimiento de esenios de estricta observancia, un siglo antes y un siglo después del nacimiento de Cristo, sino que nos proporcionan también una visión exacta de las ordenanzas rigurosas de su vida comunitaria dirigida autoritativamente (todo ello gracias al documento llamado “Reglas de la secta”), muestran bajo nueva luz los relatos referentes a las fraternidades de profetas de la época de Eliseo.

Su mensaje:

Que estemos dispuestos a dejarlo todo por seguir la llamada.
Que procuremos encarnar el doble espíritu: oración y apostolado.
Que seamos fieles a nuestro Maestro.
Que procuremos el bien de todos nuestros hermanos.


(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Eliseo_6_16.htm)

13 junio, 2017

San Antonio de Padua

 
 Resultado de imagen para san antonio de padua
 
¡Oh! San Antonio de Padua, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, y su amado santo, y el mismo al que llamaba
León Trece, Papa “el santo de todo el mundo”, porque
vuestra imagen y devoción esparcidas por todo el orbe
de la tierra están. Os llamaban “Doctor Evangélico”, pues
sermones vívidos escribisteis para las fiestas añuales y
muy a menudo decíais vos: “El gran peligro del cristiano
es predicar y no practicar; creer, pero no vivir de acuerdo
con lo que se cree”. Además, “erais poderoso en obras y
en palabras y que, vuestro cuerpo habitaba esta tierra,
pero vuestra alma vivía en el cielo”, escribió un biógrafo
vuestro. De las mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles,
panaderos y papeleros, santo Patrón. A vos, también os
invocamos, por los perdidos objetos o para pedir un buen
esposo o esposa. Vuestras armas: el Santísimo Sacramento y
los rezos a Nuestra Señora, a quien, encomendasteis vuestra
vuestra pureza. Y, con vuestra prodigiosa memoria, en tiempo
breve, bebisteis la verdad y la luz del Sagrado Libro,
logrando de los herejes conversión total, ¡oh!, “Arca de
los Testamentos”. Alguna vez, los herejes de Rímini le impedían
al pueblo acudir a vuestros sermones, y vos, fuisteis a
la orilla del mar y a gritar empezasteis: “Oigan la palabra
de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores
de la tierra no la quieren escuchar”. Y, entonces miles y
miles de peces acudieron y, sacudían sus cabezas en señal
de aprobación, de manera milagrosa. Antes de que, vuestra
alma al cielo volara, un canto entonasteis a Nuestra Señora,
y, con celestial sonrisa dijisteis: “Venir veo, a Nuestro Señor”
y, abandonasteis este mundo. La gente recorría las calles
diciendo: “¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!. Y,
durante vuestros funerales se produjeron maravillosas muestras
de la honda veneración que se os tenía. Gregorio Noveno,
Papa, pronunció la antífona “O doctor optime” en vuestro
honor y, así, se anticipó en siete siglos a cuando Pío Doce,
Papa, os declaró “Doctor de la Iglesia”. Así, marchó vuestra
alma, para coronada ser, con corona de luz, como justo premio
a vuestra entrega de amor y de fe. Patrón de las mujeres
estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros;
¡Oh!, San Antonio de Padua, “vivo defensor del Dios de la Verdad”.


© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado
____________________________________

 

13 de junio
San Antonio de Padua
Fraile franciscano
Doctor de la Iglesia
(1195-1231)


Adaptado de la Vida de los Santos de Butler
Etim: Antonio: “Defensor de la Verdad”

Biografía

San Antonio nació en Portugal, pero adquirió el apellido por el que lo conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias. León XIII lo llamó “el santo de todo el mundo”, porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes. Llamado “Doctor Evangélico”. Escribió sermones para todas las fiestas del año. “El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree” -San Antonio.

“Era poderoso en obras y en palabras. Su cuerpo habitaba esta tierra pero su alma vivía en el cielo” -un biógrafo de ese tiempo. Patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen esposo/a. Es verdaderamente extraordinaria su intercesión.

Vino al mundo en el año 1195 y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio al ingresar en la orden de Frailes Menores, por la devoción al gran patriarca de los monjes y patrones titulares de la capilla en que recibió el hábito franciscano. Sus padres, jóvenes miembros de la nobleza de Portugal, dejaron que los clérigos de la Catedral de Lisboa se encargaran de impartir los primeros conocimientos al niño, pero cuando éste llegó a la edad de quince años, fue puesto al cuidado de los canónigos regulares de San Agustín, que tenían su casa cerca de la ciudad. Dos años después, obtuvo permiso para ser trasladado al priorato de Coimbra, por entonces capital de Portugal, a fin de evitar las distracciones que le causaban las constantes visitas de sus amistades.

No le faltaron las pruebas. En la juventud fue atacado duramente por las pasiones sensuales. Pero no se dejó vencer y con la ayuda de Dios las dominó. El se fortalecía visitando al Stmo. Sacramento. Además desde niño se había consagrado a la Stma. Virgen y a Ella encomendaba su pureza.

Una vez en Coimbra, se dedicó por entero a la plegaria y el estudio; gracias a su extraordinaria memoria retentiva, llegó a adquirir, en poco tiempo, los más amplios conocimientos sobre la Biblia. En el año de 1220, el rey Don Pedro de Portugal regresó de una expedición a Marruecos y trajo consigo las reliquias de los santos frailes-franciscanos que, poco tiempo antes habían obtenido allá un glorioso martirio. Fernando que por entonces había pasado ocho años en Coimbra, se sintió profundamente conmovido a la vista de aquellas reliquias y nació en lo íntimo de su corazón el anhelo de dar la vida por Cristo.

Poco después, algunos frailes franciscanos llegaron a hospedarse en el convento de la Santa Cruz, donde estaba Fernando; éste les abrió su corazón y fue tan empeñosa su insistencia, que a principio de 1221, se le admitió en la orden. Casi inmediatamente después, se le autorizó para embarcar hacia Marruecos a fin de predicar el Evangelio a los moros.

Pero no bien llegó a aquellas tierras donde pensaba conquistar la gloria, cuando fue atacado por una grave enfermedad (hidropesía),que le dejó postrado e incapacitado durante varios meses y, a fin de cuentas, fue necesario devolverlo a Europa. La nave en que se embarcó, empujada por fuertes vientos, se desvió y fue a parar en Messina, la capital de Sicilia. Con grandes penalidades, viajó desde la isla a la ciudad de Asís donde, según le habían informado sus hermanos en Sicilia, iba a llevarse a cabo un capítulo general.

Aquella fue la gran asamblea de 1221, el último de los capítulos que admitió la participación de todos los miembros de la orden; estuvo presidido por el hermano Elías como vicario general y San Francisco, sentado a sus pies, estaba presente. Indudablemente que aquella reunión impresionó hondamente al joven fraile portugués. Tras la clausura, los hermanos regresaron a los puestos que se les habían señalado, y Antonio fue a hacerse cargo de la solitaria ermita de San Paolo, cerca de Forli.

Hasta ahora se discute el punto de si, por aquel entonces, Antonio era o no sacerdote; pero lo cierto es que nadie ha puesto en tela de juicio los extraordinarios dones intelectuales y espirituales del joven y enfermizo fraile que nunca hablaba de sí mismo. Cuando no se le veía entregado a la oración en la capilla o en la cueva donde vivía, estaba al servicio de los otros frailes, ocupado sobre todo en la limpieza de los platos y cacharros, después del almuerzo comunal.

Mas no estaban destinadas a permanecer ocultas las claras luces de su intelecto. Sucedió que al celebrarse una ordenación en Forli, los candidatos franciscanos y dominicos se reunieron en el convento de los Frailes Menores de aquella ciudad. Seguramente a causa de algún malentendido, ninguno de los dominicos había acudido ya preparado a pronunciar la acostumbrada alocución durante la ceremonia y, como ninguno de los franciscanos se sentía capaz de llenar la brecha, se ordenó a San Antonio, ahí presente, que fuese a hablar y que dijese lo que el Espíritu Santo le inspirara. El joven obedeció sin chistar y, desde que abrió la boca hasta que terminó su improvisado discurso, todos los presentes le escucharon como arrobados, embargados por la emoción y por el asombro, a causa de la elocuencia, el fervor y la sabiduría de que hizo gala el orador.

En cuanto el ministro provincial tuvo noticias sobre los talentos desplegados por el joven fraile portugués, lo mandó llamar a su solitaria ermita y lo envió a predicar a varias partes de la Romagna, una región que, por entonces, abarcaba toda la Lombardía. En un momento, Antonio pasó de la oscuridad a la luz de la fama y obtuvo, sobre todo, resonantes éxitos en la conversión de los herejes, que abundaban en el norte de Italia, y que, en muchos casos, eran hombres de cierta posición y educación, a los que se podía llegar con argumentos razonables y ejemplos tomados de las Sagradas Escrituras.

En una ocasión, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: “Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar”. A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.

A pesar de estar muy enfermo de hidropesía, San Antonio predicaba los 40 días de cuaresma. La gente presionaba para tocarlo y le arrancaban pedazos del hábito, hasta el punto que hacía falta designar un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones. Además de la misión de predicador, se le dio el cargo de lector en teología entre sus hermanos. Aquella fue la primera vez que un miembro de la Orden Franciscana cumplía con aquella función. En una carta que, por lo general, se considera como perteneciente a San Francisco, se confirma este nombramiento con las siguientes palabras: “Al muy amado hermano Antonio, el hermano Francisco le saluda en Jesucristo. Me complace en extremo que seas tú el que lea la sagrada teología a los frailes, siempre que esos estudios no afecten al santo espíritu de plegaria y devoción que está de acuerdo con nuestra regla”.

Sin embargo, se advirtió cada vez con mayor claridad que, la verdadera misión del hermano Antonio estaba en el púlpito. Por cierto que poseía todas las cualidades del predicador: ciencia, elocuencia, un gran poder de persuasión, un ardiente celo por el bien de las almas y una voz sonora y bien timbrada que llegaba muy lejos. Por otra parte, se afirmaba que estaba dotado con el poder de obrar milagros y, a pesar de que era de corta estatura y con cierta inclinación a la corpulencia, poseía una personalidad extraordinariamente atractiva, casi magnética. A veces, bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies; parecía que de su persona irradiaba la santidad. A donde quiera que iba, las gentes le seguían en tropel para escucharle, y con eso había para que los criminales empedernidos, los indiferentes y los herejes, pidiesen confesión.

Las gentes cerraban sus tiendas, oficinas y talleres para asistir a sus sermones; muchas veces sucedió que algunas mujeres salieron antes del alba o permanecieron toda la noche en la iglesia, para conseguir un lugar cerca del púlpito. Con frecuencia, las iglesias eran insuficiente para contener a los enormes auditorios y, para que nadie dejara de oírle, a menudo predicaba en las plazas públicas y en los mercados.

Poco después de la muerte de San Francisco, el hermano Antonio fue llamado, probablemente con la intención de nombrarle ministro provincial de la Emilia o la Romagna. En relación con la actitud que asumió el santo en las disensiones que surgieron en el seno de la orden, los historiadores modernos no dan crédito a la leyenda de que fue Antonio quien encabezó el movimiento de oposición al hermano Elías y a cualquier desviación de la regla original; esos historiadores señalan que el propio puesto de lector en teología, creado para él, era ya una innovación. Más bien parece que, en aquella ocasión, el santo actuó como un enviado del capítulo general de 1226 ante el Papa, Gregorio IX, para exponerle las cuestiones que hubiesen surgido, a fin de que el Pontífice manifestara su decisión. En aquella oportunidad, Antonio obtuvo del Papa la autorización para dejar su puesto de lector y dedicarse exclusivamente a la predicación. El Pontífice tenía una elevada opinión sobre el hermano Antonio, a quien cierta vez llamó “el Arca de los Testamentos”, por los extraordinarios conocimientos que tenía de las Sagradas Escrituras.

Desde aquel momento, el lugar de residencia de San Antonio fue Padua, una ciudad donde anteriormente había trabajado, donde todos le amaban y veneraban y donde, en mayor grado que en cualquier otra parte, tuvo el privilegio de ver los abundantísimos frutos de su ministerio. Porque no solamente escuchaban sus sermones multitudes enormes, sino que éstos obtuvieron una muy amplia y general reforma de conducta.
Las ancestrales disputas familiares se arreglaron definitivamente, los prisioneros quedaron en libertad y muchos de los que habían obtenido ganancias ilícitas las restituyeron, a veces en público, dejando títulos y dineros a los pies de San Antonio, para que éste los devolviera a sus legítimos dueños. Para beneficio de los pobres, denunció y combatió el muy ampliamente practicado vicio de la usura y luchó para que las autoridades aprobasen la ley que eximía de la pena de prisión a los deudores que se manifestasen dispuestos a desprenderse de sus posesiones para pagar a sus acreedores.

Se dice que también se enfrentó abiertamente con el violento duque Eccelino para exigirle que dejase en libertad a ciertos ciudadanos de Verona que el duque había encarcelado. A pesar de que no consiguió realizar sus propósitos en favor de los presos, su actitud nos demuestra el respeto y la veneración de que gozaba, ya que se afirma que el duque le escuchó con paciencia y se le permitió partir, sin que nadie le molestara.

Después de predicar una serie de sermones durante la primavera de 1231, la salud de San Antonio comenzó a ceder y se retiró a descansar, con otros dos frailes, a los bosques de Camposampiero. Bien pronto se dio cuenta de que sus días estaban contados y entonces pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad. El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentos. Entonó un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: “Veo venir a Nuestro Señor” y murió. Era el 13 de junio de 1231.

La gente recorría las calles diciendo: “¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!.Al morir tenía tan sólo treinta y cinco años de edad. Durante sus funerales se produjeron extraordinarias demostraciones de la honda veneración que se le tenía. Los paduanos han considerado siempre sus reliquias como el tesoro más preciado. San Antonio fue canonizado antes de que hubiese transcurrido un año de su muerte; en esa ocasión, el Papa Gregorio IX pronunció la antífona “O doctor optime” en su honor y, de esta manera, se anticipó en siete siglos a la fecha del año 1946, cuando el Papa Pío XII declaró a San Antonio “Doctor de la Iglesia”.

Se le llama el “Milagroso San Antonio” por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte. Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.

Iconografía

Por regla general, a partir del siglo XVII, se ha representado a San Antonio con el Niño Jesús en los brazos; ello se debe a un suceso que tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando San Antonio estaba de visita en la casa de un amigo. En un momento dado, éste se asomó por la ventana y vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y resplandeciente que sostenía en sus brazos. En las representaciones anteriores al siglo XVII aparece San Antonio sin otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras. En ocasiones se le representó con un lirio en las manos y también junto a una mula que, según la leyenda, se arrodilló ante el Santísimo Sacramento que mostraba el santo; la actitud de la mula fue el motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en la presencia real.

San Antonio es el patrón de los pobres y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama “pan de San Antonio”; esta tradición comenzó a practicarse en 1890. No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la “Chronica XXIV Generalium” (No. 21): un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro. En Padua hay una magnífica basílica donde se veneran sus restos mortales.

Bibliografía

Butler, Vida de los Santos.
Salesman, P. Eliécer, Vidas de los Santos.
Sgarbossa, Mario y Luigi Giovannini – Un Santo Para Cada Día

Oraciones
Novena a San Antonio

San Antonio obtenme de la Misericordia de Dios esta gracia que deseo (mencione el favor que pide).
Como tú eres tan bondadoso con los pobres pecadores, no mires mi falta de virtud antes bien considera la Gloria de Dios que será una vez más ensalzada por ti al concederme la petición que yo ahora encarecidamente hago.

Glorioso San Antonio de los milagros, padre de los pobres y consuelo de los afligidos, te pido ayuda.
Has venido a mi auxilio con tan amable solicitud y me has aliviado tan generosamente que me siento agradecido de corazón.
Acepta esta ofrenda de mi  devoción y amor.
Renuevo la seria promesa de vivir siempre amando a Dios y al prójimo.
Continúa defendiéndome benignamente con tu protección y obtenme la gracia de poder un día entrar el Reino de los Cielos, donde cantaré enteramente las misericordias del Señor. Amén.

Oración de liberación de San Antonio de Padua
Haciendo la señal de la cruz dirás con mucho fervor

He aquí la Cruz del Señor,+ Huid, potestades enemigas:+ El león Judá, descendiente de David,+ Ha vencido. Aleluya.

Este exorcismo usado frecuentemente por San Antonio es muy eficaz contra las tentaciones del demonio, como lo prueban muchísimos ejemplos. Constituyen esas palabras el breve o carta de San Antonio que él mismo escribió y entregó a una devota suya para librarla de una fuerte y tenaz tentación.

Oración

A ti, Antonio, dechado de amor a Dios y a los hombres que tuviste la dicha de estrechar entre tus brazos al Niño-Dios, a ti lleno de confianza, recurro en la presente tribulación que me acongoja: “_________________________”

Te pido también por mis hermanos más necesitados, por los que sufren, por los oprimidos, por los marginados, por los que hoy más necesiten de tu protección.
Haz que nos amemos todos como hermanos, que en el mundo haya amor y no odios. Ayúdanos a vivir el mensaje cristiano.
Tú, en presencia ya del Señor, no ceses de interceder por El, con El, y en El, a favor nuestro ante El Padre. Amén.

TRECE MARTES EN HONOR DEL GLORIOSO SAN ANTONIO DE PADUA

Os ruego bendito San Antonio, que me hagáis partícipe de las incontables misericordias que concedéis a cuantos os invocan con devoción y confianza.
Martes 1.- Amoroso San Antonio, que despreciasteis las vanidades del mundo, haced que ame a Dios y me dedique a las cosas de su servicio. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 2.-Angélico San Antonio, lirio de incontable pureza, logradme del Señor que venza todas las tentaciones. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 3.- Bendito San Antonio, amigo de la penitencia, alcanzadme que con voluntarios sacrificios, satisfaga por mis faltas. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 4.- Admirable San Antonio, espejo de obediencia, obtenedme que sepa conformarme a la voluntad de Dios. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 5.- Serenísimo San Antonio, joya de pobreza, atended por amor de Jesús y de Maria a mí y a los necesitados.(Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 6.- Compasivo San Antonio, ejemplo de humildad, alcanzadme la firme sujeción a la iglesia y a todo superior. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 7.- Amable San Antonio, consolador de los afligidos, rogad por cuantos sufren para que se vean libres de sus males o se resignen en su desgracia. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 8.- Celoso San Antonio, defensor de la inocencia y castigador del vicio, alcanzadme que os sea agradable. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 9.- Amantísimo San Antonio, horno de ardiente caridad, alcanzadme vivas ansias de trabajar por la gloria del Señor. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 10.- Incomparable San Antonio, lumbrera que ilumina a los pecadores, obtenedme que jamás ofenda a Dios. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 11.- Inocente San Antonio, celador de la justicia, libradme de las asechanzas del demonio, y de todo mal. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 12.- Perfectísimo San Antonio, que haceis hallar las cosas perdidas, obtenedme que lleve mi cruz y gane el cielo. (Padre Nuestro y Avemaría).
Martes 13.- Santísimo y muy generosísimo San Antonio. Sembrador de milagros, pretejedme con vuestra intercesión en todo el curso de mi vida. (Padre Nuestro y Avemaría).

Oración final para todos los martes

Caritativo protector de los que a vos acuden, ya que habéis recibido el don de hacer milagros, trabajad en el de mi conversión, alejad de mí y de todos los que me son queridos, las enfermedades, las adversidades, y las desgracias, y por la virtud de vuestras oraciones, atraed sobre mí y todos los míos las bendiciones del cielo. Amén.

Letanía de San Antonio (como devoción privada)

Señor ten piedad. Cristo ten piedad. Señor ten piedad. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Santa María, ruega por nosotros. San Francisco, San Antonio de Padua gloria de la orden de frailes menores, mártir en el deseo de morir por Cristo, Columna de la Iglesia, Digno sacerdote de Dios, Predicador apostólico, Maestro de la verdad, Vencedor de herejes, Terror de los demonios, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los necesitados, Guía de los extraviados, Restaurador de las cosas perdidas, Intercesor escogido, Constante obrador de milagros, Sé propicio, perdónanos, Señor, Sé propicio, escúchanos, Señor, De todo mal, líbranos, Señor, De todo pecado, De todo peligro de alma y cuerpo, De los lazos del demonio, De la peste, hambre y guerra, De la muerte eterna, Por los méritos de San Antonio, Por su celo en la conversión de los pecadores, Por su deseo de la corona del martirio, Por sus fatigas y trabajos, Por su predicación y doctrina, Por sus lagrimas de penitencia, Por su paciencia y humildad, Por su gloriosa muerte, Por sus numerosos prodigios, En el día del juicio, Nosotros pecadores, te rogamos, óyenos, Que nos guíes por caminos de verdadera penitencia, Que nos concedas paciencia en los sufrimientos, Que nos asistas en las necesidades, Que oigas nuestras oraciones y peticiones, Que enciendas en nosotros el fuego de tu amor, Que nos concedas la protección y la intercesión de San Antonio, Hijo de Dios, Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos.

V. Ruega por nosotros oh bienaventurado San Antonio,
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. Oremos: Dios Todopoderoso y eterno, Glorificaste a tu fiel confesor Antonio con el don constante de hacer milagros. Concédenos que cuanto pedimos confiadamente por sus méritos estemos ciertos de recibirlo por su intercesión. Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor.R. Amen.

( http://www.corazones.org/santos/antonio_padua.htm)

12 junio, 2017

Ludovico Einaudi - "Elegy for the Arctic" - Official Live (Greenpeace)

San Onofre



  Resultado de imagen para San Onofre


¡Oh!, San Onofre, vos, sois el hijo del Dios de la vida,
su amado santo y ermitaño. Y, que, gracias al Abad San
Panufcio, quien, moribundo os encontró, nadie sabría de vos.
Morabais en una cueva, donde siglos atrás, los faraones
reinaron, tributo rindiendo a falsarios dioses. Pero, como
vos, creatura del Dios vivo, la soledad amabais, en ella,
perseguíais cada día elevaros de manera interior y sobre
todo, espiritualmente, meta que, en verdad alcanzasteis,
antes de entregar vuestra alma al Dios eterno. Vos, os
dedicabais a la constante oración y, luego de ella, a
consejos dar entre vuestros hermanos, compartiendo vuestra
personal experiencia, dejando que, el alma rebose solo del
Amor de Dios, y así, al saber de Él, a amarlo se dedicasen,
alcanzando por la gracia, la curación, la salud y la eterna
salvación. Se os representa como un santo de largas barbas,
envuelto en vuestros propios cabellos, donde a veces estáis
en el desierto y a vuestro lado aparecen: la regla de San
Antonio Abad, el cráneo y la cruz que presidían vuestras
meditaciones, la palmera de cuyos dátiles os alimentabais y
una alforja, simbolizando el alimento que nunca os faltó.
Hoy, vuestro estilo de vida, lo estiman “pérdida de tiempo”
algunos hombres, pues, las veleidades y la vida mundana
prevalecen en sus vidas. Pero, Dios, que os vio, no quedó
duda en Él, porque, os premió con justicia, con corona
de eterna luz, como justo premio por vuestro increíble amor;
¡oh!, San Onofre, “viva y constante oración al Dios Vivo”.



 
© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado
____________________________________


12 de Junio
San Onofre
Ermitaño


Si no lo hubiera encontrado el abad san Panufcio, ya moribundo, y no hubiera escrito su vida es seguro que no conoceríamos a este personaje originalísimo. Es un ermitaño, morador de una cueva del desierto egipcio de la Tebaida.

Allí mismo donde la civilización faraónica había florecido siglos antes, ahora, en las primeras centurias del cristianismo, los monjes pueblan el despoblado y viven en solitario su intensa experiencia interior y espiritual.
A nuestra sociedad lo profundo le sabe a raro y los compromisos definitivos o las decisiones comprometedoras de por vida no están de moda. Onofre, sin embargo, nos ofrece un testimonio admirable de profundidad interior capaz de abarcar todo su paso por la tierra.

Se dedicó a la oración y, después de orar, a dar buen consejo a quien se lo requería. ¿Nada más? Y… nada menos: dejar que el alma rebose amor de Dios para que otros puedan descubrirlo y amarlo; dejarse afectar desde el centro de la propia personalidad por la Gracia y contagiarla a otros como la gran curación, la gran salud, la gran salvación.

Si en la Iglesia no existieran estos absolutos testimonios del Absoluto, todo sería aún más relativo de lo que es.

Se le representa como un santo provecto de luengas barbas y envuelto en sus propios cabellos. También puede aparecer situado en el desierto, en ocasiones al lado de él aparecen: la regla de San Antonio Abad, el cráneo y la cruz que presidían sus meditaciones, la palmera de cuyos dátiles se alimentaba e incluso una alforja (símbolo de las raciones que nunca le faltaron).

¡Estaríamos buenos!

Gracias, san Onofre, por liberarnos de relativismos estériles con tu testimonio.

(http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=373)

11 junio, 2017

Solemnidad de la Santísima Trinidad

 
 
 
Resultado de imagen para Solemnidad de la Santísima Trinidad
 
¡Oh!, Santísisma Trinidad:
¡Oh!, Dios Padre Creador,
¡Oh!, Dios Hijo Redentor
¡Oh!, Dios Espíritu Santo,
¡Señor y Dador de Vida y Santificador!
¡Oh!, hombres de todo el orbe de la tierra
acompañadme a exultar a
ese Amoroso Dios
que desde antes del Big Bang
nos acompaña con su Amor y Misericordia
¡Oh!, Trinidad Santísima:
¡Gloria al Padre!
¡Gloria al Hijo!
¡Gloria al Espíritu Santo!
© 2017 by Luis Ernesto Chacón Delgado

______________________________________________

Domingo 11 de Junio
Solemnidad de La Santísima Trinidad


En el evangelio Jesús nos revela el misterio más grande que existe, es un dogma de fe, es decir, una verdad que debemos creer, si nos llamamos cristianos. Cada vez que rezamos el Credo, decimos creer en un solo y único Dios, que es Padre Creador, que es Hijo Redentor y que es Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida y Santificador.

El misterio de la Santísima Trinidad, es uno de los “misterios escondidos en Dios, -que como dice el Concilio Vaticano II-, si no son revelados, no pueden ser conocidos” Y, aun después de la Revelación, es el misterio más profundo de la fe, que el entendimiento por sí solo no puede comprender ni penetrar.

En cambio, el mismo entendimiento, iluminado por la fe, puede en cierto modo, aferrar y explicar el significado del dogma, para acercar al hombre al misterio de la vida íntima del Dios Uno y Trino.

Toda la Sagrada Escritura revela esta verdad: “Dios es Amor en la vida interior de una única Divinidad, como una inefable comunión de personas”. Son Tres Personas distintas en un sólo Dios, como aprendimos en el catecismo.

El misterio de la Santísima Trinidad es la revelación más grande hecha por Jesucristo. Los judíos adoran la unicidad de Dios y desconocen la pluralidad de personas en la unicidad de la sustancia. Los demás pueblos adoran la multiplicidad de los dioses. El cristianismo es la única religión que ha descubierto, en la revelación de Jesús, que Dios es uno en tres personas. Ante esta revelación divina de su íntima esencia, no nos queda otra cosa que agradecerle esta confianza y adorar a las Tres Personas Divinas.

¿En qué consiste el Misterio?

Sabemos que hay UN SOLO DIOS, en tres personas distintas entre sí, no por su naturaleza -que es la divinidad misma- sí por su obrar en la historia de la salvación. Así decimos que:

DIOS PADRE, es el “Principio-sin principio”; no fue creado ni engendrado; es por sí sólo el Principio de Vida; es la vida misma, que posee en absoluta comunión con el Hijo y con el Espíritu Santo.

DIOS HIJO, es engendrado -no creado- por el Padre; Jesús es Hijo eterno y consustancial (de la misma naturaleza o sustancia); Dios es al mismo tiempo Padre, como el que engendra, e Hijo como el que es engendrado.

DIOS ESPÍRITU SANTO, procede del Padre y del Hijo; es como una “espiración”, soplo del Amor consustancial entre el Padre y el Hijo; se puede decir que Dios en su vida íntima es amor, que se personaliza en el Espíritu Santo.

Diferentes “misiones”

Si quisiéramos identificar a la Santísima Trinidad por sus “misiones” en el tiempo, o atribuciones, diríamos que:

EL PADRE es el Principio de Vida, de quien todo procede. Se le atribuye la Creación.

EL HIJO procede eternamente del Padre, como engendrado por Él, y asumió en el tiempo una naturaleza humana por nuestra salvación. Se le atribuye la Redención.

EL ESPÍRITU SANTO es enviado por el Padre y el Hijo, como también procede de ellos, por vía de voluntad, a modo de amor; se manifestó primero en el Bautismo y en la Transfiguración de Jesús y luego el día de Pentecostés sobre los discípulos; habita en los corazones de los fieles con el don de la caridad (Cf. Ef 4,30). Se le atribuye la Santificación.

Porque el entendimiento humano no es capaz de comprender la esencia divina, no puede penetrar en el misterio de la vida íntima de Dios, sólo puede conocer lo que Dios revela y asumirlo con la fe; se puede aplicar aquí la frase de San Agustín: “Si lo comprendes, no es Dios”.

“Que todos sean uno…”

“Te preguntarás: ¿si no lo podemos comprender, para qué entonces quiso Dios revelarnos el gran misterio de la Santísima Trinidad?

En el evangelio de San Juan, Jesús ruega al Padre por lo que es su gran deseo:

“Que todos sean uno como Tú, Padre, estás en Mi y Yo en Ti. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que tú me has enviado”. (Jn 17, 21)

Cuando revela el misterio de la Santísima Trinidad, deja ver también las relaciones que hay entre las tres Divinas Personas; aunque esas relaciones son distintas, tampoco dividen la misma y única esencia de Dios.

ª El Padre es pura Paternidad.
ª El Hijo es pura Filiación.
ª El Espíritu Santo es puro Nexo de Amor.

Son relaciones “subsistentes”, que en virtud de su impulso vital salen al encuentro una de la otra en una comunión, en la cual la totalidad de la Persona es apertura a la otra.

Es esto, el paradigma supremo de la sinceridad y libertad espiritual a la que deben tender las relaciones interpersonales humanas, siempre tan lejanas a este modelo trascendente.

“El Señor Jesús, cuando ruega al Padre que ‘todos sean uno, como nosotros también somos uno’ abriendo perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere una cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”

(Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 24). .

 Compromiso cristiano
“Conocer el misterio de la Santísima Trinidad, nos involucra y compromete para adquirir ciertas actitudes en las relaciones humanas:

“la perfectísima unidad de las tres Personas divinas, es el vértice trascendente que ilumina toda forma de auténtica relación y comunión entre nosotros, seres humanos”(Juan Pablo II, “Creo en Dios Padre”, p.170)
No se trata de que queramos entender el Misterio de la Santísima Trinidad, esto es imposible. Jesús nos reveló ese Misterio para mostrarnos el modelo de lo que deben ser las relaciones humanas de los cristianos.
La Iglesia universal nos invita a “glorificar a la Santísima Trinidad”, como manifestación de la celebración del Jubileo. No hay mejor forma de hacerlo que revisando las relaciones con nuestros hermanos, para mejorarlas y así vivir la unidad querida por Jesús “que todos sean uno”.


(http://www.rosario.org.mx/biblioteca/trinidad.htm#1)