15 enero, 2021

San Pablo, "el Ermitaño".

 

 Hoy se recuerda a San Pablo el ermitaño, quien se alejó del mundo por salvarlo

 

¡Oh!, San Pablo "el ermitaño", vos sois el hijo del Dios de la Vida,
su primer ermitañoy santo, quien viendo, que Decio, hereje
y criminal perseguía a los cristianos, para que de su fe
renegasen y así, obligarlos a paganos volverse, vos, la ciudad
abandonasteis y al desierto marchasteis, para en una cueva
vivir por el resto de vuestra vida. Con hojas de palmera,
vuestro cuerpo cubríais y sus dátiles de alimento os servían.
Hacíais penitencias y oración para la conversión de los
pecadores, y vuestra vida pasasteis orando, ayunando
y meditando por más de setenta años consecutivos. Creíais que
morirías sin volver a ver humano rostro, y sin ser conocido
por nadie; pero Dios, dispuso cumplir aquella palabra que
dijo Cristo: “Todo el que se humilla será engrandecido”
y, el Dios altísimo, os mostró a San Antonio Abad, otro monje
habitante del desierto y permitió que se vieran y luego
de agradecerle a Él; dijisteis vos: “Mira cómo es Dios de
bueno. Cada día me manda medio pan, pero como hoy has venido
tú, el Señor me envía un pan entero.” Entregasteis vuestra
alma al Padre, habiendo gastado vuestra vida por la conversión
del mundo, y recibisteis premio justo, al ser coronado con
corona de luz, por vuestro amor, constancia y fidelidad;
¡Oh!, San Pablo, “vivo primer ermitaño del Dios Vivo y eterno”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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Cada 15 de enero se recuerda a San Pablo el ermitaño, también llamado Pablo de Tebas o Pablo el egipcio. El apelativo “ermitaño” proviene de su estilo de vida: entregó su vida a Dios apartándose del mundo, viviendo en una “ermita”, es decir en un pequeño lugar dispuesto como habitación, dedicado a la meditación y la oración en soledad. Su forma de vida inspiró a muchísimos hombres quienes decidieron seguir su ejemplo. A partir de entonces, a todo aquel que viviese como Pablo de Tebas se le empezó a denominar “ermitaño”.

San Jerónimo, en el siglo V, consignó el año 228 como el año del nacimiento de San Pablo, y a Egipto como su patria. A los 14 años quedó huérfano. En el año 250 estalló una gran persecución contra los cristianos y tuvo que esconderse. Su cuñado le brindó protección inicialmente pero luego, en acción deshonesta, lo denunció ante las autoridades con el propósito de quedarse con sus bienes. Pablo, entonces, huyó al desierto. Al principio la soledad lo atormentaba, pero después empezó a darse cuenta de que esta podía ser aprovechada como medio para encontrarse con Dios. El desierto se convirtió en el “lugar” donde Dios podía hablarle y él escuchar su voz, y experimentar su amor. De esta manera, se propuso usar aquellas circunstancias para ayudar a quienes permanecían en el mundo; pero con penitencias y oraciones por la conversión de los pecadores. No era una “huida”, precipitada por algún temor, sino una forma de redimir aquello que se había alejado de Dios.

Muchas historias se cuentan sobre este Santo. Dice San Jerónimo que Pablo se alimentaba solo de los frutos de una palmera y, cuando esta no tenía dátiles, un cuervo le llevaba medio pan.

San Antonio Abad, padre del monacato, oyó en sueños que había otro ermitaño más antiguo que él y emprendió un viaje para encontrarlo. Cuando llegó a la cueva donde estaba San Pablo, este tapó la entrada con una piedra pensando que era una fiera. San Antonio tuvo que suplicarle que retirase la roca para poder saludarlo. San Pablo finalmente salió y los dos santos, sin haberse visto antes, se saludaron llamándose por su nombre. Luego se arrodillaron y dieron gracias a Dios. Un cuervo les llevó un pan entero y ambos lo partieron tomando cada uno una mitad.

Al día siguiente San Pablo le anunció a San Antonio que ya se acercaba el momento de su muerte y le pidió que fuera de vuelta a su monasterio para que le traiga el manto que el Obispo San Atanasio le había regalado, porque quería ser amortajado con aquella vestimenta.

San Antonio, sorprendido por el vaticinio de San Pablo, fue a traer el manto. Al regresar Al regresar, se dio con que San Pablo ya había muerto, sin embargo, alcanzó a contemplar cómo el alma de Pablo subía al cielo, rodeado de Apóstoles y ángeles. Al llegar a la cueva del ermitaño, San Antonio encontró el cadáver de San Pablo arrodillado con los ojos mirando al cielo y los brazos en cruz. Pablo había muerto en el servicio de la oración. La tradición afirma que llegaron dos leones que cavaron un hoyo en el que San Antonio puso el cuerpo de Pablo.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-se-recuerda-a-san-pablo-el-ermitano-quien-se-alejo-del-mundo-por-salvarlo-67537)

14 enero, 2021

San Felix de Nola, Mártir

 

 Hoy es la fiesta de San Felix de Nola, mártir

 

¡Oh!, San Félix de Nola, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo y que, con amor os abrazasteis a la Cruz
de Cristo, para su soldado por siempre ser. Y, grande debió
ser vuestra obra, para que, a vos os rindieran homenajes
otros santos. Padecisteis las persecuciones por Decio
y Valeriano, pero, san Paulino, gran poeta y obispo de Nola,
vuestra biografía escribió y os tuvo, como santo protector.
También lo hicieron Beda, san Agustín y san Gregorio Turonense,
tanto que, san Dámaso Papa, os dedicó un vívido poema. El
impío Decio, para destruir la Iglesia, ordenó apresar
y procesar a los obispos, presbíteros y diáconos, y entonces,
Máximo, Obispo, en las montañas de los Apeninos se refugió,
y como vos, presbítero erais, en la ciudad os quedasteis
a cargo de vuestros fieles, para cuidarlos y protegerlos.
Y, mientras vuestro Obispo, en las montañas refugiado estaba,
hambre, frío, dolor y tristeza padeciendo; vos, amor, caridad
y lealtad le demostrasteis, socorriéndole y sorteando graves
peligros y riesgos de la persecución de vuestro tiempo. Así,
tamaña fue vuestra humildad, que os negasteis a reemplazar
a Máximo y, preferisteis quedaros como presbítero, para continuar
evangelizando a vuestra grey. Hasta que, un día, arrestado fuisteis
y conducido a la cárcel, atándoos con cadenas, permaneciendo así,
varios meses. Mientras tanto, Máximo, vuestro obispo, fallecía
en las montañas, os pidieron ser su obispo, pero volvisteis
a negaros, y, un tiempo más, vuestra alma voló al cielo, luego
de haberla gastado en buena lid, para corona de luz recibir,
como premio justo a vuestra entrega de grande amor y fidelidad;
¡oh!, San Félix de Nola, “vivo amor y fidelidad al Dios Vivo y eterno ”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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 14 de Enero

San Felix de Nola

San Felix de Nola fue un obispo romano que padeció las persecuciones de los emperadores romanos Decio y Valeriano, por lo que es venerado como confesor de la fe y mártir, aunque no murió de manera violenta.

Lo que se conoce de este santo proviene de la biografía elaborada a fines del siglo IV por el Obispo de Nola de ese entonces, San Paulino, quien además lo tuvo como su santo protector. También escribieron sobre él Beda el Venerable, San Agustín y Gregorio Turonense.

A partir de estas fuentes se sabe que nació en Nola (hoy territorio de Italia) en el siglo III y que fue hijo de un noble sirio. Abrazó el servicio apostólico desde muy joven, distribuyó su herencia entre los pobres al morir su padre y luego fue ordenado sacerdote por el Obispo de Nola de ese entonces, San Máximo.

Durante las persecuciones fue encarcelado y, según la leyenda, liberado por un ángel. Habiendo sobrevivido a la furia desatada por el emperador Decio, Félix se vio nuevamente amenazado, junto con toda su comunidad, por las disposiciones que dictó el emperador Valeriano contra los cristianos, entre los años 256 y 257.

Al morir el Obispo Máximo los cristianos de Nola quisieron que Félix ocupara la silla episcopal, pero él rehusó tal dignidad, prefiriendo continuar su misión evangelizadora como presbítero.

Murió el 14 de enero, se cree que del año 260. Fue enterrado en Nola y su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinación. En Roma le fue consagrada una basílica.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-san-felix-de-nola-martir-24368)

13 enero, 2021

San Hilario de Poitiers

 

 San Hilario de Poitiers

 ¡Oh!, San Hilario, vos, sois el hijo de Dios de la Vida,
su obispo y santo, que ávido de saber cultivasteis las letras
y la filosofía. El Evangelio de San Juan iluminó vuestro
espíritu, recibiendo el bautismo, para vivir desde entonces
con singular honestidad y virtud tanto que, al fallecer el obispo
de Poitiers, fuisteis designado para ocupar aquella sede.
En vuestro tiempo pretendía brillar la herejía arriana, que
afirmaba que el Verbo no era Dios, sino sólo la primera
de las criaturas creadas por Dios, pero vos sosteníais la
Unidad de las Tres Personas, y que el Verbo divino se había
hecho hombre para convertir en hijos de Dios a los que lo
recibiesen. Y tan luego afirmasteis tal cosa, Constancio
emperador, partícipe de la herejía os desterró a Frigia.
Y vos, durante cuatro años recorristeis las ciudades de
Oriente, discutiendo y demostrando la verdad de corazón
diciendo: “Permanezcamos siempre en el destierro -repetíais-
con tal que se predique la verdad”; y al mismo tiempo enviabais
vuestro tratado de los Sínodos y los doce libros Sobre
la Trinidad, considerada vuestra obra cumbre. Os llamó
el emperador y asististeis al concilio de Seleucia de Isauria,
tratando allí sobre los misterios de la fe. Después pasasteis
a Constantinopla, donde presentasteis al emperador como
el Anticristo, pero, os consideraron como un agitador y
vuestros mismos enemigos os echaron de Oriente, volviendo
así a Poitiers. San Jerónimo, cuenta la alegría con que
fuisteis recibido por todos los católicos. Realizasteis
exégesis, sobre los divinos misterios, los salmos y sobre
san Mateo. Compusisteis himnos, entre ellos el “Gloria in
excelsis”. Isidoro de Sevilla, dice que vos, fuisteis el
primero que introdujisteis los cánticos en las iglesias de
Occidente. Pero el enemigo no duerme y combatisteis al arrriano
Auxencio, causa por la cual sois condenado a abandonar
Italia, con pretextos falsos. Además, vos, tuvisteis
numerosos discípulos y dentro de ellos, a san Martín de
Tours, y muchos herejes a los que convertisteis. Y así y luego
de haber gastado vuestra santa vida en buen lid, voló vuestra
alma, para coronada ser con corona de luz eterna. A vos, os
conocen con el título de “Atanasio de Occidente”, y San Jerónimo
y San Agustín os llaman “gloriosísimo defensor de la fe”.
¡Oh! San Hilario de Poitiers, “vivo Atanasio del Dios Vivo”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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13 de enero
San Hilario de Poitiers
Obispo y doctor de la Iglesia

Su nombre significa “sonriente”, nació en Poitiers, Francia, hacia el año 315. Sus padres eran nobles, pero gentiles. Ávido de saber, cultivó las letras y la filosofía. Después dio con los libros sagrados, y el Evangelio de San Juan iluminó su espíritu. En el año 345 recibió el bautismo. Desde entonces vivió con tanta honestidad y virtud que, al fallecer el obispo de Poitiers, fue escogido para ocupar aquella sede. Era el año 350.

El siglo en que vivió Hilario estaba convulsionado por contiendas dogmáticas, sobre todo por la herejía arriana, que afirmaba que el Verbo no era Dios, sino sólo la primera de las criaturas creadas por Dios. Hilario sostenía, de acuerdo con la ortodoxia, la unidad de las tres personas, y que el Verbo divino se había hecho hombre para convertir en hijos de Dios a los que lo recibiesen. Los seguidores de Arrio consiguieron que el emperador Constancio, inficionado de la herejía, desterrase a Hilario a Frigia, provincia romana de Asia, situada en la extremidad del Imperio. Hacia allí se dirigió a fines del 356.

Durante cuatro años recorrió las ciudades de Oriente, discutiendo. “Permanezcamos siempre en el destierro -repetía- con tal que se predique la verdad”. Al mismo tiempo enviaba a Occidente su tratado de los Sínodos y en 359 los doce libros Sobre la Trinidad, que se consideraba su mejor obra.

Llamado por una orden general del emperador, asistió al concilio que se realizó en Seleucia de Isauria, ciudad del Asia Menor, en la región montañosa de Tauro. Allí trató Hilario sobre los altos y dificultosos misterios de la fe. Después pasó a Constantinopla, donde en un escrito presenta al emperador como Anticristo. Considerado como un agitador e intimidados por su intrepidez, sus mismos enemigos trabajaron para echarlo de Oriente.

Así volvió Hilario a Poitiers. San Jerónimo refiere el júbilo con que fue recibido por los católicos. Allí realizó una profunda labor de exégesis, en los tratados que escribió sobre los divinos misterios, sobre los salmos y sobre san Mateo. Compuso también himnos y algunos le atribuyeron el “Gloria in excelsis”.

Según Isidoro de Savella, Hilario fue el primero que introdujo los cánticos en las iglesias de Occidente. Vuelve a la lucha. En Milán está el arriano Auxencio. Hilario lo combate con su característica intrepidez y es condenado a abandonar Italia bajo pretexto de introducir la discordia en la Iglesia de esa ciudad.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours, y muchos fueron los herejes que convirtió. Murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente.

San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Hilario.htm)

12 enero, 2021

Santa Margarita Bourgeoys

 

 Hoy es la fiesta de Santa Margarita Bourgeoys, la primera santa canadiense

Santa Margarita Bourgeoys fue una religiosa francesa que trabajó como misionera en Norteamérica. Fue la fundadora de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Montréal, que prestó gran ayuda a colonos europeos que llegaban a Canadá en medio de las más difíciles circunstancias. Santa Margarita trabajó incansablemente para fortalecer la formación cristiana de los católicos que arribaban a las nuevas tierras, y se convirtió, junto a sus hermanas religiosas, en soporte de miles de seres humanos que padecieron hambre y enfermedades.

Margarita Bourgeoys nació en Francia en 1620. A los 20 años tendría un encuentro con Dios que la marcaría para siempre, a partir del cual dedicaría su vida totalmente a los más necesitados. En aquella oportunidad, Margarita quedó impactada por la imagen de la Virgen del Rosario, cuando quedó contemplando su dulce rostro durante las celebraciones que se realizaban en honor de la Madre de Dios. Conmovida por la mirada de la Virgen, descubrió que no podía vivir de otra manera que no fuese consagrándose a Dios.

En 1653 llegó a Montreal (Canadá), en ese entonces colonia francesa con el nombre de Ville-Marie, y allí se dedicó, junto a un grupo de mujeres, a la catequesis en las escuelas y a la asistencia pastoral en las parroquias. Esa sería su labor hasta que Dios la llamó a su presencia, en 1700.

En 1668 inauguró la primera escuela de Montreal con una docena de alumnos. Y cuando estuvo de regreso en Francia, entre 1670 y 1672, consiguió la aprobación civil del rey Luis XIV y la venia canónica del Beato Francisco de Laval para fundar la Congregación de Nuestra Señora. Es así que Margarita fundó en 1676 la primera congregación femenina sin clausura de la historia de la Iglesia.

La joven comunidad logró aglutinar a jóvenes francesas y amerindias. La congregación contaba con 18 religiosas de las cuales 7 eran nativas de Canadá. Además, las hermanas abrieron una granja donde no solo produjeron alimentos para capear la hambruna que azotaba la región sino que se convirtió en un centro de instrucción para formar a granjeros en la crianza de animales y cultivo de especias.

Murió el 12 de enero de 1700 en Montreal, Canadá. Fue beatificada por el Papa Pío XII en 1950 y canonizada en 1982 por San Juan Pablo II.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-santa-margarita-bourgeoys-la-primera-santa-canadiense-40180)

11 enero, 2021

Santo Tomás de Cori

 Hoy es la fiesta de Santo Tomás de Cori, sacerdote franciscano

Nació en Cori (Italia), el 4 de junio de 1655. A los 14 años quedó huérfano y se quedó a cargo de sus dos hermanas menores. A fin de mantenerlas se dedicó al pastoreo. “El santito”, como cariñosamente lo llamaba la gente, en sus largas horas de soledad aprendió a ver a Dios en las cosas sencillas, en la naturaleza y, sobretodo, en la oración.

Un tiempo después tuvo contacto con los franciscanos de su pueblo y rápidamente se sintió llamado a ser discípulo de San Francisco. Sin embargo, no ingresó a la Orden hasta que ambas se casaron. Una vez aceptado, le enviaron a Orvieto a estudiar teología. En esa ciudad es ordenado sacerdote en 1683. Poco tiempo después fue nombrado maestro de novicios.

Los franciscanos se habían expandido por todo el mundo; pero no todos vivían con fervor su vocación. Por esos días, aparecieron en varios conventos los llamados “Retiros”, como una iniciativa en la que se acentuaba la vida espiritual y el espíritu de pobreza. Tomás pidió irse a vivir a uno de estos conventos en Bellegra. Allí escribió estatutos para la formación de los religiosos y también para normar la vida de este tipo de conventos-retiro.

La Orden reunida en Capítulo General en Murcia, en España, los generalizó para todos los conventos-retiro franciscanos del mundo.

La fama de santidad de Tomás suscitó que muchos religiosos y laicos acudieran a él para pedir consejo o dirección espiritual. Su predicación era de una claridad y sencillez tales que conmovía los corazones de aquellos que acudían a escucharlo y se veían impulsados a reconciliarse con Dios y a vivir la fe intensamente.

Tomás pasaba largas horas ante el Santísimo sin que nadie pudiera imaginar que por 40 años vivió una gran sequedad espiritual, sufriendo la ausencia de todo consuelo en la oración y en la vida espiritual. Nadie lo vio nunca triste.

Santo Tomás de Cori fue para sus hermanos un padre lleno de amabilidad. A algunos que se oponían a la reforma del convento, los trató con suma paciencia y humildad, ganándose sus corazones a fuerza de caridad y de testimonio.

Murió después de una larga jornada en el confesionario el 11 de enero de 1729. Fue canonizado por Juan Pablo II el 21 de noviembre de 1999.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-santo-tomas-de-cori-sacerdote-franciscano-49577)

10 enero, 2021

El Bautismo del Señor Jesús

 

  Hoy la Iglesia celebra el Bautismo del Señor Jesús

“Cuando se lava el Salvador, se purifica toda el agua necesaria para nuestro bautismo y queda limpia la fuente, para que pueda luego administrarse a los pueblos que habían de venir a la gracia de aquel baño”, dijo San Máximo de Turín en el Siglo V al referirse al Bautismo del Señor que la Iglesia celebra hoy.

Con el Bautismo del Señor se concluye el tiempo de Navidad y la Iglesia nos invita a mirar la humildad de Jesús que se convierte en una epifanía (manifestación) de la Santísima Trinidad.

“Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua”, manifestó San Gregorio Nacianceno en uno de sus sermones.

“También el Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio”, añadió el Santo.

Evangelio: Marcos 1,7-11

7Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias.
8Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
9Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
10En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él.
11Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.»

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-la-iglesia-universal-celebra-el-bautismo-del-senor-23533)

09 enero, 2021

San Julián y Santa Basilisa

 Hoy es fiesta de San Julián y Santa Basilisa, esposos en amor virginal

¡Oh!, San Julián y Santa Basilisa, vosotros, sois los hijos Dios
  de la Vida y sus amados santos, y, que,  con vuestra esposa
  vivisteis una vida virginal, porque Dios, os permitió ver, en
una visión las maravillas que guarda Él, para quienes puros
se conservan. Y, vuestra esposa aceptó, y luego, al desierto
marchasteis e hicisteis casas de oración en su honor. Desde
entonces, invitasteis a los jóvenes seguidores vuestros
en la pureza, a imitaros en vuestra santa cuaresma de ayuno,
oración, abstinencia y meditación los días todos de vuestra
santa vida. Y, estalló la persecución en Antioquía, y os
apresaron y a todos vuestros monjes. Y, en pleno martirio
defendisteis con valor a Cristo, negándoos a adorar falsos
dioses. Cuando os llegó vuestro turno, le dijisteis a vuestro
perseguidor: “Yo no adoro sino única y exclusivamente al Dios
del cielo. Mi jefe a quien adoro y obedezco es Nuestro Señor
Jesucristo. Él, ya resucitó y está sentado a la derecha de Dios
Padre. Dios ayuda a los que son sus amigos, y Cristo Jesús,
que es muchísimo más importante y poderoso que el
emperador, me dará las fuerzas y el valor para soportar
los tormentos. Mis padres me están observando desde el cielo
y se sienten muy contentos y muy honrados de que yo proclame
mi fe en Cristo y derrame por El mi sangre”. Seguidamente
empezaron a daros latigazos, y uno de los verdugos se hiere
de un ojo, y escuchando sus terribles gritos vos, lo curasteis.
Luego, os cortan vuestra cabeza. Y, ¡milagro! En ese momento
Celso, hijo del cruel Marciano, al veros con qué valentía y
alegría fuisteis a la muerte por Cristo, os imita, declarándose
también, seguidor de EL, y cristiano se hace. Y, así, feliz
entregasteis, vuestra santa vida. Y, cada quien se preguntará
¿Dónde estaréis ahora? ¿Dónde? Y, la respuesta, esperar no
se deja, del lugar donde estáis, sino, que en el mismo cielo,
coronado de luz, como premio a vuestra entrega de amor;
¡oh!, San Julián y Basilisca; “vivos mártires del amor de Cristo”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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09 de Enero

San Julián y Santa Basilisa

“Yo no adoro sino única y exclusivamente al Dios del cielo”, dijo San Julián ante el juez que lo condenó a morir degollado. Él y su esposa Santa Basilisa vivieron un amor virginal aprobado por el mismo Jesucristo. Él murió mártir. Ella falleció después, tras sobrevivir a la persecución. Ambos vivieron entre los siglos III y IV. La fiesta de estos esposos se celebra el 9 de enero.

San Julián era hijo único de una noble y rica familia. Tuvo una profunda formación en la fe cristiana. A los 18 años sus padres querían que él se casara con una joven noble llamada Basilisa, pero Julián había prometido a Dios mantenerse virgen.

Después de mucho ayuno y oración, Julián entendió que Dios tenía un camino especial trazado para él, y que al lado de Basilisa como esposa podría vivir su promesa de virginidad. San Julián y Santa Basilisa descubrirán juntos, posteriormente, las implicancias de ese camino de amor virginal. La tradición cuenta que el Señor Jesús se les apareció personalmente para darles la autorización de casarse y vivir el matrimonio en completa castidad.

Como muchos santos de los primeros siglos, los nuevos esposos repartieron sus bienes entre los pobres. Luego se retiraron a vivir en dos casas a las afueras de la ciudad, las que se convertirían en monasterios. Con San Julián acuden los varones y con Santa Basilisa van las mujeres. Mucha gente los buscaba para pedir consuelo espiritual y orientaciones para vivir más cristianamente.

El grupo de hombres nombró a San Julián como superior, o abad, de su comunidad. El Santo los dirigió con cariño y prudencia. Era el que más trabajaba, el que más ayudaba y oraba con mucho fervor, dando el ejemplo a sus hermanos. Dedicaba muchas horas a la lectura de textos religiosos antiguos y a la meditación. Fue también un asceta, por lo que vivió en permanente ayuno.

Cuando se trataba de reprender a algún hermano, lo hacía sin altanería, sin malos modos y siempre en privado. La amabilidad o fraternidad fue el sello de su gobierno espiritual. Los monjes se sentían muy cómodos con él y preferían el desierto y la disciplina antes de una vida de comodidades mundanas.

Santa Basilisa, a su vez, era seguida por una multitud de muchachas que se quedaban edificadas con su ejemplo de virtud. Muchas de ellas abrazaron la vida religiosa y vivieron en paz bajo su dirección.

Cabe recordar, que eran tiempos de la persecución de Diocleciano y Maximiano y que todo cristiano corría peligro de ser castigado, incluso con la muerte. Cuando encarcelaron a Julián, terminaron llevándose a todos los que vivían con él en el monasterio. Ante el juez, San Julián proclamó: “Dios ayuda a los que son sus amigos, y Cristo Jesús, que es muchísimo más importante y poderoso que el emperador, me dará las fuerzas y el valor para soportar los tormentos”.

San Julián fue condenado a muerte, pero antes fue azotado. Uno de los verdugos, al retirar rápidamente el fuete, se hirió a sí mismo en uno de sus ojos con la punta de hierro del látigo. En ese momento, el Santo pidió a Dios que curase al verdugo y efectivamente se produjo el milagro.

Al final, los verdugos le cortaron la cabeza y uno de ellos llamado Celso, hijo de Marciano, se convirtió al cristianismo al ver la valentía y alegría con la que murió este amigo de Cristo. Estos acontecimientos se dieron alrededor del año 304. Santa Basilisa, en cambio, murió por causas naturales.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-san-julian-y-santa-basilisa-esposos-en-amor-virginal-92199)