¡Oh!; Santa Catalina de Alejandría, vos, sois la hija del Dios de la Vida y su amada mártir, pues, vuestro ingenio, sabiduría y fortaleza de ánimo os catapultaron en vida a alcanzar los cielos eternos por amor a Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro. Con vuestra santa vida, no hicisteis otra cosa que, la de aleccionar a los cristianos de vuestro tiempo y estimularlos en su fidelidad a Cristo. Vuestra belleza e inteligencia os distinguieron en Alejandría, pues versada como erais en filosofía, buscabais siempre la verdad. Por ello, os bautizasteis cristiana. Y, desde allí, recriminasteis al emperador por su conducta y lo callasteis con vuestra rectitud de obrar. Enfrentasteis a los sabios del imperio y descubristeis sus sofismas tanto así, que, los convertisteis a vuestra fe. Nadie osó venceros en el campo de la razón, pero, sí, os vencieron por la fuerza de las armas, con aquella rueda con cuchillas, y la espada que, os cortó vuestra cabeza. Vos, representáis lo recto, lo justo y lo sublime y, por ello, lista estabais para dar la vida por la Verdad y la disteis. Hoy, vuestras reliquias en el monte Sinaí se veneran, y también en el monasterio que vuestro nombre lleva. Por ello, vos, sois, la Santa Patrona de los buscadores de la sabiduría y la verdad, y de los estudiantes y solteras de todo el orbe de la tierra; ¡Oh!; Santa Catalina; “viva novia de la Verdad y de la Sabiduría de Dios”.
25 de Noviembre Santa Catalina de Alejandría Mártir
Martirologio Romano: Santa Catalina, mártir, que, según
la tradición, fue una virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio
y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se venera
piadosamente en el célebre monasterio del monte Sinaí (s. inc.)
La veneración de los restos de santa Catalina en el monte
Sinaí y la celebridad del monasterio ortodoxo que lleva su nombre y que
los guarda ha hecho que casi haya disminuido la figura del mismo Moisés.
Se la venera tanto en Oriente como en Occidente. Los aficionados al
saber la tienen como patrona.
Nada sabemos con certeza histórica del lugar y fecha de su
nacimiento. La historia nos tiene velado el nombre de sus padres. Los
datos de su muerte, según la “passio”, son tardíos y están pletóricos de
elementos espureos. Por esto, algún historiador ha llegado a pensar que
quizá esta santa nunca haya existido. Así, Catalina de Alejandría sería
un personaje aleccionador salido de la literatura para ilustrar la vida
de los cristianos y estimularles en su fidelidad a la fe. De todos
modos es seguro que la fantasía ha rellenado los huecos en el curso del
tiempo.
Se la presenta como una joven de extremada belleza y aún mayor
inteligencia. Perteneciente a una familia noble. Residente en
Alejandría. Versada en los conocimientos filosóficos de la época y
buscadora incansable de la verdad. Movida por la fe cristiana, se
bautiza. Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia se
ha hecho Augusto del Imperio de Oriente. Sí, le ha tocado compartir el
tiempo con este “hombre semibárbaro, fiera salvaje del Danubio, que
habían soltado en las cultas ciudades del Oriente”, según lo describe el
padre Urbel, o, con términos de Lactancio, “el mundo para él era un
juguete”. Recrimina al emperador su conducta y lo enmudece con sus
rectos razonamientos.
Enfrentada con los sabios del imperio, descubre sus sofismas e
incluso se convierten después de la dialéctica bizantina. Aparece como
vencedora en la palestra de la razón y vencida por la fuerza de las
armas en el martirio de rueda con cuchillas que llegan a saltar hiriendo
a sus propios verdugos y por la espada que corta su cabeza de un tajo.
Sea lo que fuere en cuanto se refiere a la historia comprobable, lo
cierto es que la figura de nuestra santa lleva en sí la impronta de lo
recto y sublime que es dar la vida por la Verdad que con toda fortaleza
se busca y una vez encontrada se posee firmemente hasta la muerte. Esto
es lo que atestigua la tradición, la leyenda y el arte.
¡Que bien nos vendrían hoy unas cuantas Catalinas que sepan ser mártires por la Verdad que es lo mismo que ser de Él testigos!
¡Oh!, Santos Andrés Dung-Lag y Compañeros, vosotros, sois los hijos del Dios de la Vida y sus amados santos, que sus vidas ofrendaron a lo largo de los siglos dieciocho y diecinueve y, que, santos proclamados fueron por Juan Pablo II en Roma. Vosotros, erais dominicos de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París; otros del clero local, más un seminarista y en estado laical muchos padres de familia, una madre, dieciséis catequistas, seis militares, cuatro médicos y, un sastre. Además, campesinos, pescadores y jefes de comunidades cristianas todos, decapitados, estrangulados, quemados vivos, descuartizados, y muertos en prisión a causa de las torturas y todos juntos, negándoos a pisotear la Cruz de Cristo o admitir la falsedad de vuestra santa fe. De todos vosotros la fórmula de canonización ha puesto en relieve seis santos nombres vuestros, no porque seáis menos importantes para Dios sino, porque ellos os representan toda vuestra gloria en el cielo. El primero, Andrés Dung-Lag, catequista y después sacerdote. Tomás Tran-VanThien, asesinado a los dieciocho años y Manuel Le-Van-Phung, catequista y padre de familia. Todos ellos, vietnamitas. Entre los misioneros extranjeros los dominicos Jerónimo Hermosilla, vicario apostólico del Tonkín oriental, y Valentín de Berriochoa y el francés Jean-Théophane Vénard de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, cuyas cartas a santa Teresa de Lisieux inspiraron a rezar por las misiones de las que fue proclamada patrona junto a san Francisco Javier. Así, escribisteis la gloria de este día para la eternidad porque, todos vosotros entregasteis vuestras almas para coronadas ser con coronas de gloria y eternidad, como justo premio a vuestra increíble entrega de amor y fe; ¡oh!; Santos Andrés Dung-Lag y fieles compañeros mártires, “vivos gigantes de la fe del Dios de la Vida y de su Amor”.
24 de Noviembre Santos Andrés Dung-Lag y compañeros 117 Mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX Mártires de Vietnam
Esta memoria obligatoria de los ciento diecisiete mártires
vietnamitas de los siglos XVIII y XIX, proclamados santos por Juan Pablo
II en la plaza de San Pedro el 19 de junio de 1988, celebra a mártires
que ya habían sido beatificados anteriormente en cuatro ocasiones
distintas: sesenta y cuatro, en 1900, por León XIII; ocho, por Pío X, en
1906; veinte, en 1909, por el mismo Pío X; veinticinco, por Pío XII, en
1951.
No sólo son significativos el número insuperado en la historia de las
canonizaciones, sino también la calificación de los santos (ocho
obispos, cincuenta sacerdotes, cincuenta y nueve laicos), la
nacionalidad (noventa y seis vietnamitas; once españoles; diez
franceses, el estado religioso (once dominicos; diez de la Sociedad de
las Misiones Extranjeras de París; otros del clero local, más un
seminarista, el estado laical (muchos padres de familia, una madre,
dieciséis catequistas, seis militares, cuatro médicos, un sastre; además
de campesinos, pescadores y jefes de comunidades cristianas).
Seis de ellos fueron martirizados en el siglo XV, los demás, entre
1835 y 1862; es decir, en el tiempo del dominio de los tres señores que
gobernaban Tonkín, Annam y Cochinchina, hoy integradas en la nación de
Vietnam.
En gran parte (setenta y cinco) fueron decapitados; los restantes
murieron estrangulados, quemados vivos, descuartizados, o fallecieron en
prisión a causa de las torturas, negándose a pisotear la cruz de Cristo
o a admitir la falsedad de su fe.
De estos ciento diecisiete mártires, la fórmula de canonización ha
puesto de relieve seis nombres particulares, en representación de las
distintas categorías eclesiales y de los diferentes orígenes nacionales.
El primero, del que encontramos una carta en el oficio de lectura, es
Andrés Dung-Lac. Nació en el norte de Vietnam en 1795; fue catequista y
después sacerdote. Fue muerto en 1839 y beatificado en 1900. Otros dos
provienen del centro y del sur del Vietnam. El primero, Tomás
Tran-VanThien, nacido en 1820 y arrestado mientras iniciaba su formación
sacerdotal, fue asesinado a los dieciocho años en 1838; el otro es
Manuel Le-Van-Phung, catequista y padre de familia, muerto en 1859
(beatificado en 1909).
Entre los misioneros extranjeros son mencionados dos españoles y un
francés. El dominico español Jerónimo Hermosilla, llegado a Vietnam en
1829, vicario apostólico del Tonkín oriental, fue muerto en 1861
(beatificado en 1909); el otro dominico, el obispo vasco Valentín de
Berriochoa, que llegó a Tonkín en 1858, a los treinta y cuatro años, fue
muerto en 1861 (beatificado en 1906).
El francés Jean-Théophane Vénard, de la Sociedad de las Misiones
Extranjeras de París, llegó a Tonkín en 1854 y fue asesinado a los
treinta y dos años (beatificado en 1906): sus cartas inspiraron a santa
Teresa de Lisieux a rezar por las misiones, de las que fue proclamada
patrona junto con san Francisco Javier.
Lista de los 117 Mártires de Vietnam
1 Andrés DUNG-LAC, Sacerdote 21-12-1839 2 Domingo HENARES, Obispo O.P. 25-06-1838 3 Clemente Ignacio DELGADO CEBRIAN, Obispo O.P. 12-07-1838 4 Pedro Dumoulin BORIE, Obispo M.E.P. 24-11-1838 5 José María DIAZ SANJURJO, Obispo O.P. 20-07-1857 6 Melchor GARCIA SAMPEDRO SUAREZ, Obispo O.P. 28-07-1858 7 Jerónimo HERMOSILLA, Obispo O.P. O1-11-1861 8 Valentín BERRIOCHOA, Obispo O.P. 01-11-1861 9 Esteban Teodoro CUENOT, Obispo M.E.P. 14-11-1861 10 Francisco GIL DE FEDERICH, Sacerdote O.P. 22-O1-1745 11 Mateo ALONSO LECINIANA, Sacerdote O.P. 22-O1-1745 12 Jacinto CASTANEDA, Sacerdote O.P. 07-11-1773 13 Vicente LE OUANG LIEM, Sacerdote O.P. 07-11-1773 14 Emanuel NGUYEN VAN TRIEU, Sacerdote 17-09-1798 15 Juan DAT, Sacerdote 28-10-1798 16 Pedro LE TuY, Sacerdote 11-10-1833 17 Francisco Isidoro GAGELIN, Sacerdote M.E.P. 17-10-1833 18 José MARCHAND, Sacerdote M.E.P. 30-11-1835 19 Juan Carlos CORNAY, Sacerdote M.E.P. 20-09-1837 20 Vicente DO YEN, Sacerdote O.P. 30-06-1838 21 Pedro NGUYEN BA TUAN, Sacerdote 15-07-1838 22 José FERNANDEZ, Sacerdote O.P. 24-07-1838 23 Bernardo VU VAN DUE, Sacerdote 01-08-1838 24 Domingo NGUYEN VAN HANH (DIEU), Sacerdote O.P. 01-08-1838 25 Santiago Do MAI NAM, Sacerdote 12-08-1838 26 José DANG DINH (NIEN) VIEN, Sacerdote 21-08-1838 27 Pedro NGUYEN VAN TU, Sacerdote O.P. 05-09-1838 28 Francisco JACCARD, Sacerdote M.E.P. 21-09-1838 29 Vicente NGUYEN THE DIEM, Sacerdote 24-11-1838 30 Pedro VO BANG KHOA, Sacerdote 24-11-1838 31 Domingo TUOC, Sacerdote O.P. 02-04-1839 32 Tomás DINH VIET Du, Sacerdote O.P. 26-11-1839 33 Domingo NGUYEN VAN (DOAN) XUYEN, Sacerdote O.P. 26-11-1839 34 Pedro PHAM VAN TIZI, Sacerdote 21-12-1839 35 Pablo PHAN KHAc KHOAN, Sacerdote 28-04-1840 36 Josée DO QUANG HIEN, Sacerdote O.P. 09-05-1840 37 Lucas Vu BA LOAN, Sacerdote 05-06-1840 38 Domingo TRACH (DOAI), Sacerdote O.P. 18-09-1840 39 Pablo NGUYEN NGAN, Sacerdote 08-11-1840 40 José NGUYEN DINH NGHI, Sacerdote 08-11-1840 41 Martín TA Duc THINH, Sacerdote 08-11-1840 42 Pedro KHANH, Sacerdote 12-07-1842 43 Agustín SCHOEFFLER, Sacerdote M.E.P. 01-05-1851 44 Juan Luis BONNARD, Sacerdote M.E.P. 01-05-1852 45 Felipe PHAN VAN MINH, Sacerdote 03-07-1853 46 Lorenzo NGUYEN VAN HUONG, Sacerdote 27-04-1856 47 Pablo LE BAo TINH, Sacerdote 06-04-1857 48 Domingo MAU, Sacerdote O.P. 05-11-1858 49 Pablo LE VAN Loc, Sacerdote 13-02-1859 50 Domingo CAM, Sacerdote T.O.P. 11-03-1859 51 Pedro DOAN LONG QUY, Sacerdote 31-07-1859 52 Pedro Francisco NERON, Sacerdote M.E.P. 03-11-1860 53 Tomás KHUONG, Sacerdote T.O.P. 30-01-1861 54 Juan Teofano VENARD, Sacerdote M.E.P. 02-02-1861 55 Pedro NGUYEN VAN Luu, Sacerdote 07-04-1861 56 José TUAN, Sacerdote O.P. 30-04-1861 57 Juan DOAN TRINH HOAN, Sacerdote 26-05-1861 58 Pedro ALMATO RIBERA, Sacerdote O.P. 01-11-1861 59 Pablo TONG VIET BUONG, Laico 23-10-1833 60 Andrés TRAN VAN THONG, Laico 28-11-1835 61 Francisco Javier CAN, Catequista 20-11-1837 62 Francisco DO VAN (HIEN MINH) CHIEU, Catequista 25-06-1838 63 José NGUYEN DINH UPEN, Catequista T.O.P. 03-07-1838 64 Pedro NGUYEN DicH, Laico 12-08-1838 65 Miguel NGUYEN HUY MY, Laico 12-08-1838 66 José HOANG LUONG CANH, Laico T.O.P. 05-09-1838 67 Tomás TRAN VAN THIEN, Seminarista 21-09-1838 68 Pedro TRUONG VAN DUONG, Catequista 18-12-1838 69 Pablo NGUYEN VAN MY, Catequista 18-12-1838 70 Pedro VU VAN TRUAT, Catequista 18-12-1838 71 Agustín PHAN VIET Huy, Laico 13-06-1839 72 Nicolás BUI DUC THE, Laico 13-06-1839 73 Domingo (Nicolás) DINH DAT, Laico 18-07-1839 74 Tomás NGUYEN VAN DE, Laico T.O.P. 19-12-1839 75 Francisco Javier HA THONG MAU, Catequista T.O.P. 19-12-1839 76 Agustín NGUYEN VAN MOI, Laico T.O.P. 19-12-1839 77 Domingo Bui VAN UY, Catequista T.O.P. 19-12-1839 78 Esteban NGUYEN VAN VINTI, Laico T.O.P. 19-12-1839 79 Pedro NGUYEN VAN HIEU, Catequista 28-04-1840 80 Juan Bautista DINH VAN THANH, Catequista 28-04-1840 81 Antonio NGUYEN HUU (NAM) QUYNH, Laico 10-07-1840 82 Pietro NGUYEN KHAC Tu, Catequista 10-07-1840 83 Tomás TOAN, Catequista T.O.P. 21-07-1840 84 Juan Bautista CON, Laico 08-11-1840 85 Martín THO, Laico 08-11-1840 86 Simón PHAN DAc HOA, Laico 12-12-1840 87 Inés LE THi THANH (DE), Laica 12-07-1841 88 Mateo LE VAN GAM, Laico 11-05-1847 89 José NGUYEN VAN Luu, Catequista 02-05-1854 90 Andrés NGUYEN Kim THONG (NAM THUONG), Catequista 15-07-1855 91 Miguel Ho DINH HY, Laico 22-05-1857 92 Pedro DOAN VAN VAN, Catequista 25-05-1857 93 Francisco PHAN VAN TRUNG, Laico 06-10-1858 94 Domingo PHAM THONG (AN) KHAM, Laico T.O.P. 13-01-1859 95 Lucas PHAM THONG (CAI) THIN, Laico 13-01-1859 96 José PHAM THONG (CAI) TA, Laico 13-01-1859 97 Pablo HANH, Laico 28-05-1859 98 Emanuel LE VAN PHUNG, Laico 31-07-1859 99 José LE DANG THI, Laico 24-10-1860 100 Mateo NGUYEN VAN (NGUYEN) PHUONG, Laico 26-05-1861 101 José NGUYEN DUY KHANG, Catequista T.O.P. 06-11-1861 102 José TUAN, Laico 07-01-1862 103 José TUC, Laico 01-06-1862 104 Domingo NINH, Laico 02-06-1862 105 Domingo TORI, Laico 05-06-1862 106 Lorenzo NGON, Laico 22-05-1862 107 Pallo (DONG) DUONG, Laico 03-06-1862 108 Domingo HUYEN, Laico 05-06-1862 109 Pedro DUNG, Laico 06-06-1862 110 Vicente DUONG, Laico 06-06-1862 111 Pedro THUAN, Laico 06-06-1862 112 Domingo MAO, Laico 16-06-1862 113 Domingo NGUYEN, Laico 16-06-1862 114 Domingo NHI, Laico 16-06-1862 115 Andrés TUONG, Laico 16-06-1862 116 Vicente TUONG, Laico 16-06-1862 117 Pedro DA, Laico 17-06-1862
_______________________
O.P. : Orden de los Predicadores (Dominicos) T.O.P.: Terciario de la Orden de los Predicadores M.E.P.: Sociedad de las Misiones Extranjeras de París
¡Oh!, San Clemente, vos, sois el hijo del Dios de la Vida, su amado santo y, el tercer sucesor de San Pedro, después de Lino y Cleto, gobernando la Iglesia en imitación a vuestro único Maestro: ¡Cristo! Escribisteis una carta a los Corintios con sabios y espirituales consejos y por ella a los paganos de vuestro tiempo convertisteis. “El que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra”, escribisteis como clara verdad. Luego, fuisteis desterrado por Trajano, emperador a Crimea, en Rusia, condenándoos a trabajos forzados con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos os decían: “Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo”. San Ireneo, dice de vos que, visteis a los santos apóstoles Pedro y Pablo y tratasteis con ellos. En Crimea, a muchos paganos convertisteis y los bautizasteis. Vuestros obreros compañeros de la mina de mármol de sed sufrían, porque la fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros, pero vos, orasteis con gran fe y de pronto, apareció muy cerca, una fuente de agua cristalina, dándoos más fama de santidad y permitiéndoos conseguir más conversiones. Un día, os exigieron que adorarais a Júpiter, pero vos, dijisteis que no adorabais sino, al verdadero y único Dios, y osarrojaron al mar y, para que los cristianos no pudieran venerar vuestro cadáver, os ataron al cuello una pesa, pero, Dios jamás os abandonó y una gran ola devolvió vuestro cuerpo a la orilla, siendo recogido por San Cirilo y San Metodio, luego, llevado a Roma y recibido solemnemente. Así, marchó al cielo vuestra alma, que coronada fue, con corona de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor; ¡oh!, San Clemente; “vivo mártir de la Luz Verdadera: ¡Cristo Jesús!”.
“El que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra” Papa San Clemente I.
Oremos por nuestro actual Pontífice, para que a imitación
de San Clemente y los demás Pontífices santos que ha tenido la Iglesia
Católica, continúe guiando sabiamente a los que seguimos la santa
religión de Cristo.
Cuando los persigan no tengáis temor porque el Espíritu Santo hablará por vosotros (Jesucristo).
San Clemente fue el tercer sucesor de San Pedro (después de Lino y
Cleto) y gobernó a la Iglesia desde el año 93 hasta el 101. El año 96
escribió una carta a Los Corintios, que es el documento Papal más
antiguo que se conoce (Después de las cartas de San Pedro). En esa carta
da muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de
Roma (Entre otras cosas dice: “el que se conserva puro no se
enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y
no una conquista nuestra”.
Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea
(al sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con
otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían:
“Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de
Cristo”.
San Ireneo (que vivió en el siglo segundo) dice que Clemente vio a
los santos apóstoles Pedro y Pablo y trató con ellos. Las Actas antiguas
añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó.
Los obreros de la mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la
fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros de distancia. El
santo oró con fe y apareció allí muy cerca una fuete de agua cristalina.
Esto le dio más fama de santidad y le permitió conseguir muchas
conversiones más.
Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo
que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y
para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al
cuello un hierro pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la
orilla. San Cirilo y San Metodio llevaron a Roma en el año 860 los
restos de San Clemente, los cuales fueron recibidos con gran solemnidad
en la Ciudad Eterna, y allá se conservan.
¡Oh!, Santa María, Niña Nuestra, Vos, sois la Hija del Dios de la Vida y del Amor Su amadísima y predilecta flor Y, ¡maravilla de maravillas! que, en este día, a Vos, os presentaron Joaquín y Ana, vuestros amadísimos padres, hijos del Dios de la Vida también, y santos en el Templo de Dios, para que Vos, fuerais instruida sobre la fe de vuestros padres y supierais vuestros deberes para con Dios. Y, Él, Vuestro Padre, el “Alpha y el Omega”, desde siempre y por siempre os bendijo amorosa y eternamente por los siglos de los siglos, ¡Kejaritomene¡ Aleluya! ¡Oh!, Santa María, Niña Nuestra, “¡Viva Luz y Amor de Dios!”.
21 de noviembre La Presentación de la Santísima Virgen María en el Templo
Oración
Oh Dios, que quisiste que en este día fuese presentada en el templo
la Santísima Virgen María, morada del Espíritu Santo: suplicámoste por
su intercesión nos concedas merecer ser presentados en el templo de tu
gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Honramos hoy la Presentación en el Templo de aquella Niña de
bendición. Los orígenes de esta fiesta hay que buscarlos en una piadosa
tradición que surge en el escrito apócrifo llamado el «Protoevangelio de
Santiago». Según este documento la Virgen María fue llevada a la edad
de tres años por sus padres San Joaquín y Santa Ana. Allí, junto a otras
doncellas y piadosas mujeres, fue instruida cuidadosamente respecto la
fe de sus padres y sobre los deberes para con Dios.
Históricamente, el origen de esta fiesta fue la dedicación de la
Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén , en el año 543. Todo eso
se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI, y hasta habla de
ello el emperador Miguel Comeno en una Constitución de 1166.
Un gentil hombre francés, canciller en la corte del Rey de Chipre,
habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, en calidad de embajador ante el
Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban
esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en
Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.
Domingo 34 del tiempo ordinario: Jesucristo, Rey del Universo (B)escucharDescargarVer 1ª Lectura y Salmo Texto del Evangelio (Jn 18,33-37):En
aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús: «¿Eres tú el Rey de los judíos?».
Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han
dicho de mí?». Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los
sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?». Respondió
Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo,
mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero
mi Reino no es de aquí». Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres
Rey?». Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido
y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo
el que es de la verdad, escucha mi voz».
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«Soy Rey. (…) Todo el que es de la verdad, escucha mi voz» Rev. D. Frederic RÀFOLS i Vidal (Barcelona, España)
Hoy, Jesucristo nos es presentado como Rey del Universo. Siempre me
ha llamado la atención el énfasis que la Biblia da al nombre de “Rey”
cuando lo aplica al Señor. «El Señor reina, vestido de majestad», hemos
cantado en el Salmo 92. «Soy rey» (Jn 18,37), hemos oído en boca de
Jesús mismo. «Bendito el rey que viene en nombre del Señor» (Lc 19,14),
decía la gente cuando Él entraba en Jerusalén.
Ciertamente, la
palabra “Rey”, aplicada a Dios y a Jesucristo, no tiene las
connotaciones de la monarquía política tal como la conocemos. Pero, en
cambio, sí que hay una cierta relación entre el lenguaje popular y el
lenguaje bíblico respecto a la palabra “rey”. Por ejemplo, cuando una
madre cuida a su bebé de pocos meses y le dice: —Tú eres el rey de la
casa. ¿Qué está diciendo? Algo muy sencillo: que para ella este niñito
ocupa el primer lugar, que lo es todo para ella. Cuando los jóvenes
dicen que fulano es el rey del rock quieren decir que no hay nadie
igual, lo mismo cuando hablan del rey del baloncesto. Entrad en el
cuarto de un adolescente y veréis en la pared quiénes son sus “reyes”.
Creo que estas expresiones populares se parecen más a lo que queremos
decir cuando aclamamos a Dios como nuestro Rey y nos ayudan a entender
la afirmación de Jesús sobre su realeza: «Mi Reino no es de este mundo»
(Jn 18,36).
Para los cristianos nuestro Rey es el Señor, es
decir, el centro hacia el que se dirige el sentido más profundo de
nuestra vida. Al pedir en el Padrenuestro que venga a nosotros su reino,
expresamos nuestro deseo de que crezca el número de personas que
encuentren en Dios la fuente de la felicidad y se esfuercen por seguir
el camino que Él nos ha enseñado, el camino de las bienaventuranzas.
Pidámoslo de todo corazón, pues «dondequiera que esté Jesucristo, allí
estará nuestra vida y nuestro reino» (San Ambrosio).
¡Oh!, San Odón; vos, sois el hijo del Dios de la vida, su amado santo y, el que, honor haciendo al significado de vuestro nombre: “superior de muchos”, así lo hicisteis, la unidad siendo en la oración, la meditación y sobre todo el amor, para el camino ser, y dirigir hacia la eternidad a vuestros santos monjes, conforme visteis vos en aquella visión: vuestra alma como un vaso muy hermoso, pero de serpientes lleno, y así vos comprendisteis que debíais dedicaros a la oración y la meditación. Así, vuestra santa vida terminó, recibiendo corona de luz que brilla imperecedera, como premio justo a vuestra entrega de amor y fe. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Oh¡ San Odón; viva «guía, luz y santidad del Dios Vivo».
Gracias Señor, por los grandes santos que les has dado a
tu Iglesia. También ahora necesitamos apóstoles de esa talla. No dejes
de enviarlos, que nos están haciendo mucha falta.Orad para no caer en
tentación porque el Espíritu está pronto, pero la carne es débil
(Jesucristo).
Odón en germano significa: “superior de muchos”. Este santo
se hizo famoso porque fue el superior del monasterio más célebre de su
tiempo, el de Cluny, y porque tuvo bajo su dirección más de mil monjes
en diversos conventos.
Su nacimiento fue el fruto de muchas oraciones de sus padres, que
deseaban tener un hijo pero la esterilidad no les permitía tenerlo.
Nació el 25 de diciembre del 879.
Cuando era joven empezó a sentir terribles dolores de cabeza y ningún
médico lograba curarlo. Al fin su padre y él prometieron a Dios que se
iría de religioso si se curaba. La curación le llegó muy pronto.
Un día leyó las Reglas que San Benito hizo para sus monasterios y se
dio cuenta de que él estaba muy lejos de la santidad, y entonces pidió
ser admitido como monje en un convento de San Benito.
El año 910 fue fundado el famoso Monasterio benedictino de Cluny (en
Francia) y el fundador lo llevó a él como ayudante. Después de la muerte
del fundador quedó Odón como Superior del inmenso monasterio.
Por muchos años fue Odón el superior casi irremplazable de Cluny, y
como allí se refugiaban grandes pecadores que deseaban llevar una vida
de santidad y de penitencia, él gobernaba de manera muy rígida, porque
era necesario que quien se iba a de religioso lo hiciera con toda
seriedad. Y así logró llevar a sus religiosos a un alto grado de
santidad.
Al principio Odón se dedicaba más al estudio que a la oración, pero
en una visión, contempló que su alma era como un vaso muy hermoso pero
lleno de serpientes. Con esto comprendió que si no se dedicaba
totalmente a la oración y a la meditación no sería agradable a Dios, y
desde entonces su vida fue un orar continuo y fervoroso y un meditar
constante en temas religiosos.
Él mismo narraba que cuando era un joven monje una noche a
medianoche, en pleno invierno, mientras iba al templo a la oración, se
encontró con un mendigo que tiritaba de frío. Él le regaló su manto,
pero tuvo que tiritar también de frío durante toda la oración. Mas al
llegar a su celda se encontró con una moneda de oro sobre su cama, y con
eso compró un nuevo manto.
Odón insistía muchísimo en que se rezaran con gran fervor los salmos y
en que se observara un gran silencio en el monasterio. Y fue formando
monjes tan fervorosos que con ellos logró fundar otros 15 monasterios
más.
El Sumo Pontífice lo llamó varias veces a Roma para que le ayudara a
calmar las guerras civiles, y con su gran ascendiente y su mucha fama de
santidad lograba que se hicieran las paces entre los que guerreaban.
A veces al llegar a algunos monasterios relajados a exigir estricta
observancia fue recibido con amenazas muy serias, pero luego al
conocerlo más de cerca, los revoltosos se calmaban y se volvían sus
grandes amigos y le obedecían totalmente.
Al morir el 18 de noviembre del año 942, dejaba monasterios muy
fervorosos por muchos sitios importantes de Europa y con ello contribuyó
inmensamente al resurgimiento del espíritu religioso.
¡Oh!, Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo, vosotras sois el cúlmen de nuestra fe pues, llevan los nombres de los dos apóstoles y santos más amados del Dios de la Vida, y cuyo carisma eterno e impercedero, vive en la roca viva plasmado en gloriosos Templos, que nos recuerdan vuestra grandeza singular. Vosotras dos, sois columnas vivas de amor, fe y esperanza, al igual que lo eran y lo son vuestras vuestras santas vidas que hoy convertidos en «Templos de Amor» están, sobre vuestras tumbas, hacia la Celeste Patria apuntando, para recuerdo del hombre y del mundo y de vuestras increíbles entregas de amor y fe. Vuestras construcciónes las debemos a Nicolás Papa V y su término y consagración a Urbano Papa VIII, para la Basílica de San Pedro; y para la de San Pablo, aSan León Magno Papa y el emperador Teodosio, pero, destruida por un incendio, se construyó la nueva consagrada por Pío Nono Papa. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡oh!, Basílicas de San Pedro y San Pablo, “vivo Amor de Dios”.
18 de Noviembre Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo
Propongámonos tener siempre el más grande respeto y veneración por nuestros templos.
La actual Basílica de San Pedro en Roma fue consagrada por el
Papa Urbano Octavo el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la
consagración de la Basílica antigua. La construcción de este grandioso
templo duró 170 años, bajo la dirección de 20 Sumos Pontífices. Está
construida en la colina llamada Vaticano, sobre la tumba de San Pedro.
Allí en el Vaticano fue martirizado San Pedro (crucificándolo cabeza
abajo) y ahí mismo fue sepultado. Sobre su sepulcro hizo construir el
emperador Constantino una Basílica, en el año 323, y esa magnífica
iglesia permaneció sin cambios durante dos siglos. Junto a ella en la
colina llamada Vaticano fueron construyéndose varios edificios que
pertenecían a los Sumos Pontífices. Durante siglos fueron hermoseando
cada vez más la Basílica.
Cuando los Sumos Pontífices volvieron del destierro de Avignon el
Papa empezó a vivir en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro
(hasta entonces los Pontífices habían vivido en el Palacio, junto a la
Basílica de Letrán) y desde entonces la Basílica de San Pedro ha sido
siempre el templo más famoso del mundo.
La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho, y
133 metros de altura en su cúpula. Ocupa 15,000 metros cuadrados. No hay
otro templo en el mundo que le iguale en extensión.
Su construcción la empezó el Papa Nicolás V en 1454, y la terminó y
consagró el Papa Urbano VIII en 1626 (170 años construyéndola).
Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael,
Miguel Angel y Bernini. Su hermosura es impresionante.
Hoy recordamos también la consagración de la Basílica de San Pablo,
que está al otro lado de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro, en un sitio
llamado “Las tres fontanas”, porque la tradición cuenta que allí le fue
cortada la cabeza a San Pablo y que al cortársela cayó al suelo y dio
tres golpes y en cada golpe salió una fuente de agua (y allí están las
tales tres fontantas).
La antigua Basílica de San Pablo la habían construido el Papa San
León Magno y el emperador Teodosio, pero en 1823 fue destruida por un
incendio, y entonces, con limosnas que los católicos enviaron desde
todos los países del mundo se construyó la nueva, sobre el modelo de la
antigua, pero más grande y más hermosa, la cual fue consagrada por el
Papa Pío Nono en 1854. En los trabajos de reconstrucción se encontró un
sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción:
“A San Pablo, Apóstol y Mártir”.
Estas Basílicas nos recuerdan lo generosos que han sido los católicos
de todos los tiempos para que nuestros templos sean lo más hermoso
posible, y cómo nosotros debemos contribuir generosamente para mantener
bello y elegante el templo de nuestro barrio o de nuestra parroquia.