04 septiembre, 2022

Domingo XXIII (C) del tiempo ordinario

 

Lc 14, 25-33

“De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee no puede ser mi discípulo”.

En aquel tiempo, 25 junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: 26 «Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

28 ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? 29 No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: 30 “Este comenzó a edificar y no pudo terminar”. 31 ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? 32 Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. 33 De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús

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MEDITACIÓN

Quien se decide seguir a Cristo, ser cristiano, debe calcular bien sus fuerzas, lo que está asumiendo con todos los riesgos que implica esa decisión

El texto claramente plantea que Dios debe ser el centro de la vida del creyente y que seguir a Jesús tiene sus exigencias. Nada ni nadie pueden ser más importantes que Él. Todo queda en segundo o tercer lugar y en función a la edificación del Reino de Dios, para que Dios sea adorado y seguido siempre. Las dos parábolas aluden al cálculo y la prudencia de los hombres de este mundo. Si alguien construirá una casa, debe fijarse en lo que cuesta y calcular si será capaz de cubrir todos los gastos necesarios (incluyendo algunos imprevistos por el camino de la construcción). Y el rey que enfrentará en batalla ante sus enemigos con fuerzas disminuidas, debe calcular bien si qué le conviene, en caso de que se dé cuenta que no tendrá la victoria. Nos enseñan las parábolas que seguir a Cristo no es todo color de rosas, es un tanto duro y costoso.

Es decir, quien se decide seguir a Cristo, ser cristiano, debe calcular bien sus fuerzas, lo que está asumiendo con todos los riesgos que implica esa decisión. No sea que por el camino diga que se le estafó o no sabía que era complicado el asunto.

El evangelio de este domingo con claridad presenta la estrechez de la puerta por la que estamos llamados a pasar si queremos de verdad ser discípulos de Jesús, seguirlo. Las palabras de Jesús hasta parecen muy negativas y pueden asustarnos o espantarnos. Jesús no pide mucho, sino que todo. Nos pide en primer lugar en el orden de los afectos, que lo amemos como Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. ¿Y la familia, la propia vida, los bienes? Se los puede amar, pero de modo subordinado al amor preferencial que reclama Jesús. Para lograrlo, se debe renunciar afectivamente a todo y luego lo recuperaremos, pero ya ordenado al amor de Cristo, nos enseña a “no anteponer nada al amor de Cristo” (San Benito).

Se nos sugiere entender esta extraña sabiduría de la cruz, si la consideramos en su perspectiva dinámica y en su valor pedagógico, de ahí que se debe purificar y ordenar los amores de nuestra vida. Luego del pecado original, nuestros amores se desordenan fácilmente, pues nos apegamos más de lo debido a las personas, a las cosas y a nosotros mismos. Por ello es importante la renuncia a todo, como medio para volver a recuperarlo todo, pero ya ordenadamente en función al amor de Dios como prioridad absoluta. Ejemplo: cuando cruzamos por el control en un aeropuerto, debemos dejar a un lado todo o que llevamos para pasar por la “estrecha puerta” que detecta metales, mientras nuestras posesiones pasan por un carril donde ésta el aparato que “escanea” el equipaje; después de pasar la puerta, recuperamos nuestros bolsos con nuestras cosas ya controladas.

“Debemos preguntarnos si estamos dispuestos verdaderamente a abandonar todo y a esperar, con buen ánimo, toda la fuerza únicamente de Dios, dejando que sea él quien disponga de toda nuestra vida. Abandonar no significa huir a un desierto, sino, simplemente, soltar los dedos aferrados a cualquier cosa que considero una «pertenencia», para ofrecerle todo al Señor” (P. G. Cabra). Santo Tomás de Aquino afirmaba con claridad que el sentido de la abnegación o renuncia cristiana es subordinar el amor de sí mismo al amor de Dios (cfr. ST II-II, 26,3), porque busca poner en su verdadero lugar al “amor a sí mismo”, la abnegación es la otra cara de la moneda de la humildad.

B. Olivera decía: “la humildad es reconocerse en la verdad de Dios. La abnegación es negarse por amor y para amar. La mortificación es hacer morir la afectividad desordenada y los sentidos descarriados, ella nos despoja de esa lacra que llamamos vicio”. Jesús nos invita a vivir en la humildad y a practicar la abnegación para pasar por la puerta estrecha y nos motiva con la plenitud de vida que encontraremos del otro lado de dicha puerta. Reflexionemos sobre la calidad de nuestra vida cristiana. Supone sentir las resistencias de nuestra naturaleza herida por el pecado sin dejarse bloquear por ellas, y valorar lo que Jesús nos ofrece y orientar hacia Él nuestros deseos más profundos de plenitud humana. Así, nos quedamos en tensión: por un lado, están las inclinaciones de nuestra naturaleza y, por otro, las de la Gracia de Dios. Nos pide tomar una decisión, hacer la opción fundamental de nuestra vida. Ojalá que el amor de y por Jesús nos incline por entregarnos totalmente a Él.  La experiencia de quienes ya pasaron y saben de lo que hay más allá de esa puerta, nos anima a confiar esperando con esperanza cierta. Al pasar esa puerta, caemos en los brazos del amor de Jesús quien nos salva: “Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (EG 1).

“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado” (EG n° 2). “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso” (EG n° 3). 

Renunciar a sí mismos es para que la persona esté disponible totalmente para servir a quienes menos tienen ni pueden. La peor esclavitud es vivir sólo para sí, encerrarse en su propio y pequeño mundo, sin dejar espacio para los demás. Así, la persona no tiene lugar para los más pobres del mundo, ni para Dios, ni para gozar del cántico del amor presente en la pequeñez y sencillez de la vida. Normalmente los que se cierran en sí mismos terminan siendo quejosos, resentidos y sin vida ni alegría. Si Cristo resucitado está en nosotros, obraremos totalmente de otra manera. San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales n° 189: “Piense cada uno, que tanto se aprovechará en todas las cosas espirituales, cuanto saliere de su propio amor, querer e interés”.

 (https//:unpasoaldia.com)

 

03 septiembre, 2022

San Gregorio Magno Papa y doctor de la Iglesia

 

¡Oh!, San Gregorio Magno, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado santo y Papa, que honor hicisteis
al significado de vuestro nombre: “el Vigilante”.
Benedicto I Papa, os ordenó presbítero y más tarde
Nuncio en Constantinopla y luego, Santo Padre.
Vos, os distinguisteis por vuestra oratoria, política
tolerante, administración atinada, interés misionero,
y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Vuestra
pastoral acción, reflejada quedó en “Regla pastoral”,
“Diálogos”, “Sacramentario” y “Antifonario” y por
vuestros comentatios bíblicos, vuestra “Moralina”
y el “Epistolario”. Apenas fallecisteis de milagro
venerado fuisteis como santo y la tradición os nombró
“Patrón de los liturgistas, investigadores, y sabios”,
por vuestra erudición y “Patrón de los músicos, chantres
y cantores”, por la escuela de canto que fundasteis.
Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste,
y “Abogado de las almas del purgatorio” por las
“misas gregorianas”, símbolo hasta nuestros días.
En la iconografía se os representa con la tiara y la cruz
papal; y como uno de los cuatro grandes de Occidente
al que la tradición os conoce como “El Grande” y como
“monje”. Además una paloma, símbolo de inspiración,
una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios
y el ánima sola o varias almas del purgatorio. Y así,
y, luego de haber gastado vuestra santa vida, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona
de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor.
Santo Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores;
¡oh!, San Gregorio Magno, “vivo amor del Amor de Dios Vivo”.

© 2022 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Septiembre
San Gregorio Magno
Papa y doctor de la Iglesia

Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos que, por intercesión del papa San Gregorio Magno, concedas el Espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Gregorio significa “el Vigilante”, en Griego. Nació y murió en Roma en 540 y 604. Estudió Derecho y en 573 fue nombrado Prefecto. Como heredó la fortuna de su padre, construyó varios monasterios en Roma y se retiró al Monte Celio. Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó presbítero. Fungió como Nuncio en Constantinopla entre 579 y 586. Tres años después fue elegido Papa, misión en que se distinguió por su oratoria, política tolerante, administración atinada, interés misionero en Inglaterra y España y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Su acción pastoral se refleja en varias de sus obras: Regla pastoral, Diálogos, Sacramentario y Antifonario.

Se distinguió, también, por su obra bíblica (varios comentarios), ascética (su Moralina) y epistolar (859 cartas). Apenas muerto, fue venerado como santo y la tradición lo asumió como Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores, por su amplia erudición; de los músicos, chantres y cantores, por la escuela de canto que fundó (cantos gregorianos); Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste; y Abogado de las almas del purgatorio por las “misas gregorianas” que hasta él se hicieron remontar.

En la iconografía aparece, como todos los papas, con la tiara y la cruz papal; en calidad de Padre de la Iglesia (uno de los cuatro grandes de Occidente) al que la tradición conoce como El Grande; y como monje. Una paloma, símbolo de inspiración, una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios y el ánima sola o varias almas del purgatorio son sus atributos principales.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Gregorio_Magno_9_3.htm)

02 septiembre, 2022

San Salomón Leclercq, Mártir de la Salle

 San Salomón Leclercq

02 de Septiembre

San Salomón Leclercq, Mártir de la Salle

Guillermo Nicolás Ludovico nació en Boulogne-sur-Mer, el 14 de noviembre de 1745. Su padre fue un rico comerciante. Nicolás frecuentó la escuela comercial de los Hermanos de las Escuelas Cristianas que dirigían en aquella ciudad.

Su padre le encontró un trabajo en las cercanías de Boulogne y después lo envió a París a trabajar para un comerciante amigo suyo. El ambiente que encontró en París no le gustaba a Nicolás. Así, después de volver a Boulogne, manifestó a su padre el deseo de seguir a sus maestros.

El 25 de marzo de 1767 entró en el noviciado de Saint-Yoin, en Rouen. Pronunció los votos en 1769 y en septiembre de 1770 fue enviado a enseñar a Maréville. Hizo la profesión perpetua en 1772.

En 1777 fue nombrado «procurador» de aquella casa que, entre la escuela, los alumnos internos, las personas que recibían formación y un sector para casos difíciles enviados por el tribunal, llegaba a contar cerca de 1000 personas. En 1787 participó en el capítulo general, siendo nombrado secretario del mismo. Al terminar los trabajos capitulares fue llamado a desempeñar la misma función a las órdenes directas del superior general.

En 1791, en mitad de los años turbulentos de la revolución, los Hermanos fueron obligados a abandonar sus casas. El Hermano Salomón se vistió de civil con la esperanza de pasar inobservado, y se quedó a custodiar la casa donde estaba el consejo general de la congregación.

El 15 de agosto de 1792, los guardias invadieron la casa de la rue Neueve, lo arrestaron y lo condujeron al convento, transformado en prisión, de los carmelitas de la rue Vaugirard. El 2 de septiembre fue ajusticiado en los escalones del jardín interno del convento por haberse negado a jurar fidelidad a la Constitución civil del clero.

El Hermano Salomón, junto a otros 190 compañeros mártires, fue beatificado por el Papa Pio XI, el 17 de octubre de 1926.

(https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=770)

 

01 septiembre, 2022

San Gil, Abad, Anacoreta y Abogado de los pecadores


 

¡Oh!, San Gil, vos, sois el hijo del Dios del Dios de la Vida,
abogado de los pecadores y su amado santo, y, el mismo que,
honor hicisteis al significado de vuestro nombre: “El Protegido”.
El Ródano de vos, sabe tanto como lo de ermitaño y anacoreta
que fuisteis, pues, así, amar al Dios vivo elegisteis.
Muchos milagros se os atribuyen a lo largo de vuestra vida.
En el Medioevo, se os llamó: “de los pecadores abogado”,
porque, contribuisteis a que, Carlos rey, convertido fuera.
“Protector de los pobres, tullidos y arqueros”, porque,
a los pobres y enfermos amabais, hasta que una flecha, más
que de «dolor de amor» os hirió. “Abogado contra el miedo
y el incubo”, por ayudar a una cierva en peligro de muerte
y “Defensor contra las enfermedades del cáncer y la epilepsia”.
Hoy, entre nosotros estáis, como anacoreta pintado y orlado
con la cierva, lirio, flecha clavada en el brazo, dos puertas
y un mensaje celeste. Una inscripción dice: “San Gil, monje
de Carracedo, abad de San Martín de Castañeda y eremita
en Casayo”. También en el pueblo de Galende, a orillas
del lago de Sanabria, recibís un fervoroso culto, en una
ermita que os dedicaron y que fue erigida en gratitud por
un gran favor otorgado a un vecino del pueblo, quien,
hallándose completamente ciego, recobró la vista, luego
de encomendaros a vos. De aquí proviene que se os invoque
de manera especial en esta enfermedad. Por todo ello y más,
bien ganado tenéis hoy, el cielo, donde estáis coronado
de luz eterna, como premio; a vuestro grande amor y fe;
¡oh!, San Gil, “viva luz del Dios de la Vida y del Amor”.

© 2022 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1º de Septiembre
San Gil o Egidio
Abad y Anacoreta

San Gil fue un monje medieval, formado en Carracedo -tal vez a la sombra de San Florencio a mediados del siglo XII- enviado más tarde a San Martín de Castañeda seguramente para reformar la vida monástica en aquel monasterio. Allí permaneció algunos años, hasta que lo destinaron a un priorato propio del monasterio, llamado Santa Cruz de Casayo, sito en plena montaña entre Galicia y León.

Allí permaneció varios años, atendiendo a los fieles que vivían en aquellos contornos, pero sintiendo fuerte el carisma de la vida eremítica, con permiso de sus superiores, se retiró a la aspereza de las montañas contiguas, en compañía de otro monje, donde vivieron de ermitaños, cada cual en su propia ermita, a escasa distancia uno de otro.

Hay algunos autores que admiten, en los últimos años de su vida, la intervención de una sierva, compañera inseparable del santo, que sin duda le proporcionaba alimento como su leche, como sucedió al santo del mismo nombre. Así lo afirma el principal biógrafo del santo, fray Ambrosio Alonso, monje orensano, abad de distintos monasterios y por fin general reformador de la orden, quien afirma: “Hallándose varios casos paralelos recibidos sin contradicción en las Actas de diferentes santos, y no hallándose particular dificultad en que Dios honrase a nuestro santo con la repetición de este suceso, en donde tanto abundaba y aún abunda la especia de estos brutos; bien podemos dejarle poseer de buena fe su cierva”.

Ambos solitarios perseveraron en el nuevo estado de vida, hasta que Dios llamó para sí a San Gil, y su compañero dejó constancia de su vida en una inscripción que durante siglos se conservó en la ermita. No es posible concretar fechas sobre la existencia y desarrollo de la vida del santo. Podemos situar su existencia en la segunda mitad del siglo XII y la primera del XIII. Quien más ha profundizado en su vida fue el citado monje de Carracedo, fray Ambrosio Alonso, aunque tiene grandes lagunas.

En el siglo XVI, un sacerdote de Casayo, queriendo honrar mejor la memoria de San Gil, derribó la capilla primitiva -la misma que el santo había edificado- y levantó otra más suntuosa, que es la que, con notables reformas posteriores ha llegado hasta nosotros. Los monjes de Carracedo lo han venerado como uno de sus santos más distinguidos. Su imagen, un relieve con la efigie del santo, está vestida con el hábito blanco de los monjes cistercienses. Una inscripción dice: “San Gil, monje de Carracedo, abad de San Martín de Castañeda y eremita en Casayo”. Hoy se halla este relieve en la ermita de San Roque en Cacabelos.

También en el pueblo de Galende, en las inmediaciones del lago de Sanabria, recibe fervoroso culto, en una ermita que le está dedicada. Fue erigida en agradecimiento por un gran favor otorgado a un vecino del pueblo, quien, hallándose completamente ciego, recobró la vista, luego de encomendarse al santo. De aquí proviene que se le invoque de manera especial en esta enfermedad.

(https://www.aciprensa.com/recursos/biografia-3256)

31 agosto, 2022

San Ramón Nonato, Patrono de las Embarazadas y las Parturientas

 


 

¡Oh!, San Ramón Nonato; vos, sois el hijo del Dios de la Vida,
y su amado santo, y, a pesar de que, vuestro nombre significa:
“no-nacido” obró Dios, para asombro de la gente de aquellos
tiempos, y claro, del nuestro también. Muerta vuestra madre
vos, extraído fuiste de su santo vientre y sin los cuidados
y el amor de una madre; amor y devoción por Nuestra Señora
mostrasteis en la ermita de san Nicolás. Fiel amigo de San
Pedro Nolasco, quien os contagió la viva idea de “abandonar
el mundo” y entrar al clero, conjuntamente con María, la misma
que os pidió que ingreséis en la Orden de la Merced. Y, así
fue, haciendo el cuarto voto mercedario que es “la redención
de los cautivos y servir de rehén”. En el norte del África
predicasteis y, allí mismo brindasteis consuelo, curasteis,
y disteis paciencia y fortaleza a los cautivos de los piratas
berberiscos. Vos mismo, soportasteis la cárcel y la tortura,
pues, vuestra boca cerrada fue con candado para impediros
vuestra predicación santa. Por vuestros méritos y virtuosa
vida Cardenal os nombraron pero, Dios Padre, os llamó
de este mundo para coronaros con corona de luz y eternidad
por vuestro amor y fe. Más tarde, una mula ciega “decidió”
entre los hermanos mercedarios y los nobles señores de Cardona
dónde, vuestros restos descansarían. ¡Y, milagro de milagros!,
paró ella, ante la ermita de San Nicolás de Portell. ¡Aleluya!
Santo Patrono de todas las parturientas del orbe de la tierra;
¡Oh!, San Ramón Nonato, “vivo Amor por los cautivos del Dios Vivo”.

© 2022 Luis Ernesto Chacón Delgado
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31 de agosto
San Ramón Nonato
Cardenal
Patrón de las parturientas

Martirologio Romano: En Cardona, de Cataluña, san Ramón Nonato, que fue uno de los primeros socios de san Pedro Nolasco en la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, y es tradición que, por el nombre de Cristo, sufrió mucho para la redención de los cautivos (c. 1240).

Fecha de canonización: Fue canonizado en 1657 por el Papa Alajandro VII

Nació en los mismos comienzos del siglo XIII. Su nombre deja boquiabierto a quien lo oye o lo lee por primera vez. Nonnato -Nonato por más breve- sugiere a un santo sólo potencial; como si la palabra fuera un slogan publicitario que estuviera invitando a quien lo lee o escucha a que se decidiera a iniciar una programa que acabara con la santidad del guión preestablecido. De hecho, significa no-nacido. ¿Pretenderá decir el extraño nombre que, por no haber nacido todavía el santo que rellene el expediente completo de sus cualidades y virtudes, está como esperando la Iglesia a que haya uno que se decida de una vez a reproducirlas? Eso sería, lógicamente, confundir la santidad como algo que brota de la voluntad y decisión humana, cuando ella es en verdad el resultado de la acción del Espíritu Santo con quien se coopera libremente. Sería sencillamente pelagianismo.

El calificativo -que ha pasado ya a ser nombre- le viene a Ramón por el hecho de haber sido sacado del claustro materno, por medio de una intervención quirúrgica, cuando ya había muerto su madre. Por eso no nació como nacen normalmente los niños, lo extrajeron. Fue en Portell, en Lérida, cuando se iniciaba el siglo XIII.

La buena y alta situación de su padre le posibilitó crecer en buen ambiente y formación, aunque sin el cariño y los cuidados de una madre. Cuentan de su primera juventud la devoción especialísima a la santísima Virgen que le llevaba con frecuencia a visitar la ermita de san Nicolás donde pasaba ratos mientras sus rebaños pastaban. Luego su padre quiso irlo incorporando poco a poco a las tareas de administración de sus posesiones y esa fue la razón por la que se le encuentra en Barcelona en el intento de aprender letras y números. Allí tuvo ocasión de trabar amistad con Pedro Nolasco -que por aquel entonces era comerciante- y de compartir mutuamente los deseos de fidelidad a la fe cristiana vivida con radicalidad, llegando incluso a considerar la posibilidad de entrar en el estado clerical.

Como el padre disfruta de un gran sentido práctico, lo reincorpora al terruño de Portell y le encarga la explotación de varias de sus fincas. Pero, sigue diciendo la antigua crónica, que la misma Virgen María le comunica su deseo de que ingrese en la recién fundada Orden de la Merced y allí está de nuevo en Barcelona puesto a disposición completa en las manos de su antes amigo Pedro Nolasco.

Noviciado, profesión, ordenación sacerdotal y ministerio en el hospital de santa Eulalia se suceden con la normalidad propia de quien tiene prisa para cumplir el cuarto voto mercedario consistente en redimir a los cautivos y servir de rehén en su lugar si procede.

En el norte del continente negro predica, consuela, cura, fortalece, atiende y transmite paciencia a los cautivos de los piratas berberiscos; comprende bien su situación y se hace cargo de que están rodeados de todos los peligros para su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar cárcel y la tortura de que sellaran sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación.

A su vuelta a España entre el clamor de las multitudes, lo nombra Cardenal de la Iglesia el papa Gregorio IX, reconociendo sus méritos y virtud de la caridad practicada de modo heroico; pero no le dio tiempo a llegar a Roma por morir, antes de cumplir los cuarenta años, cuando se disponía a hacerlo.

Por el empeño de hacerse cargo de su cuerpo tanto los frailes mercedarios como los nobles señores de Cardona, decidieron de común acuerdo darle sepultura allá donde lo decidiera una mula ciega que lo llevó a lomos hasta que quiso pararse ante la ermita de San Nicolás, de Portell.

Desaparecieron las reliquias, irrecuperables ya para la veneración, en el año 1936.

Lo que no ha sido relegado al olvido por sus paisanos es la figura del santo y su acción caritativa. Esa devoción secular que se refleja incluso en las fiestas y en el folklore. No digamos nada sobre la devoción que le profean todas las parturientas que lo tienen como especial patrón para su trance.

Se divulgó por el mundo la pintura que lo muestra con la Custodia en la mano derecha expresando así la fuente de su caridad con los hombres.

(http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=715)

30 agosto, 2022

Santa Rosa de Lima “Rosa de Santa María” Patrona del Perú, América y las Filipinas

 Santoral del 30 de Agosto; Santa Rosa de Lima. Patrona de América y también  de la ciudad de Villaguay | Noticia sin Anestesia

 

¡Oh!, Santa Rosa de Lima, vos, sois la hija del Dios de la Vida,
su amada santa, y, que, entregada a los pobres y enfermos
a vuestra madre terrena le respondisteis: “Cuando servimos
a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos
cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos
servimos a Jesús”. Vuestra vida de piedad y de virtud, halló
conforte cuando vestisteis el hábito de la Orden de Santo
Domingo, dedicándoos a la oración, la penitencia, la mística
y la contemplación. Por modelo de santidad a Santa Catalina
de Siena tomasteis a pesar de la oposición y de las burlas
de vuestros padres y amigos. De vuestro corazón, desterrasteis
el amor propio, aplastando así vuestro orgullo; con la humildad,
la obediencia y la abnegación imitabais a Cristo. Jamás
a vuestros padres desobedecisteis y, en silencio, días enteros
la incomprensión sufristeis en el huerto que tanto amabais.
Trabajabais y cosíais en ayuda de vuestra familia, y, a la par
contra las propuestas de matrimonio luchabais prefiriendo
hacer votos de virginidad a Dios, a quien os habíais consagrado
desde siempre, tanto que, llevabais sobre la cabeza, corona
de espinas por amor a Él. Y, cuando de Él, hablabais, cambiaba
vuestro tono de voz y vuestro rostro, se inflamaba reflejando
el sentimiento de vuestra alma y vuestro corazón. Y, era más,
cuando os hallabais en presencia del Santísimo Sacramento,
y cuando estabais en plena comunión con Él. Dios, permitió que
sufrieses mucho, y que, vuestros amigos os persiguieran
y vuestra alma, sumida en desolación espiritual quedase, para
provecho del maligno que aprovechaba para molestaros cada
vez, con tentaciones violentas. “Oíd pueblos, oíd, todo género
de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su
misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer
aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para
conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la
gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma”.
“¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia,
qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas
esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias!
Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en
buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en
busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de
aventuras, por conseguir el tesoro último de la constancia en
el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos
que le caen en suerte, si conocieran las balanzas donde se
pesan para repartirlos entre los hombres.” Así, escribisteis vez
alguna. Y, vos, que habíais padecido tanto a lo largo de vuestra
santa vida, en vuestros últimos momentos de vida dijisteis:
“Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la
misma medida tu amor”. ¡Y, Dios os escuchó! Y, así, y luego
de haber gastado vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona de luz, como premio
justo a vuestra increíble entrega de amor. ¡Aleluya ¡ ¡Aleluya!
Santa Patrona del Perú, de la América toda y de las Filipinas;
¡Oh!, Santa Rosa de Lima, “viva rosa de amor del Dios de la Vida”.

© 2022 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de agosto
Santa Rosa de Lima
“Rosa de Santa María”
Patrona del Perú, América
y las Filipinas

El día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, Santa Rosa de Lima le contestó: “Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús”.-(Catecismo de la Iglesia Católica, 2449).

Nació en Lima (Perú) el año 1586; cuando vivía en su casa, se dedicó ya a una vida de piedad y de virtud, y, cuando vistió el hábito de la tercera Orden de santo Domingo, hizo grandes progresos en el camino de la penitencia y de la contemplación mística. Murió el día 24 de agosto del año 1617.

Biografía

Rosa de Lima, la primera santa americana canonizada, nació de ascendencia española en la capital del Perú en 1586. Sus humildes padres son Gaspar de Flores y María de Oliva. Aunque la niña fue bautizada con el nombre de Isabel, se la llamaba comúnmente Rosa y ése fue el único nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio. Rosa tomó a Santa Catalina de Siena por modelo, a pesar de la oposición y las burlas de sus padres y amigos. En cierta ocasión, su madre le coronó con una guirnalda de flores para lucirla ante algunas visitas y Rosa se clavó una de las horquillas de la guirnalda en la cabeza, con la intención de hacer penitencia por aquella vanidad, de suerte que tuvo después bastante dificultad en quitársela. Como las gentes alababan frecuentemente su belleza, Rosa solía restregarse la piel con pimienta para desfigurarse y no ser ocasión de tentaciones para nadie.

Una dama le hizo un día ciertos cumplimientos acerca de la suavidad de la piel de sus manos y de la finura de sus dedos; inmediatamente la santa se talló las manos con barro, a consecuencia de lo cual no pudo vestirse por sí misma en un mes. Estas y otras austeridades aún más sorprendentes la prepararon a la lucha contra los peligros exteriores y contra sus propios sentidos. Pero Rosa sabía muy bien que todo ello sería inútil si no desterraba de su corazón todo amor propio, cuya fuente es el orgullo, pues esa pasión es capaz de esconderse aun en la oración y el ayuno. Así pues, se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

Aunque era capaz de oponerse a sus padres por una causa justa, jamás los desobedeció ni se apartó de la más escrupulosa obediencia y paciencia en las dificultades y contradicciones. Rosa tuvo que sufrir enormemente por parte de quienes no la comprendían. El padre de Rosa fracasó en la explotación de una mina, y la familia se vio en circunstancias económicas difíciles. Rosa trabajaba el día entero en el huerto, cosía una parte de la noche y en esa forma ayudaba al sostenimiento de la familia. La santa estaba contenta con su suerte y jamás hubiese intentado cambiarla, si sus padres no hubiesen querido inducirla a casarse. Rosa luchó contra ellos diez años e hizo voto de virginidad para confirmar su resolución de vivir consagrada al Señor.

Al cabo de esos años, ingresó en la tercera orden de Santo Domingo, imitando así a Santa Catalina de Siena. A partir de entonces, se recluyó prácticamente en una cabaña que había construido en el huerto. Llevaba sobre la cabeza una cinta de plata, cuyo interior era lleno de puntas sirviendo así como una corona de espinas. Su amor de Dios era tan ardiente que, cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma. Ese fenómeno se manifestaba, sobre todo, cuando la santa se hallaba en presencia del Santísimo Sacramento o cuando en la comunión unía su corazón a la Fuente del Amor.

Extraordinarias pruebas y gracias

Dios concedió a su sierva gracias extraordinarias, pero también permitió que sufriese durante quince años la persecución de sus amigos y conocidos, en tanto que su alma se veía sumida en la más profunda desolación espiritual. El demonio la molestaba con violentas tentaciones. El único consejo que supieron darle aquellos a quienes consultó fue que comiese y durmiese más. Más tarde, una comisión de sacerdotes y médicos examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.

Rosa pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño. Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: “Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor”. Dios la llamó a Sí el 24 de agosto de 1617, a los treinta y un años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para transportar su cuerpo al sepulcro.

El Papa Clemente X la canonizó en 1671

Aunque no todos pueden imitar algunas de sus prácticas ascéticas, ciertamente nos reta a todos a entregarnos con mas pasión al amado, Jesucristo. Es esa pasión de amor la que nos debe mover a vivir nuestra santidad abrazando nuestra vocación con todo el corazón, ya sea en el mundo, en el desierto o en el claustro.

De los escritos de santa Rosa de Lima

“El salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad:
“¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación. Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. Que nadie se engañe: esta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!”.

“Oídas estas palabras, me sobrevino un impetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen: “Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma.”

“Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad se había de ir por el mundo, dando voces:

“¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conocieran las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres.”

Bibliografía
Butler, Vida de los Santos

(http://www.corazones.org/santos/rosa_lima.htm)

29 agosto, 2022

El Martirio de San Juan Bautista

 

 

¡Oh!, San Juan Bautista, vos, sois el hijo del Dios de la Vida,
su amado santo y al que arrestaron y encadenaron por
órdenes de Herodes y por intrigas de Herodías, mujer de
Filipo, su hermano, con quien, el infeliz reyezuelo hacía
vida de escándalo y de burla. Vos, entonces le dijisteis a él:
“No te está permitido tener la mujer de tu hermano”.
Y, por ello, Herodías, os aborrecía a muerte, y mataros
quería, pero a la vez no podía, pues el rey os temía
por ser hombre justo y santo, y os protegía, porque
al oiros, impresionado quedaba y os escuchaba con gusto.
Un día, Herodes, años cumplió y en pleno banquete, la hija
de Herodías danzó, y gustó mucho al reyezuelo y a sus
invitados. Y, entonces le dijo a la danzante: “Pídeme
lo que quieras y te lo daré. Te daré lo que me pidas,
hasta la mitad de mi reino”. Y, ella, consultó a su madre:
“¿Qué voy a pedir?”. Y, ella le dijo: “La cabeza de Juan
el Bautista”. Y, ésta a su vez sin inmutarse, le dijo al rey:
“Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la
cabeza de Juan el Bautista”. Y, el rey de mucha tristeza
se llenó, y al instante mandó que le trajeran vuestra
santa cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha,
y ésta, a su madre. Vuestra vida toda, giró en torno
a la Persona de Jesús, de manera que sin Él, vuestra
existencia y vuestra tarea, vana hubiera sido. Pero,
Él, os santificó desde el vientre materno, y vos, aquél
día, saltasteis entusiasmado dentro del vientre de vuestra
madre Santa Isabel, hasta encumbraros hacia la gloria
misma de Dios Padre, que os premió, con corona de luz
y eternidad como premio justo a vuestra entrega de amor.
Vos, moristeis como mártir de vuestro deber, pues pusisteis
en práctica lo que el profeta Isaías hizo a los predicadores:
“Cuidado: no vayan a ser perros mudos que no ladran
cuando llegan los ladrones a robar”. ¡Aleuya! ¡Aleluya!
¡Oh!, San Juan Bautista, “vivo precursor del Dios Vivo y eterno”.

© 2022 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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29 de Agosto
El Martirio de San Juan Bautista
Año 30

Señor: Te rogamos por tantas parejas que viven sin casarse y en pecado. Perdónales y concédeles la verdadera conversión. Y te suplicamos que nunca dejes de enviarnos valientes predicadores, que como Juan Bautista no dejen a los pecadores estar tranquilos en su vida de pecado por que los puede llevar a la perdición, y que despierten las conciencias de sus oyentes para que cada uno prefiera morir antes que pecar.

El evangelio de San Marcos nos narra de la siguiente manera la muerte del gran precursor, San Juan Bautista: “Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista, y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre. Porque Juan le decía a Herodes: “No le está permitido irse a vivir con la mujer de su hermano”. Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto”.

“Pero llegó el día oportuno, cuando Herodes en su cumpleaños dio un gran banquete a todos los principales de la ciudad. Entró a la fiesta la hija de Herodías y bailó, el baile le gustó mucho a Herodes, y le prometió con juramento: “Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino”.

La muchacha fue donde su madre y le preguntó: “¿Qué debo pedir?”. Ella le dijo: “Pida la cabeza de Juan Bautista”. Ella entró corriendo a donde estaba el rey y le dijo: “Quiero que ahora mismo me des en una bandeja, la cabeza de Juan Bautista”.

El rey se llenó de tristeza, pero para no contrariar a la muchacha y porque se imaginaba que debía cumplir ese vano juramento, mandó a uno de su guardia a que fuera a la cárcel y le trajera la cabeza de Juan. El otro fue a la prisión, le cortó la cabeza y la trajo en una bandeja y se la dio a la muchacha y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse los discípulos de Juan vinieron y le dieron sepultura (S. Marcos 6,17).

Herodes Antipas había cometido un pecado que escandalizaba a los judíos porque esta muy prohibido por la Santa Biblia y por la ley moral. Se había ido a vivir con la esposa de su hermano. Juan Bautista lo denunció públicamente. Se necesitaba mucho valor para hacer una denuncia como esta porque esos reyes de oriente eran muy déspotas y mandaban matar sin más ni más a quien se atrevía a echarles en cara sus errores.

Herodes al principio se contentó solamente con poner preso a Juan, porque sentía un gran respeto por él. Pero la adúltera Herodías estaba alerta para mandar matar en la primera ocasión que se le presentara, al que le decía a su concubino que era pecado esa vida que estaban llevando. Cuando pidieron la cabeza de Juan Bautista el rey sintió enorme tristeza porque estimaba mucho a Juan y estaba convencido de que era un santo y cada vez que le oía hablar de Dios y del alma se sentía profundamente conmovido. Pero por no quedar mal con sus compinches que le habían oído su tonto juramento (que en verdad no le podía obligar, porque al que jura hacer algo malo, nunca le obliga a cumplir eso que ha jurado) y por no disgustar a esa malvada, mandó matar al santo precursor.

Este es un caso típico de cómo un pecado lleva a cometer otro pecado. Herodes y Herodías empezaron siendo adúlteros y terminaron siendo asesinos. El pecado del adulterio los llevó al crimen, al asesinato de un santo.

Juan murió mártir de su deber, porque él había leído la recomendación que el profeta Isaías hace a los predicadores: “Cuidado: no vayan a ser perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar”. El Bautista vio que llegaban los enemigos del alma a robarse la salvación de Herodes y de su concubina y habló fuertemente. Ese era su deber. Y tuvo la enorme dicha de morir por proclamar que es necesario cumplir las leyes de Dios y de la moral. Fue un verdadero mártir.

Una antigua tradición cuenta que Herodías años más tarde estaba caminando sobre un río congelado y el hielo se abrió y ella se consumió hasta el cuello y el hielo se cerró y la mató. Puede haber sido así o no. Pero lo que sí es histórico es que Herodes Antipas fue desterrado después a un país lejano, con su concubina. Y que el padre de su primera esposa (a la cual él había alejado para quedarse con Herodías) invadió con sus Nabateos el territorio de Antipas y le hizo enormes daños. Es que no hay pecado que se quede sin su respectivo castigo.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Juan_Bautista_Martirio.htm)