04 enero, 2025

San Manuel González García SD Obispo

 

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04 de enero
San Manuel González García
Obispo
 
Cada 4 de enero la Iglesia recuerda a San Manuel González García, sacerdote diocesano español, arcipreste de Huelva; luego obispo de Málaga y, posteriormente, de Palencia. Es considerado una de las figuras más importantes del renacimiento eucarístico de la Iglesia en los últimos tiempos.
Fue amigo personal de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, y conoció a San Rafael Arnaiz, célebre monje trapense.
 
Una vida de cara al Sagrario
 
Manuel nació en Sevilla (España), el 25 de febrero de 1877. Se le reconoce como a un auténtico pastor, preocupado por el fortalecimiento espiritual de los fieles. Su espíritu inquieto e innovador lo condujo a fundar la Unión Eucarística Reparadora, un movimiento religioso para seglares, integrado por las “Marías de los Sagrarios” y los “Discípulos de San Juan”, cuyos miembros se consagran a la veneración del Santísimo Sacramento con el fin de reparar con la oración los pecados de la humanidad.
 
Para los sacerdotes creó la asociación de los Misioneros Eucarísticos Diocesanos y para las religiosas las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. A San Manuel González García se le ha llamado “Obispo del Sagrario Abandonado” o el “Apóstol de los Sagrarios Abandonados”, no por casualidad. 
 
Lamentablemente en los tiempos modernos muchos católicos han perdido conciencia de la importancia de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, así como de la comunión frecuente o de la oración de adoración frente al Santísimo Sacramento.
 
Pastores como San Manuel González García contribuyen con su ejemplo e inspiran a los fieles a recuperar el amor y la devoción a la Eucaristía, que no es sino la vuelta al núcleo fundamental de nuestra fe e identidad católicas: Dios está realmente presente en medio de su pueblo para congregarlo y alimentarlo.
 
Pastor a carta cabal
 
Monseñor González García fue un autor prolífico, autor de obras teológicas, pastorales y devocionales; sus trabajos publicados llegan a superar la treintena, casi todos ellos orientados a la formación espiritual y la vida apostólica, con un acento particular en el laicado, considerado protagonista de la vida y crecimiento de la Iglesia católica.
 
Su obra Lo que puede un cura hoy ha sido reeditada once veces y sigue siendo de provecho espiritual para los seminaristas y sacerdotes hasta la actualidad. En 1932 se editó un volumen denominado Arte y liturgia, en el que se recopilan tres de sus textos más importantes: Mi sagrario y mi secreto (1922); Arte y altar (1928); y La pedagogía de la misa (1930).
 
Siendo obispo de Málaga padeció la persecución contra la Iglesia Católica en tiempos de la guerra civil española. Tras el conflicto, abogó por la recristianización de España.
 
Legado de fe: siempre cerca de la Eucaristía
 
San Manuel González García falleció en el Sanatorio del Rosario, en Madrid, el 4 de enero de 1940. Fue beatificado en 2001 por San Juan Pablo II y canonizado en 2016 por el Papa Francisco.
Sus restos se conservan en la Capilla del Sagrario de la Catedral de Palencia. Allí, sobre la lápida de su tumba, puede leerse el siguiente epitafio -dictado por él mismo-, testimonio clarísimo de aquello que movió su corazón:​
 
«Pido ser enterrado junto a un Sagrario,
para que mis huesos, después de muerto,
como mi lengua y mi pluma en vida,
estén siempre diciendo a los que pasen:
¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!.
Madre Inmaculada, san Juan, santas Marías,
llevad mi alma a la compañía eterna
del Corazón de Jesús en el cielo». (ACI prensa).

03 enero, 2025

El Santísimo Nombre de Jesús

 Imagen

   

¡Oh!, Santísimo y Gloriosísimo Nombre de Jesús;
¿Quién más sino Vos, para llevar ese Santísimo
Nombre? ¡Nadie, más que Vos! ¡Maravilloso Nombre!
Vuestro Amadísimo Padre, os lo dio, para vivo
y sempiterno recuerdo de todas las bendiciones que
recibimos de Vos, a cada nada, pues él, nos ayuda
en nuestras espirituales y corporales necesidades, gracias
a Vuestra promesa: “En mi nombre expulsarán demonios,
hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes
en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño;
impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán
bien”. Y, vuestros Apóstoles así, lo hicieron dando
fuerza a los lisiados, vida a los muertos, consuelo
en las aflicciones espirituales y recordándole al justo
el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero
de Dios. También Vuestro Santísimo Nombre, nos protege
de Satanás y de sus engaños, pues él teme Vuestro
Nombre: ¡Jesús!, porque lo vencisteis en la Cruz.
Además, con Vuestro Nombre obtenemos toda bendición
y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Vos, mismo
dijisteis: “lo que pidáis al Padre, os lo dará en
mi nombre”. Y, la Iglesia, todas sus plegarias las
concluye, así: “Por Jesucristo Nuestro Señor” ¡Amén!
¡Bendito el Santísimo Nombre de “Jesús” ahora y siempre!
¡Oh!, Santísimo y Gloriosísimo Nombre de “Jesús”, Amado del Padre.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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03 de Enero

El Santísimo Nombre de Jesús

Cada 3 de enero la Iglesia celebra el Día del Santísimo Nombre de Jesús. “Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia”, decía San Bernardino de Siena.

El nombre “Jesús” es la forma latina del griego “Iesous”, que a su vez es la transliteración del hebreo “Jeshua” o “Joshua”, o también “Jehoshua”, que significa “Yahveh es salvación”.

La aparición de la veneración al Santísimo Nombre de Jesús se remite a las celebraciones litúrgicas del siglo XIV. San Bernardino de Siena, en el siglo XV, junto a sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús, y un siglo después, hacia 1530, el Papa Clemente VII concedió por primera vez a la Orden Franciscana la autorización para la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.

En su tiempo, San Bernardino solía llevar una tablilla que mostraba la Eucaristía con rayos saliendo de ella en la que se podía ver el monograma “IHS”, abreviación del Nombre de Jesús en griego (ιησουσ). Más adelante, la tradición devocional le añade un nuevo sentido a dicho monograma, convirtiéndolo en un “cristograma”: «I» por “Iesus” (Jesús); «H» por Hominum (de los hombres); «S» por “Salvator» (Salvador). Es decir IHS quiere decir “Jesús, Salvador de los hombres”. Nuevos sentidos se añadirán posteriormente.

San Ignacio de Loyola y los jesuitas hicieron de este monograma el emblema de la Compañía de Jesús.

El Nombre de Jesús, invocado con confianza:

  • Brinda ayuda en las necesidades corporales, según la promesa de Cristo: «En mi nombre agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien» (Mc. 16,17-18). En el Nombre de Jesús, los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hch. 3,6; 9,34) y vida a los muertos (Hch. 9,40).
  • Da consuelo en las pruebas espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador el «padre del hijo pródigo» y el buen samaritano; al justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.
  • Nos protege de Satanás y sus artimañas, ya que el diablo le teme al Nombre de Jesús, quien lo ha vencido en la Cruz.
  • En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: «lo que pidan al Padre se los dará en mi nombre.» (Jn. 16,23). Por lo tanto, la Iglesia concluye todas sus oraciones con las palabras: «Por Jesucristo Nuestro Señor», etc. Así se cumple la palabra de San Pablo: «Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos.» (Flp. 2,10).

  • (https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-el-dia-del-santisimo-

02 enero, 2025

San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno, Doctores de la Iglesia

 

 San Basílio y San Gregorio

  

 ¡Oh!, San Basilio, vos, sois el hijo del Dios de la Vida,
su amado santo y llamado con justa razón «el asceta del
desierto», y que, en “Constituciones” vuestro famoso libro
las reglas volcasteis más elevadas para la santidad
alcanzar en la vida religiosa. Amado como erais por todos
cristianos, judíos y paganos, San Gregorio dijo de vos: “Cada
vez que leo un escrito de Basilio, siento que el Espíritu
Santo transforma mi alma”. Decía ello, porque vuestros escritos
poseen «unción”, que conmueven al que los lee. Decíais vos:
“Óyeme cristiano que no ayudas al pobre: tú eres un verdadero
ladrón. El pan que no necesitas le pertenece al hambriento.
Los vestidos que ya no usas le pertenecen al necesitado.
El calzado que ya no empleas le pertenece al descalzo.
El dinero que gastas en lo que no es necesario es un robo
que le estás haciendo al que no tiene con que comprar lo que
necesita. Si pudiendo ayudar no ayudas, eres un verdadero
ladrón”. ¡Y, bien dicho, porque hay de todo en la viña
del Señor! Trabajabais y escribíais sin cesar. La gente
decía: “El obispo Basilio predica a todas horas: en las
misas, en las reuniones, en las catequesis, y cuando no
está hablando con sus labios, está predicando con las buenas
obras que hace en favor de los demás”. Y, así, y luego
de haber gastado vuestra vida en buena lid, voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona de luz, como
justo premio a vuestra entrega de amor increíble y de fe.
San Gregorio Niacianceno, Arzobispo de Constantinopla,
dijo en su discurso el día de vuestro entierro: “Basilio
santo, nació entre los santos. Basilio pobre vivió pobre
entre los pobres. Basilio, hijo de mártires sufrió como
un mártir. Basilio predicó siempre con sus labios, y con
sus buenos ejemplos y seguirá predicando siempre con sus
escritos admirables”. ¡Puro amor! ¡Pura Vida! ¡Aleluya!
¡Oh¡, San Basilio de Nacianzo, «viva imitación del Cristo Vivo».

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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2 de Enero
San Basilio Magno
San Gregorio de Nacianzo

San Basilio.

Perteneció a una familia de santos. Su abuelo murió mártir en la persecución. La abuela fue Santa Macrina. La mamá: Santa Amelia. La hermana también fue santa. Sus hermanos San Pedro obispo de Sebaste y San Gregorio Niceno. Su mejor amigo San Gregorio Nacianceno (el otro santo que se celebra este día).

Basilio significa: “Rey”. Nació en Cesarea de Turquía el año 329. Estudió en Atenas y Constantinopla.

Al ver que su hermana Santa Macrina había fundado un monasterio de monjas y que éstas progresaban mucho en santidad, Basilio se fue a Egipto a aprender de los monjes del desierto el modo de vivir como monje, en soledad; y al volver de allá se hizo monje y redactó sus famosas “Constituciones” que son la primera Regla de vida que se escribió para los religiosos. En ellas enseña cómo vivir en oración, estudio, buenas lecturas y trabajos manuales en un monasterio y cómo hacerse santo en la vida religiosa. En esas “Constituciones” se han basado los más famosos fundadores de Comunidades para redactar los Reglamentos de sus Congregaciones.

Basilio fue elegido Arzobispo de Cesarea, y el delegado del gobierno quiso hacerle renegar de la fe. Varios habían renegado por miedo. Pero nuestro santo le respondió: ¿Qué me vas a poder quitar si no tengo casas ni bienes, pues todo lo repartí entre los pobres? ¿Acaso me vas a atormentar? Es tan débil mi salud que no resistiré ni un día de tormentos sin morir y no podrás seguir atormentándome. ¿Que me vas a desterrar? A cualquier sitio a donde me destierres, allá estará Dios, y donde esté Dios, allí es mi patria, y allí me sentiré contento… El gobernador le respondió admirado: “Jamás nadie me había contestado así”. Y Basilio añadió: “Es que jamás te habías encontrado con un obispo”. El gobernante no se atrevió a castigarlo porque le pareció que era un gran santo, y porque todo el pueblo lo veneraba inmensamente.

Por su oratoria maravillosa, por sus admirables escritos y por las muchísimas obras que hizo en favor del pueblo, fue llamado “Basilio el Grande”. Era amado por cristianos, judíos y paganos. San Gregorio decía: “Cada vez que leo un escrito de Basilio, siento que el Espíritu Santo transforma mi alma”. Sus escritos tienen lo que se llama “Unción”, o sea la cualidad especial de que conmueven al que los lee.

Además de su arrebatadora elocuencia, Basilio tenía una asombrosa actividad en favor de los necesitados. Fue al primero que se le ocurrió fundar por allí un Hospital para pobres y un ancianato. Todo, todo lo que llegaba lo regalaba a los necesitados.

Estudió mucho la Biblia y sus sermones están llenos de frases de la Sagrada Escritura. Y era especializado en filosofía y en literatura y así sus escritos están redactados de una manera muy sabia y agradable.

Se conservan unas 365 cartas suyas, muy hermosas y de provechosa lectura para el alma.

Su pensamiento dominante después del amor a Dios, era ayudar y hacer que otros ayudaran a los pobres. De San Basilio son aquellas famosas palabras: “Óyeme cristiano que no ayudas al pobre: tú eres un verdadero ladrón. El pan que no necesitas le pertenece al hambriento. Los vestidos que ya no usas le pertenecen al necesitado. El calzado que ya no empleas le pertenece al descalzo. El dinero que gastas en lo que no es necesario es un robo que le estás haciendo al que no tiene con que comprar lo que necesita. Si pudiendo ayudar no ayudas, eres un verdadero ladrón”.

Trabajaba y escribía sin cesar. La gente decía: “El obispo Basilio predica a todas horas: en las misas, en las reuniones, en las catequesis, y cuando no está hablando con sus labios, está predicando con las buenas obras que hace en favor de los demás”.

Y eso a pesar de la salud tan débil que tenía. Sufría de hepatitis, la cual no le permitía casi alimentarse, hasta tal punto que su piel llegó a tocar sus huesos.

Murió el 1o. De Enero del año 379 cuando sólo tenía 49 años y fue sepultado el 2 de enero, en medio de un gentío tan grande y unos lloros tan impresionantes como nunca se habían presenciado en aquella ciudad capital.

Todos sus escritos y sus sermones tiene por fin hacer que la gente ame más a Dios y se vuelva más santa. Por eso es considerado como el primer escritor ascético del oriente (ascética es la ciencia que enseña a dominarse a sí mismo y a ser santo).

San Gregorio Niacianceno, Arzobispo de Constantinopla, dijo en su discurso el día del entierro: “Basilio santo, nació entre los santos. Basilio pobre vivió pobre entre los pobres. Basilio, hijo de mártires sufrió como un mártir. Basilio predicó siempre con sus labios, y con sus buenos ejemplos y seguirá predicando siempre con sus escritos admirables”.

San Basilio el Grande: ¡Ruega por nosotros!

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San Gregorio de Nacianzo (329 – 390)

¡Oh!, San Gregorio de Nacianzo; vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado santo y sois también, el que, de especial
manera, la divinidad tratasteis del Santo Espíritu y además
la dignidad de Nuestra Señora, como Madre de Dios, promoviendo
entre la gente de vuestro tiempo, una profunda fe y vida
religiosa. De vos, hasta hoy, tenemos de vuestro trajín
espiritual la producción de vuestra poética vena y vuestros
sermones y emotivos escritos; que son vívidos teologales
tesoros de vuestro tiempo en la lucha surgidos y el casi
caos de aquella época. Con Basilio y vuestro hermano menor
Gregorio de Nisa, los tres recibieron el título de los “Tres
capadocios”. Cumplisteis con lo que la Providencia Divina
os dictó y, como premio de ello, corona de luz recibisteis,
y que, lucís, ahora mismo, junto a la gloria misma, de Dios;
¡oh!, San Gregorio de Nacianzo, “vivo poeta del Dios Vivo».

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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San Gregorio de Nacianzo (329 – 390).

Nace el año 329 de padres piadosos, en Capadocia. Su padre fue elegido obispo de la ciudad de Nacianzo y tuvo cuidado de que su hijo fuese educado en las mejores escuelas y academias de la antigüedad.

Casi diez años pasó Gregorio en Atenas como estudiante y allí cultivó una fiel amistad con Basilio y desarrolló, a la vez, su capacidad para la poesía, literatura y retórica. No cedió a la tentación de vivir entre la vanidad de oradores y filósofos, sino que promovió una profunda vida religiosa, junto con su amigo Basilio.

Al regresar a Nacianzo recibió el Bautismo de manos de su propio padre y, algo más tarde, el Orden sacerdotal para poder ayudarle en la pastoral de la diócesis. Como estaba vacante una diócesis en Asia Menor, su amigo Basilio, ya obispo lo promovió a la dignidad episcopal de esta sede. Gregorio no cumplió con este compromiso y huyó a la soledad de la vida de ermitaño.

Por su gran erudición teológica y sus claros conocimientos en la discutida cristología de los primeros siglos, fue escogido por el Concilio de Constantinopla del año 381 como obispo de esa metrópoli.

Su carácter, demasiado sensible, no soportó las dificultades de la administración de una diócesis. Por segunda vez, renunció a su cargo episcopal y se retiró a Arianz, donde se dedicó a la meditación de los misterios de Dios.

Cuando murió, en el año 390, nos dejó 44 sermones y 244 cartas, que tratan, en especial, sobre la verdadera divinidad del Espíritu Santo y la dignidad de la Virgen como Madre de Dios.

Su inspiración poética nos regaló unos cuatrocientos poemas. Sus sermones y escritos dejaron un tesoro de testimonio ortodoxo, en un tiempo de mucha confusión y lucha.

Con Basilio y el hermano menor de Basilio, que se llama Gregorio de Nisa, los tres recibieron el título de los “Tres capadocios”.

( http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Basilio.htm)

01 enero, 2025

Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios

Santa María, Madre de Dios

 

!Oh! María, Vos sois la verdadera
Madre de Dios
Y Vuestro Hijo, verdadero Dios.

En Éfeso os proclamaron
Dogma mariano.

Y la Iglesia toda
En Vuestras manos nos ponemos
Cada inicio de un Nuevo Año.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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1° de Enero
Solemnidad de Santa María,
Madre de Dios 

Comienza un nuevo año y la Iglesia, cada 1 de enero, lo inicia celebrando la Solemnidad de María, Madre de Dios. La Iglesia católica se encomienda así, desde el primer día, a los cuidados maternales de María, verdadera Madre de Dios. La Virgen, quien tuvo la dicha de concebir, dar a luz y criar al Salvador, es también la que protege a todos sus hijos en Cristo, los asiste y acompaña durante su peregrinar en este mundo.

A continuación presentamos algunos datos que pueden ayudarnos a entender cómo es que surge este título en honor a la Virgen, y lo que hicieron los primeros cristianos para defenderlo.

La celebración dedicada a “María, Madre de Dios” (Theotokos) es la más antigua que se conoce en Occidente. En las catacumbas de Roma -los subterráneos que sirvieron de refugio a la cristiandad primigenia y donde los cristianos se reunían para celebrar la Santa Misa- han sido halladas numerosas inscripciones y pinturas que dan cuenta de la antigüedad de esta celebración mariana.

Por otro lado, de acuerdo un antiguo escrito del siglo III, los cristianos de Egipto ya se dirigían a María como “Madre de Dios”, usando las siguientes palabras: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita”. Esta oración está recogida en la Liturgia de las Horas desde hace siglos.

Para el siglo IV, el título de “Madre de Dios” ya estaba incorporado en la oración de los fieles y se usaba con frecuencia tanto en la Iglesia de Oriente (“Theotokos”) como en la de Occidente (”Mater Dei”). Para ese entonces, era parte del sentir común de la cristiandad dirigirse a la Virgen María como “Madre de Dios”; para decirlo de algún modo, los cristianos habían hecho suyo dicho título mariano y lo consideraban integrante de su devoción e identidad.

Sin embargo, en el siglo V, Nestorio -quien incurrió en herejía- cuestionó que María pudiese ser llamada Madre de Dios, porque -a su modo de ver- no lo era. “¿Entonces Dios tiene una madre? En consecuencia no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”. El cuestionamiento de Nestorio tenía implicancias cristológicas, es decir, no solo deshonraba a la Virgen María, sino que ponía en entredicho que fuese efectivamente madre de la “persona” -una y única- de Cristo, segunda persona de la Santísima Trinidad.

Nestorio había caído en un gravísimo error. Había introducido una separación -más bien una ruptura- entre las dos naturalezas –divina y humana– presentes en el Señor Jesús. María no podía ser solo “madre” de la humanidad de Cristo sin afectar toda la obra salvífica de la encarnación.

Los obispos, por su parte, reunidos en el Concilio de Éfeso (año 431), afirmaron la subsistencia de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única persona del Hijo; y declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Aquel día, los padres conciliares, acompañados por el pueblo y portando antorchas encendidas, realizaron una gran procesión al canto de: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

San Juan Pablo II, en noviembre de 1996, señaló lo siguiente: “La expresión Theotokos, que literalmente significa ‘la que ha engendrado a Dios’, a primera vista puede resultar sorprendente, pues suscita la pregunta: ¿cómo es posible que una criatura humana engendre a Dios? La respuesta de la fe de la Iglesia es clara: la maternidad divina de María se refiere solo a la generación humana del Hijo de Dios y no a su generación divina”. Luego añadió:

“El Hijo de Dios fue engendrado desde siempre por Dios Padre y es consustancial con él. Evidentemente, en esa generación eterna María no intervino para nada. Pero el Hijo de Dios, hace dos mil años, tomó nuestra naturaleza humana y entonces María lo concibió y lo dio a luz”.

Asimismo, señaló que la maternidad de María “no atañe a toda la Trinidad, sino únicamente a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza humana”. Además, “una madre no es madre sólo del cuerpo o de la criatura física que sale de su seno, sino de la persona que engendra”, enfatizó San Juan Pablo II.

Para terminar, es importante recordar que María no es sólo Madre de Dios, sino que también es madre nuestra porque así lo quiso Jesucristo en la cruz. Por ello, al comenzar el nuevo año, pidámosle a María que nos ayude a ser cada vez más como su Hijo.

(https://www.aciprensa.com/noticias/feliz-solemnidad-de-maria-madre-de-dios-47284)

 

31 diciembre, 2024

San Sivestre, Papa y Patrono de los Benedictinos

 
 
EWTN ESPAÑOL on Twitter: "San Silvestre es el papa número 33 de la Iglesia  católica. Le correspondió gobernar a la Iglesia Católica en la época en la  que se acabaron las persecuciones
 
 
¡Oh!; San Silvestre, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su Papa y amado santo. Aquél que,
nuevos ti empos respiró, pues cesó, la persecución
contra los cristianos y Constantino emperador,
por la pila bautismal pasó, y su lanza puso,
a los pies de la Cruz de Cristo, Dios y Señor
Nuestro, como su nueva Luz. Así, las palabras
del Dios eterno, realidad cobraron: «que no
habría rodilla alguna sobre la faz de la tierra,
que no se doblase”. Y, así fue. Y, a vos, os
tocó la dicha de poder construir la antigua
Basílica de San Pedro en el Vaticano, y la
primera Basílica de Letrán, y, además, el de
regalarnos el “Credo Niceno Constantinopolitano”,
fruto luminoso del Concilio de Nicea, así, por
vos llamado. Una pregunta hay en el medio, que
urge el hacerla: ¿Dónde estaréis ahora? ¿Dónde?
Y, una sola respuesta hay: ¡en la eternidad de
la gloria de Cristo!, corona de luz eterna
luciendo, como justo premio a vuestra entrega
de amor y fidelidad. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡
¡oh!, San Silvestre, «vivo administrador de Dios».

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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31 de Diciembre
San Silvestre
Patrón de los Benedictinos

Hoy, 31 de diciembre, recordamos a San Silvestre (270-335), trigésimo tercer Papa de la Iglesia Católica. Su pontificado duró alrededor de 21 años, desde el año 314 hasta su muerte en el 335.


Silvestre nació en Roma y gobernó la Iglesia en la etapa posterior al Edicto de Milán (313), por el que el Imperio Romano detuvo oficialmente la persecución religiosa.

Esta fue, sin duda, una etapa de nuevos retos para los cristianos, ya que la Iglesia dejaba atrás la clandestinidad y empezaría a jugar un papel cada vez más importante en la vida pública.

San Silvestre, a lo largo de ese proceso, tuvo que afrontar otro tipo de problemas, como la aparición y difusión de herejías, el declive del espíritu religioso y las intromisiones del poder imperial, a manos de Constantino, en los asuntos eclesiales.

División

En el nuevo contexto eclesial, Dios quiso que San Silvestre, elegido Papa el 31 de enero de 314, asumiera el liderazgo de su Iglesia. Acabada la persecución, había quedado en evidencia que el arrianismo, herejía aparecida en el siglo III, era el principal agente de división entre los cristianos.

Ni siquiera los obispos estuvieron libres de su influencia, pues muchos habían abrazado las tesis de Arrio: negación de la divinidad de Jesucristo y su consustancialidad con Dios Padre.

Por eso, la reacción de muchos Pastores fieles a la doctrina fue acudir al emperador para solicitar su intervención y que, valiéndose de su poder, zanje la disputa.

En busca de la unidad: Concilio de Nicea

Fue así que Constantino intervino convocando a un Concilio en la ciudad de Nicea (hoy Turquía) en 325 -el primer Concilio ecuménico de la historia-. El Papa Silvestre envió un obispo y dos sacerdotes en su representación.

Los obispos provenientes de distintas partes del mundo, reunidos en la antigua ciudad del Asia Menor, condenaron el arrianismo. Además, los padres conciliares establecieron la fórmula de lo que hoy conocemos como el “Credo de Nicea”, posteriormente aprobado por el Papa San Silvestre.

Etapa de fortalecimiento de la estructura eclesial

El emperador y muchas familias conversas al cristianismo donaron bienes y riquezas a la Iglesia. Eso acrecentó su poder y presencia. San Silvestre se convirtió, entonces, en el primer Papa “administrador”.

El Pontífice ordenó, por ejemplo, la edificación de templos y convirtió el Palacio Laterano, donado por Constantino, en la primera catedral de Roma, hoy conocida como San Juan de Letrán.

San Silvestre fue llamado a la presencia del Padre el 31 de diciembre del 335. Fue el primer Pontífice que no murió a causa del martirio, después de que los 32 Papas anteriores sufrieran ese destino.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-se-conmemora-a-san-silvestre-el-primer-papa-que-no-murio-martir-71571)

 

30 diciembre, 2024

Santa Anisia de Salónica, virgen y mártir, asesinada por ir a Misa


 

 Santa Anisia de Salónica

Virgen y Mártir
Asesinada por ir a Misa
 
Santa Anisia, virgen y mártir, fue una joven que vivió entre el siglo III e inicios del IV. Nació en Salónica, Tesalia (Grecia) en el año 284.
 
Comunión de bienes
 
Siendo todavía muy joven, quedó huérfana de padre y madre, razón por la que repentinamente heredó una gran fortuna. Anisia, quien había abrazado la fe cristiana, dispuso de sus bienes de acuerdo a la caridad, y se dedicó a ayudar a la gente necesitada.
 
En aquellos tiempos, los cristianos compartían habitualmente sus posesiones con otros miembros de la Iglesia, o simplemente renunciaban a estas entregándoselas al obispo o diácono local.
 
Víctima de la persecución
 
En los días del gobernador Ducisio se desató una cruel persecución en Tesalónica. El objetivo una vez más era impedir que los cristianos se reúnan y celebren la sagrada eucaristía; o que se administren los sacramentos en general, particularmente el bautismo.
 
Los romanos -de acuerdo a su estructura de poder- veían con extrañeza y repugnancia que alguien se hiciera cristiano, adorador de un Dios muerto en cruz como un criminal.
 
Una respuesta sin titubeos
 
Para edificación de los cristianos de hoy, la tradición conserva el relato del martirio de Anisia. Corría un día cualquiera del año 304, tras cumplir con sus deberes en el hogar, la joven se dirigió al lugar donde se reunía la comunidad cristiana para celebrar la Eucaristía. De pronto fue interceptada por uno de los guardias del emperador, quien le cerró el paso y le preguntó a dónde se dirigía.
 
La santa confesó valientemente que era cristiana y que estaba camino a reunirse con sus ‘hermanos’ para participar del sacrificio eucarístico. La firmeza con la que había respondido Anisia provocó la ira del guardia, quien decidió arrastrarla al templo pagano más cercano y forzarla a que adore a los dioses.
Como Anisia se negó, el soldado la golpeó y le arrancó el velo -signo de sus votos de castidad y pobreza). La muchacha respondió a la afrenta escupiendo la armadura del soldado, quien con frialdad desenvainó su espada y le asestó un corte mortal. Anisia tenía 19 años.
 
Epílogo
 
Muchos años después del sacrificio de Anisia, vuelta la paz a Tesalónica tras el Edicto de Milán (313), los cristianos de aquella región construyeron un oratorio en el lugar donde la joven virgen había sido asesinada.( ACI prensa).

29 diciembre, 2024

La Sagrada Familia (C)

  Fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José
 
 
Texto del Evangelio (Lc 2,41-52): Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

«Le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, (...) estaban estupefactos por su inteligencia»

Rev. D. Joan Ant. MATEO i García (Tremp, Lleida, España)
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Hoy contemplamos, como continuación del Misterio de la Encarnación, la inserción del Hijo de Dios en la comunidad humana por excelencia, la familia, y la progresiva educación de Jesús por parte de José y María. Como dice el Evangelio, «Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (Lc 2,52).

El libro del Siracida, nos recordaba que «el Señor glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de la madre sobre su prole» (Si 3,2). Jesús tiene doce años y manifiesta la buena educación recibida en el hogar de Nazaret. La sabiduría que muestra evidencia, sin duda, la acción del Espíritu Santo, pero también el innegable buen saber educador de José y María. La zozobra de María y José pone de manifiesto su solicitud educadora y su compañía amorosa hacia Jesús.

No es necesario hacer grandes razonamientos para ver que hoy, más que nunca, es necesario que la familia asuma con fuerza la misión educadora que Dios le ha confiado. Educar es introducir en la realidad, y sólo lo puede hacer aquél que la vive con sentido. Los padres y madres cristianos han de educar desde Cristo, fuente de sentido y de sabiduría.

Difícilmente se puede poner remedio a los déficits de educación del hogar. Todo aquello que no se aprende en casa tampoco se aprende fuera, si no es con gran dificultad. Jesús vivía y aprendía con naturalidad en el hogar de Nazaret las virtudes que José y María ejercían constantemente: espíritu de servicio a Dios y a los hombres, piedad, amor al trabajo bien hecho, solicitud de unos por los otros, delicadeza, respeto, horror al pecado... Los niños, para crecer como cristianos, necesitan testimonios y, si éstos son los padres, esos niños serán afortunados.

Es necesario que todos vayamos hoy a buscar la sabiduría de Cristo para llevarla a nuestras familias. Un antiguo escritor, Orígenes, comentando el Evangelio de hoy, decía que es necesario que aquel que busca a Cristo, lo busque no de manera negligente y con dejadez, como lo hacen algunos que no llegan a encontrarlo. Hay que buscarlo con “inquietud”, con un gran afán, como lo buscaban José y María.
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Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu. —Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad» (San Pablo VI)

  • «El Señor entró humildemente en la tierra. Creció como un niño normal, pasó por la prueba del trabajo, incluso por la prueba de la cruz. Al final, resucitó. El Señor nos enseña que en la vida no todo es mágico, que el triunfalismo no es cristiano» (Francisco)

  • «Jesús compartió, durante la mayor parte de su vida, la condición de la inmensa mayoría de los hombres: una vida cotidiana sin aparente importancia, vida de trabajo manual, vida religiosa judía sometida a la ley de Dios, vida en la comunidad. De todo este período se nos dice que Jesús estaba “sometido” a sus padres y que ‘progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres’ (Lc 2,51-52)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 531)(evangeli net).