05 marzo, 2025
San Adrián Mártir


04 marzo, 2025
San Giovanni Antonio Farina, Fundador del Instituto de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea, Hijas de los Sagrados Corazones
¡Oh! San Giovanni Farina, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo, que llegasteis a ser considerado uno de los más
ilustres pastores del siglo veinte. A vos, os conocieron como el
“el hombre de la caridad” o “el obispo del pueblo”, por vuestro
amor a los pobres, los abandonados, sufrientes y enfermos. Vos,
fuisteis el fundador de las «Hermanas Maestras de Santa Dorotea
de Vicenza e Hijas de los Sagrados Corazones», instituto con
gran presencia en varios países del mundo. Vos, a la edad de
quince años ingresasteis al seminario diocesano de Vicenza y seis
años más tarde fuisteis designado maestro de aquella institución.
Cuando os ordenaron sacerdote y, durante los primeros dieciocho
años de vuestro ministerio, ocupasteis una cátedra del seminario;
siendo además capellán de la parroquia de San Pedro de Vicenza
a lo largo de diez años. Vuestro amor por el espíritu, os hizo
participar en distintos proyectos espirituales y culturales,
además de apoyar incontables obras caritativas, entre las cuales
asumisteis la dirección de la escuela pública primaria y superior
de Vicenza. Inaugurasteis la primera escuela popular femenina y
fundasteis el «Instituto de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea,
Hijas de los Sagrados Corazones», dedicada a la educación y
formación de las niñas pobres, sordomudas y ciegas; y la asistencia
de enfermos y ancianos. Organizasteis asociaciones en cada una
de las parroquias que estaban bajo vuestra jurisdicción para la
ayuda material y espiritual de los más pobres. Impulsasteis de
forma vívida la práctica de los ejercicios espirituales y de la
asistencia a los sacerdotes de escasos recursos, retirados
o enfermos. Cuidasteis también la formación doctrinal y cultural
del clero y de los fieles; así como de la instrucción y catequesis
para los jóvenes. Vos, reunisteis las cualidades del buen pastor,
indispensables para ser un fiel y extraordinario obispo del Señor.
Convocasteis a un Sínodo diocesano en Vicenza, para promover el
fortalecimiento espiritual del clero a través de la devoción al
Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen María, y cultivar el amor
y la piedad a la Eucaristía. Al final de vuestros días os felicitaron
y reconocieron vuestra labor, no exenta de sufrimientos y acusaciones.
Y, así, y luego de gastar vuestra santa vida en buena lid, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona de luz y eternidad
Una religiosa ecuatoriana de la congregación que vos, fundaseis
Sor Inés Torres Córdova, le detectaron un tumor con metástasis,
y por increíble que parezca fue curada milagrosamente, por la
intercesión de vos, Padre Fundador. Os beatificó Juan Pablo Segundo
y fuisteis canonizada por el Papa Francisco. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Oh! San Giovanni Farina, «vivo amor por el Dios de la Vida y del Amor»
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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04 de Marzo
San Giovanni Antonio Farina
Fundador
San
Giovanni Antonio Farina fue Obispo de las ciudades de Treviso y de
Vicenza, en Italia, llegando a ser considerado como uno de los más
ilustres pastores del siglo XIX. En vida fue conocido como “el hombre de
la caridad” o “el obispo del pueblo”, debido a su predilección por el
servicio a los pobres, los abandonados, sufrientes y enfermos.
Fue
el fundador de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea de Vicenza, Hijas
de los Sagrados Corazones, instituto que actualmente tiene presencia en
varios países del mundo.
Antonio
Farina nació el 11 de enero de 1803, en la ciudad italiana de Vicenza,
que luego estaría bajo su cuidado apostólico. A la edad de 15 años
ingresó al seminario diocesano de dicha ciudad y seis años más tarde
sería designado maestro de la institución.
En 1827 fue ordenado
sacerdote y, durante los primeros 18 años de su ministerio, se ocupó de
una cátedra del seminario; además, fue capellán de la parroquia de San
Pedro de Vicenza a lo largo de una década. Participó en distintos
proyectos culturales, espirituales y apoyó innumerables obras
caritativas, entre las cuales estuvo la dirección de la escuela pública
primaria y superior de Vicenza.
En 1831 inauguró la primera
escuela popular femenina y en 1836 fundó el instituto de las Hermanas
Maestras de Santa Dorotea, Hijas de los Sagrados Corazones, institución
dedicada a la educación de niñas pobres, sordomudas y ciegas; así como a
la asistencia de enfermos y ancianos.
Después de ser nombrado
obispo en 1850, Mons. Giovanni organizó asociaciones en cada una de las
parroquias que estaban bajo su jurisdicción para la ayuda material y
espiritual de los más pobres. Al mismo tiempo, fue un gran impulsor de
la práctica de los ejercicios espirituales y de la asistencia a los
sacerdotes de escasos recursos, retirados o enfermos. Por otro lado,
cuidó de la formación doctrinal y cultural del clero y de los fieles;
así como de la instrucción y catequesis para los jóvenes. Mons. Giovanni
reunió las cualidades del buen pastor, indispensables para ser un buen
obispo.
Convocó a un Sínodo diocesano en Vicenza -evento que no
había sido celebrado desde 1689- para promover el fortalecimiento
espiritual del clero a través de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
y a la Virgen María, como también de la piedad a la Eucaristía.
Los
últimos años de su vida estuvieron caracterizados por reconocimientos
públicos por su labor apostólica y su caridad, pero inevitablemente
también por fuertes sufrimientos e injustas acusaciones.
Tras su
fallecimiento el 4 de marzo de 1888, debido a un ataque de apoplejía, su
fama de santo se extendió tanto en ambientes eclesiásticos como
civiles.
En 1978 una religiosa ecuatoriana perteneciente a la
congregación que fundó, Sor Inés Torres Córdova, afectada por un grave
tumor con metástasis, fue curada milagrosamente después de haber pedido
la intercesión del Padre Fundador.
Giovanni Antonio Farina fue
beatificado en 2001 por el Papa Juan Pablo II y canonizado en el año
2014 por el Papa Francisco. Su fiesta se celebra el 4 marzo.
(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-se-conmemora-al-beato-giovanni-antonio-farina-el-obispo-del-pueblo-47704)


03 marzo, 2025
Santa Catalina Drexel, Apóstol de los indios americanos y personas de raza negra
¡Oh! Santa Catalina Drexel, vos, sois la hija del Dios de la Vida,
y su amada santa, y que, desde pequeña os enseñaron a utilizar
vuestra riqueza de manera generosa. Vuestra hermana mayor, Isabel,
abrió una escuela para huérfanos y vuestra hermana menor, fundó
una escuela para personas pobres de color. Vos, cuidasteis con
amor filial a vuestra madre, al final de sus días hasta su muerte.
Un día, vos, le pedisteis al Papa León Trece, que enviara más
misioneros al estado de Wyoming, para vuestro amigo el Obispo James
O’Connor. Y, el Papa os respondió, «¿Por qué tú no te haces misionera?”.
Entonces visitasteis los estados de Norte y Sur Dakota, y conocisteis
al jefe de la tribu Sioux y con él, empezasteis vuestra ayuda a las
misiones con los indios americanos, gastando millones de la fortuna
vuestra familia. Cierto día, cautivada por el Espiritu Santo, entrasteis
al noviciado de las Hermanas de la Misericordia y más tarde,
fundasteis las «Hermanas del Santísimo Sacramento para los indios
y negros», en Santa Fe. La Madre Francisca Cabrini, os aconsejó
que recibieseis la aprobación de Roma para la orden, cosa que así
fue. Vos, con vuestro carisma y amor, lograsteis tener en trece
estados, un sistema de escuelas católicas para indios americanos
y personas de raza negra, que incluía misiones, escuelas rurales,
para los indios y la Universidad Xavier en New Orleans, la primera
universidad en Estados Unidos para los personas de raza negra.
Y como todo en esta vida, nada para el Señor es fácil, sufristeis
ataques y persecuciones de vuestros detractores, de los cuales siempre
salisteis airosa. Después de un ataque al corazón, pasasteis los
últimos veinte años de vuestra vida concentrada en la oración
y la meditación. Y, así y después de haber gastado vuestra vida
en buena lid, voló vuestra alma al cielo para recibir corona de luz
y eternidad como justo premio a vuestra entrega de amor y fe.
¡Oh! Santa Catalina Drexel, «viva apóstol de los indios americanos
y personas de raza negra del Dios de la Vida y del Amor. ¡Aleluya!
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
03 de Marzo
Santa Catalina Drexel
Apóstol de los indios americanos
y personas de raza negra
Nació el 26 de Noviembre del 1858 en Filadelfia, Pennsylvania, USA. Sus padres, Francis A. y Enma Drexel, eran una familia muy rica. Desde pequeña le enseñaron a utilizar su riqueza generosamente. Su hermana mayor, Isabel, abrió en Pennsylvania, USA, una escuela para huérfanos; su hermana más joven fundó una escuela para personas pobres de raza negra en Virginia.
Catalina cuidó de su madre por tres años hasta que esta murió en 1883. Preocupada por la gran necesidad en que se encontraban los indios americanos, Catalina le pidió al Papa León XIII, durante una audiencia en 1887, que enviara más misioneros al estado de Wyoming, para su amigo el Obispo James O’Connor. El Papa le respondió, «¿Por qué tú no te haces misionera?”.
Catalina visitó los estados de Norte y Sur Dakota, conoció al jefe indio de la tribu Sioux y comenzó su ayuda sistemática a las misiones con los indios americanos. Con el tiempo gastó millones de la fortuna de la familia en esta ayuda.
Entró el noviciado de las Hermanas de la Misericordia (Sisters of Mercy). Fundó las Hermanas del Santísimo Sacramento para los indios y negros, en Santa Fe, New Mexico, USA en 1891.
La Madre Francisca Cabrini, quien también es santa canonizada, le aconsejó que recibiera la aprobación de Roma para la orden. Recibió dicha aprobación en el año 1913.
En el año 1942 tenía un sistema de escuelas católicas para indios americanos y personas de raza negra en 13 estados. Este sistema incluía 40 misiones, 23 escuelas rurales, 50 misiones para los indios y la Universidad Xavier en New Orleans, Louisiana, USA, la primera universidad en Estados Unidos para los personas de raza negra. Por todo esto Catalina sufrió persecusión.
Después de un ataque al corazón, pasó los últimos 20 años de su vida concentrada en la oración y meditación. Murió el 3 de marzo, 1955, en la casa madre de su comunidad, Bensalem, Pennsylvania.
Fue beatificada el 20 de Noviembre de 1988 por San Juan Pablo II y canonizada por él mismo el 1 de octubre de 2000. Es considerada apóstol de los indios americanos y personas de raza negra. Se le recuerda cada 3 de marzo.


02 marzo, 2025
Domingo 8 (C) del tiempo ordinario
Domingo 2 de octubre
Domingo 8 (C) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 6,39-45): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».
»Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca».
……………………………………………………
«El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno»
Dr. Johannes VILAR (Köln, Alemania)
Hoy hay sed de Dios, hay frenesí por encontrar un sentido a la existencia y a la actuación propias. El boom del interés esotérico lo demuestra, pero las teorías auto-redentoras no sirven. A través del profeta Jeremías, Dios lamenta que su pueblo haya cometido dos males: le abandonaron a Él, fuente de aguas vivas, y se cavaron aljibes, aljibes agrietados, que no retienen el agua (cf. Jer 2,13).
Hay quienes vagan entre medio de pseudo-filosofías y pseudo-religiones —ciegos que guían a otros ciegos (cf. Lc 6,39)— hasta que descorazonados, como san Agustín, con el esfuerzo proprio y la gracia de Dios, se convierten, porque descubren la coherencia y trascendencia de la fe revelada. En palabras de san Josemaría Escrivá, «La gente tiene una visión plana, pegada a la tierra, de dos dimensiones. —Cuando vivas vida sobrenatural obtendrás de Dios la tercera dimensión: la altura, y, con ella, el relieve, el peso y el volumen».
Benedicto XVI iluminó muchísimos aspectos de la fe con textos científicos y textos pastorales llenos de sugerencias, como su trilogía «Jesús de Nazaret». He observado cómo muchos no-católicos se orientan en sus enseñanzas (y en las de san Juan Pablo II). Esto no es casual, pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, no hay árbol malo que dé fruto bueno (cf. Lc 6,43).
Se podrían dar grandes pasos en el ecumenismo, si hubiere más buena voluntad y más amor a la Verdad (muchos no se convierten por prejuicios y ataduras sociales, que no deberían ser freno alguno, pero lo son). En cualquier caso, demos gracias a Dios por esos regalos (Juan Pablo II no dudaba en afirmar que Concilio Vaticano II es el gran regalo de Dios a la Iglesia en el siglo XX); y pidamos por la Unidad, la gran intención de Jesucristo, por la que Él mismo rezó en su Última Cena.
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Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Parece, en verdad, que el conocimiento de sí mismo es el más difícil de todos. Ni el ojo que ve las cosas exteriores se ve a sí mismo, y hasta nuestro propio entendimiento, pronto para juzgar el pecado de otro, es lento para percibir sus propios defectos» (San Basilio el Grande)
«La vida de Cristo se convierte en la nuestra; recibimos una forma nueva de ser: podemos pensar como Él, actuar como Él, ver el mundo y las cosas con los ojos de Jesús» (Francisco)
. «El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por la caridad. Esta es ‘el vínculo de la perfección’ (Col 3,14); es la forma de las virtudes; las articula y las ordena entre sí; es fuente y término de su práctica cristiana. La caridad asegura y purifica nuestra facultad humana de amar. La eleva a la perfección sobrenatural del amor divino» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.827). (evangeli net).


01 marzo, 2025
San Albino, Obispo y confesor
¡Oh! San Albino vos, sois el Hijo del Dios de la Vida
y su amado santo, y que, durante el gobierno de vuestra
diócesis censurasteis las costumbres de los poderosos
y promovisteis el Tercer Concilio de Orleans. Vos,
sois patrono de los niños enfermos de ceguera y de tos
ferina, y patrono muchas parroquias de Francia. Además,
vuestro culto se propagó en Italia, España, Alemania
y Polonia, por vuestra fama de taumaturgo en los enfermos
y ciegos. Vos, siendo de familia noble, renunciasteis
a vuestro título y a vuestra herencia para ingresar al
monasterio Tincillac, siguiendo la Regla del gran
San Agustín, donde os convertisteis en superior del
monasterio y más tarde, os eligieron obispo de Angers.
Ente vuestros más famosos milagros están el del joven
Albaldo, a quien resucitasteis. Un día, se derrumbó
la pared de una prisión y los presos pudieron escapar;
pero inmediatamente fueron a veros y os prometieron
cambiar sus torcidas vidas. Y, así, en medio de vuestros
prodigios, vuestra alma voló al cielo para coronada ser
de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡Oh! San Albino, «Viva presencia del Dios Vivo y eterno».
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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01 de Marzo
San Albino
Obispo y confesor
San
Albino fue Obispo de la ciudad de Angers (Francia) entre el año 529 y
el 550. Durante el gobierno de su diócesis censuró fuertemente las
costumbres de los poderosos y promovió el III Concilio de Orleans.
El
Santo es patrono de los niños enfermos de ceguera y de tos ferina, y
titular de numerosas parroquias en Francia. Además, su culto se propagó
en Italia, España, Alemania y Polonia debido a los diversos milagros que
se le atribuyeron, sobre todo curaciones a enfermos y ciegos.
Albino
nació en el 496 en Vannes (Francia), y a pesar de que provenía de una
familia noble, decidió renunciar a su título y su herencia para ingresar
al monasterio Tincillac, donde se seguía la Regla de San Agustín. Allí a
los 35 años se convirtió en superior del monasterio, hasta el año 529
cuando fue elegido obispo de Angers.
Entre otros de sus milagros
se cuenta que resucitó a un joven llamado Albaldo. Y en otra ocasión,
después de interceder sin éxito por unos prisioneros, se derrumbó
durante la noche una parte del muro de la prisión y éstos pudieron
escapar; inmediatamente fueron a ver al santo y le prometieron cambiar
de vida.
Falleció en el 550 y fue sepultado en la iglesia
dedicada originalmente a San Germán de Auxerre (Angers) levantada por el
rey franco Childeberto I y San Germán de Paris. Esta sería conocida más
adelante por su advocación a San Albino. Su fiesta se celebra el 1 de
marzo.
(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-se-conmemora-a-san-albino-patrono-de-ninos-enfermos-de-ceguera-80245)


28 febrero, 2025
Beata Antonia de Florencia, Abadesa
¡Oh!, Beata Antonia de Florencia; vos,
sois la hija del Dios de la Vida, viuda,
fundadora y maravillosa abadesa
primera del monasterio de Corpus
Christi. Y, aunque vos, decidisteis,
que, «ni el mundo era para vos, y ni
vos, para el mundo», os incorporasteis
entre las Hermanas Terciarias Regulares
de San Francisco e hicisteis de él,
vuestra pobre familia y buscasteis
allí, vuestra santificación. Con doce
compañeras vuestras, encabezasteis
el nuevo espíritu «observante», que
os distinguió, como ejemplo claro
de virtudes y obediencia. Siempre
vencisteis vuestras tribulaciones y Dios,
vuestro Amado Padre, os llamó para
premiaros con corona de luz y eternidad,
gracias, a vuestra grande obra de amor y fe;
¡oh!, Beata Antonia de Florencia, “viva luz de Cristo Vivo”.
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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28-29 de FebreroBeata Antonia de Florencia
Abadesa
Martirologio Romano: En L’Aquila, en el Abruzo, beata Antonia de Florencia, viuda, después fundadora y primera abadesa del monasterio de Corpus Christi, siguiendo la primera Regla de santa Clara (1472). Fecha de beatificación: Culto confirmado el 17 de septiembre de 1847 por el Papa Pío IX.
En los años bisisestos se celebra el día 29 en lugar del 28.
Antonia nació en Florencia en 1401. Poco se sabe de su infancia. A los 15 años se casó, tuvo un hijo, y estando éste todavía muy pequeño, ella enviudó. Para atender a las necesidades del hijo, aceptó un nuevo matrimonio, con igual fortuna, pues el marido murió pronto. Entonces ella decidió que ni el mundo era para ella, ni ella para el mundo. Y una vez que el hijo pudo valerse por sí mismo, ella entró entre las Hermanas Terciarias Regulares de San Francisco fundadas por la Beata Angelina de Marsciano, que tenían entonces su convento en San Onofre, en Florencia. Desde entonces el convento fue su pobre y durísima familia. Su única ambición era santificarse. Con su forma de vida edificó a sus compañeras y también mereció la estima de sus superiores. Fue enviada a Foligno, al convento de Santa Ana, y luego a Aquila, al convento de Santa Isabel. Aquí tuvo como director espiritual a san Juan de Capistrano, quien, junto con San Bernardino de Siena, promovía la llamada “observancia”.
Antonia sentía la urgencia de una regla más austera, de una pobreza más rígida, de una abnegación más perfecta. Con la aprobación de Nicolás V, y la bendición de San Juan de Capistrano, Vicario general, en 1447 se retiró con doce compañeras al monasterio del Corpus Domini para observar en todo su rigor la primera regla de Santa Clara. San Juan de Capistrano le encomendó la dirección del monasterio para que fuera modelo del nuevo espíritu “observante” también en la Segunda Orden, rama femenina franciscana.
Por muchos años fue superiora modelo, reformadora de las costumbres, ejemplo de virtudes y de obediencia. Sufrió desventuras y calumnias pero no la postraron. Venció sus propias tribulaciones curando las ajenas. Al acercarse la muerte, llamó a sí a sus cohermanas para recomendarles la exacta observancia de la regla y la caridad fraterna. Tenía 71 años cuando murió, el 28 de febrero de 1472. La ciudad de Aquila la veneró como santa desde su muerte.
Autor: Fuente: Franciscanos.net
(http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=8326)


27 febrero, 2025
San Gabriel de la Dolorosa
¡Oh!, San Gabriel de la Dolorosa; vos, sois, el hijo
del Dios de la Vida, su amado santo, y el hombre
que vivisteis con desmedido apego a la vida mundana
y que, al mismo tiempo buscabais la luz. Y, ella, iba
y venía de vos, como se aleja del día, cuando la cubren
las sombras de la noche. Y, entonces vuestras pasiones,
a atacaros volvían reiteradamente, pero, una voz
en medio de todo, surgía y, que la oíais una y otra vez,
y otra vez, y que, os pedía que no la rechazarais,
y os invitaba dulcemente a su regazo de paz. Y, sucedió
que un día, os dejasteis llevar por ella, la oísteis
y cual manso corderito, marchasteis por fin, hasta
“haceros esclavo”, nunca más del mal, sino, de la virtud
y de la verdad, que Dios es; obra de vuestra devoción
a Nuestra Señora. “Lo que más me ayuda a vivir con el
alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el
recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando
y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor
pagará todo lo que se hace por él, aunque sea regalar
a otro un vaso de agua”. “Yo creo que si yo hubiera
permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación
de mi alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de
todo ello no me queda sino amargura, remordimiento
y temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo
y pídele a Dios que me perdone también a mí”. Así,
escribisteis a un viejo amigo, ya hecho sacerdote.
Vuestro libro preferido era “Las Glorias de María”,
escrito por San Alfonso, y que, os llevó a altísimos
grados de santidad. Así, y luego de haberos gastado
en buena lid, voló vuestra alma al cielo, para corona
de luz recibir, como premio a vuestra entrega de amor.
“Patrono de los Jóvenes que se dedican al apostolado”;
¡oh!, San Grabriel de la Dolorosa, “viva luz de Cristo”.
© 2025 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Febrero
San Gabriel de la Dolorosa
(año 1862)
Petición
San Gabriel de la Dolorosa: pídele a la Sma. Virgen por tantos jóvenes tan llenos de vitalidad y de entusiasmo para que encaucen las enormes fuerzas de su alma, no a dejarlas perderse en goces mundanos, sino a ganarse un gran premio en el cielo dedicándose a salvar su propia alma y la de muchos más.
El bailarín que llegó a la santidad. Nació en Asís (Italia) en 1838. Su nombre en el mundo era Francisco Possenti. Era el décimo entre 13 hermanos. Su padre trabajaba como juez de la ciudad. A los 4 años quedó huérfano de madre. El papá, que era un excelente católico, se preocupó por darle una educación esmerada, mediante la cual logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de mal genio.
Tuvo la suerte de educarse con dos comunidades de excelentes educadores: los Hermanos Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de la mundanalidad.
El joven era sumamente esmerado en vestirse a la última moda. Y sus facciones elegantes y su fino trato, a la vez que su rebosante alegría y la gran agilidad para bailar , lo hacían el preferido de las muchachas en las fiestas. Su lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en otro tiempo a San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y agrado, pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban “el enamoradizo”. Pero los amores mundanos eran como un puñal forrado con miel”. Dulces por fuera y dolorosos en el alma.
En una de las 40 cartas que de él se conservan, le escribe a un antiguo amigo, cuando ya se ha entrado de religioso: “Mi buen colega; si quieres mantener tu alma libre de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y de las malas costumbres tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del asistir a teatros donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las reuniones donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo hubiera permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino amargura, remordimiento y temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo y pídele a Dios que me perdone también a mí”.
Al terminar su bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus estudios universitarios, Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave enfermedad. Lleno de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de religioso. Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando del mundo.
Un año después enferma mucho más gravemente. Una laringitis que trata de ahogarlo y que casi lo lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la intercesión de un santo jesuita martirizado en las misiones y promete irse de religioso, y al colocarse una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda dormido y cuando despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de su enfermedad empieza otras vez el atractivo de las fiestas y de los enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido como jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan mundano lo que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para más tarde el entrar a una congregación de religiosos.
Estalla la peste del cólera en Italia
Miles y miles de personas van muriendo día por día. Y el día menos pensado muere la hermana que él más quiere. Considera que esto es un llamado muy serio de Dios para que se vaya de religioso. Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan amigo de las fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses.
Pero un día asiste a una procesión con la imagen de la Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le ha tenido una gran devoción a la Madre de Dios (y probablemente esta devoción fue la que logró librarlo de las trampas del mundo) y en plena procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la Virgen y ve que Ella lo mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en su vida. Ante esto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle que lo deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el permiso de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres Pasionistas.
Al entrar de religioso se cambia el nombre y en adelante se llamará Gabriel de la Dolorosa. Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y de la Dolorosa, porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los siete dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un hombre totalmente transformado.
Gabriel había gozado siempre de muchas comodidades en la vida y le había dado gusto a sus sentidos y ahora entra a una comunidad donde se ayuna y donde la alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre un verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás una queja, ni lo ve triste o disgustado.
Gabriel lo que hacía, lo hacía con toda el alma. En el mundo se había dedicado con todas sus fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora, entrado de religioso, se dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a cumplir exactamente los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban admirados de su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo lo que se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus prácticas de piedad.
Su vida religiosa fue breve
Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría: “Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años”.
Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentía ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía muy bien.
Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes: “Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación”. Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu.
Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos: “Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad”.
La Comunidad de los Pasionistas tiene como principal devoción el meditar en la Santísima Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en lo que Cristo sufrió en la Agonía del Huerto, y en la Flagelación y coronación de espinas, y en la Subida al Calvario con la cruz a cuestas y en las horas de mortal agonía que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio por los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que lo soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes.
Pero había otra gran ayuda que lo llenaba de valor y esperanza, y era su fervorosa devoción a la Madre de Dios. Su libro mariano preferido era “Las Glorias de María”, escrito por San Alfonso, un libro que consuela mucho a los pecadores y débiles, y que aunque lo leamos diez veces, todas las veces nos parece nuevo e impresionante. La devoción a la Sma. Virgen llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad.
A un religioso le aconsejaba: “No hay que fijar la mirada en rostros hermosos, porque esto enciende mucho las pasiones”. A otro le decía: “Lo que más me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por él, aunque sea regalar a otro un vaso de agua”.
Y el 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido. Su alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el premio de sus buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 25 años.
Poco después empezaron a conseguirse milagros por su intercesión y en 1926 el Sumo Pontífice lo declaró santo, y lo nombró Patrono de los Jóvenes laicos que se dedican al apostolado.
(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Gabriel_de_la_Dolorosa.htm)

