26 enero, 2011

San Timoteo ySan Tito







Oh, San Timoteo, vos sois
el hijo del Dios de la vida
y el engreído de aquél que
no siendo de los Doce, se
convirtió en el más grande
de vuestro tiempo. Saulo de Tarso, su nombre era, y más tarde llamo se Pablo, a quien servisteis vos, como si hijo suyo fuerais, obedeciéndole en todo y para todo; y todo para gloria del Dios eterno, Jesucristo Señor Nuestro. Y
coronado fuisteis con corona
de luz , que feliz recibisteis,
por vuestro amor y lealtad;
oh, San Timoteo, lumbrera.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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26 de Enero

San Timoteo y San Tito

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San Timoteo, obispo y mártir

Año 97

Timoteo significa: tengo un gran respeto a Dios. San Timoteo fue un discípulo muy amado de san Pablo. Era de Listra. Los Hechos de los Apóstoles dicen: Había en Listra un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente y de padre griego. Los creyentes de la ciudad y de los alrededores daban de él muy buenos testimonios. Pablo quiso que se fuera con él.

San Pablo le impuso las manos y le confió el misterio de la predicación, y en adelante lo consideró siempre como un hijo suyo y un discípulo muy amado. En la carta a los Corintios, el apóstol lo llama “Timoteo: mi hijo amado” (1 Cor. 4,7) y de la misma manera lo llama en las dos cartas que le escribió a él.

Timoteo acompañó a San Pablo en su segundo y tercer viajes misioneros. El apóstol al escribirle más tarde le recordará lo buena que fue su familia: “Quiero refrescar el recuerdo de la gran fe que había en tu familia: en tu abuela Loida y en tu madre Eunice. Que esa fe se conserve en ti, ya que desde tu más tierna infancia te hicieron leer y meditar las Sagradas Escrituras” (1 Tim. 1,5;4,14)

La familia de Timoteo progresó mucho en santidad cuando San Pablo y San Bernabé estuvieron hospedados en su casa en Listra. Y allí aquella ciudad les sucedió a los dos apóstoles un hecho muy singular.

Las gentes al ver cómo Pablo curó instantáneamente a un tullido, bendiciéndolo en nombre de Jesucristo, se imaginaron que estos predicadores eran dos dioses disfrazados de hombres.

Que Bernabé, por alto y elegante, era Júpiter, y que Pablo, por lo bien que hablaba, era Mercurio, el mensajero de los dioses y patrono de los oradores. Y corrieron a llamar a los sacerdotes del Templo de Júpiter, los cuales llegaron trayendo un toro para ofrecérselo en sacrificio a los dos dioses. San Pablo se dio cuenta del engaño en que estaban, y rasgándose la camisa les gritó: “Hombres, nosotros no somos dioses, somos pobres criaturas como todos ustedes.”

Y entonces la situación cambió por completo. Los judíos incitaron al populacho contra los predicadores y los apedrearon dejándolos medio muertos. Fueron llevados a casa de Timoteo y allí les hicieron las curaciones más necesarias y en la madrugada salieron de la ciudad. Seguramente que a Timoteo le debió impresionar muy profundamente el modo tan extraordinariamente heroico y alegre que tenía San Pablo para ofrecer sus padecimientos por amor a Dios y por la salvación de las almas, y esto lo movió más y más a dedicarse a seguirlo en sus trabajos de apostolado.

Después de viajar con él en sus correrías de predicación por varios países, Timoteo acompañó a San Pablo en la prisión que tuvo que sufrir en Roma, pues en las cartas que desde Roma escribió el gran apóstol anuncia que lo está acompañando Timoteo, su fiel discípulo.

Muy famosas son las dos cartas de San Pablo a Timoteo. En ellas le recomienda: “Que nadie te desprecie por tu juventud. muéstrate en todo un modelo para los creyentes, por la palabra, la conducta, la caridad, la pureza y la fe”(1 Tim. 4,12) y hasta desciende a detalles prácticos: “Timoteo: no tomes sólo agua. Mézclale de vez en cuando un poco de vino, por tus continuos males de estómago” (1 Tim. 5,23).

El historiador Eusebio dice que San Pablo nombró a Timoteo como obispo de Efeso, y San Juan Crisóstomo afirma que fue nombrado presidente de los obispos de esa región. Se cuenta también que en tiempos del emperador Domiciano, hacia el año 97, Timotio fue martirizado, apaleado y apedreado por haber tratado de impedir una fiesta muy corrompida en aquella ciudad.

San Juan Crisóstomo y San Jerónimo narran que junto a los restos o reliquias de San Timoteo, los cristianos obtenían muy grandes favores de Dios (y ojalá los obtengamos también hoy nosotros al recordarlo con cariño).

Lo que más simpatía le atrae a San Timoteo es haber sido discípulo siempre fiel y muy preferido del gran San Pablo. (Que bueno que él nos prendiera un poquito de su aprecio por las palabras de tan gran apóstol).

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Oh, San Tito; vos sois el
hijo del Dios de la vida, y
el otro engreído de San
Pablo. Secretario fiel por
por donde anduvieron,
nunca os guardasteis para
vos nada, y fielmente
seguisteis, el ejemplo de
Cristo, hasta el final de
vuestros días, como Obispo
sirviendo y cuando la hora
os llegó, al cielo fuisteis,
para corona de luz, recibir
oh, San Tito, “defensor”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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San Tito, obispo (Siglo I).

Tito fue discípulo y secretario de San Pablo. Acompañó al apóstol en muchos de sus viajes. En las dos cartas a los Corintios San Pablo declara que él confía plenamente en su discípulo Tito, y a él lo envía a tratar de que los cristianos cumplan lo que les ha dicho en sus cartas. Y después dice que ha quedado muy satisfecho por las noticias que Tito le ha traído.

San Pablo lo nombró obispo de la isla de Creta y le escribió una bella carta, señalándole las cualidades que deben tener los sacerdotes.

Parece que murió muy anciano y venerado. Tito significa: defensor. Que él sea nuestro defensor contra los errores que atacan a nuestra
religión.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Timoteo_y_Tito.htm)



25 enero, 2011

La Conversión de San Pablo


Oh Saulo de Tarso, vos sois
el hijo del Dios de la vida y
el mismo soldado aquél, que
cristianos hermanos nuestros,
perseguíais y todo, por la fe
profesar en Nuestro Señor.
Os miró Dios con misericordia
y Saulo, nunca más seríais,
hasta el día aquél en que,
camino a Damasco, Cristo mismo
se os apareció y os habló y
confrontó: “Yo soy Cristo a
quien vos perseguís” y bastó
aquél encuentro para convertiros
en Pablo, el más grande Apóstol
de los gentiles y del orbe todo,
pues vos, trocasteis la espada
por la palabra, y enarbolando
la fe, la esperanza y la caridad
cautivasteis con fe y valor los
corazones ajenos y los propios,
con las palabras de Cristo Jesús.
Vana pregunta sería, el querer
saber dónde estáis, pues para
vos, sólo el cielo y nada más.
Coronado de refulgente y eterna
luz, vivís hoy vuestra eternidad;
oh San Pablo, Apóstol de la luz.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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25 de Enero

La Conversión de San Pablo


La Sagrada Biblia, en el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra así La Conversión de San Pablo:
“Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.

Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?”. El respondió: ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: “Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer”.

Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.

Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: ¡Ananías! El respondió: “Aquí estoy Señor” y el Señor le dijo: “Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista”.

Respondió Ananías y dijo: “Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu nombre”.

El Señor le respondió: “Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre”.

Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: “Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo”. Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.

Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión? “Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo”.

Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice: “Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago”.

Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: “El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir”. Y glorificaban a Dios a causa de mí.

Apóstol San Pablo: que tu conversión sea como un ideal para todos y cada uno de nosotros. Que también en el camino de nuestra vida nos llame Cristo y nosotros le hagamos caso y dejemos nuestra antigua vida de pecado y empecemos una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.

Si lo que busco es agradar a la gente, no seré siervo de Cristo.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Conversion_de_San_Pablo.htm)

24 enero, 2011

San Francisco de Sales


Oh, San Francisco de Sales; vos sois,
el hijo del Dios de la Vida, “apóstol” de
la palabra y la verdad y contra los
impíos protestantes, líder y escudo
con vuestro verbo. Vuestra “Introducción
a la vida devota”, invitación dulce es,
para amar esta heroica clase de vida.
Vos decíais: “¿No es una barbaridad
querer desterrar la vida devota del
cuartel de los soldados, del taller de
los artesanos, del palacio, de los príncipes
y del hogar de los casados?” ¡Claro que
sí!. Prescindir de Dios que es amor, es
como ir, ciego por el mundo, y el cuerpo
atar al eterno fuego. Sobre el enojo
escribisteis: “No nos enojemos en el
camino unos contra otros; caminemos
con nuestros hermanos y compañeros
con dulzura, paz y amor; y te lo digo con
toda claridad y sin excepción alguna:
no te enojes jamás, si es posible; por
ningún pretexto des en tu corazón entrada
al enojo”. Vuestra vida gastasteis en
buena lid, ganándoos corona de luz,
como premio justo a vuestra entrega de
amor y fidelidad; de los escritores y
periodistas santo Patrono, luz y guía;
oh, San Francisco de Sales, verdad y virtud.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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24 de enero

San Francisco de Sales
Obispo

Patrono de los periodistas y escritores
(1567-1622)

Se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio “patrono de los periodistas”.

Escribía como un ángel. De forma, que los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura. Montañés de cuerpo entero, nacido en los Alpes, en el castillo saboyano de Sales. Familia exquisita. Le llevan a estudiar a la universidad de París. Luego a Padua. Canónigo de Annecy, obispo auxiliar de Ginebra, líder de debates con los protestantes, apóstol de la región de Chablais. Vuelve a París, trata con san Vicente de Paul, en todas partes se le recibe con entusiasmo.

Hay un libro: “Introducción a la vida devota”, cuarenta ediciones en vida del autor, y en aquellos tiempos. Un libro utilizado muchísimo tiempo como lectura espiritual.

“¿No es una barbaridad -decía él- querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los casados?”

Hay una amistad que no se puede olvidar. La que mantuvo con Juana Chantal; con ella fundó la Orden de la Visitación.

Una virtud. La dulzura de este hombre, de quien dicen que en su juventud tenía tan mal genio.

Respecto a esto, es una constante en la biografía de todo santo su lucha ascética a fin de aumentar su capacidad de autodominio. Pero para demostrar que esta virtud no se consigue de la noche a la mañana, he aquí un detalle precisamente referida a nuestro santo.

Se cuenta que al hacerle al autopsia, le encontraron su hígado endurecido como un piedra. Esto se explica por la enorme violencia que tuvo que hacerse este hombre de fuerte carácter para hacerse y aparecer amable, delicado y bondadoso en el trato.Esa dulzura de la que hablamos antes, no le fue fácil conseguirla.

San Francisco de Sales escribió: “No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo”

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Francisco_de_Sales.htm)

23 enero, 2011

San Ildefonso


Oh, San Ildefonso; vos sois
el hijo del Dios de la vida,
que honor haciendo al significado
de vuestro nombre: “preparado
para el combate”, dedicasteis
vuestra pluma a la “Llena de
Gracia”, la “Kejaritomene”, su
santa virginidad defendiendo,
antes, durante y después del
parto; en que, Aquél que todo lo
ve, nos regalara la compañía de
Su Unigénito y Amado Hijo, Nuestro
Señor Jesucristo. ¿Quién dudar
podrá de vuestro amor a la Madre
Santa de Nuestro Redentor? Nadie
ni nada; y por ello, gozáis ya,
de las alegrías de la patria
celestial, feliz luciendo corona
de luz eterna e inextinguible,
“Doctor de la Virginidad de María”;
oh, San Ildefonso; combatiente.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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23 de Enero

San Ildefonso
Arzobispo de Toledo

Año 667

El nombre “Ildefonso” significa “preparado para el combate”.

San Ildefonso ha sido considerado como una de las glorias de la Iglesia Española. Sobrino de San Eugenio y discípulo de San Isidro, fue escogido por el pueblo para ser arzobispo de Toledo, que era en ese tiempo la capital de España.

Escribió un famoso libro acerca de la Virginidad de María, y por su gran devoción a la Madre de Dios fue llamado “El Capellán de la Virgen”. Se cuenta que Nuestra Señora se le apareció para felicitarlo y darle las gracias por haber hablado tan fervorosamente acerca de Ella y que le regaló un ornamento de celebrar la Santa Misa. En los cuadros antiguos se pinta a San Ildefonso, recibiendo el ornamento de manos de la Santísima Virgen.

San Ildefonso ha sido llamado “Doctor de la Virginidad de María”. Si tu haces algo por la Virgen María, la Virgen María hará mucho más por ti.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Ildefonso.htm)


22 enero, 2011

San Vicente


Oh, San Vicente, vos sois el hijo
del Dios de la vida y aquél hombre
que persistiendo junto a Valerio
vuestro Obispo, en proclamar la fe
de Nuestro Señor Jesucristo, a pesar
de los sufrimientos y el martirio,
fiel permanecisteis a nuestra santa
religión, para sorpresa de vuestros
impíos verdugos. La providencia de
Dios jamás os abandonó y hecha voz
se dejó escuchar, rodeada toda de
celestes cánticos y lluvia de flores
decir: “ven valeroso mártir a unirte
en el cielo con el grupo de los que
aman a Nuestro Señor” y vos, así, al
regazo de vuestro Creador llegasteis
para recibir vuestro premio: coronado
ser, con corona de luz inextinguible.
¿Que habrá otro premio mayor para tan
semejante entrega? No lo hay. ¡No!,
tanto que San Agustín escribió: “El
que sufría era Vicente, pero el que
le daba tan grande valor era Dios. Su
carne al quemarse le hacía llorar y
su espíritu al sentir que sufría por
Dios, le hacía cantar”. !Que valentía!
oh, San Vicente, “vencedor victorioso”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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22 de Enero

San Vicente
Mártir
Año 304

San Vicente: ¡que nos consigas del cielo la gracia de Dios que nos vuelva muy valientes para proclamar nuestra fe!

Vicente significa: «Vencedor, victorioso”. San Vicente era un diácono español, y su martirio se hizo tan famoso que San Agustín le dedicó cuatro sermones y dice de él que no hay provincia donde no le celebren su fiesta. Roma levantó tres iglesias en honor de San Vicente y el Papa San León lo estimaba muchísimo. El poeta Prudencio compuso en honor de este mártir un himno muy famoso.

Era diácono o ayudante del obispo de Zaragoza, San Valerio. (Diácono es el grado inmediatamente inferior al sacerdocio). Como el obispo tenía dificultades para hablar bien, encargaba a Vicente la predicación de la doctrina cristiana, lo cual hacía con gran entusiasmo y consiguiendo grandes éxitos por su elocuencia y su santidad.

El emperador Diocleciano decretó la persecución contra los cristianos, y el gobernador Daciano hizo poner presos al obispo Valerio y a su secretario Vicente y fueron llevados prisioneros a Valencia. No se atrevieron a juzgarlos en Zaragoza porque allí la gente los quería mucho. En la cárcel les hicieron sufrir mucha hambre y espantosas torturas para ver si renegaban de la religión. Pero cuando fueron llevados ante el tribunal, Vicente habló con tan grande entusiasmo en favor de Jesucristo, que el gobernador regañó a los carceleros por no haberlo debilitado más con más atroces sufrimientos. Les ofrecieron muchos regalos y premios si dejaban la religión de Cristo y se pasaban a la religión pagana. El obispo encargó a Vicente para que hablara en nombre de los dos, y éste dijo: «Estamos dispuestos a padecer todos los sufrimientos posibles con tal de permanecer fieles a la religión de Nuestro Señor Jesucristo”. Entonces el perseguidor Daciano desterró al obispo y se dedicó a hacer sufrir a Vicente las más espantosas torturas para tratar de hacerlo abandonar su santa religión.

El primer martirio fue un tormento llamado «el potro”, que consistía en amarrarles cables a los pies y a las manos y tirar en cuatro direcciones distintas al mismo tiempo. Este tormento hacía que se desanimaran todos los que no fueran muy valientes. Pero Vicente, fiel a su nombre, que también significa «valeroso”, aguantó este terrible suplicio rezando y sin dejar de proclamar su amor a Jesucristo.

El segundo tormento fue apalearlo. El cuerpo de Vicente quedó masacrado y envuelto en sangre. Pero siguió declarando que no admitía más dioses que el Dios verdadero, ni más religión sino la de Cristo. El mismo jefe de los verdugos se quedó admirado ante el valor increíble de este mártir.

Entonces el gobernador le pidió que ahora sí le dijera dónde estaban las Sagradas Escrituras de los cristianos para quemarlas. Vicente dijo que prefería morir antes que decirle este secreto.

Y vino el tercer tormento: la parrilla al rojo vivo. Lo extendieron sobre una parrilla calientísima erizada de picos al rojo vivo. Los verdugos echaban sal a sus heridas y esto le hacía sufrir mucho más. Y en todo este feroz tormento, Vicente no hacía sino alabar y bendecir a Dios.

San Agustín dice: «El que sufría era Vicente, pero el que le daba tan grande valor era Dios. Su carne al quemarse le hacía llorar y su espíritu al sentir que sufría por Dios, le hacía cantar”. Si no hubiera sido porque Nuestro Señor le concedió un valor extraordinario, Vicente no habría sido capaz de aguantar tantos tormentos. Pero Dios cuando manda una pena, concede también el valor para sobrellevarla.

El tirano mandó que lo llevaran a un oscuro calabozo cuyo piso estaba lleno de vidrios cortantes y que lo dejaran amarrado y de pie hasta el día siguiente para seguirlo atormentando para ver si abandonaba la religión de Cristo. El poeta Prudencio dice: «El calabozo era un lugar más negro que las mismas tinieblas; un covacho que formaban las estrechas piedras de una bóveda inmunda; era una noche eterna donde nunca penetraba la luz”.

Interviene Dios. Pero a medianoche el calabozo se llenó de luz. A Vicente se le soltaron las cadenas. El piso se cubrió de flores. Se oyeron músicas celestiales. Y una voz le dijo: «Ven valeroso mártir a unirte en el cielo con el grupo de los que aman a Nuestro Señor”. Al oír este hermoso mensaje, San Vicente se murió de emoción. el carcelero se convirtió al cristianismo, y el perseguidor lloró de rabia al día siguiente al sentirse vencido por este valeroso diácono.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Vicente.htm)

21 enero, 2011

Santa Inés


Oh, Santa Inés; vos sois la hija
del Dios de la vida y aquella
escogida por Él, para su Esposa
haceros, y vos, toda llena de
sublime amor por Cristo, dijisteis
a vuestro pretendiente: “He sido
solicitada por otro Amante. Yo
amo a Cristo. Seré la esposa
de Aquel cuya Madre es Virgen;
lo amaré y seguiré siendo casta”.
Y, así os lo hicisteis, hasta la
entrega de vuestra joven y preciosa
vida. Levantasteis vuestras puras
manos, hacia Jesucristo orando, y
desde el fondo de la hoguera de
vuestro martirio, el signo de la
cruz hicisteis, en señal de la
victoria de Cristo. Presentasteis
vuestras manos y frágil cuello,
ante las argollas de hierro. Llanto
de todos, menos el vuestro se oyó
y al Padre, entregasteis el alma.
Oh, insensata juventud, aprended
de Inés, que poseyéndolo todo, al
mundo despreció, y atándose al
madero de la vida, corona de luz
eterna recibió, que inextinguible
brilla eternamente. Mártir de la
virginidad y Patrona de las jóvenes
puras; vuestro martirio y pureza
alumbren a la juventud del orbe;
oh, Santa Inés, pureza de Dios.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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21 de Enero

Santa Inés

Mártir

San Ambrosio en una de sus homilías habló de Santa Inés como un personaje muy conocido de las gentes de aquel tiempo. Recuerda que su nombre viene de Agnus, y significa «pura”.

Y añade el santo: «Se refiere que ella tenía sólo trece años cuando fue martirizada. Y notemos el poder de la fe que consigue hacer mártires valientes en tan tierna edad. Casi no había sitio en tan pequeño cuerpo para tantas heridas. Se mostró valientísima ante las más ensangrentadas manos de los verdugos y no se desanimó cuando oyó arrastrar con estrépito las pesadas cadenas. Ofreció su cuello a la espada del soldado furioso. Llevada contra su voluntad ante el altar de los ídolos, levantó sus manos puras hacia Jesucristo orando, y desde el fondo de la hoguera hizo el signo de la cruz, señal de la victoria de Jesucristo. Presentó sus manos y su cuello ante las argollas de hierro, pero era tan pequeña que aquellos hierros no lograban atarla. Todos lloraban menos ella. Las gentes admiraban la generosidad con la cual brindaba al Señor una vida que apenas estaba empezando a vivir. Estaban todos asombrados de que a tan corta edad pudiera ser ya tan valerosa mártir en honor de la Divinidad. Cuántas amenazas empleó el tirano para persuadirla. Cuántos halagos para alejarla de su religión. Mas ella respondía: La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Unicamente será mi esposo el que primero me eligió, Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer. Llegado el momento del martirio. Reza. Inclina la cabeza. Hubierais visto temblar el verdugo lleno de miedo, como si fuera él quien estuviera condenado a muerte. Su mano tiembla. Palidece ante el horror que va a ejecutar, en tanto que la jovencita mira sin temor la llegada de su propia muerte. H aquí dos triunfos a un mismo tiempo para una misma niña: la pureza y el martirio”.

Era de la noble familia romana Clodia. Nació cerca del año 290. Recibió muy buena educación cristiana y se consagró a Cristo con voto de virginidad.

Volviendo un día del colegio, la niña se encontró con el hijo del alcalde de Roma, el cual se enamoró de ella y le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Ella respondió: «He sido solicitada por otro Amante. Yo amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta”.

El hijo recurre a su padre, el alcalde. Este la hace apresar. La amenazan con las llamas si no reniega de su religión pero no teme a las llamas. Entonces la condenan a morir degollada. Sus padres recogen el cadáver. La sepultan en el sepulcro paterno. Pocos días después su hermana Emerenciana cae martirizada a pedradas por estar rezando junto al sepulcro.

«Con mínimas fuerzas superó grandes peligros”, dice San Dámaso en su epitafio. Todos los historiadores coinciden en proclamarla mártir de la virginidad. Es patrona de las jóvenes que desean conservar la pureza. Cada año, el 21 de enero, día de Santa Inés, se bendicen los corderos con cuya lana se tejen los «palios”, o sea el distintivo de los arzobispos.

En este tiempo de materialismo sea ella un modelo de castidad para la juventud. La liturgia la presenta como modelo de los éxitos que logra alcanzar una persona cuando tiene una gran fe. La fe en Dios y en la eternidad lleva al heroísmo.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Inés.htm)

20 enero, 2011

San Fabián y San Sebastián


Oh, San Fabián; vos sois
el hijo del Dios de la vida,
aquél hombre que por Dios
elegido, ordenado fuisteis
Sacerdote y luego Obispo
del Dios eterno, para vos,
entregar luego, a Aquél que
todo lo ve, vuestra santa y
ejemplar vida; todo por la
causa de su amor, por el
mundo todo. Decio, tirano e
idóltra, matar pudo vuestro
cuerpo, pero jamás vuestra
alma, que de fulgores llena
marchó al infinito cielo,
para coronada ser con corona
de luz, que jamás nunca, su
brillo y luz dejarán de emitir;
oh, San Fabián, Papa y mártir.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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20 de Enero
San Fabián y San Sebastián

San Fabián, Sumo Pontífice (250)

Fue Sumo Pontífice del año 236 al 250, por 14 años. El historiador Eusebio cuenta que al morir el Papa San Antero, el clero de Roma se reunió junto con los fieles creyentes, para elegir al nuevo Papa, y que estando allí reunidos, vieron descender una paloma sobre la cabeza de Fabián. No habían pensado elegirlo a él porque todavía no era sacerdote. Pero ante esta señal, lo eligieron, y fue ordenado sacerdote y consagrado obispo.

San Cipriano dijo de él: «Fue un hombre muy santo, y la gloria de su martirio correspondió a la gran pureza de su vida”. El emperador Decio ordenó en el 250 una terrible persecución contra los cristianos y al primero que mandó matar fue al Papa San Fabián.

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Oh, San Sebastián, vos sois
el hijo del Dios de la vida
y aquél hombre hecho soldado,
que persistiendo en la fe de
Cristo, por Él y para Él, el
martirio decidisteis y que,
las flechas que os dirigieron
sobre vos, mataron el cuerpo,
mas jamás, vuestra indómita
alma, que goza hoy, de las
riquezas del prometido cielo
por Aquél que todo lo ve, y
juzga con verdad y luz. A vos
pues, estos versos humildes,
porque os preocupáis por los
soldados, arqueros y atletas;
luciendo corona de luz, desde
el cielo que ganasteis por
vuestro amor y entrega total,
en ayuda y en defensa de los
cristianos del tiempo vuestro;
oh, San Sebastián, “venerable”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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San Sebastián

Soldado mártir

Año 300.

Se dice de él que entró a la vida militar para poder ayudar a los cristianos que estaban prisioneros. Una vez un mártir estaba para desanimarse a causa de las lágrimas de sus familiares, pero el militar Sebastián lo animó a ofrecer su vida por Jesucristo, y así aquel creyente obtuvo el glorioso martirio.

Dicen los antiguos documentos que Sebastián era Capitán de la Guardia en el Palacio Imperial en Roma, y aprovechaba ese cargo para ayudar lo más posible a los cristianos perseguidos.

Pero un día lo denunciaron ante el emperador por ser cristiano. Maximino lo llamó y lo puso ante la siguiente disyuntiva: o dejar de ser cristiano y entonces ser ascendido en el ejército, o si persistía en seguir creyendo en Cristo ser degradado de sus cargos y ser atravesado a flechazos. Sebastián declaró que sería seguidor de Cristo hasta el último momento de su vida, y entonces por orden del emperador fue atravesado a flechazos.

En Roma le levantaron desde muy antiguos tiempos una basílica en su honor. Ha sido invocado por muchos siglos como su Patrono contra las flechas envenenadas y para librarse de plagas y enfermedades. San Ambrosio pronunció hermosos sermones acerca de San Sabastián. Es patrono de los arqueros, los soldados y los atletas. El nombre «Sebastián” significa: «Digno de respeto. Venerable”.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Fabian_Sebastian.htm)