12 octubre, 2011

Nuestra Señora del Pilar Patrona de la Hispanidad


¡Oh!; Señora Nuestra del Pilar;
vos, sois la hija Predilecta del
Dios de la vida, porque, sobre
Vos, las tierras del continente
Viejo y Nuevo, vívidas reposan
de fe llenas y Os invocan, porque
mas certero puente no hay; entre
el cielo y la tierra, que Vuestro
prístino y amadísimo corazón entero.
¡Patrona de la Patria Madre!
¡Patrona de la hispanidad!
¡Oh, Madre Santa del Redentor!
!Oh, Santa Madre del Dios Vivo!
!Oh!, Nuestra Señora del Pilar!.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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12 de Octubre
Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza Patrona de la Hispanidad

El Papa Clemente XII estableció la fecha del 12 de Octubre para la festividad de la Virgen del Pilar.

En España, sobre todo en Aragón, es muy conocida la plegaria: “Bendita sea la hora en que la Virgen vino en carne mortal a Zaragoza”.

La Santísima Virgen del Pilar es la Patrona de España y de la Hispanidad. Su templo es visitado por miles de personas diariamente.

Historia de la Aparición

Según documentos del siglo XIII, el Apóstol Santiago, El Mayor, hermano de San Juan, viajó a España a predicar el evangelio (año 40 d.C.), y una noche la Virgen María se le apareció en un pilar. La tradición nos cuenta que Santiago había llegado a Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, y una noche, estando en profunda oración junto a sus discípulos a orillas del río Ebro, la Santísima Virgen María se manifestó sobre un pilar, acompañada por un coro de ángeles, (ella aun vivía en Palestina).

La Virgen le habló al Apóstol pidiéndole que se le edificase ahí una iglesia con el altar en derredor al pilar y expresó: “Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda”.

El lugar, ha sobrevivido a invasiones de diferentes pueblos y a la Guerra Civil española de 1936-1939, cuando tres bombas cayeron sobre el templo y no estallaron. También se cree que la Virgen le dio al Apóstol una pequeña estatua de madera.

Luego de la aparición, Santiago junto a sus discípulos comenzaron a construir una capilla en donde se encontraba la columna, dándole el nombre de “Santa María del Pilar”. Este fue el primer templo del mundo dedicado a la Virgen. Después de predicar en España, Santiago regresó a Jerusalén. Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 d.C. siendo el primer apóstol mártir, luego del suceso sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Siglos después el lugar fue encontrado y llamado Compostela (campo estrellado).

El primer santuario sobre la tumba de Santiago la ordenaron construir el rey Alfonso II, El Casto de Asturias, y el obispo Teodomiro en el siglo IX. Hoy se encuentra una magnífica catedral en sitio.

Un Milagro

El Milagro del cojo Miguel de Calandra

Entre los muchos milagros ocurridos en el sagrado lugar donde la Virgen se apareció, sobresale el del cojo de Calandra. A este hombre le fue amputada una pierna en 1637 y en 1640 la pierna volvió a aparecer entera en su cuerpo. Hay varias versiones de como aconteció el suceso, pero lo importante es que sí hubo un milagro. Algunos dicen que sucedió cuando se le colocó aceite de la lámpara de la Virgen del Pilar, otros dicen que ocurrió mientras soñaba que visitaba la basílica. Cientos de personas fueron testigos de este acontecimiento y actualmente en la pared derecha de la basílica hay un cuadro que relata el prodigioso suceso.

Esta maravillosa basílica tiene once cúpulas y cuatro torres. La Capilla del Pilar es el lugar en el cual se sitúa la columna sobre la que se apareció la Virgen a Santiago. Según la tradición era una construcción externa al templo y que luego cuando se reformó el lugar fue integrado en el interior de la basílica.

El lugar más sagrado del templo es la santa columna sobre la cual se apareció la Virgen. El pilar es de jaspe, mide casi 2 metros y la pequeña estatua es de madera y tiene 38 cm.

La Crónica de Aragón

Y bien asi la primera voz que mas con efecto sono dela fe en Çaragoça que es cabeça de aragon tomo su mayor cimiento: porque viniendo a ella santiago el mayor: como algunos affirman y fasta enla minerua de roma por escripto se falla y fasta dentro enla casa sancta lo han por mucho cierto. conuirtio enla ciudad fasta siete varones cuyos nombres enel martilogio famoso de Cromacio se asientan: y son estos. torquato. tesifonte. segundo. indalecio. sicilio. esicio. eufrasio. el cuerpo del sancto indalecio truxo el rey don Sancho el quarto como a su natural y de su propia nacion a sant Johan dela peña: desde alla de piedra pisada. y fueron aquestos los primeros cristianos que nunca houo en la Europa. ca llego primero santiago aca: y antes que saliessen los apostolos de judea.

Y desta causa labro santiago enla misma ciudad la primera capilla que a honor de nuestra señora fue enel mundo labrada: porque al tiempo que della se despidio prometio delo assi fazer. y le fue por ella tan bien encargado: que donde quier que mas discipulos fiziesse ahi le fundasse vna capilla. y llamo la sancta maria del pilar. y la razon dello fue: porque orando vna noche orilla del rio con sus nueuos siete criados: oyo cantares marauillosos del cielo y aparecio le subito nuestra señora con gran muchedumbre y caualleria de angeles que ahun ella viuiendo la trahian sobre vn pilar assentada con excellente corona en la cabeça: y con aquella fiesta gloria y triunpho que a tan alta reynase perteneçia: y ahun despues dela hauer tan deuota y profundamente acatado quanto a señora tan alta y tan madre de dios era deuido y el podia cumplir: le fue por ella de nueuo mandado que assentasse la primera y su excellente capilla dela misma forma y manera que la el asento. ca le fazia saber y ahun le prometia que enella para siempre su jnmortal memoria seria festejada y ende seria tan por estremo y tan deuotamente su nombre acatado.

(Gauberto Fabricio de Vagad, Crónica de Aragón, Zaragoza: Pablo Hurus, 1499).

Oraciones a Nuestra Señora del Pilar

Oh Virgen del Pilar, Reina y Madre, España y todas las naciones hispanas reconocen con gratitud tu protección constante y esperan seguir contando con ella.

Obténnos de tu Hijo fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Queremos que en todos los instantes de nuestra vida sintamos que tu eres nuestra Madre.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Súplica y Oración del Santo Padre Juan Pablo II

Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas.

¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos.

Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras.

En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad.

En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia.

Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad.

Así sea.

Oración

Omnipotente y eterno Dios que te dignaste disponer que la sacratísima Virgen María, Madre tuya, entre coros de ángeles sobre esta Columna de mármol, enviada del Cielo, viniera viviendo en carne mortal. Y que esta iglesia fuese edificada para su honra por el protomártir de los apóstoles, Santiago, y sus discípulos; te suplicamos por sus méritos e intercesión, nos concedas alcancemos fácilmente lo que con toda confianza pedimos. Tu que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.

Amén.

Oración

¡Virgen bendita del Pilar! guarda a España y a todos los países Hispanoamericanos en medio de los vaivenes, y a despecho de los ataques de sus enemigos, pues en tu pilar ciframos nuestras inconmovibles esperanzas.


11 octubre, 2011

Santa María Soledad Torres


Oh, Santa María Soledad Torres;
vos sois, la hija del Dios de la vida
y, la niña aquella que, soñabais,
con a Dios amar, a través del servicio
a los enfermos y moribundos de
vuestro tiempo. Y, así, lo hicisteis,
hasta el final de vuestros santos días,
dejando entre nosotros, vuestra
obra de las hermanas “Siervas de
María Ministras de los enfermos”,
quienes, a vos, gracias, asisten en
sus casas, de gratuita manera a
nuestros hermanos enfermos, que
parten de este mundo, asistidos
con los sacramentos santos. Hoy,
corona de luz, mostráis como justo
premio, por vuestro amor y fidelidad;
Oh, Santa María Soledad Torres, “paz”.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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11 de Octubre
Santa María Soledad Torres
Fundadora
Año 1887

Dios sea bendito por estas obras de caridad tan admirables que inspira en su Santa Iglesia Católica. Que sigan apareciendo muchas más.

Esta es la santa fundadora de las hermanas Siervas de María, Ministras de los enfermos, que tienen 126 casas en el mundo con 2,380 religiosas. Nació en 1826 en Madrid (España), hija de modestos comerciantes que la instruyeron muy bien en la religión.

Estudió con las hermanas Vicentinas y al ver la dedicación total de estas religiosas a los más pobres, se entusiasmó por la vida religiosa. Pero era muy débil de salud y no fue admitida en la comunidad. Solamente a la edad de 25 años logrará cumplir su anhelo de ser religiosa.

El párroco de un barrio pobre de Madrid se entristecía al ver que muchos enfermos morían en el más completo abandono y sin recibir los santos sacramentos. Y pensó en reunir a un grupo de mujeres piadosas que visitaran a los enfermos en sus domicilios y les ayudaran a bien morir.

Al enterarse Soledad Torres de este deseo del párroco se presentó a él para ofrecerse a ayudarle en tan caritativa misión. Ella desde niña había asistido a varios moribundos y sentía un gusto especial por asistir a enfermos y moribundos. Era una gracia que le había concedido el Espíritu Santo. Aunque el sacerdote le rechazó en una primera entrevista porque le parecía muy débil y enfermiza para esas labores, después se dio cuenta de que era un alma de Dios y con ella y seis compañeras más, fundó el 15 de agosto de 1851, la comunidad de Siervas de María o Ministros de los enfermos. La novedad de esta comunidad era que ellas debían asistir a domicilio y totalmente gratis a los enfermos que lo solicitaran.

Por aquellos tiempos llegó a Europa la terrible epidemia del cólera y en los hospitales no cabían los enfermos. Muchos de ellos eran abandonados por sus familiares por temor al contagio. Fue entonces cuando María Soledad y sus religiosas se multiplicaron por todas partes para atender a los más abandonados.

El fundador de la comunidad se fue de misionero a lejanas tierras y el sucesor se dejó creer de cuentos y habladurías y destituyó a Soledad del cargo de superiora. Ella se alegró de poder asemejarse a Cristo en padecer incomprensiones y persecuciones. En sus visitas a Jesús Sacramentado obtenía fuerzas para sufrir con paciencia y por amor a Dios. Después se supo la verdad de todo y fue restablecida en su cargo, y bajo su dirección se extendió admirablemente su congregación. Murió la santa el 11 de octubre de 1887 a la edad de 61 años. Fue canonizada por Pablo VI en 1970.



10 octubre, 2011

Santo Tomás de Villanueva


Oh, Santo Tomás de Villanueva,
vos sois el hijo del Dios de la
vida, y el que atracción sentíais
por atender a los enfermos, pues
repetíais que su lecho, era como
la zarza ardiente de Moisés, en
la cual uno, a Dios encuentra. Vos,
mientras celebrabais la Misa Santa
los éxtasis, os cubrían y vuestro
mundo, sólo Dios era. “¡Pecadores,
mírenlo!”, fue la frase única y no
pudisteis decir más, porque os
quedasteis una vez más en éxtasis,
lo sobrenatural contemplando. ¿Qué
lujos y comodidades puede necesitar
un sencillo fraile y religioso como
soy yo?”, dijisteis el día de vuestra
posesión y algunos os criticaban
porque usabais una sotana vieja y
desteñida, y vos les respondíais: “Lo
importante no es llevar una sotana
nueva. Lo importante es embellecer
el alma que nunca se va a morir”.
Vos también decíais: “mi primer deber
es no negar un favor a quien lo
necesita, si en mi poder está el
hacerlo. Si abusan de lo que reciben,
ellos responderán ante Dios”. Y así
luego de cumplir con Él, vuestra
alma entregasteis para coronada
ser, con corona de luz, que brilla
como justo premio a vuestro amor.
“Que bueno es Nuestro Señor: a
cambio de que lo amemos en la tierra,
nos regala su cielo para siempre”;
oh, Santo Tomás de Villanueva, luz.

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Octubre
Santo Tomás de Villanueva
Arzobispo
Año 1555

Gracias Señor por estos santos tan admirables. El que ayuda al pobre, presta a Dios, y Dios le recompensará (Proverbios).

Este inmenso predicador que fue llamado por sus oyentes “el divino Tomás”, nació en España en 1488 y su sobrenombre le vino de la ciudad donde se educó y creció. Sus padres no le dejaron riquezas materiales en herencia, pero sí una herencia mucho más importante: un profundo amor hacia Dios y una gran caridad hacia los demás.

Hizo sus estudios con gran éxito en la universidad de Alcalá y en 1516 pidió y obtuvo ser admitido en la comunidad de los padres agustinos, en Salamanca. En 1518 fue ordenado sacerdote y luego fue profesor de la universidad. Poseía una inteligencia excepcionalmente lúcida y un criterio muy práctico para dar opiniones sobre temas difíciles. Pero tuvo que ejercitarse continuamente para adquirir una buena memoria y luchar mucho para que las distracciones no le alejaran de los temas que quería .

Sentía una predilección especial por atender a los enfermos y repetía que cada cama de enfermo es como la zarza ardiente de Moisés, en la cual se logra encontrar uno con Dios y hablar con Él, pero entre las espinas de incomodidad que lo rodean. Fue nombrado Provincial de su comunidad y en 1533 envió a América los primeros Padres Agustinos que llegaron a México.

Frecuentemente mientras celebraba la Santa Misa o rezaba los Salmos, le sobrevenían los éxtasis y se olvidaba de todo lo que lo rodeaba y sólo pensaba en Dios. En esos momentos el rostro le brillaba intensamente. Cierto día mientras predicaba fuertemente en Burgos contra el pecado, tomó en sus manos un crucifijo y levantándolo gritó “¡Pecadores, mírenlo!”, y no pudo decir más, porque se quedó en éxtasis, y así estuvo un cuarto de hora, mirando hacia el cielo, contemplando lo sobrenatural. Al volver en sí, dijo a la multitud que estaba maravillado: “Perdonen hermanos por esta distracción. Trataré de enmendarme”.

El emperador Carlos V le había ofrecido el cargo de arzobispo de Granada pero él nunca lo había aceptado. Entonces un día el emperador le dijo a su secretario: Escriba: “Arzobispo de Valencia, será el Padre…”, y le dictó el nombre de otro sacerdote de otra comunidad. Cuando fue a firmar el decreto leyó que el secretario había escrito: “Arzobispo de Valencia, el Padre Tomás de Villanueva”. “¡Pero este no fue el que yo le dicté!”, dijo el emperador. “Perdone, señor” – le respondió el secretario. “Me pareció haberle oído ese nombre. Pero enseguida lo borraré”. “No, no lo borre, dijo Carlos V, el otro era el que yo pensaba elegir. En cambio este es el que Dios quiere que sea elegido”. Y mandó que lo llamaran para dar el nombramiento.

Tomás se negó totalmente a obedecer al emperador en esto. El hijo del gobernante (el futuro Felipe II) le rogó que aceptara, pero tampoco quiso aceptar. Solamente cuando su superior de comunidad le mandó bajo voto de obediencia, entonces sí aceptó tan alto cargo. Llegó a Valencia de noche, en medio de terrible aguacero, acompañado solamente por un religioso de su comunidad. Pidió hospedaje de caridad en el convento de los Padres Agustinos, diciendo que le bastaba una estera en el suelo para dormir (Cuando los frailes descubrieron quién era él se arrodillaron a pedirle su bendición). Antes de posesionarse del arzobispado hizo seis días de retiro de oración y penitencia en el convento. Quería empezar bien preparado para su difícil oficio.

Al posesionarse de su cargo de Arzobispo, los sacerdotes de la ciudad le obsequiaron 4,000 monedas de plata y él dijo: “los pobres necesitan esto más que yo. ¿Qué lujos y comodidades puede necesitar un sencillo fraile y religioso como soy yo?”. Algunos lo criticaban porque usaba una sotana muy vieja y desteñida, y él respondía: “Lo importante no llevar una sotana nueva. Lo importante es embellecer el alma que nunca se va a morir”.

El emperador Carlos V al oírle predicar exclamaba: “Este Monseñor conmueve hasta las piedras”. Y cuando estaba en la ciudad, el emperador nunca faltaba a los sermones de Monseñor Tomás. Sus sermones producían cambios impresionantes en los oyentes, y aun hoy día conmueven profundamente a quienes los leen. La gente decía que Tomás de Villanueva era como un nuevo apóstol San Pablo, enviado por Dios para transformar a los pecadores.

Lo que más le interesaba era transformar a sus sacerdotes. A los menos cumplidores se los ganaba de amigos y poco a poco a base de consejos y peticiones amables los hacía volverse mejores. A uno que no quería cambiar, lo llamó a su palacio y le dijo: “Yo soy el que tengo la culpa de que usted o quiera enmendarse. Porque no he hecho penitencias por su conversión, por eso no ha cambiado”. Y quitándose la camisa empezó a darse fuetazos a sí mismo hasta derramar sangre. El otro se arrodilló llorando y le pidió perdón y desde ese día mejoró totalmente su .

Dedicaba muchas horas a rezar y a meditar, pero su secretario tenía la orden de llamarlo tan pronto como alguna persona necesitara consultarle o pedirle algo. A su palacio arzobispal acudían cada día centenares de pobres a pedir ayuda, y nadie se iba sin recibir algún mercado o algún dinero. Especial cuidado tenía el prelado para ayudar a los niños huérfanos. Y en los once años de su arzobispado no quedó ninguna muchacha pobre de la ciudad que en el día de su matrimonio no recibiera un buen regalo del arzobispo. A quienes lo criticaban por dar demasiadas ayudas aun a vagos, les decía: “mi primer deber es no negar un favor a quien lo necesita, si en mi poder está el hacerlo. Si abusan de lo que reciben, ellos responderán ante Dios”.

A los ricos les insistía continua y fuertemente acerca del deber tan grave que cada uno tiene de gastar en dar limosnas todo lo que le sobre, es vez de gastarlo en lujos y cosas inútiles. Decía a la gente: “¿En qué otra cosa puedes gastar mejor tu dinero que en pagar tus culpas a Dios, haciendo limosna? Si quieres que Dios oiga tus oraciones, tienes que escuchar la petición de ayuda que te hacen los pobres. Debes anticiparte a repartir ayudas a los que no se atreven a pedir.

Algunos le decían que debía ser más fuerte y lanzar maldiciones contra los que vivían en unión libre. Él respondía: “Hago todo lo que me es posible por animarlos a que se pongan en paz con Dios y que no vivan más en pecado. Pero nunca quiero emplear métodos agresivos contra nadie”. Si oía hablar de otro respondía: “Quizás lo que hizo fue malo, pero probablemente sus intenciones eran buenas”.

En septiembre de 1555 sufrió una angina de pecho e inflamación de la garganta. Mandó repartir entre los pobres todo el dinero que había en su casa. Hizo que le celebraran la S. Misa en su habitación, y exclamó: “Que bueno es Nuestro Señor: a cambio de que lo amemos en la tierra, nos regala su cielo para siempre”. Y murió. Tenía 66 años.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Tomás_de_Villanueva.htm)




09 octubre, 2011

San Luis Beltrán

Oh, San Luis Beltrán, vos sois
el hijo del Dios de la vida, y
misionero de Aquél que lo ve
todo. De novicios maestro, que
riguroso y amoroso enseñasteis
las verdades de la fe, a aquellos
hermanos nuestros, cuyo ejemplo
por vos, hasta hoy, compartimos.
vos demostrasteis gran humildad
y por ello, para libraros, del
deseo de sobresalir, colocasteis
en la puerta de vuestra habitación
un letrero con una frase de San
Pablo, que decía: “Si lo que busco
es agradar a la gente, ya no seré
servidor de Cristo”, y así, vos
convertisteis y bautizasteis miles
de indios y demostrasteis, en que,
el arma más poderosa para almas
ganar, rezar mucho es y sacrificios
hacer, como vos siempre lo hacíais.
Hoy, desde el cielo, corona de luz
mostráis, como premio de vuestra
entrega por el Dios de luz y amor;
oh, San Luis Bertrán, Evangelizador.


© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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9 de Octubre
San Luis Beltrán
Misionero
Año 1581

San Luis Beltrán: pídele a Dios que nos mande muchos y santos misioneros. Ciertos malos espíritus no se alejan, sino con oración y sacrificios (Jesucristo).

Este santo misionó las regiones selváticas del norte de Colombia y se vio libre como por milagro de los más terribles peligros contra su vida. Nació en Valencia, España, en 1526, y fue bautizado en la misma pila bautismal en la que habían bautizado 175 años antes a San Vicente Ferrer, el cual era familiar de su padre. Tuvo el honor de que la ordenación sacerdotal se la confiriera santo Tomás de Villanueva. Y a estos grandes hombres de Dios los imitó siendo extremadamente humilde, y practicando la obediencia en grado heroico.

Santa Teresa le escribió preguntándole si debía fundar un convento en su ciudad. Nuestro santo le respondió: “El asunto sobre el cual me pide información es tan importante que me dediqué por varios días a pedirle a Nuestro Señor que me iluminara lo que le debía responder. Ahora le digo que sí, que lo debe fundar. Y le añado una noticia más: su comunidad va a ser tan ayudada por Dios, que dentro de cincuenta años será una de las más importantes en la Iglesia Católica”. Y así sucedió.

En las comunidades religiosas hay un cargo de enorme importancia. Es el del encargado de formar a los futuros religiosos. Se le llama Maestro de novicios. San Luis Beltrán ejerció ese cargo en España, en su comunidad de Padres Dominicos, casi por 30 años (con interrupciones) y formó gran número de fervorosos religiosos. Era muy estricto y exigente, pero sabía dar las órdenes con tan gran bondad y amabilidad, que todos sus súbditos lo amaban y estimaban.

Para librarse del deseo de sobresalir ante los demás, colocó en la puerta de su habitación un gran letrero con esta frase de San Pablo: “Si lo que busco es agradar a la gente, ya no seré servidor de Cristo”.

En 1562 fue enviado como misionero a las tribus de indios en el norte de Colombia. Cuando llegó no sabía hablar sino el español, pero Dios le concedió el don de lenguas y en poco tiempo aprendió a hablar en los idiomas de sus indígenas, de una manera tan admirable que nadie se explicaba cómo lo había logrado. En casi siete años (de 1562 a 1569) convirtió miles de indios desde Panamá hasta el Golfo de Urabá, en regiones palúdicas y llenas de toda clase de mosquitos y de alimañas peligrosas. En los registros que dejó escritos por su propia mano señala que bautizó más de 15,000 indios. Predicó a tribus sumamente salvajes que varias veces trataron de asesinarlo pero no lo lograron.

Pero sus más peligrosos enemigos eran ciertos colonizadores españoles que cometían toda clase de injusticias contra los indígenas, y que al ser reprendidos por el santo misionero, se propusieron eliminarlo. Primero le ofrecieron un vaso de refresco, que contenía un fuerte veneno. Él le dio la bendición al vaso, y este se rompió en muchos pedazos. Los indios narraban que un colono quiso disparar su escopeta contra el misionero y que la escopeta estalló, retorciéndose su cañón y quedando en forma de cruz. El santo tenía una fe capaz de conseguir milagros.

Cuentan que cuando deseaba convertir a algún pecador hacía esta penitencia. Al anochecer, en esas selvas aparecen millones y millones de mosquitos muy hambrientos. Él se quitaba la camisa y dejaba que le picaran, y de vez en cuando les decía: “Hermanitos, ya comieron lo suficiente. Ahora déjenle el puesto a sus compañeros, que también quieren comer”. Y los miles de mosquitos se iban para que llegaran los otros que estaban también muy hambrientos.

En 1569 fue llamado a España a seguir formando los futuros misioneros. A estos les insistía en que el arma más poderosa para ganar almas es rezar mucho y hacer sacrificios. Y les repetía que las buenas palabras del que enseña religión deben ir siempre acompañadas de buenas obras, porque si con el mal ejemplo destruimos lo bueno que sembramos con la predicación, eso es fatal. Murió el 9 de octubre del año 1581.


08 octubre, 2011

Santas Pelagia y Tais


Oh, Santas Pelagia y Tais, sois
vosotras las hijas del Dios de la
vida, las mismas penitentes, que
sus despeñadas vidas, trocaron
por la Cruz santa del Dios eterno
y reconciliándoos con Él, la eterna
gloria alcanzasteis, en el mundo
del tiempo vuestro. ¿Que no hay
esperanza ni perdón para tales
vidas? Claro que la hay, por ello
hoy brilláis luciendo corona de luz,
premio justo al amor de Cristo
Jesús, e invitando a las mujeres
de este tiempo, que, errantes y
perdidas las calles de este mundo
vagan sin esperanza alguna, para
que os imiten, en santidad y amor
y un día, al igual que vosotras,
alcanzar puedan la gloria eterna;
oh, Santas Pelagia y Tais, "luces vivas".

© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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08 de Octubre


Santas Pelagia (+ 468) y Tais (+ 348), penitentes

La antigüedad cristiana se alimentó con el encanto de estas dos historias que de algún modo llevan al corazón cristiano la añoranza de la inocencia perdida y animan a la vuelta. Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes, habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del desorden y la lejanía de Dios, pues, mira… resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores. Estas actitudes están personificadas en Pelagia y Tais.

Pelagia

Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba “Margarita” que es la traducción de “gema”, quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.

Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo. Bastó oírlo para que Dios la moviera a sincera conversión, pidiera el bautismo y cambiara sus danzas, sus máscaras y abalorios por la penitencia. Termina el relato de su historia diciendo que murió penitente en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, en el año 468, disimulando con una máscara su condición de mujer, habiéndose hecho llamar Pelagio.

Tais

Fue anterior a Pelagia en el tiempo y en los oficios. Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución de Alejandría.

Refiere la narración que Pafnucio, el del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron resultado. Provocó un encuentro con ella y fue el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ahora está deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante, recurre a la misericordia de Dios y pide que se le imponga penitencia. Muere penitente reconciliada por los años 348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy. Es patrona de Alejandría y se la representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas.

Las dos son una delicada muestra que realza la misericordia del Señor.


07 octubre, 2011

Nuestra Señora del Rosario


Oh, Rosario Santo ¡Señora Nuestra!.
Escuchad hermanos míos:
Si queréis en paz vivir y gozar
De salud de cuerpo y alma
El Rosario Santo debéis de rezar.


El os dará la paz que andáis
Buscando y él os acompañará
Todo los días de vuestra vida
Porque el mismo Cristo estará
En vuestro corazón siempre.


Hacedlo como Agustín, el primero
Entre todos en haberlo aprendido
De boca de Nuestra Señora y
Por quien se expandió por todo
El orbe de muestro mundo.


Ya lo sabéis, que nada os cuesta
Y viviréis con cada misterio
Cantando en vuestra alma, la vida
Pasión, muerte y resurrección de
De Jesucristo, Dios y Señor Nuestro.


Aquí os lo digo cómo debéis hacerlo:
La Señal de la Cruz, primero
Seguido del Credo y del Padre
Nuestro, tres Ave Marías y el Gloria.


El Primer Misterio anunciad y Meditáoslo
A continuación rezad el Padre Nuestro,
Más diez Ave Marías, y el Gloria, al
Padre, al Hijo y al Santo Espíritu.


Haced todo lo anterior, para los
Restantes cuatro Misterios, según el
Día que corresponda, sin olvidar su
Meditación. Al finalizar; rezad el Salve.


Como complemento, podéis rezar
Las letanías, que son fuerza, vida
Y fe, inspiradas en Nuestra Señora;
Criatura perfecta, del Dios de la vida.


Así entonces sabremos el por qué,
De aquél estribillo que dice:
“El Rosario es la mejor canción
Cuando se la canta con el corazón”.


Porque de María Virgen, Madre de Dios
Como arma poderosa, llegó a nosotros
Para vencer a los enemigos de la fe;
Oh, Rosario Santo ¡Señora Nuestra!.


© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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7 de octubre
Nuestra Señora del Rosario


El Santo Rosario

Santo Domingo de Guzmán


La Madre de Dios, en una aparición a Santo Domingo le enseño a rezar el rosario, en el año 1208. Le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe. Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.

También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos envueltos.

Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.

La Virgen pide a Santo Domingo le ayuda a propagar la devoción

La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.

Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.

Las promersa de la Virgen María a los que recen devotamente el Santo Rosario

Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.

El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

Promesas de Nuestra Señora del Rosario, según los escritos del Beato Alano:

1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye
en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas
celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido porla desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si
es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos
tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los
bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos
de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de
predestinación de gloria.

La Virgen del Santo Rosario, ¡Auxilio de los Cristianos!

Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción. Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente.

Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!.

La Batalla de Lepanto

En tiempos de Santo Padre Pío V (1566 – 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero no le hicieron mucho caso hasta que el peligro se hizo muy real y la invasión era certera. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas, la crisitana y la musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria entró en batalla contra un enemigo muy superior en número y buques de guerra. Se jugaba el destino de la Europa cristiana. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo Rosario con mucha devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

Mientras la batalla transcurría, en Roma el Papa recitaba el Rosario en su capilla. En eso, el Papa salió de su capilla y, por aparente inspiración, anunció a todos los presentes y con gran calma que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los crisitanos. Semanas mas tarde llegó el finalmente el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austira, quién, desde un principio, atribuyó el triunfo de cristiano a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de “Auxilio de los Cristianos”. Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.

El sitio de Viena

Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente, invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios, sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez mas, las tropas enemigas eran muy superiores. Si conquistaban la ciudad, el resto de Europa caería rendida . El emperador depositó su confianza y rogó protección a Nuestra Señora del Rosario. Hubo una gran batalla y gran derramamiento de sangre y ya, cuando todo parececía perdido, el alivio llegó el día de la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey de Polonia, Jan Sobieski, llegó al rescate, al frente de un ejército crisitano, derrotando a finalmente a los turcos.

La batalla de Temevar

Los turcos sufrieron otra gran derrota a manos del Príncipe Eugenio de Saboya, comandante de los ejércitos cristianos, en Temesvar (en la Rumania moderna), el 5 de agosto de 1716, en aquel entonces era la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.

Los Pontífices

A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado indulgencias. Dijo Nuestro Señor: “Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.

El Papa dominico, San Pío V (1566 – 1572) dió el encargo a su congregación de propagar el santo rosario. Desde entonces los Papas han sido grandes devotos del rosario y de su propagación.

S.S León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario. Insistió en el rezo del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el título de “Reina del Santísimo Rosario” en la Letanía de la Virgen. Por todo esto mereció el título de “El Papa del Rosario”

Todos los Papas del siglo XX han sido hijos devotísimosdel Santo Rosario

Su Santidad Juan Pablo II insiste en el rezo del Santo Rosario en familia, en grupos, en privado. Pide que se invite a todos a rezar, a no temer el compartir tan hermosa devoción, que es una catequesis de la fe. Nos alerta a que el mundo está en crisis y nuestras fuerzas humanas no bastan. La victoria, dice el Papa, vendrá nuevamente de la mano de Virgen María. Es la victoria de Su Hijo Jesucristo, el Señor, Rey del Universo.

Recomendado por la Virgen en varias de sus apariciones más importantes

La importancia del rosario como medio eficaz de los creyentes ha sido confirmado no solo por los pontífices, sino por Nuestra Madre misma, la Virgen María. Es la oración de los sencillos y de los grandes, está al alcance de todos, en todo tiempo y lugar. El rosario honra a Dios y a la Santísima Virgen de un modo especial. En Lourdes, la Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se le apareció a Santa Bernardita. Y también llevaba un rosario cuando se les apareció a los tres pastorcitos de Fátima. Y fué en Fátima donde ella misma se reveló a los niños su título: “Nuestra Señora del Rosario”.

Esta información fue tomada de la página de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María (www.corazones.org)


06 octubre, 2011

San Bruno


Oh, San Bruno; vos sois, el hijo
del Dios de la vida y aquél que,
habiendo escuchado el relato aquél,
en el que, el yerto cadáver habló:
“He sido juzgado”; “He sido hallado
culpable” y “He sido condenado”;
que, renunciarais hizo, a la mundana
vida y sus veleidades, y que, os
condujera a fundar la casi increíble,
pero cierta, “Comunidad Religiosa de
Los Monjes Cartujos”, que, rigurosa,
austera y penitente, por compañía
al silencio perpetuo tiene y oran
y claman por la salvación de las
almas, en el descreído mundo entero.
Así, los quiere y ama el Padre eterno,
os rogamos pues, interceder ante
Dios Nuestro Señor, para que, envíe
a este tiempo, muchos santos hombres
de imitaros capaces de vivir y convivir
tanto en la forma, como en el fondo,
como vos, que brilláis, con corona
de luz; justo premio a vuestro amor
y fidelidad, “fuerte como una coraza”;
Oh, San Bruno, “santo del silencio”.


© 2011 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de Octubre
San Bruno
Fundador de los Cartujos
Año 1101


Bruno significa: “fuerte como una coraza o armadura metálica” (Brunne, en alemán es coraza). Este santo se hizo famoso por haber fundado la comunidad religiosa más austera y penitente, los monjes cartujos, que viven en perpetuo silencio y jamás comen carne ni toman bebidas alcohólicas.

Nació en Colonia, Alemania, en el año 1030. Desde joven demostró poseer grandes cualidades intelectuales, y especialísimas aptitudes para dirigir espiritualmente a los demás. Ya a los 27 años era director espiritual de muchísimas personas importantes. Uno de sus dirigidos fue el futuro Papa Urbano II.

Ordenado sacerdote fue profesor de teología durante 18 años en Reims, y Canciller del Sr. Arzobispo, pero al morir éste, un hombre indigno, llamado Manasés, se hizo elegir arzobispo de esa ciudad, y ante sus comportamientos tan inmorales, Bruno lo acusó ante una reunión de obispos, y el Sumo Pontífice destituyó a Manasés. Le ofrecieron el cargo de Arzobispo a nuestro santo, pero él no lo quiso aceptar, porque se creía indigno de tan alto cargo. El destituido en venganza, le hizo quitar a Bruno todos sus bienes y quemar varias de sus posesiones.

Dicen que por aquel tiempo oyó Bruno una narración que le impresionó muchísimo. Le contaron que un hombre que tenía fama de ser buena persona (pero que en la vida privada no era nada santo) cuando le estaban celebrando su funeral, habló tres veces. La primera dijo: “He sido juzgado”. La segunda: “He sido hallado culpable”. La tercera: “He sido condenado”. Y decían que las gentes se habían asustado muchísimo y habían huido de él y que el cadáver había sido arrojado al fondo de un río caudaloso. Estas narraciones y otros pensamientos muy profundos que bullían en su mente, llevaron a Bruno a alejarse de la vida mundana y dedicarse totalmente a la vida de oración y penitencia, en un sitio bien alejado de todos.

Teniendo todavía abundantes riquezas y gozando de la amistad de altos personajes y de una gran estimación entre la gente, y pudiendo, si aceptaba, ser nombrado Arzobispo de Reims, Bruno renunció a todo esto y se fue de monje al monasterio de San Roberto en Molesmes. Pero luego sintió que aunque allí se observaban reglamentos muy estrictos, sin embargo lo que él deseaba era un silencio total y un apartamiento completo del mundo. Por eso dispuso irse a un sitio mucho más alejado. Iba a hacer una nueva fundación.

San Hugo, obispo de Grenoble, vio en un sueño que siete estrellas lo conducían a él hacia un bosque apartado y que allá construían un faro que irradiaba luz hacia todas partes. Al día siguiente llegaron Bruno y seis compañeros a pedirle que les señalara un sitio muy apartado para ellos dedicarse a la oración y a la penitencia. San Hugo reconoció en ellos los que había visto en sueños y los llevó hacia el monte que le había sido indicado en la visión. Aquel sitio se llamaba Cartuja, y los nuevos religiosos recibieron el nombre de Cartujos.

San Bruno redactó para sus monjes un reglamento que es quizás el más severo que ha existido para una comunidad. Silencio perpetuo. Levantarse a media noche a rezar por más de una hora. A las 5:30 de la mañana ir otra vez a rezar a la capilla por otra hora, todo en coro. Lo mismo a mediodía y al atardecer.

Nunca comer carne ni tomar licores. Recibir visitas solamente una vez por año. Dedicarse por varias horas al día al estudio o a labores manuales especialmente a copiar libros. Vivir totalmente incomunicados con el mundo… Es un reglamento propio para hombres que quieren hacer gran penitencia por los pecadores y llegar a un alto grado de santidad.

San Hugo llegó a admirar tanto la sabiduría y la santidad de San Bruno, que lo eligió como su director espiritual, y cada vez que podía se iba al convento de la Cartuja a pasar unos días en silencio y oración y pedirle consejos al santo fundador. Lo mismo el Conde Rogerio, quien desde el día en que se encontró con Bruno la primera vez, sintió hacia él una veneración tan grande, que no dejaba de consultarlo cuando tenía problemas muy graves que resolver. Y aun se cuenta que una vez a Rogerio le tenían preparada una trampa para matarlo, y en sueños se le apareció San Bruno a decirle que tuviera mucho cuidado, y así logró librarse de aquel peligro.

Por aquel tiempo había sido nombrado Papa Urbano II, el cual de joven había sido discípulo de Bruno, y al recordar su santidad y su gran sabiduría y su don de consejo, lo mandó ir hacia Roma a que le sirviera de consejero. Esta obediencia fue muy dolorosa para él, pues tenía que dejar su vida retirada y tranquila de La Cartuja para irse a vivir en medio del mundo y sus afanes. Pero obedeció inmediatamente. Es difícil calcular la tristeza tan grande que sus monjes sintieron al verle partir para lejanas tierras. Varios de ellos no fueron capaces de soportar su ausencia y se fueron a acompañarlo a Roma. Y entonces el Conde Rogerio le obsequió una finca en Italia y allá fundó el santo un nuevo convento, con los mismos reglamentos de La Cartuja.

Los últimos años del santo los pasó entre misiones que le confiaba el Sumo Pontífice, y largas temporadas en el convento dedicado a la contemplación y a la penitencia. Su fama de santo era ya muy grande. Murió el 6 e octubre del año 1101 dejando en la tierra como recuerdo una fundación religiosa que ha sido famosa en todo el mundo por su santidad y su austeridad. Que Dios nos conceda como a él, el ser capaces de apartarnos de lo que es mundano y materialista, y dedicarnos a lo que es espiritual y lleva a la santidad. Que sean pocas tus palabras (S. Biblia).