12 junio, 2013

San Onofre

 
 
Oh, San Onofre, vos, sois el hijo
del Dios de la vida, y, su amado
santo. Y, que, gracias al Abad San
Panufcio, quien, moribundo os encontró,
nadie sabría de vos. En una cueva
morabais, donde siglos atrás, los
faraones reinaron, tributo rindiendo
a falsos dioses. Vos, creatura del
Dios vivo, la soledad amabais, porque
en ella, cada día, perseguíais elevaros
interior y espiritualmente, y que,
alcanzasteis, antes de entregar vuestra
alma al Dios eterno. Hoy, vuestro estilo
de vida, lo estiman como pérdida de
tiempo insulso, porque os, dedicabais
a la constante oración y, luego de
ella, a consejos dar entre vuestros
hermanos, compartiendo vuestra personal
experiencia, dejando que el alma rebose
solo amor de Dios, para que ellos,
descubrirlo y amarlo, pudiesen. Y, así,
alcanzar por la gracia, la curación, la
salud y la eterna salvación. Por ello,
Dios, que os había visto, os premió con
justicia, coronándoos de perpetua luz;
oh, San Onofre, “fe, oración y caridad”.
 
© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________
 
12 de Junio
San Onofre
Ermitaño
 
Si no lo hubiera encontrado el abad san Panufcio, ya moribundo, y no hubiera escrito su vida es seguro que no conoceríamos a este personaje originalísimo. Es un ermitaño, morador de una cueva del desierto egipcio de la Tebaida.
 
Allí mismo donde la civilización faraónica había florecido siglos antes, ahora, en las primeras centurias del cristianismo, los monjes pueblan el despoblado y viven en solitario su intensa experiencia interior y espiritual.
 
A nuestra sociedad lo profundo le sabe a raro y los compromisos definitivos o las decisiones comprometedoras de por vida no están de moda. Onofre, sin embargo, nos ofrece un testimonio admirable de profundidad interior capaz de abarcar todo su paso por la tierra.
 
Se dedicó a la oración y, después de orar, a dar buen consejo a quien se lo requería. ¿Nada más? Y… nada menos: dejar que el alma rebose amor de Dios para que otros puedan descubrirlo y amarlo; dejarse afectar desde el centro de la propia personalidad por la Gracia y contagiarla a otros como la gran curación, la gran salud, la gran salvación.
 
Si en la Iglesia no existieran estos absolutos testimonios del Absoluto, todo sería aún más relativo de lo que es. ¡Estaríamos buenos!
 
Gracias, san Onofre, por liberarnos de relativismos estériles con tu testimonio.
 

11 junio, 2013

San Bernabé, Apóstol


Oh, San Bernabé, Apóstol, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo y Apóstol, que, conformasteis
el grupo de los “setenta”, y que, por
obra del Espíritu Santo, os convertisteis
en su discípulo. Vos, demostrasteis
un especial amor hacia Jesucristo, y,
ello os permitió, ser figura entre la
comunidad cristiana naciente. Todos
os apreciaban y escogieron para que,
evangelizaseis en Antioquía y vos,
portador de intuición, supisteis desde
antes, de que, la región donde ibais
terreno bueno era, para sembrar la
palabra de Dios. A Pablo, conocisteis
y con él, os lanzasteis a viajar por
los países del mundo de entonces, para
alegría de Dios, evangelizando por
doquiera que ibais. “Por primera vez
los discípulos tomaron el nombre de
cristianos en Antioquía”. Así, dicen
los Hechos de los Apóstoles, sobre
vuestra maravillosa tarea. A vos, os
llamaron Júpiter, y a Pablo, Mercurio,
pensando que, los dioses paganos, del
cielo habían bajado, al ver cuantiosos
y patéticos milagros. Y, pasado el tiempo,
llegó vuestro martirio, lapidado siendo
por judíos, que, terminó con vos, pero,
sin saber que, al hacerlo, os dieron
vida eterna. Y, Dios Padre, en su amor
inmenso os premió, con justicia plena
coronándoos, con corona eterna de luz;
oh, San Bernabé, “luz, amor y verdad”.


© 2013 Luis Ernesto Chacón Delgado
____________________________________
11 de junio
San Bernabé Apóstol
Siglo I

Reflexión

¿Qué me enseñará la vida de San Bernabé? ¿A compartir mis bienes con los pobres? ¿A tratar de descubrir las aptitudes que otros tienen para el apostolado y a ayudarles a emplearlas bien? ¿A dedicar mi vida a propagar nuestra santa religión? El Espíritu Santo me ilumine.
 
La historia de San Bernabé está escrita en el libro de Los Hechos de los apóstoles, en la S. Biblia.
 
Antes se llamaba José, pero los apóstoles le cambiaron su nombre por el de Bernabé, que significa “el esforzado”, “el que anima y entusiasma”. Era judío, de la tribu de Leví, pero nació en la isla de Chipre. Se hizo muy popular en la primitiva Iglesia porque vendió las fincas que tenía y luego llevó el dinero que obtuvo y se lo dio a los apóstoles para que lo repartieran a los pobres.
 
Un mérito formidable de San Bernabé es el haber descubierto el gran valor que había en aquel recién convertido que se llamaba Saulo y que más tarde se llamaría San Pablo. Cuando después de su conversión Saulo llegó a Jerusalén, los cristianos sospechaban de él y se le alejaban, pero entonces Bernabé lo tomó de la mano y lo presentó a los apóstoles y se los recomendó. Y el será el que lo encaminará después a emprender sus primeras grandes labores apostólicas.
 
La S. Biblia, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, hace de Bernabé unos elogios que es difícil encontrarlos respecto de otros personajes. Dice así: “Bernabé era un hombre bueno, lleno de fe y de Espíritu Santo” (Hechos 11, 24). Cuando Saulo o San Pablo tuvo que salir huyendo de Jerusalén porque los judíos trataban de asesinarlo, se fue a su ciudad de Tarso, y allá se quedó un tiempo.
 
Mientras tanto en la ciudad de Antioquía había sucedido algo muy especial. Al principio los discípulos de Jesús solamente predicaban el Evangelio a los israelitas, pero de pronto algunos empezaron a enseñar las doctrinas cristianas a los paganos en Antioquía, y resultó que aquellas gentes respondieron de una manera admirable y se convirtieron por centenares. Al saber esta noticia, los apóstoles lo enviaron desde Jerusalén a que se informara de lo que allí estaba sucediendo y les llevara noticias. Bernabé se quedó encantado del fervor de aquellos paganos convertidos y estuvo con ellos por un buen tiempo animándolos y acabando de instruirlos. En aquella ciudad fue donde por primera vez se llamó “cristianos” a los seguidores de Cristo.
 
Entonces se le ocurrió a Bernabé la feliz idea de dirigirse a Tarso a invitar a Saulo a que se le uniera en el apostolado en Antioquía y éste aceptó con gusto. Desde entonces Bernabé y Saulo trabajaban asociados ayudándose en todo el uno al otro, y obteniendo resonantes triunfos. Por todo un año predicaron en Antioquía, cuidad que se convirtió en el gran centro de evangelización, del cual fueron saliendo misioneros a evangelizar a diversos lugares.
Por aquel tiempo hubo una gran hambre en Jerusalén y sus alrededores y los cristianos de Antioquía hicieron una colecta y la enviaron a los apóstoles por medio de Bernabé y Saulo. Ellos al volver a Jerusalén se trajeron a Marcos (el futuro San Marcos evangelista) que era familiar de Bernabé. Venía a ayudarles en la evangelización.

Un día mientras los cristianos de Antioquía estaban en oración, el Espíritu Santo habló por medio de algunos de ellos que eran profetas y dijo: “Separen a Bernabé y Saulo, que los tengo destinados a una misión especial”. Los cristianos rezaron por ellos, les impusieron las manos, y los dos, acompañados de Marcos, después de orar y ayunar, partieron para su primer viaje misionero.
 
En Chipre, la isla donde había nacido San Bernabé, encontraron muy buena aceptación a su predicación, y lograron convertir al cristianismo nada menos que al mismo gobernador, que se llamaba Sergio Pablo. En honor a esta notable conversión, Saulo se cambió su nombre por el de Pablo. Y Bernabé tuvo la gran alegría de que su tierra natal aceptara la religión de Jesucristo.
 
Luego emprendieron su primer viaje misionero por las ciudades y naciones del Asia Menor. En la otra ciudad de Antioquía (de Pisidia) al ver que los judíos no querían atender su predicación, Bernabé y Pablo declararon que de ahora en adelante les predicarían a los paganos, a los no israelitas, con lo cual los paganos sintieron una inmensa alegría al saber que la nueva religión no los despreciaba a ellos sino que más bien los prefería. Allí en Iconio estuvieron a punto de ser apedreados por una revolución tramada por los judíos y tuvieron que salir huyendo. Pero dejaron una buena cantidad de convertidos y confirmaron sus enseñanzas con formidables señales y prodigios que Dios obraba por medio de estos dos santos apóstoles.
 
En la ciudad de Listra, al llegar curaron milagrosamente a un paralítico y entonces la gente creyó que ellos eran dos dioses. A Bernabé por ser alto y majestuoso le decían que era el dios Zeus y a Pablo por la facilidad con la que hablaba lo llamaban el dios Mercurio. Y ya les iban a ofrecer un toro en sacrificio, cuando ellos les declararon que no eran tales dioses, sino unos simples mortales. Luego llegaron unos judíos de Iconio y promovieron un tumulto y apedrearon a Pablo y cuando lo creyeron muerto se fueron, pero él se levantó luego y curado instantáneamente entró otra vez en la ciudad. Después de todo esto Bernabé y Pablo se devolvieron ciudad por ciudad donde habían estado evangelizando y se dedicaron a animar a los nuevos cristianos y les recordaban que “es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios” (Hechos 14, 22).
 
Al llegar a Antioquía se encontraron con que los cristianos estaban divididos en dos partidos: unos (dirigidos por los antiguos judíos) decían que para salvarse había que circuncidarse y cumplir todos los detalles de las leyes de Moisés. Otros decían que no, que basta cumplir las leyes principales. Bernabé y Pablo se pusieron del lado de los que decían que no había que circuncidarse, y como la discusión se ponía acalorada, los de Antioquía enviaron a Jerusalén una embajada para que consultara con los apóstoles. La embajada estaba presidida por Bernabé y Pablo. Los apóstoles reunieron un concilio y le dieron la razón a Bernabé y Pablo y luego pasaron horas muy emocionantes oyéndoles contar las formidables aventuras de sus viajes misioneros.
 
Volvieron a Antioquía y dispusieron organizar un segundo viaje misionero. Pero Bernabé quería llevar como ayudante a su primo Marcos, y Pablo se oponía, porque Marcos les había abandonado en la mitad del viaje anterior (por miedo a tantas dificultades). Y así fue que se separaron y Bernabé se fue a acabar de evangelizar en su isla de Chipre y San Pablo se fue a su segundo viaje. Más tarde se encontraron otra vez como amigos misionando en Corinto (1 Cor. 9,6).

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Bernabé_6_11.htm)

10 junio, 2013

San Bogumilo de Gniezno

 
Oh, San Bogumilo de Gniezno,
vos, sois el hijo del Dios de la
vida y su amado santo, que a ser
su Obispo llegasteis, y que, en
acto de gran humildad, a vuestra
sede renunciasteis, para llevar
luego, una vida eremítica, por
la austeridad marcada, como era
vuestra vida. A vos, ya os rendían
culto en la iglesia parroquial
de la Santísima Trinidad, donde
reposan vuestros santos restos.
Por vuestra vida, y entrega total,
Dios os premió coronándoos de luz;
Oh, San Bogumilo de Gniezno, “fe”.


© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
________________________________ 

10 de Junio
San Bogumilo de Gniezno
Eremita y Obispo 
 
Martirologio Romano: En Dobrowo, en Polonia, muerte de san Bogumilo, obispo de Gniezno, que, después de renunciar a su sede, llevó en este lugar vida eremítica, consumado por su austeridad (1182).
 
Después de las numerosas instancias realizadas en los siglos XVII y XVIII, iniciadas por el arzobispo Matteo Lubienski (1641-52), el papa Pío XI aprobó con el decreto firmado el 27 mayo de 1925 el culto al beato Bogumilo y estableció que Polonia lo recuerde el día 10 junio. El centro del culto a Bogumilo, ya existente en el siglo XV, era la iglesia parroquial del Santísima Trinidad en Dobrowo, dónde se encontraba su tumba. Los primeros documentos de ese culto son los decretos de los años 1443 y 1462, emanados por los arzobispos de Gniezno para reglamentar la concurrencia «al tumbam S. Bogumili».
 
Aproximadamente en el año 1580, ejecutando el «recognitio corporis», se encontraron en la tumba el cayado pastoral y el anillo que certificaban su dignidad episcopal, dignidad que también es sustentada en los cuadros de la iglesia de Dobrowo, en los que Bogumilo es representado como obispo con la mitra, el cayado pastoral y usando el hábito camaldulense, por lo que se arguye que pertenecía a esa orden.
 
Una biografía, escrita en Dobrowo alrededor de 1584, que nos informa que Bogumilo era descendiente de la familia de san Adalberto, se cuenta que fue arzobispo de Gniezno en los años 1170-82, pero que, por presiones de los poderosos señores de la zona, renunció a la dignidad episcopal retirándose a una ermita, dónde finalizó sus días, luego de haber donado sus bienes a Dobrowo, a las aldeas circunstante y a los Cistercienses, Orden a la que perteneció su hermano Bogufal.
 
Es natural que Bogumilo también fuera venerado en aquella orden, de modo particular en Koronowo. En este lugar fue redactada otra biografía, según la cual Bogumilo fue arzobispo de Gniezno en los años 1167 -72. Por esta fuente sabemos que él nació en Kozmin en el año 1116, hizo los primeros estudios en Gniezno bajo la tutela de su tío, el arzobispo Giovanni, terminando sus estudios en París.
 
De regreso en Polonia, destinó una parte de sus bienes a la construcción de la iglesia a Dobrowo. Recomendado por su tío, fue ordenado. Al principio fue el párroco de su ciudad natal, y posteriormente pasó a ser el decano de Gniezno, luego de la muerte de su tío el año 1167, lo sucede él en la cátedra episcopal. Dotado del espíritu contemplativo, aspiró poder seguir las huellas de san Romualdo.
 
Conseguido el consentimiento del papa Alejandro III, renunció a la dignidad arzobispal y se retiró a un lugar desierto cerca de Dobrowo, dónde murió el 10 junio de 1182, confortado por una visión de la Virgen. Su cuerpo, primero enterrado en la iglesia de Dobrowo, fue trasladado en 1668 a Uniejów donde es venerado. Se cree que esta biografía puede fundamentarse en un documento de 1232 en el que el príncipe Vladimiro Odonicz confirmó a los Cistercienses de Sulejów la posesión de las tierras en Dobrowo y aldeas aledañas, que fueran donadas por el arzobispo Bogumilo a su hermano Bogufal y pasados por lo tanto al obispo Cristiano, cisterciense, quien los cedió a la abadía de Sulejów.
 
La dificultad en poder dar credibilidad los datos de estas biografías, consiste en el hecho que ni Dlugosz en su trabajo «Vitae archiepiscoporum atque episcoporum universi Regni Poloniae». Ni los anuncios necrológicos citan algún Bogumilo en la sede de Gniezno en esa época. De hecho, en los años 1153-99, la sede episcopal fue ocupada por Juan Zdzislao y Pedro. Algún historiador identifica a Bogumilo con Pedro: de hecho, Bogumilo sería, la variación eslava del nombre. También Pedro desciende de la familia de san Adalberto y tenía sus bienes en los alrededores del río Warta.
 
Esta hipótesis, sin embargo, se contradice por la circunstancia eremítica de vida de Bogumilo, los datos indican que el arzobispo Pedro murió el 19 de agosto, mientras ocupaba aún la sede episcopal, no se lo menciona como ermitaño ni como ex arzobispo, y además, según un documento de 1219, este Pietro era director del monasterio de San Vicente en Wroclaw y pertenecía a la familia Labeclz (Labendz). Algún otro identifica al beato de Dobrowo con el arzobispo Bogumilo que murió en 1092, asumiendo su cargo en 1080, tras haber sucedido a Gregorio VII: teoría que demolería la tradición cisterciense.
 
Otros, en cambio, como Martinus Baronius, Abraham Bzowski y el camaldulense Taddeo Mini, confunden a Bogumilo con Wloscibor que debía ser y nunca fue arzobispo; ya que, habiendo sido elegido en el año 1279, éstos, elegidos por el capítulo en el año 1279, inmediatamente fue desterrado por el príncipe Przemyslaw II y, después de haber renunciado a la dignidad episcopal, murió en un monasterio próximo a Dobrowo. Pero también esta hipótesis tiene errores: en la historia de los obispos de Gniezno del siglo XIII no se menciona a Bogumilo.
 
La teoría más probable parece la de Pietro David, según la cual el ermitaño de Dobrowo no había sido nunca arzobispo, tan sólo un abad benedictino a Mogilno, muerto el 28 noviembre de 1179. Él habría renunciado a su dignidad como abad y pasó el resto de su vida en una ermita. Su nombre señalaría la afiliación a la familia de san Adalberto y sus bienes estaban en las proximidades de Dobrowo. También es fácil de explicar la transformación del abad en arzobispo, confirmado por la tradición.
 
 

09 junio, 2013

San Efrén

 
Oh, San Efrén, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo.
La providencia divina, no os dejó
jamás, e hizo que abrazaseis la cruz
de Cristo, convirtiéndoos en veraz
transmisor de la doctrina cristiana,
a través de vuestros versos, tanto
que, os llamaban “la cítara del Santo
Espíritu”. Vos, no escribías para
éxitos lograr, sino que, os servíais
de la poesía, como un pastoral medio
y, en cada homilía, y en cada sermón,
de ella usasteis, para, seducir el
espíritu de los hombres, mujeres,
niños y ancianos, que, cautivados
os escuchaban, de Dios hablar. ¿Y,
cómo no iban a escucharos? Vos,
teníais de la Sagrada Escritura, un
saber en el que, nadie os superaba
en aquellos tiempos y, con él, los
misterios penetrabais de la verdad
y de Dios. Nuestra Señora, nunca de
lado quedó, pues vos, también sois su
poeta, pues le obsequiasteis veinte
himnos y a quien recurristeis todo
el tiempo, para tiernamente decirle:
“más resplandeciente que el sol,
conciliadora del cielo y de la tierra,
paz, alegría y salud del mundo,
corona de las vírgenes, toda pura,
inmaculada, incorrupta, beatísima,
inviolada, venerable, honorable”.
Y, así, gastasteis vuestra vida. Y,
voló vuestra alma al cielo, donde
coronado fuisteis, con corona de luz;
oh, San Efrén, “luz y arpa de DIOS”.
 
© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________
 
9 de Junio
San Efrén
Diácono y Doctor de la Iglesia
Año 373
 
Poco es lo que sabemos de la vida de San Efrén. Nació en Nisibi, en la Mesopotamia septentrional a comienzos del siglo IV, probablemente en el 306. Por lo tanto, tenía siete años cuando Constantino promulgó el edicto de Milán. Pero parece que Efrén no pudo gozar de la libertad de culto en el seno de la propia familia, porque el padre era sacerdote pagano y no estaba de acuerdo con la formación cristiana que la piadosa madre quería impartirle. A Los 18 años recibió el bautismo y vivió del propio trabajo, en Edesa, como empleado en un baño público. En el 338 Nisibi fue atacada por Los Persas, y Efrén acudió en su ayuda.
 
Cuando Nisibi cayó en mano de Los Persas, Efrén, que ya era diácono, se estableció definitivamente en Edesa en el 365, y allí dirigió una escuela. Allí murió el 9 de junio del 373. Benedicto XV lo declaró doctor de la Iglesia en 1920. La tradición nos lo recuerda como un hombre austero. No conocía el griego y probablemente esta era la razón por la cual no encontramos en su obra literaria ese influjo teológico contemporáneo, caracterizado por Las controversias trinitarias. Él es el transmisor genuino de la doctrina cristiana antigua. El medio usado por San Efrén para la divulgación de la verdad cristiana es sobre todo la poesía, por lo cual con razón se lo ha definido “la cítara (o el arpa) del Espíritu Santo”.
 
En su época se estaba organizando el canto religioso “alternado” en Las iglesias. Los iniciadores fueron San Ambrosio en Milán y Diodoro en Antioquía. El diácono de Nisibi, en Las fronteras de la cristiandad y del mundo romano, compuso en la lengua nativa poesías de contenido didáctico o exhortativo, y propias para adaptarlas al canto colectivo. El carácter popular de sus poesias hizo que pronto se difundieran muchísimo. Gracias también a las cuidadosas traducciones en griego, pronto pasaron de Siria al Oriente mediterráneo.
 
Efrén no escribía para buscar éxitos literarios; él se servía de la poesía como un excelente medio pastoral. Hasta en las homilías y en los sermones usaba este medio como captación y seducción del espíritu. El profundo conocimiento de la Sagrada Escritura le ofrecía a su rica vena poética el elemento más original para penetrar en los misterios de la verdad y sacar útiles enseñanzas para el pueblo de Dios. Efrén es también el poeta de la Virgen, a la que dirigió 20 himnos y a quien se dirigía con expresiones de tierna devoción. El llamaba a María “más resplandeciente que el sol, conciliadora del cielo y de la tierra, paz, alegría y salud del mundo, corona de las vírgenes, toda pura, inmaculada, incorrupta, beatísima, inviolada, venerable, honorable…”.
 
 

08 junio, 2013

Sagrado Corazón de María



Oh, Sagrado Corazón de María, Vos, sois,
fuente y principio de todas las grandezas
y excelencias que os adornan y que os hacen
estar por encima de todas las creaturas; por
ser Hija predilecta de Dios Padre, Madre muy
amada de Vuestro Amadísimo Hijo, Nuestro
Señor Jesús y Esposa fiel del Espíritu Santo.
Además, Vuestro Corazón, profeta fue en Fátima,
porque Vos, os manifestasteis a aquellos
Pastorcillos diciendo que Dios, salvar quería
al mundo, por medio de Vuestro Inmaculado
Corazón. Vuestro Corazón, como un tesoro
Conservó el anuncio del Ángel sobre vuestra
Maternidad divina, la adoración de los pastores
ante el pesebre, la visita de los Magos de
Oriente, la profecía del anciano Simeón, y el
viaje a Egipto. Vuestro corazón, sufrió la
pérdida de Jesús en Jerusalén, nunca olvidó
cómo murió en la Cruz, ni las palabras que
dijo: “Mujer, he ahí a tu hijo”. Y cuando
miró a Juan, Vos, nos visteis a todos nosotros
y desde aquel momento nos amasteis con Vuestro
Corazón de Madre, con ese mismo Corazón, que
amasteis a Jesús. Vos, ejercisteis Vuestra
maternidad desde antes que se consumase la
redención en el Calvario, pues Vos, sois,
Madre y corredentora nuestra, desde siempre;
Oh, Sagrado Corazón de María, “vida y luz”.


© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_________________________________
 
8 de Junio
Sagrado Corazón de María
Sábado posterior al segundo domingo después de Pentecostés
 
La devoción al Inmaculado Corazón de María, junto con la del Sagrado Corazón de Jesús, fue promovida por San Juan Eudes en el siglo 17.
 
El Papa Pío VII y Pío IX sugirieron su celebración como Purísimo Corazón de María. En 1944, el Papa Pío extendió esta devoción a toda la Iglesia fijando la celebración del Inmaculado Corazón de María el 22 de agosto, ocho días después de la Asunción.
 
Con la renovación litúrgica, se le restó importancia a esta fiesta para dársela a las principales fiestas marianas y, se cambió la fecha para un día después de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
 
San Juan Eudes, decía que el Corazón de María es la fuente y el principio de todas las grandezas y excelencias que la adornan y que la hacen estar por encima de todas las creaturas; por ser hija predilecta de Dios Padre, madre muy amada de Jesús y esposa fiel del Espíritu Santo.  Y que ese santísimo Corazón de María es fuente de todas las virtudes que practicó.
 
También San Antonio María Claret, fundador de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María, profesó un inmenso amor a esta advocación.  Quiso que sus misioneros, salieran por todo el mundo extendiendo la devoción al Inmaculado Corazón de María. Fue un profeta de Fátima, porque en Fátima la Virgen personalmente nos manifestó que Dios quería salvar al mundo, por medio de su Inmaculado Corazón.
 
La fiesta del Inmaculado Corazón de María sigue a la del Sagrado Corazón de Jesús. El corazón expresa y es símbolo de la intimidad de la persona. La primera vez que se menciona en el Evangelio el Corazón de María es para expresar toda la riqueza de esa vida interior de la Virgen: “María conservaba estas cosas en su corazón”.
 
El corazón de María conservaba como un tesoro el anuncio del Ángel sobre su Maternidad divina; guardó para siempre todas las cosas que tuvieron lugar en la noche de Belén, o la adoración de los pastores ante el pesebre, y la presencia, un poco más tarde, de los Magos con sus dones,… y la profecía del anciano Simeón, y las preocupaciones del viaje a Egipto.
 
Más tarde, el corazón de María sufrió por la pérdida de Jesús en Jerusalén a los doce años de edad, según lo relata San Lucas en el evangelio de hoy.  Pero María conservaba todas estas cosas en el corazón….  Jamás olvidaría los acontecimientos que rodearon a la muerte de su Hijo en la Cruz, ni las palabras que le oyó decir: “Mujer, he ahí a tu hijo”. Y al mirar a Juan ella nos vio a todos nosotros. Vio a todos los hombres. Desde aquel momento nos amó con su Corazón de madre, con el mismo Corazón que amó a Jesús.
 
Pero María ejerció su maternidad desde antes que se consumase la redención en el Calvario, pues Ella es madre nuestra desde que prestó su colaboración a la salvación de los hombres en la Anunciación.
En el relato de las bodas de Cana, San Juan nos revela un rasgo verdaderamente maternal del Corazón de María: su atenta disposición a las necesidades de los demás. Un corazón maternal es siempre un corazón atento, vigilante.
 
La devoción al Corazón de María no es una devoción más. Nos lleva a aprender a tratar a nuestra Madre con más confianza, con la sencillez de los niños pequeños que acuden a sus madres en todo momento: no sólo se dirigen a ellas cuando están en gravísimas necesidades, sino también en los pequeños apuros que le salen al paso. Las madres les ayudan a resolver los problemas más insignificantes. Y ellas – las madres – lo han aprendido de nuestra Madre del Cielo.
 
Hoy queremos encontrarnos con María, con nuestra madre. Si recurrimos confiados a ella, ella nos va a decir qué debemos hacer y sentiremos su amor por nosotros. Ese mismo amor que Jesús tiene por cada uno de nosotros. y ella nos dirá que nos quiere, que nos quiere con toda su alma.
Pidamos a Dios que preparó en el Corazón de María, una morada digna al Espíritu Santo, que haga que nosotros, por intercesión de la Santísima Virgen lleguemos a ser templos dignos de su gloria.
 
Consagración al Sagrado Corazón de María
 
Oh Corazón Inmaculado de María, por tu perfecta comunión de amor con el Corazón de Jesús, eres la escuela viviente de total consagración y dedicación a Su Corazón.
En tu Corazón, Oh Madre, queremos vivir para aprender a amar, sin divisiones, al Corazón de Jesús; a obedecerle con diligencia y exactitud; servirle con generosidad y a cooperar activa y responsablemente en los designios de Su Corazón.
Deseamos consagrarnos totalmente a tu Corazón Inmaculado y Doloroso que es el camino perfecto y seguro de llegar al Corazón de Jesús. Tu Corazón, es también refugio seguro de gracia y santidad, donde nos vamos liberando y sanando de todas nuestras oscuridades y miserias.
Deseamos pertenecer a tu Corazón, Oh Virgen Santísima, sin reservas y en total disponibilidad de amor a la voluntad de Dios, que se nos manifestará a través de tu mediación maternal.
En virtud de esta consagración, Oh Inmaculado Corazón, te pedimos que nos guardes y protejas de todo peligro espiritual y físico. Qué nuestros corazones ardan con el fuego del Espíritu como arde tu Corazón.
Qué unidos a ti, que eres la portadora por excelencia de Cristo para el mundo, y ungidos por el poder del Espíritu Santo, seamos instrumentos para dar a un mundo tan árido y frío, el amor, la alegría y la paz del Corazón de Jesús.
 
Consulta también al P. Jesus Martí Ballester en su artículo El Inmaculado Corazón de María y Fiesta del Inmaculado Corazón de María.

(http://es.catholic.net/celebraciones/120/302/articulo.php?id=2113)

07 junio, 2013

Sagrado Corazón de Jesús

 
 
¡Que tal amor el de Cristo y su corazón!
que de todos los corazones hombre
solo uno nos amó hasta la muerte
y una muerte no cualquiera sino de cruz
en el calvario cruento que sin vanagloria
alguna de su realeza su Corazón entregó
y que pese a su agonía trasegó sólo amor
perdón y misericordia a sus verdugos
hasta el último segundo de su vida santa
¡Que tal amor el de Cristo y su Corazón!.
 
© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
________________________________
 
Viernes 7 de Junio
Sagrado Corazón de Jesús
 
Para comprender el sentido de esta devoción, podemos recordar el simbolismo teológico del concepto “corazón”: “Corazón significa el centro más íntimo de la persona humana, centro desde el cual el hombre se relaciona original y totalmente con las demás personas. El corazón es la unidad original y configuradora de los comportamientos de una persona. Sólo las personas tienen centro de la “existencia” y sus comportamientos son “cordiales”, o sea, nacen de un punto central común e íntimo que los reúne a todos y les acuña su último sentido” (Karl Rahner, Escritos de Teología, T. III).
 
LECTURA
 
Lectura de la Profecía de Oseas. Os 11, 1. 3-4. 8-9
Así habla el Señor: Cuando Israel era niño, Yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. ¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba. Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer. Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura: no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.
Palabra de Dios.
 
Comentario
 
¿Cómo ama Dios? Con un corazón totalmente apasionado. Por eso toma las fuertes experiencias del amor humano -la de un padre o una madre por su criatura, la de los amantes que no se pueden dejar uno a otro- para decirnos cómo y cuánto nos ama. Dejémonos atrapar por este amor.
 
SALMO Sal Is 12, 2-6
 
R. Sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación.
 
Éste es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza y mi protección;
Él fue mi salvación. R.
 
Ustedes sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación.
Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre. R.
 
Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel! R.
 
LECTURA
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Cristianos de Éfeso. Éf 3, 8-12. 14-19
 
Hermanos: Yo, el menor de todos los santos, he recibido la gracia de anunciar a los paganos la insondable riqueza de Cristo, y manifestar a todos la dispensación del misterio que estaba oculto desde siempre en Dios, el creador de todas las cosas, para que los Principados y las Potestades celestiales conozcan la infinita variedad de la sabiduría de Dios por medio de la Iglesia. Éste es el designio que Dios concibió desde toda la eternidad en Cristo Jesús, nuestro Señor, por quien nos atrevemos a acercarnos a Dios con toda confianza, mediante la fe en él. Por eso doblo mis rodillas delante del Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra. Que él se digne fortificarlos por medio de su Espíritu, conforme a la riqueza de su gloria, para que crezca en ustedes el hombre interior. Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. Así podrán comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la plenitud de Dios.
 
Palabra de Dios.
 
Comentario
 
¿Habrá forma de medir el amor de Dios? Es incontenible en el universo e incomprensible en nuestra mente. Siendo nosotros tan pequeños y pecadores, mezquinos tantas veces en nuestros sentimientos y acciones, somos amados por un amor tan grande. Ante este amor no nos queda más que la gratitud y la alabanza.
 
EVANGELIO
 
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan. Jn 19, 31-37
 
Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: “No le quebrarán ninguno de sus huesos”. Y otro pasaje de la Escritura, dice: “Verán al que ellos mismos traspasaron”.
Palabra del Señor.
 
Comentario
 
“Esto es amor en su forma más radical. Poner la mirada en el costado traspasado de Cristo, del que habla Jn 19, 37, ayuda a comprender este punto: ‘Dios es amor’. Es allí, en la cruz, donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir ahora qué es el amor. Y, desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar” (Benedicto XVI, “Deus caritas est”).
 
(http://lecturasarztucuman.wordpress.com/2012/06/14/viernes-15-de-junio-2012-sagrado-corazon-de-jesus/)

06 junio, 2013

San Norberto


Oh, San Norberto, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo,
que, con mucho amor abrazaros a la
Cruz de Cristo, escogisteis de manera
providencial, aquél día que paseabais
por el bosque y dijisteis al estilo
de Saulo, derribado de vuestro caballo:
“Señor, ¿qué quieres que haga?”. Y,
la respuesta que vuestra vida cambio,
fue: “Abandona el camino del mal y haz
el bien”. Y, así, iniciasteis vuestra
conversión, abandonando los lugares
mundanos, para trocarlos por la de los
benedictinos. Más tarde, el ejemplo
de los ermitaños seguisteis, penitencia
y oración haciendo. Os despojasteis
de todos vuestros bienes, dándolos
a los pobres y desposeídos. A pie y
descalzo, por los campos, pueblos y
ciudades peregrinasteis. Y, olvidasteis
jamás la regla monástica de la pobreza
y el ejercicio del apostolado entre
la gente humilde. El ideal de la vida
contemplativa de los premonstratenses,
vivisteis. Y, así, gastasteis vuestra
terrena vida, para ganaros una inmortal.
Y, Dios, os coronó, con corona de luz.
oh, San Norberto, “luz, verdad y amor”.


© 2013 Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________

6 de Junio
San Norberto
Obispo


Norberto nació en Xanten (Alemania) de la noble familia, de los Gennep, hacia el 1080. Como era costumbre para todo segundo hijo de la nobleza, a Norberto le correspondía seguir la carrera militar o eclesiástica. Prefirió el segundo camino, no por vocación, sino por simple oportunidad. En efecto, siendo diácono pudo gozar de los muchos privilegios al lado del gran elector de Colonia y del emperador Enrique V, que lo propuso para una importante sede episcopal. Pero Dios tenía otros planes. Durante un paseo a caballo por el bosque, lo sorprendió un violento huracán que lo derribó del caballo y, como Saulo en el camino de Damasco, dijo: “Señor, ¿qué quieres que haga?”.
 
La respuesta que cambió radicalmente su vida poco edificante fue: “Abandona el camino del mal y haz el bien”. Ese episodio fue el comienzo de su conversión. Abandonó los lugares mundanos y se puso a la escuela del abad benedictino de Siegburg y de los canónigos de Klosterrath; después siguió el ejemplo del ermitaño Liudolfo pasando tres años en penitencia y en oración. En 1115 fue ordenado sacerdote por el arzobispo de Colonia, y comenzó su actividad misionera itinerante.
 
Quiso dar el ejemplo despojándose de todos sus bienes y distribuyéndoselos a los pobres. Conservó para él una mula y diez monedas de plata, pero después dejó también esto y continuó sus peregrinaciones a pie y descalzo. En Francia, cerca a Nimes, se encontró con el Papa Calixto II quien lo animó a continuar por ese camino. El obispo de Laon, para tenerlo en su diócesis, le propuso ser el guía de los Canónigos regulares que seguían la Regla de San Agustín, y a quienes se les había asignado el convento de Praemonstratum. Así nació la Orden de los premonstratenses. Mientras tanto Norberto había continuado su actividad de predicador ambulante.
 
Se encontraba en Magdeburgo asistiendo a los funerales del obispo de esa ciudad, cuando el clamor popular lo eligió como sucesor. Fue un obispo incómodo para muchos. Tenaz, buen organizador, se ganó aplausos y enemistades. El emperador Lotario lo nombró canciller del imperio para Italia y el Papa Inocencio II extendió su jurisdicción a Polonia. Pero Norberto no olvidó la regla monástica de la pobreza y del ejercicio del apostolado entre la gente humilde del campo, y vivió integralmente el ideal de vida activa y contemplativa de los premonstratenses aun en el fulgor de los altos cargos. Murió en Magdeburgo, de regreso de una misión de paz en Italia, el 6 de junio de 1134. Fue canonizado en 1582.

Este día también se festeja a San Marcelino Champagnat
 
(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)