10 septiembre, 2015

San Nicolás de Tolentino




 ¡Oh!, San Nicolás de Tolentino; vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo. Y, en gratitud
a San Nicolás de Bari, y a vuestros padres, “Nicolás”
os pusieron, que significa “regalo del cielo”. Y, sí,
así, fue, pues fuisteis un precioso regalo para ellos.
Hombre virtuoso, predicador de dulce verbo, amable y
poderoso, al que, las gentes de aquél tiempo, en alma
y cuerpo se rindieron, mientras que, de vuestras manos
y labios, los milagros de Dios, surgían. Vuestra vida,
amar a las almas del purgatorio, a los afligidos ayudar,
convertir a los pecadores y sembrar paz en los hogares.
Vos, dijisteis antes de morir: “No digan nada a nadie”.
“Den gracias a Dios, y no a mí. Yo no soy más que
un poco de tierra. Un pobre pecador”. Cuarenta años
después de vuestra muerte, hallaron vuestro cuerpo
incorrupto. Os quitaron vuestros brazos y manó viva
sangre de ellos, por ello, conservados en relicarios
se guardan hasta hoy, manando cada vez sangre viva.
Así pues, por la vida pasasteis, con una entrega total
de amor y fe, a Jesús, Dios y Señor Nuestro, quien os
premió con corona de luz, como justicia a vuestra entrega
increíble de amor. “Victorioso con el pueblo santo”;
e indudable “Patrono de las almas del purgatorio";
¡Oh!, San Nicolás, “vivo amor por las almas de Dios”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Septiembre
San Nicolás de Tolentino
Año 1305

Obra santa y piadosa es orar por los difuntos, para que descansen de sus penas (2 Macab.) El nombre Nicolás significa: “Victorioso con el pueblo” (Nico = victorioso. Laos = pueblo).

El sobrenombre Tolentino le vino de la ciudad italiana donde trabajó y murió. Sus papás después de muchos años de matrimonio no tenían hijos, y para conseguir del cielo la gracia de que les llegara algún heredero, hicieron una peregrinación al santuario de San Nicolás de Bari. Al año siguiente nació este niño y en agradecimiento al santo que les había conseguido el regalo del cielo, le pusieron por nombre Nicolás.

Ya desde muy pequeño le gustaba alejarse del pueblo e irse a una cueva a orar. Cuando ya era joven, un día entró a un templo y allí estaba predicado un famoso fraile agustino, el Padre Reginaldo, el cual repetía aquellas palabras de San Juan: “No amen demasiado el mundo ni las cosas del mundo. Todo lo que es del mundo pasará”. Estas palabras lo conmovieron y se propuso hacerse religioso. Pidió ser admitido como agustino, y bajo la dirección del Padre Reginaldo hizo su noviciado en esa comunidad.

Ya religioso lo enviaron a hacer sus estudios de teología y en el seminario lo encargaron de repartir limosna a los pobres en la puerta del convento. Y era tan exagerado en repartir que fue acusado ante sus superiores. Pero antes de que le llegara la orden de destitución de ese oficio, sucedió que impuso sus manos sobre la cabeza de un niño que estaba gravemente enfermo diciéndole: “Dios te sanará”, y el niño quedó instantáneamente curado. Desde entonces los superiores empezaron a pesar que sería de este joven religioso en el futuro.

Ordenado de sacerdote en el año 1270, se hizo famoso porque colocó sus manos sobre la cabeza de una mujer ciega y le dijo las mismas palabras que había dicho al niño, y la mujer recobró la vista inmediatamente. Fue a visitar un convento de su comunidad y le pareció muy hermoso y muy confortable y dispuso pedir que lo dejaran allí, pero al llegar a la capilla oyó una voz que le decía: “A Tolentino, a Tolentino, allí perseverarás”. Comunicó esta noticia a sus superiores, y a esa ciudad lo mandaron.

Al llegar a Tolentino se dio cuenta de que la ciudad estaba arruinada moralmente por una especie de guerra civil entre dos partidos políticos, los güelfos y los gibelinos, que se odiaban a muerte. Y se propuso dedicarse a predicar como recomienda San Pablo. Oportuna e inoportunamente”. Y a los que no iban al templo, les predicaba en las calles.

A Nicolás no le interesaba nada aparecer como sabio ni como gran orador, ni atraerse los aplausos de los oyentes. Lo que le interesaba era entusiasmarlos por Dios y obtener que cesara las rivalidades y que reinara la paz. El Arzobispo San Antonino, al oírlo exclamó: “Este sacerdote habla como quien trae mensajes del cielo. Predica con dulzura y amabilidad, pero los oyentes estallan en lágrimas al oírle. Sus palabras penetran en el corazón y parecen quedar escritas en el cerebro del que escucha. Sus oyentes suspiran emocionados y se arrepienten de su mala ida pasada”.

Los que no deseaban dejar su antigua vida de pecado hacían todo lo posible por no escuchar a este predicador que les traía remordimientos de conciencia. Uno de esos señores se propuso irse a la puerta del templo con un grupo de sus amigos a boicotearle con sus gritos y desórdenes un sermón al Padre Nicolás. Este siguió predicando como si nada especial estuviera sucediendo. Y de un momento a otro el jefe del desorden hizo una señal a sus seguidores y entró con ellos al templo y empezó a rezar llorando, de rodillas, muy arrepentido. Dios le había cambiado el corazón. La conversión de este antiguo escandaloso produjo una gran impresión en la ciudad, y pronto ya San Nicolás empezó a tener que pasar horas y horas en el confesionario, absolviendo a los que se arrepentían al escuchar sus sermones.

Nuestro santo recorría los barrios más pobres de la ciudad consolando a los afligidos, llevando los sacramentos a los moribundos, tratando de convertir a los pecadores, y llevando la paz a los hogares desunidos. En las indagatorias para su beatificación, una mujer declaró bajo juramento que su esposo la golpeaba brutalmente, pero que desde que empezó a oír al Padre Nicolás, cambió totalmente y nunca la volvió a tratar mal. Y otros testigos confirmaron tres milagros obrados por el santo, el cual cuando conseguía una curación maravillosa les decía: “No digan nada a nadie”. “Den gracias a Dios, y no a mí. Yo no soy más que un poco de tierra. Un pobre pecador”.

Murió el 10 de septiembre de 1305, y cuarenta años después de su muerte fue encontrado su cuerpo incorrupto. En esa ocasión le quitaron los brazos y de la herida salió bastante sangre. De esos brazos, conservados en relicarios, ha salido periódicamente mucha sangre. Esto ha hecho más popular a nuestro santo.

San Nicolás de Tolentino vio en un sueño que un gran número de almas del purgatorio le suplicaban que ofreciera oraciones y misas por ellas. Desde entonces se dedicó a ofrecer muchas santas misas por el descanso de las benditas almas. Quizás a nosotros nos quieran pedir también ese mismo favor las almas de los difuntos.

09 septiembre, 2015

San Pedro Claver


 

 ¡Oh!, San Pedro Claver, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, y “esclavo de los negros para siempre”
y todo, por amor a Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro.
A diario, en el puerto las barracas repletas de
aquellos hermanos visitabais, donde la palabra del
Dios vivo, predicabais a miles convirtiéndolos y
bautizándolos. Atendíais a los enfermos y moribundos
a quienes dabais medicinas y alimentos. A los niños
una lluvia de dulces y caramelos. Así vuestra vida
continuó hasta el final, conforme lo habíais prometido.
Y, el día de la Natividad de Nuestra Señora, fue
vuestra alma arrebatada, para corona de luz, recibir
como premio a vuestra entrega de amor y fidelidad;
¡oh!, San Pedro Claver, “esclavo de los negros por Cristo”.


© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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9 de Setiembre
San Pedro Claver

Nació en 1581 en España, y desde niño mostró grandes cualidades de inteligencia y de espíritu, siendo destinado por sus padres al servicio de la Iglesia. Al terminar sus estudios en la universidad de Barcelona, y tras recibir las órdenes menores, el santo fue aceptado por la Compañía de Jesús.

Gracias a la influencia y consejos de San Alfonso Rodríguez -portero del monasterio jesuita donde San Pedro vivía- el santo decidió abandonar España en 1610 para asumir las misiones de evangelización en las Indias Occidentales, específicamente en la colonia de Nueva Granada, hoy república de Colombia.

En 1615 fue ordenado sacerdote en Cartagena, y fue ahí donde el santo, al ver la entrega y servicio del P. Alfonso Sandoval por los miles de esclavos negros provenientes del África, tomó la decición de convertirse en “esclavo de los negros para siempre” y pese a su timidez y falta de confianza en sí mismo, el santo se entregó a aquella misión con tenacidad y mucho entusiasmo. Sus labores empezaban con la visita casi diaria a las barracas en el puerto, donde conversaba y predicaba la palabra de Dios, logrando la conversión y el bautismo de miles de ellos.

Además, atendía a numerosos enfermos y moribundos, a quienes llevaba medicinas y alimentos, y a los niños, algunos dulces y caramelos. Su obra evangelizadora también se extendió por los valles y haciendas donde el santo iba a predicar y velar por el cuidado de sus “negros”, no sin antes vencer dificultades y penurias por parte de los hacendados.

La intensa actividad del santo deterioró su salud, y luego de bendecir a su sucesor en su misión apostólica falleció el 8 de setiembre de 1654, día de la Natividad de Nuestra Señora, y en medio de grandes muestras de amor y cariño popular. Fue canonizado el 1888, al mismo tiempo que su gran amigo San Alfonso Rodríguez.

08 septiembre, 2015

Natividad de la Santísima Virgen María





¡Oh!, Santa María, Vos, sois la hija del Dios
de la vida y la predilecta Santa Madre de Jesús,
Dios y Señor Nuestro, y que, desde antes de que,
el mundo creado fuera, elegida fuisteis por Dios
Padre, porque, quiso Él, que así fuera, y así
fue, para gloria del universo todo. Así, Vos,
os convertisteis a su tiempo, en la depositaria
amorosa de la Divinidad de Cristo, por Dios Padre
dada, y, a quien, en vuestro seno cubristeis
con vuestra increíble humanidad de santo amor.
Y, desde siempre sois y seréis la “Kejaritomene”,
la “llena de gracia”, la “Reina del cielo” y
la “bendita entre todas las mujeres”. Salve,
¡oh!, vuestra Natividad bendita, Santa María,
Hija amorosa, divina y celestial de Santa Ana, y
de San Joaquín, por los siglos de los siglos.
San Juan Damasceno os saludó Virgen niña así: “Dios
te salve, Probática, santuario divino de la Madre
de Dios ¡Dios te salve, María, dulcísima hija de Ana!”.
¡Oh!, Santa María, “Madre, Virgen y Reina del cielo”.


© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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8 de Septiemmbre
Natividad de la Santísima Virgen María


Esta fiesta mariana tiene su origen en la dedicación de una iglesia en Jerusalén, pues la piedad cristiana siempre ha venerado a las personas y acontecimientos que han preparado el nacimiento de Jesús. María ocupa un lugar privilegiado, y su nacimiento es motivo de gozo profundo. En esta basílica, que había de convertirse en la iglesia de Santa Ana (siglo XII), san Juan Damasceno saludó a la Virgen niña: “Dios te salve, Probática, santuario divino de la Madre de Dios … ¡Dios te salve, María, dulcísima hija de Ana!”.

Aunque el Nuevo Testamento no reporta datos directos sobre la vida de la Virgen María, una tradición oriental veneró su nacimiento desde mediados del siglo V, ubicándolo en el sitio de la actual Basílica de “Santa Ana”, en Jerusalén. La fiesta pasó a Roma en el siglo VII y fue apoyada por el Papa Sergio I. Su fecha de celebración no tiene un origen claro, pero motivó que la fiesta de “La Inmaculada Concepción” se celebrara el 8 de diciembre (9 meses antes). El Papa Pío X quitó esta celebración del grupo de las fiestas de precepto.

Himno
 
I


Hoy nace una clara estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace de ella.

De Ana y de Joaquín, oriente
de aquella estrella divina,
sale luz clara y digna
de ser pura eternamente;
el alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.
No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella
y con luz tan celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.
Gloria al Padre, y gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

O bien
II


Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Canten hoy pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.
Dignan, Señora de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.
Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense desde ahora,
para cuando venga Dios.
Y nosotros que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también
el corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén.


Oración

Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su Nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén
.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/natividad_de_la_virgen.htm)
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07 septiembre, 2015

Santa Regina



¡Oh!, Santa Regina, vos, sois la hija del Dios
de la vida y su amada santa, que, a temprana
edad, a Cristo, conocisteis y entregasteis
vuestro corazón y vuestra virginidad. Un día,
a los cuatro vientos confesasteis vuestra fe,
y, por ella, vuestras dificultades comenzaron,
y, de pronto, marchasteis a la cárcel. Os
negasteis a hacer sacrificios a los ídolos, y
os torturaron y los hierros arañaron y cortaron
vuestra carne. Hay prodigios del cielo y, en
medio de vuestro martirio, tiembla la tierra,
voces celestiales se oyen, y hasta una paloma
se os acerca para consolaros y daros ánimo
y curaros. Y, entonces la gente se convierte
a centenares y luego el verdugo hace su obra
degollándoos de un solo tajo. Y, así, vuela
vuestra alma al cielo, para corona de luz
recibir, como premio a vuestro amor y martirio,
“Reina entre las reinas de Dios de la vida;
¡Oh!, Santa Regina, “reina, virgen, mártir y luz”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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7 de Setiembre
Santa Regina
Mártir

Los niños piden -al menos así lo hacían en tiempos pasados- a los mayores que les cuenten un cuento a la hora de dormir. La condescendencia de los que les quieren, procurando su bien dormir, les lleva a ilustrar su imaginación con historias que unas veces son sólo producto del genio humano y otras… adornan la verdad de hechos ocurridos en la ordinariez de la vida con amplificaciones que hacen fantástica, amable y hasta apasionante la historia real. No sé si la historia de Regina servirá para rellenar esos momentos previos al descanso nocturno de los pequeños, pero no me cabe duda de que sí servirán a los adultos para que detengamos un momento nuestro ardoroso caminar.

Regina es palabra latina que se vierte al castellano por Reina. Así se llamaba nuestra protagonista de hoy. Fue una francesita hija de padre romano y de madre gala. Era el tiempo del Imperio. Cuando tenía quince años conoció a Cristo y le entregó su corazón, se bautizó y decidió darle para siempre su virginidad.
Es hermosa en demasía. El prefecto romano se enamoró de ella al verla. En su presencia, Regina confiesa su fe. Desde este momento comienzan las dificultades para la fidelidad. Fue puesta en la cárcel y con una amenaza: al regreso del prefecto, que necesariamente ha de ausentarse, ella debe haber cambiado de religión o conocerá el furor romano.

Sucede a la vuelta del personaje lo previsible con la gracia de Dios. Ella se niega a sacrificar a los ídolos, llegan las torturas, los hierros arañan y cortan su carne. También hay prodigios del Cielo: se producen terremotos, se oyen voces celestiales… hasta una paloma se acerca para consolarla, darle ánimos y curarla.
El ejemplo es tan llamativo que la gente se convierte a centenares. Por fin, es degollada. La candidez de la historia narrada, pletórica de elementos hiperbólicos y de adornos donados por la fantasía, expone un drama común y diario de mucha gente que bien merece la atención y el mimo del poeta, me refiero a todos esos que están dispuestos en serio a dar la vida por la fe que tienen y, llegado el momento, darla.

Fuente: Archidiócesis de Madrid

06 septiembre, 2015

San Zacarías, Profeta





¡Oh!, San Zacarías, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, su amado profeta y santo, y, el mismo
que, vaticinasteis la vuelta del pueblo desterrado
a la tierra prometida. Anunciasteis también que,
un “pacífico rey”, Cristo Jesús, Dios y Señor
Nuestro, triunfante en la Ciudad Santa de Jerusalén
entraria. Sois considerado como profeta y autor
del libro, que vuestro nombre lleva. Además, honor
hicisteis a vuestro nombre que significa: “Yaveh
ha Recordado”. Y, Él, “os recordó”, la vida toda,
porque de vos, se valió, y de Ageo también, para
animar a Zorobabel, al sumo sacerdote Jesúa, y, a
los exiliados vueltos, para la reconstrucción
del templo de Dios, concluir, cosa que así se hizo.
Hoy, desde entonces, corona de luz lucís, como
justo premio a vuestros proféticos dones, de anunciar
las planes de Dios, para todo el pueblo de Dios;
¡oh!, San Zacarías, “profecías vivas de Yaveh”.


© 2015 Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de Septiembre
San Zacarías
Profeta del Antiguo Testamento


Martirologio Romano: Conmemoración de san Zacarías, profeta, vaticinador de la vuelta del pueblo desterrado a la tierra de promisión, anunciando al mismo tiempo que un rey pacífico, Cristo el Señor, entraría triunfante en la Ciudad Santa de Jerusalén, lo que se llevó a cumplimiento.

Zacarías es uno de los profetas menores, a quien se atribuye el libro que lleva su nombre. Su nombre significa Yaveh Ha Recordado. Zacarías se llama a sí mismo hijo de Berekías hijo de Idó (Zac 1:1,7) pero en otros pasajes se omite el nombre de Berekías. Probablemente nació en algún lugar de Babilonia, puesto que su actividad profética empezó tan solo diecisiete años después del regreso del exilio, y es razonable pensar que para entonces tenía más de diecisiete años, aunque todavía se le consideraba joven.

Yahveh se valió de Zacarías y Ageo para animar a Zorobabel, al sumo sacerdote Jesúa y a los exiliados que habían regresado a terminar la reconstrucción del templo de Yaveh, aun cuando todavía estaba en vigor una prohibición del gobierno persa. La profecía de Zacarías contiene mensajes que pronunció con ese fin durante un período de dos años y un mes.

Una de las profecías que recoge el libro de Zacarías en el capitulo 11 y versículos 12 y 13 hace referencia directa al precio (treinta piezas de plata) que los principales de los sacerdotes ofrecieron a Judas por entregarles a Jesús. Ver el evangelio de San Mateo en el capítulo 26 y versículo 15.

05 septiembre, 2015

Santa Teresa de Calcuta

 


¡Oh!, Santa Teresa de Calcuta, vos, sois la hija del Dios
de la vida, su amada santa y mensajera de su amor, y que,
perteneciendo a las “Hermanas de Loreto”, en Esposa
de Jesús os convertisteis. Vuestra vida, llena de alegría,
de caridad, de altruismo, de coraje, de trabajo y un talento
natural de organizadora. Todo ello, lo recibisteis de Dios
pues, vuestra sed de amor y de almas se apoderó de vuestro
corazón, unida al deseo de saciar la sed de Jesús. Él, os
reveló sus deseos, de hallar “víctimas de amor” que
“irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”. “No
puedo ir solo”, también os confió, al mostraros su dolor por
el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían
de Él y, el deseo de ser amado por ellos. Os pidió que fundaseis
las “Misioneras de la Caridad”, al servicio “de los más pobres,
entre los pobres”. Así, os dedicasteis a visitar familias pobres
entre las más pobres, sus heridas lavando, socorriendo
ancianos y mujeres con tuberculosis. Cada día en comunión
entrabais con Jesús, en la Santa Eucaristía y salíais de casa,
con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús
en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que
nadie se ocupaba”. El mundo conoció el derroche de vuestro
amor, y, por vuestra tarea y obra extraordinaria, recibisteis
primero el Premio Indio “Padmashri”, y más tarde, el “Premio
Nobel de la Paz”. Y, aunque, vuestra exterior obra, reconocida
fue, os invadió una “oscuridad interior”, una “dolorosa noche”,
que tuvo como final feliz, a una siempre y más profunda unión
con Dios. Y, así, luego de haber gastado vuestra santa vida
en buena lid, voló vuestra alma al cielo, para coronada ser
con corona de luz, como premio justo a vuestro grande amor;
¡Oh!, Santa Teresa de Calcuta, “vivo amor de Cristo en los pobres”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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 Caridad de caridades

¡Oh!, Santa Teresa de Calcuta!
caridad de caridades, un día
susurrote el Bien Amado:
“Ven y sé mi luz”; y fue así,
tu caminar hasta el cielo,
caridad de caridades.

Teresa de los miserables
harapientos y hambrientos
de los leprosos y los huérfanos
y de las madres sin hogar:
¡Misioneras de la caridad!.

¡Oh, Santa Teresa de Calcuta!
caridad de caridades, un día
susurrote el Bien Amado:
“Ven y sé mi luz”; y fue así,
tu caminar hasta el cielo,
caridad de caridades. 


© 2007 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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5 de Septiembre
Santa Teresa de Calcuta
Fundadora de las Hermanas de la Caridad
(1910-1997)


“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”. De pequeña estatura, firme como una roca en su fe, a Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión de proclamar la sed de amor de Dios por la humanidad, especialmente por los más pobres entre los pobres. “Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mi para que seamos su amor y su compasión por los pobres”. Fue un alma llena de la luz de Cristo, inflamada de amor por Él y ardiendo con un único deseo: “saciar su sed de amor y de almas” .

Esta mensajera luminosa del amor de Dios nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente en el carácter y la vocación de si hija. En su formación religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.

Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. 

Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpétua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.

El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”, Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.

Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas.

El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. 

Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.

Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitó sólamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.

Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”.

Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios. Pero, existía otro lado heroico de esta mujer que salió a la luz solo después de su muerte. Oculta a todas las miradas, oculta incluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la experiencia de un profundo, doloroso y constante sentimiento de separación de Dios, incluso de sentirse rechazada por Él, unido a un deseo cada vez mayor de su amor. Ella misma llamó “oscuridad” a su experiencia interior. La “dolorosa noche” de su alma, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, condujo a Madre Teresa a una siempre más profunda unión con Dios. Mediante la oscuridad, ella participó de la sed de Jesús (el doloroso y ardiente deseo de amor de Jesús) y compartió la desolación interior de los pobres.

Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una esperanza invencible y de una caridad extraordinaria. Su respuesta a la llamada de Jesús, “Ven y sé mi luz”, hizo de ella una Misionera de la Caridad, una “madre para los pobres”, un símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de la sed de amor de Dios.

Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre del 2002 el mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.
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Cristo se convirtió en el Pan de Vida porque comprendió la necesidad, el hambre que teníamos de Dios. Y nosotros debemos comer este Pan y la bondad de su amor para poder compartirlo.

La eucaristía es el signo más tangible del amor de Dios por el hombre, ya que renueva permanentemente su sacrificio por amor a nosotros. Y es la Misa, nuestra oración diaria, el lugar donde nos ofrecemos con y por Cristo para ser distribuidos entre los más pobres de los pobres.
La eucaristía es el misterio de nuestra unión profunda con Cristo.

Una Sonrisa

Una sonrisa en los labios alegra nuestro corazón,
conserva nuestro buen humor,
guarda nuestra alma en paz,
vigoriza la salud,
embellece nuestro rostro
e inspira buenas obras.

Sonriamos a los rostros tristes,
tímidos, enfermos, conocidos,
familiares y amigos.

Sonriámosle a Dios con la aceptación
de todo lo que El nos envié y
tendremos el merito de poseer
la mirada radiante de su rostro
con su amor por toda la eternidad.

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Las palabras de Cristo son muy claras,
pero debemos entenderlas como una
realidad viviente, tal como El las propuso.
Cuando El habla de hambre,
no habla solamente del hambre de pan,
sino hambre de amor, hambre de ser
comprendido, de ser querido.

El experimentó lo que es ser rechazado porque
vino entre los suyos y los suyos no lo quisieron.
Y El conoció lo que es estar solo,
abandonado, y no tener a nadie suyo.

Esta hambre de hoy, que esta rompiendo vidas en todo el mundo destruyendo
hogares y naciones, habla de no tener hogar, no solamente un cuarto con
techo, pero el anhelo de ser aceptado, de ser tratado con compasión, y que
alguien abra nuestro corazón para recibir al que se sienta abandonado.


Oración para sonreír

Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.

Que mis ojos sonrían diariamente por el cuidado y compañerismo de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.


Palabras de la Madre Teresa

He nacido en Albania.
Ahora soy una ciudadana de la India.
También soy una monja católica.
En mi trabajo pertenezco a todo el mundo.
Pero en mi corazón sólo pertenezco a Cristo.

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El fruto del silencio es la oración
El fruto de la oración es la fe
El fruto de la fe es el amor
El fruto del amor es el servicio
El fruto del servicio es la paz.

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Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor.
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En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo.

Este amor debe resultar del sacrificio de sí mismos y ha de sentirse hasta que haga daño.

Haz las cosas pequeñas con gran amor.

La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro precisamos que toda familia viva feliz.
Empieza transformando todo lo que haces en algo bello para Dios.
No cierren las puertas a los pobres; porque los pobres, los apestados, los caídos en la vida, son como el mismo Jesús.
Los pobres son la esperanza del mundo porque nos proporcionan la ocasión de amar a Dios a través de ellos. Son el don de Dios a la humanidad, para que nos enseñen una manera diferente de amarlo, buscando siempre la manera de dignificarlos y rescatarlos.

Ellos son el signo de la presencia de Dios entre nosotros, ya que en cada uno de ellos es Cristo quien se hace presente.Por eso, Él no nos preguntará cuántas cosas hicimos, sino cuánto amor pusimos en ellas.
Preferiría cometer errores con gentileza y compasión antes que obrar milagros con descortesía y dureza.
La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino mas bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad.
Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.
Dios siempre cuida de sus criaturas, pero lo hace a través de los hombres. Si alguna persona muere de hambre o pena, no es que Dios no la haya cuidado; es porque nosotros no hicimos nada para ayudarla, no fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño abandonado.
Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.

La Vida

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es misterio, devélalo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es himno, cántalo.
La vida es combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es aventura, arrástrala.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela.


REFLEXIONES A CERCA DE LA MADRE TERESA

“La querida Religiosa reconocida universalmente como la Madre de los Pobres, nos deja un ejemplo elocuente para todos, creyentes y no creyentes. Nos deja el testimonio del amor de Dios. Las obras por ella realizadas hablan por si mismas y ponen de manifiesto ante los hombres de nuestro tiempo el alto significado que tiene la vida”.
“Misionera de la Caridad. Su misión comenzaba todos los días antes del amanecer, delante de la Eucaristía. En el silencio de la contemplación, Madre Teresa de Calcuta escuchaba el grito de Jesús en la cruz: tengo sed. Ese grito la empujaba hacia las calles de Calcuta y de todas las periferias del mundo, a la búsqueda de Jesús en el pobre, el abandonado, el moribundo”.
“Misionera de la Caridad, dando un ejemplo tan arrollador, que atrajo a muchas personas, dispuestas a dejar todo por servir a Cristo, presente en los jóvenes”.
“Ella sabía por experiencia que la vida adquiere todo su valor cuando encuentra el amor y siguiendo el Evangelio fue el buen samaritano de las personas que encontró, de toda existencia en crisis y despreciada”. – Papa Juan Pablo II

“Toda la vida de esta gran mujer fue la brillante encarnación de servicio a grandes ideales humanos de bondad, compasión, generosidad y fe”.
Boris Yeltsin, Presidente de Rusia.

“Se puede decir que la Madre Teresa era una reina, una reina de la caridad”.
Oscar Luigi Scalfaro, Presidente de Italia.

“La Madre Teresa era para mí el símbolo admirable de lo que se puede hacer en el mundo para tratar de llevar un poco de justicia y amor.¿Quién no recuerda esas imágenes admirables que nos muestran a la Madre Teresa con un niño en brazos, en la misma línea de fuego de Beirut, entre el silencio de las ametralladoras que ante ella se habían bloqueado imprevistamente? ¿Quién no recuerda su silueta con el sari blanco y el borde azul, en medio de los damnificados del terremoto de Colombia o de las inundaciones en la India? Cada vez que aparecía, traía consigo la esperanza”.
Dominique Lapierre, escritor francés, autor de “La Ciudad de la Alegría” y “Más grandes que el amor”.

“La Madre Teresa vivió con los hechos lo que predicaba con las palabras, convirtiéndose en un ejemplo excepcional de coherencia y de fe. Puede ser que, si se analiza superficialmente la situación de hoy, se puedan encontrar tendencias que están en abierto contraste con los valores de la defensa de la vida y de la dignidad de la persona, que la Madre Teresa proclamaba diariamente. Pero en el fondo, cada uno se siente interpelado por lo mejor que tiene en su interior, y la pequeña religiosa de Calcuta demostró con su existencia que esta posibilidad existe siempre y para todos”.
Mary Ann Glendon, Catedrática de la Universidad de Harvard

“Estamos seguros de que pese a la ausencia de la Madre, su misión y sus proyectos los continuarán las Misioneras de la Caridad porque no faltará amor”.
P. Felix Raj, rector de la Universidad San Javier, India.

“La Madre Teresa fue un ejemplo viviente de la capacidad humana para generar amor infinito”.
El Dalai Lama

”La Madre Teresa será santa en breve plazo. Es necesario hacer las investigaciones, pero una vida tan esplendorosa, lúcida y transparente como la suya no necesitará un proceso largo”.
Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

“La Madre Teresa fue una mujer de gran fe, que vivió amando a los pobres, fue una gran mujer que todos en la Iglesia quieren venerar. El Papa Juan Pablo II ha amado mucho a esta heroína de los tiempos modernos, siempre estuvieron en sintonía”.
Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado del Vaticano.

“La Madre Teresa será santa en breve plazo. Es necesario hacer las investigaciones, pero una vida tan esplendorosa, lúcida y transparente como la suya no necesitará un proceso largo”.
Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

“La Madre Teresa ya cumplió un milagro para la Iglesia Católica al abrirle camino en la India, tradicionalmente cerrada a cualquier forma de evangelización externa. Ella fue instrumento de la Providencia al llevar el mensaje cristiano en una manera tan fuerte y vibrante a una sociedad orgullosa de sus propias tradiciones y prácticas religiosas. Y encontró el lenguaje de la caridad, que es común a todas las religiones, para colmar el abismo existente entre los católicos, hindúes, musulmanes y budistas. Metafóricamente, la Madre Teresa decía que ponía en el bolsillo de sus pobres un mensaje, para que San Pedro los reconociera. Sólo a los niños moribundos y sin padres los bautizaba. A todos los varones los llamaba Juan Pablo, y antes de este Papa los llamaba Pablo, como Pablo VI”.
Cardenal Pio Lagui, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica

“Su muerte fue en el momento pleno de su vida porque su corazón ganó juventud hasta el límite”.
Cardenal Antonio Rouco Varela, Arzobispo de Madrid.

“La vida y obra de la Madre Teresa de Calcuta debe servir de ejemplo para la humanidad, especialmente para los jóvenes, a fin de desterrar la indiferencia y la destrucción. Nuestro mundo ha perdido una mujer frágil, pero fuerte en su interior”.
Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México.

“Con su muerte, la Iglesia ha ganado una gran santa”.
Cardenal Oscar Andrés Rodríguez, Arzobispo de Tegucigalpa.

(http://www.ewtn.com/motherteresa/reflection_sp.htm)

04 septiembre, 2015

Santa Rosalía

 

 ¡Oh!, Rosalía Santa; sois vos,
una guirnalda de rosas; una
Rosalinda de alma y espíritu.
El Cocino y el Pellegrino, de
vos saben, y más, el Dios de
la vida, de vuestra ascesis
de vida, oración y penitencia.
Abogada contra el mal y los
terremotos, y escudo de honor;
hoy, vuestra alma está toda
coronada de luz como justo premio
a vuestra entrega de amor y fe.
Protectora y Patrona de Palermo;
¡oh!, Santa Rosalía, “Honor de Dios”.


© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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4 de Septiembre
Santa Rosalía


“Guirnalda de rosas”, en latín; quizá derivado del germánico Rosalinda: “Escudo del honor”

Vivió en el siglo XII y murió hacia 1160. Aunque se desconocen datos sobre su patria y vida, una leyenda asegura que a los 14 años se retiró a una cueva del monte Coscina y luego a otra del monte Pellegrino, cercano a Palermo. En la Edad Media se le dedicaron varias iglesias y se le consideró Protectora y Patrona de Palermo. Sus restos fueron descubiertos un 15 de julio y el Papa Urbano VIII la incluyó como santa en el Martirologio. Se le invoca como abogada contra la peste y los terremotos. La iconografía la presenta como ermitaña o bien revestida con hábito agustino. Sus principales atributos son: una corona de rosas, en alusión a su nombre; y un crucifico y una calavera, por su ascesis.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Rosalía.htm)