01 octubre, 2015

Santa Teresita del Niño Jesús



¡Oh!, Santa Teresita del Niño Jesús, vos, sois la hija del Dios
de la vida y su amada santa, y que, durante vuestra corta
vida, guardasteis en humilde silencio, las rosas de vuestra
caridad. Y, así, fue, porque, después de vuestra muerte,
los milagros y favores, a raudales llovieron sobre quienes os
pidieron vuestra intercesión. “Lo que me impulsa a ir al Cielo
es el pensamiento de poder encender en amor de Dios una
multitud de almas que le alabarán eternamente”. Decíais,
vos, pues vuestro anhelo, era de que, aquellos que os invocaran,
a Dios amasen, con amor abrazador. Con vuestra autobiografía
“La Historia de un Alma”, millones han sabido, quien erais
en realidad. Una mujer de dones y virtudes cargada, y capaz
de darlo todo. Impaciente por seguir a vuestras hermanas, a
Roma fuisteis y escuchasteis aquella frase que sabíais vos,
Que escucharíais: “Entrarás si es la voluntad de Dios”. Os
Contestó León XIII Papa, y vos, os sentisteis feliz. Os llamaban
la “La Florecita”,  y encontrasteis vuestro “elevador”, que os
llevó raudamente por vías de oscuridad y de sufrimiento
espiritual y de corporal dolor, cada vez hacia lo alto, siempre
hacia lo alto, hasta que, un día, a los brazos de Jesús, vuestro
Amado Esposo, arribasteis. “Nunca he dado a Dios más que
amor, y Él me pagará con amor. “Quisiera ser misionera ahora
y siempre y en todas las misiones”. Antes de morir, terminasteis
vuestra autobiografía, “L’Histoire d’un Alme”, que escribisteis
a pedido de vuestra Superiora. Ésta, llena de belleza, sabiduría
y valor está, y por ella sabemos de vuestra santidad de vida,
y, en ella explicáis, cómo vos, os hicisteis, un “juguete” de Cristo,
Dios y Señor Nuestro. “Después de mi muerte dejaré caer una
lluvia de rosas.” “Pasaré mi Cielo haciendo bien sobre la tierra.”
“Mi “caminito” es el camino de la infancia espiritual el camino
de la confianza y de la entrega absoluta.” Fueron vuestras
póstumas palabras. Patrona de todas las Misiones Extranjeras;
¡Oh!, Santa Teresita del Niño Jesús, “vivo Amor del Dios vivo”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1ro de octubre
Santa Teresita del Niño Jesús
Virgen

La devoción a Santa Teresita del Niño Jesús, se ha esparcido de una manera impresionante a través de toda la Iglesia. Durante su corta vida, Teresita no sobresalió por encima de las otras monjas del convento de carmelitas en Lisieux. Pero inmediatamente después de su muerte, muchos milagros y favores fueron concedidos a través de su intercesión. La santa cumplió la promesa de hacer caer una lluvia de rosas después de su muerte, es decir, una lluvia de beneficios hacia todos los que la invocan. “Lo que me impulsa a ir al Cielo es el pensamiento de poder encender en amor de Dios una multitud de almas que le alabarán eternamente”, decía Teresita. Su gran anhelo es que aquellos que la invocan amen a Dios con un amor abrazador.

Por medio de sus cartas, los testimonios de aquellos que la conocieron, y especialmente su autobiografía, “La Historia de un Alma”, millones han llegado a conocer sus grandes dones y virtudes. Incontables peregrinos visitan el convento carmelita de Lisieux, donde, el 9 de abril de 1888, María Francisca Teresa Martín, la hija menor del relojero Luis Martín, se convirtió en la novicia más joven. Tenía sólo quince años. Estaban ya allí dos de sus hermanas: María, la mayor, se había ido cuando Teresita tenía nueve años, y Paulina, que había cuidado de la familia después de morir su madre, entró cuando Teresita tenía catorce años. Impaciente por seguirlas, fue a Roma en una peregrinación con su padre, y rompiendo la regla del silencio en presencia del Papa, le pidió permiso de entrar al Carmelo a los quince años. “Entrarás si es la voluntad de Dios”, le contestó el Papa León XIII, y Teresita terminó la peregrinación con el espíritu lleno de esperanza. Al terminar el año, el permiso que anteriormente la había sido negado, le fue concedido por el obispo y Teresita entró al Carmelo.

Teresa había sido la hija preferida de su padre; era tan alegre, atractiva y amable, que los dos sufrieron intensamente cuando llegó el momento de la separación. Pero no le cabía la menor duda de que ésa era su vocación y desde el principio se determinó a ser santa. Aunque la salud de Teresita era muy delicada, no deseó ninguna dispensa de la austera regla y no le fue dada ninguna. Sufría intensamente por el frío y por el cansancio de cumplir con algunas de las penitencias físicas y exteriores que la Regla acostumbraba. “Soy un alma muy pequeña, que sólo puede ofrecer cosas muy pequeñas a Nuestro Señor,” dijo en una ocasión, “pero quiero buscar un camino nuevo hacia el cielo, muy corto, muy recto, un pequeño sendero. Estamos en la era de los inventos. Me gustaría encontrar un elevador para ascender hasta Jesús, pues soy demasiado pequeña para subir los empinados escalones de la perfección…”.

“Lo que me impulsa a ir al Cielo es el pensamiento de poder encender en amor de Dios una multitud de almas que le alabarán eternamente.” Su gran anhelo es que aquellos que la invocan amen a Dios con un amor abrazador.

“La Florecita”, como muchos la llaman, encontró su elevador, que la llevó velozmente por entre períodos oscuros de sufrimiento espiritual, por entre largas noches de dolor corporal, hacia arriba, siempre arriba, hasta que al fin estuvo segura en brazos de su amado Jesús. Antes de morir, terminó su autobiografía, L’Histoire d’un Alme (La Historia de un Alma), escrita a petición de su Superiora. Ha sido traducida a muchos diferentes idiomas, y está llena de belleza, sabiduría y valor, y por ella podemos saber algo de la santidad de Teresita, pues explica cómo hizo de sí misma un juguete de Cristo. Hiciera lo que hiciera, estaba segura de su amor.

La hermana Teresita de Lisieux murió el 30 de Septiembre de 1897. En junio de ese año había sido llevada a la enfermería del convento, padeciendo fuertes hemorragias, y no volvió a salir de allí. Tres de sus declaraciones, pronunciadas por ese tiempo, le han dado la vuelta al mundo y ningún comentario sobre la Florecita, por breve que fuera, estaría completo sin ellas: “Nunca he dado a Dios más que amor, y Él me pagará con amor. Después de mi muerte dejaré caer una lluvia de rosas.” “Pasaré mi Cielo haciendo bien sobre la tierra.” “Mi caminito es el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta.”

Casi inmediatamente después de su muerte, fueron tan numerosos los milagros obtenidos por su intercesión, que la Santa Sede dispensó los acostumbrados cincuenta años que normalmente deben transcurrir antes que se inicie el proceso de canonización. En 1922 fue solemnemente beatificada por el Papa Pío XI, y dos años más tarde fue canonizada Teresa de Lisieux.

Como una de las principales obligaciones de las carmelitas es pedir por las misiones, no es extraño que, en 1927, Santa Teresita fuera nombrada Patrona celestial de todas las Misiones Extranjeras, junto con San Francisco Javier. Dijo Teresita: “Quisiera ser misionera ahora y siempre y en todas las misiones.”

(La mayor parte de esta pequeña biografía ha sido extraída de “Nuestra Herencia Católica” tomo III, publicada por La Prensa Católica, México, 1973). “Mi caminito es el camino de una infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta.”

La Iglesia reconoce la enseñanza profunda y valiosa del “caminito” de Santa Teresita, lo cual conlleva el aceptar nuestras propias limitaciones, y el dar de todo corazón lo que tengamos, no importa lo pequeña que sea la ofrenda.

30 septiembre, 2015

San Jerónimo

 


¡Oh!, San Jerónimo, vos sois el hijo del Dios de la vida,
y su amado santo, y que, habiendo nacido en Dalmacia,
estudiasteis en Roma, cultivando con esmero los saberes
todos, recibiendo allí, el santo bautismo cristiano. Más
tarde, optasteis por la vida contemplativa entregándoos
a la vida ascética, marchando a Oriente y, donde os
ordenaron como presbítero. Vuelto a Roma, secretario
fuisteis papa Dámaso, hasta que, fijando vuestra residencia
en Belén de Judea, vivisteis una vida monástica dedicado a
traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándoos
como insigne doctor. “Jerónimo ¿Qué me vais a regalar
en mi cumpleaños?” Os preguntó el Niño Jesús. Y, vos,
respondisteis: “Señor os regalo mi salud, mi fama, mi honor,
para que dispongas de todo como mejor os parezca”. Y,
el Niño Jesús, os dijo: “¿Y ya no me regalas nada más?” ¡Oh!
mi amado Salvador, -exclamasteis-, por Vos, repartí ya mis
bienes entre los pobres Por Vos, he dedicado mi tiempo a
estudiar las Sagradas Escrituras. ¿Qué más os puedo regalar?
Si quisieras, os daría mi cuerpo para que lo quemaras en
una hoguera y así poder desgastarme todo por Vos”. Y,
el Divino Niño, os dijo con tierno y sublime amor: “Jerónimo:
regálame tus pecados para perdonártelos”. Y, al escucharlo,
vos, de emoción llorasteis y exclamasteis muy impresionado:
¡Loco debéis estar de amor, cuando me pedís esto!”. Y, os
disteis cuenta de que, lo que más desea Dios, es que, le
ofrezcamos los pecadores, un corazón arrepentido, contrito
y humillado. A vos, también os debemos, vuestra obra gigante:
la traducción al latín de la Sagrada Biblia, que con titulo
de Vulgata, llegó a ser, la Biblia oficial del cristianismo.
Y, finalmente, habiendo, gastado vuestra santa vida, en buena
lid, voló vuestra alma al cielo, para coronada ser, con corona
de luz, como justo premio a vuestro increíble amor y fe;
¡oh!, San Jerónimo, “Mensajero de la Palabra Eterna de Dios”.


© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de Septiembre
San Jerónimo
Doctor de la Iglesia


Martirologio Romano: Memoria de san Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, que, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, cultivando con esmero todos los saberes, y allí recibió el bautismo cristiano. Después, captado por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética yendo a Oriente, donde se ordenó de presbítero. Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, fijando su residencia en Belén de Judea vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue partícipe de muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegando a una edad provecta, descansó en la paz del Señor (420).

Etimología: Jerónimo = Aquel que lleva nombre santo, viene del griego. El IV siglo después de Cristo, que tuvo su momento importante en el 380 con el edicto del emperador Teodosio que ordenaba que la fe cristiana tenía que ser adoptada por todos los pueblos del imperio, está repleto de grandes figures de santos: Atanasio, Hilario, Ambrosio, Agustín, Crisóstomo, Basilio y Jerónimo.

Este último nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue bautizado. Su espíritu es enciclopédico: su obra literaria nos revela al filósofo, al retórico, al gramático, al dialéctico, capaz de pensar y escribir en latín, en griego, en hebreo; escritor rico, puro y robusto al mismo tiempo. A él se debe la traducción al latín del Antiguo y del Nuevo Testamento, que llegó a ser, con el titulo de Vulgata, la Biblia oficial del cristianismo.

Jerónimo es de una personalidad fortísima: en cualquier parte a donde va suscita entusiasmos o polémicas. En Roma fustiga los vicios y las hipocresías y también preconiza nuevas formas de vida religiosa, atrayendo a ellas a algunas mujeres influyentes patricias de Roma, que después lo siguen en la vida eremítica de Belén.

La huída de la sociedad de este desterrado voluntario se debió a su deseo de paz interior, no siempre duradero, porque de vez en cuando reaparecía con algún nuevo libro. Los rugidos de este “león del desierto” se hacían oír en Oriente y en Occidente. Sus violencias verbales iban para todos. Tuvo palabras duras para Ambrosio, para Basilio y hasta para su amigo Agustín que tuvo que pasar varios tragos amargos. Lo prueba la correspondencia entre los dos grandes doctores de la Iglesia, que se conservan casi en su totalidad. Pero sabía suavizar sus intemperancias de carácter cuando el polemista pasaba a ser director de almas.

Cuando terminaba un libro, iba a visitar a las monjas que llevaban vida ascética en un monasterio no lejos del suyo. El las escuchaba, contestando sus preguntas. Estas mujeres inteligentes y vivas fueron un filtro para sus explosiones menos oportunas y él les pagaba con el apoyo y el alimento de una cultura espiritual y biblica. Este hombre extraordinario era consciente de sus limitaciones y de sus propias faltas. Las remediaba dándose golpes de pecho con una piedra. Pero también se daba cuenta de sus méritos, tan es así que la larga lista de los hombres ilustres, de los que hizo un breve pero precioso resumen (el De viris illustribus) termina con un capítulo dedicado a él mismo. Murió a los 72 años, en el 420, en Belén.

(http://www.es.catholic.net/santoraldehoy)

29 septiembre, 2015

San Miguel, San Gabriel y San Rafael Arcángeles

 

Santos Arcángeles

¡Oh!, San Miguel Arcángel
“¿Quién como Dios?”
¡Oh!, San Gabriel Arcángel
“Dios es mi protector”
¡Oh!, San Rafael Arcángel
“Medicina de Dios”
Dios os ha encomendado
desde siempre al hombre
ingrata criatura.
El cuidado de personas a
quién el Dios vivo ha confiado
otras grandes tareas:
El Santo Padre
los cardenales
y los obispos
¡Oh!, Miguel, que vencisteis y expulsasteis a Satanás del cielo
¡Oh! Gabriel el de María, Señora Nuestra y
¡Oh! Rafael, el de la cura o sanidad
¡Gloria eterna a vosotros tres!
¡Oh!, Santos Arcángeles de Dios.


© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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¡Arcángeles!

¡Oh!, San Miguel Arcángel
“¿Quién como Dios?”
vuestro nombre significa
Vos, citado sois en capítulo
XII del libro de Daniel, así:
“Al final de los tiempos
aparecerá Miguel, al gran
Príncipe que defiende a
los hijos del pueblo de Dios.
Y entonces los muertos
resucitarán. Los que hicieron
el bien, para la Vida Eterna,
y los que hicieron el mal,
para el horror eterno”.


¡Oh!, San Gabriel Arcángel
“Dios es mi protector”
Vuestro nombre significa
San Lucas dice de vos así:
“Fue enviado por Dios el
ángel Gabriel a una ciudad
de Galilea, a una virgen
llamada María, y llegando
junto a ella, le dijo: “Salve
María, llena de gracia, el
Señor está contigo”. Ella
se turbó al oír aquel saludo,
pero el ángel le dijo: “No temas
María, porque has hallado
gracia delante de Dios. Vas a
concebir un hijo a quien pondrás
por nombre Jesús. Él será Hijo
del Altísimo y su Reino no tendrá fin”.

¡Oh!, San Rafael Arcángel
“Medicina de Dios”
Vuestro nombre significa.
La Biblia os cita a vos
En el libro de Tobías
liberando al joven Tobías
de un pez que pretendía
devorarlo, una vez liberado
lo animáis para que lo ingiera,
pues su carne les servirá
de alimento para el viaje.
Cuando pone el corazón
sobre unas brasas echa al demonio
que pretendía ahogar al joven,
y más tarde aplica la hiel
sobre los ojos del su padre ciego,
devolviéndole la vista.
Oh, Santos Arcángeles Miguel,
Gabriel y Rafael guardianes de Dios
en el amor, la justicia y la verdad.


© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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29 de Septiembre
San Miguel
San Gabriel y
San Rafael Arcángeles


Hoy celebramos la fiesta de los tres Arcángeles que nombra la Sagrada Escritura. La palabra Arcángel proviene de dos palabras. Arc = el principal. Y ángel. O sea “principal entre los ángeles. Arcángel es como un jefe de los ángeles.

San Miguel

Este nombre significa: “¿Quién como Dios? O: “Nadie es como Dios”.
A San Miguel lo nombre tres veces la S. Biblia. Primero en el capítulo 12 del libro de Daniel a donde se dice: “Al final de los tiempos aparecerá Miguel, al gran Príncipe que defiende a los hijos del pueblo de Dios. Y entonces los muertos resucitarán. Los que hicieron el bien, para la Vida Eterna, y los que hicieron el mal, para el horror eterno”.

En el capítulo 12 del Libro del Apocalipsis se cuenta lo siguiente: “Hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra Satanás y los suyos, que fueron derrotados, y no hubo lugar para ellos en el cielo, y fue arrojada la Serpiente antigua, el diablo, el seductor del mundo. Ay de la tierra y del mar, porque el diablo ha bajado a vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo”.

En la Carta de San Judas Tadeo se dice: “El Arcángel San Miguel cuando se le enfrentó al diablo le dijo: ‘Que te castigue el Señor’”. Por eso a San Miguel lo pintan atacando a la serpiente infernal. La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Y él cuando lo invocamos llega a defendernos, con el gran poder que Dios le ha concedido. Muchos creen que él sea el jefe de los ejércitos celestiales.

San Gabriel

Su nombre significa: “Dios es mi protector”.

A este Arcángel se le nombra varias veces en la S. Biblia. Él fue el que le anunció al profeta Daniel el tiempo en el que iba a llegar el Redentor. Dice así el profeta: “Se me apareció Gabriel de parte de Dios y me dijo: dentro de setenta semanas de años (o sea 490 años) aparecerá el Santo de los Santos” (Dan. 9). Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar la encarnación del Hijo de Dios. Por eso se le venera mucho desde la antigüedad. Su carta de presentación cuando se le apareció a Zacarías para anunciarle que iba a tener por hijo a Juan Bautista fue esta: “Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios” (Luc. 1, 19).

San Lucas dice: “Fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, a una virgen llamada María, y llegando junto a ella, le dijo: ‘Salve María, llena de gracia, el Señor está contigo’. Ella se turbó al oír aquel saludo, pero el ángel le dijo: ‘No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios. Vas a concebir un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será Hijo del Altísimo y su Reino no tendrá fin’”.

San Gabriel es el patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque trajo al mundo la más bella noticia: que el Hijo de Dios se hacía hombre.

San Rafael

Su nombre significa: “Medicina de Dios”.
Fue el arcángel enviado por Dios para quitarle la ceguera a Tobías y acompañar al hijo de éste en un larguísimo y peligroso viaje y conseguirle una santa esposa. Su interesante historia está narrada en el día 7 de febrero. San Rafael es muy invocado para alejar enfermedades y lograr terminar felizmente los viajes.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Miguel_Gabiel_Rafael.htm)

28 septiembre, 2015

San Wenceslao de Bohemia

¡Oh!, San Wenceslao de Bohemia, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo. Y, aunque,
vuestra madre, apoyó anticristianas políticas, éstas
convirtieron a vuestro amado pueblo en un caos,
sin leyes y sin Dios. Pero, vos, esperabais en secreto
su obra maravillosa. Y, pronto, Él, os mostró su poder,
eligiéndoos a través de vuestro pueblo, como su rey.
Y, ya en el trono, apoyasteis la Ley de la Iglesia,
instaurasteis el orden social, imponiendo castigos
a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud,
gobernando siempre, con justicia y misericordia. Pero,
del bien que vos sembrasteis, el mal, carne hizo, y
la codicia por el poder de Boleslao, vuestro hermano,
planeó vuestra muerte, asesinándoos de una puñalada. 

Y, creyó el incauto, que al hacerlo, acabaría con vos,
sin saber que, os convirtió en santo mártir de la fe,
por Cristo. Y, así, vuestra alma, voló al cielo, para
coronada ser, con corona de luz, como justo premio
a vuestra entrega grande de amor y fe. Hoy, en San
Vito, el pueblo todo, os venera con grande fe. Santo
Patrono del pueblo de Bohemia y de Checoslovaquia;
¡Oh!, San Wenceslao de Bohemia, “vivo amor por Cristo”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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28 de septiembre
San Wenceslao de Bohemia
Mártir

Dios nuestro, que impulsaste al santo mártir Wenceslao a anteponer el reino de los cielos a un reino terrenal, concédenos, por su intercesión, que tengamos valor para dejar lo que nos impida unirnos a ti de todo corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses.

Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia.

Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.

27 septiembre, 2015

San Vicente de Paúl

 


¡Oh!, San Vicente de Paúl, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, y, su amado santo, que, honor, al significado
de vuestro nombre hicisteis: “Vencedor, victorioso”.
Y, Dios, “ayudaros” quiso y lo hizo, y, os purificó
regalándoos el cautiverio, la difamación y crueles
tentaciones contra la fe. Vos decíais: “Me di cuenta
de que yo tenía un temperamento bilioso y amargo y me
convencí de que, con un modo de ser áspero y duro se
hace más mal que bien en el trabajo de las almas. Y,
entonces me propuse pedir a Dios que me cambiara mi
modo agrio de comportarme, en un modo amable y bondadoso
y me propuse trabajar día tras día por transformar mi
carácter áspero en un modo de ser agradable”. Y, Dios,
os escuchó y así lo hizo. A vos, os debemos las santas
Comunidades de los “Padres Vicentinos” y de las “Hermanas
Vicentinas”, que tanto bien, hacen hasta hoy. Repetíais
vos, cada vez que os querían daros honores: “Yo soy
un pobre pastorcito de ovejas, que dejé el campo para
venirme a la ciudad, pero sigo siendo siempre un campesino
simplón y ordinario”. Desesperabais por que la gente a
Dios no amaba en aquellos tiempos, y, decíais: “No es
suficiente que yo ame a Dios. Es necesario hacer que
mis prójimos lo amen también”, decíais vos. En vuestros
últimos años de vida, vuestra salud, deteriorada estaba,
pero ello, no os impedía dirigir obras nuevas de caridad.
Y, luego de haber gastado vuestra santa vida en buena
lid, voló vuestra alma al cielo, para coronada ser
con corona de luz, como justo premio a vuestro amor.
“Patrono Santo de las asociaciones católicas de caridad”;
¡oh!, San Vicente de Paúl, “misericordia y victoria de Dios”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Septiembre
San Vicente de Paúl
Fundador
Año 1660

El Señor Dios que es tan bueno, siga enviando al mundo muchos Vicentes como este, para bien de todos los necesitados. Dichoso el que se compadece del pobre. Dios lo bendecirá (Salmo 41).

Vicente significa: “Vencedor, victorioso”. Nació San Vicente en el pueblecito de Pouy en Francia, en 1580. Su niñez la pasó en el campo, ayudando a sus padres en el pastoreo de las ovejas. Desde muy pequeño era sumamente generoso en ayudar a los pobres. Los papás lo enviaron a estudiar con los padres franciscanos y luego en la Universidad de Toulouse, y a los 20 años, en 1600 fue ordenado de sacerdote. Dice el santo que al principio de su sacerdocio lo único que le interesaba era hacer una carrera brillante, pero Dios lo purificó con tres sufrimientos muy fuertes.

1º. El Cautiverio. Viajando por el mar, cayó en manos de unos piratas turcos los cuales lo llevaron como esclavo a Túnez donde estuvo los años 1605, 1606 y 1607 en continuos sufrimientos.

2º. Logró huir del cautiverio y llegar a Francia, y allí se hospedó en casa de un amigo, pero a este se le perdieron 400 monedas de plata y le echó la culpa a Vicente y por meses estuvo acusándolo de ladrón ante todos los que encontraba. El santo se callaba y solamente respondía: “Dios sabe que yo no fui el que robó ese dinero”. A los seis meses apareció el verdadero ladrón y se supo toda la verdad. San Vicente al narrar más tarde este caso a sus discípulos les decía: “Es muy provechoso tener paciencia y saber callar y dejar a Dios que tome nuestra defensa”.

3º. La tercera prueba fue una terrible tentación contra la fe, que aceptó para lograr que Dios librara de esa tentación a un amigo suyo. Esto lo hizo sufrir hasta lo indecible y fue para su alma “la noche oscura”.

A los 30 años escribe a su madre contándole que amargado por los desengaños humanos piensa pasar el resto de su vida retirado en una humilde ermita. Cae a los pies de un crucifijo, consagra su vida totalmente a la caridad para con los necesitados, y es entonces cuando empieza su verdadera historia gloriosa. Hace voto o juramento de dedicar toda su vida a socorrer a los necesitados, y en adelante ya no pensará sino en los pobres. Se pone bajo la dirección espiritual del Padre Berule (futuro cardenal) sabio y santo, hace Retiros espirituales por bastantes días y se lanza al apostolado que lo va a volver famoso.

Dice el santo “Me di cuenta de que yo tenía un temperamento bilioso y amargo y me convencí de que con un modo de ser áspero y duro se hace más mal que bien en el trabajo de las almas. Y entonces me propuse pedir a Dios que me cambiara mi modo agrio de comportarme, en un modo amable y bondadoso y me propuse trabajar día tras día por transformar mi carácter áspero en un modo de ser agradable”. Y en verdad que lo consiguió de tal manera, que varios años después, el gran orador Bossuet, exclamará: “Oh Dios mío, si el Padre Vicente de Paúl es tan amable, ¿Cómo lo serás Tú?”. San Vicente contaba a sus discípulos: “Tres veces hablé cuando estaba de mal genio y con ira, y las tres veces dije barbaridades”. Por eso cuando le ofendían permanecía siempre callado, en silencio como Jesús en su santísima Pasión”.

Se propuso leer los escritos del amable San Francisco de Sales y estos le hicieron mucho bien y lo volvieron manso y humilde de corazón. Con este santo fueron muy buenos amigos. Vicente se hace amigo del Ministro de la marina de Francia, y este lo nombra capellán de los marineros y de los prisioneros que trabajan en los barcos. Y allí descubre algo que no había imaginado: la vida horrorosa de los galeotes. En ese tiempo para que los barcos lograran avanzar rápidamente les colocaban en la parte baja unos grandes remos, y allá en los subterráneos de la embarcación (lo cual se llama galera) estaban los pobres prisioneros obligados a mover aquellos pesados remos, en un ambiente sofocante, en medio de la hediondez y con hambre y sed, y azotados continuamente por los capataces, para que no dejaran de remar.

San Vicente se horrorizó al constatar aquella situación tan horripilante y obtuvo del Ministro, Sr. Gondi, que los galeotes fueran tratados con mayor bondad y con menos crueldad. Y hasta un día, él mismo se puso a remar para reemplazar a un pobre prisionero que estaba rendido de cansancio y de debilidad. Con sus muchos regalos y favores se fue ganando la simpatía de aquellos pobres hombres. El Ministro Gondi nombró al Padre Vicente como capellán de las grandes regiones donde tenía sus haciendas. Y allí nuestro santo descubrió con horror que los campesinos ignoraban totalmente la religión. Que las pocas confesiones que hacía eran sacrílegas porque callaban casi todo. Y que no tenían quién les instruyera. Se consiguió un grupo de sacerdotes amigos, y empezó a predicar misiones por esos pueblos y veredas y el éxito fue clamoroso. Las gentes acudían por centenares y miles a escuchar los sermones y se confesaban y enmendaban su vida. De ahí le vino la idea de fundar su Comunidad de Padres Vicentinos, que se dedican a instruir y ayudar a las gentes más necesitadas. Son ahora 4,300 en 546 casas.

El santo fundaba en todas partes a donde llegaba, unos grupos de caridad para ayudar e instruir a las gentes más pobres. Pero se dio cuenta de que para dirigir estas obras necesitaba unas religiosas que le ayudaran. Y habiendo encontrado una mujer especialmente bien dotada de cualidades para estas obras de caridad, Santa Luisa de Marillac, con ella fundó a las hermanas Vicentinas, que son ahora la comunidad femenina más numerosa que existe en el mundo. Son ahora 33,000 en 3,300 casas y se dedican por completo a socorrer e instruir a las gentes más pobres y abandonadas, según el espíritu de su fundador.

San Vicente poseía una gran cualidad para lograr que la gente rica le diera limosnas para los pobres. Reunía a las señoras más adineradas de París y les hablaba con tanta convicción acerca de la necesidad de ayudar a quienes estaban en la miseria, que ellas daban cuanto dinero encontraban a la mano. La reina (que se confesaba con él) le dijo un día: “No me queda más dinero para darle”, y el santo le respondió: “¿Y esas joyas que lleva en los dedos y en el cuello y en las orejas?”, y ella le regaló también sus joyas, para los pobres.

Parece casi imposible que un solo hombre haya podido repartir tantas, y tan grandes limosnas, en tantos sitios, y a tan diversas clases de gentes necesitadas, como lo logró San Vicente de Paúl. Había hecho juramento de dedicar toda su vida a los más miserables y lo fue cumpliendo día por día con generosidad heroica. Fundó varios hospitales y asilos para huérfanos. Recogía grandes cantidades de dinero y lo llevaba a los que habían quedado en la miseria a causa de la guerra. Se dio cuenta de que la causa principal del decaimiento de la religión en Francia era que los sacerdotes no estaban bien formados. Él decía que el mayor regalo que Dios puede hacer a un pueblo es dale un sacerdote santo. Por eso empezó a reunir a quienes se preparaban al sacerdocio, para hacerles cursos especiales, y a los que ya eran sacerdotes, los reunía cada martes para darles conferencias acerca de los deberes del sacerdocio. Luego con los religiosos formados por él, fue organizando seminarios para preparar cuidadosamente a los seminaristas de manera que llegaran a ser sacerdotes santos y fervorosos.

Aún ahora los Padres Vicentinos se dedican en muchos países del mundo a preparar en los seminarios a los que se preparan para el sacerdocio. San Vicente caminaba muy agachadito y un día por la calle no vio a un hombre que venía en dirección contraria y le dio un cabezazo. El otro le dio un terrible bofetón. El santo se arrodilló y le pidió perdón por aquella su falta involuntaria. El agresor averiguó quien era ese sacerdote y al día siguiente por la mañana estuvo en la capilla donde le santo celebraba misa y le pidió perdón llorando, y en adelante fue siempre su gran amigo. Se ganó esta amistad con su humildad y paciencia.

Siempre vestía muy pobremente, y cuando le querían tributar honores, exclamaba: “Yo soy un pobre pastorcito de ovejas, que dejé el campo para venirme a la ciudad, pero sigo siendo siempre un campesino simplón y ordinario”. En sus últimos años su salud estaba muy deteriorada, pero no por eso dejaba de inventar y dirigir nuevas y numerosas obras de caridad. Lo que más le conmovía era que la gente no amaba a Dios. Exclamaba: “No es suficiente que yo ame a Dios. Es necesario hacer que mis prójimos lo amen también”.

El 27 de septiembre de 1660 pasó a la eternidad a recibir el premio prometido por Dios a quienes se dedican a amar y hacer el bien a los demás. Tenía 80 años. El Santo Padre León XIII proclamó a este sencillo campesino como Patrono de todas las asociaciones católicas de caridad.

26 septiembre, 2015

Santos Cosme y Damián

 


¡Oh!, Santos Cosme y Damián, vosotros, sois
los hijos del Dios de la vida y sus amados santos,
que, médicos siendo, siempre a curar y recetar
sin cobro alguno, a los desposeídos y pobres
el tiempo todo hicisteis, tanto que, de vosotros
decían “los no cobradores”. Y, en medio de aquella
tarea noble, el precioso e inmortal legado de Cristo
compartíais, con vuestros pacientes. Gemelos
hermanos, amados y queridos erais en vuestro
tiempo, y cuando el mal quiso dañaros, Dios,
jamás os olvidó, tanto que, cuando os echaron a
la mar, una ola gigante os devolvió a tierra firme,
sanos y salvos. Y, cuando, vivos quisieron quemaros,
las llamas, no os tocaron para nada. Así, de rabia,
desesperados y fuera de sí, los impíos, os cortaron
vuestras cabezas. Y, vuestras benditas almas, al cielo
volaron para coronadas ser de luz. Y, solo así,
con vuestras santas vidas terminaron, convirtiéndoos
para alegría de tierra y cielo en santos mártires. Y,
con justicia, y como premio a vuestra entrega de amor,
os levantaron aquí en la tierra y, en honor vuestro
dos templos, uno en Constantinopla y otro en Roma;
¡oh!, Santos Cosme y Damián, “vivo amor de Cristo”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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26 de Septiembre
San Cosme y San Damián
Mártires

Siglo III

Quiera Dios enviarnos muchos médicos generosos que, a imitación de Cosme y Damián, se dediquen a recetar gratuitamente a los pobres, y a aprovechar su ascendiente para propagar la santa religión de Jesucristo. Qué hermoso fuera que hubiera muchos médicos así.

“Lo que habéis recibido gratis, dadlo también gratuitamente” (Jesucristo Mt. 10, 8).
Cosme significa “adornado, bien presentado”. Damián: domador. Estos dos santos han sido (junto con San Lucas) los patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman “los no cobradores”, porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres.

Eran hermanos gemelos y nacieron en Arabia, en el siglo tercero. Se dedicaron a la medicina y llegaron a ser muy afamados médicos. Pero tenían la especialidad de que a los pobres no les cobraban la consulta ni los remedios. Lo único que les pedía era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su evangelio.

Las gentes los querían muchísimo y en muchos pueblos eran considerados como unos verdaderos benefactores de los pobres. Y ellos aprovechaban su gran popularidad para ir extendiendo la religión de Jesucristo por todos los sitios donde llegaban. Lisias, el gobernador de Cilicia, se disgustó muchísimo porque estos dos hermanos propagaban la religión de Jesús. Trató inútilmente de que dejaran de predicar, y como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola gigantesca los sacó sanos y salvos a la orilla. Entonces los mandó quemar vivos, pero las llamas no los tocaron, y en cambio quemaron a los verdugos paganos que los querían atormentar. Entonces el mandatario pagano mandó que les cortaran la cabeza, y así derramaron su sangre por proclamar su amor al Divino Salvador.

Y sucedió entonces que junto a la tumba de los dos hermanos gemelos, Cosme y Damián, empezaron a obrarse maravillosos curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, en una gravísima enfermedad, se encomendó a estos dos santos mártires y fue curado inexplicablemente. Con sus ministros se fue personalmente a la tumba de los dos santos a darles las gracias.

En Constantinopla levantaron dos grandes templos en honor de estos dos famosos mártires y en Roma les construyeron una basílica con bellos mosaicos.

25 septiembre, 2015

Santa Aurelia

¡Oh!, Santa Aurelia, vos, sois la hija del Dios
de la vida y su amada santa, que huyendo
de terrenal matrimonio, vivir preferisteis como
eremita, antes de romper vuestra santa
promesa de manteneros siempre en castidad
perpetua, hasta el fin de vuestros días. Así,
honor le hicisteis al significado de vuestro
nombre, que decir quiere: “Aquella que brilla
como el oro”. Y, sí, vos, brillabais, así y más,
pues, poderosa sois, cuando se os implora por
casos de fiebre, pues con ellas termináis, a Dios
gracias debido. Y, Él, jamás os olvidó, tanto
que quiso que vuestro cuerpo, incorrupto
quedase, para gloria de Su Santo Nombre. Y,
hoy, cumplida vuestra terrenal tarea, vuestra
alma, brilla, coronada toda de eterna de luz,
como premio justo a vuestro grande amor;
¡oh!, Santa Aurelia, “vivo brillo santo de Dios”.

© 2015 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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25 de Septiembre
Santa Aurelia
Eremita

Etimología: Aurelia = Aquella que brilla como el oro, viene del latín.
Fue una princesa de la familia de Hugo Capet, quien por escapar del matrimonio huyó a Alsacia y vivió como eremita. Hizo votos de perpetua castidad. Solamente el Obispo Wolfgang de Ratisbon sabía que ella estaba viva.

Documentos del siglo X validan su existencia de una iglesia dedicada a Aurelia y de una cripta en dicho templo muy venerada por la población por guardar sus reliquias, durante la Edad Media solían pedir su ayuda en casos de fiebre. Luego de la reforma protestante la iglesia mencionada pasó a manos de los luteranos, quienes en 1524 profanaron la tumba de la santa y se deshicieron de las reliquias, pero sin conseguir eliminar el culto que mantiene vivo hasta hoy.

Poco se ha escrito sobre esta Santa que ha servido de inspiración para copiar su nombre en capillas y niñas del mundo entero. Santa Aurelia fue incorrupta. Al ser descubierta su fosa se encontró su cuerpo intacto.