31 octubre, 2022

San Quintín, Mártir

Santo de hoy - Quintín , Santo Mártir (+287 dC) - 31/10 | Parroquia Ntra  Sra de la Salud


¡Oh!, San Quintín, vos, sois, el hijo del Dios de la Vida,
y su amado santo y, el niño aquél, que, siendo hijo de senador
romano os hicisteis amigo de San Marcelino Papa, quién os
bautizó y anhelasteis desde entonces a que muchas personas
conocieran a Jesucristo, Dios y Señor Nuestro, para que lo amaran
y poder, algún día por Él, su sangre derramar. A vos, os echaron
en cara, de que, cómo posible era, que el hijo de un senador romano
predicase en favor de Cristo. Y, vos, os respondisteis, que “ese”
crucificado ya había resucitado y que ahora era el “Rey y Señor
de cielos y tierra”, y que, por lo tanto para vos, era un honor
mucho más grande ser seguidor de Él, que ser hijo de un senador
romano. Y, vos, predestinado como estabais así, lo hicisteis,
nuestra religión defendiendo, con ardor de corazón. Ni los azotes
ni el oscuro calabozo y sus cadenas, pudieron con vos, y pronto
la libertad y la palabra sin saber cómo, las recobrasteis
y las calles, y el pueblo vuestra prédica de amor a escuchar
volvieron. Entonces el gobernador os mandó a poneros preso otra
vez. Y, después de que os atormentaron y torturaron, ordenó
que os cortaran la cabeza. Y, así, voló vuestra alma al cielo,
para recibir el premio que Cristo prometió a quienes se declaran
a favor de Él, en ésta tierra. Y, vos, así lo hicisteis, luciendo
hoy, corona de luz, como justo premio a vuestro increíble amor;
¡oh!, San Quintín, “vivo y grande Amor por el Dios de la Vida”.

© 2022 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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31 de Octubre
San Quintín
Mártir
Año 287

Fue Quintín hijo de un senador romano muy apreciado de la gente. Se hizo amigo del Papa San Marcelino, quién lo bautizó. El más grande deseo de Quintín era hacer que muchas personas conocieran y amaran a Jesucristo, y poder derramar su sangre por defender la religión.

Cuando el Papa San Cayo organizó una expedición de misioneros para ir a evangelizar a Francia, Quintín fue escogido para formar parte de ese grupo de evangelizadores.

Dirigido por el jefe de la misión, San Luciano, fue enviado Quintín a la ciudad de Amiens, la cual ya había sido evangelizada en otro tiempo por San Fermín, por lo cual hubo un nutrido grupo de cristianos que le ayudaron allí a extender la religión. Quintín y sus compañeros se dedicaron con tan grande entusiasmo a predicar, que muy pronto ya en Amiens hubo una de las iglesias locales más fervorosas del país.

Esto atraía más y más fieles a la religión verdadera. Los templos paganos se quedaban vacíos, los sacerdotes de los ídolos ya no tenían oficio, mientras que los templos de los seguidores de Jesucristo se llenaban cada vez más y más.

Los sacerdotes paganos se quejaron ante el gobernador Riciovaro, diciéndole que la religión de los dioses de Roma se iba a quedar sin seguidores si Quintín seguía predicado y haciendo prodigios. Riciovaro, que conocía a la noble familia de nuestro santo, lo llamó y le echó en cara que un hijo de tan famoso senador romano se dedicara a propagar la religión de un crucificado. Quintín le dijo que ese crucificado ya había resucitado y que ahora era el rey y Señor de cielos y tierra, y que por lo tanto para él era un honor mucho más grande ser seguidor de Jesucristo que ser hijo de un senador romano.

El gobernador hizo azotar muy cruelmente a Quintín y encerrarlo en un oscuro calabozo, amarrado con fuertes cadenas. Pero por la noche se le soltaron las cadenas y sin saber cómo, el santo se encontró libre, en la calle. Al día siguiente estaba de nuevo predicando a la gente.

Entonces el gobernador lo mandó poner preso otra vez y después de atormentarlo con terribles torturas, mandó que le cortaran la cabeza, y voló al cielo a recibir el premio que Cristo ha prometido para quienes se declaran a favor de Él en la tierra.

Hay que ser: Pronto para escuchar y lento para responder (S. Biblia Ec. 5,11).

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Quintín.htm)

30 octubre, 2022

Domingo 31 (C) del tiempo ordinario

 

 

 

Texto del Evangelio (Lc 19,1-10):En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa».

El bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más». Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

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«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Rubí, Barcelona, España)

Hoy, la narración evangélica parece como el cumplimiento de la parábola del fariseo y el publicano (cf. Lc 18,9-14). Humilde y sincero de corazón, el publicano oraba en su interior: «Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador» (Lc 18,13); y hoy contemplamos cómo Jesucristo perdona y rehabilita a Zaqueo, el jefe de publicanos de Jericó, un hombre rico e influyente, pero odiado y despreciado por sus vecinos, que se sentían extorsionados por él: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (Lc 19,5). El perdón divino lleva a Zaqueo a convertirse; he aquí una de las originalidades del Evangelio: el perdón de Dios es gratuito; no es tanto por causa de nuestra conversión que Dios nos perdona, sino que sucede al revés: la misericordia de Dios nos mueve al agradecimiento y a dar una respuesta.

Como en aquella ocasión Jesús, en su camino a Jerusalén, pasaba por Jericó. Hoy y cada día, Jesús pasa por nuestra vida y nos llama por nuestro nombre. Zaqueo no había visto nunca a Jesús, había oído hablar de Él y sentía curiosidad por saber quién era aquel maestro tan célebre. Jesús, en cambio, sí conocía a Zaqueo y las miserias de su vida. Jesús sabía cómo se había enriquecido y cómo era odiado y marginado por sus convecinos; por eso, pasó por Jericó para sacarle de ese pozo: «El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (Lc 19,10).

El encuentro del Maestro con el publicano cambió radicalmente la vida de este último. Después de haber oído el Evangelio, piensa en la oportunidad que Dios te brinda hoy y que tú no debes desaprovechar: Jesucristo pasa por tu vida y te llama por tu nombre, porque te ama y quiere salvarte, ¿en qué pozo estás atrapado? Así como Zaqueo subió a un árbol para ver a Jesús, sube tú ahora con Jesús al árbol de la cruz y sabrás quien es Él, conocerás la inmensidad de su amor, ya que «elige a un jefe de publicanos: ¿quién desesperará de sí mismo cuando éste alcanza la gracia?» (San Ambrosio).

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Con la misma rapidez, espontaneidad y alegría espiritual con la que le recibió este hombre en su casa, que nuestro Señor, nos conceda la gracia de recibir su Santísimo Cuerpo y Sangre, su Alma y su Divinidad» (Santo Tomás More)
  • «En la casa de Zaqueo, desde ese día, entró la alegría, entró la paz, entró la salvación, entró Jesús» (Francisco)
  • «Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados; también manifestó el efecto de este perdón: a los pecadores que son perdonados los vuelve a integrar en la comunidad del pueblo de Dios, de donde el pecado los había alejado o incluso excluido. Un signo manifiesto de ello es el hecho de que Jesús admite a los pecadores a su mesa, más aún, Él mismo se sienta a su mesa (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.443)

(https://evangeli.net/evangelio/dia/2022-10-30)

29 octubre, 2022

Beato Miguel Rúa, “Salvar el alma, eso es lo más importante”.


 

¡Oh!, Beato Miguel Rúa; vos, sois
el hijo del Dios de la vida que, por
amor al Dios eterno, os entregasteis
en alma y cuerpo, a difundir por
el orbe de la tierra y las salesianas
comunidades que, con mansedumbre
derrochando y haciédoos querer

con los hombres del tiempo vuestro
a imitación de vuestro maestro Don
Bosco, enseñasteis a cómo Amar Dios.
¡Nadie más como vos!, para que,
a cuestas de llevar humildad y amor
en cada gesto y en cada palabra
y en vuestra alma, a la eternidad de
la vida voló, al final de vuestros
ejemplares días y, exclamando en
vuestro lecho de muerte:“¡salvar el
alma, es lo más importante!”; -cosa
que así es-, partisteis a la gloria
del Padre Eterno, donde lucís ahora
mismo, corona refulgente de luz;
¡oh!, Beato Miguel Rúa, “vivo Amor de Dios”
.

© 2022 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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29 de Octubre

Beato Miguel Rúa
Año 1910


Dios envíe a su santa Iglesia muchos religiosos y sacerdotes tan observantes como él.

¿Has visto a uno que cumple bien su deber? Ése llegará a ser importante (S. Biblia. Proverbios).

En el año 1852 San Juan Bosco se encontró en la calle con un grupo de jovencitos que le pedían les regalara alguna medalla. A cada uno le obsequió su medalla, menos a uno pálido y delgaducho, de noble mirada, al cual el santo haciendo como que partía su brazo izquierdo con la mano del derecho le dijo: “A ti sólo te doy esto”. El jovencito no entendió qué significado podría tener esa acción, pero 30 años más tarde, le preguntará a Don Bosco: “¿Qué me quiso decir en mi niñez cuando me ofreció regalarme la mitad de su brazo?”, y el santo le responderá: “Te quise decir que los dos obraríamos siempre ayudándonos el uno al otro y que tú serías mi mejor colaborador”. Y así fue en verdad.

Miguel Rúa nació en Turín (Italia) de una modesta familia. Hizo sus estudios de primaria con los Hermanos Cristianos que lo apreciaron mucho porque era sin duda el alumno de mejor conducta que tenían en su escuela.

Y resultó que al Instituto de los Hermanos iba San Juan Bosco a confesar y los alumnos se encariñaron de tal manera con este amable santo que ya no aceptaban confesarse con ningún sacerdote que no fuera él. Y Rúa fue uno de los que se dejaron ganar totalmente por la impresionante simpatía y santidad del gran apóstol.

Al quedar huérfano de padre, empezó a frecuentar el Oratorio de Don Bosco, donde los muchachos pobres de la ciudad iban a pasar alegre y santamente los días festivos. Allí oyó un día que el santo le preguntaba:“Miguelín: ¿nunca has deseado ser sacerdote?”. Al jovencito le brillaron los ojos de emoción y le respondió: “Si, lo he deseado mucho, pero no tengo cómo hacer los estudios”. “Pues te vienes cada día a mi casa y yo te daré clases de latín”, le dijo Don Bosco. Y así empezó el joven sus clases de secundaria.

Más tarde Don Bosco lo envió a que recibiera clases de un excelente profesor de la ciudad, y cuando le pidió informes acerca de su alumno, el profesor respondió: “Es el mejor de la clase en todo: en aplicación, en conducta y en buenos modales”.

San Juan Bosco deseaba mucho fundar una comunidad religiosa para educar a los jóvenes, y se propuso formar a sus futuros religiosos de entre sus propios alumnos.Y al primero que eligió para ello fue al joven Rúa. Le impuso la sotana y se interesó porque fuera haciendo sus estudios lo más completamente posible.

En 1856 Don Bosco hizo una curiosa votación entre los centenares de alumnos de su Oratoria de Turín (en el cual había muchos internos). Las preguntas eran estas:

1ª. ¿Cuál es el más santo y piadoso de los oratorianos?

2ª. ¿Cuál es el más simpático y buen compañero de todo el Oratorio? La segunda pregunta la ganó Santo Domingo Savio, porque en simpatía y compañerismo no le ganaba ninguno. Pero la primera la ganó por amplia votación el joven Rúa. Según el parecer de sus compañeros era el más piadoso y santo de todo el gran colegio. Y esto es mucho decir, porque allá había muchos jóvenes sumamente piadosos y santos.

Rúa fue el primer alumno de Don Bosco que ordenado de sacerdote se quedó a colaborarle en su obra. Fue también el primer director de colegio salesiano y el hombre de confianza que acompañó durante 37 años al gran apóstol en todas sus empresas apostólicas.En él depositaba San Juan Bosco toda su confianza y era en todo como su mano derecha.

Del beato Miguel Rúa hizo San Juan Bosco un elogio que envidiaría cualquier otro religioso o sacerdote. Hablando con algunos salesianos dijo el santo: “Si Dios me dijera: hágame la lista de las mejores cualidades que desea para sus religiosos, yo no sé qué cualidades me atrevería a decir, que ya no las tenga el Padre Miguel Rúa”.

Cuando el Padre Rúa fue nombrado para ser director del primer colegio salesiano que se fundaba fuera de Turín, le pidió a su maestro Don Bosco que le trazara un plan de comportamiento, y el santo le escribió lo siguiente: “Ante todo trate de hacerse querer, más que de hacerse temer. Recuerde lo que decía San Vicente de Paúl: ‘Yo tenía un carácter demasiado serio y un temperamento amargo, y me di cuenta de que si no hay amabilidad, se hace más mal que bien en el apostolado. Y me propuse adquirir un modo de ser amable y bondadoso’. Este sea su plan de comportamiento”. Miguel Rúa conservó toda su vida estos consejos y llegó a practicarlos de manera admirable.

San Juan Bosco decía al final de su vida:“Si el Padre Rúa quisiera hacer milagros, los haría, porque tiene la virtud suficiente para conseguirlos”. Pero la humildad de este santo sacerdote era tan grande que jamás se atrevía a querer obtener nada extraordinario. Él nunca hablaba de sí mismo. Pero un día, ya ancianito, le preguntaron los religiosos jóvenes: “Padre, ¿nunca le ha sucedido algún hecho extraordinario?”. Y él, por bromear, les dijo: “Sí, un día me dijeron: ya que está reemplazando a Don Bosco que era tan milagroso, por favor coloque sus manos sobre una enferma que está moribunda. Yo lo hice, y tan pronto como le coloqué las manos sobre la cabeza, en ese mismo instante… ¡la pobre mujer se murió!”. Los seminaristas rieron ante semejante final que no esperaban, pero se dieron cuenta de que lo sucedido en realidad era que no le gustaba hablar a favor de sí mismo.

Cuando San Juan Bosco era ya muy ancianito, el Santo Padre León XIII le dijo: “Dígame cuál es su sacerdote de mayor reemplazo”. El santo le dijo que era Miguel Rúa y este recibió el encargo Pontificio de reemplazar a Don Bosco cuando muriera. Y así lo hizo en 1888 al morir el santo. Quedó Rúa elegido como Superior General de los salesianos y en los 22 años que dirigió la Congregación Salesiana, esta multiplicó por cinco el número de sus religiosos y abrió casas y obras sociales en gran cantidad de países.

Los salesianos decían: “Si alguna vez se perdiera nuestra Regla o nuestros Reglamentos, bastaría observar cómo se porta el Padre Rúa, para saber ya qué es lo que los demás debemos hacer”. Su exactitud era admirable. Siempre amable y bondadoso, comprensivo con todos y lleno de paciencia, pero exactísimo en el cumplimiento de todos sus deberes.

Cuando Rúa tenía apenas unos 25 años, un día se enfermó muy gravemente y mandó llamar a San Juan Bosco para que le impusiera los santos óleos y le llevaran el viático. El santo respondió: “Miguel no se muere ahora, ni aunque lo lances de un quinto piso”. Y después explicó el por qué decía esto. Es que en sueños había visto que todavía en el año 1906 (40 años después) estaría Miguel Rúa extendiendo la comunidad salesiana por muchos países del mundo. Y a él personalmente le dijo después: “Miguel: cuando ya seas muy anciano y al llegar a una casa alguien te diga: ‘Ay padre, ¿por qué se ha envejecido tan exageradamete?’, prepárate porque ya habrá llegado la hora de partir para la eternidad”. Y así sucedió. Al principio del año 1910, el Padre Rúa fue a Sicilia a visitar un colegio salesiano y un antiguo discípulo suyo, al verlo le dijo:“Ay padre, ¿por qué se ha envejecido tan exageradamente?”. El santo sacerdote palideció y se preparó a bien morir.

Y el 6 de abril de 1910, después de exclamar: “Salvar el alma, eso es lo más importante”, expiró santamente. Había dedicado su existencia totalmente a tratar de hacer amar más a Dios y a colaborar totalmente en la salvación de las almas.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Beato%20Miguel%20Rúa.htm)

28 octubre, 2022

San Judas Tadeo, Apóstol y "Patrono de las Causas Imposibles"

 Hoy se celebra a San Judas Tadeo, patrono de las causas imposibles

Hoy la Iglesia celebra la fiesta de San Judas Tadeo, apóstol de Cristo, presentado en los Evangelios como el «hermano de Santiago». A diferencia de aquel que traicionó a Jesus, también llamado Judas, él se mantuvo fiel a Cristo hasta el final de sus días. Se le conoce como el patrono de las causas imposibles, y su fiesta se celebra cada 28 de octubre, día en que también recordamos a San Simón Apóstol.

Judas Tadeo era hermano de Santiago el Menor y primo de Jesús. Se le atribuye la epístola que lleva su nombre, en la que se presenta a sí mismo como “servidor de Jesucristo y hermano de Santiago”.

De acuerdo al martirologio romano, San Judas Tadeo predicó primero en Mesopotamia y luego en Persia, donde sufrió el martirio junto al apóstol Simón, en la ciudad de Suanis.

Santa Brígida de Suecia cuenta en sus Revelaciones que el Señor Jesús la exhortó a que le pidiese favores y gracias a través de San Judas Tadeo. Quizás esta sea la razón principal por la que la devoción a este santo ha calado tan profundamente en la piedad popular cristiana. Son muchísimos los que lo llaman “milagroso” y viven agradecidos con él.

Lamentablemente, en algunos casos, la devoción a San Judas ha dado lugar a ciertas desviaciones que la Iglesia ha aclarado oportunamente. En el año 2008, mediante un comunicado titulado “San Judas Tadeo y algunas desviaciones de su culto», la Arquidiócesis Primada de México aclaró que San Judas Tadeo no es el “santo de los delincuentes o narcotraficantes”; y que su devoción no es compatible con los cultos relativos a la denominada «Santa Muerte», fenómeno que tampoco pertenece a la identidad católica. La arquidiócesis señaló, además, que “la Iglesia alienta las manifestaciones populares de auténtica devoción”, pero que «en algunos casos -como los mencionados- existen serias incompatibilidades» con las enseñanzas de la Iglesia. Ciertamente el culto a la «Santa Muerte», vinculado a la brujería y al paganismo, es muy popular en México y se intensifica con la cercanía de la fiesta de los Fieles Difuntos.

San Judas Tadeo suele ser representado con una imagen de Cristo en el pecho, simbolizando su parentesco con el Señor. La misma tradición refiere incluso cierto parecido físico con Él. En sus representaciones también aparece un mazo, instrumento con el que fue ejecutado de un golpe en la cabeza, antes de que esta fuera cortada con un hacha.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-celebramos-a-san-judas-tadeo-patrono-de-las-causas-imposibles-71078)

27 octubre, 2022

San Odrano, Abad

 Radio María Ecuador on Twitter: "❤ Santo del día | Radio María#santoral  #RadioMaría, 24 horas junto a Ti. #catolico #mater #virgen #maria  #sacerdote #padre #ecuador #rosario #radio #santodeldía #santoralcatolico  #santoral https://t.co/LQa4AX2DPt" /

27 de Octubre

San Odrano

Abad

San Odrano, «noble y sin mancha», abad de Meath, fue uno de los doce que partieron de Loch Foyle a Iona con San Colomba. Adamnan afirma que era de origen bretón. Poco después de desembarcar, sintió Odrano que se acercaba el momento de su muerte y dijo: «Voy a ser el primer cristiano que muera en esta región. San Colomba replicó: «Yo te aseguro que irás al Reino de los Cielos y te prometo que nadie conseguirá una gracia en mi sepulcro sin habértela pedido a tí también».

Como San Colomba no quería ver morir a su amigo, le dio inmediatamente la bendición y salió de la casa.

Se hallaba paseando en el patio, cuando de repente miró hacia el cielo. Sus acompañantes le preguntaron qué miraba, y Colomba repuso que veía la batalla que se libraba en el aire entre los buenos y los malos espíritus. Agregó que también veía a los Ángeles que llevaban en triunfo el alma de San Odrano al cielo.

Así pues, San Odrano fue el primero de los monjes irlandeses que murió y fue sepultado en Iona. El sitio de su sepultura, que se halla en el único cementerio de la isla, se llama «Reilig Orain».

Se dice que el santo fundó el monasterio de Leitrioch Odrain (Latteragh de Tipperary). Aunque a esto se reduce todo lo que sabemos sobre él se le celebra como obispo en toda Irlanda.

(http://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=323)

26 octubre, 2022

San Alfredo el Grande, rey de Wessex

 San Alfredo el Grande, Rey de Wessex – Serie Santos Peruanos


 

¡Oh! San Alfredo, rey de Wessex vos sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo, que os hicisteis célebre por haber defendido
con valor a vuestro pueblo de la invasión de los vikingos, así como
por vuestro espíritu caritativo y justo, razones por las cuales
os llaman “Grande”. Derrotasteis a Guthrum «el Viejo», jefe de los
vikingos daneses. Vos, fuisteis un hombre culto y educado, preocupado
por la educación de vuestros súbditos. Promovisteis la educación
y difundisteis el cristianismo. Introdujisteis reformas legales
para mejorar la administración de la justicia y que fuese aplicada
sin favoritismos. También os preocupasteis por la restauración
de las edificaciones. Hasta el último día de vuestra vida, impulsasteis
la construcción de monasterios y la reconstrucción de aquellos que
habían sido derruidos y convocasteis a ilustres intelectuales de
otras tierras como el Arzobispo de Canterbury, San Plegmundo, o al
Obispo de Mercia, Wetfrith; al monje benedictino San Grimbaldo; al
abad Juan, llamado el Viejo Sajón; al cronista Asser y al filósofo
Juan Escoto Erígena para elevar el nivel cultural de vuestro pueblo.
Luego de haber gastado vuestra vida en buena lid, voló al cielo vuestra
alma, para coronada ser, con corona de luz como premio a vuestro amor;
¡Oh! San Alfredo el Grande «viva luz del Dios de la Vida y eterno».

© 2022 by Luis Ernesto Chacón Delgado



26 de Octubre

San Alfredo el Grande, rey de Wessex

Hoy, 26 de octubre, la Iglesia recuerda a San Alfredo, conocido como San Alfredo el Grande, rey de Wessex -uno de los siete reinos que integrarían el futuro reino de Inglaterra- entre el año 871 y 899, año de su muerte. San Alfredo se hizo célebre por haber defendido valientemente a su pueblo de la invasión de los vikingos, así como por su espíritu caritativo y justo. Por esas razones se le llama “Magno” o “Grande”.

San Alfredo nació en el año 849 en Berkshire (actual Inglaterra). Fue el hijo menor de Ethewulf, rey de Wessex, quien murió cuando Alfredo tenía nueve años. El hermano mayor del santo asumió el trono, pero murió dos años después; luego lo hizo el segundo de los hermanos, hasta que también murió; y luego el tercero, Etelredo I. Tras la muerte de este último en batalla, Alfredo tuvo que asumir el trono inevitablemente, iniciando una exitosa carrera pública y militar. Alfredo reorganizó a las tropas sajonas bajo su mando y a la caballería, lo que permitió que derrotase finalmente a Guthrum el Viejo, jefe de los vikingos daneses. Tras la victoria inglesa, Guthrun se vio obligado a aceptar el tratado de Westmore en 878, por el que los vikingos se comprometían a abandonar Wessex e instalarse en los antiguos territorios de Essex, East-Anglia, Lindsey y Mercia, formando la región conocida como Danelaw. Si bien es cierto que Alfredo cedió algunos territorios, también garantizó la paz y la protección para su reino.

San Alfredo fue un hombre culto y educado, preocupado por la educación de sus súbditos. Fue un promotor de la educación y difusor del cristianismo. Al mismo tiempo introdujo reformas legales orientadas a mejorar la administración de la justicia. Una de sus preocupaciones fue que esta fuese dispensada sin miedo y sin favoritismos. Además, se preocupó por la restauración de las edificaciones tradicionales de Wessex, muchas de ellas dañadas por las constantes invasiones de los bárbaros del norte.

Por otro lado, este rey santo impulsó la construcción de nuevos monasterios y la renovación de aquellos que habían sido derruidos. Asimismo, como parte de su empresa educativa, convocó a ilustres intelectuales de otras tierras como el Arzobispo de Canterbury, San Plegmundo, o al Obispo de Mercia, Wetfrith; al monje benedictino San Grimbaldo; al abad Juan, llamado el Viejo Sajón; al cronista Asser y al filósofo Juan Escoto Erígena, entre otros.

San Alfredo el Grande falleció el 26 de octubre del año 899.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-san-alfredo-rey-que-defendio-a-su-pueblo-de-los-vikingos-76031)

Faltar a Misa un Domingo "Día del Señor" es pecado mortal (y casi nadie lo recuerda)

 B.M. Santa Cecilia de Sorbas on Twitter: "Todo preparado para comenzar el  acto de Presentación del Cartel #MartesSanto2019 de la @HdadAmorAlm en la  Iglesia de San Sebastián de Almería. https://t.co/eo4qoI9JWQ" / Twitter

Faltar a Misa un domingo es pecado mortal (y casi nadie lo recuerda)

Es una terrible realidad que abarca a las conciencias de una arrolladora mayoríaPor: Padre Santiago Gonzalez |

La frase que intitula este artículo puede sonar a “sorpresa” para muchos bautizados ya que, en realidad, en muy pocos púlpitos y catequesis se recuerda. Pero es verdad que se comete un pecado mortal (no venial) si se falta a Misa un domingo o día de precepto siempre que no haya enfermedad, imposibilidad física real o cuidado de un enfermo, tal como enseña en catecismo en su punto 2181.

Pero ha de recordarse también, en estos tiempos de confusión y relativismo, que este punto de nuestro catecismo está avalado en la ley de la Iglesia Católica cuyo mandato primero dice “Oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar” que a su vez se avala por la misma ley Divina ya que el tercer madato de dicha ley es “Santificarás las fiestas”. Y, aún más, este precepto eclesial se justifica sobre todo en el primer mandamiento de la ley de Dios “Amarás a Dios sobre todas las cosas”, ya que quien sea capaz de faltar a Misa por no restar un poco de tiempo a su ocio o, sencillamente, por no contrariar a otras personas, demuestra con creces que está a años luz de amar a Dios sobre todas las cosas.

Pero en este artículo yo deseo tocar una cuestión muy concreta: el masivo abandono de la Misa dominical se debe, sobre todo, a que desde un principio (catequesis de primera comunión), la inmensa mayoría de los niños/as NO saben que faltar a Misa en domingo es pecado mortal. De hecho la terrible realidad es más amplia: la mayoría de los niños no saben ni siquiera que es pecado. Luego cuando son adolescentes, y van a recibir la confirmación, la inmensa mayoría tras recibirla no vienen a Misa el domingo siguiente porque siguen sin saber que faltar a Misa es pecado mortal.

Y hay efectos todavía peores: ya es muy extendida la costumbre sacrílega de faltar a Misa los domingos y luego, cuando hay ocasión extraordinaria de ir a Misa (en funeral, boda, primera comunión…) se asiste y se comulga sin haberse confesado, y sin propósito alguno de volver a la práctica dominical regular. Esto es así: un hecho indiscutible y a la vez tremendo.Y la causa, vuelvo a repetirlo, es que no se predica de forma concreta este aspecto. Si: la doctrina está ahí, escrita, en el catecismo (punto 2181), pero, ¿de que sirve que la doctrina no se toque si casi nadie la conoce porque casi nadie en la Iglesia la predica o enseña?; y, lo que es aún peor: en realidad en muchas comunidades SI se predica sobre esto pero para decir lo contrario: que faltar a Misa en domingo NO es pecado mortal. Esta barbaridad se enseña en no pocos colegios “religiosos”, parroquias, facultades de teología y lugares similares de “formación”. Y, mientras tanto, generaciones y más generaciones de bautizados crecen en la ignorancia y la indiferencia. Si algún lector cree que exagero, ¿porqué no preguntan?…..si, pregunten a niños de su barrio, de su colegio,de su parroquia…..niños que ya han hecho la primera comunión y que, una vez celebrada la fiesta, sus padres ya no los traen más a Misa los domingos.

Es una terrible realidad que abarca a las conciencias de una arrolladora mayoría.Y, ante esto, los sacerdotes y catequistas que tocamos las conciencias de los fieles para recordarles que es pecado mortal faltar a Misa, ciertamente, nos sentimos muy poco apoyados por nuestros superiores. Pienso que ¡cuanto bien harían cartas pastorales CLARAS en este punto por parte de los Obispos, y hasta por parte del Papa!…….nos servirían para no parecer “guerreros del antifaz” que luchamos contra todos los elementos contrarios (tanto externos como internos de la Iglesia).

Desde estas líneas, si algún Obispo me leyera, hago un ruego muy especial en esta dirección: una carta, sólo una carta firmada por un Prelado donde se recuerde a los fieles que es pecado mortal faltar a Misa un domingo o día de precepto. Dicho con claridad, concreción y sin ambigüedades. Todos estamos acostumbrados, si, a mensajes del tipo: El domingo es el día del Señor La familia unida en oración en domingos La necesidad de orar en tiempo de descanso El bien grande que recibimos al ir a Misa………..etc Pues se hace URGENTE leer, firmado por un Obispo: “Faltar a Misa es Pecado Mortal”. Y punto.

(https://es.catholic.net/…/faltar-a-misa-un-domingo-es…)