18 enero, 2023

Santa Margarita de Hungría, Mediadora de la Tranquilidad y de la Paz

 

 

 

¡Oh! Santa Margarita de Hungría, vos, sois la hija del Dios
de la Vida y su amada santa, que siendo hija del rey Bela IV,
vuestros padres os dedicaron a Dios para obtener la liberación
de los tártaros y, niña aún, entrasteis en el monasterio de
monjas de la Orden de Predicadores, haciendo profesión de fe,
a los doce años, entregándoos totalmente a Dios, e imitando
a Cristo crucificado. Vuestro padre, el rey Bela, confiando
en el Señor, juntó el ejército y, al frente de él, salió contra
sus enemigos venciéndolos. Vos, hicisteis profesión solemne
en manos de Fray Humberto de Romanis, Maestro de la Orden.
Vuestros padres, los reyes, contentos de veros feliz en el
monasterio, edificaron para vos, otro convento en una isla
formada por el gran río Danubio y lo dotaron como convenía.
A vuestro padre el rey, que os amaba tiernamente, os suplicabais
que favoreciese a las iglesias, que amparase a viudas y a
huérfanos, que hiciese limosnas a los pobres y los defendiese.
Cosa que fue hecha por él. Como esta caridad, asimismo era
grande vuestra pureza. Por costumbres cortesanas, tuvisteis
como pretendientes al Duque de Polonia, y los reyes de Bohemia
y de Sicilia, haciéndoos ver que obtendríais la dispensa
de los votos y que vuestro enlace con dichos príncipes sería
como un pacto de paz y de alianza entre los reinos. Pero vos,
os negasteis rotundamente, diciendo valientemente que os habíais
consagrado al Señor como esposa y con nueva consagración y
bendición os habíais velado en manos del Arzobispo de Estrogenia
un día de Pascua del Espíritu Santo. Y, así, y luego haberos
gastado en buena lid, recibisteis los sacramentos y rezando
el salmo «In te, Domine, speravi», al llegar al versículo «In
manus tuas», vuestra alma voló al cielo a la edad de treinta
años, para coronada ser, de luz como premio a vuestro amor;
Pío Doce, os invocaba como mediadora de la tranquilidad y de
la paz fundadas en la justicia y la caridad de Cristo, no sólo
de vuestra patria, sino también para el mundo entero.¡Aleluya!
¡Oh! Santa Margarita de Hungría, «viva Luz del Cristo Viviente».

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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18 de enero
Santa Margarita de Hungría
Virgen Dominica

Fuente: Dominicos.org

Martirologio Romano: En Buda, ciudad de Hungría, santa Margarita, virgen, hija del rey Bela IV, a la cual sus padres dedicaron a Dios para obtener la liberación de los tártaros y, niña aún, entró en el monasterio de monjas de la Orden de Predicadores e hizo profesión a los doce años y se entregó totalmente a Dios, dedicándose a imitar generosamente a Cristo crucificado (1270).

Fecha de canonización: 19 de noviembre de 1943 por el Papa Pío XII.
Los reyes Bela IV y su mujer María de Lascaris, padres de Margarita, antes de nacer su hija en 1242, la habían ofrecido a Dios por la liberación de Hungría de los tártaros, prometiendo dedicar a su divino servicio en un monasterio a la primera hija que les naciera. El rey Bela, confiando en el Señor, juntó el mayor ejercito que le fue posible y, al frente de él, salió contra aquellos enemigos, muy superiores en número y envalentonados con anteriores victorias. Al primer encuentro, los dejó vencidos y huyendo a su tierra. La calma volvió a sus dominios.

Poco tiempo después nació una niña a la que pusieron el nombre de Margarita. Con dolor, pero movidos por el amor de Dios, sus padres cumplen la promesa y confían su hija de cuatro años a las dominicas del monasterio de Veszprem, recientemente fundado. La niña, a medida que crece, va adquiriendo los hábitos de la contemplación.

En 1254, a sus doce años, Margarita hace profesión solemne en manos de Fray Humberto de Romanis, Maestro de la Orden, que volvía del capítulo general celebrado en Buda, ciudad principal de aquel reino.

Los reyes, sus padres, contentos de ver a su hija tan feliz en el monasterio, edificaron para ella otro convento en una isla formada por el gran río Danubio y lo dotaron como convenía. Veinte años tenía Margarita cuando, con otras insignes religiosas que la acompañaron, se trasladó al nuevo convento, implantando una vida de rígida observancia.

Al rey su padre, que la amaba tiernamente, le suplicaba que favoreciese a las iglesias, que amparase a viudas y a huérfanos, que hiciese limosnas a los pobres y los defendiese. Y así lo hacía el buen rey.

Como esta caridad, asimismo era grande su pureza. Por costumbres cortesanas, la pretendieron por esposa el Duque de Polonia, y los reyes de Bohemia y de Sicilia, haciéndole ver que obtendría la dispensa de los votos y que su enlace con dichos príncipes sería como un pacto de paz y de alianza entre los reinos. De negarse, sobrevendrían discordias y guerras. Ella se negó rotundamente: Se había consagrado al Señor como esposa y con nueva consagración y bendición se había velado en manos del Arzobispo de Estrogenia un día de Pascua del Espíritu Santo.

Murió el 18 de enero de 1270 estando presentes muchos religiosos de la Orden. Recibió los sacramentos y rezando el salmo In te, Domine, speravi, al llegar al versículo In manus tuas, su alma voló al cielo a la edad de 30 años.

Pío XII la invocaba en su canonización el 19 de noviembre de 1943 como mediadora de la tranquilidad y de la paz fundadas en la justicia y la caridad de Cristo, no sólo para su patria, sino para el mundo entero.

(http://www.es.catholic.net/op/articulos/36689/margarita-de-hungra-santa.html)

17 enero, 2023

San Antonio Abad, Padre del Monaquismo y Protector de los animales domésticos

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¡Oh!, San Antonio Abad, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado santo, y el hombre aquél que,
hicisteis honor al significado de vuestro santo
nombre: “floreciente”. Así, os describe vuestro
discípulo y admirador, san Atanasio. Un día, vos,
os conmovisteis por las palabras de Jesús, en la
eucaristía, quien dijo: “Si queréis ser perfecto,
id y vended todo lo que tenéis y dadlo a los pobres”.
Y, así, lo hicisteis, llevando luego, una vida, apartada
del mundo y afincada entre sepulcros del desierto,
proclamando la eterna victoria de la resurrección
de la vida. Y, la vuestra con su ejemplo, se propagó
pronto y muchos hombres os siguieron y encontraron
oración y trabajo en vuestro monasterio, donde
fuisteis amoroso padre de vuestros monjes a viva
imagen de Dios y de vuestro santo bautismo. Aunque
no fuisteis hombre de estudios, demostrasteis
con vuestra humilde monástica vida, lo esencial de ella,
es decir, una vida bautismal riquísima y despojada
de aditamentos superfluos y vanos. Y, Dios, al final
de vuestra vida, os premió, coronándoos con corona
de luz eterna, como premio justo a vuestro grande amor
ilustre, reverendísimo y vivo “Padre del Monaquismo”,
Santo Patrono y protector de los animales domésticos;
¡oh!, San Antonio Abad, “viva Luz en el desierto del Amor de Dios”.

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado


17 de enero
San Antonio
Abad
Padre del Monaquismo y Protector de los animales domésticos

Conocemos la vida del abad Antonio, cuyo nombre significa “floreciente” y al que la tradición llama el Grande, principalmente a través de la biografía redactada por su discípulo y admirador, san Atanasio, a fines del siglo IV.

Este escrito, fiel a los estilos literarios de la época y ateniéndose a las concepciones entonces vigentes acerca de la espiritualidad, subraya en la vida de Antonio -más allá de los datos maravillosos- la permanente entrega a Dios en un género de consagración del cual él no es históricamente el primero, pero sí el prototipo, y esto no sólo por la inmensa influencia de la obrita de Atanasio.

En su juventud, Antonio, que era egipcio e hijo de acaudalados campesinos, se sintió conmovido por las palabras de Jesús, que le llegaron en el marco de una celebración eucarística: “Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres…”.

Así lo hizo el rico heredero, reservando sólo parte para una hermana, a la que entregó, parece, al cuidado de unas vírgenes consagradas.

Llevó inicialmente vida apartada en su propia aldea, pero pronto se marchó al desierto, adiestrándose en las prácticas eremíticas junto a un cierto Pablo, anciano experto en la vida solitaria.

En su busca de soledad y persiguiendo el desarrollo de su experiencia, llegó a fijar su residencia entre unas antiguas tumbas. ¿Por qué esta elección?. Era un gesto profético, liberador. Los hombres de su tiempo -como los de nuestros días – temían desmesuradamente a los cementerios, que creían poblados de demonios. La presencia de Antonio entre los abandonados sepulcros era un claro mentís a tales supersticiones y proclamaba, a su manera, el triunfo de la resurrección. Todo -aún los lugares que más espantan a la naturaleza humana – es de Dios, que en Cristo lo ha redimido todo; la fe descubre siempre nuevas fronteras donde extender la salvación.

Pronto la fama de su ascetismo se propagó y se le unieron muchos fervorosos imitadores, a los que organizó en comunidades de oración y trabajo. Dejando sin embargo esta exitosa obra, se retiró a una soledad más estricta en pos de una caravana de beduinos que se internaba en el desierto.

No sin nuevos esfuerzos y desprendimientos personales, alcanzó la cumbre de sus dones carismáticos, logrando conciliar el ideal de la vida solitaria con la dirección de un monasterio cercano, e incluso viajando a Alejandría para terciar en las interminables controversias arriano-católicas que signaron su siglo.

Sobre todo, Antonio, fue padre de monjes, demostrando en sí mismo la fecundidad del Espíritu. Una multisecular colección de anécdotas, conocidas como “apotegmas” o breves ocurrencias que nos ha legado la tradición, lo revela poseedor de una espiritualidad incisiva, casi intuitiva, pero siempre genial, desnuda como el desierto que es su marco y sobre todo implacablemente fiel a la sustancia de la revelación evangélica. Se conservan algunas de sus cartas, cuyas ideas principales confirman las que Atanasio le atribuye en su “Vida”.

Antonio murió muy anciano, hace el año 356, en las laderas del monte Colzim, próximo al mar Rojo; al ignorarse la fecha de su nacimiento, se le ha adjudicado una improbable longevidad, aunque ciertamente alcanzó una edad muy avanzada.

La figura del abad delineó casi definitivamente el ideal monástico que perseguirían muchos fieles de los primeros siglos. No siendo hombre de estudios, no obstante, demostró con su vida lo esencial de la vida monástica, que intenta ser precisamente una esencialización de la práctica cristiana: una vida bautismal despojada de cualquier aditamento.

Para nosotros, Antonio encierra un mensaje aún válido y actualísimo: el monacato del desierto continúa siendo un desafío: el del seguimiento extremo de Cristo, el de la confianza irrestricta en el poder del Espíritu de Dios.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Antonio_Abad.htm)

15 enero, 2023

Domingo 2 (A) del tiempo ordinario

 bautismo-Jesus

Texto del Evangelio (Jn 1,29-34):En aquel tiempo, vio Juan venir Jesús y dijo: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que Él sea manifestado a Israel».

Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios».

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«He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» Rev. D. Joaquim FORTUNY i Vizcarro (Cunit, Tarragona, España)

Hoy hemos escuchado a Juan que, al ver a Jesús, dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29). ¿Qué debieron pensar aquellas gentes? Y, ¿qué entendemos nosotros? En la celebración de la Eucaristía todos rezamos: «Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros / danos la paz». Y el sacerdote invita a los fieles a la Comunión diciendo: «Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo…».

No dudemos de que, cuando Juan dijo «he ahí el Cordero de Dios», todos entendieron qué quería decir, ya que el “cordero” es una metáfora de carácter mesiánico que habían usado los profetas, principalmente Isaías, y que era bien conocida por todos los buenos israelitas.

Por otro lado, el cordero es el animalito que los israelitas sacrifican para rememorar la pascua, la liberación de la esclavitud de Egipto. La cena pascual consiste en comer un cordero.

Y aun los Apóstoles y los padres de la Iglesia dicen que el cordero es signo de pureza, simplicidad, bondad, mansedumbre, inocencia… y Cristo es la Pureza, la Simplicidad, la Bondad, la Mansedumbre, la Inocencia. San Pedro dirá: «Habéis sido rescatados (…) con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo» (1Pe 1,18.19). Y san Juan, en el Apocalipsis, emplea hasta treinta veces el término “cordero” para designar a Jesucristo.

Cristo es el cordero que quita el pecado del mundo, que ha sido inmolado para darnos la gracia. Luchemos para vivir siempre en gracia, luchemos contra el pecado, aborrezcámoslo. La belleza del alma en gracia es tan grande que ningún tesoro se le puede comparar. Nos hace agradables a Dios y dignos de ser amados. Por eso, en el “Gloria” de la Misa se habla de la paz que es propia de los hombres que ama el Señor, de los que están en gracia.

San Juan Pablo II, urgiéndonos a vivir en la gracia que el Cordero nos ha ganado, nos dice: «Comprometeos a vivir en gracia. Jesús ha nacido en Belén precisamente para eso (…). vivir en gracia es la dignidad suprema, es la alegría inefable, es garantía de paz, es un ideal maravilloso».

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Aunque yo [Juan Bautista] he nacido antes que Él, a Él no le limitan los lazos de su nacimiento; porque aun cuando nace de su madre en el tiempo, fue engendrado por el Padre fuera del tiempo» (San Gregorio Magno)
  • «Cristo es el “cordero” que quita el pecado del mundo. Luchemos para vivir siempre en gracia, luchemos contra el pecado. La belleza del alma en gracia es tan grande que nos hace agradables a Dios y dignos de ser amados» (Benedicto XVI)
  • «Siguiendo, pues, a los santos Padres, enseñamos unánimemente que hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre (…), ‘en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado’ (Hb 4,15); (…) nacido en los últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 467)

(https://evangeli.net/evangelio/dia/2023-01-15)

14 enero, 2023

San Fulgencio de Écija, Obispo y Doctor de la Iglesia

 San Fulgencio de Écija - Parroquia San Pedro Apóstol (Málaga)

14 de Enero
San Fulgencio de Écija
Obispo y Doctor de la Iglesia
 
Martirologio Romano: En la ciudad de Écija, en la provincia romana de Bética (hoy España), san Fulgencio, obispo, hermano de los santos Leandro, Isidoro y Florentina. Su hermano Isidoro le dedicó su tratado De los oficios eclesiásticos (c. 632).
 
Breve Biografía
Hijo de Severiano y Túrtura. Su padre fue un noble visigodo, San Fulgencio fue el segundo de los cinco hermanos, cuatro de los cuales fueron considerados santos por la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Católica Ortodoxa. Sus otros hermanos canonizados son San Isidoro, San Leandro y Santa Florentina. Todos ellos son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena.
 
San Fulgencio nació en Cartagena en torno al año 540 y pronto su familia se traslada a Sevilla. En dicha ciudad serían arzobispos sus hermanos San Leandro y San Isidoro.
 
San Fulgencio fue Obispo, ocupando la sede de Écija y, en dos ocasiones, la de Cartagena. Hombre elocuente y un gran orador, Recaredo le encomendó diversas misiones para su reino. Fue considerado un hombre sabio, siendo elevado al rango de Doctor de la Iglesia en 1880 por Pío IX.
 
San Fulgencio es Patrón de las Diócesis de Plasencia y Cartagena y desde el siglo XVI da nombre al seminario diocesano. También es el patrón de la ciudad de Plasencia.

13 enero, 2023

San Hilario de Poitiers, Obispo y doctor de la Iglesia


 

¡Oh!, San Hilario, vos, sois el hijo de Dios de la Vida,
su obispo y santo, que ávido del saber cultivasteis las letras
y la filosofía. El Evangelio de San Juan iluminó vuestro
espíritu, recibiendo el bautismo, para vivir desde entonces
con singular honestidad y virtud tanto que, al fallecer el obispo
de Poitiers, fuisteis designado para ocupar aquella sede.
En vuestro tiempo pretendía brillar la herejía arriana, que,
afirmaba que el Verbo no era Dios, sino sólo la primera
de las criaturas creadas por Dios, pero vos, sosteníais la
Unidad de las Tres Personas, y que, el Verbo divino se había
hecho hombre para convertir en hijos de Dios a los que lo
recibiesen. Y, tan luego afirmasteis tal cosa, Constancio
emperador, partícipe de la herejía os desterró a Frigia.
Y vos, durante cuatro años recorristeis las ciudades de
Oriente, discutiendo y demostrando la verdad de corazón
diciendo: “Permanezcamos siempre en el destierro -repetíais-
con tal que se predique la verdad”; y al mismo tiempo enviabais
vuestro tratado de los Sínodos y los doce libros Sobre
la Trinidad, considerada vuestra obra cumbre. Os llamó
el emperador y asististeis al concilio de Seleucia de Isauria,
tratando allí, sobre los misterios de la fe. Después pasasteis
a Constantinopla, donde presentasteis al emperador como
el anticristo, pero, os consideraron como un agitador y
vuestros mismos enemigos os echaron de Oriente, volviendo
así a Poitiers. San Jerónimo, cuenta la alegría con que
fuisteis recibido por todos los católicos. Realizasteis
exégesis, sobre los divinos misterios, los salmos y sobre
san Mateo. Compusisteis himnos, entre ellos el “Gloria in
excelsis”. Isidoro de Sevilla, dice que vos, fuisteis el
primero que introdujisteis los cánticos en las iglesias de
Occidente. Pero el enemigo no duerme y combatisteis al arrriano
Auxencio, causa por la cual sois condenado a abandonar
Italia, con pretextos falsos. Además, vos, tuvisteis
numerosos discípulos y dentro de ellos, a san Martín de
Tours, y muchos herejes a los que convertisteis. Y, así y luego
de haber gastado vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra
alma, para coronada ser con corona de luz eterna. A vos, os
conocen con el título de “Atanasio de Occidente”, y San Jerónimo
y San Agustín os llaman “gloriosísimo defensor de la fe”,
¡Oh! San Hilario de Poitiers, “vivo Atanasio del Dios de la Vida.»

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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13 de enero
San Hilario de Poitiers
Obispo y doctor de la Iglesia

Su nombre significa “sonriente”, nació en Poitiers, Francia, hacia el año 315. Sus padres eran nobles, pero gentiles. Ávido de saber, cultivó las letras y la filosofía. Después dio con los libros sagrados, y el Evangelio de San Juan iluminó su espíritu. En el año 345 recibió el bautismo. Desde entonces vivió con tanta honestidad y virtud que, al fallecer el obispo de Poitiers, fue escogido para ocupar aquella sede. Era el año 350.

El siglo en que vivió Hilario estaba convulsionado por contiendas dogmáticas, sobre todo por la herejía arriana, que afirmaba que el Verbo no era Dios, sino sólo la primera de las criaturas creadas por Dios. Hilario sostenía, de acuerdo con la ortodoxia, la unidad de las tres personas, y que el Verbo divino se había hecho hombre para convertir en hijos de Dios a los que lo recibiesen. Los seguidores de Arrio consiguieron que el emperador Constancio, inficionado de la herejía, desterrase a Hilario a Frigia, provincia romana de Asia, situada en la extremidad del Imperio. Hacia allí se dirigió a fines del 356.

Durante cuatro años recorrió las ciudades de Oriente, discutiendo. “Permanezcamos siempre en el destierro -repetía- con tal que se predique la verdad”. Al mismo tiempo enviaba a Occidente su tratado de los Sínodos y en 359 los doce libros Sobre la Trinidad, que se consideraba su mejor obra.

Llamado por una orden general del emperador, asistió al concilio que se realizó en Seleucia de Isauria, ciudad del Asia Menor, en la región montañosa de Tauro. Allí trató Hilario sobre los altos y dificultosos misterios de la fe. Después pasó a Constantinopla, donde en un escrito presenta al emperador como Anticristo. Considerado como un agitador e intimidados por su intrepidez, sus mismos enemigos trabajaron para echarlo de Oriente.

Así volvió Hilario a Poitiers. San Jerónimo refiere el júbilo con que fue recibido por los católicos. Allí realizó una profunda labor de exégesis, en los tratados que escribió sobre los divinos misterios, sobre los salmos y sobre san Mateo. Compuso también himnos y algunos le atribuyeron el “Gloria in excelsis”.

Según Isidoro de Savella, Hilario fue el primero que introdujo los cánticos en las iglesias de Occidente. Vuelve a la lucha. En Milán está el arriano Auxencio. Hilario lo combate con su característica intrepidez y es condenado a abandonar Italia bajo pretexto de introducir la discordia en la Iglesia de esa ciudad.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours, y muchos fueron los herejes que convirtió. Murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente.

San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Hilario.htm)

12 enero, 2023

Santa Margarita Bourgeoys, Fundadora

 


 

¡Oh! Santa Margarita Bourgeoys, vos, sois la hija del Dios de la Vida
y su amada santa, y que, fundasteis la Congregación de las Hermanas
de Nuestra Señora de Montréal, y que prestó ayuda a colonos europeos
que llegaban a Canadá. Vos trabajasteis, incansablemente para llenar
de fortaleza a los cristianos católicos que arribaban a las nuevas
tierras, convirtiendoos junto a vuestras hermanas, en soporte de los
que padecieron hambre y enfermedades. Vos, os impactasteis por

la imagen de la Virgen del Rosario, durante las celebraciones que se
realizaban en honor de la Madre de Dios y os consagrasteis a Él.
En Ville-Marie, os dedicasteis junto a un grupo de mujeres, a la
catequesis en las escuelas y a la asistencia pastoral, hasta el final
de vuestros días. Fundasteis la primera Congregación de Nuestra
Señora en la historia de la Iglesia sin claustro. Administrasteis una
granja convirtiéndola en centro de formación, reposo y apoyo
para granjeros en la crianza de animales y cultivo de especias.
Y, así y luego de gastar vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona de luz y eternidad;
¡Oh! Santa Margarita Bourgeoys, «viva alma del Amor del Dios Vivo».

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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12 de Enero
Santa Margarita Bourgeoys

Originaria de Troyes, Francia, donde nació en 1620. Se trasladó al Canadá donde fundó la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Montreal, con la finalidad de asistir y enseñar a los niños de la incipiente ciudad de Montreal.

Santa Margarita Bourgeoys, que nació en Troyes (Francia), el año 1620, dedicó totalmente su vida a los más necesitados, a partir de la edad de 20 años. Su campo de acción fueron las familias pobres de la ciudad natal. Pero luego fue a Montreal (Canadá), entonces posesión francesa y allí durante largos años se entregó, juntamente con sus primeras hermanas, a impartir una instrucción humana y cristiana tanto en las escuelas como en las parroquias, hasta su muerte, que tuvo lugar en 1700.

De modo especial cooperó a la edificación de aquel nuevo país, intuyendo el papel determinante de las mujeres, y se afanó con asiduidad en su formación con un espíritu profundamente cristiano.

En una época en donde no se concebía religiosas que vivieran fuera de la clausura de los conventos, Margarita, animada por la certeza del llamado de Dios, fundó en Canadá la primera Congregación Femenina sin clausura de la historia de la Iglesia.

En 1652, Margarita se entera de que el gobernador de Montreal estaba buscando una maestra de escuela para su pequeña colonia, y ella interpretó esto como un signo de Dios, embarcándose rumbo a esta joven colonia americana para servir como maestra.

En 1657 inauguró la primera escuela de Montreal, que poco a poco va recibiendo más alumnos. Como ya no podía darse abasto y le preocupara también la educación de los niños indígenas, regresa a Francia por ayuda. Un año más tarde retorna con cuatro jóvenes y comienza a pensar en fundar una nueva congregación religiosa que recibe el aliento del Rey de Francia, al que visita en un nuevo viaje en busca de más jóvenes que quisieran vivir su llamado.

En 1676, el primer obispo de Quebec, Mons. Laval, quiere orientar a la nueva comunidad según sus ideas; en 1683, el convento se incendia y dos hermanas mueren carbonizadas, entre ellas su sobrina.

El nuevo obispo decide deshacer la comunidad e integrarla a las ursulinas que vivían en claustro. Margarita lucha y reza para que se manifieste la voluntad de Dios y finalmente, en 1698, las veinticuatro primeras hermanas pudieron hacer la profesión de votos simples, en la nueva Congregación.

Había fundado la primera escuela para indios en 1676. En 1679, había ya dos jóvenes iroquesas en la congregación. En 1685, fueron invitadas a Quebec, y allí fundaron la segunda de las más de doscientas casas que tendrán más tarde.

Murió el 12 de enero de 1700 en Montreal, Canadá. Fue beatificada por Pío XII en 1950 y canonizada en 1982 por Juan Pablo II.

(https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=648)

11 enero, 2023

Santo Tomás de Cori, "El Santito"


 

¡Oh¡ Santo Tomás de Cori, vos sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo. “El santito”, os llamaba la gente, y que,
en vuestras horas largas de soledad aprendisteis a ver a ver
a Dios en las cosas sencillas, en la naturaleza y, en la

oración. Os atraía, desde siempre ser discípulo de San
Francisco, pero la responsabilidad de vuestras hermanas os
impió hacerlo, esperando hasta que se casaran y luego, os
aceptaron y os enviaron a Orvieto a estudiar teología y en
ella os odenaron sacerdote y al poco tiempo, os nombraron
maestro de novicios. Vos, os retirasteis a vivir en el convento
de Bellegra. Allí escribisteis los estatutos para la formación
de los religiosos y también para normar la vida en los conventos

de retiro. Vuestra fama de santidad hizo que muchos religiosos
y laicos acudiesen a vos, para pedir consejo o dirección
espiritual. Vuestra predicación era clara y sencilla, tanto que,
conmovían a los más duros corazones, que se veían impulsados
a reconciliarse con Dios y a vivir la fe intensamente en sus
vidas. Vos pasabais largas horas ante el Santísimo sin que nadie
pudiera imaginar que por cuarenta vivierais una gran sequedad
espiritual, sufriendo la ausencia de todo consuelo en la oración
y en la vida espiritual, pero, nunca nadie os vió jamás triste,

siendo para vuestros hermanos un padre afable y lleno de
amabilidad. Algunos, se oponían a la reforma del convento,
pero vos los tratabais con suma paciencia y humildad, ganándoos
sus corazones a fuerza de caridad y de testimonio. Y, así,
y luego de haber gastado vuestra santa vida en buena lid, voló
vuestra al cielo, para ser coronada con corona de luz y eternidad;

¡Oh! Santo Tomás de Cori, «vivo Amor por la Santa Eucaristía».

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado


11 de Enero

Santo Tomás de Cori

Nació en Cori (Italia), el 4 de junio de 1655. A los 14 años quedó huérfano y se quedó a cargo de sus dos hermanas menores. A fin de mantenerlas se dedicó al pastoreo. “El santito”, como cariñosamente lo llamaba la gente, en sus largas horas de soledad aprendió a ver a Dios en las cosas sencillas, en la naturaleza y, sobretodo, en la oración.

Un tiempo después tuvo contacto con los franciscanos de su pueblo y rápidamente se sintió llamado a ser discípulo de San Francisco. Sin embargo, no ingresó a la Orden hasta que ambas se casaron. Una vez aceptado, le enviaron a Orvieto a estudiar teología. En esa ciudad es ordenado sacerdote en 1683. Poco tiempo después fue nombrado maestro de novicios.

Los franciscanos se habían expandido por todo el mundo; pero no todos vivían con fervor su vocación. Por esos días, aparecieron en varios conventos los llamados “Retiros”, como una iniciativa en la que se acentuaba la vida espiritual y el espíritu de pobreza. Tomás pidió irse a vivir a uno de estos conventos en Bellegra. Allí escribió estatutos para la formación de los religiosos y también para normar la vida de este tipo de conventos-retiro.

La Orden reunida en Capítulo General en Murcia, en España, los generalizó para todos los conventos-retiro franciscanos del mundo.

La fama de santidad de Tomás suscitó que muchos religiosos y laicos acudieran a él para pedir consejo o dirección espiritual. Su predicación era de una claridad y sencillez tales que conmovía los corazones de aquellos que acudían a escucharlo y se veían impulsados a reconciliarse con Dios y a vivir la fe intensamente.

Tomás pasaba largas horas ante el Santísimo sin que nadie pudiera imaginar que por 40 años vivió una gran sequedad espiritual, sufriendo la ausencia de todo consuelo en la oración y en la vida espiritual. Nadie lo vio nunca triste.

Santo Tomás de Cori fue para sus hermanos un padre lleno de amabilidad. A algunos que se oponían a la reforma del convento, los trató con suma paciencia y humildad, ganándose sus corazones a fuerza de caridad y de testimonio.

Murió después de una larga jornada en el confesionario el 11 de enero de 1729. Fue canonizado por Juan Pablo II el 21 de noviembre de 1999.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-santo-tomas-de-cori-sacerdote-franciscano-49577)