12 febrero, 2023

Domingo 6 (A) del tiempo ordinario

 Solemnidad de Todos los Santos (Mt 5,1-12). – Diócesis de Torreón

Texto del Evangelio (Mt 5,17-37):En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.

»Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano «imbécil», será reo ante el Sanedrín; y el que le llame «renegado», será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

»Habéis oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio’. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna. También se dijo: ‘El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio’. Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.

»Habéis oído también que se dijo a los antepasados: ‘No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos’. Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: «Sí, sí»; «no, no»: que lo que pasa de aquí viene del Maligno».

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«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas» Pe. Givanildo dos SANTOS Ferreira (Brasilia, Brasil)

Hoy, Jesús nos dice «No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). ¿Qué es la Ley? ¿Qué son los Profetas? Por Ley y Profetas, se entienden dos conjuntos diferentes de libros del Antiguo Testamento. La Ley se refiere a los escritos atribuidos a Moisés; los Profetas, como el propio nombre lo indica, son los escritos de los profetas y los libros sapienciales.

En el Evangelio de hoy, Jesús hace referencia a aquello que consideramos el resumen del código moral del Antiguo Testamento: los mandamientos de la Ley de Dios. Según el pensamiento de Jesús, la Ley no consiste en principios meramente externos. No. La Ley no es una imposición venida de fuera. Todo lo contrario. En verdad, la Ley de Dios corresponde al ideal de perfección que está radicado en el corazón de cada hombre. Esta es la razón por la cual el cumplidor de los mandamientos no solamente se siente realizado en sus aspiraciones humanas, sino también alcanza la perfección del cristianismo, o, en las palabras de Jesús, alcanza la perfección del reino de Dios: «El que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19).

«Pues yo os digo» (Mt 5,22). El cumplimiento de la ley no se resume en la letra, visto que “la letra mata, pero el espíritu vivifica” (2Cor 3,6). Es en este sentido que Jesús empeña su autoridad para interpretar la Ley según su espíritu más auténtico. En la interpretación de Jesús, la Ley es ampliada hasta las últimas consecuencias: el respeto por la vida está unido a la erradicación del odio, de la venganza y de la ofensa; la castidad del cuerpo pasa por la fidelidad y por la indisolubilidad, la verdad de la palabra dada pasa por el respeto a los pactos. Al cumplir la Ley, Jesús «manifiesta con plenitud el hombre al propio hombre, y a la vez le muestra con claridad su altísima vocación» (Concilio Vaticano II).

El ejemplo de Jesús nos invita a aquella perfección de la vida cristiana que realiza en acciones lo que se predica con palabras.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Dios no acepta el sacrificio de los que provocan la desunión: Dios quiere ser pacificado con oraciones de paz. La obligación más bella para Dios es nuestra paz, nuestra concordia» (San Cipriano)
  • «Rezar por aquel con el que estamos irritados es un hermoso paso en el amor, y es un acto evangelizador» (Francisco)
  • «‘Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor’ (Rm 13,8). La comunión de la Santísima Trinidad es la fuente y el criterio de verdad en toda relación (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.845)

(https://evangeli.net/evangelio/dia/2023-02-12)

11 febrero, 2023

Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes

Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes - Vatican News

 

¡Oh! Señora Nuestra de Lourdes, Vos, sois la Santa Madre
del Dios de la Vida, y la que le dijisteis a Santa Bernardita:
“No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”.
¡Y, así fue! Ella, su hermana y otra niña iban al campo a buscar
leña seca, de pronto escuchó un ruido proveniente de la gruta,

y os vio María, envuelta en una luz refulgente con un traje blanco,
una cinta azul en la cintura, un largo velo blanco y dos rosas
doradas brillantes que os cubrían los pies. En vuestras manos,
portabais un largo rosario blanco y dorado y juntas empezaron
a rezarlo. El domingo siguiente, Bernardita reza la primera
decena del Rosario y Vos, María os apareceis. La niña os tira
agua bendita para asegurarse que no erais una obra del enemigo,

y Vos, sonreís, os persignais con el Rosario y nuevamente lo rezáis
juntas. El jueves siguiente, pedís a Bernardita que regrese por
quince días seguidos a la gruta y por ello, Vos, le prometeis
hacerla dichosa en el cielo. Y, Bernardita va con una vela
bendecida y encendida, y Vos, Señora Nuestra, le enseñáis una
oración personal. Y, el domingo, la niña os vio triste y ella os
preguntó el por qué y Vos, le contestasteis: “Rogad por los
pecadores”. Y, claro, desde aquél momento las autoridades amenazan
a Bernardita con llevarla a la cárcel y todos se burlaban de ella.
Un día, diez mil personas fueron a ver lo que pasaba. Y, Vos os
aparecisteis a Bernardita y le pedisteis que les diga a los
sacerdotes que eleven ahí un santuario, a donde se debe ir en
procesión. Y, así lo hizo y además os pidió vuestro nombre,
y que floreciera un rosal silvestre sobre el que se aparecía.
Vos, le regalasteis una hermosa sonrisa de amor maternal y,
le pedisteis rogar por los pecadores y exclamando: “¡Penitencia,
penitencia, penitencia!…¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa
la tierra en penitencia por los pecadores!” Y, Bernardita así lo
hizo y pidió a los fieles que hicieran lo mismo. Mas adelante
Vos, también le dijisteis a Bernardita que bebiese y se lavase los
pies en la fuente y comiese hierba. Y luego, que escarbase en el
fondo de la gruta y empezó milagrosamente a brotar agua. Allí,
el pobre obrero Bourriete, que tenía el ojo izquierdo mutilado,
ora y se frota el ojo con el agua de la fuente y luego empezó
a gritar de alegría porque había recuperó la vista. Bernardita
va a la gruta, pero luego es llevada a casa el juez y amenazada
de ir a cárcel. Por la noche, Catalina Latapie moja su dislocado
brazo y recuperan su movimiento, produciéndose un segundo
milagro. Bernardita va de nuevo donde el párroco a recordarle
el pedido de la Virgen, luego la pequeña os pregunta de nuevo
Vuestro nombre, y Vos, le sonríes. Ese día, una madre en su
desesperación lleva en brazos a su hijo que estaba medio
muerto, y lo sumerge en el agua fría y al llegar a casa, notó
que respiraba mejor, y estaba estaba lleno de vida y completamente
sano. Vos, Santa Madre del Redentor,os aparecisteis una vez más
a Bernardita y levantando los ojos hacia el cielo, juntasteis
en signo de oración las manos y tendidas hacia el suelo, le
dijisteis a Bernardita: “Soy la Inmaculada Concepción”, y ella
salió corriendo a decirle al párroco, quien se conmueve ante la
revelación del nombre ya que cuatro años antes se había proclamado
el dogma de la Inmaculada Concepción. Bernardita en la gruta

y en éxtasis pone su mano sobre la llama de la vela encendida
que había llevado y no se quema quedando ilesa y comprobada por
un médico que vio el hecho. Bernardita sintió una misteriosa
llamada y al llegar a la gruta se dio cuenta que estaba vallada
y no se podía pasar, dirigiéndose al otro lado, enfrente de la
gruta, y pudo veros Santa Madre de Dios, y exclamó: «Me pareció
que estaba delante de la gruta, a la misma distancia que las otras
veces, no veía más que a la Virgen. ¡Jamás la había visto tan
bella!”, dijo Santa Bernardita. Vuestra aparición, es considerada
como agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada
Concepción y es exaltación a las virtudes de pobreza y humildad
como las que tenía la pequeña Bernardita y un llamado a aceptar
la cruz para ser felices en la otra vida, además de recordarnos
la importancia de la oración, del Santo Rosario y la penitencia
con una misericordia infinita por los pecadores y los enfermos.
El agua de la gruta, agua virgen es, pues los químicos dijeron
que es pura, natural, sin propiedad térmica y en la que
ninguna bacteria, ni microbio sobrevive. Prueba clara, objetiva
y fehaciente del poder de la “Inmaculada Concepción”. !Aleluya!
¡Oh! Nuestra Señora de Lourdes, “Viva e Inmaculada Concepción”

© 2023 by Luis ernesto Chacón Delgado


11 de Febrero
Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes

Cada 11 de febrero la Iglesia celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, quien en una de sus apariciones le dijo a Santa Bernardita: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”. Aquí el significado de sus apariciones, el mensaje que dejó y los milagros que se dieron con su intercesión.

Era el 11 de febrero de 1858, Bernardita, su hermana y otra niña iban al campo a buscar leña seca, cerca de una gruta. Para llegar ahí tenían que pasar por un arroyo. Bernardita no se atrevía a adentrarse porque el agua estaba muy fría. Se empezó a sacar los zapatos, cuando de pronto escuchó un ruido fuerte proveniente de la gruta.

Se acercó a ver lo que pasaba y ahí en ese lugar sucio y pedregoso se apareció la Virgen envuelta en una luz resplandeciente, con un traje blanco de un tejido desconocido, una cinta azul en la cintura, un largo velo blanco y dos rosas doradas brillantes que le cubrían la parte superior de los pies.

En sus manos, la Virgen tenía un largo rosario blanco y dorado. Entonces juntas empezaron a rezarlo. El domingo 14 de febrero, Bernardita en la gruta reza la primera decena del Rosario y María se aparece. La niña le tira agua bendita para asegurarse que no era una obra del enemigo. La Virgen sonríe, se persigna con el Rosario y lo rezan juntas.

El jueves 18 la Virgen le pide a Bernardita que regrese por quince días seguidos a la gruta. Ante la aceptación y promesa de la pequeña, María le promete hacerla dichosa en el otro mundo. Los rumores de las apariciones se empiezan a esparcir.

El 19 de febrero, Bernardita va con una vela bendecida y encendida. Es así que nace la costumbre de ir con velas para encenderlas ante la gruta. El 20 de febrero la Señora le enseña una oración personal a Bernardita.

El domingo 21, la niña ve que la Virgen estaba triste, le pregunta lo que le pasa y Nuestra Señora le contesta: “Rogad por los pecadores”. Para ese entonces las autoridades amenazaron a Bernardita con llevarla a la cárcel y todos se burlaban de ella.

El 22 la Virgen no se le apareció, pero la niña no perdía la esperanza de volverla a ver. El 23, diez mil personas fueron a ver lo que pasaba. La Virgen se le apareció a Bernardita y le pidió que les diga a los sacerdotes que eleven ahí un santuario, a donde se debe ir en procesión.

La niña va y le comenta al sacerdote, quien a cambio pide el nombre de la Señora y que florezca un rosal silvestre sobre el que se aparecía.

El 24 la pequeña le cuenta todo a la Virgen, quien sólo sonrió. Luego María la mandó a rogar por los pecadores y exclamó: “¡Penitencia, penitencia, penitencia!… ¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!” Bernardita así lo hizo y pedía a los espectadores que hicieran lo mismo.

El 25 de febrero la Virgen le ordena beber, lavarse los pies en la fuente y comer hierba. Bernardita, por indicación de María, escarbó en el fondo de la gruta y empezó a brotar agua.

El 26 se produce el primer milagro. El pobre obrero Bourriete, que tenía el ojo izquierdo mutilado, ora y se frota el ojo con el agua de la fuente. Luego empezó a gritar de alegría y fue recuperando la vista. El 27 la Virgen permanece en silencio, Bernardita bebe del agua del manantial y hace los gestos recurrentes de penitencia.

El 28 Bernardita va a la gruta, pero luego es llevada a casa el juez y amenazada de ir a cárcel. En la noche, Catalina Latapie moja su brazo dislocado y el brazo y la mano recuperan su agilidad, produciéndose un segundo milagro.

El martes 2 de marzo, Bernardita va de nuevo donde el párroco a recordarle el pedido de la Virgen.

El 3 de marzo la pequeña le pregunta de nuevo su nombre y la Virgen sonríe. Ese día, una madre en su desesperación lleva en brazos a su hijo que estaba medio muerto. Lo metió 15 minutos en el agua fría y al llegar a casa notó mejoría en la respiración del niño.

Al día siguiente, el niño estaba lleno de vida y completamente sano. Los médicos certificaron el milagro y lo llamaron de primer orden.

El 4 de marzo, al finalizar los quince días, la visión permanece silenciosa. El 25 de ese mes la Virgen se apareció a Bernardita, levantó los ojos hacia el cielo, juntó en signo de oración las manos que tenía abiertas y tendidas hacia el suelo y le dijo a Bernardita: “Soy la Inmaculada Concepción”.

La pequeña salió corriendo a decirle al párroco, quien se conmueve ante la revelación del nombre ya que cuatro años antes se había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción.

El 7 de abril, Bernardita en la gruta y en éxtasis pone su mano sobre la llama de la vela encendida que había llevado y no se quema. Después de la aparición, su mano estaba ilesa y fue comprobado por un médico que presenció el hecho.

El 16 de julio se produjo la última aparición. Bernardita sintió la misteriosa llamada y al llegar a la gruta se dio cuenta que estaba vallada y no se podía pasar. Se dirige entonces al otro lado, enfrente de la gruta, y vio a la Madre de Dios. ”Me pareció que estaba delante de la gruta, a la misma distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen. ¡Jamás la había visto tan bella!”, dijo Santa Bernardita.

Algunos consideran que la aparición de Nuestra Señora de Lourdes es un agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada Concepción y es exaltación a las virtudes de pobreza y humildad como la que tenía la pequeña Bernardita.

Asimismo afirman que es un llamado a aceptar la cruz para ser felices en la otra vida, la importancia de la oración, del Santo Rosario y la penitencia con una misericordia infinita por los pecadores y los enfermos.

El agua de la gruta ha sido analizada por químicos, quienes señalaron que es un agua virgen, pura, natural, sin propiedad térmica y en la que ninguna bacteria sobrevive. Para los cristianos esto es símbolo de la Inmaculada Concepción.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-los-catolicos-celebramos-a-la-virgen-de-lourdes-70994)

10 febrero, 2023

San José Sánchez del Río, Mártir

 

 

¡Oh! San José Sánchez del Río, vos sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo, que siendo niño os enlistasteis en las filas de los
cristeros y que, entregasteis vuestra vida como mártir. Las leyes
anticlericales del impío Plutarco Elías, condujeron a que, la Iglesia
Católica, con sus laicos, presbíteros y religiosos católicos, se
levantasen en armas en defensa de la fe de Cristo, y desde ese instante
se los llamó «Cristeros». “Joselito”, como os conocían, pedisteis
permiso a vuestros padres para enlistaros como soldado del general
Prudencio Mendoza, para defender la causa de Cristo y de su Iglesia.
Vuestra madre trató de disuadiros pero vos, os respondisteis: «Mamá,
nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero
perder la ocasión». Y, vos, fuisteis torturado y luego asesinado por
los esbirros de Calles, por negaros a renunciar a vuestra fe. Os
cortaron la planta de vuestros pies y os condujeron descalzo hasta
vuestra tumba. Mientras caminabais, rezabais y gritabais a todo
pulmón: “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”. Gritos en vida
que llegaron al mismo cielo, antes que vuestra alma. Luego fuisteis
colgado en un árbol y acuchillado y uno de los verdugos os bajó y os
preguntó qué mensaje os dabais a vuestros padres y vos respondisteis:
“¡Que Viva Cristo Rey¡¡En el cielo nos veremos!”. Y, luego, el verdugo
os asestó un tiro en la sien y os mató. Y, así, voló vuestra alma al
cielo para coronada ser de luz, como justo premio a vuestro amor y fe;
Plutarco y sus verdugos están en el averno, y vos, con toda seguridad
gozáis del eterno cielo. A vos, os declararon beato en Guadalajara
y canonizado en Roma por Francisco Papa, al lado de otros como vos;
¡Oh! San José Sánchez del Río, «vivo amor por el Cristo Vivo y eterno».

© 2023 by Luis ernesto Chacón Delgado


10 de Febrero
San José Sánchez del Río
Mártir

San José Sánchez del Río fue un niño que se enlistó en las filas de los cristeros y que murió mártir en la persecución religiosa que sufrió México en la segunda década del siglo XX. Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán (México). En 1926, cuando las leyes anticlericales del gobierno de Plutarco Elías Calles llevaron a que la Iglesia Católica suspendiera el culto público en su país, José tenía apenas 13 años y 5 meses.

En aquel tiempo, como respuesta a la legislación anticlerical que estaba orientada a restringir la libertad religiosa, laicos, presbíteros y religiosos católicos decidieron levantarse en armas en defensa de la fe y se les dio el nombre de Cristeros.
Se estima que fueron 250 mil personas las que perdieron la vida en esa guerra en ambos bandos.

“Joselito”, como se le conoce al pequeño cristero, pidió permiso a sus padres para enlistarse como soldado del general Prudencio Mendoza y defender la causa de Cristo y de su Iglesia.

Su madre trató de disuadirlo pero él le dijo: «Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión».

San José Sánchez del Río fue torturado y asesinado el 10 de febrero de 1928, a la edad de 14, por oficiales del gobierno de Calles porque se negó a renunciar a su fe.

Le cortaron la planta de los pies y fue conducido descalzo hasta su tumba. Mientras caminaba, José Luis rezaba y gritaba “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”.

Ante su tumba fue colgado en un árbol y acuchillado. Uno de los verdugos lo bajó y le preguntó qué mensaje le daba a sus padres. El niño respondió: “Que Viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos”. Ante esta respuesta, el hombre le dio un tiro en la sien y lo mató.

San José Sánchez del Río fue declarado beato en Guadalajara (México) el 20 de noviembre de 2005 por el Cardenal José Saraiva Martins, y canonizado en Roma (Italia) por el Papa Francisco el 16 de octubre de 2016 junto a otros seis beatos, entre ellos el argentino Cura Brochero.

En el año 2012 se estrenó Cristiada, una película que cuenta varios momentos de la Guerra Cristera y de la vida del Beato Anacleto González, San José Sánchez del Río y otros santos mártires.

(https://bigsplash.wordpress.com/?s=San+Jos%C3%A9+S%C3%A1nchez+del+R%C3%ADo)

09 febrero, 2023

Santa Apolonia Virgen y Mártir; Patrona de los Dentistas

 

 

 

¡Oh!, Santa Apolonia, vos, sois la hija del Dios de la Vida
y su amada santa. Cristiana y bautizada desde pequeña
os educaron en la fe de vuestros padres, y más tarde
os decidisteis a quedaros sin matrimonio así, donando
vuestra santa vida a Jesús. Un día, casi de la nada, sale
a la calle un poeta y cantando va, malos augurios; metido
estaba en la magia, y en las vías y plazas alejandrinas que
grita los males, catástrofes y calamidades que sobrevendrán
a la ciudad si no se extermina a los cristianos. El obispo
Dionisio Alejandrino, relata esta persecución: Toman
violentamente al anciano Metro y, sin respetar sus canas;
le exigen blasfemar contra Jesucristo y, desalentándose
con su negativa lo muelen a palos y pasan a lapidarlo.
Luego a la matrona Cointa, que es atada, arrastrada
y muerta a pedradas. Literalmente arde la ciudad, parece
en estado de guerra. La gente fuera de sí, asalta las casas
de los cristianos. A vos, ya entrada en años os conocían por
vuestras obras de caridad, sólida virtud y vuestro retiro

en oración. Tiempo atrás, erais diaconisa de vuestra iglesia
local. Hoy, unas hordas os secuestran y pretenden obligaros
a blasfemar contra Jesucristo. Pero vos, no lo hacéis
y entonces, con una piedra os destrozan los dientes. Después
os llevan fuera de la ciudad amenazándoos con arrojaros
al fuego, si no apostataseis. Vos, entonces, pedís un tiempo
para reflexionar y entráis en oración. Luego, vos misma,
con desprecio a la vida y manifestando de que vivir sin Dios
no vale; con valor y paso decidido, entrasteis en las llamas
donde entregasteis vuestra santa vida a quien os la dio:
¡Dios! Y, así, voló vuestra alma al cielo, para corona de luz
recibir, como justo premio a vuestra entrega de amor
y fe. Abogada contra todos los males de dientes y muelas,
Patrona Santa de todos los odontólogos del mundo entero;
¡Oh!, Santa Apolonia, “vivo Amor y Fidelidad a Jesucristo”.

© 2023 by Luis ernesto Chacón Delgado


9 de Febrero
Santa Apolonia
Virgen y Mártir
, Patrona de los Dentistas

Martirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, conmemoración de santa Apolonia, virgen y mártir, la cual, después de haber sufrido muchos y crueles tormentos por parte de los perseguidores, para no verse obligada a proferir palabras impías prefirió entregarse al fuego antes que ceder en su fe (c. 250).

Etimología: Apolonia = Aquella que desciende de Apolo, es de origen griego.

Sucedió en tiempos del emperador Felipe que es una época suave en la práctica de la fe cristiana. El lugar de los acontecimientos es Alejandría y por el año 248, previo a la persecución de Decio.

Sale a la calle un poeta con aires de profeta de males futuros; practicaba la magia, según se dice; va por las vías y plazas alejandrinas publicando, como agorero de males, las catástrofes y calamidades que van a sobrevenir a la ciudad si no se extermina de ella a los cristianos. No se sabe qué cosas dieron motivo para predecir esos tiempos aciagos, pero la verborrea produjo su efecto. El obispo Dionisio Alejandrino es el que relata el comienzo de la persecución. Tomaron violentamente al anciano Metro, sin respetar sus canas; le exigen blasfemias contra Jesucristo, se desalientan con su firmeza y acaban moliéndolo a palos y lapidándolo a las afueras de la ciudad. Luego van a por la matrona Cointa que es atada, arrastrada y también muerta a pedradas. Ahora la ciudad parece en estado de guerra; han crecido los tumultos; la gente va loca asaltando las casas donde puede haber cristianos. Se multiplican los incendios, los saqueos y la destrucción.

En Alejandría vive una cristiana bautizada desde pequeña y educada en la fe por sus padres; en los tiempos de su juventud decidió la renuncia voluntaria al matrimonio para dar su vida entera a Jesús. Se llama Apolonia y ya es entrada en años; los que la conocen saben mucho de sus obras de caridad, de su sólida virtud y de su retiro en oración; incluso presta ayuda a la iglesia local como diaconisa, según se estila en la antigüedad. Las hordas incontroladas la secuestran y pretenden obligarla a blasfemar contra Jesucristo. Como nada sale de su boca, con una piedra le destrozan los dientes. Después la llevan fuera de la ciudad amenazándola con arrojarla a una hoguera, si no apostata. Pide un tiempo para reflexionar. Se abisma en oración. Luego, ella misma es la que, con desprecio a la vida que sin Dios no vale, con paso decidido, pasa ante sus asombrados verdugos y entra en las llamas donde murió.

Los cristianos recogieron de entre las cenizas lo poco que quedó de sus despojos. Los dientes fueron recogidos como reliquias que distribuyeron por las iglesias.

Su representación iconográfica posterior la presenta sufriendo martirio de manos de un sayón que tiene una gran piedra en la mano para impartir el golpe que le destrozó la boca. Por eso es abogada contra los males de dientes y muelas.

También a nosotros nos asombra la decisión de santa Apolonia por parecerse al suicidio. Algún magnánimo escritor habla de que «eso sólo es lícito hacerlo bajo una inspiración de Dios». Desde luego es susceptible de más de una glosa. Sólo que los santos, tan extremosamente llenos de Dios, adoptan en ocasiones actitudes inverosímiles y desconcertantes bajo el aguijón del Amor y ¡quien sabe si esas son «locuras» sólo para quien no tiene tanto amor! Al fin y al cabo, cada santo es el misterio de responder sin cuento a Dios.

(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

08 febrero, 2023

Santa Josefina Bakhita, "Hermana Universal"

 

 

¡Oh!, Santa Josefina Bakhita, vos, sois la hija del Dios de la Vida
y su amada santa que, siendo niña fuisteis raptada y vendida
en mercados africanos de esclavos, sufriendo dura cautividad.
Pero, Dios nunca os abandonó, y al obtener la ansiada libertad
abrazasteis la fe cristiana, ingresando en el “Instituto de Hijas
de la Caridad Canosianas”, pasando el resto de vuestra vida
entregada a Cristo y al servicio del prójimo. Vuestro nombre
“Bakhita”, significa “afortunada”, y vos, ciertamente lo fuisteis
a pesar de que, el de “Bakhita”, lo recibisteis cuando fuisteis
secuestrada, y os bautizaron con el nombre de Josefina.
“Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos”, dijisteis
cuando os secuestraron y fuisteis vendida a cinco distintos
amos en el mercado de esclavos, intentando escapar sin éxito.
Felizmente, el italiano Calixto Leganini os compró
y escribisteis así: “Esta vez fui realmente afortunada porque
el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui
maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente
irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad”.
Vos, y vuestra amiga Minnina, ingresasteis al noviciado del “Instituto
de las Hermanas de la Caridad”, en Venecia, y fue allí, donde
conocisteis a Cristo, porque “Dios había permanecido en mi corazón”,
y Él, os dio fuerzas para poder soportar la esclavitud. Así, recibisteis
el bautismo, la primera comunión y la confirmación de manos
del Cardenal de Venecia, tomando el nombre cristiano de “Josefina
Margarita Afortunada”. Al ser bautizada expresasteis: “¡Aquí llegué
a convertirme en una de las hijas de Dios!”. Escribisteis en vuestra
autobiografía y se os ordenó ir a Venecia a contar la historia de
vuestra vida.Y, así, gastasteis vuestra santa vida, en favor de Dios
en buena lid, entregando vuestra alma a quien os la dio: ¡Dios!,
quien os coronó, con corona de luz, como premio a vuestro amor y fe;
¡Oh!, Santa Josefina Bakhita, “viva fortuna del Dios de la Vida y del Amor”.

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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8 de Febrero
Santa Josefina Bakhita
Memoria Litúrgica

Por: n/a | Fuente: Corazones.org

Martirologio Romano: Virgen, nacida en la región de Darfur, en Sudán, que, siendo aún niña, fue raptada y vendida en diversos mercados africanos de esclavos, sufriendo dura cautividad. Al obtener la libertad, abrazó la fe cristiana e ingresó en el Instituto de Hijas de la Caridad (Canosianas), y pasó el resto de su vida en Schio, en el territorio italiano de Vicenza, entregada a Cristo y al servicio del prójimo († 1947).

Fecha de beatificación: 17 de mayho de 1992 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por el Papa San Juan Pablo II

Breve Biografía

La verdadera fortuna es conocer, amar y servir a Dios. El nombre “Bakhita” significa “afortunada” y nuestra santa ciertamente lo es. Sin embargo, esa fortuna no le vino nada fácil. Bakhita es el nombre que recibió cuando fue secuestrada mientras que fue bautizada con el nombre de Josefina.

De su vida no se conocen datos exactos. Se cree que es de Olgossa en Darfur, y que nació en 1869. Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.

Su vida fue profundamente marcada cuando unos negreros llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana. En su biografía escribió: “Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos”. También cuento su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos.

Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: ´Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco´. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.

Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: ´Si gritas, morirás! Síguenos!´”.

Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre Bakhita sin comprender a donde ella llegaría. Llevaron a Bakhita a El Obeid donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos. Intentó escapar, pero sin éxito. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas. Cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía: “Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal”.

El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita en 1882. Era el quinto amo. Ella escribe: “Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad”.

En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita quiso seguir con su amo cuando este se fue a Italia con su amigo Augusto Michieli. La esposa de Michieli los esperaba en Italia y quiso quedarse con uno de los esclavos que traían por lo que se le dió a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.

En 1888 la familia Michieli compró un hotel y se trasladaron a Suakin pero Bakhita decidió quedarse en Italia. Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. Esta congregación, fundada en 1808, es mas conocida como Hermanas de Canossa.

Fue en el Instituto que Bakhita conoció de verdad a Cristo y que “Dios había permanecido en su corazón”, por lo que le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, “pero recién en ese momento sabía quien era”. Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia. Tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.

Al ser bautizada expresó: “¡Aquí llegué a convertirme en una de las hijas de Dios!”. Se dice que no sabía como expresar su gozo y en su biografía cuenta que en el Instituto conoció cada día más a Dios, “que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma”.

La Señora de Michieli volvió del Sudán a llevarse a su hija y a Bakhita, pero con gran valentía Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. Bakhita pudo prevalecer porque la esclavitud era ilegal en Italia. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad profesó en la vida religiosa.

Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero tenía fama de santidad. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.

Mucho le costó escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se hizo muy conocida y viajaba por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación.

Aunque la salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y quedó con mucho dolor en silla de ruedas, no dejó de viajar. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: “Madonna! Madonna!”

Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, según cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. Josefina se recuerda con veneración en Schio como “Nostra Madre Moretta”.

Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, Italia.

A LOS ALTARES

En 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones sobre su santidad. El 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. El 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II, declarándose su fiesta el 8 de febrero. En esa ocasión el Papa reconoció que ella transmitió el mensaje de reconciliación y misericordia.

Bakhita fué canonizada por S.S. Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.

La historia de Bakhita es la de un continente. Ella sufrió graves males en manos de algunos cristianos pero su corazón no se cerró. Supo perdonar a los que la ultrajaron y descubrir que aquellos agravios, aunque cometidos por cristianos, son contrarios al camino de Jesús. Gracias a las religiosas encontró el verdadero rostro de Cristo y entró en Su Iglesia. Nada, ni los malos ejemplos, nos puede apartar del amor de Dios cuando le permitimos reinar en nuestro corazón. Bakhita nos deja este maravilloso testamento de perdón por amor a Cristo: “Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa”. El Papa la llamó “Nuestra Hermana Universal”.

“Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa”.

(http://es.catholic.net/op/articulos/34868/josefina-bakhita-santa.html#modal)

07 febrero, 2023

Beato Pío IX, 255º Papa de la Iglesia católica, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción

 

 

¡Oh! Beato Pío IX Papa, vos sois el hijo del Dios
de la Vida, su Papa y amado Beato, que sin tener
certeza de vuestra vocación hacia el sacerdocio,
vivíais de manera ejemplar, luchando contra el
pecado, evitando cualquier situación peligrosa,
estudiando “no por ambición de saber” sino para
el bien de los demás y abandonándoos sí mismo en
las manos de Dios. Exonerado del servicio militar
intentasteis formar parte de la Guardia Pontificia,
pero vuestra salud, os lo impidió. Vos, padecíais
epilepsia, la misma que desapareció con los años
gracias a la intercesión de la Virgen de Loreto.
Vos hombre de oración constante, os consagrasteis
al ministerio de la Palabra y el sacramento de la
Reconciliación; cercano siempre a los más humildes
y necesitados. Conjugasteis de manera admirable la
la vida activa con la contemplativa. Erais muy
dedicado a las labores pastorales y sociales, y
se os podía ver muy recogido, en cada eucaristía
y también con vuestra piedad a la Virgen. Siempre
fuisteis un predicador fructuoso y persuasivo,
dispuesto a la caridad con todos, padre celoso de
vuestros sacerdotes diocesanos, del clero y de los
seminaristas, además gran promotor de la educación
de la juventud. Durante vuestro pontificado, vuestra
tarea fue difícil, pero la superasteis con sabiduría
y prudencia. A vos, se os reconoce como a uno de
los más grandes Pontífices; “Vicario de Cristo”
y cumplidor de un rol político, para el bien de la
Iglesia. Vuestra tarea doctrinal la orientasteis a
atender los principales problemas y amenazas para
la Iglesia y para el mundo entero, condenando las
sociedades secretas, la masonería, el comunismo
y el liberalismo. Restablecisteis la jerarquía de la
Iglesia católica en Inglaterra, Holanda y Escocia;
definisteis solemnemente el dogma de la Inmaculada
Concepción; el envío de misioneros a las zonas
nórdicas de América y Europa, a la India, Birmania,
China y Japón; promulgasteis el «Syllabus errorum»,
con el cual advertisteis al mundo de los errores del
modernismo; celebrasteis solemnemente el centenario
del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo;
celebrasteis el Concilio Ecuménico Vaticano I, con
la doctrina de la infalibilidad del Papa. Vos, os
encerrasteis en el Vaticano, declarándoos “prisionero”.
después de la caída de Roma, ello significó un ejemplo
de dignidad y desapego del orden temporal. Y, así y
luego de haber gastado vuestra santa vida en buena
lid, voló vuestra alma al cielo para ser coronada
con corona de luz y eternidad por vuestro amor y fe;

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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7 de febrero
Beato Pío IX
255º Papa de la Iglesia católica

Hoy, 7 de febrero, la Iglesia Católica recuerda al Beato Pio IX, el bicentésimo quincuagésimo quinto (255º) Papa de la Iglesia católica. Su pontificado es considerado el segundo más largo de la historia, con un total de 31 años, 7 meses y 22 días (del 16 de junio de 1846 hasta el 7 de febrero de 1878). San Juan Pablo II lo beatificó junto al Papa San Juan XXIII el 3 de septiembre del año 2000.

Inicio de un itinerario

Giovanni Maria Battista Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti, Papa Pio IX, nació en Senigallia (Italia) el 13 de mayo de 1792. Sus padres fueron Gerolamo y Caterina Solazzi, quienes lo bautizaron el mismo día de su nacimiento.

En 1809 viajó a Roma a fin de continuar los estudios que inició en su ciudad natal. Aún sin tener una orientación clara hacia el sacerdocio, vivía de modo ejemplar, como lo demuestran algunos propósitos hechos en 1810 después de un retiro espiritual: luchar contra el pecado, evitar cualquier ocasión peligrosa, estudiar “no por ambición de saber” sino para el bien de los demás, abandono de sí mismo en las manos de Dios.

Detuvo sus estudios en 1812 a causa de una enfermedad y fue exonerado del servicio militar. En 1815 intentó formar parte de la Guardia Pontificia, pero tuvo que desistir también por sus problemas de salud. Giovanni Maria padeció desde muy pequeño de epilepsia, enfermedad que amainó con los años hasta desaparecer del todo, se cree, gracias a la intercesión de la Virgen de Loreto.

Al servicio de Dios, al servicio de la Iglesia

Recibió las Órdenes menores en 1817, el subdiaconado en 1818 y el diaconado en 1819. Ese mismo año fue ordenado sacerdote. Celebró su primera Misa en la Iglesia de Santa Ana de los Carpinteros, del Instituto Tata Giovanni, del cual fue nombrado rector, cargo que ocupó hasta 1823.

El P. Giovanni Maria había dejado ya para ese entonces claras evidencias de su personalidad: hombre de oración constante, consagrado al ministerio de la Palabra y del sacramento de la Reconciliación; siempre cercano a los más humildes y necesitados.

Supo conjugar de manera admirable la vida activa con la contemplativa. Muy dedicado a las labores pastorales y sociales, se le veía también muy recogido, dada su intensa devoción eucarística y su piedad a la Virgen.

En 1820 deja el Instituto Tata Giovanni y emprende viaje a Chile, acompañando al Nuncio Apostólico, D. Giovanni Muzzi. Permaneció en ese país hasta 1825.

De regreso a Italia, fue elegido Director del Asilo de San Miguel, una importante obra eclesial al servicio de la comunidad, la que reformó de manera eficaz. A los 36 años de edad fue nombrado obispo y enviado a la arquidiócesis de Espoleto. Esta fue una etapa muy dura en su vida, dada su juventud y la inmensa responsabilidad que se puso sobre sus hombros.

En 1832, Mons. Mastai fue transferido a otra diócesis, esta vez en Imola, donde continuó con su estilo de predicador fructuoso y persuasivo, dispuesto a la caridad con todos, padre celoso de sus sacerdotes diocesanos, del clero y de los seminaristas, promotor de iniciativas en favor de la educación de la juventud. En 1840, con apenas 48 años, Mons. Mastai fue nombrado Cardenal.

Pontificado bajo el signo de la Cruz

En la tarde del 16 de junio de 1846, el Cardenal Mastai es elegido Papa y asume la Sede de San Pedro con el nombre de Pío IX.

Durante su pontificado, debido a las circunstancias políticas derivadas de la unificación de Italia y la pérdida de los Estados Pontificios, su tarea se tornó sumamente difícil. Fueron tiempos durísimos que el Papa tuvo que enfrentar con sabiduría y prudencia.

Por eso mismo, al Papa Mastai se le reconoce como uno de los más grandes Pontífices; “Vicario de Cristo” y al mismo tiempo cumplidor de un rol político asumido para el bien de la Iglesia.

Su labor doctrinal supuso una visión programática orientada a atender los principales problemas y amenazas tanto para la Iglesia como para la civilización cristiana: condenó las sociedades secretas, la masonería, el comunismo y el liberalismo.

Entre las acciones o medidas más destacadas del papado de Pío XII, se puede destacar: el restablecimiento de la jerarquía católica en Inglaterra, Holanda y Escocia; la definición solemne, el 8 de diciembre de 1854, del dogma de la Inmaculada Concepción; el envío de misioneros a las zonas nórdicas de América y Europa, a la India, Birmania, China y Japón; la promulgación del «Syllabus errorum», en el cual se advirtió de los errores del llamado modernismo; la celebración, con particular solemnidad, del XVIII centenario del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo; la celebración del Concilio Ecuménico Vaticano I, iniciado en 1869 y concluido (por suspensión) el 18 de julio de 1870. Durante este Concilio fue establecida lo que se conoce como la doctrina de la infalibilidad del Papa.

De vuelta a casa

Después de la caída de Roma el 20 de septiembre de 1870 y del fin del poder temporal del Papa, Pío IX se encerró en el Vaticano, declarándose “prisionero”. Su postura se convirtió en ejemplo de dignidad y desapego del orden temporal por ser un ejercicio de libertad religiosa, firme frente al poder secular.

El 7 de febrero de 1878, con su piadosa muerte, llegó a término su pontificado.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-la-iglesia-recuerda-al-beato-papa-pio-ix-el-papa-que-se-declaro-prisionero-37823)

06 febrero, 2023

San Pablo Miki y Compañeros Mártires

 

 SANTO DEL DÍA: SAN PABLO MIKI Y SUS COMPAÑEROS, MÁRTIRES EN EL JAPÓN. –  Diócesis de Querétaro

 

¡Oh!, San Pablo Miki y compañeros mártires, vosotros,
sois los hijos del Dios de la vida, y sus amados santos,
a quienes, el mundo todo, hoy, os recuerda con vivo amor:
San Juan Goto, San Santiago Kisai, San Felipe de Jesús,
San Gonzalo García, San Francisco Blanco, San Pedro

Bautista, San Francisco de San Miguel, San Cayo Francisco;
San Francisco de Miako; San León Karasuma, y, los niños
San Luis Ibarqui, San Antonio Deyman, y San Totomaskasaky,
cuyo padre fue también martirizado, todo por amor a Cristo.
Vos, antes de partir a la eternidad dijisteis con fe
y valor extraordinario: “Llegado a este momento final de
mi existencia en la tierra, seguramente que ninguno de
ustedes va a creer que me voy a atrever a decir lo que
no es cierto. Les declaro pues, que el mejor camino para
conseguir la salvación es pertenecer a la religión

cristiana, ser católico. Y como mi Señor Jesucristo me
enseñó con sus palabras y sus buenos ejemplos a perdonar
a los que nos han ofendido, yo declaro que perdono al
jefe de la nación que dio la orden de crucificarnos,
y a todos los que han contribuido a nuestro martirio,
y les recomiendo que ojalá se hagan instruir en nuestra
santa religión y se hagan bautizar”. Luego, volviendo
la mirada hacia vuestros compañeros, les dabais ánimos
y por increíble que parezca sus rostros mostraban una
alegría muy grande, de manera especial los de los niños
Luis y Antonio, quienes estaban con los ojos fijos en

el cielo, invocando los santísimos nombres de Jesús,
José y María, se pusieron a cantar los salmos que habían
aprendido en la clase de catecismo. A los demás se les
oía decir constantemente: “Jesús, José y María, os doy
el corazón y el alma mía”. Mientras varios de los que
sufrían la crucifixión aconsejaban a las gentes que
permanecieran fieles a nuestra santa religión por siempre.
Y, en la hora sublime, los verdugos sacaron sus lanzas
y las blandieron contra cada uno de los que sufrían el
martirio, poniendo fin a sus vidas mortales, creyendo

haberlos terminado también con sus santas y vivas almas.
Entonces en medio de este dantesco y desgarrador cuadro,
se oyó decir a viva voz: ¡Jesús, José y María! ¡Jesús,
José y María! Y, así volaron volaron vuestras almas que
luego fueron coronadas con coronas de gloria y eternidad;
¡oh!, San Pablo Miki y compañeros, “vivos mártires de Cristo.”

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado


6 de febrero
Los Mártires del Japón
San Pablo Miki y Compañeros Mártires

“Llegado a este momento final de mi existencia en la tierra, seguramente que ninguno de ustedes va a creer que me voy a atrever a decir lo que no es cierto. Les declaro pues, que el mejor camino para conseguir la salvación es pertenecer a la religión cristiana, ser católico”. (R. P. San Pablo Miki)

Fueron 26, martirizados el mismo día, 5 de febrero del año 1597. En el año 1549 San Francisco Javier llegó al Japón y convirtió a muchos paganos.

Ya en el año 1597 eran varios los miles de cristianos en aquel país. Y llegó al gobierno un emperador sumamente cruel y vicioso, el cual ordenó que todos los misioneros católicos debían abandonar el Japón en el término de seis meses. Pero los misioneros, en vez de huir del país, lo que hicieron fue esconderse, para poder seguir ayudando a los cristianos. Fueron descubiertos y martirizados brutalmente. Los que murieron en este día en Nagasaki fueron 26. Tres jesuitas, seis franciscanos y 16 laicos católicos japoneses, que eran catequistas y se habían hecho terciarios franciscanos.

Los mártires jesuitas fueron:

San Pablo Miki, un japonés de familia de la alta clase social, hijo de un capitán del ejército y muy buen predicador: San Juan Goto y Santiago Kisai, dos hermanos coadjutores jesuitas. Los franciscanos eran: San Felipe de Jesús, un mexicano que había ido a misionar al Asia. San Gonzalo García que era de la India, San Francisco Blanco, San Pedro Bautista, superior de los franciscanos en el Japón y San Francisco de San Miguel.

Entre los laicos estaban:

Un soldado: San Cayo Francisco; un médico: San Francisco de Miako; un Coreano: San Leon Karasuma, y tres muchachos de trece años que ayudaban a misa a los sacerdotes: los niños: San Luis Ibarqui, San Antonio Deyman, y San Totomaskasaky, cuyo padre fue también martirizado.

A los 26 católicos les cortaron la oreja izquierda, y así ensangrentados fueron llevados en pleno invierno a pie, de pueblo en pueblo, durante un mes, para escarmentar y atemorizar a todos los que quisieran hacerse cristianos.

Al llegar a Nagasaki les permitieron confesarse con los sacerdotes, y luego los crucificaron, atándolos a las cruces con cuerdas y cadenas en piernas y brazos y sujetándolos al madero con una argolla de hierro al cuello. Entre una cruz y otra había la distancia de un metro y medio.

La Iglesia Católica los declaró santos en 1862

Testigos de su martirio y de su muerte lo relatan de la siguiente manera: “Una vez crucificados, era admirable ver el fervor y la paciencia de todos. Los sacerdotes animaban a los demás a sufrir todo por amor a Jesucristo y la salvación de las almas. El Padre Pedro estaba inmóvil, con los ojos fijos en el cielo. El hermano Martín cantaba salmos, en acción de gracias a la bondad de Dios, y entre frase y frase iba repitiendo aquella oración del salmo 30: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. El hermano Gonzalo rezaba fervorosamente el Padre Nuestro y el Avemaría”.

Al Padre Pablo Miki le parecía que aquella cruz era el púlpito o sitio para predicar más honroso que le habían conseguido, y empezó a decir a todos los presentes (cristianos y curiosos) que él era japonés, que pertenecía a la compañía de Jesús, o sociedad de los Padres jesuitas, que moría por haber predicado el evangelio y que le daba gracias a Dios por haberle concedido el honor tan enorme de poder morir por propagar la verdadera religión de Dios. A continuación añadió las siguientes palabras:

“Llegado a este momento final de mi existencia en la tierra, seguramente que ninguno de ustedes va a creer que me voy a atrever a decir lo que no es cierto. Les declaro pues, que el mejor camino para conseguir la salvación es pertenecer a la religión cristiana, ser católico. Y como mi Señor Jesucristo me enseñó con sus palabras y sus buenos ejemplos a perdonar a los que nos han ofendido, yo declaro que perdono al jefe de la nación que dio la orden de crucificarnos, y a todos los que han contribuido a nuestro martirio, y les recomiendo que ojalá se hagan instruir en nuestra santa religión y se hagan bautizar”.

Luego, vueltos los ojos hacia sus compañeros, empezó a darles ánimos en aquella lucha decisiva; en el rostro de todos se veía una alegría muy grande, especialmente en el del niño Luis; éste, al gritarle otro cristiano que pronto estaría en el Paraíso, atrajo hacia sí las miradas de todos por el gesto lleno de gozo que hizo. El niño Antonio, que estaba al lado de Luis, con los ojos fijos en el cielo, después de haber invocado los santísimos nombres de Jesús, José y María, se puso a cantar los salmos que había aprendido en la clase de catecismo. A otros se les oía decir continuamente: “Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía”. Varios de los crucificados aconsejaban a las gentes allí presentes que permanecieran fieles a nuestra santa religión por siempre.

Luego los verdugos sacaron sus lanzas y asestaron a cada uno de los crucificados dos lanzazos, con lo que en unos momentos pusieron fin a sus vidas.

El pueblo cristiano horrorizado gritaba: ¡Jesús, José y María!

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Pablo_Miki.htm)