09 julio, 2023

Domingo 14 (A) del tiempo ordinario

 ORACIÓN A JESÚS PARA TODOS LOS DÍAS Y PARA UN MILAGRO | Postposmo

 

Texto del Evangelio (Mt 11,25-30):En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

»Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

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«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» P. Antoni POU OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)

Hoy, Jesús nos muestra dos realidades que le definen: que Él es quien conoce al Padre con toda la profundidad y que Él es «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29). También podemos descubrir ahí dos actitudes necesarias para poder entender y vivir lo que Jesús nos ofrece: la sencillez y el deseo de acercarnos a Él.

A los sabios y entendidos frecuentemente les es difícil entrar en el misterio del Reino, porque no están abiertos a la novedad de la revelación divina; Dios no deja de manifestarse, pero ellos creen que ya lo saben todo y, por tanto, Dios ya no les puede sorprender. Los sencillos, en cambio, como los niños en sus mejores momentos, son receptivos, son como una esponja que absorbe el agua, tienen capacidad de sorpresa y de admiración. También hay excepciones, e incluso, hay expertos en ciencias humanas que pueden ser humildes por lo que al conocimiento de Dios se refiere.

En el Padre, Jesús encuentra su reposo, y su paz puede ser refugio para todos aquellos que han sido maleados por la vida: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11,28). Jesús es humilde, y la humildad es hermana de la sencillez. Cuando aprendemos a ser felices a través de la sencillez, entonces muchas complicaciones se deshacen, muchas necesidades desaparecen, y al fin podemos reposar. Jesús nos invita a seguirlo; no nos engaña: estar con Él es llevar su yugo, asumir la exigencia del amor. No se nos ahorrará el sufrimiento, pero su carga es ligera, porque nuestro sufrimiento no nos vendrá a causa de nuestro egoísmo, sino que sufriremos sólo lo que nos sea necesario y basta, por amor y con la ayuda del Espíritu. Además, no olvidemos, «las tribulaciones que se sufren por Dios quedan suavizadas por la esperanza» (San Efrén).

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Impongámonos realmente el trabajo de aprender la lección de la santidad de Jesús, cuyo corazón era manso y humilde. La primera lección de ese corazón es un examen de conciencia; el resto —el amor y el servicio— lo siguen inmediatamente» (Santa Teresa de Calcuta)
  • «Jesús nos hace conocer al Padre. Y ¿a quién revela esto? Sólo quienes tienen el corazón como los pequeños son capaces de recibir esta revelación» (Francisco)
  • «El Reino pertenece a los pobres y a los pequeños, es decir a los que lo acogen con un corazón humilde (…). [Jesús] se identifica con los pobres de todas clases y hace del amor activo hacia ellos la condición para entrar en su Reino» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 544)

(https://evangeli.net/evangelio/dia/2023-07-09)

08 julio, 2023

Beato Eugenio III Papa, trabajó por la unidad del mundo cristiano

 

 

¡Oh! Beato Eugenio, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
 y su amado Beato y santo, y que, honor, hicisteis al
significado de vuestro nombre: “bien nacido”. Vos,
sois considerado por San Antonio, como "uno de
los Pontífices más grandes y que más sufrieron”.
Aceptasteis con con gusto, para predicar la cruzada
en Francia, y aunque la segunda no fue exitosa,
permanecisteis vos, hasta que, el pueblo no os
lo permitió. Pero, vos, durante vuestra estancia
presidisteis los sínodos de París,Tréveris y Reims,
que de promover la vida cristiana se ocuparon.
Las escuelas de filosofía y teología reorganizasteis
y excomulgasteis a cuanto impío se opusiera a la
doctrina de la Santa Madre Iglesia. Dedicasteis,
al Sumo Pontífice de entonces, vuestro tratado:
ascético:“De Consideratione”, donde afirmáis
que el Papa tenía como principal deber atender
 las cosas espirituales y no a las mundanas.
Y, así, y luego de haber gastado vuestra vida en
buena lid y en pro de la fe, entregasteis vuestra
alma, al Padre, quien os premió con justicia
con corona de luz por los siglos de los siglos;
¡oh!, Beato Eugenio, "Vivo amor por las cosas de Dios".


© 2023 Luis Ernesto Chacón Delgado
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8 de Julio
San Eugenio III, Beato
CLXVII Papa

Etimológicamente significa “bien nacido”. Viene de la lengua griega.
San Antonio lo señala como a “uno de los Pontífices más grandes y que más sufrieron”. Nació en Montemagno, entre Pisa y Lucca. Después de ocupar un cargo en la curia episcopal de Pisa, ingresó en 1135 al monasterio cisterciense de Claraval. Tomó el nombre de Bernardo, y San Bernardo fue su superior en aquel monasterio. Cuando el Papa Inocencio II pidió que algunos cisterciences fuesen a Roma, San Bernardo envió a su homónimo como jefe de la expedición. Los cistercienses se establecieron en el convento de San Anastasio (Tre Fontane).

A la muerte del Papa Lucio II, en 1145, los cardenales eligieron para sucederle a Bernardo, el abad de San Anastasio. El nuevo Pontífice tomó el nombre de Eugenio y fue consagrado en la abadía de Farfa. En enero de 1147, aceptó con gusto la invitación que le hizo Luis VII de que fuese a predicar la cruzada en Francia. En la segunda cruzada no tuvieron buenos resultados. El Papa permaneció en Francia hasta que el clamor popular por el fracaso de la cruzada le hizo imposible permanecer más tiempo en ese lugar. Durante su estancia en aquel país, presidió los sínodos de París, Tréveris y Reims, que se ocuparon principalmente de promover la vida cristiana; también hizo cuanto pudo por reorganizar las escuelas de filosofía y teología.

En mayo de 1148 el Pontífice volvió a Italia y excomulgó a Arnoldo de Brescia (quien en sus peores momentos presagiaba a los demagogos doctrinarios de épocas posteriores). San Bernardo dedicó al Sumo Pontífice su tratado ascético “De Consideratione”, donde afirmaba que el Papa tenía como principal deber atender a las cosas espirituales y que no debía dejarse distraer demasiado por asuntos que corresponden a otros.

Eugenio III partió de Roma en el verano de 1150 y permaneció dos años y medio en la Campania, procurando obtener el apoyo del emperador Conrado III y de su sucesor, Federico Barbarroja.

El santo murió en Roma el 8 de julio de 1153. Su culto fue aprobado el 28 de diciembre de 1872 por el Papa Pío IX.

07 julio, 2023

Beata María Romero Meneses, "La diplomatica del cielo: unió a Nicaragua y Costa Rica"

 

 

 ¡Oh! Beata María Romero Meneses, vos sois la hija del Dios
de la Vida y su amada beata, que vuestra vida la dedicasteis
al servicio de los más pobres y que os beatificó San Juan
Pablo II. Vuestra vida, fue todo amor y de cuidado de los que
más sufren, porque en ellos, se refleja el rostro de Cristo
sufriente. Vos practicabais la caridad el tiempo todo y de
manera sencilla. Desde que llegaron a Nicaragua las misiones
de Don Bosco, os conquistó vuestro corazón las "Hijas de
María Auxiliadora", y con ellas os quedasteis toda vuestra
vida, porque ellas os trajeron al apóstol de la juventud: Don
Bosco, en quien encontrasteis la encarnación de los ideales
más profundos de vuestro espíritu. Hicisteis el noviciado en
El Salvador y os llamaron "Sor María Romero". Tiempo después,
os enviaron a Costa Rica, sirviendo allí como asistente en
consultorios médicos, trabajasteis en internados de jóvenes y en
la Asociación de Ayuda a Necesitados, integrada por familias
que en el ayer, alguna vez vivieron en condiciones infrahumanas
y que, luego apoyaban a otras familias necesitadas. Vos, os
encargabais de la capacitación de las jóvenes y señoras en
estado de abandono, a quienes instruíais en labores domésticas
como cocina, costura y otros oficios afines. También ofrecíais
a precios simbólicos o gratuitos prendas de vestir nuevas
y usadas que vos misma recolectabais. También, repartíais
canastas con alimentos básicos a los más pobres y necesitados.
Vuestro ideal fue amar siempre entrañablemente a Jesús y a la
Virgen María. Acercar a los niños, pobres, ancianos y marginados
el evangelio de la verdad, os producía una gran alegría. Vuestra
recompensa: ver florecer de nuevo la paz entre los que se
hallaban enfrentados y que, la fe fuese recuperada en quienes
una vida “perdida” tenían. Y, luego de haber gastado vuestra
santa vida en buena lid, voló vuestra alma al cielo para corona
de luz recibir, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡Oh! Beata María Romero Meneses, "vivo amor por los pobres de Cristo"
.  

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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07 de Julio

Beata María Romero Meneses

La Beata María Romero Meneses fue una religiosa salesiana que dedicó su vida al servicio de los más pobres y que fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II. De los 75 años que vivió, cuarenta y seis fueron de arduo trabajo lleno de amor y cuidado por aquellos que sufren, cuyos rostros reflejan a Cristo sufriente.

La vida de la Beata María Romero está llena de ejemplos sencillos de cómo practicar la caridad y de qué manera, quienes somos cristianos, debemos comprometernos en hacer de este mundo, muchas veces injusto, un lugar mejor, un adelanto del Reino de Dios. Para eso, no es necesaria ni la violencia ni avivar rupturas, ni los discursos grandilocuentes, ni las arengas estrepitosas. La sencillez evangélica nos llama a otras cosas.

Sor María nació en Granada, Nicaragua, el 13 de enero de 1902. Fue hija de un político muy reconocido de su país, Félix Romero Arana, quien se desempeñó como ministro de Hacienda en el gobierno de José Santos Zelaya. Su madre fue de origen español, doña Ana Meneses Blandón, mujer de profunda devoción y sensibilidad.

En 1910 llegaron a Nicaragua las misioneras de Don Bosco, Hijas de María Auxiliadora (FMA), congregación que conquistaría su corazón y a la que se vincularía para siempre. Gracias a ellas, María sintonizó inmediatamente con la figura del gran apóstol de la juventud, Don Bosco, en quien encuentra la encarnación de los ideales más profundos de su espíritu.

En 1921 recibió el hábito religioso -hizo el noviciado en El Salvador- y pasó a llamarse Sor María Romero. Sus votos perpetuos los realizó en 1929. Tiempo después, fue enviada a Costa Rica. Allí sirvió como asistente en consultorios médicos, trabajó en internados de jóvenes y en la Asociación de Ayuda a Necesitados. Dicha asociación estaba integrada por familias que alguna vez vivieron en condiciones infrahumanas y que después apoyaban a otras familias en mayor necesidad. Además, Sor María se encargaba de la capacitación de las jóvenes y señoras en estado de abandono, a quienes instruía en las labores domésticas como cocina, costura y otros oficios. También ofrecía, a precios simbólicos o de forma gratuita, prendas de vestir nuevas y usadas que ella misma recolectaba; y repartía canastas con alimentos básicos.

Su ideal fue amar profundamente a Jesús y a la Virgen María, y su alegría más grande, acercar la verdad del Evangelio a los niños, a los pobres, a los que sufren, a los marginados, a todos aquellos a quienes Dios ama con pasión. Su recompensa: ver florecer de nuevo la paz entre los que se hallaban enfrentados y la fe recuperada en quienes tenían una vida “perdida”.

Falleció el 7 de julio de 1977. En el año 2002 fue beatificada por el Papa San Juan Pablo II, al comprobarse el milagro de la niña costarricense María Solís, quien por las oraciones ofrecidas a la Beata por su madre, nació sana, a pesar de que los exámenes practicados durante la gestación indicaban que la pequeña nacería con labio leporino y otras deformaciones. De esa manera, María Romero se convirtió en la segunda mujer nacida en Centroamérica en ser beatificada.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-la-beata-sor-maria-romero-que-vivio-plenamente-la-misericordia-27351)

06 julio, 2023

Santa María Goretti, “pequeña y dulce mártir de la pureza”

 

 María Goretti - Wikipedia, la enciclopedia libre

 

¡Oh!, Santa María Goretti, vos, sois la hija del Dios
de la Vida y, su amada santa que, huérfana de padre
vuestra madre a trabajar se dedicó, dejándoos a vuestros
menores hermanos a cargo vuestro, labor que hacíais
con alegría y amor; asistiendo semanamente a clases
de catecismo. A los once años, hicisteis vuestra primera
comunión haciéndoos el propósito de morir, antes que cometer
pecado alguno. ¡Y, así, fue! Un tal Alejandro Serenelli,
se enamoró perdidamente de vos, y os proponía casi siempre
indecentes conductas que vos, rechazabais. Pero, un día el
mal tomó cuerpo en él, y os buscó, pero vos, os negasteis
a ceder en sus malas pretensiones, advirtiéndole que, lo
que pretendía, pecado era y que, vos, jamás accederíais.
Y, entonces, vuestro agresor ignorando vuestras palabras,
os atacó salvajemente con cuchillo en mano, clavándoos
por catorce veces. Así y todo, herida de muerte, os llevaron al
hospital de San Juan de Dios, donde os operaron sin
anestesia, soportando los dolores que a su vez, ofrecíais
al Dios Vivo. Antes de morir, vos, alcanzasteis a recibir
la comunión y la unción de los enfermos e hicisteis
público vuestro perdón a vuestro agresor. El criminal,
condenado fue a treinta años de prisión, no dando muestras
de estar arrepentido. Pero, después, en un sueño, vos,
os aparecisteis a vuestro asesino, y le dijisteis que él
gozaría también del cielo. Y luego, sucedió el milagro:
Serenelli completamente cambió, volviéndose hacia Dios
y ofreciendo sus trabajos y sufrimientos en reparación
de sus pecados. Más tarde, y después de veinte y siete años,
liberado fue y, acudió a perdón pedir a vuestra madre,
quien, no solo lo perdonó sino que, lo defendió en público
diciendo que si Dios y su hija lo habían perdonado, ella
no tenía porque no hacerlo. Vuestra fama se extendió cada
vez más y fueron apareciendo muestras de santidad, fruto
de vuestra cercanía a Dios y a vuestra devoción a la Madre
de Dios. Os canonizaron en la Plaza de San Pedro, ante
un gentío innumerable, por Pío Doce, Papa, y asistieron
a ella, vuestra madre, dos hermanas y un hermano vuestro.
Así, con vuestra corta y pero inmaculada vida, corona de luz
ganasteis, como muy justo premio a vuestro amor y misericordia.
¡Maravillosa, pequeña y dulce mártir de la pureza de Dios!
¡Oh!, Santa María Goretti, “viva pureza del Dios de la Vida”.

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de julio
Santa María Goretti
Virgen y mártir

Santa María Goretti nació en Corinaldo, Italia el 16 de octubre de 1890 hija de Luis Goretti y Assunta Carlini, ambos campesinos. María fue la segunda de seis hijos.Vivió en el seno de una familia humilde y perdió a su padre a los diez años por causa del paludismo. Como consecuencia de la muerte de su padre, la madre de María Goretti tuvo que trabajar dejando la casa y los hermanos menores a cargo de ésta quien realizaba sus obligaciones con alegría y cada semana asistía a clases de catecismo.

A los once años hizo su primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado. En la misma finca donde vivía María trabajaba Alejandro Serenelli, quien se enamoró de María que en ese entonces contaba con doce años. Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la santa rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado.

El 5 de julio de 1902 Serenelli fue en busca de María quien estaba sola en su casa y al encontrarla la invitó a ir a una recámara de la casa a lo que María se negó por lo que aquél se vio obligado a forzarla. María se negaba advirtiéndole a Serenelli que lo que pretendía era pecado y que no accedería a sus pretensiones por lo que éste la atacó con un cuchillo clavándoselo catorce veces.

María no murió inmediatamente, fue trasladada a la hospital de San Juan de Dios donde los médicos la operaron sin antestcia porque no había y durante dos horas la santa soportó el sufrimiento ofreciéndo a Dios sus dolores. Antes de morir, un día después del ataque, María alcanzó a recibir la comunión y la unción de los enfermos e hizo público su perdón a Serenelli.

El asesino fue condenado a 30 años de prisión donde al principio no daba muestras de arrepentimiento. La tradición cuenta que después de un sueño donde María le dijo que él también podía ir al cielo, Serenelli cambió completamente volviéndose hacia Dios y ofreciendo sus trabajos y sufrimientos en reparación de sus pecados.

Después de 27 años de cárcel fue liberado y acudió a pedir perdón a la madre de la santa, quien no solo lo perdonó sino que lo defendió en público alegando que si Dios y su hija lo habían perdonado, ella no tenía porque no perdonarlo. La fama de María Goretti se extendía cada vez más y fueron apareciendo las muestras de santidad, que fue fruto de su cercanía a Dios y su devoción a laVirgen María.

Después de numerosos estudios, la Santa Sede la canonizó el 24 de junio de 1950 en una ceremonia que se tuvo que realizar en la Plaza de San Pedro debido a la cantidad de asistentes que se calculaban en más de quinientas mil personas. En la ceremonia de canonización acompañaron a Pío XII la madre, dos hermanas y un hermano de María. Durante esta ceremonia Su Santidad Pío XII exhaltó la virtud de la santa y sus estudiosos afirman que por la vida que llevó aún cuando no hubiera sido mártir habría merecido ser declarada santa.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/María_Goretti.htm)

05 julio, 2023

San Antonio María Zaccaría Fundador de órdenes, creador la devoción de las Cuarenta Horas y Patrono de los Médicos

 

 

 

 

 ¡Oh!, San Antonio María Zaccaría; vos, sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado santo, que, viviendo poco tiempo, obrasteis,
como si lo hubierais hecho por mucho. Vuestra madre renunció
a nuevos matrimonios que se le ofrecían, para dedicarse totalmente
a vuestra educación con resultados increíbles. Estudiasteis
medicina y siempre huisteis de las juergas universitarias para
conservar la santa virtud de la castidad. De joven renunciasteis
a la vestimenta costosa y elegante, y vestíais como la gente
común y corriente, y el dinero que ahorrabais lo repartíais entre
los más necesitados. Os graduasteis muy joven y nunca dejasteis
vuestro deseo de dedicaros a atender a los pobres de manera
gratuita y a la vez, evangelizar a vuestros pacientes para
enseñarles a salvar el alma y ganarse el cielo. Años después,
vuestros directores espirituales os aconsejaron que entraseis al
seminario, cosa que aceptasteis y lograsteis ordenaros sacerdote.
Y Así, os convertisteis en doblemente médico: de los cuerpos y
de las almas. Vos tuvisteis desde pequeño un inmenso amor por
los pobres. A veces volvíais casa sin saco, porque lo habíais
regalado a algún pobre. Todo lo que recogíais como  profesional
y sacerdote, lo repartíais entre los más necesitados. Por medio
de la hermana Luisa Torelli fundasteis la comunidad de las hermanas
“Angelicales”, para cuidar a jovencitas en peligro de caer en
vicios, y que volviesen por el camino del bien. Más tarde, junto
a otros compañeros fundasteis la Comunidad: los “Clérigos de San
Pablo”, que predicaba para convertir a los pecadores, extender
por todas partes la devoción a la Pasión y muerte de Cristo,
y a su santa Cruz. San Carlos dijo de los "Clérigos de San Pablo":
“Son la ayuda más formidable que he encontrado en mi arquidiócesis”.
Vos, sentíais gran cariño por la Sagrada Eucaristía, donde Cristo
está en la Santa Hostia, con su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad.
Y, vos, como amabais así a Cristo, propagasteis por todas partes
"la devoción de las Cuarenta Horas", que era, dedicar tres días
cada año, en cada templo, a honrar solemnemente a la Santísima
Eucaristía con rezos, cantos, himnos y otros actos de fe y culto.
También amabais "la pasión y muerte de Cristo" y cada viernes,
a las tres de la tarde hacíais sonar las campanas, para recordar
a la gente, la hora en la que Cristo había muerto. Siempre llevabais
una imagen de Jesús crucificado, y os esmerabais por hacer que
vuestros oyentes meditasen en los sufrimientos de Jesús en su
Pasión y Muerte, para aumentar más el amor hacia nuestro Redentor.
Una tercera devoción que os acompañó fue el enorme entusiasmo
por las "Cartas de San Pablo", su lectura os emocionaba hasta las
lágrimas y luego predicabais a vuestros discípulos, insistiéndoles
en que siempre leyesen tan maravillosas cartas frecuentemente,
y que reflexionasen y meditasen en sus importantísimas enseñanzas.
A vos, os tocó vivir en tiempos difíciles en los que en Alemania
el falso reformador Lutero, proclamaba reformas falsarias en la
religión y, en Roma y España; San Ignacio y sus jesuitas empezaban
a trabajar para lograr una verdadera reforma de la Iglesia. Vos,
con vuestro enorme apostolado preparasteis la gran Reforma
de la Iglesia Católica,  que iba a traer el Concilio de Trento.
Un día, siendo aún muy joven, sentisteis que de tanto trabajar
por el apostolado, os faltaban las fuerzas y os fuisteis a casa
de vuestra santa madre, y allí, en sus brazos voló vuestra alma
el cielo, para coronada ser con corona de luz como justo premio
a vuestra entrega increíble y extraordinaria de amor y fe. El Papa
León XIII os declaró santo y nosotros os pedimos que pidáis mucho
al nuestro Padre Creador, para que la Iglesia Católica se renueve
constantemente día por día y no vaya a caer nunca en la relajación;
¡Oh! San Antonio María Zaccaría; "Vivo, apóstol del Dios Vivo y Eterno."


© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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05 de Julio
San Antonio María Zaccaría
Fundador y Patrono de los Médicos

En este sacerdote que murió muy joven, sí que se cumplió aquella frase del Libro de la Sabiduría en la S. Biblia “Vivió muy poco tiempo, pero hizo obras como si hubiera tenido una vida muy larga”.

Nació en Cremona, Italia, en 1502. Quedó huérfano de padre cuando tenia muy pocos años. Su madre, viuda a los 18 años, renunció a nuevos matrimonios que se le ofrecían con tal de dedicarse totalmente a la educación de su hijita y los resultados que obtuvo fueron admirables.

Estudió medicina en la Universidad de Padua, y allí supo cuidarse muy bien para huir de las juergas universitarias y así conservar la santa virtud de la castidad. Desde joven renunció a los vestidos elegantes y costosos, y vistió siempre como la gente pobre, y el dinero que ahorraba con esto, lo repartía entre los más necesitados.

A los 22 años se graduó de médico y su gran deseo era dedicarse totalmente a atender a las gentes más pobres, la mayor parte de las veces gratuitamente, y aprovechar su profesión para ayudarles también a sus pacientes a salvar el alma y ganarse el cielo. Pero unos años después, sus directores espirituales le aconsejaron que hiciera también los estudios sacerdotales, y así logró ordenarse de sacerdote. Así fue doblemente médico: de los cuerpos y de las almas.

Antonio María tuvo siempre desde muy pequeño un inmenso amor por los pobres. Ya en la escuela, volvía a veces a casa sin saco, porque lo había regalado a algún pobrecito que había encontrado por ahí tiritando de frío. Durante sus años de profesional y sacerdote, todo lo que consigue lo reparte entre los más necesitados.

Se trasladó a Milán (la ciudad de mayor número de habitantes en Italia) porque en esa gran ciudad tenía más posibilidades de extender su apostolado a muchas gentes. Y allí, por medio de la hermana Luisa Torelli fundó la comunidad de las hermanas llamadas “Angelicales” (nombre que les pusieron porque su convento se llamaba de “Los Santos Angeles”). El fin de esta comunidad era preservar a las jovencitas que estaban en peligro de caer en vicios, y redimir y volver al buen camino a las que ya habían caído. Estas hermanas le ayudaron muchísimo a nuestro santo en todos sus apostolados.

Luego con otros compañeros fundó la Comunidad llamada “Clérigos de San Pablo” los cuales, por vivir en un convento llamado de San Bernabé, fueron llamados por la gente “Los Padres Bernabitas”. Esta congregación tenía por fin predicar para convertir a los pecadores, extender por todas partes la devoción a la Pasión y muerte de Cristo, y a su santa Cruz. Y esforzarse lo más posible por tratar de obtener la renovación de la vida espiritual y piadosa entre el pueblo, que estaba muy decaida y relajada. Estos religiosos hicieron tanto bien en la ciudad y sus alrededores que unos años mas tarde, San Carlos, gran arzobispo de Milán, dirá de ellos: “Son la ayuda más formidable que he encontrado en mi arquidiócesis”.

San Antonio María sentía un gran cariño por la Sagrada Eucaristía, donde está Cristo presente en la Santa Hostia, con su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad. Por eso propagó por todas partes la devoción de las Cuarenta Horas, que consiste en dedicar tres días cada año, en cada templo, a honrar solemnemente a la Sma. Eucaristía con rezos, cantos y otros actos solemnes de culto.

Otra de sus grandes devociones era la pasión y muerte de Cristo. Cada viernes, a las tres de la tarde hacía sonar las campanas, para recordar a la gente que a esa hora había muerto Nuestro Señor. Siempre llevaba una imagen de Jesús crucificado, y se esmeraba por hacer que sus oyentes meditaran en los sufrimientos de Jesús en su Pasión y Muerte, porque esto aumenta mucho el amor hacia el Redentor. Y una tercera devoción que lo acompaño en sus años de sacerdocio fue un enorme entusiasmo por las Cartas de San Pablo. Su lectura lo emocionaba hasta el extremo, y de ellas predicaba, y a sus discípulos les insistía en que leyeran tan preciosas cartas frecuentemente, y que meditaran en sus importantísimas enseñanzas. A él le sucedió lo que le ha pasado a miles y millones de creyentes en el mundo entero, que al leer las Cartas de San Pablo han descubierto en ellas unos mensajes celestiales tan interesantes que quedan entusiasmados para siempre por su lectura y meditación.

A nuestro santo le correspondió vivir en los tiempos difíciles en los que en Alemania el falso reformador Lutero proclamaba una falsa reforma en la religión, y en Roma y España, San Ignacio y sus jesuitas empezaban a trabajar por conseguir una verdadera reforma de la Iglesia, y muchísimos católicos sentían un intenso deseo de que empezara una era de mayor fervor y menos frialdad y maldad. San Antonio María fue uno de los que con su enorme apostolado preparó la gran Reforma de la Iglesia Católica que iba a traer el Concilio de Trento.

Siendo aún muy joven, sintió que de tanto trabajar por el apostolado, le faltaban las fuerzas. Se fue a casa de su santa madre, y en sus brazos murió el 5 de julio de 1539. Tenía apenas 37 años, pero había hecho labores apostólicas como si hubiera trabajado por tres docenas de años más. El Papa León XIII lo declaró santo en 1897. Y nosotros le pedimos a San Antonio Zaccaría, que pida mucho al buen Dios para que la Iglesia Católica se renueve día por día y no vaya a caer nunca en la relajación y que no se enfríe nunca en el santo fervor que Nuestro Señor quiere de cada uno de los creyentes.

(https://www.ewtn.com/spanish/Saints/Antonio_Mar%C3%ADa_Zaccaria.htm)

04 julio, 2023

Beato Pier Giorgio Frassati, Patrono de los montañistas

 Pier Giorgio Frassati – Catholic-Link

 

 ¡Oh! Beato Pier Giorgio, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado Beato, que crecisteis en gran
opulencia familiar. Vuestro padre fundador y director
del diario La Stampa y vuestra madre gran pintora
que os transmitió la fe. Siendo adolescente mostrabais
ya, una profunda vida espiritual. Os hicisteis miembro
de la Acción Católica, el Apostolado de la oración, la
Liga Eucarística y la Asociación de jóvenes adoradores
universitarios. Estudiasteis Ingeniería Mecánica para
luego trabajar cerca de los operarios pobres y dentro
del Politécnico de Turín, fundasteis los amigos de
Cristo, para tenerlo a Él, como centro de su amistad.
Tuvisteis una vida austera y el dinero que vuestros
padres os daban para vuestros gastos personales lo
destinabais para obras de caridad. Mostrabais una gran
fortaleza espiritual, que yacía en la comunión diaria
y la frecuente adoración al Santísimo. Fuisteis un
eximio deportista, esquiador y montañista. Escalasteis
los Alpes y el Valle de Aosta. En medio del mundo nunca
perdisteis la oportunidad de llevar a vuestros amigos
a la Santa Misa, a animarlos a la lectura de las Sagradas
Escrituras y el rezo del Santo Rosario. Ya, joven, os
diagnosticaron poliomielitis, enfermedad que os llevó
a la muerte en solo una semana. Así, voló vuestra alma
al cielo, arropado de una multitud incontable de amigos
y personas pobres. San Juan Pablo II os beatificó y dijo
de vos así: “él proclama, con su ejemplo, que es santa
la vida que se conduce con el Espíritu Santo, Espíritu
de las Bienaventuranzas, y que solo quien se convierte
en ‘hombre de las Bienaventuranzas’ logra comunicar a los
hermanos el amor y la paz. Repite que vale verdaderamente
la pena sacrificar todo para servir al Señor. Testimonia
que la santidad es posible para todos y que solo la
revolución de la caridad puede encender en el corazón de
los hombres la esperanza de un futuro mejor”. ¡Aleluya!
¡Oh! Beato Pier Giorgio "vivo testigo del amor de Dios".

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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05 de Julio
Beato Pier Giorgio Frassati
Patrono de los montañistas

El Beato Pier Giorgio nació en Turín, Italia, el 6 de abril de 1901. Creció en el seno de una familia muy rica. Su padre fue el fundador y director del diario La Stampa y su madre una notable pintora que le transmitió la fe.

En su adolescencia cultivó una profunda vida espiritual, se hizo activo miembro de la Acción Católica, el Apostolado de la oración, la Liga Eucarística y la Asociación de jóvenes adoradores universitarios.

Decidió estudiar Ingeniería Industrial Mecánica para trabajar cerca de los operarios pobres e ingresó al Politécnico de Turín donde fundó un círculo de jóvenes que buscaban hacer de Cristo el centro de su amistad.

Llevó una vida austera y destinaba a obras de caridad buena parte del dinero que sus padres le daban para sus gastos personales. Su fuerza estaba en la comunión diaria y la frecuente adoración al Santísimo.

Fue deportista, esquiador y montañista. Escaló los Alpes y el Valle de Aosta. Asimismo, nunca perdió la oportunidad de llevar a sus amigos a la Santa Misa, la lectura de las Sagradas Escrituras y el rezo del Santo Rosario.

Cuando cumplió 24 años de edad le diagnosticaron poliomielitis fulminante, una enfermedad que lo llevó a la muerte en solo una semana.

Partió a la casa del Padre el 4 de julio de 1925 y tuvo un multitudinario funeral entre amigos y personas pobres.

San Juan Pablo II lo beatificó en 1990 y destacó que “él proclama, con su ejemplo, que es ‘santa’ la vida que se conduce con el Espíritu Santo, Espíritu de las Bienaventuranzas, y que solo quien se convierte en ‘hombre de las Bienaventuranzas’ logra comunicar a los hermanos el amor y la paz”.

“Repite que vale verdaderamente la pena sacrificar todo para servir al Señor. Testimonia que la santidad es posible para todos y que solo la revolución de la caridad puede encender en el corazón de los hombres la esperanza de un futuro mejor”.

(https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=740)

03 julio, 2023

Santo Tomás Apóstol, Patrono de los Jueces, Ciegos, Arquitectos y Teólogos

 Santo Tomás Apóstol. Patrono de los arquitectos, ciegos, teólogos

 

¡Oh!, Santo Tomás, Apóstol, vos, sois el hijo del Dios de
la Vida, su amado Apóstol y santo. Vos, evangelizabais Persia   
y entregasteis vuestra santa alma como mártir en la India.  
Os recordamos tres veces en el evangelio: La primera, cuando Jesús 
 se dirige por última vez a Jerusalén, para ser atormentado y luego
morir. Entonces vos, intervenís, según refiere San Juan:
“Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también
nosotros y muramos con Él”. Demostrando con ello, vuestro
admirable valor. Alguien dijo, que vos, no solo demostrasteis
“una fe esperanzada, sino una desesperación leal”. O sea jamás
abandonar a Jesús. La segunda, en la Última Cena, cuando
Jesús os dijo a todos vosotros apóstoles: “A donde Yo voy,
ya sabéis el camino”. Y, vos, muy triste le respondisteis:
“Señor: no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el
camino?” Mostrabais así vuestra sinceridad para con Él,
para entender aquello que les estaba diciendo. Y, Jesús
os dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va
al Padre sino por mí”. “Yo voy para allá, síganme, que yo
soy el Camino para llegar con toda seguridad”. Y, la vez
tercera: Dice San Juan “En la primera aparición de Jesús
resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los
discípulos le dijeron: “Hemos visto al Señor”. Y, vos les
contestasteis: “si no veo en sus manos los agujeros de los
clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos,
 y no meto mi mano en la herida de su constado, no creeré”.
Y, ocho días después estaban los discípulos reunidos y vos,
con ellos. Se presentó Jesús y os dijo: “Acerca tu dedo:
aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida
de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente”. Y, vos,
contestasteis: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús os dijo:
“Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen
sin ver”. Luego os fuisteis a propagar el evangelio, hasta
morir martirizado por proclamar vuestra fe en Jesucristo
resucitado. Y, así, creyendo en el Dios de la Vida, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona de luz
como un justo premio a vuestra entrega increíble de amor.
¡Santo Patrono de teólogos, jueces y arquitectos de la tierra!
¡Oh!, Santo Tomás: “vivo amor y fe: ¡Señor Mío y Dios Mío!”.

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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03 de Julio
Santo Tomás Apóstol
Siglo I

“Señor: ¡Auméntanos la Fe!”

Tomás significa “gemelo”

La tradición antigua dice que Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72. Parece que en los últimos años de su vida estuvo evangelizando en Persia y en la India, y que allí sufrió el martirio. De este apóstol narra el santo evangelio tres episodios.

El primero sucede cuando Jesús se dirige por última vez a Jerusalem, donde según lo anunciado, será atormentado y lo matarán. En este momento los discípulos sienten un impresionante temor acerca de los graves sucesos que pueden suceder y dicen a Jesús: “Los judíos quieren matarte y ¿vuelves allá?. Y es entonces cuando interviene Tomás, llamado Dídimo (en este tiempo muchas personas de Israel tenían dos nombres: uno en hebreo y otro en griego. Así por ej. Pedro en griego y Cefás en hebreo). Tomás, es nombre hebreo. En griego se dice “Dídimo”, que significa lo mismo: el gemelo. Cuenta San Juan (Jn. 11,16) “Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él”. Aquí el apóstol demuestra su admirable valor.

Un escritor llegó a decir que en esto Tomás no demostró solamente “una fe esperanzada, sino una desesperación leal”. O sea: él estaba seguro de una cosa: sucediera lo que sucediera, por grave y terrible que fuera, no quería abandonar a Jesús. El valor no significa no tener temor. Si no experimentáramos miedo y temor, resultaría muy fácil hacer cualquier heroísmo. El verdadero valor se demuestra cuando se está seguro de que puede suceder lo peor, sentirse lleno de temores y terrores y sin embargo arriesgarse a hacer lo que se tiene que hacer. Y eso fue lo que hizo Tomás aquel día. Nadie tiene porque sentirse avergonzado de tener miedo y pavor, pero lo que sí nos debe avergonzar totalmente es el que a causa del temor dejemos de hacer lo que la conciencia nos dice que sí debemos hacer, Santo Tomás nos sirva de ejemplo.

La segunda intervención: sucedió en la Última Cena. Jesús les dijo a los apóstoles: “A donde Yo voy, ya sabéis el camino”. Y Tomás le respondió: “Señor: no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” (Jn. 14, 15). Los apóstoles no lograban entender el camino por el cual debía transitar Jesús, porque ese camino era el de la Cruz. En ese momento ellos eran incapaces de comprender esto tan doloroso. Y entre los apóstoles había uno que jamás podía decir que entendía algo que no lograba comprender. Ese hombre era Tomás. Era demasiado sincero, y tomaba las cosas muy en serio, para decir externamente aquello que su interior no aceptaba. Tenía que estar seguro. De manera que le expresó a Jesús sus dudas y su incapacidad para entender aquello que Él les estaba diciendo. Admirable respuesta. Y lo maravilloso es que la pregunta de un hombre que dudaba obtuvo una de las respuestas más formidables del Hijo de Dios. Uno de las más importantes afirmaciones que hizo Jesús en toda su vida. Nadie en la religión debe avergonzarse de preguntar y buscar respuestas acerca de aquello que no entiende, porque hay una verdad sorprendente y bendita: todo el que busca encuentra.

Le dijo Jesús: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” Ciertos santos como por ejemplo el Padre Alberione, Fundador de los Padres Paulinos, eligieron esta frase para meditarla todos los días de su vida. Porque es demasiado importante como para que se nos pueda olvidar. Esta hermosa frase nos admira y nos emociona a nosotros, pero mucho más debió impresionar a los que la escucharon por primera vez.

En esta respuesta Jesús habla de tres cosas supremamente importantes para todo israelita: el Camino, la Verdad y la Vida. Para ellos el encontrar el verdadero camino para llegar a la santidad, y lograr tener la verdad y conseguir la vida verdadera, eran cosas extraordinariamente importantes. En sus viajes por el desierto sabían muy bien que si equivocaban el camino estaban irremediablemente perdidos, pero que si lograban viajar por el camino seguro, llegarían a su destino. Pero Jesús no sólo anuncia que les mostrará a sus discípulos cuál es el camino a seguir, sino que declara que Él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida.

Notable diferencia: Si le preguntamos al alguien que sabe muy bien: ¿Dónde queda el hospital principal? Puede decirnos: siga 200 metros hacia el norte y 300 hacia occidente y luego suba 15 metros… Quizás logremos llegar. Quizás no. Pero si en vez de darnos eso respuesta nos dice: “Sígame, que yo voy para allá”, entonces sí que vamos a llegar con toda seguridad. Es lo que hizo Jesús: No sólo nos dijo cual era el camino para llegar a la Vida Eterna Feliz, sino que afirma solemnemente: “Yo voy para allá, síganme, que yo soy el Camino para llegar con toda seguridad”. Y añade: Nadie viene al Padre sino por Mí: “O sea: que para no equivocarnos, lo mejor será siempre ser amigos de Jesús y seguir sus santos ejemplos y obedecer sus mandatos. Ese será nuestro camino, y la Verdad nos conseguirá la Vida Eterna”.

El hecho más famoso de Tomás

Los creyentes recordamos siempre al apóstol Santo Tomás por su famosa duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso. Dice San Juan (Jn. 20, 24) “En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. El les contestó: “si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su constado, no creeré”. Ocho días después estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presento Jesús y dijo a Tomás: “Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente”. Tomás le contestó: “Señor mío y Dios mío”. Jesús le dijo: “Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver”.

Parece que Tomás era pesimista por naturaleza. No le cabía la menor duda de que amaba a Jesús y se sentía muy apesadumbrado por su pasión y muerte. Quizás porque quería sufrir a solas la inmensa pena que experimentaba por la muerte de su amigo, se había retirado por un poco de tiempo del grupo. De manera que cuando Jesús se apareció la primera vez, Tomás no estaba con los demás apóstoles. Y cuando los otros le contaron que el Señor había resucitado, aquella noticia le pareció demasiado hermosa para que fuera cierta.

Tomás cometió un error al apartarse del grupo. Nadie está pero informado que el que está ausente. Separarse del grupo de los creyentes es exponerse a graves fallas y dudas de fe. Pero él tenía una gran cualidad: se negaba a creer sin más ni más, sin estar convencido, y a decir que sí creía, lo que en realidad no creía. El no apagaba las dudas diciendo que no quería tratar de ese tema. No, nunca iba a recitar el credo como un loro. No era de esos que repiten maquinalmente lo que jamás han pensado y en lo que no creen. Quería estar seguro de su fe.

Y Tomás tenía otra virtud: que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final, con todas sus consecuencias. Por eso hizo es bellísima profesión de fe “Señor mío y Dios mío”, y por eso se fue después a propagar el evangelio, hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado. Preciosas dudas de Tomás que obtuvieron de Jesús aquella bella noticia: “Dichosos serán los que crean sin ver”.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Tomás_apóstol_7_3.htm)