15 noviembre, 2023

San Alberto Magno, el Doctor de la Iglesia patrocinado por la Virgen María

 San Alberto Magno

 

 ¡Oh!, San Alberto Magno; vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado santo y el más sabio y amoroso
de vuestro tiempo porque, vuestra cerviz reclinasteis
ante Nuestra Señora, Santa Madre de Dios, pidiéndole
sabiduría y, ella, os fue en el mismo acto concedida
de manera maravillosa y María misma os dijo: “Alberto,
¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí
que soy “Trono de la Sabiduría?”. ¡Y, así lo hicisteis!
Y, ya con Ella en vuestro corazón, la compartisteis
con el mundo de vuestro tiempo y, en “blanco y negro”
plasmasteis el saber todo de Dios, en temas de Teología,
Filosofía, Geografía, Química, Astronomía y muchos
otros saberes más. No en vano, llamado erais “El Magno”,
“el grande” y el “Doctor Universal”, porque, de todo
sabíais cuando erais consultado. Vos, que habiendo
sido de familia pudiente y de alta alcurnia, Alemania
toda la recorristeis, predicando y viajando de limosna
y además, hospedándoos como un simple limosnero con
el sólo afán, de aumentar vuestra humildad. Y, así, un día,
mientras gastabais vuestra santa vida con vuestros hermanos
religiosos, voló vuestra alma al cielo para luego coronada
ser, con corona eterna de luz y de gloria como muy justo
premio a vuestra entrega increíble e inmensa de amor,
pues toda vuestra vida llevar fue, a todas las almas hacia
Dios, pues, es Él, la única “Vida verdadera y caridad”;
¡oh!, San Alberto Magno; “vivo Amor del Dios de la Vida”.

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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15 de Noviembre
San Alberto Magno
Doctor de la Iglesia
Año 1280

La Virgen Santísima nos conceda como a su buen devoto San Alberto, el don de la sabiduría, para hacer mucho bien. El primer paso para adquirir sabiduría es tener un gran deseo de instruirse. (S. Biblia. Proverbios).

Alberto significa: “de buena familia” (Al = familia. Bert = buena). Ya en su tiempo la gente lo llamaba “El Magno”, el grande, el magnífico, por la sabiduría tan admirable que había logrado conseguir. Lo llamaban también “El Doctor Universal” porque sabía de todo: de ciencias religiosas, de ciencias naturales, de filosofía, etc. Era geógrafo, astrónomo, físico, químico y teólogo. La gente decía “Sabe todo lo que se puede saber” y le daba el título de “milagro de la época”, “maravilla de conocimientos” y otros más. Tuvo el honor San Alberto de haber sido el maestro del más grande sabio que ha tenido la Iglesia Católica, Santo Tomás de Aquino, y esto le aumentó su celebridad. El descubrió el genio que había en el joven Tomás.

Nació en Alemania en 1206. Era de familia rica y de importancia en el gobierno y en la alta sociedad. Su padre era Conde, o sea gobernador de la región. Estudió en la Universidad de Padua. Allí se encontró con el más grande pescador de vocaciones, el beato Jordán de Sajonia, sucesor de Santo Domingo, y aunque el papá de Alberto se oponía a que su hijo se hiciera religioso, sin embargo la personalidad de Jordán fue tan impresionante para él, que dejó todo su futuro de hacendado, político y hombre de mundo, y entró de religioso con los Padres Dominicos.

Él mismo contaba que de joven le costaban los estudios y por eso una noche dispuso huir del colegio donde estudiaba. Pero al tratar de huir por una escalera colgada de una pared, en la parte de arriba, le pareció ver a Nuestra Señora la Virgen María que le dijo: “Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí que soy ‘Trono de la Sabiduría?”.

Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías”. Y así sucedió. Y al final de su vida, un día en un sermón se le olvidó todo lo que sabía, y dijo: “Es señal de que ya me voy a morir, porque así me lo anunció la Virgen Santísima”. Y se retiró de sus labores y se dedicó a orar y a prepararse para morir, y a los pocos meses murió.

En Colonia, en París y en varias otras universidades fue profesor brillantísimo y de muchas naciones iban estudiantes a escuchar sus clases. Él tuvo el mérito de haber separado la teología de la filosofía, y de haber descubierto que el filósofo Aristóteles tiene un gran parecido con las ideas cristianas (lo cual perfeccionará luego su discípulo Santo Tomás).

Escribió 38 volúmenes, de todos los temas. Teología, filosofía, geografía, química, astronomía, etc. Era una verdadera enciclopedia viviente. Fue nombrado superior provincial de su comunidad de Dominicos. Y el Sumo Pontífice lo nombró Arzobispo de Ratisbona, pero a los dos años renunció a ese cargo para dedicarse a dar clases y escribir, que eran sus oficios preferidos.

Habiendo sido de familia muy rica y de alta posición social, recorrió Alemania predicando, y viajando de limosna y hospedándose donde le dieran posada como a un limosnero. Era una buena práctica para aumentar la virtud de la humildad.

El 15 de noviembre de 1280, mientras charlaba tranquilamente con unos religiosos de su comunidad, quedó muerto plácidamente. Tenía 74 años. Dejaba fama de haber sido más sabio que todos los sabios de su tiempo. Todas las enseñanzas tenían por fin llevar el alma hacia Dios que es amor.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Alberto_Magno.htm)

14 noviembre, 2023

San José Pignatelli, Restaurador de los Jesuitas

 San José Pignatelli

 

 ¡Oh! San José Pignatelli, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo, conocido como «Restaurador de los Jesuitas»
porque tratasteis de que los religiosos de vuestra comunidad
pudieran sobrevivir a pesar de la implacable persecución. Vos,
enseñabais el catecismo a los niños y a los presos. El rey
Carlos Tercero, obedeció a los masones y declaró que, de España
y de todos los territorios de América, expulsados fueran.
Vos, y vuestro hermano, recibieron la oferta de poder quedaros
en España pero, con la condición de que, se salieran de la
Compañía de Jesús y no aceptando, preferisteis iros al destierro.
Clemente Catorce, dio un decreto suprimiendo la Compañía de Jesús
y miles de Jesuitas quedaron fuera de sus casas religiosas. Vos,
y vuestros compañeros, cuando oyeron leer el decreto exclamaron:
“Tenemos voto de obediencia al Papa. Obedecemos sin más, y de
todo corazón”. Viente años pasasteis junto a la de los demás
jesuitas, con tremendos sufrimientos. En Bolonia, estuvisteis
dedicado a ayudar a otros sacerdotes en sus labores sacerdotales,
y a coleccionar libros y manuscritos de la Compañía de Jesús
y ayudando a vuestros compañeros. Muchos de ellos estaban en la
miseria y si eran españoles, no les dejaban ejercer el sacerdocio.
Cuando los gobiernos de Europa se declaraban en contra de los
jesuitas, la emperatriz de Rusia, Catalina, prohibió publicar
en su país el decreto de acabar con la Compañía de Jesús, y
recibió a varios religiosos de vuestra comunidad. Vos, con el permiso
el Papa Pío sexto, os afiliasteis a los jesuitas de Rusia y con
la ayuda de ellos empezasteis organizar a los jesuitas en Italia.
Conseguíais vocaciones y mandabais a los novicios a Rusia y allá
eran recibidos en la comunidad. El jefe de los jesuitas de Rusia
os nombró provincial de la comunidad en Italia, y el Papa Pío
Séptimo, aprobó vuestro nombramiento. Y, así la comunidad empezaba
a renacer otra vez. Vos orabais, y trabajabais sin descanso por
conseguir que vuestra Comunidad, volviera a renacer. Fuisteis
nombrado Provincial y lograsteis restablecer casas de Jesuitas
en Roma, en Palermo, en Orvieto y en Cerdeña. Ya estabais
para conseguir que el Sumo Pontífice restableciera otra vez la
Compañía de Jesús, pero, Napoleón se llevó preso a Pío Séptimo
al destierro. Y así, habiendo gastado toda vuestra vida en
buena lid, voló vuestra alma al cielo, para ser coronada con
corona de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh! San Jose Pignatelli, «vivo amor por el Dios Vivo y eterno».

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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14 de Noviembre
San José Pignatelli
Restaurador de los Jesuitas

El mérito especial de este santo fue el de conservar lo que quedaba de la Compañía de Jesús (que es la Comunidad religiosa más numerosa en la Iglesia Católica) y tratar de que los religiosos de esa comunidad pudieran sobrevivir, a pesar de una terrible persecución. De familia italiana, nació en Zaragoza (España) en 1737. Se hizo jesuita y empezó a trabajar en los apostolados de su Comunidad, especialmente en enseñar catecismo a los niños y a los presos. En 1767 la masonería mundial se puso de acuerdo para pedir a todos los gobernantes que expulsaran de sus países a los Padres Jesuitas. El rey Carlos III de España obedeció las órdenes masónicas y declaró que de España y de todos los territorios de América que dependían de ese país quedaban expulsados los jesuitas. Con este decreto injusto le hizo un inmenso mal a muchas naciones y a la Santa Iglesia Católica.

El Padre José Pignatelli y su hermano, que eran de familia de la alta clase social, recibieron la oferta de poder quedarse en España pero con la condición de que se salieran de la Compañía de Jesús. Ellos no aceptaron esto y prefirieron irse al destierro. Se fueron a la Isla de Córcega, pero luego los franceses invadieron esa isla y de allá también los expulsaron.

En 1774 Clemente XIV por petición de los reyes de ese tiempo dio un decreto suprimiendo la Compañía de Jesús. Como efecto de ese Decreto 23,000 jesuitas quedaron fuera de sus casas religiosas. El Padre Pignatelli y sus demás compañeros, cuando oyeron leer el terrible decreto exclamaron: “Tenemos voto de obediencia al Papa. Obedecemos sin más, y de todo corazón”.

Durante los 20 años siguientes la vida del Padre José y la de los demás jesuitas será de tremendos sufrimientos. Pasando por situaciones económicas sumamente difíciles (como los demás jesuitas dejados sin su comunidad), pero siempre sereno, prudente, espiritual, amable, fiel.

Se fue a la ciudad de Bolonia y allí estuvo dedicado a ayudar a otros sacerdotes en sus labores sacerdotales, y a coleccionar libros y manuscritos relacionados con la Compañía de Jesús y a suministrar ayuda a sus compañeros de religión. Muchos de ellos estaban en la miseria y si eran españoles no les dejaban ni siquiera ejercer el sacerdocio. Un día al pasar por frente a una obra del gobierno, alguien le dijo que aquello lo habían construido con lo que les habían quitado a los jesuitas, y Pignatelli respondió: “Entonces deberían ponerle por nombre “Haceldama”, porque así se llamó el campo que compraron con el dinero que Judas consiguió al vender a Jesús.

Cuando los gobiernos de Europa se declaraban en contra de los jesuitas, la emperatriz de Rusia, Catalina, prohibió publicar en su país el decreto que mandaba acabar con la Compañía de Jesús, y recibió allá a varios religiosos de esa comunidad. El Padre Pignatelli con permiso del Papa Pío VI se afilió a los jesuitas que estaban en Rusia y con la ayuda de ellos empezó a organizar otra vez a los jesuitas en Italia. Conseguía vocaciones y mandaba los novicios a Rusia y allá eran recibidos en la comunidad. El jefe de los jesuitas de Rusia lo nombró provincial de la comunidad en Italia, y el Papa Pío VII aprobó ese nombramiento. Así la comunidad empezaba a renacer otra vez, aunque fuera bajo cuerda y en gran secreto.

El Padre Pignatelli oraba y trabajaba sin descanso por conseguir que su Comunidad volviera a renacer. En 1804 logró con gran alegría que en el reino de Nápoles fuera restablecida la Compañía de Jesús. Fue nombrado Provincial. Con las generosas ayudas que le enviaban sus familiares logró restablecer casas de Jesuitas en Roma, en Palermo, en Orvieto y en Cerdeña. Ya estaba para conseguir que el Sumo Pontífice restableciera otra vez la Compañía de Jesús, cuando Napoleón se llevó preso a Pío VII al destierro.

El Padre Pignatelli murió en 1811 sin haber logrado que su amada Comunidad religiosa lograra volver a renacer plenamente, pero tres años después de su muerte, al quedar libre de su destierro el Papa Pío VII y volver libre a Roma, decretó que la Compañía de Jesús volvía a quedar instituida en todo el mundo, con razón Pío XI llamaba a San José Pignatelli “el anillo que unió la Compañía de Jesús que había existido antes, con la que empezó a existir nuevamente”. Los Jesuitas lo recuerdan con inmensa gratitud, y nosotros le suplicamos a Dios que a esta comunidad y a todas las demás comunidades religiosas de la Iglesia Católica las conserve llenas de un gran fervor y de grandísima santidad.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/José_Pignatelli.htm)

13 noviembre, 2023

Santa Francisca Javiera Cabrini M.S.C. Patrona de los Imigrantes

Santa Francisca Javiera Cabrini

13 de Noviembre
Santa Francisca Javiera Cabrini M.S.C.
Patrona de los Inmigrantes

Fue una religiosa excepcional, cuya vida estuvo consagrada al servicio de los inmigrantes, es decir, de aquellos que dejaron atrás la tierra en que nacieron en busca de una vida mejor. El Papa León XIII dijo de ella: “La madre Cabrini es una mujer muy inteligente y de gran virtud… es una santa”. Hoy, esa empeñosa mujer es considerada como la patrona de los inmigrantes. El halago del Papa León no era ni ocasional ni gratuito; León XIII pudo conocer y tratar personalmente a esta religiosa italiana que emigró a Estados Unidos y que, impulsada por el amor a Cristo, se convirtió en testimonio vivo del Señor entre quienes iban poblando el vasto territorio norteamericano.

Como fruto de ese ardor misionero, la Madre Cabrini es hoy la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada y llegar a los altares.

Si una puerta se cierra, otra se abrirá

María Francisca Cabrini nació en Sant'Angelo Lodigiano, Lombardía (Italia), el 15 de julio de 1850, en el seno de una familia acomodada. Desde pequeña quedó fascinada con las  lecturas y relatos de hombres y mujeres que dejaron la patria y emprendieron empresas misioneras en tierras lejanas con el propósito de anunciar el Evangelio. De jovencita, Francisca tuvo la inquietud de seguir aquel camino, pero sus padres la enviaron a estudiar con las religiosas de Arluno para que fuera maestra de escuela.

En 1870, tiempo después de la muerte de sus padres, Francisca intentó ingresar a la congregación con la que realizó sus estudios, pero no fue admitida debido a sus problemas de salud. Luego, hizo otro intento en una orden diferente, pero tampoco fue recibida.

En medio de la decepción por las negativas sufridas, recibió la invitación de un obispo y un sacerdote amigo para ingresar a trabajar en el orfanato “Casa de la Providencia”, donde la fundadora del recinto, la señora Tondini, había realizado una administración deficiente. La santa aceptó y con un grupo de compañeras que ya trabajaban allí fue madurando un proyecto espiritual que terminaría en la fundación de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón.

El inspirador del proyecto, a cuya intercesión lo consagraron, fue San Francisco Javier, el célebre evangelizador de Japón. En honor al santo jesuita, Francisca añadiría “Javiera” a su nombre.
 

Las pruebas fortalecen: hacia Occidente

Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos del grupo de mujeres, el obispo aconsejó a Francisca dejar de lado la institución y cerró el orfanato. Debido a ello, la Madre Cabrini y sus hermanas tuvieron que trasladarse a un convento franciscano que estaba vacío. Allí, redactaría las reglas del nuevo instituto, que finalmente serían aprobadas por su obispo. A partir de entonces, la obra espiritual de la Madre crecería, abriéndose otras casas para albergar a las nuevas vocaciones.

La Madre Cabrini entonces emprende el viaje a Roma con el propósito de obtener la aprobación de la Santa Sede para su congregación. En el interín, el arzobispo de Nueva York se pone en contacto con ella para pedirle que enviara a sus religiosas a Estados Unidos. Ciertamente, el deseo de la Madre Cabrini en ese momento era otro, su idea era ir a China; sin embargo, el Papa León XIII la animó a ir hacia Occidente y no al Oriente.

Ante la duda, fe y la obediencia

Así, la Madre cruzó el Atlántico y llegó a Nueva York en 1889. Allí se encontró con una realidad pastoral muy dura entre los inmigrantes europeos. Muchos de ellos vivían en la precariedad moral y habían abandonado su fe.

Dadas las dificultades, el arzobispo de Nueva York empezó a dudar sobre la pertinencia de su invitación y pensó que lo mejor sería que las hermanas vuelvan a Italia. Santa Francisca, decidida y firme, respondió con una negativa. Era el Papa quien la había enviado a allí y se iba a quedar. Con el correr de los meses, Dios fue proveyendo de lo necesario y las religiosas abrieron un orfanato, una casa para ellas y una escuela para los niños. Ese sería el inicio de su gran misión en América.

Derribando muros y mitos

Poco a poco, la congregación se fue expandiendo a lo largo y ancho de Estados Unidos, haciendo crecer la obra de Dios, especialmente entre los inmigrantes y los más necesitados. La gente que trataba con la Madre Cabrini la admiraba y la quería. Aunque estricta, Santa Francisca tenía un gran sentido de la justicia, un ingenioso sentido del humor, una vida espiritual muy fuerte y un entusiasmo inagotable. Parecía que ningún obstáculo podía hacerla retroceder cuando se proponía algo. Ni las barreras culturales, ni las dificultades de una lengua que no era la suya -el inglés- lograron hacerla desistir en su afán misionero.

“Amense unas a otras. Sacrifíquense constantemente y de buen grado por sus hermanas. Sean bondadosas; no sean duras ni bruscas, no abriguen resentimientos; sean mansas y pacíficas”, repetía a sus religiosas.
La vida es peregrinar, el cielo, la promesa cumplida

Como misionera, viajó a Nicaragua, Argentina, Costa Rica, Panamá, Chile, Brasil, Francia e Inglaterra. En 1907, fueron finalmente aprobadas las constituciones de su congregación, cuando esta ya estaba presente en ocho países y contaba con más de mil religiosas, al frente de escuelas, hospitales y otras instituciones de servicio.

Santa Francisca Javiera, la Madre Cabrini, partió a la Casa del Padre el 22 de diciembre de 1917, a los 68 años de edad -víctima de la malaria- en la ciudad de Chicago, Illinois.

(https://www.aciprensa.com/noticias/57825/cada-13-de-noviembre-se-celebra-a-santa-francisca-javier-cabrini-patrona-de-los-inmigrantes)



12 noviembre, 2023

Domingo 32 (A) del tiempo ordinario


12 de Noviembre
Domingo 32 (A) del tiempo ordinario
 
Texto del Evangelio (Mt 25,1-13): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron.
 
»Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta.
 
»Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora».
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«¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!»
Rev. P. Anastasio URQUIZA Fernández MCIU (Monterrey, México)
 
Hoy, se nos invita a reflexionar sobre el fin de la existencia; se trata de una advertencia del Buen Dios acerca de nuestro fin último; no juguemos, pues, con la vida. «El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio» (Mt 25,1). El final de cada persona dependerá del camino que se escoja; la muerte es consecuencia de la vida -prudente o necia- que se ha llevado en este mundo. Muchachas necias son las que han escuchado el mensaje de Jesús, pero no lo han llevado a la práctica. Muchachas prudentes son las que lo han traducido en su vida, por eso entran al banquete del Reino.
 
La parábola es una llamada de atención muy seria. «Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13). No dejen que nunca se apague la lámpara de la fe, porque cualquier momento puede ser el último. El Reino está ya aquí. Enciendan las lámparas con el aceite de la fe, de la fraternidad y de la caridad mutua. Nuestros corazones, llenos de luz, nos permitirán vivir la auténtica alegría aquí y ahora. Los que viven a nuestro alrededor se verán también iluminados y conocerán el gozo de la presencia del Novio esperado. Jesús nos pide que nunca nos falte ese aceite en nuestras lámparas.
 
Por eso, cuando el Concilio Vaticano II, que escoge en la Biblia las imágenes de la Iglesia, se refiere a esta comparación del novio y la novia, y pronuncia estas palabras: «La Iglesia es también descrita como esposa inmaculada del Cordero inmaculado, a la que Cristo amó y se entregó por ella para santificarla, la unió consigo en pacto indisoluble e incesantemente la alimenta y la cuida. A ella, libre de toda mancha, la quiso unida a sí y sumisa por el amor y la fidelidad».
 
Pensamientos para el Evangelio de hoy
 
«El alma tiene su puerta a la que viene Cristo y llama. Ábrele, pues; quiere entrar, quiere hallar en vela a su Esposa» (San Ambrosio)
«Verdadera sabiduría es aprovechar la vida mortal para realizar obras de misericordia, porque, tras la muerte, eso ya no será posible» (Benedicto XVI)
«‘Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal’ (Concilio Vaticano II). Dios será entonces ‘todo en todos’ (1Cor 15,22), en la vida eterna» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.050)

11 noviembre, 2023

San Martín de Tours, "Patrono de la Guardia Suiza Pontificia"

 

 

 

¡Oh!, San Martín de Tours; sois vos, el hijo del Dios de la Vida,
y su amado santo y, el hombre al que llamaban el de la “media
capa”, aquella que, con amor compartisteis con Aquél “pobre”,
que resultó siendo el mismo Jesús. Y, desde entonces y, por
siempre, con sumo amor y cuidado os ganasteis a cuanto hombre
se os cruzó con vos, para convertirlos a la “Buena Nueva” de la
vida. “Batallador”, como significa vuestro nombre, grande honor
le hicisteis pues, vuestra huella, desde el alto cielo, ilumina
el camino de los hombres, que os imitan. “Con la espada podía
vencer a los enemigos materiales. Con la cruz, estoy derrotando
a los enemigos espirituales”. “Fui soldado por obligación y por deber,
y monje por inclinación y para salvar mi alma”. Así, respondisteis,
lleno de fe y pleno de valor, a quien osó, preguntaros sobre el por
qué, el ejército habíais abandonado para, abrazaros, a la cruz
maravillosa de Cristo. “Hasta ahora te he servido como soldado.
Déjame de ahora en adelante servir a Jesucristo propagando su santa
religión”. Así, os dirigisteis a vuestro general jefe, y él, quiso daros
varios premios, pero vos, le dijisteis: “Estos regalos repártelos
entre los que van a seguir luchando en tu ejército. Yo me voy
a luchar en el ejército de Jesucristo, y mis premios serán espirituales”.
Y, así fue. Años más tarde, vuestros amados discípulos os suplicaban
llorando, cuando os ibais a morir diciendo: “¿Te alejas padre
de nosotros, y nos dejas huérfanos y solos y desamparados?”. Y,
vos, respondisteis así: “Señor, si en algo puedo ser útil todavía,
no rehúso ni rechazo cualquier trabajo y ocupación que me quieras
mandar”. Pero Dios vio que vos, habíais trabajado y sufrido bastante
y os llevó a que recibierais en el cielo el premio por vuestras tareas
en la tierra. Y, así, luego de haberos gastado para Él, voló vuestra
alma, al cielo, para coronada ser, con corona de luz eterna, como
premio a vuestra gran entrega increíble de amor. El medio manto
que vos cortasteis para darlo a Aquél “pobre”, en una urna está
y dentro de un santuario. Santo Patrono de la Guardia Zuiza Pontificia;
¡oh!, San Martín de Tours, “Vivo Cristo, batallador del Amor y la Luz”.

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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11 de Noviembre
San Martín de Tours
Obispo
Año 397

Que el simpático San Martín nos obtenga de Dios la gracia de recordar siempre que todo favor que hacemos al prójimo lo recibe y lo paga Jesucristo, como si se lo hubiéramos hecho a Él en persona. Si tenéis fe, nada será imposible para vosotros. (Jesucristo. Mt. 17,20).

Martín significa: “el batallador”. (De Mart = batalla).

San Martín es un gran santo queridísimo para los franceses, y muy popular en todo el mundo. Nació en Hungría, pero sus padres se fueron a vivir a Italia. Era hijo de un veterano del ejército y a los 15 años ya vestía el uniforme militar.

Durante más de 15 siglos ha sido recordado nuestro santo por el hecho que le sucedió siendo joven y estando de militar en Amiens (Francia). Un día de invierno muy frío se encontró por el camino con un pobre hombre que estaba tiritando de frío y a medio vestir. Martín, como no llevaba nada más para regalarle, sacó la espada y dividió en dos partes su manto, y le dio la mitad al pobre. Esa noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con el medio manto que él había regalado al pobre y oyó que le decía: “Martín, hoy me cubriste con tu manto”.

Sulpicio Severo, discípulo y biógrafo del santo, cuenta que tan pronto Martín tuvo esta visión se hizo bautizar (era catecúmeno, o sea estaba preparándose para el bautismo). Luego se presentó a su general que estaba repartiendo regalos a los militares y le dijo: “Hasta ahora te he servido como soldado. Déjame de ahora en adelante servir a Jesucristo propagando su santa religión”. El general quiso darle varios premios pero él le dijo: “Estos regalos repártelos entre los que van a seguir luchando en tu ejército. Yo me voy a luchar en el ejército de Jesucristo, y mis premios serán espirituales”.

En seguida se fue a Poitiers donde era obispo el gran sabio San Hilario, el cual lo recibió como discípulo y se encargó de instruirlo. Como Martín sentía un gran deseo de dedicarse a la oración y a la meditación, San Hilario le cedió unas tierras en sitio solitario y allá fue con varios amigos, y fundó el primer convento o monasterio que hubo en Francia. En esa soledad estuvo diez años dedicado a orar, a hacer sacrificios y a estudiar las Sagradas Escrituras. Los habitantes de los alrededores consiguieron por sus oraciones y bendiciones, muchas curaciones y varios prodigios. Cuando después le preguntaban qué profesiones había ejercido respondía: “fui soldado por obligación y por deber, y monje por inclinación y para salvar mi alma”.

Un día en el año 371 fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba un enfermo grave, pero era que el pueblo quería elegirlo obispo. Apenas estuvo en la catedral toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, y por más que él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar.

En Tours fundó otro convento y pronto tenía ya 80 mojes. Y los milagros, la predicación, y la piedad del nuevo obispo hicieron desaparecer prontamente el paganismo de esa región, y las conversiones al cristianismo eran de todos los días. A los primeros que convirtió fue a su madre y a sus hermanos que eran paganos.

Un día un antiguo compañero de armas lo criticó diciéndole que era un cobarde por haberse retirado del ejército. Él le contestó: “Con la espada podía vencer a los enemigos materiales. Con la cruz estoy derrotando a los enemigos espirituales”.

Recorrió todo el territorio de su diócesis dejando en cada pueblo un sacerdote. Él fue fundador de las parroquias rurales en Francia. Dice su biógrafo y discípulo, que la gente se admiraba al ver a Martín siempre de buen genio, alegre y amable. Que en su trato empleaba la más exquisita bondad con todos.

Un día en un banquete San Martín tuvo que ofrecer una copa de vino, y la pasó primero a un sacerdote y después al emperador, que estaba allí a su lado. Y explicó el por qué: “Es que el emperador tiene potestad sobre lo material, pero al sacerdote Dios le concedió la potestad sobre lo espiritual”. Al emperador le agradó aquella explicación.

En los 27 años que fue obispo se ganó el cariño de todo su pueblo, y su caridad era inagotable con los necesitados. Los únicos que no lo querían eran ciertos tipos que querían vivir en paz con sus vicios, pero el santo no los dejaba. De uno de ellos, que inventaba toda clase de cuentos contra San Martín, porque éste le criticaba sus malas costumbres, dijo el santo cuando le aconsejaron que lo debía hacer castigar: “Si Cristo soportó a Judas, ¿por qué no he de soportar yo a este que me traiciona?”.

Con varios empleados oficiales tuvo fuertes discusiones, porque en ese tiempo se acostumbraba torturar a los prisioneros para que declararan sus delitos. Nuestro santo se oponía totalmente a esto, y aunque por ello se ganó la enemistad de altos funcionarios, no permitía la tortura.

Supo por revelación cuándo le iba a llegar la muerte y comunicó la noticia a sus numerosos discípulos. Estos se reunieron junto a su lecho de enfermo y le suplicaban llorando: “¿Te alejas padre de nosotros, y nos dejas huérfanos y solos y desamparados?”. El santo respondió con una frase que se ha hecho famosa: “Señor, si en algo puedo ser útil todavía, no rehuso ni rechazo cualquier trabajo y ocupación que me quieras mandar”.

Pero Dios vio que ya había trabajado y sufrido bastante y se lo llevó a que recibiera en el cielo el premio por sus grandes labores en la tierra. El medio manto de San Martín (el que cortó con la espada para dar al pobre) fue guardado en una urna y se le construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín para decir “medio manto” se dice “capilla”, la gente decía: “Vamos a orar donde está la capilla”. Y de ahí viene el nombre de capilla, que se da a los pequeños salones que se hacen para orar.

(http://www.ewtn/spanish/Saints/San%20Martín%20de%20Tours.htm)

 

10 noviembre, 2023

San León Magno, Doctor de la Iglesia y protector de los indefensos

 

 San León Magno

 

¡Oh!, San León Magno; vos, sois el hijo del Dios de la Vida,
su amado santo y aquél que, se entregó íntegro al
servicio del Dios Vivo, tanto que, las huestes del mal
por doquier aparecieron para atacar y destruir la cristiana
doctrina de Cristo, Señor y Dios Nuestro. Pero, vos, fiel
a vuestras convicciones, con todas acabasteis, una a una,
tanto que, hasta el cruel Atila, huyó de vos. Con vuestras
obras de amor y fe; y la santidad llevando como coraza
a los hombres exhortabais en aquellas bellas navideñas
noches con esta viva reflexión: “Reconoce oh, cristiano tu
dignidad, El Hijo de Dios, se vino del cielo, por salvar tu
alma”. Y, la gente maravillada os escuchaba. Vuestro papado
muestras dio de poseer grandes cualidades para ese santo
oficio, predicando todo el tiempo y prueba de ello, se
conservan hasta hoy, noventa y seis bellísimos sermones vuestros.
A los que estaban lejos, los instruíais por medio de cartas,
llenas de Dios y de su inagotable Amor. Vuestra fama de sabio,
muy grande era, tanto que, en el Concilio de Calcedonia
vuestros enviados leyeron la carta que vos, enviasteis
y los seiscientos obispos, os ovacionaron, y de pie exclamaron:
“San Pedro ha hablado por boca de León”. Y, después de Atila,
otro vil enemigo surgió: ¡Genserico!, jefe de los vándalos,
que saqueó Roma, pero, no logró incendiarla. Así, pues,
y durante los veintiún años que vuestro pastoreo duró, tanto
a enemigos internos como a los externos los enfrentasteis,
incluidos los que osaron destruir Roma y aquellos que, con sus
herejías engatuzar a los católicos deseaban. Y, así, y, luego
de haber gastado vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona de luz, como justo
premio a vuestra entrega increíble de gran amor y sabiduría;
¡Oh!, San León Magno; “viva santidad y Amor del Dios Vivo”.

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Noviembre
San León Magno
Pontífice
Año 461

Bendito sea Dios que ha enviado a su Santa Iglesia, jefes tan santos y tan sabios. Que no deje nunca el Señor de enviarnos pastores como San León Magno.

Lo llaman “Magno”, porque fue grande en obras y en santidad. Es el Pontífice más importante de su siglo. Tuvo que luchar fuertemente contra dos clases de enemigos: los externos que querían invadir y destruir a Roma, y los internos que trataban de engañar a los católicos con errores y herejías.

Nació en Toscana, Italia; recibió una esmerada educación y hablaba muy correctamente el idioma nacional que era el latín. Llegó a ser Secretario del Papa San Celestino, y de Sixto III, y fue enviado por éste como embajador a Francia a tratar de evitar una guerra civil que iba a estallar por la pelea entre dos generales. Estando por allá le llegó la noticia de que había sido nombrado Sumo Pontífice, el año 440.

Desde el principio de su pontificado dio muestra de poseer grandes cualidades para ese oficio. Predicaba al pueblo en todas las fiestas y de él se conservan 96 sermones, que son verdaderas joyas de doctrina. A los que estaban lejos los instruía por medio de cartas. Se conservan 144 cartas escritas por San León Magno.

Su fama de sabio era tan grande que cuando en el Concilio de Calcedonia los enviados del Papa leyeron la carta que enviaba San León Magno, los 600 obispos se pusieron de pie y exclamaron: “San Pedro ha hablado por boca de León”.

En el año 452 llegó el terrorífico guerrero Atila, capitaneando a los feroces Hunos, de los cuales se decía que donde sus caballos pisaban no volvía a nacer la yerba. El Papa San León salió a su encuentro y logró que no entrara en Roma y que volviera a su tierra, de Hungría.

En el año 455 llegó otro enemigo feroz, Genserico, jefe de los vándalos. Con este no logró San León que no entrara en Roma a saquearla, pero sí obtuvo que no incendiara la ciudad ni matara a sus habitantes. Roma quedó más empobrecida pero se volvió más espiritual.

San León tuvo que enfrentarse en los 21 años de su pontificado a tremendos enemigos externos que trataron de destruir la ciudad de Roma, y a peligrosos enemigos interiores que con sus herejías querían engañar a los católicos. Pero su inmensa confianza en Dios lo hizo salir triunfante de tan grandes peligros. Las gentes de Roma sentían por él una gran veneración, y desde entonces los obispos de todos los países empezaron a considerar que el Papa era el obispo más importante del mundo.

Una frase suya de un sermón de Navidad se ha hecho famosa. Dice así: “Reconoce oh cristiano tu dignidad, El Hijo de Dios se vino del cielo por salvar tu alma”. Murió el 10 de noviembre del año 461.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/León_Magno.htm)

09 noviembre, 2023

Dedicación de la Basílica San Juan de Letrán


 

 Santoral de hoy 9 de noviembre: Dedicación de la Basílica de ...

 

¡Oh!, Santo Dios de la Vida, y que, en honor a Vos,
Señor de los cielos y de la tierra; edificada está,
Vuestra “Casa de Letrán”, a Fausta gracias, esposa
de Constantino Emperador, y que, donada fue a Milcíades
Papa. Ella, custodiada está, por dos discípulos amados
vuestros: Juan “el Bautista”, y Juan “el Evangelista”.
¡Oh!, Santa Basílica de Letrán: “Madre y Cabeza de
todas las iglesias de la ciudad y del mundo”. “Cuando
recordamos la Consagración de un templo, en serio
pensemos en aquello que San Pablo dijo: que, “cada
uno de nosotros somos templo del Espíritu Santo”.
Ojalá que nuestra alma la conservemos bella y limpia
siempre, como le agrada a Dios, y, que, sean sus templos
santos y vivos. “Vivirá así, contento el Espíritu Santo en
nuestra alma”. Decía, San Agustín, Obispo de Hipona,
Doctor de Nuestra Santa Madre Iglesia y lumbrera viva.
“¡Oh!Madre y Cabeza de toda las iglesias de la ciudad
y del mundo”. Así, reza, vuestra leyenda en su frontis;
¡Oh!, Basílica de Letrán, “Viva Casa del Dios Rey de la Vida”

© 2023 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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9 de noviembre
Dedicación de la Basílica San Juan de Letrán
Año 324

Basílica significa: “Casa del Rey”. En la Iglesia Católica se le da el nombre de Basílica a ciertos templos más famosos que los demás. Solamente se puede llamar Basílica a aquellos templos a los cuales el Sumo Pontífice les concede ese honor especial. En cada país hay algunos.

La primera Basílica que hubo en la religión Católica fue la de Letrán, cuya consagración celebramos en este día. Era un palacio que pertenecía a una familia que llevaba ese nombre, Letrán. El emperador Constantino, que fue el primer gobernante romano que concedió a los cristianos el permiso para construir templos, le regaló al Sumo Pontífice el Palacio Basílica de Letrán, que el Papa San Silvestre convirtió en templo y consagró el 9 de noviembre del año 324.

Esta basílica es la Catedral del Papa y la más antigua de todas las basílicas de la Iglesia Católica. En su frontis tiene esta leyenda: “Madre y Cabeza de toda las iglesias de la ciudad y del mundo”.

Se le llama Basílica del Divino Salvador, porque cuando fue nuevamente consagrada, en el año 787, una imagen del Divino Salvador, al ser golpeada por un judío, derramó sangre. En recuerdo de ese hecho se le puso ese nuevo nombre.

Se llama también Basílica de San Juan (de Letrán) porque tienen dos capillas dedicadas la una a San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista, y era atendida por los sacerdotes de la parroquia de San Juan.

Durante mil años, desde el año 324 hasta el 1400 (época en que los Papas se fueron a vivir a Avignon, en Francia), la casa contigua a la Basílica y que se llamó “Palacio de Letrán”, fue la residencia de los Pontífices, y allí se celebraron cinco Concilios (o reuniones de los obispos de todo el mundo). En este palacio se celebró en 1929 el tratado de paz entre el Vaticano y el gobierno de Italia (Tratado de Letrán). Cuando los Papas volvieron de Avignon, se trasladaron a vivir al Vaticano. Ahora en el Palacio de Letrán vive el Vicario de Roma, o sea el Cardenal al cual el Sumo Pontífice encarga de gobernar la Iglesia de esa ciudad.

La Basílica de Letrán ha sido sumamente venerada durante muchos siglos. Y aunque ha sido destruida por varios incendios, ha sido reconstruida de nuevo, y la construcción actual es muy hermosa.

San Agustín recomienda: “Cuando recordemos la Consagración de un templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: ‘Cada uno de nosotros somos un templo del Espíritu Santo’. Ojalá conservemos nuestra alma bella y limpia, como le agrada a Dios que sean sus templos santos. Así vivirá contento el Espíritu Santo en nuestra alma”.

(http://www.ewtn.com/spanish/saints/Basílica_de_Letrán.htm)