07 septiembre, 2024

Santa Regina, Virgen y Mártir

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¡Oh!, Santa Regina, vos sois la hija del Dios de la Vida
y su amada santa. ¿Qué diré de vos, si fue todo dicho,
aquél día por vos? ¡Nada diré!, pues vuestro martirio, en
medio de prodigios del cielo lo saben la blanca paloma
aquella y los paganos convertidos en vuestro holocausto.
Reina y virgen a imitación de María, la vida por Cristo
disteis y rechazaste al pagano aquél ganando el cielo.
Os suplicamos pues, que; en base a vuestros méritos
intercedáis ante el Dios de la Vida para que las niñas
de nuestro tiempo sepan acumular para el cielo riquezas,
y se libren del mal que sólo brinda espejismos de vida,
pues vos, cuando teníais quince años conocisteis a Cristo
y le entregasteis vuestro corazón y bautizándoos decidisteis
darle para siempre vuestra virginidad. El prefecto de vuestro
tiempo se enamoró de vos al solo veros, pero, en su presencia
le confesasteis vuestra fe verdadera. Y, allí mismo, comenzaron
vuestros problemas, siendo puesta en la cárcel y con una
amenaza: que, al regreso del prefecto vos, deberíais cambiar
de religión. Y, a  la vuelta del sujeto vos, os negasteis
a hacer sacrificio a los ídolos, padeciendo terribles torturas
y en el ambiente hay prodigios en él: se producen terremotos,
se oyen voces celestiales y una paloma se acerca a curaros.
Y en ese instante, la gente se convierte a centenares, hasta
que por fin, os deguellan, y así, alza vuelo vuestra alma para
recibir corona de luz como premio a vuestro amor y fidelidad;
¡oh!, Santa Regina; “viva fidelidad al Dios de la Vida y del Amor”

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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7 de Septiembre
Santa Regina
Virgen y Mártir

Los niños piden -al menos así lo hacían en tiempos pasados- a los mayores que les cuenten un cuento a la hora de dormir. La condescendencia de los que les quieren, procurando su bien dormir, les lleva a ilustrar su imaginación con historias que unas veces son sólo producto del genio humano y otras… adornan la verdad de hechos ocurridos en la ordinariez de la vida con amplificaciones que hacen fantástica, amable y hasta apasionante la historia real. No sé si la historia de Regina servirá para rellenar esos momentos previos al descanso nocturno de los pequeños, pero no me cabe duda de que sí servirán a los adultos para que detengamos un momento nuestro ardoroso caminar.

Regina es palabra latina que se vierte al castellano por Reina. Así se llamaba nuestra protagonista de hoy. Fue una francesita hija de padre romano y de madre gala. Era el tiempo del Imperio. Cuando tenía quince años conoció a Cristo y le entregó su corazón, se bautizó y decidió darle para siempre su virginidad.

Es hermosa en demasía. El prefecto romano se enamoró de ella al verla. En su presencia, Regina confiesa su fe. Desde este momento comienzan las dificultades para la fidelidad. Fue puesta en la cárcel y con una amenaza: al regreso del prefecto, que necesariamente ha de ausentarse, ella debe haber cambiado de religión o conocerá el furor romano.

Sucede a la vuelta del personaje lo previsible con la gracia de Dios. Ella se niega a sacrificar a los ídolos, llegan las torturas, los hierros arañan y cortan su carne. También hay prodigios del Cielo: se producen terremotos, se oyen voces celestiales… hasta una paloma se acerca para consolarla, darle ánimos y curarla.

El ejemplo es tan llamativo que la gente se convierte a centenares. Por fin, es degollada. La candidez de la historia narrada, pletórica de elementos hiperbólicos y de adornos donados por la fantasía, expone un drama común y diario de mucha gente que bien merece la atención y el mimo del poeta, me refiero a todos esos que están dispuestos en serio a dar la vida por la fe que tienen y, llegado el momento, darla.

Fuente: Archidiócesis de Madrid

(http://www.mercaba.org/SANTORAL/Vida/09/09-07_S_regina_martir.htm)

06 septiembre, 2024

Santos Cleto y Donaciano, Obispos y Mártires


 

 ¡Oh! Cleto y Donaciano, vosotros sois los hijos del Dios de la Vida
sus obispos, valientes defensores de la fe cristiana y sus amados
santos. Vos, Cleto, fuisteis quemado vivo, mientras que vos, Donaciano
moristeis en el desierto. Los vándalos, sanguinario germano
pueblo, célebres se hicieron por haber invadido los territorios
del entonces imperio romano, saqueándolo violentamente.
El vándalo Humerico, reyezuelo cruel, ordenó que las iglesias
cristianas del África fueran clausuradas y confiscados sus bienes
para la turba sedienta. Por mandato real os congregaron a vosotros
en el palacio, después os condujeron lejos de la ciudad y os
ordenaron a que marcharan solos hacia el destierro en medio de
insultos y amenazas. Vos, Donaciano y otros cuatro obispos
de profundo amor y fe, reunieron a un grupo de cristianos
y organizaron una protesta frente a las puertas de la ciudad.
Humerico, el reyezuelo; furioso por la revuelta, ordenó a sus
vándalos matar y desaparecer a quienes protestaban. Y los
cuatro obispos junto a vos, fueron brutalmente golpeados, y luego
os condujeron a la fuerza al desierto, donde os abandonaron para
morir de hambre y sed. Vos, Cleto, Obispo de la Leptis Menor, erais
considerado «un hombre celoso y muy sabio» y que os habíais ganado
la enemistad del reyezuelo por oponeros con energía al arrianismo,
fuisteis encerrado en un calabozo hediondo del cual solo fuisteis
sacado al cabo de dos meses para ser quemado vivo, cosa que así
sucedió. De esta manera vosotros, entregasteis vuestras santas
vidas en buena lid, y volaron vuestras almas al cielo para
recibir coronas de luz y eternidad por vuestro grande amor y fe.
¡Oh! Cleto y Donaciano, «vivos santos del Dios de la Vida y del Amor».

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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Santos Cleto y Donaciano

Obispos y Mártires

Los santos Cleto y Donaciano vivieron en el siglo V. Ambos fueron obispos, valientes defensores de la fe cristiana, dispuestos a entregar la vida por Cristo. Cleto fue quemado vivo, mientras que Donaciano murió en el desierto, tras ser deportado por el rey de los vándalos, Hunerico.

Los vándalos fueron un pueblo germano originario de Europa central -las actuales Alemania y Polonia- y que se hizo célebre por haber invadido los territorios del entonces imperio romano, conquistando el norte de África e invadido la capital, Roma, organizando uno de los más violentos saqueos que padeció la Ciudad Eterna a lo largo de la historia.

En el año 484, Humerico, rey arriano de los vándalos, ordenó que todas las iglesias cristianas del Africa fueran clausuradas y confiscados los bienes del clero para entregarlos al pueblo africano. Por mandato real, congregaron a los obispos en el palacio, siendo conducidos lejos de la ciudad, y ordenados a que marcharan solos hacia el destierro. Ante tal injusticia, Donaciano y otros cuatro obispos de la provincia de Bisaseno, reunieron a numerosos cristianos para protestar frente a las puertas de la ciudad; el rey Humerico furioso por la revuelta, ordenó a sus soldados a matar y «aplastar» a los quejosos. Donaciano y los cuatro obispos fueron brutalmente golpeados y, en estado lamentable, se les condujo al desierto, donde quedaron abandonados para morir de hambre y sed.

San Cleto, Obispo de la Leptis Menor, considerado «un hombre celoso y muy sabio,» y que se había ganado la enemistad de Humerico por su enérgica oposición al arrianismo, también fue encerrado en un calabozo estrecho, oscuro y pestilente, del cual lo sacaron al cabo de dos meses para quemarlo vivo.

(https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=267)

04 septiembre, 2024

Santa Rosalía, intercesora de quienes padecen enfermedades infecciosas

 Santa Rosalía

 

¡Oh!, Santa Rosalía de Palermo, sois vos, la
hija del Dios de la Vida, y su amada santa;
una “guirnalda de rosas”; una “rosalinda de
alma y espíritu”. Desde los catorce años el
Espíritu Santo, os embelesó y os invitó a los
montes el Pellegrino y el Cocino, que muy bien
y mucho, saben de vos, y claro, más, el Dios
de la Vida y del Amor, que grabó en Su retina
la vida de vuestra ascesis, oración y penitencia.
Por vuestra intercesión desapareció la peste
en Sicilia, y en ese tiempo vuestros restos
fueron hallados, porque vos misma os aparecisteis
a un cazador al que le indicasteis cómo llegar
a la cueva dónde se encontraban vuestros restos,
y que, sean sacados en procesión para enterralos
cristianamente. El pueblo de Sicilia os escuchó
y en pocos días la peste se extinguió, por ello
los habitantes de la isla os consideran como su
santa patrona. En aquél tiempo, os dedicaron
varias iglesias y se os consideró “Protectora
y Patrona de Palermo”. “Abogada contra la peste
y los terremotos y escudo de honor”. Hoy os
representan como ermitaña o bien revestida con
hábito agustino, y con vuestros principales
atributos: una corona de rosas, en alusión a
vuestro nombre y un crucifico y una calavera,
por vuestra ascesis. Y, así, un día voló vuestra
alma al cielo, para coronada ser con corona de
luz como premio a vuestra entrega de amor y fe;
“Patrona y protectora de Sicilia y Palermo”;
¡oh!, Santa Rosalía, “viva discípula del Dios Vivo”.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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4 de Septiembre
Santa Rosalía


Santa
Rosalía, conocida también como Rosalía de Palermo (1130 – cir.1156/66), fue una eremita del siglo XII, a quien se le cuenta entre las santas vírgenes de la Iglesia. Rosalía vivió una vida de oración, contemplación y penitencia; alejada del mundo.

Nacida Rosalia Sinibaldi, perteneció a una noble familia proveniente de Normandía que se reclamaba descendiente de Carlomagno. Se le considera patrona de la ciudad de Palermo (Sicilia, Italia), lugar donde nació. Su nombre es una contracción de los vocablos “Rosa” y “Lilia”, y es llamada cariñosamente “La Santuzza” (“La Santita”), debido a que fue una mujer de baja estatura.

Rosalía fue educada en la corte, y por su belleza y bondad se convirtió en dama de honor de la reina Margarita de Navarra, esposa del rey Guillermo II. Sin embargo, dejó su hogar y el palacio real para dedicarse completamente a la vida de oración. Al principio fue acogida en el monasterio basiliano de Santo Salvador en Palermo, pero la presión ejercida por sus padres y su prometido la forzaron a huir hacia una cueva cerca de Bivona, y más tarde a otra, ubicada en el Monte Peregrino, cerca de Palermo, en la cual murió.

De acuerdo al sacerdote bolandista (jesuita dedicado a la recopilación de datos sobre los santos), P. Juan Stilting, Rosalía fue hija de Sinibaldo, conde de Quisquina y Monte Rosa (actual territorio de Santo Stefano Quisquina y Bivona), y fue efectivamente descendiente del emperador Carlomagno.

Según la tradición, fue por intercesión de Rosalía que desapareció la peste que asoló Sicilia en 1624, año en el que sus restos fueron encontrados. Dice la leyenda que la santa se le apareció a un cazador al que le indicó cómo llegar a la cueva dónde se ubicaban sus restos, pidiéndole que sean sacados en procesión y se les entierre debidamente. El pueblo siciliano tomó en serio la solicitud y en pocos días la peste se extinguió. Por eso, los habitantes de la isla mediterránea la consideran su patrona.

Sus restos fueron colocados posteriormente en la Catedral de Palermo. Poco tiempo después, el Papa Urbano VIII reconoció la autenticidad de sus reliquias y dispuso que se le conmemore en Sicilia cada 15 de julio, y el día 4 de septiembre en toda la Iglesia universal, conmemorando tanto el hallazgo como el traslado de sus reliquias.

La iconografía la representa como ermitaña o, a veces, revestida del hábito agustino. Suele aparecer también coronada de rosas -en alusión a su nombre-, al lado de un crucifijo y una calavera, en alusión a la vida ascética que llevó.

El culto a esta santa fue inicialmente promovido por los Benedictinos y se ha hecho universalmente popular. Se pide su intercesión en los momentos difíciles, contra enfermedades infecciosas y, de manera particular, contra la peste. Hoy sus devotos piden por el fin de la pandemia que asedia al mundo.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-de-santa-rosalia-virgen-y-eremita-67071)

03 septiembre, 2024

San Gregorio Magno Papa, y doctor de la Iglesia


¡Oh!, San Gregorio Magno, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado santo y Papa, que honor hicisteis
al significado de vuestro nombre: “el Vigilante”.
Benedicto I Papa, os ordenó presbítero y más tarde
Nuncio en Constantinopla y luego, Santo Padre.
Vos, os distinguisteis por vuestra oratoria, política
tolerante, administración atinada, interés misionero,
y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Vuestra
pastoral acción, reflejada quedó en “Regla pastoral”,
“Diálogos”, “Sacramentario” y “Antifonario” y por
vuestros comentatios bíblicos, vuestra “Moralina”
y el “Epistolario”. Apenas fallecisteis de milagro
venerado fuisteis como santo y la tradición os nombró
“Patrón de los liturgistas, investigadores, y sabios”,
por vuestra erudición y “Patrón de los músicos, chantres
y cantores”, por la escuela de canto que fundasteis.
Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste,
y “Abogado de las almas del purgatorio” por las
“misas gregorianas”, símbolo hasta nuestros días.
En la iconografía se os representa con la tiara y la cruz
papal; y como uno de los cuatro grandes de Occidente
al que la tradición os conoce como “El Grande” y como
“monje”. Además una paloma, símbolo de inspiración,
una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios
y el ánima sola o varias almas del purgatorio. Y así,
y, luego de haber gastado vuestra santa vida, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona
de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor.
Santo Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores;
¡oh!, San Gregorio Magno, “vivo amor del Amor de Dios Vivo”.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Septiembre
San Gregorio Magno
Papa y doctor de la Iglesia

Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos que, por intercesión del papa San Gregorio Magno, concedas el Espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Gregorio significa “el Vigilante”, en Griego. Nació y murió en Roma en 540 y 604. Estudió Derecho y en 573 fue nombrado Prefecto. Como heredó la fortuna de su padre, construyó varios monasterios en Roma y se retiró al Monte Celio. Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó presbítero. Fungió como Nuncio en Constantinopla entre 579 y 586. Tres años después fue elegido Papa, misión en que se distinguió por su oratoria, política tolerante, administración atinada, interés misionero en Inglaterra y España y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Su acción pastoral se refleja en varias de sus obras: Regla pastoral, Diálogos, Sacramentario y Antifonario.

Se distinguió, también, por su obra bíblica (varios comentarios), ascética (su Moralina) y epistolar (859 cartas). Apenas muerto, fue venerado como santo y la tradición lo asumió como Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores, por su amplia erudición; de los músicos, chantres y cantores, por la escuela de canto que fundó (cantos gregorianos); Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste; y Abogado de las almas del purgatorio por las “misas gregorianas” que hasta él se hicieron remontar.

En la iconografía aparece, como todos los papas, con la tiara y la cruz papal; en calidad de Padre de la Iglesia (uno de los cuatro grandes de Occidente) al que la tradición conoce como El Grande; y como monje. Una paloma, símbolo de inspiración, una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios y el ánima sola o varias almas del purgatorio son sus atributos principales.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Gregorio_Magno_9_3.htm)

02 septiembre, 2024

Beato Bartolomé Gutiérrez y Compañeros mártires, Sacerdote agustino

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¡Oh! San Bartolomé Gutiérrez, vos, sois el hijo del
Dios de la Vida, su mártir y amado santo. Siendo
agustino, teníais deseos de ser misionero y mártir.
En Filipinas, os nombraron maestro de novicios
durante un sexenio. Dominabais el latín y aprendisteis
el japonés rápidamente. Más tarde llegasteis al Japón
y os nombraron prior del convento de Usuki; y como
dominabais el japonés, os entregasteis de lleno a la
tarea evangelizadora. Frente a un decreto de expulsión
de religiosos, os capturaron y os expulsaron del Japón,
volviendo a Filipinas, donde retomasteis vuestra tarea
de maestro de novicios. Os reclamaban, porque habías
dejado increíbles recuerdos. Y, así, y todo volvisteis
al Japón, acompañado del Beato Pedro de Zúñiga, y
ejercisteis un ministerio ejemplar, administrando y
los sacramentos y predicando a escondidas, y con ello,
sostuvisteis a los débiles en la fe. Vencisteis los
peligros, llevando a Cristo a los creyentes y para
que no os detuviesen, vivíais en los campos y bosques,
pobremente. Padecisteis hambre y sufristeis las
inclemencias del clima. Vuestra vida fueron ayunos
y vigilias, que hicieron de vos, un hombre enjuto y
seco que no parecíais tener más que huesos y piel.
Pero, Nuestro Creador, jamás os abandonó y os protegió
milagrosamente cuando os escondíais. Un día y gracias
a que una araña tejió su red, donde vos os escondíais,
nunca os encontraron. Otra día, salisteis al encuentro
de vuestros captores tocando un instrumento musical,
y nadie os sintió. También, una buena mujer os
escondió en su casa, y los guardias le preguntaron
por vos, entonces ella sufrió un ataque de nervios
y se reía mucho, y los oficiales pensaron que quería
congraciarse con ellos, mientras les señalaba que
adentro y lo tomaron a burla y se fueron sin revisar.
Más tarde, llegó Tacanga, cruel perseguidor que
redobló las pesquisas y castigos, porque os tenía mucho
encono contra vos y vuestros compañeros agustinos,
porque en el reino de Bungo, se había fundado el primer
convento y había convertido al cristianismo a varios
familiares. Y, el mal, tomó cuerpo y os traicionaron,
y os arrestaron junto con vuestro catequista, el Beato
Juan Shozaburo y otros tres auxiliares con los que
fuisteis enviado a la cárcel. Y vos, con gran alegría
cantabais himnos a Dios en acción de gracias. Os
torturaron cruelmente con agua sulfurosa en el Monte
Unge, e hicieron hervir vuestras carnes en el lago
de Arima, creyendo que así renegaríais de la fe. Los
suplicios continuaron por un mes, repitiéndose el
castigo dos veces al día. Y, vos, jamás renunciasteis
a vuestra fe, entonces, os tuvieron que condenaros
a morir en la hoguera. Tacanga, os ofreció la libertad
una vez más, y una vez más, vos y vuestros compañeros
permanecisteis más firmes en la fe, unidos a Cristo.
Antes de morir, entonasteis el salmo ciento dieciséis:
“Laudate Dominum omnes gentes”, y os ataron con lazos
frágiles, para que se pudieran romper si decidían
renegar. “¡Adelante valerosos soldados de Jesucristo!
¡Viva nuestra fe y por ella valerosamente muramos!”,
se escuchó de boca del Beato Vicente Carvalho. Junto
a vos, partieron a la Casa del Padre: el Beato Vicente
de San Antonio Simoes de Carvalho, Beato Francisco
de Jesús Terrero Pérez, Beato Antonio Ixhida Kyutaku
S.J., Beato Jerónimo de la Cruz, y el Beato Gabriel
de la Magdalena Tarazona Rodríguez. ¡Aleluya!¡Aleluya!
¡Oh! San Bartolomé Gutierrez "Vivo amor por Jesucristo".


 
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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2 de septiembre
Beato Bartolomé Gutiérrez
Mártir

Nació en la ciudad de México el 4 de septiembre de 1580, hijo de Alonso Gutiérrez y Ana Rodríguez. Fue bautizado en la parroquia de Sagrario Metropolitano. Con 16 años ingresa a la orden agustina; hizo sus estudios en el convento de Yuriria, Michoacán, profesando el 1 de junio de 1597. Ordenado sacerdote, fue trasladado a Puebla al convento de San Agustín. Por estas fechas ya tenía deseos de ser misionero y mártir, sus hermanos de religión se burlaban de él porque era muy gordo y no podría soportar las fatigas del misionero. Pero el respondía con jocosidad: “Tanto mejor, así habrá más reliquias que repartir cuando muera mártir, porque algún día iré a Filipinas y de allí a Japón donde moriré por la Fe de Cristo”. Sus palabras resultaron proféticas.

El 22 de febrero de 1606 se embarcó en Acapulco y llego a Filipinas el 1 de mayo siguiente. Allí, los superiores al ver sus cualidades, lo nombraron maestro de novicios, desempeñando este cargo durante un sexenio. Tenía una gran facilidad para los idiomas, era un buen latinista y aprendió pronto el japonés a pesar de las dificultades de esta lengua. En 1612 se embarca a Japón y en 1613 es nombrado prior del convento de Usuki; como dominaba bien el idioma japonés, se entregó de lleno a la evangelización, teniendo pronto a su cargo una gran comunidad de fieles. En 1614 hubo un decreto de expulsión para los religiosos y en noviembre de este año el Beato Bartolomé fue capturado y expulsado de Japón, volviendo a Filipinas, donde nuevamente fue maestro de novicios. En Japón la persecución recrudeció a raíz del martirio del Beato Fernando de San José Ayala, OSA y las demandas de refuerzos llegaban a Manila porque los fieles ocupaban pastores. Algunas crónicas precisan que se pedía la vuelta del Padre Bartolomé Gutiérrez porque este había dejado un buen recuerdo. Así, el provincial designó que volviera a Japón acompañado del Beato Pedro de Zúñiga, regresando ambos a tierra de misión el 12 de agosto de 1618.

Ejerció un ministerio ejemplar entre sus fieles, estimulando por su fervor, sosteniendo a los débiles en la fe, predicando y administrando los sacramentos a escondidas. Venció innumerables peligros para llevar a Cristo a los creyentes y para no ser detenido, vivía en los campos y bosque; vivió pobremente, padeció las inclemencias del clima y también el hambre. A esto él añadió ayunos, vigilias y tales maceraciones, que aquel joven robusto de 25 años, se convirtió en un hombre enjuto y seco que no parecía tener más que huesos y piel.

De él se platica que Dios lo protegió de manera milagrosa cuando se escondía. En una ocasión escapó de sus perseguidores gracias a que una araña tejió su telaraña en un rincón de la casa donde se escondía. Otra vez salió al encuentro de sus captores tocando un instrumento musical sin ser notado por ello. También sucedió que una buena mujer lo escondió en su casa, llegaron los guardias y le preguntaron por él, entonces ella sufrió un ataque de nervios y se reía mucho, pensaron los oficiales que quería congraciarse con ellos mientras les señalaba que adentro y lo tomaron a burla y se marcharon sin revisar. Así fue que desarrolló su apostolado hasta 1629, en que llego a Nagasaki como gobernador un hombre llamado Tacanga. Este fue un cruel perseguidor y redobló las pesquisas y castigos. También respiraba mucho odio contra el Beato Bartolomé y los agustinos porque en el reino de Bungo habían fundado el primer convento y para acabar de componerla, el religioso había convertido al cristianismo a varios familiares suyos.

Víctima de una traición, el Beato Bartolomé fue sorprendido y arrestado el 10 de noviembre de 1629, junto con el catequista y ahora Beato Juan Shozaburo y otros tres auxiliares con los que fue enviado a la cárcel de Nagasaki, allí se reunieron pronto con él los religiosos agustinos Francisco de Jesús Terrero y Vicente de San Antonio Carvalho. Desde 1618 él había sido el sostén y promotor de la comunidad cristiana local, ahora ya detenido, el Tirano Tacanga se alegró porque iba a escarmentarlo para infundir miedo en el reino. Luego fue trasladado a la cárcel de Omuro, por considerarse que era un lugar más cruel.

En su traslado fue notoria su tranquilidad y resignación así como la alegría con que cantaba himnos a Dios en acción de gracias. Aquí languideció durante dos años. En 1630 tuvo la oportunidad de escribir al provincial: “por estar al presente por horas y momentos esperando la muerte” dando noticias no menos interesantes sobre sus compañeros y circunstancias de su prisión. En 1631 vuelve a Nagasaki en compañía de sus hermanos de hábito Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio así como el Jesuita Antonio Ixda, encontrado en la prisión al hermano franciscano Gabriel de la Magdalena. Los hicieron sufrir la tortura del agua sulfurosa en el Monte Unge, fueron llevados al lago de Arima, de aguas hirvientes, con las que eran bañadas sus carnes hasta escaldarlos y desollarlos creyendo que así renegarían de la fe. Esta dolorosísima prueba, de la que muchos salían apostatando, fue ganada por los mártires. Los suplicios fueron verdaderamente espantosos y se prolongaron por un mes, repitiéndose el castigo por lo menos dos veces al día, lo que tuvieron que padecer, todo el cuerpo hecho una llaga, no es fácil de imaginar.

Al ver que no se lograba ningún retroceso, fueron devueltos a Nagasaki, donde se les condenó a morir en la hoguera. Todavía la víspera, Tacanga les ofreció la libertad si apostataban, pero permanecieron firmes en la fe. La sentencia se llevó a cabo el 3 de septiembre de 1632. Al llegar al lugar del suplicio, entonaron, como era la costumbre entre quienes eran sacrificados, el salmo 116 “Laudate Dominum omnes gentes”, luego los ataron con lazos muy frágiles, para que se pudieran romper si decidían renegar. La leña era verde y llena de lodo para que ardiera con dificultad. Al ser encendido el fuego, el Beato Vicente Carvalho sacó su crucifijo y levantándolo en alto exclamo “¡Adelante valerosos soldados de Jesucristo! ¡Viva nuestra fe y por ella valerosamente muramos!”.

El Beato Bartolomé Gutiérrez dejo varios escritos. Explicación de la doctrina cristiana la Relación del suceso de la prisión y dichoso fin de los bienaventurados mártires Pedro de Zúñiga y Luis Flores y la Relación del martirio que padecieron otros religiosos en el Japón en el mes de septiembre de 1622. Este grupo de misioneros cierra el elenco de os mártires encabezados por el Beato Alfonso de Navarrete.

A continuación se refiere una breve semblanza de los beatos martirizados junto Beato Bartolomé Gutiérrez.

Beato Vicente de San Antonio Simoes de Carvalho Nació en 1590 en Albufeiora, Portugal, siendo sus padres Antonio Simoes y Catalina Pereiro, quienes le dieron una buena educación. Ingresó con los agustinos en el convento de Santa María de Gracia, donde profesó y fue ordenado sacerdote. En 1621 estuvo en México, en 1622 en Filipinas y en 1623 en Japón; por casi seis años se consagró al ministerio en secreto y logró mucho fruto, burlando, también la vigilancia de los espías hasta que finalmente fue capturado.

Beato Francisco de Jesús Terrero Pérez Nació en 1590 en Villa Mediana, Palencia, siendo hijo de Pedro Terrero y María Pérez, ambos de ascendencia noble y familias ricas. A los 8 años quedó huérfano y fue educado por dos tíos suyos que eran sacerdotes; con 16 años ingresa a la orden de San Agustín en Valladolid, luego de profesar en esa orden, hizo estudios sacerdotales recibiendo por fin el presbiterado. En 1621 estuvo en México, luego se trasladó a filipinas y por ultimo a Japón, donde fue vicario Provincial. Estudió el japonés para poder transmitir el Evangelio, su apostolado lo hacía de noche y con muchos peligros, tuvo que vivir en una cueva para no ser descubierto. Las crónicas dicen que bautizó cerca de 7000 fieles.

Beato Antonio Ixhida Kyutaku S.J. Nació en el año de 1570 en Ximabaro, reino de Arima. Con 19 años ingreso a la Compañía de Jesús, donde profesó y fue ordenado; como conocía de fondo las religiones paganas y tenía buena elocuencia, su ministerio se valió de esto para tener mucho provecho. Desafiaba los peligros para llevar el consuelo a los cristianos encarcelados, burlando la vigilancia de los soldados.

Beato Jerónimo de la Cruz Jo ó de Torres Nació en Nagasaki, de joven estudió con los padres franciscanos que lo enviaron a Filipinas para continuar sus estudios; una profeso fue ordenado sacerdote y su ministerio lo hacía entre sus compatriotas exiliados con abundancia de buenos resultados. Entonces cambio su apellido Jo por el español de Torres. El Beato amaba mucho a su patria y oraba a Dios suplicándole el fin de las persecuciones. En 1628 volvió a Japón para ayudar con su ministerio a sus hermanos perseguidos. Breve fue su trabajo, pues fue apresado en 1629.

Beato Gabriel de la Magdalena Tarazona Rodríguez Nació en Sonseca, Toledo en octubre de 1567, hijo de Pedro Tarazona e Isabel Rodríguez. Recibió el bautismo el 22 de octubre del mismo año y la confirmación el 16 de junio de 1571. Estudio y ejerció la medicina y a los 30 años ingresó como hermano lego en la orden Franciscana, en la rama alcantarina. Su ardiente amor a Cristo y la salvación de las almas le hicieron ir a Japón, a donde llegó en 1606. Estuvo en Osaka, donde se dedicó a curar almas y cuerpos. En 1613 se desató una persecución, muchos religiosos fueron expulsados pero él logró esconderse en Nagasaki; su fama era tal que se decía que por sus conocimientos de medicina, podría ser médico del propio emperador. Tuvo fama de tener gran religiosidad, de hacer curaciones milagrosas, de levitar mientras oraba y tener el don de la bilocación. En 1630 fue apresado y llevado a la cárcel de Omura, de donde fue sacado para curar al propio Gobernador y su familia, así como para atormentarlo luego con las aguas sulfurosas. Murió en la hoguera y sus cenizas, como las de sus compañeros, fueron arrojadas al mar.

Culto Estos beatos integran un numeroso grupo de 205 mártires encabezados por el Beato Alfonso Navarrete y fueron elevados al honor de los altares el 7 de julio de 1867 por el Beato Pio IX. El Beato Bartolomé Gutiérrez recibe culto litúrgico en México el 2 de septiembre con el grado de memoria opcional y las oraciones de la misa y la liturgia de las horas se refieren únicamente a él.

(https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=761)

01 septiembre, 2024

Domingo 22 (B) del tiempo ordinario

 Jesús cenó con 'pecadores', y está bien

Domingo 1ro de septiembre
Domingo 22 (B) del tiempo ordinario
 
Texto del Evangelio (Mc 7,1-8.14-15.21-23): En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén, y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas. Es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres».
 
Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».
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«Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres»
Rev. D. Josep Lluís SOCÍAS i Bruguera (Badalona, Barcelona, España)
 
Hoy, la Palabra del Señor nos ayuda a discernir que por encima de las costumbres humanas están los Mandamientos de Dios. De hecho, con el paso del tiempo, es fácil que distorsionemos los consejos evangélicos y, dándonos o no cuenta, substituimos los Mandamientos o bien los ahogamos con una exagerada meticulosidad: «Al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas...» (Mc 7,4). Es por esto que la gente sencilla, con un sentido común popular, no hicieron caso a los doctores de la Ley ni a los fariseos, que sobreponían especulaciones humanas a la Palabra de Dios. Jesús aplica la denuncia profética de Isaías contra los religiosamente hipócritas: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí» (Mc 7,6).
Juan Pablo II, al pedir perdón en nombre de la Iglesia por todas las cosas negativas que sus hijos habían hecho a lo largo de la historia, lo manifestó en el sentido de que «nos habíamos separado del Evangelio».
 
«Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre» (Mc 7,15), nos dice Jesús. Sólo lo que sale del corazón del hombre, desde la interioridad consciente de la persona humana, nos puede hacer malos. Esta malicia es la que daña a toda la Humanidad y a uno mismo. La religiosidad no consiste precisamente en lavarse las manos (¡recordemos a Pilatos que entrega a Jesucristo a la muerte!), sino mantener puro el corazón.
 
Dicho de una manera positiva, es lo que santa Teresa del Niño Jesús nos dice en sus Manuscritos biográficos: «Cuando contemplaba el cuerpo místico de Cristo (...) comprendí que la Iglesia tiene un corazón (...) encendido de amor». De un corazón que ama surgen las obras bien hechas que ayudan en concreto a quien lo necesita «Porque tuve hambre, y me disteis de comer...» (Mt 25,35).
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Pensamientos para el Evangelio de hoy
 
«Inútilmente se lavan las manos y se purifican exteriormente mientras no lo hagan en la fuente del Salvador» (San Beda el Venerable)
 
«El amor da impulso y fecundidad a la vida y al camino de fe: sin amor, tanto la vida como la fe permanecen estériles» (Francisco)
 
«Las pasiones son componentes naturales del psiquismo humano, constituyen el lugar de paso y aseguran el vínculo entre la vida sensible y la vida del espíritu. Nuestro Señor señala al corazón del hombre como la fuente de donde brota el movimiento de las pasiones (cf. Mc 7,21)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.764)
 

31 agosto, 2024

La Virgen de las lágrimas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

31 de agosto
La Virgen de las lágrimas
Llora por cuantos rechazan el amor de Dios

Cada 31 de agosto se celebra a la Virgen de las Lágrimas, advocación mariana surgida en Siracusa (Italia) a mediados del siglo XX, cuando una imagen del Corazón Inmaculado de María derramó lágrimas en repetidas ocasiones.

En 1994 el Papa San Juan Pablo II, de visita en el lugar, se refirió a aquellas lágrimas como “lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios… lágrimas de dolor y esperanza” por la conversión del mundo.

Las lágrimas de una Madre

El portento se produjo en 1953, en la humilde casa de los esposos Angelo Lannuso y Antonina Lucia Giusti. Los esposos tenían en su dormitorio, una imagen de la Virgen María  hecha en relieve sobre yeso. Durante cuatro días, entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre, cayeron lágrimas de los ojos de la imagen.

La primera en presenciar el milagro fue Antonina, en ese momento embarazada de su primer hijo. Los esposos Lannuso habían recibido la imagen de la Virgen como un presente de bodas.

El párroco de la localidad, P. Giuseppe Bruno, llegó hasta la casa de los Lannuso acompañado de algunas personas, entre ellas algunos científicos, como era el caso del doctor Michele Cassola, médico abiertamente ateo. En el lugar, los expertos -que luego integrarían la comisión investigadora de los hechos- fueron testigos directos del milagro, que desde aquel día no se volvería a repetir.

Etapa de investigaciones

El fluido del rostro de la Virgen fue recogido y sometido a diversos estudios a cargo de una comisión científica, presidida por Cassola.

El estudio principal fue una comparación entre dos muestras de lágrimas humanas -las de un niño y un adulto- y las lágrimas vertidas por la imagen. El estudio reveló que el fluido proveniente de los ojos de la imagen de la Inmaculada correspondía al compuesto habitual de las lágrimas humanas. Acabadas las investigaciones, la comisión no encontró explicación científica para el fenómeno y se limitó a presentar su informe final el 9 de septiembre de 1953, informe contundente al señalar que lo sucedido no tenía explicación natural conocida.

Tres meses después, el 12 de diciembre de 1953, día en que la Iglesia celebra a la Virgen de Guadalupe, los obispos de Sicilia declararon unánimemente que la imagen de la Madre de Dios había llorado.

¡Oh, las lágrimas de María! (Papa Pio XII)

Casi un año después, el 17 de octubre de 1954, el Papa Pío XII hizo referencia a este hecho prodigioso en un radiomensaje con ocasión del congreso mariano regional de Sicilia. 

El Papa dijo: “¿Comprenderán los hombres el arcano lenguaje de estas lágrimas? ¡Oh, las lágrimas de María! En el Gólgota eran lágrimas de dolor por Jesús y de tristeza por el pecado del mundo. ¿Todavía llora por las nuevas llagas en el Cuerpo místico de Jesús?... ¿O llora por tantos hijos en quienes el error y la culpa han extinguido la vida de gracia y ofenden gravemente la majestad divina? ¿O son lágrimas de espera por el regreso ya tarde de otros hijos, que un día fueron fieles y que ahora son arrastrados por falsos espejismos entre las huestes de los enemigos de Dios?”.

“Lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios” (San Juan Pablo II)

La gran afluencia de devotos motivó la construcción de un santuario dedicado a la Virgen de las Lágrimas en 1968, que sería renovado en 1994. Ese mismo año, en noviembre, San Juan Pablo II realizó la consagración del lugar.

En el marco de su visita pastoral a Catania y Siracusa, el Papa peregrino dijo que las lágrimas de la Virgen “testimonian la presencia de la Madre Iglesia en el mundo… Son lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios, por las familias separadas o que tienen dificultades, por la juventud amenazada por la civilización de consumo y a menudo desorientada, por la violencia que provoca aún tanto derramamiento de sangre, y por las incomprensiones y los odios que abren abismos profundos entre los hombres y los pueblos”, añadió.

Papa Francisco: “Para secar las lágrimas”

El 5 de mayo de 2016, el Papa Francisco presidió la vigilia de oración denominada “Para secar las lágrimas”, en el marco del Jubileo de la Misericordia, ocasión por la cual fue llevado el relicario de la Virgen de las Lágrimas hasta el Vaticano. En esa oportunidad, el Santo Padre resaltó que “al lado de cada cruz siempre está la Madre de Jesús. Con su manto, ella enjuga nuestras lágrimas. Con su mano nos ayuda a levantarnos y nos acompaña en el camino de la esperanza”.

Dos años después, el 25 de mayo de 2018, Francisco presidió nuevamente una liturgia en presencia del relicario de las lágrimas de la Virgen. Desde la capilla de la Casa Santa Marta, el Pontífice afirmó: “Han traído desde Siracusa la reliquia de las lágrimas de la Virgen. Hoy están aquí, y rezamos a la Virgen para que nos dé a nosotros y también a la humanidad, porque tenemos necesidad, el don de las lágrimas, que nosotros podamos llorar por nuestros pecados y por tantas calamidades que hacen sufrir al pueblo de Dios y a los hijos de Dios”.

El Santuario Mariano de Siracusa recibe aproximadamente un millón de peregrinos cada año.
Los esposos videntes del milagro de las lágrimas. Foto: Santuario della Madonna delle Lacrime.

(https://www.aciprensa.com/noticias/52045/cada-31-de-agosto-se-celebra-a-la-virgen-de-las-lagrimas-que-llora-si-rechazamos-el-amor-de-dios)