13 octubre, 2024
Domingo 28 (B) del tiempo ordinario


12 octubre, 2024
Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, Patrona de España y de la Hispanidad
¡Oh!, Señora Nuestra del Pilar, Vos, Sois la Madre del Dios
de la Vida, y como tal en cuerpo y alma, Os aparecisteis
a Santiago Apóstol, mientras evangelizaba la patria española
junto al Ebro, de pie y sobre un pilar. Santiago, inscritas
en su corazón llevaba las últimas palabras de Jesús: “Id por
todo el mundo predicando el Evangelio y bautizando a la gente
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Por
ello, los zaragozanos os hicieron una inmensa y preciosa
basílica en Vuestro honor levantada, en el primer milenio.
Y, Vos, dejasteis una imagen como recuerdo de aquél maravilloso
encuentro, además de Vuestro pedido. Y, así, hasta hoy y por
siempre, la peregrinación a este mariano lugar nada tiene
que ver con la consabida ciencia pues, la fe no viene de ella
vienen sí, del alma de las generaciones de generaciones que,
hasta Vos, acuden el tiempo todo. Y, pruebas al canto, están
allí, junto al sepulcro de Santiago en Galicia y el Pilar
de Zaragoza, las fuentes del espíritu de España que, al mundo
y al universo se proyectan con lozanía sin par. Y, hoy, fiesta
nacional en España es, y, también día de la Hispanidad, porque
hoy, la fiesta se celebra del Descubrimiento de América, por
un soñador de fe y creyente: ¡Cristóbal Colón! que, con la Cruz
de Cristo en mano nos legó por siempre al Dios Trino y eterno;
¡Oh!, Señora Nuestra del Pilar, “Viva Matter Nostra por Cristo”.
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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Señora Nuestra del Pilar
¡Oh!; Señora Nuestra del Pilar;
sobre Vos, reposan las tierras
del continente Viejo y del Nuevo
que, hechos fe, Os invocan,
porque no hay mas certero puente;
entre el cielo y la tierra, que Vuestro
prístino y amadísimo corazón entero;
¡Oh!; Nuestra Señora del Pilar.
© 2009 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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12 de Octubre
Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza
Patrona de España y de la Hispanidad
Oración
¡Virgen bendita del Pilar! guarda a España y a todos los países Hispanoamericanos en medio de los vaivenes, y a despecho de los ataques de sus enemigos, pues en tu pilar ciframos nuestras inconmovibles esperanzas.
Oración
Omnipotente y eterno Dios que te dignaste disponer que la sacratísima Virgen María, Madre tuya, entre coros de ángeles sobre esta Columna de mármol, enviada del Cielo, viniera viviendo en carne mortal. Y que esta iglesia fuese edificada para su honra por el protomártir de los apóstoles, Santiago, y sus discípulos; te suplicamos por sus méritos e intercesión, nos concedas alcancemos fácilmente lo que con toda confianza pedimos. Tu que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.
Amén.
El Papa Clemente XII estableció la fecha del 12 de Octubre para la festividad de la Virgen del Pilar.En España, sobre todo en Aragón, es muy conocida la plegaria: “Bendita sea la hora en que la Virgen vino en carne mortal a Zaragoza”.
La Santísima Virgen del Pilar es la Patrona de España y de la Hispanidad. Su templo es visitado por miles de personas diariamente.
Historia de la Aparición
Según documentos del siglo XIII, el Apóstol Santiago, El Mayor, hermano de San Juan, viajó a España a predicar el evangelio (año 40 d.C.), y una noche la Virgen María se le apareció en un pilar. La tradición nos cuenta que Santiago había llegado a Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, y una noche, estando en profunda oración junto a sus discípulos a orillas del río Ebro, la Santísima Virgen María se manifestó sobre un pilar, acompañada por un coro de ángeles, (ella aun vivía en Palestina).
La Virgen le habló al Apóstol pidiéndole que se le edificase ahí una iglesia con el altar en derredor al pilar y expresó: “Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda”.
El lugar, ha sobrevivido a invasiones de diferentes pueblos y a la Guerra Civil española de 1936-1939, cuando tres bombas cayeron sobre el templo y no estallaron. También se cree que la Virgen le dio al Apóstol una pequeña estatua de madera.
Luego de la aparición, Santiago junto a sus discípulos comenzaron a construir una capilla en donde se encontraba la columna, dándole el nombre de “Santa María del Pilar”. Este fue el primer templo del mundo dedicado a la Virgen. Después de predicar en España, Santiago regresó a Jerusalén. Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 d.C. siendo el primer apóstol mártir, luego del suceso sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Siglos después el lugar fue encontrado y llamado Compostela (campo estrellado).
El primer santuario sobre la tumba de Santiago la ordenaron construir el rey Alfonso II, El Casto de Asturias, y el obispo Teodomiro en el siglo IX. Hoy se encuentra una magnífica catedral en sitio.
Un Milagro
El Milagro del cojo Miguel de Calandra
Entre los muchos milagros ocurridos en el sagrado lugar donde la Virgen se apareció, sobresale el del cojo de Calandra. A este hombre le fue amputada una pierna en 1637 y en 1640 la pierna volvió a aparecer entera en su cuerpo. Hay varias versiones de como aconteció el suceso, pero lo importante es que sí hubo un milagro. Algunos dicen que sucedió cuando se le colocó aceite de la lámpara de la Virgen del Pilar, otros dicen que ocurrió mientras soñaba que visitaba la basílica. Cientos de personas fueron testigos de este acontecimiento y actualmente en la pared derecha de la basílica hay un cuadro que relata el prodigioso suceso.
Esta maravillosa basílica tiene once cúpulas y cuatro torres. La Capilla del Pilar es el lugar en el cual se sitúa la columna sobre la que se apareció la Virgen a Santiago. Según la tradición era una construcción externa al templo y que luego cuando se reformó el lugar fue integrado en el interior de la basílica.
El lugar más sagrado del templo es la santa columna sobre la cual se apareció la Virgen. El pilar es de jaspe, mide casi 2 metros y la pequeña estatua es de madera y tiene 38 cm.
La Crónica de Aragón
Y bien asi la primera voz que mas con efecto sono dela fe en Çaragoça que es cabeça de aragon tomo su mayor cimiento: porque viniendo a ella santiago el mayor: como algunos affirman y fasta enla minerua de roma por escripto se falla y fasta dentro enla casa sancta lo han por mucho cierto. conuirtio enla ciudad fasta siete varones cuyos nombres enel martilogio famoso de Cromacio se asientan: y son estos. torquato. tesifonte. segundo. indalecio. sicilio. esicio. eufrasio. el cuerpo del sancto indalecio truxo el rey don Sancho el quarto como a su natural y de su propia nacion a sant Johan dela peña: desde alla de piedra pisada. y fueron aquestos los primeros cristianos que nunca houo en la Europa. ca llego primero santiago aca: y antes que saliessen los apostolos de judea.
Y desta causa labro santiago enla misma ciudad la primera capilla que a honor de nuestra señora fue enel mundo labrada: porque al tiempo que della se despidio prometio delo assi fazer. y le fue por ella tan bien encargado: que donde quier que mas discipulos fiziesse ahi le fundasse vna capilla. y llamo la sancta maria del pilar. y la razon dello fue: porque orando vna noche orilla del rio con sus nueuos siete criados: oyo cantares marauillosos del cielo y aparecio le subito nuestra señora con gran muchedumbre y caualleria de angeles que ahun ella viuiendo la trahian sobre vn pilar assentada con excellente corona en la cabeça: y con aquella fiesta gloria y triunpho que a tan alta reynase perteneçia: y ahun despues dela hauer tan deuota y profundamente acatado quanto a señora tan alta y tan madre de dios era deuido y el podia cumplir: le fue por ella de nueuo mandado que assentasse la primera y su excellente capilla dela misma forma y manera que la el asento. ca le fazia saber y ahun le prometia que enella para siempre su jnmortal memoria seria festejada y ende seria tan por estremo y tan deuotamente su nombre acatado.
(Gauberto Fabricio de Vagad, Crónica de Aragón, Zaragoza: Pablo Hurus, 1499).
Oraciones a Nuestra Señora del Pilar
Oh Virgen del Pilar, Reina y Madre, España y todas las naciones hispanas reconocen con gratitud tu protección constante y esperan seguir contando con ella. Obténnos de tu Hijo fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Queremos que en todos los instantes de nuestra vida sintamos que tu eres nuestra Madre.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Súplica y Oración del Santo Padre Juan Pablo II
Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos.
Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad.
En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad.
Así sea.
(http://www.ewtn.com/spanish/Maria/Nuestra_Señora_del_Pilar_oraciones.htm)


11 octubre, 2024
San Juan XXIII CCLXI Papa, convocó al Concilio Vaticano II
¡Oh!; San Juan XXIII, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
su Papa y amado santo, que, desde siempre el llamado de Dios
sentisteis tanto que, abrazasteis jubiloso la “Regla de la
Orden franciscana seglar” como vuestro camino que, aunque
no del todo fácil, al cielo os dirigió inexorablemente. La
gente os conoció como el “Papa bueno”. Vuestro “Diario del
alma”, un dulce y amoroso testimonio de vuestra reflexión
espiritual donde reflejáis el sustento de San Carlos Borromeo,
San Francisco de Sales y San Gregorio Barbarigo. Vuestro lema
“Obediencia y paz”, marcó todo vuestro magisterio y vida a
la par de vuestras humanas dotes de solicitud y caridad.
Y, Jesús, nunca os dejó y por el contrario, os fortalecía
y os daba cada día confianza plena en SU Cruz. Ortodoxos
y musulmanes, os admiran hasta hoy, por vuestra tolerancia
y tino. En plena guerra noticias dabais sobre los prisioneros
y vuestras manos salvaron a cientos de judíos perseguidos.
Buscasteis siempre la sencillez evangélica, animado por una
piedad sincera, dedicado todos los días a la oración y a
la meditación. Pastor sabio y resuelto siempre a imitación
de los santos a quienes venerabais, reflejasteis a nuestro
“Buen Pastor”. Manso y atento; emprendedor y valiente; sencillo
y cordial. Nunca de practicar dejasteis de lado las obras
de misericordia, tanto corporales como espirituales visitando
a los encarcelados y a los enfermos. Recibíais a hombres
de todas las naciones y creencias y cultivabais un especial
sentimiento de paternidad hacia todos. Vuestro magisterio,
con vuestras encíclicas “Pacem in terris” y “Mater et magistra”,
son un legado eterno de vuestro corazón y amor por la humanidad.
Por todo ello, Dios os coronó con corona de luz y eternidad
como justo premio a vuestra entrega increíble de amor y fe;
¡oh!; San Juan XXIII, “viva obediencia y paz del Cristo Vivo”.
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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11 Octubre
San Juan XXIII
CCLXI Papa
Nació en el seno de una numerosa familia campesina, de profunda raigambre cristiana. Pronto ingresó en el Seminario, donde profesó la Regla de la Orden franciscana seglar. Ordenado sacerdote, trabajó en su diócesis hasta que, en 1921, se puso al servicio de la Santa Sede. En 1958 fue elegido Papa, y sus cualidades humanas y cristianas le valieron el nombre de “papa bueno”. Juan Pablo II lo beatificó el año 2000 y estableció que su fiesta se celebre el 11 de octubre.
Nació el día 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, diócesis y provincia de Bérgamo (Italia). Ese mismo día fue bautizado, con el nombre de Ángelo Giuseppe. Fue el cuarto de trece hermanos. Su familia vivía del trabajo del campo. La vida de la familia Roncalli era de tipo patriarcal. A su tío Zaverio, padrino de bautismo, atribuirá él mismo su primera y fundamental formación religiosa. El clima religioso de la familia y la fervorosa vida parroquial, fueron la primera y fundamental escuela de vida cristiana, que marcó la fisonomía espiritual de Ángelo Roncalli.
Recibió la confirmación y la primera comunión en 1889 y, en 1892, ingresó en el seminario de Bérgamo, donde estudió hasta el segundo año de teología. Allí empezó a redactar sus apuntes espirituales, que escribiría hasta el fin de sus días y que han sido recogidos en el «Diario del alma». El 1 de marzo de 1896 el director espiritual del seminario de Bérgamo lo admitió en la Orden franciscana seglar, cuya Regla profesó el 23 de mayo de 1897.
De 1901 a 1905 fue alumno del Pontificio seminario romano, gracias a una beca de la diócesis de Bérgamo. En este tiempo hizo, además, un año de servicio militar. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904, en Roma. En 1905 fue nombrado secretario del nuevo obispo de Bérgamo, Mons. Giácomo María Radini Tedeschi. Desempeñó este cargo hasta 1914, acompañando al obispo en las visitas pastorales y colaborando en múltiples iniciativas apostólicas: sínodo, redacción del boletín diocesano, peregrinaciones, obras sociales. A la vez era profesor de historia, patrología y apologética en el seminario, asistente de la Acción católica femenina, colaborador en el diario católico de Bérgamo y predicador muy solicitado por su elocuencia elegante, profunda y eficaz.
En aquellos años, además, ahondó en el estudio de tres grandes pastores: san Carlos Borromeo (de quien publicó las Actas de la visita apostólica realizada a la diócesis de Bérgamo en 1575), san Francisco de Sales y el entonces beato Gregorio Barbarigo. Tras la muerte de Mons. Radini Tedeschi, en 1914, don Ángelo prosiguió su ministerio sacerdotal dedicado a la docencia en el seminario y al apostolado, sobre todo entre los miembros de las asociaciones católicas.
En 1915, cuando Italia entró en guerra, fue llamado como sargento sanitario y nombrado capellán militar de los soldados heridos que regresaban del frente. Al final de la guerra abrió la «Casa del estudiante» y trabajó en la pastoral de estudiantes. En 1919 fue nombrado director espiritual del seminario.
En 1921 empezó la segunda parte de la vida de don Ángelo Roncalli, dedicada al servicio de la Santa Sede. Llamado a Roma por Benedicto XV como presidente para Italia del Consejo central de las Obras pontificias para la Propagación de la fe, recorrió muchas diócesis de Italia organizando círculos de misiones. En 1925 Pío XI lo nombró visitador apostólico para Bulgaria y lo elevó al episcopado asignándole la sede titular de Areópoli. Su lema episcopal, programa que lo acompañó durante toda la vida, era: «Obediencia y paz».
Tras su consagración episcopal, que tuvo lugar el 19 de marzo de 1925 en Roma, inició su ministerio en Bulgaria, donde permaneció hasta 1935. Visitó las comunidades católicas y cultivó relaciones respetuosas con las demás comunidades cristianas. Actuó con gran solicitud y caridad, aliviando los sufrimientos causados por el terremoto de 1928. Sobrellevó en silencio las incomprensiones y dificultades de un ministerio marcado por la táctica pastoral de pequeños pasos. Afianzó su confianza en Jesús crucificado y su entrega a él.
En 1935 fue nombrado delegado apostólico en Turquía y Grecia. Era un vasto campo de trabajo. La Iglesia católica tenía una presencia activa en muchos ámbitos de la joven república, que se estaba renovando y organizando. Mons. Roncalli trabajó con intensidad al servicio de los católicos y destacó por su diálogo y talante respetuoso con los ortodoxos y con los musulmanes. Cuando estalló la segunda guerra mundial se hallaba en Grecia, que quedó devastada por los combates. Procuró dar noticias sobre los prisioneros de guerra y salvó a muchos judíos con el «visado de tránsito» de la delegación apostólica. En diciembre de 1944 Pío XII lo nombró nuncio apostólico en París.
Durante los últimos meses del conflicto mundial, y una vez restablecida la paz, ayudó a los prisioneros de guerra y trabajó en la normalización de la vida eclesiástica en Francia. Visitó los grandes santuarios franceses y participó en las fiestas populares y en las manifestaciones religiosas más significativas. Fue un observador atento, prudente y lleno de confianza en las nuevas iniciativas pastorales del episcopado y del clero de Francia. Se distinguió siempre por su búsqueda de la sencillez evangélica, incluso en los asuntos diplomáticos más intrincados. Procuró actuar como sacerdote en todas las situaciones. Animado por una piedad sincera, dedicaba todos los días largo tiempo a la oración y la meditación.
En 1953 fue creado cardenal y enviado a Venecia como patriarca. Fue un pastor sabio y resuelto, a ejemplo de los santos a quienes siempre había venerado, como san Lorenzo Giustiniani, primer patriarca de Venecia.
Tras la muerte de Pío XII, fue elegido Papa el 28 de octubre de 1958, y tomó el nombre de Juan XXIII. Su pontificado, que duró menos de cinco años, lo presentó al mundo como una auténtica imagen del buen Pastor. Manso y atento, emprendedor y valiente, sencillo y cordial, practicó cristianamente las obras de misericordia corporales y espirituales, visitando a los encarcelados y a los enfermos, recibiendo a hombres de todas las naciones y creencias, y cultivando un exquisito sentimiento de paternidad hacia todos. Su magisterio, sobre todo sus encíclicas «Pacem in terris» y «Mater et magistra», fue muy apreciado.
Convocó el Sínodo romano, instituyó una Comisión para la revisión del Código de derecho canónico y convocó el Concilio ecuménico Vaticano II. Visitó muchas parroquias de su diócesis de Roma, sobre todo las de los barrios nuevos. La gente vio en él un reflejo de la bondad de Dios y lo llamó «el Papa de la bondad». Lo sostenía un profundo espíritu de oración. Su persona, iniciadora de una gran renovación en la Iglesia, irradiaba la paz propia de quien confía siempre en el Señor. Falleció la tarde del 3 de junio de 1963.
Juan Pablo II lo beatificó el 3 de septiembre del año 2000, y estableció que su fiesta se celebre el 11 de octubre, recordando así que Juan XXIII inauguró solemnemente el Concilio Vaticano II el 11 de octubre de 1962.


10 octubre, 2024
San Daniel Comboni, Fundador de los Misioneros Combonianos
¡Oh!, San Daniel Comboni, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado santo, y, el que el “Instituto
para las Misiones en África” fundasteis, y elegido
como su obispo, os entregasteis al servicio de Dios,
predicando el Evangelio y por la dignidad humana
trabajando y haciéndola respetar. Se os considera
como el primer Obispo del África central y uno de los
grandes misioneros de la historia de la Iglesia. Al
África marchasteis con la bendición de vuestra madre
Doménica, quien os dijo antes de partir: “Vete, y que
el Señor te bendiga”. Clima insoportable, enfermedades,
muerte de jóvenes compañeros y pobreza de la gente os
empujaron siempre hacia adelante ir, y a no renunciar.
“Tendremos que fatigarnos, sudar, morir; pero al pensar
que se suda y se muere por amor de Jesucristo y la
salvación de las almas abandonadas de este mundo,
encuentro el consuelo para no desistir en esta gran
empresa. ¡África o muerte!”; a vuestros padres os
decíais en voz alta. Ante la tumba de San Pedro, en
Roma, vuestro “Plan para la regeneración de África”
redactasteis y que era “Salvar África por medio de
África”. Vuestro amor y confianza en el Señor, os
llevaron a fundar dos institutos más: los“Misioneros
Combonianos y las Misioneras Combonianas”. En el
"Concilio Vaticano I”, participasteis consiguiendo
se firmara vuestra famosa petición: “Postulatum pro
Nigris Africæ Centralis”. Tomasteis “como fiel y amada
esposa”, a la Cruz Santa, que nunca os abandonó. Y,
cuando os ibais de este mundo, rodeado de vuestra gente,
dijisteis: “Yo muero pero mi obra, no morirá”. ¡Palabras
ciertas y cabales! Y, así, y luego de gastar vuestra
santa vida en buena lid, entregasteis vuestra alma a
Dios, para coronada ser, con corona de luz, como premio
a vuestro grande amor y fe. ¡Aleluya! ¡Aleluya" ¡Aleluya!
¡Oh!, San Daniel Comboni, “Vivo y fiel Apóstol de Dios".
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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10 de Octubfre
San Daniel Comboni
Fundador de los Misioneros Combonianos
Santo Obispo
Martirologio Romano: En Khartum, en Sudán, san Daniel Comboni, obispo, que fundó el Instituto para las Misiones en África (Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús), y tras ser elegido obispo en ese continente, se entregó sin reservas y predicó el Evangelio por aquellas regiones, trabajando también por hacer respetar la dignidad humana. († 1881)
Daniel Comboni, hijo de campesinos pobres, llegó a ser el primer Obispo de Africa Central y uno de los más grandes misioneros de la historia de la Iglesia.
La vida de Comboni nos muestra que, cuando Dios interviene y encuentra una persona generosa y disponible, se realizan grandes cosas.
Hijo único: padres santos
Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831, en una familia de campesinos al servicio de un rico señor de la zona. Su padre Luigi y su madre Domenica se sienten muy unidos a Daniel, que es el cuarto de ocho hijos, muertos casi todos ellos en edad temprana. Ellos tres forman una familia unida, de fe profunda y rica de valores humanos, pero pobre de medios materiales. La pobreza de la familia empuja a Daniel a dejar el pueblo para ir a la escuela a Verona, en el Instituto fundado por el sacerdote don Nicola Mazza para jóvenes prometedores pero sin recursos.
Durante estos años pasados en Verona Daniel descubre su vocación sacerdotal, cursa los estudios de filosofía y teología y, sobre todo, se abre a la misión de Africa Central, atraído por el testimonio de los primeros misioneros del Instituto Mazza que vuelven del continente africano. En 1854, Daniel Comboni es ordenado sacerdote y tres años después parte para la misión de Africa junto a otros cinco misioneros del Istituto Mazza, con la bendición de su madre Domenica que llega a decir: «Vete, Daniel, y que el Señor te bendiga».
En el corazón de Africa: con Africa en el corazón
Después de cuatro meses de viaje, el grupo de misioneros del que forma parte Comboni llega a Jartum, la capital de Sudán. El impacto con la realidad Africana es muy fuerte. Daniel se da cuenta en seguida de las dificultades que la nueva misión comporta. Fatigas, clima insoportable, enfermedades, muerte de numerosos y jóvenes compañeros misioneros, pobreza de la gente abandonada a si misma, todo ello empuja a Comboni a ir hacia adelante y a no aflojar en la tarea que ha iniciado con tanto entusiasmo. Desde la misión de Santa Cruz escribe a sus padres: «Tendremos que fatigarnos, sudar, morir; pero al pensar que se suda y se muere por amor de Jesucristo y la salvación de las almas más abandonadas de este mundo, encuentro el consuelo necesario para no desistir en esta gran empresa».
Asistiendo a la muerte de un joven compañero misionero, Comboni no se desanima y se siente confirmado en la decisión de continuar su misión: «Africa o muerte!».
Cuando regresa a Italia, el recuerdo de Africa y de sus gentes empujan a Comboni a preparar una nueva estrategia misionera. En 1864, recogido en oración sobre la tumba de San Pedro en Roma, Daniel tiene una fulgurante intuición que lo lleva a elaborar su famoso «Plan para la regeneración de Africa», un proyecto misionero que puede resumirse en la expresión «Salvar Africa por medio de Africa», fruto de su ilimitada confianza en las capacidades humanas y religiosas de los pueblos africanos.
Un Obispo misionero original
En medio de muchas dificultades e incomprensiones, Daniel Comboni intuye que la sociedad europea y la Iglesia deben tomarse más en serio la misión de Africa Central. Para lograrlo se dedica con todas sus fuerzas a la animación misionera por toda Europa, pidiendo ayudas espirituales y materiales para la misión africana tanto a reyes, obispos y señores como a la gente sencilla y pobre. Y funda una revista misionera, la primera en Italia, como instrumento de animación misionera.
Su inquebrantable confianza en el Señor y su amor a Africa llevan a Comboni a fundar en 1867 y en 1872 dos Institutos misioneros, masculino y femenino respectivamente; más tarde sus miembros se llamarán Misioneros Combonianos y Misioneras Combonianas.
Como teólogo del Obispo de Verona participa en el Concilio Vaticano I, consiguiendo que 70 obispos firmen una petición en favor de la evangelización de Africa Central (Postulatum pro Nigris Africæ Centralis).
El 2 de julio de 1877, Comboni es nombrado Vicario Apostólico de Africa Central y consagrado Obispo un mes más tarde. Este nombramiento confirma que sus ideas y sus acciones, que muchos consideran arriesgadas e incluso ilusorias, son eficaces para el anuncio del Evangelio y la liberación del continente africano.
Durante los años 1877-1878, Comboni sufre en el cuerpo y en el espíritu, junto con sus misioneros y misioneras, las consecuencias de una sequía sin precedentes en Sudán, que diezma la población local, agota al personal misionero y bloquea la actividad evangelizadora.
La cruz como «amiga y esposa»
En 1880 Comboni vuelve a Africa por octava y última vez, para estar al lado de sus misioneros y misioneras, con el entusiasmo de siempre y decidido a continuar la lucha contra la esclavitud y a consolidar la actividad misionera. Un año más tarde, puesto a prueba por el cansancio, la muerte reciente de varios de sus colaboradores y la amargura causada por acusaciones infundadas, Comboni cae enfermo. El 10 de octubre de 1881, a los 50 años de edad, marcado por la cruz que nunca lo ha abandonado «como fiel y amada esposa», muere en Jartum, en medio de su gente, consciente de que su obra misionera no morirá. «Yo muero –exclama– pero mi obra, no morirá».
Comboni acertó. Su obra no ha muerto. Como todas las grandes realidades que « nacen al pie de la cruz », sigue viva gracias al don que de la propia vida han hecho y hacen tantos hombres y mujeres que han querido seguir a Comboni por el camino difícil y fascinante de la misión entre los pueblos más pobres en la fe y más abandonados de la solidaridad de los hombres.
Fechas más importantes
— Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831.
— Consagra su vida a Africa en 1849, realizando un proyecto que lo lleva a arriesgar la vida varias veces en las difíciles expediciones misioneras desde 1857, que es cuando va por primera vez a Africa.
— El 31 de diciembre de 1854, año en que se proclama el dogma de la Inmaculada Concepción de María, es ordenado sacerdote por el Beato Juan Nepomuceno Tschiderer, Obispo de Trento.
— En 1864 escribe un Plan fundado sobre la idea de « salvar Africa por medio de Africa », que demuestra la confianza que Comboni tiene en los africanos, pensando que serán ellos los protagonistas de su propia evangelización (Plan de 1864).
— Fiel a su consigna « Africa o muerte », no obstante las dificultades sigue con su Plan fundando, en 1867, el Instituto de los Misioneros Combonianos.
— Voz profética, anuncia a toda la Iglesia, sobre todo en Europa, que ha llegado la hora de evangelizar a los pueblos de Africa. No teme presentarse, como simple sacerdote que es, a los Obispos del Concilio Vaticano I, pidiéndoles que cada Iglesia local se comprometa en la conversión de Africa (Postulatum, 1870).
— Demostrando un valor fuera de lo común, Comboni consigue que también las religiosas participen directamente en la misión de Africa Central, siendo el primero en tomar tal iniciativa. En 1872, funda un Instituto de religiosas dedicadas exclusivamente a la misión: las Hermanas Misioneras Combonianas.
— Gasta todas sus energías por los africanos y lucha con tesón para que sea abolida la esclavitud.
— En 1877, es consagrado Obispo nombrado Vicario Apostólico de Africa Central.
— Muere en Jartum, Sudán, abatido por las fatigas y cruces, en la noche del 10 de octubre de 1881.
— El 26 de marzo de 1994, se reconoce la heroicidad de sus virtudes.
— El 6 de abril de 1995, se reconoce el milagro realizado por su intercesión en una muchacha afrobrasileña, la joven María José de Oliveira Paixão.
— El 17 de marzo de 1996, es beatificado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.
— El 20 de diciembre 2002, se reconoce el segundo milagro realizado por su intercesión en une madre musulmana del Sudan, Lubna Abdel Aziz.
— El 5 de octubre de 2003, es canonizado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.
Autor: Vaticano | Fuente: Vatican.va


09 octubre, 2024
San John Henry Newman, de anglicano a cardenal de la Iglesia Católica
¡Oh! San John Henry Newman, vos sois el hijo del Dios
de la Vida, su amado cardenal y santo. Anglicano
prominente y luego converso al catolicismo. Teólogo
brillante y converso al catolicismo. Pesbítero de
la Iglesia anglicana, vuestro amor por la verdad y
vuestra docilidad, permitieron que el Espíritu Santo
os condujese hacia vuestra conversión. Ya, católico
contribuisteis a la enseñanza de la Iglesia, por
vuestro vasto conocimiento de la teología. El Papa
León XIII, os creó cardenal de la Iglesia Católica.
Durante dos décadas estuvisteis al servicio de la
Iglesia anglicana hasta vuestra conversión definitiva
al catolicismo. Vos, fundasteis el Oratorio de San
Felipe Neri en Inglaterra, desarrollasteis una labor
prolífica, escribiendo libros y más de veinte mil
cartas. Siendo cardenal, vuestro lema fue: “Cor ad
cor loquitur”, que significa "El corazón habla al
corazón", como respuesta a su “vuelta a casa”, donde
reside el Dios Verdadero. Y, así, un día, vos donasteis
vuestra alma a Dios, siendo beatificado por el Papa
Benedicto XVI, por una curación milagrosa del diácono
Jack Sullivan, de Braintree, Massachusetts. El Papa
Francisco, os canonizó por la curación definitiva
de una mujer embarazada que sufrió de una profusa
hemorragia interna. Vos, sois el patrono del Ordinario
Personal de Nuestra Señora de Walsingham, y del
Oratorio de Birmingham, Inglaterra, considerado como
vuestro santuario. El postulador de vuestra causa
el P. Ignatius Harrison dijo de vos: “Newman fue una
figura central dentro del Movimiento de Oxford en la
Iglesia de Inglaterra, y esto lo ayudó a hacer su
contribución teológica y espiritual única al catolicismo
después de su conversión". El mismo añadió: "que el
largo peregrinaje espiritual de Newman ‘de las sombras
y las imágenes a la verdad’ alienta a todos los cristianos
a perseverar en su búsqueda de Dios por encima de todo.
Su conversión al catolicismo es un claro ejemplo de
cómo Dios usa todas las circunstancias de nuestras vidas
para atraernos a sí mismo, a su propio buen tiempo y
de muchas maneras diferentes”. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Oh! San John Henry Newman, "vivo amor por el Dios Vivo".
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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San John Henry Newman (1801-1890), figura prominente del catolicismo británico, brillante teólogo y uno de los más celebrados conversos al catolicismo de los últimos siglos.
Un corazón arrepentido
Nacido en Londres (Reino Unido) el 21 de febrero de 1801, fue primero presbítero de la Iglesia anglicana, hasta su conversión al catolicismo en 1845. Su amor y apertura a la verdad, así como la docilidad con la que se dejó conducir por el Espíritu Santo, lo impulsaron a dar tan grande paso.
Como católico profundizó y contribuyó a la enseñanza de la Iglesia, gracias a su amplio conocimiento de la teología y a su mirada aguda sobre los tiempos modernos, mirada cimentada en el Evangelio. Fue elevado a la dignidad cardenalicia por decisión del Papa León XIII.
Vuelta a las fuentes
En su juventud estuvo vinculado al denominado Movimiento de Oxford, llegando a ser una de sus figuras más importantes. Dicho movimiento -integrado por destacados intelectuales vinculados a la no menos prestigiosa universidad- aspiraba a que la Iglesia de Inglaterra volviera a sus raíces, lo que derivó en posiciones teológicas cada vez más cercanas al catolicismo y en el consiguiente deseo de sus miembros de incorporarse a la Iglesia Católica.
Después de concluir sus estudios en el Trinity College de la Universidad de Oxford, Newman fue ordenado presbítero de la Iglesia anglicana el 29 de mayo de 1825. Fueron dos décadas las que estuvo al servicio de dicha Iglesia hasta que se produjo su conversión definitiva al catolicismo en el año 1845. Dos años más tarde recibiría la sagrada orden sacerdotal en la Iglesia Católica, el 30 de mayo de 1847.Retorno a casa
Newman fue el fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra y desarrolló una prolífica obra: fue autor de 40 libros y 21 mil cartas.
Al ser creado cardenal en 1879 por León XIII, Newman tomó como lema “Cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón) como expresión de su experiencia de conversión, que es una “vuelta a casa”, un viaje de retorno hacia lo más íntimo del corazón, allí donde reside Dios.
Milagros
El Cardenal Newman falleció en
Edgbaston (Inglaterra), en 1890. Fue beatificado por el Papa Benedicto
XVI el 19 de septiembre de 2010, gracias a la curación milagrosa del
diácono Jack Sullivan, de Braintree, Massachusetts (EE.UU.), quien se
recuperó de una dolencia en la columna vertebral que le impedía caminar.
El Papa Francisco lo canonizó el 13 de octubre de 2019, en virtud de la curación inmediata y definitiva de una mujer embarazada que sufrió de una profusa hemorragia interna. La hemorragia no pudo ser controlada por los médicos, pero se detuvo cuando la madre pidió la intercesión del santo -ella había visto recientemente el documental sobre la vida de John Henry Newman a través de EWTN-.
El bebé nació completamente sano y la madre quedó totalmente restablecida.
Impacto en la cultura católica actual
San John Henry Newman es el patrono del Ordinario Personal de Nuestra Señora de Walsingham, y del Oratorio de Birmingham, Inglaterra, que es considerado su santuario. Sus restos reposan en el pequeño cementerio católico de Rednal, en la misma localidad (Birmingham).
El postulador de la causa de canonización del Cardenal Newman, P. Ignatius Harrison, señaló en el año 2019: “Newman fue una figura central dentro del Movimiento de Oxford en la Iglesia de Inglaterra, y esto lo ayudó a hacer su contribución teológica y espiritual única al catolicismo después de su conversión en 1845”.
Harrison añadió que el “largo peregrinaje espiritual de Newman ‘de las sombras y las imágenes a la verdad’ alienta a todos los cristianos a perseverar en su búsqueda de Dios por encima de todo… Su conversión al catolicismo es un claro ejemplo de cómo Dios usa todas las circunstancias de nuestras vidas para atraernos a sí mismo, a su propio buen tiempo y de muchas maneras diferentes”.
¡San John Henry Newman, intercede por la fidelidad al Evangelio de quienes participan en el Sínodo de la Sinodalidad!
(https://www.aciprensa.com/noticias/96151/cada-9-de-octubre-se-celebra-a-san-john-henry-newman-converso-del-anglicanismo)


08 octubre, 2024
Santas Pelagia (+ 468) y Tais (+ 348), Penitentes
¡Oh!, Santas Pelagia y Tais, sois vosotras
las hijas del Dios de la Vida y sus amadas
santas. Las mismas penitentes, que despeñadas
sus vidas trocaron por la Cruz santa del Dios
eterno y reconciliándoos con Él, la eterna gloria
alcanzasteis, en el mundo del tiempo vuestro.
¿Que no hay esperanza ni perdón para tales
vidas? ¡Claro que la hay!, por ello hoy brilláis
luciendo corona de luz, como premio justo
al amor de Cristo Jesús, e invitando a las mujeres
de este tiempo, que, errantes y perdidas en las
calles de este mundo vagan sin esperanza alguna,
para que os imiten, en santidad y amor y un
día, al igual que vosotras, alcanzar puedan la
gloria de la eternidad de la vida al lado de Dios;
¡oh!, Santas Pelagia y Tais, “vivas luces del Dios Vivo”.
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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08 de Octubre
Santas Pelagia (+ 468) y Tais (+ 348), Penitentes
La antigüedad cristiana se alimentó con el encanto de estas dos historias que de algún modo llevan al corazón cristiano la añoranza de la inocencia perdida y animan a la vuelta. Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes, habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del desorden y la lejanía de Dios, pues, mira… resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores. Estas actitudes están personificadas en Pelagia y Tais.
Pelagia
Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba “Margarita” que es la traducción de “gema”, quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.
Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo. Bastó oírlo para que Dios la moviera a sincera conversión, pidiera el bautismo y cambiara sus danzas, sus máscaras y abalorios por la penitencia. Termina el relato de su historia diciendo que murió penitente en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, en el año 468, disimulando con una máscara su condición de mujer, habiéndose hecho llamar Pelagio.
Tais
Fue anterior a Pelagia en el tiempo y en los oficios. Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución de Alejandría.
Refiere la narración que Pafnucio, el del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron resultado. Provocó un encuentro con ella y fue el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ahora está deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante, recurre a la misericordia de Dios y pide que se le imponga penitencia. Muere penitente reconciliada por los años 348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy. Es patrona de Alejandría y se la representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas.
Las dos son una delicada muestra que realza la misericordia del Señor.


07 octubre, 2024
Nuestra Señora del Rosario
¡Oh!, María, Nuestra Señora del Rosario, Santa Madre
de Dios, Vos, sois la Corona Mariana, que invitáis
a vuestros hijos, a la meditación de los misterios
de Cristo, amadísimo Hijo Vuestro, porque Vos,
estuvisteis unida a la encarnación, vida, pasión,
muerte y resurrección de Aquél, por vuestro filial
y grande Amor. Así, os aparecisteis a Santo Domingo
con un rosario en las manos y enseñándole a rezarlo,
le pedisteis que lo difundiera entre los hombres,
con promesas diferentes para quienes así lo hicieran.
Y, Domingo, fiel y leal siervo vuestro, así lo hizo,
enseñándolo a los soldados liderados por su amigo
Simón Cuarto de Montfort, antes de medir fuerzas
en la Batalla de Muret, y cuya victoria se os atribuyó
a Vos, María, Señora Nuestra, Santa Madre del Redentor.
Por ello, Montfort os erigió la primera capilla
dedicada a Vos. Y, cuando vuestra devoción había
decaído, nuevamente os aparecisteis al beato Alano
de la Rupe, pidiéndole, para que la reviviese y que
recogiera en un libro todos los milagros llevados
a cabo por su rezo y le recordasteis las promesas que
siglos atrás, Vos, disteis a Santo Domingo. Y, así,
vuestra devoción se arraigó más en nuestro pueblo,
que popularizó y extendió con alegría San Pío V Papa,
el día de la victoria total de la batalla de Lepanto,
atribuida también a Vos, Santa María, Madre de Dios.
¡Dios te salve María llena eres de Gracia, el Señor
está contigo y Bendita eres entre todas las mujeres!
¡Oh!, María, Señora Nuestra del Rosario, “Viva Madre de Dios”.
© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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7 de Octubre
Nuestra Señora del Rosario
Advocación Mariana
Fiesta
Martirologio Romano: Memoria de la santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen.
En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.
El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla de Lepanto (1571), victoria atribuída a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario. Más hoy la Iglesia no nos invita tanto a rememorar un suceso lejano cuanto a descubrir la importancia de María dentro del misterio de la salvación y a saludarla como Madre de Dios, repitiendo sin cesar: Ave María. La celebración de este día es una invitación a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

