04 abril, 2014

San Isidoro de Sevilla

 
Oh, San Isidoro de Sevilla, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo y, quiso Él, que, de “santos”,
vuestra familia fuera. Y, bastó ello,
para convertiros en hombre sabio y
prudente, y, que, ensalzasteis al Dios
eterno con exégetas escritos sobre
cada uno de los Libros de la Sagrada
Biblia, cuya lectura os encantaba y
la amabais y recomendabais su lectura
a los fieles del tiempo vuestro. Las
viejas calles de Sevilla, saben del
amor a los pobres, que era sustento
vuestro, y el tiempo todo. Sin duda
alguna, vos, el “verdadero puente”
fuisteis entre la Edad Antigua y la
Edad Media. Vos, fuisteis el obispo
más sabio de vuestro tiempo. Dueño
de la mejor biblioteca de la nación,
escribisteis varios libros, entre ellos
“Las Etimologías”, conocido como el
“Primer Diccionario” que en Europa
se hizo. San Ildefonso, dice de vos
así: “la facilidad de palabra era
tan admirable en San Isidoro, que las
multitudes acudían de todas partes a
escucharle y todos quedaban maravillados
de su sabiduría y del gran bien que
se obtenía al oír sus enseñanzas”. Y,
justo, cuando todo fue hecho, y vos,
habíais gastado vuestra en vida en buena
lid, Dios, os recogió para cubrir vuestra
alma de gloria y eternidad, como premio
a vuestro santo amor desplegado en vida;
oh, San Isidoro; “regalo de la divinidad
”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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4 de abril en Perú
San Isidoro de Sevilla
Arzobispo
(año 636)
 
Isidoro significa: “Regalo de la divinidad (Isis: divinidad. Doro: regalo)”. Nació en Sevilla en el año 556. Era el menor de cuatro hermanos, todos los cuales fueron santos y tres de ellos obispos. San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina se llamaron sus hermanos.
 
Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación obteniendo que Isidoro adquiriera el hábito o costumbre de dedicar mucho tiempo a estudiar y leer, lo cual le fue de gran provecho para toda la vida.
 
Al morir Leandro, lo reemplazó Isidoro como obispo de Sevilla, y duró 38 años ejerciendo aquel cargo, con gran brillo y notables éxitos.
 
Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación. Escribió varios libros que se hicieron famosos y fueron muy leídos por varios siglos como por ej. Las Etimologías, que se pueden llamar el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió La Historia de los Visigodos y biografías de hombres ilustres.
 
San Isidoro es como un puente entre la Edad Antigua que se acababa y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y especialísimamente en España, y su ejemplo llevó a muchos a dedicar sus tiempos libres al estudio y a las buenas lecturas.
 
Fue la figura principal en el Concilio de Toledo (año 633) del cual salieron leyes importantísimas para toda la Iglesia de España y que contribuyeron muy fuertemente a mantener firme la religiosidad en el país.
 
Se preocupaba mucho porque el clero fuera muy bien instruido y para eso se esforzó porque en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los Dice San Ildefonso que “la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas”.futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes.
 
Su amor a los pobres era inmenso, y como sus limosnas eran tan generosas, su palacio se veía continuamente visitado por gentes necesitadas que llegaban a pedir y recibir ayudas.
 
De todas las ciencias la que más le agradaba y más recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió unos comentarios acerca de cada uno de los libros de la S. Biblia. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636.
 
La Santa Sede de Roma lo declaró “Doctor de la Iglesia”.
 
 

03 abril, 2014

San Ricardo de Chichester

 
Oh, San Ricardo de Chichester, vos, sois
el hijo del Dios de la vida, y su amado
santo, que, honor hicisteis al significado
de vuestro nombre: “Aquél que es un líder”.
Maltratado por la realeza, os mostrasteis,
afable y generoso en ayudar a los pobres.
Vivía, en vuestro tiempo, el clero, en lujos
del poder, y el pueblo, en cruel miseria,
triste y pobre, y ésta última condición, fue
vuestro natural amor, pues, los sacasteis
de la ignorancia y la superstición en la
que sumidos estaban. Vuestra bandera la
justicia, la moral y la lucha contra los
avaros fue. Aunque increíble parezca, obispo
vagabundo fuisteis, en vuestra legítima
diócesis e hicisteis de misionero, a pie
viajando y la palabra de Dios, diseminándola
en las casas de pescadores y catequizando
a gente los humilde, compartiendo de olla,
los alimentos. El mal uso poder y los vicios
de vuestra época, condenasteis con gran
energía y, a cabo llevasteis, una pastoral
de amor y de fe, con el evangelio de Cristo.
Dios, jamás os abandonó y vos, habiendo
gastado vuestra vida en buena lid, al cielo
anhelado partisteis, para coronado ser de
luz, como premio justo a vuestros desvelos,
navegante a contra corriente, luz en la noche;
oh, San Ricardo de Chichester, “líder de la luz”.
 
© 2014 Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Abril
San Ricardo de Chichester
Obispo, 3 de abril
 
Martirologio Romano: En Chichester, en Inglaterra, san Ricardo, obispo, que, desterrado por el rey Enrique III y restituido después en la sede, se mostró generoso en ayudar a los pobres (1235).
 
Etimológicamente: Ricardo = Aquel que es un líder, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 22 de enero de 1262 por el Papa Urbano IV.
 
A finales del siglo XII nace Ricardo, en Wyche, en una familia de trabajadores del campo. Choca la austeridad y dureza permanente de su vida con el estilo de los grandes de su tiempo. Los obispos son “lores” y amantes de los cuidados humanos; los monjes abundan en la prosperidad y el lujo; los nobles son ambiciosos y en el trono se aprecia una corriente fuertemente regalista. La clase baja del pueblo es pobre y está sumida en la ignorancia y en la superstición. Ricardo es enérgico e intransigente cuando se tratan asuntos en los que está presente la injusticia, la inmoralidad o la avaricia.
 
Posiblemente esta condición natural en él sea lo que le lleva a un distanciamiento, cuando no rechazo de los poderosos. El caso es que la austeridad vivida en casa de sus padres -cuando fue niño- debió prepararle para la misión que había de desempeñar de adulto.
 
Marcha a estudiar a Oxford donde tiene buenos maestros franciscanos y dominicos; y como los recursos no estiran más, pasó hambre y frío. Una corta estancia en París y vuelta a Oxford, graduándose en Artes. En Bolonia aprende durante siete años los cánones, haciendo lo que hoy llamaríamos la carrera de Derecho. Cuando vuelve a Oxford es nombrado Canciller de la Universidad, Canciller del arzobispado de Canterbury y también de Lincoln, donde estaba de obispo su antiguo amigo y profesor Grosseteste. Ejerce la docencia en Orleáns por dos años y allí se ordena sacerdote.
 
El Arzobispo de Canterbury lo nombra obispo de Chichester, a la muerte del obispo Ralph Neville. Y aquí comienza una etapa de dificultades mayores y de vigoroso testimonio.
 
El rey Enrique III, que se apodera por sistema de los beneficios eclesiásticos vacantes, se opone rotundamente a esta elección. Además, prefiere para la sede libre a Roberto Passelewe por razones de “erario real”. Interviene el papa Inocencio IV que está presidiendo en este tiempo el concilio de Lyon, confirmando el nombramiento de Ricardo y consagrándolo personalmente, el 5 de marzo de 1245. Pero esto pone peor las cosas. Y es que el alto prestigio adquirido por el papado desde el siglo IX ha venido a menos desde que se hundió la Casa de Hohenstaufen y los papas se han inclinado hacia Francia; la rivalidad existente entre Inglaterra y Francia provoca de rebote reacciones contra Roma que se manifiestan en un fuerte nacionalismo inglés, en la resistencia del trono a aceptar las decisiones del papa y en intransigencias e intromisiones en las materias mixtas. Hasta los Legados pontificios son mal recibidos, si no ignorados, en la corte inglesa.
 
En estas circunstancias, el nombramiento de Ricardo ha caído, humanamente, en mal momento. El rey ha mandado cerrarle físicamente las puertas del palacio episcopal y ha prohibido darle cobijo y dinero. El temor de la gente a la venganza real lleva a que se vea a Ricardo-obispo vagabundo por su legítima diócesis, haciendo de obispo misionero, viajando a pie y desprovisto de servicio. Debía ser una estampa curiosa en la época en que los obispos eran “lores” y jamás trabajaban sin séquito. Visita las casas de los pescadores y catequiza a los humildes con quienes comparte alimento. ¡Todo un escándalo para altos eclesiásticos que gustan de fastuosidades y de monjes que disfrutan de buena mesa! Condena los abusos de poder y los vicios de la época con extraordinaria energía; de modo especial presenta una defensa a ultranza del derecho frente a la arbitrariedad y al abuso de poder; predica la doctrina evangélica frente al nepotismo reinante.
 
Fueron ocho años de obispo en que supo mantenerse, con fortaleza, libre de presiones. De hecho, nadie se explica cómo fue posible reunir una y otra vez a su Cabildo para sacar adelante las Constituciones que son de esa época y sientan los modos de hacer en adelante, señalando una praxis pastoral distinta y más adecuada a los principios evangélicos.
 
Murió en la casa-asilo -”Mas-Dieu”- para sacerdotes pobres y peregrinos, a los 55 años.
 
Navegar contra corriente tiene sabor de Evangelio, pero precisa rectitud, austeridad y disposición a aceptar el sufrimiento.
 

02 abril, 2014

San Francisco de Paula


Oh, San Francisco de Paula; vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo. Ermitaño de vida y de los “Mínimos
de Calabria”, fundador. Prescribisteis
para vuestros discípulos, que sólo de limosnas
viviesen, sin tener propiedad alguna, ni
al dinero apego, y que, en sus días,
de alimentos cuaresmales viviesen. Y,
claro, honor haciendo al significado
de vuestro nombre: “el abanderado”, así
lo fuisteis, pues en guía seguro de vuestros
“Mínimos” os convertisteis en todo género
de cosas. Vos, vestisteis franciscano hábito,
a temprana edad y, habiendo desaparecido
de pronto, un cazador, os descubrió alojado
en una cueva en la montaña. Vuestra fama
de santo y de vuestros milagros, llamó
a los jóvenes a imitaros en vuestra vida.
Pan, pescado, agua y verduras eran vuestros
diarios alimentos. Y, quiso Dios, que
después de haber gastado vuestra santa vida,
que marchase vuestra alma al cielo en un
especial día: Un Viernes Santo glorioso,
para coronado ser con corona de luz y eternidad
como justo premio, a vuestra terrena cuaresma.
Santo modelo de valentía para denunciar “las
malversaciones de los poderosos” y Santo
Patrono de todos los hombres de la mar;
Oh, San Francisco de Paula; “amor, fe y luz”.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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2 de Abril
San Francisco de Paula
Eremita y Fundador de la Orden
de los Mínimos en Calabria


Martirologio Romano: San Francisco de Paula, ermitaño, fundador de la Orden de los Mínimos en Calabria, prescribiendo a sus discípulos que viviesen de limosnas, no teniendo propiedad ni manipulando dinero, y que utilizasen sólo alimentos cuaresmales. Llamado a Francia por el rey Luis XI, le asistió en el lecho de muerte, y célebre por la austeridad de vida, murió a su vez en Plessis-les-Tours, junto a Tours (1507).

Etimológicamente: Francisco = el abanderado, de origen germano. Fecha de canonización: En 1519 por el Papa León X.
 
Francisco nació en Paula, región de Calabria (Italia) en el año 1416, y es uno de los más jóvenes fundadores de órdenes religiosas que recuerda la historia.
 
A los trece años vistió el hábito franciscano, pero dos años más tarde desapareció. Después de algunos años lo descubrió un cazador en un refugio en las ásperas montañas cerca de Cosenza.
 
La fama de su santidad y de sus milagros atrajo a un buen número de jóvenes deseosos de seguir su ejemplo, con los cuales fundó la Orden de los Mínimos o Ermitaños de san Francisco de Asís.
Los invitó a la penitencia, reduciendo su alimentación durante los 365 días del año a pan, pescado, agua y verduras.
 
Pero las duras penitencias no acortaron su vida, pues vivió hasta la edad de 91 años. Murió un viernes santo, el 2 de abril de 1507, mientras se encontraba en Francia, en Plessis-les-Tours.
 
Fue canonizado por el Papa León X en 1519, a los doce años de su muerte, y aún hoy se le propone no sólo como modelo de penitencia, sino también -como dijo Pablo VI el 27 de mayo de 1977- como modelo de valentía para denunciar “las malversaciones de los poderosos”.
 
Una vez el pobre fraile, flaco y agotado por los ayunos, iba de Cosenza a Reggio Calabria y de aquí necesitaba pasar el estrecho de Mesma, pues se dirigía a Sicilia. Como ninguno de los barqueros quiso llevarlo, el santo extendió su manto y sobre él navegó por el mar hasta Mesina. El prodigio le ganó la reputación de taumaturgo y el título de patrono de los marineros. La vida de este austero santo, que vivió entre honores siquiera sin darse cuenta, está llena de milagros. Su fama superó los confines de Italia y llegó hasta Francia, a donde Luis XI quiso que el Papa lo enviara para que lo curara de una grave enfermedad.
 
El humilde fraile, avisado por un enviado pontificio, emprendió el viaje a Francia. Cuando llegó a París no le restituyó al rey la salud que pedía, pero sí le dio la del alma: lo reconcilió con Dios y lo convenció a aceptar su Santísima voluntad. Antes de morir, Luis XI lo nombró director espiritual del hijo y sucesor Carlos III.

(http://www.es.catholic.net/santoraldehoy/)

01 abril, 2014

San Hugo de Grenoble


Oh, San Hugo de Grenoble, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo, que os
esforzasteis en la reforma de las costumbres
del clero y del pueblo. Vos, nunca quisisteis
obispo ser, pero que os santificasteis siéndolo.
Vuestra diócesis decadente y deprimente era,
pues en ella se compraban y vendían eclesiásticos
bienes, los clérigos concubinos abundaban,
la moral de los fieles por los suelos estaba, y
deudas por la mala administración del obispado
había. Y vos, entre llantos y rezos, penitencias
y oración os decidisteis enfrentar los problemas.
Pero, todo ello, nunca efecto surtió, pues vuestra
grey, ruda y grosera, insufrible y amoral era. Y,
a vos, no os quedó otra cosa que marcharos y
así, fue, tomando el hábito de San Benito, pero,
el Papa os ordenó volver a vuestra iglesia. Y, vos,
obediente como erais, entre dientes os entregasteis
a cumplir con vuestro ministerio. Vendisteis vuestras
mulas para ayudar a los pobres, y brindarles alimentos
y hospedaje. Excomulgasteis al antipapa Anacleto;
recibisteis al Papa Inocencio II, quien tampoco
os aceptó vuestra renuncia y cuando huíais de Pedro
el cismático de Lyon y contribuisteis a eliminar
el cisma de Francia. También, ayudasteis a san Bruno
y a sus seis compañeros en la Cartuja, a establecerse
pues, para vos, sinónimo de paz era, tanto que
pasabais viviendo entre ellos, como un fraile más.
Y, al fin, vuestra fidelidad, premiada fue por Dios,
pues luego de más de medio siglo de trabajo, se
reformaron los clérigos, las costumbres cambiaron,
se ordenaron los nobles y los pobres hospital tuvieron
y paz para sus almas. Al final de vuestra vida, atormentado
fuisteis por tentaciones de duda sobre la Divina
Providencia, perdiendo la memoria, pero vuestra
lucidez la tuvisteis siempre. Y así, hombre de vida
ejemplar, voló vuestra alma al cielo, para recibir
corona de luz eterna, como justo premio a vuestra
entrega de amor. Nunca tuvisteis vocación de obispo
pero fuisteis sincero, honrado en el trabajo, piadoso,
y obediente. Os marchasteis, pero vuestra santa
vida, quedó como modelo de obispos y de los más
santos de todos los tiempos, por siempre jamás;
Oh, San Hugo de Grenoble, “la fuerza de Dios”.


by Luis Ernesto Chacón Delgado
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1° de Abril
San Hugo de Grenoble
Obispo


Martirologio Romano: En Grenoble, en Burgundia, san Hugo, obispo, que se esforzó en la reforma de las costumbres del clero y del pueblo, y siendo amante de la soledad, durante su episcopado ofreció a san Bruno, maestro suyo en otro tiempo, y a sus compañeros, el lugar de la Cartuja, que presidió cual primer abad, rigiendo durante cuarenta años esta Iglesia con esmerado ejemplo de caridad (1132).

Etimológicamente: Hugo = Aquel de Inteligencia Clara, es de origen germano. Fecha de canonización: 22 de abril de 1134 por el Papa Inocencio II. El obispo que nunca quiso serlo y que se santificó siéndolo.

 Nació en Valence, a orillas del Isar, en el Delfinado, en el año 1053. Casi todo en su vida se sucede de forma poco frecuente. Su padre Odilón, después de cumplir con sus obligaciones patrias, se retiró con el consentimiento de su esposa a la Cartuja y al final de sus días recibió de mano de su hijo los últimos sacramentos. Así que el hijo fue educado en exclusiva por su madre.
 
Aún joven obtiene la prebenda de un canonicato y su carrera eclesiástica se promete feliz por su amistad con el legado del papa. Como es bueno y lo ven piadoso, lo hacen obispo a los veintisiete años muy en contra de su voluntad por no considerarse con cualidades para el oficio -y parece ser que tenía toda la razón-, pero una vez consagrado ya no había remedio; siempre atribuyeron su negativa a una humildad excesiva. Lo consagró obispo para Grenoble el papa Gregorio VII, en el año 1080, y costeó los gastos la condesa Matilde.
 
Al llegar a su diócesis se la encuentra en un estado deprimente: impera la usura, se compran y venden los bienes eclesiásticos (simonía), abundan los clérigos concubinarios, la moralidad de los fieles está bajo mínimos con los ejemplos de los clérigos, y sólo hay deudas por la mala administración del obispado. El escándalo entre todos es un hecho. Hugo -entre llantos y rezos- quiere poner remedio a todo, pero ni las penitencias, ni las visitas y exhortaciones a un pueblo rudo y grosero surten efecto. Después de dos años todo sigue en desorden y desconcierto. Termina el obispo por marcharse a la abadía de la Maison-Dieu en Clermont (Auvernia) y por vestir el hábito de san Benito. Pero el papa le manda taxativamente volver a tomar las riendas de su iglesia en Grenoble.
 
Con repugnancia obedece. Se entrega a cumplir fielmente y con desagrado su sagrado ministerio. La salud no le acompaña y las tentaciones más aviesas le atormentan por dentro. Inútil es insistir a los papas que se suceden le liberen de sus obligaciones, nombren otro obispo y acepten su dimisión. Erre que erre ha de seguir en el tajo de obispo sacando adelante la parcela de la Iglesia que tiene bajo su pastoreo. Vendió las mulas de su carro para ayudar a los pobres porque no había de dónde sacar cuartos ni alimentos, visita la diócesis andando por los caminos, estuvo presente en concilios y excomulgó al antipapa Anacleto; recibió al papa Inocencio II -que tampoco quiso aceptar su renuncia- cuando huía del cismático Pedro de Lyon y contribuyó a eliminar el cisma de Francia.
 
Ayudó a san Bruno y sus seis compañeros a establecerse en la Cartuja que para él fue siempre remanso de paz y un consuelo; frecuentemente la visita y pasa allí temporadas viviendo como el más fraile de todos los frailes.
 
Como él fue fiel y Dios es bueno, dio resultado su labor en Grenoble a la vuelta de más de medio siglo de trabajo de obispo. Se reformaron los clérigos, las costumbres cambiaron, se ordenaron los nobles y los pobres tuvieron hospital para los males del cuerpo y sosiego de las almas. Al final de su vida, atormentado por tentaciones que le llevaban a dudar de la Divina Providencia, aseguran que perdió la memoria hasta el extremo de no reconocer a sus amigos, pero manteniendo lucidez para lo que se refería al bien de las almas. Su vida fue ejemplar para todos, tanto que, muerto el 1 de abril de 1132, fue canonizado solo a los dos años, en el concilio que celebraba en Pisa el papa Inocencio.
 
No tuvo vocación de obispo nunca, pero fue sincero, honrado en el trabajo, piadoso, y obediente. La fuerza de Dios es así. Es modelo de obispos y de los más santos de todos los tiempos.
Autor: . | Fuente: Archidiósesis de Madrid
 

31 marzo, 2014

San Benjamín

 
Oh, San Benjamin, vos, sois el hijo
del Dios de la vida, y su amado santo
que, de manera y forma contundente
la palabra de Dios predicasteis. Y,
además, le ofrecisteis vuestro dolor
con filudas cañas, entre vuestras uñas.
Vos, con vuestra palabra y elocuencia
convertir lograsteis a sacerdotes
del mismo Zaratustra y a sus magos, a
quienes decíais, con fe y certeza, que
algún día en sus ojos y en su alma
la luz verdadera brillaría por siempre.
“Yo mismo sufriré el castigo que
el Señor reserva a los seguidores que
no sacan a relucir los talentos que
él les ha dado”. Les decíais vos, de
no hacerlo así. Por ello, capturado y
castigado y luego decapitado fuisteis.
Así, vuestro cuerpo mataron, más no
vuestra alma, que voló presta al cielo
para coronada ser, con corona de luz
y eternidad, para recibir justo premio
por vuestra entrega de amor y fe;
oh, San Benjamín, “predicador de la luz”.
 
© 2014 Luis Ernesto Chacón Delgado
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31 de Marzo
San Benjamin
Diacono y Mártir
 
Martirologio Romano: En el lugar de Argol, en Persia, san Benjamín, diácono, que al predicar insistentemente la palabra de Dios, consumó su martirio con cañas agudas entre sus uñas, en tiempo del rey Vararane V (c. 420).
 
Etimológicamente: Benjamín = Aquel que es el último nacido o Hijo de dicha, es de origen hebreo.

El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II puso fin a la cruel persecución de los cristianos que había sido llevado al cabo en Persia durante el reinado de su padre. Sin embargo, el obispo Abdas con un celo mal entendido incendio el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas.
 
El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo, pero éste se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó a matar e inició una persecución general que duró 40 años.
 
Uno de los primeros mártires fue Benjamín, diácono. Después de que fuera golpeado, estuvo encarcelado durante un año.
 
Benjamín era un joven de un gran celo apostólico en bien de los demás. Hablaba con fluida elocuencia.
 
Incluso había logrado muchas conversiones entre los sacerdotes de Zaratustra. Los meses que pasó en la cárcel le sirvieron para pensar, orar, meditar y escribir.
 
En estas circunstancias llegó a la ciudad un embajador del emperador bizantino y lo puso en libertad. Y le dijo el rey Yezdigerd: “Te digo que tú no has tenido culpa alguna en el incendio del templo y no tienes que lamentarte de nada”.
 
¿No me harán nada los magos?, preguntó el rey al embajador. No, tranquilo. No convertirá a nadie, añadió el embajador.
 
Sin embargo, desde que lo pusieron en libertad, Benjamín comenzó con mayor brío e ímpetu su trabajo apostólico y convirtió a muchos magos haciéndoles ver que algún día brillará en sus ojos y en su alma la luz verdadera.
 
De no ser así –decía – yo mismo sufriré el castigo que el Señor reserva a los seguidores que no sacan a relucir los talentos que él les ha dado.
 
Esta vez no quiso intervenir el embajador. Pero poco después, el rey lo encarceló de nuevo y mandó que le dieran castigos hasta la muerte,siendo luego decapitado
Murió alrededor del año 420.
 
(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

30 marzo, 2014

San Leonardo Murialdo

 
Oh, San Leonardo Murialdo, vos, sois
el hijo del Dios de la vida, su amado
santo y además, de la Pía Sociedad
de San José Fundador, cuya misión
es la de educar en la fe y en la caridad
cristianas a los niños abandonados.
Vos, honor hicisteis al significado de
vuestro nombre: “hombre con la fuerza
de un león”. De cautivante personalidad,
dulce y noble erais. Tanto que, entregabais
de todo a hermanos de casa y familia
carentes y, a quienes solos en este mundo
y sin cariño, ambulaban en vuestro tiempo,
sin noción de Dios. Por ello, quiso Él, que
la Congregación de San José, fundaseis,
por sacerdotes y laicos conformada.
Vuestra pedagogía, llena estaba del amor,
el espíritu de dulzura, el de paciencia y
de familiaridad, para el bien entre los niños
y los jóvenes lograr. La misericordia
de Dios, fue el centro de vuestra vida, que,
extendíais a niños y jóvenes de forma
constante. Y así, en amigo, hermano y padre,
os convertisteis de quienes, no supieron
jamás de aquellas compañías de amor
familiar. Y, un día de tantos, vuestra santa
vida gastada, voló vuestra alma al cielo,
para coronada ser con coronada de luz, como
justo premio vuestra entrega de amor y fe.
Padre de los barrios pobres, apóstol de los
pequeños limpiachimeneas, de los chicos de
la calle, de los encarcelados, de los jóvenes obreros;
oh, San Leonardo de Murialdo, “amor de Dios”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de Marzo
San Leonardo Murialdo
Presbítero
Fundador de la Pía Sociedad de San José
 
Martirologio Romano: En Turín, Italia, san Leonardo Murialdo, presbítero, que fundó la Pía Sociedad de San José, para educar en la fe y la caridad cristianas a los niños abandonados
(1900).

Etimológicamente: Leonardo = Aquel hombre con la fuerza de un león, es de origen germánico.

Fecha de canonización: 3 de mayo de 1970 por el Papa Pablo VI.
 
Leonardo Murialdo no es un hombre lejano: nace en Turín (Italia) el 26 de octubre de 1828 y muere en la misma ciudad el 30 de marzo de 1900. Es una persona dulce y noble, un hermano que se entrega todo a otros hermanos que no tienen casa y familia, que están solos y sin cariño, que non conocen a Dios.
 
A los 17 años, después de una crisis religiosa, decide consagrarse a Dios y en 1851 recibe la ordenación sacerdotal. Es el cura de los barrios pobres, el apóstol de los pequeños limpiachimeneas, de los chicos de la calle, de los encarcelados, de los jóvenes obreros.
 
Piensa en la formación profesional de los jóvenes, en su capacitación para el mundo adulto y obrero. En 1866 acepta dirigir el colegio “Artesanitos”, una institución para chicos pobres y huérfanos.
Dócil a la voluntad de Dios y para dar continuidad a su misión educativa, el 19 de marzo de 1873 dio vida a la Congregación de San José (Josefinos de Murialdo), formada por sacerdotes y laicos.
 
La pedagogía de san Leonardo se puede resumir “en el espíritu de dulzura, de paciencia y de familiaridad, porque éste es el secreto para realizar el bien entre los niños y los jóvenes”. Este estilo educativo encuentra su fuente en el amor misericordioso de Dios que Murialdo experimentó desde su juventud. Todo esto se puede resumir en el vivir con los niños y jóvenes como “amigo, hermano y padre”.
 
Hoy los Josefinos de Murialdo continúan en la Iglesia su amor hacia los niños y los jóvenes en los centros juveniles, colegios, casa-hogar, parroquias, misiones… Están presentes en varios países de América Latina, de Europa y de Africa.
 
(http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=35924)

29 marzo, 2014

San Guillermo Tempier

Oh, San Guillermo Tempier, vos sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo, que demostrando prudencia y
firmeza, defendisteis vuestra diócesis
de los apetitos de los notables de
aquél entonces, demostrando energía
en la conducción administrativa y
política de la misma. En el campo
pastoral os preocupasteis de la vida
espiritual de vuestros fieles a cada
instante, porque vos, erais sin duda
un ejemplo excepcional para ellos. Y,
luego de gastar vuestra vida en buena
lid, voló vuestra alma al cielo, para
justo premio recibir: coronada ser con
corona de luz y eternidad. Y, tanto os
amaron vuestros fieles, que acudían
en masa, a vuestra tumba, para curados
ser de hemorragias y muchos males más;
oh, Guillermo Tempier, “fe y fuerza”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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29 de Marzo
San Guillermo Tempier
Obispo
 
Martirologio Romano: En Poitiers, en Aquitania, en Francia, san Guillermo Tempier, obispo, que, prudente y firme, defendió contra los nobles la Iglesia a él encomendada, ofreciendo en su persona un integérrimo ejemplo de vida. (1197).
 
No tenemos muchas noticias acerca de san Guillermo Tempier, pero su memoria estuvo desde el origen ligada al 29 de marzo y así la reporta el Martirologio Romano.
 
Se desconoce cuándo y dónde nació, se cree que en Poitiers (Francia), porque era Canónigo Regular en San Hilario de Poitiers, fue elegido obispo de esa ciudad en 1184, como lo prueba un documento de ese año.
 
Es recordado por su valentía en la defensa de los derechos y bienes de su diócesis; esto también se sustenta en un documento de 1185, que lo señala como defensor contra los perseguidores de la Diócesis, y dotado de viril paciencia.
 
En 1191 aparece como «Guillermo el fuerte», en ese año obligó a una de sus vasallos a prestarle el debido homenaje; no hay que olvidar que era la Edad Media, y las costumbres generales de la época obligaban a asumir actitudes, para nosotros hoy incomprensibles.
 
Después de trece años de intenso episcopado, murió el 29 de marzo de 1197, y fue enterrado en la iglesia de San Cipriano. Guillermo Tempier, el obispo que en vida fue fuertemente confrontado por los notables de la diócesis, de muerto fue honrado como santo; señal de que, además de la energía expresada en la conducción administrativa y política de la diócesis, en el campo pastoral fue un gran obispo, atento a la vida espiritual de sus fieles, para quienes era un ejemplo íntegro.
 
El pueblo de Poitiers se dirigía a su tumba para ser curados de hemorragias.