Oh, San Isidoro de Sevilla, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo y, quiso Él, que, de “santos”,
vuestra familia fuera. Y, bastó ello,
para convertiros en hombre sabio y
prudente, y, que, ensalzasteis al Dios
eterno con exégetas escritos sobre
cada uno de los Libros de la Sagrada
Biblia, cuya lectura os encantaba y
la amabais y recomendabais su lectura
a los fieles del tiempo vuestro. Las
viejas calles de Sevilla, saben del
amor a los pobres, que era sustento
vuestro, y el tiempo todo. Sin duda
alguna, vos, el “verdadero puente”
fuisteis entre la Edad Antigua y la
Edad Media. Vos, fuisteis el obispo
más sabio de vuestro tiempo. Dueño
de la mejor biblioteca de la nación,
escribisteis varios libros, entre ellos
“Las Etimologías”, conocido como el
“Primer Diccionario” que en Europa
se hizo. San Ildefonso, dice de vos
así: “la facilidad de palabra era
tan admirable en San Isidoro, que las
multitudes acudían de todas partes a
escucharle y todos quedaban maravillados
de su sabiduría y del gran bien que
se obtenía al oír sus enseñanzas”. Y,
justo, cuando todo fue hecho, y vos,
habíais gastado vuestra en vida en buena
lid, Dios, os recogió para cubrir vuestra
alma de gloria y eternidad, como premio
a vuestro santo amor desplegado en vida;
oh, San Isidoro; “regalo de la divinidad”.
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo y, quiso Él, que, de “santos”,
vuestra familia fuera. Y, bastó ello,
para convertiros en hombre sabio y
prudente, y, que, ensalzasteis al Dios
eterno con exégetas escritos sobre
cada uno de los Libros de la Sagrada
Biblia, cuya lectura os encantaba y
la amabais y recomendabais su lectura
a los fieles del tiempo vuestro. Las
viejas calles de Sevilla, saben del
amor a los pobres, que era sustento
vuestro, y el tiempo todo. Sin duda
alguna, vos, el “verdadero puente”
fuisteis entre la Edad Antigua y la
Edad Media. Vos, fuisteis el obispo
más sabio de vuestro tiempo. Dueño
de la mejor biblioteca de la nación,
escribisteis varios libros, entre ellos
“Las Etimologías”, conocido como el
“Primer Diccionario” que en Europa
se hizo. San Ildefonso, dice de vos
así: “la facilidad de palabra era
tan admirable en San Isidoro, que las
multitudes acudían de todas partes a
escucharle y todos quedaban maravillados
de su sabiduría y del gran bien que
se obtenía al oír sus enseñanzas”. Y,
justo, cuando todo fue hecho, y vos,
habíais gastado vuestra en vida en buena
lid, Dios, os recogió para cubrir vuestra
alma de gloria y eternidad, como premio
a vuestro santo amor desplegado en vida;
oh, San Isidoro; “regalo de la divinidad”.
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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4 de abril en Perú
San Isidoro de Sevilla
Arzobispo
(año 636)
San Isidoro de Sevilla
Arzobispo
(año 636)
Isidoro significa: “Regalo de la divinidad (Isis: divinidad. Doro: regalo)”. Nació en Sevilla en el año 556. Era el menor de cuatro hermanos, todos los cuales fueron santos y tres de ellos obispos. San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina se llamaron sus hermanos.
Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación obteniendo que Isidoro adquiriera el hábito o costumbre de dedicar mucho tiempo a estudiar y leer, lo cual le fue de gran provecho para toda la vida.
Al morir Leandro, lo reemplazó Isidoro como obispo de Sevilla, y duró 38 años ejerciendo aquel cargo, con gran brillo y notables éxitos.
Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación. Escribió varios libros que se hicieron famosos y fueron muy leídos por varios siglos como por ej. Las Etimologías, que se pueden llamar el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió La Historia de los Visigodos y biografías de hombres ilustres.
San Isidoro es como un puente entre la Edad Antigua que se acababa y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y especialísimamente en España, y su ejemplo llevó a muchos a dedicar sus tiempos libres al estudio y a las buenas lecturas.
Fue la figura principal en el Concilio de Toledo (año 633) del cual salieron leyes importantísimas para toda la Iglesia de España y que contribuyeron muy fuertemente a mantener firme la religiosidad en el país.
Se preocupaba mucho porque el clero fuera muy bien instruido y para eso se esforzó porque en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los Dice San Ildefonso que “la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas”.futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes.
Su amor a los pobres era inmenso, y como sus limosnas eran tan generosas, su palacio se veía continuamente visitado por gentes necesitadas que llegaban a pedir y recibir ayudas.
De todas las ciencias la que más le agradaba y más recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió unos comentarios acerca de cada uno de los libros de la S. Biblia. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636.
La Santa Sede de Roma lo declaró “Doctor de la Iglesia”.
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