07 abril, 2014

San Juan Bautista de la Salle

 
Oh, San Juan Bautista de la Salle, vos
sois el hijo del Dios de la vida y su
amado santo, reformador de la educación
y fundador de los “Hermanos Cristianos”.
Vos, que procedíais de una clase adinerada
no os contestasteis, con ella, sino que
os preocupasteis en favor del pueblo.
Renovasteis la pedagogía con la fundación
de escuelas profesionales y normales,
además de fundar una Comunidad religiosa,
para poner en práctica vuestros proyectos.
Vuestra obsesión fue hacer que los educandos
amaran y obedecieran a Dios y consiguieran
ganar el cielo. Reemplazasteis los gritos
y golpes, por el amor y la convicción.
Para vuestros propósitos, fundasteis
la “Comunidad de Hermanos de las Escuelas
Cristianas”, diseminadas hasta hoy por el
mundo entero, constituidas en autoridad
en pedagogía y en el arte de educar a la
juventud, todos consagrados a Nuestra Señora
como fervorosos propagadores de la devoción
a la Madre de Dios. Repartisteis vuestros
bienes entre los pobres y os dedicasteis
a vivir como un verdadero pobre. Viajabais
a pie y pidiendo limosna para alimentaros
por el camino, durmiendo en pobres casas.
No os cansasteis de que la preocupación
principal de todo educador, debe ser siempre
el que los educandos crezcan en el amor a
Dios y, en la caridad hacia el prójimo, y
que cada maestro trate de que los educandos
conserven su inocencia y detesten al pecado
y a todo aquello que se oponga a su salvación
eterna. Pasabais horas de horas en oración y
que el éxito, en la labor de un educador
es orar, dar buen ejemplo y tratar a todos
como Cristo lo hizo. Y así, luego de gastar
vuestra santa vida, voló vuestra alma al cielo
para, con justicia ser coronada de luz eterna;
Santo Patrono de los Educadores del mundo entero.
Oh, San Juan Bautista de la Salle, “amor y luz”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________
 
07 de Abril
San Juan Bautista de la Salle
Educador
(año 1719)
 
Es el fundador de los Hermanos Cristianos y nació en Francia en 1651. Nació en Reims y murió en Rouen, las dos ciudades que hizo famosas Santa Juana de Arco.
 
Su vida coincide casi exactamente con los años del famoso rey Luis XIV. Probablemente su existencia habría pasado desapercibida si se hubiera contentado con vivir de acuerdo a su clase social adinerada, sin preocuparse por hacer ninguna obra excepcional en favor del pueblo necesitado. Pero la fuerza misteriosa de la gracia de Dios encontró en él un instrumento dócil para renovar la pedagogía y fundar las primeras escuelas profesionales y las más antiguas escuelas normales y fundar una Comunidad religiosa que se ha mantenido en principalísimos puestos en la educación en todo el mundo. Este santo fue un genio de la pedagogía, o arte de educar.
 
Si San Juan Bautista de la Salle viviera hoy aquí en la tierra abriría los ojos aterrado al ver que la educación se ha secularizado, o sea se ha organizado como si Dios no existiera y sólo se preocupa por hacer de los seres humanos unos animalitos muy buen amaestrados, pero sin fe, sin mirar a la eternidad ni importarle nada la salvación del alma. Porque para él, lo imprescindible, lo que constituía su obsesión, era obtener la salvación del alma de los educandos y hacerlos crecer en la fe. Si no hubiera sido por estos dos fines, él no habría emprendido ninguna obra especial, porque esto era lo que en verdad le interesaba y le llamaba la atención: hacer que los educandos amaran y obedecieran a Dios y consiguieran llegar al reino eterno del cielo.
 
Juan Bautista había estudiado en el famoso seminario de San Suplicio en París y allí recibió una formidable formación que le sirvió para toda su vida. Fue ordenado sacerdote y por su posición social y sus hermosas cualidades parecía destinado para altos cargos eclesiásticos, cuando de pronto al morir su director espiritual lo dejó como encargado de una obra para niños pobres que el santo sacerdote había fundado: una escuela para niños y un orfelinato para niñas pobres, dirigido por unas hermanitas llamadas de El Niño Jesús. Allí en esa obra lo esperaba la Divina Providencia para encaminarlo hacia la gran obra que le tenía destinada: ser el reformador de la educación.
 
La Salle le dio un viraje de 180 grados a los antiguos métodos de educación. Antes se enseñaba a cada niño por aparte. Ahora La Salle los reúne por grupos para darles clases (en la actualidad eso parece tan natural, pero en aquel tiempo era una novedad). Antiguamente se educaba con base en gritos y golpes. El padre Juan Bautista reemplazaba el sistema del terror por el método del amor y de la convicción. Y los resultados fueron maravillosos. La gente se quedaba admirada al ver cómo mejoraba totalmente la juventud al ser educada con los métodos de nuestro santo.
 
No les enseñaba solamente cosas teóricas y abstractas, sino sobre todo aquellos conocimientos prácticos que más les iban a ser de utilidad en la vida diaria. Y todo con base en la religión y la amabilidad.
 
La Salle empezó a reunir a sus profesores para instruirlos en el arte de educar y para formarlos fervorosamente en la vida religiosa. Y con los más entusiastas fundó la Comunidad de Hermanos de las Escuelas Cristianas que hoy son unos 15,000 en más de mil colegios en todo el mundo. Y siguen siendo una autoridad mundial en pedagogía, en el arte de educar a la juventud. El éxito de los Hermanos Cristianos fue inmenso desde el principio de su congregación, y ya en vida del santo abrieron colegios en muchas ciudades y en varias naciones. Un 15 de agosto los consagró San Juan Bautista a la Santísima Virgen y han permanecido fervorosos propagadores de la devoción a la Madre de Dios.
 
Al principio algunos le fallaron porque el santo era tan bondadoso que no podía imaginar mala voluntad en ninguno de sus discípulos. Para él todo el mundo era bueno, y por mucho que lo hubieran ofendido estaba siempre dispuesto a perdonar y a volver a recibir al que había faltado. Y tuvo la prueba dolorosísima de ver que algunos lo engañaron y se dejaron contagiar por el espíritu del mundo. Pero luego sus asesores lo convencieron para que no aceptara a ciertos sujetos no confiables y que expulsara a algunos que se habían vuelto indignos. Y el santo aceptando con toda humildad y mansedumbre los buenos consejos recibidos procedió a purificar muy a tiempo su congregación.
 
Siendo de familia muy rica, repartió todos sus bienes entre los pobres y se dedicó a vivir como un verdadero pobre. Los últimos años cuando renunció a ser Superior General de su Congregación, pedía permiso al superior hasta para hacer los más pequeños gastos. Los viajes aunque a veces muy largos, los hacía casi siempre a pie, y pidiendo limosna para alimentarse por el camino, durmiendo en casitas pobrísimas, llenas de plagas y de incomodidades.
 
Una vez pasó todos los tres meses del crudísimo invierno, en una habitación sin calefacción y con ventanas llenas de rendijas y con varios grados bajo cero. Esto le trajo un terrible reumatismo que durante todo el resto de su vida le produjo tremendos dolores y las anticuadas curaciones que le hicieron para ese mal lo torturaron todavía mucho más.
 
En su juventud, por ser de familia muy adinerada, había gozado de una alimentación refinada y muy sabrosa. Cuando se dedicó a vivir la pobreza de una comunidad fervorosa y en la cual, los alimentos eran rudos y desagradables, tenía que aguantar muchas horas sin comer, para que su estómago fuera capaz de recibirle esos alimentos tan burdos.
 
Su sotana y su manto eran tan pobres y descoloridos, que un pobre no se los hubiera aceptado como limosna. Su humildad era tan grande que se creía indigno de ser el superior de la comunidad. Estaba siempre dispuesto a dejar su alto puesto y alguna vez que por calumnias dispuso la autoridad superior quitarlo de ese cargo, él aceptó inmediatamente. Pero todos los Hermanos firmaron un memorial anunciando que no aceptaban por el momento a ningún otro como superior sino al Santo Fundador y tuvo que aceptar el seguir con el superiorato.
 
No se cansaba de recomendar con sus palabras y sus buenos ejemplos, a sus religiosos y amigos que la preocupación número uno del educador debe ser siempre el tratar de que los educandos crezcan en el amor a Dios y en la caridad hacia el prójimo, y que cada maestro debe esforzarse con toda su alma por tratar de que los jovencitos conserven su inocencia si no la han perdido o que recuperen su amistad con Dios por medio de la conversión y de un inmenso horror al pecado y a todo lo que pueda hacer daño a la santidad y a todo lo que se oponga a la eterna salvación.
 
Pasaba muchas horas en oración y les insistía a sus religiosos que lo que más éxito consigue en la labor de un educador es orar, dar buen ejemplo y tratar a todos como Cristo lo recomendó en el evangelio: “haciendo a los demás todo el bien que deseamos que los demás no hagan a nosotros”.
 
San Juan Bautista de la Salle murió el 7 de abril de 1619 a los 68 años. Fue declarado santo por el Sumo Pontífice León XIII en el año 1900. El Papa Pío XII lo nombró Patrono de los Educadores del mundo entero.

 Petición
 
Santo educador: tú que recomendabas que se le concediera la máxima importancia a la clase de religión, considerándola la más provechosa de todas en todo colegio y escuela, pídele al buen Dios que la clase de religión vuelva a estar en primerísimo lugar en nuestros centros de educación y no vaya a ser reemplazada jamás por otras asignaturas menos importantes. Y ruégale a Dios que nos envíe muchos y santos y muy fervorosos profesores de religión.

06 abril, 2014

San Pedro de Verona


Oh San Pedro de Verona, vos sois el hijo
del Dios de la vida, su amado santo y
Dominico Mártir, y que a pesar de nacido
haber de padres maniqueos, aún niño
abrazasteis la fe católica y, luego ya
adolescente, recibisteis del mismo santo
Domingo, vuestro bendito hábito. A combatir
aquella herejía os dedicasteis, y, en ruta
hacia Como, caísteis víctima de vuestros
enemigos. Vos, con entereza os dedicasteis
al estudio y la oración, con austeridad
y penitencia, viviendo constantemente a
imitación de Santo Domingo de Guzmán.
Predicador y polemista; les predicasteis
a los cátaros, y a la vez dialogabais
con aquellos herejes. Defendisteis la fe
a través de las “Asociaciones de la fe” y
la “Cofradía para la alabanza de la Virgen
María”. El amor a Cristo, os hace sufrir
pruebas, pero ello mismo, es aliento vuestro
apoyado en la oración. Qué dicha la vuestra
de recibido haber la visita de las Santas
Mártires: Inés, Cecilia y Catalina, con
quienes dialogasteis en vuestra celda,
motivo de escándalo en vuestro convento.
Un día dijisteis ante un crucifijo: “¿Qué
mal he hecho, Señor, para verme como estoy?”
Y Cristo Crucificado os dijo: “Y, yo, Pedro,
¿Qué mal hice?”. Así, de maravillosa era
vuestra comunicación con Dios, por medio
de vuestra oración. Aunque vuestros enemigos
de celos ardían por dentro, os mataron
vuestro cuerpo, de dos golpes de hacha
en la cabeza, pero vos, agonizante aún,
recitasteis en alta voz el Credo, y con
vuestra propia sangre a escribir alcanzasteis:
“CREO”, y luego voló vuestra alma al Padre.
Y, así, como el mismo “Credo”, vuestra vida
fue, siempre unido a Cristo Crucificado a
quien amasteis y amas hoy, en la eternidad.
Santo Protomártir de la Orden Dominicana,
Oh, San Pedro de Verona, “luz, hecha Credo”.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________


6 de Abril
San Pedro de Verona
Mártir Dominico


Martirologio Romano: En Milán, de Lombardía, pasión de san Pedro de Verona, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, el cual, nacido de padres maniqueos, todavía niño abrazó la fe católica y, siendo aún adolescente, recibió del mismo santo Domingo el hábito. Dedicado a combatir la herejía, de camino hacia Como cayó víctima de los enemigos, recitando en los últimos momentos el símbolo de la fe († 1252).

Fecha de canonización: 25 de marzo de 1253 por el Papa Inocencio IV.

San Pedro, mártir dominico, nace hacia 1205, en Verona, la ciudad de la Lombardía italiana presa de la herejía de los Cátaros, propagadores del maniqueísmo en el centro y norte de Italia. Estos herejes puritanos, de espíritu belicoso y sectario. Pedro es un niño muy inteligente, sincero, agradable y firme en sus decisiones; parece predestinado a ser un apóstol del mundo herético; su familia no tiene inconvenientes que la educación del niño esté a cargo de un maestro católico.
 
Pedro ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene fama merecida; pero todavía goza de mayor influencia Santo Domingo de Guzmán, el Fundador de los dominicos y sus seguidores que cautivan tanto a estudiantes como a profesores. Son muchos los que se incorporan a la recientemente fundada Orden de Predicadores.
 
Pedro con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de fray Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos.
 
Con ímpetu juvenil se dedica al estudio, la oración y vive la austeridad y la penitencia con radicalidad; en todo es fiel imitador de Domingo de Guzmán. Terminada la formación eclesiástica, es ordenado sacerdote y nombrado Predicador del Evangelio de Jesús.
 
Pronto la Región Toscana, el Milanesado y la Romaña conocen a este fogoso predicador y formidable polemista; se dedicó a la predicación especialmente entre los cátaros. Una Característica importante es que siempre fue hombre de diálogo.
 
Pedro es piadoso, austero y corre la voz de su santidad por todas partes. Se preocupó de la defensa de la fe, para ello instituyo las “Asociaciones de la fe” y la “Cofradía para la alabanza de la Virgen María”. Fue solícito de bien espiritual de las hermanas a quienes brindó su consejo y ayuda espiritual. Como buen religioso es un convencido de la vida de comunidad.
 
Ama a Jesucristo y como Él, experimenta la prueba, el menosprecio de algunos sectores y el ataque de quienes pensaban distinto. Su presencia evangelizadora a través de la Predicación continúa con intensidad, su capacidad organizadora le lleva a coordinar y fundar muchos mas pequeños grupos organizados. Pero todo esto no hubiera sido posible sin la intensa oración. Se comenta que un día en su contemplación, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En el Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. Su respuesta es un prudente silencio y es enviado al Convento de la Marca Ancona donde intensifica su estudio y oración…
 
Un día se desahoga ante un crucifijo: “¿Qué mal he hecho, Señor, para verme como estoy?”. Cristo Crucificado le dice: “Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?”. Estas atribuciones que la tradición le dan, son fiel reflejo de la intensa comunicación que con Dios tenía a través de la Oración. Algo que había trascendido a los demás. La gente de Oración profunda transpira esa experiencia y no hace falta que publique sus experiencias místicas. Por lo general, éstas se convierten en reflexiones profundas y acciones apostólicas.
 
El Papa Gregorio IX le conoce y le nombra en 1232 Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres.
 
Sucesivamente es superior de los Conventos de Piaccenza, Como y Génova. En 1243 Inocencio IV confirma a Pedro como Inquisidor General; pero una conjura pesa sobre él para asesinarle.
 
Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras (moneda de Milán) . Era el 6 de abril de 1252. Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas le faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo “CREO”.
 
El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien ama. Tenía 46 años. Su cuerpo es trasladado al convento de Milán.
 
El 25 de marzo del año siguiente Inocencio IV le canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana
Su fiesta se celebra, de acuerdo al actual Martirologio Romano el 6 de abril.

(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

05 abril, 2014

San Vicente Ferrer

 
Oh, San Vicente Ferrer, vos sois el hijo
del Dios de la vida, y su amado santo,
y que, vuestra vida inspirada estuvo
en un amor hacia Cristo, Nuestra Señora y
principalmente en los pobres. Cada viernes,
en recuerdo de Cristo crucificado, y cada
sábado, en honor de Nuestra Señora, hasta
el final de vuestros días entregasteis en
señal de sacrificio santo. El maligno, os
asaltó durante vuestra juventud y claro,
lo vencisteis, en Dios confiando únicamente.
Fervorosamente e increíblemente predicabais,
y Dios feliz, os escuchaba y los milagros
del cielo llovían. Se os apareció entonces
Nuestro Señor Jesucristo, San Francisco y
Santo Domingo de Guzmán y os dio la orden
de dedicaros a predicar por ciudades, pueblos,
campos y países. Y, vos, fiel cumplidor
como erais, así lo hicisteis. El norte
de España, el sur de Francia, el norte
de Italia, y Suiza, saben de vos hasta hoy.
Convertisteis a judíos y moros, en España,
de manera increíble. Antes de predicar
rezabais por más de cinco horas, para a
Dios pedir que vuestra palabra, fuese
eficaz. Y, así era. En el mismo suelo
dormíais y ayunabais el tiempo todo.
Predicación, procesiones, conversiones,
rezos y llantos, a Dios alabando siempre.
“Mi cuerpo y mi alma no son sino una pura
llaga de pecados. Todo en mí tiene la
fetidez de mis culpas”. Decíais vos, que,
santo como erais, increíble parecía.
Vuestra vida terrena se os acabó, pero
vuestra alma, está hoy, coronada de gloria,
de luz y eternidad de vida, como justo
premio a vuestra entrega de amor y fe;
oh, San Vicente Ferrer, “palabras de luz”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
 _________________________________
 
5 de Abril
San Vicente Ferrer
Presbítero
 
Martirologio Romano: San Vicente Ferrer, presbítero de la Orden de Predicadores, de origen español, que recorrió incansablemente ciudades y caminos de Occidente en favor de la paz y la unidad de la Iglesia, predicando a pueblos innumerables el Evangelio de la penitencia y la venida del Señor, hasta que en Vannes, lugar de Bretaña Menor, entregó su espíritu a Dios. († 1419)
 
 Fecha de canonización: 3 de junio de 1455 por el Papa Calixto III. “Bebe el agua del maestro Vicente” se dice todavía en España para recomendar el silencio. La expresión se refiere a un sabio consejo que el dominico san Vicente Ferrer dio a una mujer que le preguntaba qué podía hacer para congeniar con el malhumorado marido. “Tome este frasco de agua -contestó el santo- y cuando tu esposo regrese del trabajo, tómate un sorbo y mantenlo en la boca el mayor tiempo posible”. Era el mejor modo de hacer que la mujer tuviera la boca cerrada y no contestara al marido.
 
La anécdota hace ver la humana simpatía de este hombre, acérrimo fustigador de las costumbres, que le mereció de sus contemporáneos el título de “ángel del Apocalipsis”, porque en sus sermones acostumbraba amenazar con flagelos y tribulaciones.
 
Vicente nació en Valencia (España) en 1350. A los 17 años había ya terminado con tanto éxito sus estudios de filosofía y teología que sus profesores lo incluyeron inmediatamente en el cuerpo docente.
 
Entró al convento de los dominicos de Valencia y fue ordenado sacerdote en 1375, una fecha que en la historia de la Iglesia se recuerda como el comienzo del gran cisma de Occidente (1378-1417). La gran confusión dividió a los cristianos en dos obediencias: a Roma y a Aviñón. Era inevitable que aun espíritus rectos, como Vicente Ferrer, estuvieran de parte del Papa ilegítimo. La buena fe de Vicente Ferrer se prueba con el hecho de que él hizo todo lo posible para solucionar el gran conflicto y restituir así la unidad a la Iglesia. Recorrió toda Europa, entusiasmando con su gran oratoria a las muchedumbres de fieles, atraídos también por un fenómeno especial: al predicador dominico -que sólo conocía el castellano, el latín y un poco de hebreo- le entendían todos los fieles de las diversas naciones a donde él iba, cada uno en su lengua, repitiéndose así el milagro de Pentecostés.
 
Auténtico predicador del mensaje cristiano, San Vicente recuperaba todo el vigor juvenil aun en avanzada edad tan pronto subía al púlpito o en los palcos improvisados en las plazas, porque las iglesias no eran suficientes para las grandes muchedumbres; y esto a pesar de no conmover al auditorio con palabras de esperanza, sino que fustigaba las costumbres con tono amenazador. Lograda la unidad del pontificado con el concilio de Constanza y con la elección de Martín V, Vicente recorrió el norte de Francia tratando de poner fin a la guerra de los Cien años. Murió el 5 de abril de 1419, durante la misión en Vannes, y fue canonizado por su compatriota Calixto III en 1455.
 
Oración
 
¡Amantísimo Padre y Protector mío,
San Vicente Ferrer!
Alcánzame una fe viva y sincera
para valorar debidamente las cosas divinas,
rectitud y pureza de costumbres
como la que tú predicabas,
y caridad ardiente para amar a Dios
y al prójimo.
Tú, que nunca dejaste sin consuelo
a los que confían en ti,
no me olvides en mis tribulaciones.
Dame la salud del alma
y la salud del cuerpo.
Remedia todos mis males.
Y dame la perseverancia en el bien
para que pueda acompañarte
en la gloria por toda la eternidad.
Amén.
 
Tres Padrenuestros a San Vicente Ferrer pidiendo por las necesidades de todos sus devotos.
 

04 abril, 2014

San Isidoro de Sevilla

 
Oh, San Isidoro de Sevilla, vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo y, quiso Él, que, de “santos”,
vuestra familia fuera. Y, bastó ello,
para convertiros en hombre sabio y
prudente, y, que, ensalzasteis al Dios
eterno con exégetas escritos sobre
cada uno de los Libros de la Sagrada
Biblia, cuya lectura os encantaba y
la amabais y recomendabais su lectura
a los fieles del tiempo vuestro. Las
viejas calles de Sevilla, saben del
amor a los pobres, que era sustento
vuestro, y el tiempo todo. Sin duda
alguna, vos, el “verdadero puente”
fuisteis entre la Edad Antigua y la
Edad Media. Vos, fuisteis el obispo
más sabio de vuestro tiempo. Dueño
de la mejor biblioteca de la nación,
escribisteis varios libros, entre ellos
“Las Etimologías”, conocido como el
“Primer Diccionario” que en Europa
se hizo. San Ildefonso, dice de vos
así: “la facilidad de palabra era
tan admirable en San Isidoro, que las
multitudes acudían de todas partes a
escucharle y todos quedaban maravillados
de su sabiduría y del gran bien que
se obtenía al oír sus enseñanzas”. Y,
justo, cuando todo fue hecho, y vos,
habíais gastado vuestra en vida en buena
lid, Dios, os recogió para cubrir vuestra
alma de gloria y eternidad, como premio
a vuestro santo amor desplegado en vida;
oh, San Isidoro; “regalo de la divinidad
”.
 
© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
_____________________________________
 
4 de abril en Perú
San Isidoro de Sevilla
Arzobispo
(año 636)
 
Isidoro significa: “Regalo de la divinidad (Isis: divinidad. Doro: regalo)”. Nació en Sevilla en el año 556. Era el menor de cuatro hermanos, todos los cuales fueron santos y tres de ellos obispos. San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina se llamaron sus hermanos.
 
Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación obteniendo que Isidoro adquiriera el hábito o costumbre de dedicar mucho tiempo a estudiar y leer, lo cual le fue de gran provecho para toda la vida.
 
Al morir Leandro, lo reemplazó Isidoro como obispo de Sevilla, y duró 38 años ejerciendo aquel cargo, con gran brillo y notables éxitos.
 
Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación. Escribió varios libros que se hicieron famosos y fueron muy leídos por varios siglos como por ej. Las Etimologías, que se pueden llamar el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió La Historia de los Visigodos y biografías de hombres ilustres.
 
San Isidoro es como un puente entre la Edad Antigua que se acababa y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y especialísimamente en España, y su ejemplo llevó a muchos a dedicar sus tiempos libres al estudio y a las buenas lecturas.
 
Fue la figura principal en el Concilio de Toledo (año 633) del cual salieron leyes importantísimas para toda la Iglesia de España y que contribuyeron muy fuertemente a mantener firme la religiosidad en el país.
 
Se preocupaba mucho porque el clero fuera muy bien instruido y para eso se esforzó porque en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los Dice San Ildefonso que “la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas”.futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes.
 
Su amor a los pobres era inmenso, y como sus limosnas eran tan generosas, su palacio se veía continuamente visitado por gentes necesitadas que llegaban a pedir y recibir ayudas.
 
De todas las ciencias la que más le agradaba y más recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió unos comentarios acerca de cada uno de los libros de la S. Biblia. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636.
 
La Santa Sede de Roma lo declaró “Doctor de la Iglesia”.
 
 

03 abril, 2014

San Ricardo de Chichester

 
Oh, San Ricardo de Chichester, vos, sois
el hijo del Dios de la vida, y su amado
santo, que, honor hicisteis al significado
de vuestro nombre: “Aquél que es un líder”.
Maltratado por la realeza, os mostrasteis,
afable y generoso en ayudar a los pobres.
Vivía, en vuestro tiempo, el clero, en lujos
del poder, y el pueblo, en cruel miseria,
triste y pobre, y ésta última condición, fue
vuestro natural amor, pues, los sacasteis
de la ignorancia y la superstición en la
que sumidos estaban. Vuestra bandera la
justicia, la moral y la lucha contra los
avaros fue. Aunque increíble parezca, obispo
vagabundo fuisteis, en vuestra legítima
diócesis e hicisteis de misionero, a pie
viajando y la palabra de Dios, diseminándola
en las casas de pescadores y catequizando
a gente los humilde, compartiendo de olla,
los alimentos. El mal uso poder y los vicios
de vuestra época, condenasteis con gran
energía y, a cabo llevasteis, una pastoral
de amor y de fe, con el evangelio de Cristo.
Dios, jamás os abandonó y vos, habiendo
gastado vuestra vida en buena lid, al cielo
anhelado partisteis, para coronado ser de
luz, como premio justo a vuestros desvelos,
navegante a contra corriente, luz en la noche;
oh, San Ricardo de Chichester, “líder de la luz”.
 
© 2014 Luis Ernesto Chacón Delgado
__________________________________
 
3 de Abril
San Ricardo de Chichester
Obispo, 3 de abril
 
Martirologio Romano: En Chichester, en Inglaterra, san Ricardo, obispo, que, desterrado por el rey Enrique III y restituido después en la sede, se mostró generoso en ayudar a los pobres (1235).
 
Etimológicamente: Ricardo = Aquel que es un líder, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 22 de enero de 1262 por el Papa Urbano IV.
 
A finales del siglo XII nace Ricardo, en Wyche, en una familia de trabajadores del campo. Choca la austeridad y dureza permanente de su vida con el estilo de los grandes de su tiempo. Los obispos son “lores” y amantes de los cuidados humanos; los monjes abundan en la prosperidad y el lujo; los nobles son ambiciosos y en el trono se aprecia una corriente fuertemente regalista. La clase baja del pueblo es pobre y está sumida en la ignorancia y en la superstición. Ricardo es enérgico e intransigente cuando se tratan asuntos en los que está presente la injusticia, la inmoralidad o la avaricia.
 
Posiblemente esta condición natural en él sea lo que le lleva a un distanciamiento, cuando no rechazo de los poderosos. El caso es que la austeridad vivida en casa de sus padres -cuando fue niño- debió prepararle para la misión que había de desempeñar de adulto.
 
Marcha a estudiar a Oxford donde tiene buenos maestros franciscanos y dominicos; y como los recursos no estiran más, pasó hambre y frío. Una corta estancia en París y vuelta a Oxford, graduándose en Artes. En Bolonia aprende durante siete años los cánones, haciendo lo que hoy llamaríamos la carrera de Derecho. Cuando vuelve a Oxford es nombrado Canciller de la Universidad, Canciller del arzobispado de Canterbury y también de Lincoln, donde estaba de obispo su antiguo amigo y profesor Grosseteste. Ejerce la docencia en Orleáns por dos años y allí se ordena sacerdote.
 
El Arzobispo de Canterbury lo nombra obispo de Chichester, a la muerte del obispo Ralph Neville. Y aquí comienza una etapa de dificultades mayores y de vigoroso testimonio.
 
El rey Enrique III, que se apodera por sistema de los beneficios eclesiásticos vacantes, se opone rotundamente a esta elección. Además, prefiere para la sede libre a Roberto Passelewe por razones de “erario real”. Interviene el papa Inocencio IV que está presidiendo en este tiempo el concilio de Lyon, confirmando el nombramiento de Ricardo y consagrándolo personalmente, el 5 de marzo de 1245. Pero esto pone peor las cosas. Y es que el alto prestigio adquirido por el papado desde el siglo IX ha venido a menos desde que se hundió la Casa de Hohenstaufen y los papas se han inclinado hacia Francia; la rivalidad existente entre Inglaterra y Francia provoca de rebote reacciones contra Roma que se manifiestan en un fuerte nacionalismo inglés, en la resistencia del trono a aceptar las decisiones del papa y en intransigencias e intromisiones en las materias mixtas. Hasta los Legados pontificios son mal recibidos, si no ignorados, en la corte inglesa.
 
En estas circunstancias, el nombramiento de Ricardo ha caído, humanamente, en mal momento. El rey ha mandado cerrarle físicamente las puertas del palacio episcopal y ha prohibido darle cobijo y dinero. El temor de la gente a la venganza real lleva a que se vea a Ricardo-obispo vagabundo por su legítima diócesis, haciendo de obispo misionero, viajando a pie y desprovisto de servicio. Debía ser una estampa curiosa en la época en que los obispos eran “lores” y jamás trabajaban sin séquito. Visita las casas de los pescadores y catequiza a los humildes con quienes comparte alimento. ¡Todo un escándalo para altos eclesiásticos que gustan de fastuosidades y de monjes que disfrutan de buena mesa! Condena los abusos de poder y los vicios de la época con extraordinaria energía; de modo especial presenta una defensa a ultranza del derecho frente a la arbitrariedad y al abuso de poder; predica la doctrina evangélica frente al nepotismo reinante.
 
Fueron ocho años de obispo en que supo mantenerse, con fortaleza, libre de presiones. De hecho, nadie se explica cómo fue posible reunir una y otra vez a su Cabildo para sacar adelante las Constituciones que son de esa época y sientan los modos de hacer en adelante, señalando una praxis pastoral distinta y más adecuada a los principios evangélicos.
 
Murió en la casa-asilo -”Mas-Dieu”- para sacerdotes pobres y peregrinos, a los 55 años.
 
Navegar contra corriente tiene sabor de Evangelio, pero precisa rectitud, austeridad y disposición a aceptar el sufrimiento.
 

02 abril, 2014

San Francisco de Paula


Oh, San Francisco de Paula; vos, sois
el hijo del Dios de la vida y su amado
santo. Ermitaño de vida y de los “Mínimos
de Calabria”, fundador. Prescribisteis
para vuestros discípulos, que sólo de limosnas
viviesen, sin tener propiedad alguna, ni
al dinero apego, y que, en sus días,
de alimentos cuaresmales viviesen. Y,
claro, honor haciendo al significado
de vuestro nombre: “el abanderado”, así
lo fuisteis, pues en guía seguro de vuestros
“Mínimos” os convertisteis en todo género
de cosas. Vos, vestisteis franciscano hábito,
a temprana edad y, habiendo desaparecido
de pronto, un cazador, os descubrió alojado
en una cueva en la montaña. Vuestra fama
de santo y de vuestros milagros, llamó
a los jóvenes a imitaros en vuestra vida.
Pan, pescado, agua y verduras eran vuestros
diarios alimentos. Y, quiso Dios, que
después de haber gastado vuestra santa vida,
que marchase vuestra alma al cielo en un
especial día: Un Viernes Santo glorioso,
para coronado ser con corona de luz y eternidad
como justo premio, a vuestra terrena cuaresma.
Santo modelo de valentía para denunciar “las
malversaciones de los poderosos” y Santo
Patrono de todos los hombres de la mar;
Oh, San Francisco de Paula; “amor, fe y luz”.


© 2014 by Luis Ernesto Chacón Delgado
____________________________________

2 de Abril
San Francisco de Paula
Eremita y Fundador de la Orden
de los Mínimos en Calabria


Martirologio Romano: San Francisco de Paula, ermitaño, fundador de la Orden de los Mínimos en Calabria, prescribiendo a sus discípulos que viviesen de limosnas, no teniendo propiedad ni manipulando dinero, y que utilizasen sólo alimentos cuaresmales. Llamado a Francia por el rey Luis XI, le asistió en el lecho de muerte, y célebre por la austeridad de vida, murió a su vez en Plessis-les-Tours, junto a Tours (1507).

Etimológicamente: Francisco = el abanderado, de origen germano. Fecha de canonización: En 1519 por el Papa León X.
 
Francisco nació en Paula, región de Calabria (Italia) en el año 1416, y es uno de los más jóvenes fundadores de órdenes religiosas que recuerda la historia.
 
A los trece años vistió el hábito franciscano, pero dos años más tarde desapareció. Después de algunos años lo descubrió un cazador en un refugio en las ásperas montañas cerca de Cosenza.
 
La fama de su santidad y de sus milagros atrajo a un buen número de jóvenes deseosos de seguir su ejemplo, con los cuales fundó la Orden de los Mínimos o Ermitaños de san Francisco de Asís.
Los invitó a la penitencia, reduciendo su alimentación durante los 365 días del año a pan, pescado, agua y verduras.
 
Pero las duras penitencias no acortaron su vida, pues vivió hasta la edad de 91 años. Murió un viernes santo, el 2 de abril de 1507, mientras se encontraba en Francia, en Plessis-les-Tours.
 
Fue canonizado por el Papa León X en 1519, a los doce años de su muerte, y aún hoy se le propone no sólo como modelo de penitencia, sino también -como dijo Pablo VI el 27 de mayo de 1977- como modelo de valentía para denunciar “las malversaciones de los poderosos”.
 
Una vez el pobre fraile, flaco y agotado por los ayunos, iba de Cosenza a Reggio Calabria y de aquí necesitaba pasar el estrecho de Mesma, pues se dirigía a Sicilia. Como ninguno de los barqueros quiso llevarlo, el santo extendió su manto y sobre él navegó por el mar hasta Mesina. El prodigio le ganó la reputación de taumaturgo y el título de patrono de los marineros. La vida de este austero santo, que vivió entre honores siquiera sin darse cuenta, está llena de milagros. Su fama superó los confines de Italia y llegó hasta Francia, a donde Luis XI quiso que el Papa lo enviara para que lo curara de una grave enfermedad.
 
El humilde fraile, avisado por un enviado pontificio, emprendió el viaje a Francia. Cuando llegó a París no le restituyó al rey la salud que pedía, pero sí le dio la del alma: lo reconcilió con Dios y lo convenció a aceptar su Santísima voluntad. Antes de morir, Luis XI lo nombró director espiritual del hijo y sucesor Carlos III.

(http://www.es.catholic.net/santoraldehoy/)

01 abril, 2014

San Hugo de Grenoble


Oh, San Hugo de Grenoble, vos, sois el hijo
del Dios de la vida y su amado santo, que os
esforzasteis en la reforma de las costumbres
del clero y del pueblo. Vos, nunca quisisteis
obispo ser, pero que os santificasteis siéndolo.
Vuestra diócesis decadente y deprimente era,
pues en ella se compraban y vendían eclesiásticos
bienes, los clérigos concubinos abundaban,
la moral de los fieles por los suelos estaba, y
deudas por la mala administración del obispado
había. Y vos, entre llantos y rezos, penitencias
y oración os decidisteis enfrentar los problemas.
Pero, todo ello, nunca efecto surtió, pues vuestra
grey, ruda y grosera, insufrible y amoral era. Y,
a vos, no os quedó otra cosa que marcharos y
así, fue, tomando el hábito de San Benito, pero,
el Papa os ordenó volver a vuestra iglesia. Y, vos,
obediente como erais, entre dientes os entregasteis
a cumplir con vuestro ministerio. Vendisteis vuestras
mulas para ayudar a los pobres, y brindarles alimentos
y hospedaje. Excomulgasteis al antipapa Anacleto;
recibisteis al Papa Inocencio II, quien tampoco
os aceptó vuestra renuncia y cuando huíais de Pedro
el cismático de Lyon y contribuisteis a eliminar
el cisma de Francia. También, ayudasteis a san Bruno
y a sus seis compañeros en la Cartuja, a establecerse
pues, para vos, sinónimo de paz era, tanto que
pasabais viviendo entre ellos, como un fraile más.
Y, al fin, vuestra fidelidad, premiada fue por Dios,
pues luego de más de medio siglo de trabajo, se
reformaron los clérigos, las costumbres cambiaron,
se ordenaron los nobles y los pobres hospital tuvieron
y paz para sus almas. Al final de vuestra vida, atormentado
fuisteis por tentaciones de duda sobre la Divina
Providencia, perdiendo la memoria, pero vuestra
lucidez la tuvisteis siempre. Y así, hombre de vida
ejemplar, voló vuestra alma al cielo, para recibir
corona de luz eterna, como justo premio a vuestra
entrega de amor. Nunca tuvisteis vocación de obispo
pero fuisteis sincero, honrado en el trabajo, piadoso,
y obediente. Os marchasteis, pero vuestra santa
vida, quedó como modelo de obispos y de los más
santos de todos los tiempos, por siempre jamás;
Oh, San Hugo de Grenoble, “la fuerza de Dios”.


by Luis Ernesto Chacón Delgado
______________________________

1° de Abril
San Hugo de Grenoble
Obispo


Martirologio Romano: En Grenoble, en Burgundia, san Hugo, obispo, que se esforzó en la reforma de las costumbres del clero y del pueblo, y siendo amante de la soledad, durante su episcopado ofreció a san Bruno, maestro suyo en otro tiempo, y a sus compañeros, el lugar de la Cartuja, que presidió cual primer abad, rigiendo durante cuarenta años esta Iglesia con esmerado ejemplo de caridad (1132).

Etimológicamente: Hugo = Aquel de Inteligencia Clara, es de origen germano. Fecha de canonización: 22 de abril de 1134 por el Papa Inocencio II. El obispo que nunca quiso serlo y que se santificó siéndolo.

 Nació en Valence, a orillas del Isar, en el Delfinado, en el año 1053. Casi todo en su vida se sucede de forma poco frecuente. Su padre Odilón, después de cumplir con sus obligaciones patrias, se retiró con el consentimiento de su esposa a la Cartuja y al final de sus días recibió de mano de su hijo los últimos sacramentos. Así que el hijo fue educado en exclusiva por su madre.
 
Aún joven obtiene la prebenda de un canonicato y su carrera eclesiástica se promete feliz por su amistad con el legado del papa. Como es bueno y lo ven piadoso, lo hacen obispo a los veintisiete años muy en contra de su voluntad por no considerarse con cualidades para el oficio -y parece ser que tenía toda la razón-, pero una vez consagrado ya no había remedio; siempre atribuyeron su negativa a una humildad excesiva. Lo consagró obispo para Grenoble el papa Gregorio VII, en el año 1080, y costeó los gastos la condesa Matilde.
 
Al llegar a su diócesis se la encuentra en un estado deprimente: impera la usura, se compran y venden los bienes eclesiásticos (simonía), abundan los clérigos concubinarios, la moralidad de los fieles está bajo mínimos con los ejemplos de los clérigos, y sólo hay deudas por la mala administración del obispado. El escándalo entre todos es un hecho. Hugo -entre llantos y rezos- quiere poner remedio a todo, pero ni las penitencias, ni las visitas y exhortaciones a un pueblo rudo y grosero surten efecto. Después de dos años todo sigue en desorden y desconcierto. Termina el obispo por marcharse a la abadía de la Maison-Dieu en Clermont (Auvernia) y por vestir el hábito de san Benito. Pero el papa le manda taxativamente volver a tomar las riendas de su iglesia en Grenoble.
 
Con repugnancia obedece. Se entrega a cumplir fielmente y con desagrado su sagrado ministerio. La salud no le acompaña y las tentaciones más aviesas le atormentan por dentro. Inútil es insistir a los papas que se suceden le liberen de sus obligaciones, nombren otro obispo y acepten su dimisión. Erre que erre ha de seguir en el tajo de obispo sacando adelante la parcela de la Iglesia que tiene bajo su pastoreo. Vendió las mulas de su carro para ayudar a los pobres porque no había de dónde sacar cuartos ni alimentos, visita la diócesis andando por los caminos, estuvo presente en concilios y excomulgó al antipapa Anacleto; recibió al papa Inocencio II -que tampoco quiso aceptar su renuncia- cuando huía del cismático Pedro de Lyon y contribuyó a eliminar el cisma de Francia.
 
Ayudó a san Bruno y sus seis compañeros a establecerse en la Cartuja que para él fue siempre remanso de paz y un consuelo; frecuentemente la visita y pasa allí temporadas viviendo como el más fraile de todos los frailes.
 
Como él fue fiel y Dios es bueno, dio resultado su labor en Grenoble a la vuelta de más de medio siglo de trabajo de obispo. Se reformaron los clérigos, las costumbres cambiaron, se ordenaron los nobles y los pobres tuvieron hospital para los males del cuerpo y sosiego de las almas. Al final de su vida, atormentado por tentaciones que le llevaban a dudar de la Divina Providencia, aseguran que perdió la memoria hasta el extremo de no reconocer a sus amigos, pero manteniendo lucidez para lo que se refería al bien de las almas. Su vida fue ejemplar para todos, tanto que, muerto el 1 de abril de 1132, fue canonizado solo a los dos años, en el concilio que celebraba en Pisa el papa Inocencio.
 
No tuvo vocación de obispo nunca, pero fue sincero, honrado en el trabajo, piadoso, y obediente. La fuerza de Dios es así. Es modelo de obispos y de los más santos de todos los tiempos.
Autor: . | Fuente: Archidiósesis de Madrid