13 febrero, 2019

San Benigno de Todi

 
 
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 ¡Oh!, San Benigno de Todi, vos, sois el hijo del Dios de la Vida
y su amado santo, y el que, honor hicisteis al significado de vuestro
nombre: “aquel que actúa con benevolencia”. Cuentan que un fraile,
quiso llevar a su convento vuestra cabeza, que reposaba dentro
de un relicario de plata en el monasterio de benedictinas, pero,
no pudo salir del templo, por no haber podido localizar las puertas,
así, se vio obligado a depositar vuestras reliquias en el sitio
donde estaban. Vos, en vida, os disteis a conocer como un gran
propagador de la fe cristiana; haciéndolo con alegría y con notable
entusiasmo. Y, Ponciano, que os conocía muy bien, os consagró
presbítero para apoyarse en vos, para la propagación de la fe. Los
crueles Maximiano y Diocleciano, están persiguiendo a los creyentes,
pero la grey confortada está, por vos, que con riesgo de vuestra
vida, la hacéis fuerte y valerosa. Socorréis a los confesores,
los presos en las cárceles, visitáis las casas de los débiles
buscándolos por los campos y estáis cerca de los que torturados
son, acompañándolos en su martirio. Lleno, del Espíritu Santo,
predicabais imitando a vuestro Maestro, Jesucristo, para intentar
convertir a los paganos idolátricos, animándolos a comprender
que, los ídolos son una falsía y su culto tributado, es ofensa a
Dios. Y, no os importa ya vuestra vida, pues, sois de la verdad
portador y, conocéis bien que ella no os pertenece. Por ello,
incómodo para los impíos resultasteis y luego, la maldad cuerpo
tomó: fuisteis apresado y obligado a apostatar, cosa que jamás
hicisteis a pesar de los tormentos que soportasteis vos,
 y vuestro valiente discípulo, hasta que logran cortaros la cabeza,
aquella misma que el fraile aquél, quiso llevar a “mejores manos”.
Pero, ¡qué bien hicisteis vuestra tarea catequética de mano del
maravilloso Espíritu Santo, que nunca os abandonó. Hoy, hacen
falta muchos sacerdotes en el mundo que os imiten, no sólo
en la palabra, sino en la obra. Así, voló vuestra alma al cielo,
para corona de luz recibir como premio a vuestra entrega de amor;
¡oh!, San Benigno de Todi, “vivo amor por la grey del Dios Vivo”.

2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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13 de Febrero
San Benigno de Todi
Presbítero y Mártir
Fuente: Archidiócesis de Madrid

Martirologio Romano: En Todi, ciudad de la Umbría, san Benigno, presbítero y mártir (s. IV).
Etimología: Benigno = Aquel que actúa con Benevolencia, es de origen latino.
Breve Biografía

Dicen que un fraile, en un arrebato de falsa devoción, quiso llevarse a su convento -eso que se llama robar una cosa sagrada y como agravante en un sitio también sagrado- la cabeza del santo que reposaba dentro de un relicario de plata en el monasterio de benedictinas que se llama «De las Milicias», en Todes. En su intento, y sin saber muy bien lo que pasaba, no pudo salir del templo por no poder localizar las puertas hasta poco antes tan expeditas. Así, se vio obligado a depositar la reliquia de san Benigno en el sitio que le correspondía.

Todes es una de las primeras ciudades evangelizadas de Hungría. Benigno vive en la segunda mitad del siglo III. Y se ha dado conocer entre los suyos como un insigne propagador de la fe cristiana; lo hace con alegría y con notable entusiasmo. El obispo Ponciano conoce su afán apostólico y está al tanto de la sinceridad de su vida; un día lo consagra presbítero para apoyarse en él en el cumplimiento obligado de atender a su grey y de extender la Salvación.

Llegada la persecución de Maximiano y Diocleciano, la comunidad de creyentes está confortada por la atención espiritual que con riesgo constante de su vida le presta el buen sacerdote Benigno. Socorre a los confesores de la fe presos en las cárceles; visita las casas de los débiles y les busca por los campos que los cobijan para darles aliento; y se las arregla para estar cerca de los que son torturados, acompañando hasta donde es posible humanamente a los que se disponen al martirio.

Pasado el peor momento de estupor, se llena de la audacia del Espíritu Santo y comienza a predicar con fortaleza de Jesucristo. Ahora lo hace públicamente en el intento de convertir a los paganos que están en el terrible error de la idolatría. El principal foco de atención de su discurso es hacerles comprender que los ídolos son una necedad y el culto que se les tributa supone una verdadera ofensa al único Dios que merece adoración y puede darles la salvación ofrecida a todos los hombres sin excepción. Ya no le importa su vida. Se sabe portador de la verdad y conoce bien que ella no es exclusivamente para él. Sólo Jesús es el Señor y todos han de servirle.

Lo que era presumible con ese comportamiento se hace realidad. Es apresado y obligado a apostatar, siendo inútiles los tormentos que tuvo que soportar el fiel y valiente discípulo. Por fin, muere el 13 de febrero del año 303 con la cabeza cortada, aquella que el fraile quiso cambiar de sitio.

La catequesis, es decir, llevar a Cristo a los demás, comporta la responsabilidad de ser fiel a lo que se propone y ni que decir tiene que en este contexto la vida humana no es ningún valor absoluto. ¡Qué bien lo supo hacer san Benigno sin tener que darle vueltas a los textos de las bibliotecas de las universidades que aún no se habían inventado! Fue sencillamente el don del Espíritu Santo. Hoy también hacen bastante falta sacerdotes -no sólo en Hungría- cuidadosos menos de su propia vida que de la Salvación que ofrecen y ¡obispos que los descubran!

(http://es.catholic.net/op/articulos/32021/benigno-de-todi-santo.html)

12 febrero, 2019

Santa Eulalia

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¡Oh!, Santa Eulalia, vos, sois la hija del Dios de la vida,
y su amada santa, y, que, alguna vez dijisteis: “Al sólo Dios
del cielo adoro, a El únicamente le ofreceré sacrificios y
le quemaré incienso. Y a nadie más”. Daciano, antes de ello,
intentó ofreceros regalos y haceros promesas de ayuda para
que vos, de opinión cambiarais, pero vos, más convencida
seguisteis de vuestra fe cristiana. Entonces, mostrándoos
como iba a torturaros, os dijo: “De todos estos sufrimientos
te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les
quemas este poquito de incienso en los altares de ellos”.
Vos, entonces lanzasteis lejos el pan y, echasteis por el
suelo el incienso. Entonces, el juez pagano mandó que os
destrozaran golpeándoos con varillas de hierro y que os
colocasen antorchas encendidas en vuestras heridas. Vuestra
cabellera se incendió y vos, ahogada expirasteis. Por ello,
a vuestra protección, a los jóvenes de nuestro tiempo os
encomendamos, para que se opongan a quienes desean que su
vida la dediquen a la sensualidad, a las drogas, a vicios
repugnantes y a las malas amistades, pues lo que ellos matan,
no es el cuerpo, sino, la vida del alma, que es la vida
de Dios. Prudencio, el poeta, constancia dejó de que al
morir vos, vio la gente una blanca paloma volar hacia
el cielo, y que, vuestros verdugos huyendo salieron de pavor
llenos, por haberos matado. Y, de pronto, cubrió la nieve
vuestro cadáver y el suelo, hasta que os dieron sepultura
honrosa. Allí mismo, y en vuestro honor, se levantó un templo,
donde los peregrinos a orar llegan, ante vuestros restos.
Hoy, en la estancia celeste vivís, toda coronada de luz,
como premio justo a vuestra entrega increíble de grande amor;
¡oh!, Santa Eulalia; “vivo amor del Dios de la Vida y del Amor”.


© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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12 de Febrero
Santa Eulalia
Mártir
(año 304)


Eulalia significa: “la que habla bien” Eu = bien, Lal = hablar.

Santa Eulalia es una de las santas más famosas de España. Los datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos en un himno que en honor de ella se escribe el poeta Prudencio en el siglo cuarto. Y allí se cuenta lo siguiente:

Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo, y mandándoles que debían adorar a los falsos ídolos de los paganos. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los delegados del gobierno.
Viendo la mamá que la jovencita podía correr algún peligro de muerte si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se la llevó a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de Mérida.
Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían al verdadero Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos.
Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión, pero al ver que ella seguía fuertemente convencida de sus ideas cristianas, le mostró todos los instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar ídolos y prohibía adorar a Jesucristo. Y le dijo: “De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos”.

La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo valientemente: “Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más”.

Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.

Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.

El culto de Santa Eulalia se hizo tan popular que hasta el gran San Agustín hizo sermones en honor de esta joven santa. Y en la muy antigua lista de mártires de la Iglesia Católica, llamada “Martirologio romano”, hay esta frase: “el 12 de febrero, se conmemora a Santa Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo”.

Oración
Joven mártir Eulalia; a tu protección encomendamos tantas personitas jóvenes que en este tiempo tienen que enfrentarse, no ya, a los perseguidores que matan a quienes se niegan a ofrecer sacrificios a los ídolos, sino que tienen que oponerse a quienes quieren que dediquen su vida a la sensualidad, a las drogas, a los vicios, a las malas amistades y al pecado, que son monstruos mucho peores que los ídolos, y son perseguidores más crueles que los que mataban el cuerpo, porque lo que ellos matan es la vida del alma. Santa Eulalia; te recomendamos a nuestra juventud que vive en medio de tantos peligros y que corre cada día el riesgo de ser infiel a Cristo. Que de tan grandes peligros nos libre siempre el Señor.

Dijo Jesús: Quien sacrifica su vida por mi, la ganará para la vida eterna.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Eulalia.htm)

11 febrero, 2019

Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes



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¡Oh! Señora Nuestra de Lourdes, Vos, sois la Santa Madre
del Dios de la Vida, y la que le dijisteis a Santa Bernardita:
“No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”.
Y, así fue. Ella, su hermana y otra niña iban al campo a buscar
leña seca, cerca de una gruta y cuando empezó a sacarse los
zapatos, escuchó un ruido proveniente de la gruta, acercándose
a ver lo que pasaba y os vió María, envuelta en una luz
refulgente con un traje blanco, una cinta azul en la cintura,
un largo velo blanco y dos rosas doradas brillantes que le
cubrían los pies. En vuestras manos, portabais un largo rosario blanco
y dorado y juntas empezaron a rezarlo. Así sucede el domingo
donde Bernardita reza la primera decena del Rosario y Vos, María
os apareceis. La niña os tira agua bendita para asegurarse que
no erais una obra del enemigo, y Vos, sonreís, os persignasteis
con el Rosario y lo rezasteis juntas. El jueves siguiente, Vos, Virgen
Santa, pedís a Bernardita que regrese por quince días seguidos a
la gruta y por ello, Vos, María le prometeis hacerla dichosa en el
otro mundo. Y, así, Bernardita va con una vela bendecida
y encendida, y Vos, Señora Nuestra, le enseñasteis una oración
personal. El siguiente domingo, la niña os vió triste y ella os
preguntó el por qué y Vos le contestasteis: “Rogad por los
pecadores”. Y, claro, desde entonces las autoridades amenazan
a Bernardita con llevarla a la cárcel y todos se burlaban de ella.
Un día, diez mil personas fueron a ver lo que pasaba. Vos os
aparecisteis a Bernardita y le pedisteis que les diga a los
sacerdotes que eleven ahí un santuario, a donde se debe ir en
procesión. Y así lo hace, comentándole al sacerdote, quien a
cambio le pide el nombre de la Señora y que florezca un rosal
silvestre sobre el que se aparecía. Y, Bernardita, os contó
todo a Vos, María y Vos, le regalasteis un hermosa sonrisa.
Vos, le mandasteis a rogar por los pecadores y exclamasteis:
“¡Penitencia, penitencia, penitencia!… ¡Ruega a Dios por los
pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!”
Y, Bernardita así lo hizo y pidió a los espectadores que
hicieran lo mismo. Mas adelante Vos, le dijisteis a Bernardita
que bebiese, lavase los pies en la fuente y comiese hierba.
Y luego que escarbase en el fondo de la gruta y empezó
milagrosamente a brotar agua. Allí, el pobre obrero Bourriete,
que tenía el ojo izquierdo mutilado, ora y se frota el ojo
con el agua de la fuente y luego empezó a gritar de alegría
y recuperó la vista. Bernardita va a la gruta, pero luego
es llevada a casa el juez y es amenazada de ir a cárcel. En
la noche, Catalina Latapie moja su brazo dislocado y el brazo
y la mano recuperan su agilidad, produciéndose un segundo
milagro. Bernardita va de nuevo donde el párroco a recordarle
el pedido de la Virgen, luego la pequeña os pregunta de nuevo
vuestro nombre, y Vos, le sonríes. Ese día, una madre en su
desesperación lleva en brazos a su hijo que estaba medio
muerto, sumergiendo quince minutos en el agua fría y al llegar
a casa notó mejoría en la respiración del niño, pues estaba
estaba lleno de vida y completamente sano. Vos, os aparecisteis
una vez más a Bernardita y levantando los ojos hacia el cielo,
juntasteis en signo de oración las manos y tendidas hacia
el suelo y le dijisteis a Bernardita: “Soy la Inmaculada
Concepción”. Bernardita, salió corriendo a decirle al párroco,
quien se conmueve ante la revelación del nombre ya que cuatro
años antes se había proclamado el dogma de la Inmaculada
Concepción. Bernardita en la gruta y en éxtasis pone su mano
sobre la llama de la vela encendida que había llevado
y no se quema quedando ilesa y comprobada por un médico que
vió el hecho. Bernardita sintió una misteriosa llamada
y al llegar a la gruta se dio cuenta que estaba vallada
y no se podía pasar, dirigiéndose al otro lado, enfrente
de la gruta, y pudo veros Santa Madre de Dios,  y exclamó:
”Me pareció que estaba delante de la gruta, a la misma
distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen.
¡Jamás la había visto tan bella!”, dijo Santa Bernardita.
Muchos consideran que la aparición de Nuestra Señora de Lourdes
es un agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada
Concepción y es exaltación a las virtudes de pobreza
y humildad como la que tenía la pequeña Bernardita y un llamado
a aceptar la cruz para ser felices en la otra vida, la importancia
de la oración, del Santo Rosario y la penitencia con una
misericordia infinita por los pecadores y los enfermos. El agua
de la gruta, agua virgen es, pues los químicos dijeron
que es  pura, natural, sin propiedad térmica y en la que
ninguna bacteria, ni microbio sobrevive. Prueba clara
y fehaciente de la “Inmaculada Concepción”. !Aleluya!
¡Oh! Nuestra Señora de Lourdes, “Viva e Inmaculada Concepción”

© 2019 by Luis ernesto Chacón Delgado

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11 de Febrero
Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes


Cada 11 de febrero la Iglesia celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, quien en una de sus apariciones le dijo a Santa Bernardita: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”. Aquí el significado de sus apariciones, el mensaje que dejó y los milagros que se dieron con su intercesión.

Era el 11 de febrero de 1858, Bernardita, su hermana y otra niña iban al campo a buscar leña seca, cerca de una gruta. Para llegar ahí tenían que pasar por un arroyo. Bernardita no se atrevía a adentrarse porque el agua estaba muy fría. Se empezó a sacar los zapatos, cuando de pronto escuchó un ruido fuerte proveniente de la gruta.


Se acercó a ver lo que pasaba y ahí en ese lugar sucio y pedregoso se apareció la Virgen envuelta en una luz resplandeciente, con un traje blanco de un tejido desconocido, una cinta azul en la cintura, un largo velo blanco y dos rosas doradas brillantes que le cubrían la parte superior de los pies.


En sus manos, la Virgen tenía un largo rosario blanco y dorado. Entonces juntas empezaron a rezarlo. El domingo 14 de febrero, Bernardita en la gruta reza la primera decena del Rosario y María se aparece. La niña le tira agua bendita para asegurarse que no era una obra del enemigo. La Virgen sonríe, se persigna con el Rosario y lo rezan juntas.


El jueves 18 la Virgen le pide a Bernardita que regrese por quince días seguidos a la gruta. Ante la aceptación y promesa de la pequeña, María le promete hacerla dichosa en el otro mundo. Los rumores de las apariciones se empiezan a esparcir.

El 19 de febrero, Bernardita va con una vela bendecida y encendida. Es así que nace la costumbre de ir con velas para encenderlas ante la gruta. El 20 de febrero la Señora le enseña una oración personal a Bernardita.


El domingo 21, la niña ve que la Virgen estaba triste, le pregunta lo que le pasa y Nuestra Señora le contesta: “Rogad por los pecadores”. Para ese entonces las autoridades amenazaron a Bernardita con llevarla a la cárcel y todos se burlaban de ella.


El 22 la Virgen no se le apareció, pero la niña no perdía la esperanza de volverla a ver. El 23, diez mil personas fueron a ver lo que pasaba. La Virgen se le apareció a Bernardita y le pidió que les diga a los sacerdotes que eleven ahí un santuario, a donde se debe ir en procesión.


La niña va y le comenta al sacerdote, quien a cambio pide el nombre de la Señora y que florezca un rosal silvestre sobre el que se aparecía.


El 24 la pequeña le cuenta todo a la Virgen, quien sólo sonrió. Luego María la mandó a rogar por los pecadores y exclamó: “¡Penitencia, penitencia, penitencia!… ¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!” Bernardita así lo hizo y pedía a los espectadores que hicieran lo mismo.


El 25 de febrero la Virgen le ordena beber, lavarse los pies en la fuente y comer hierba. Bernardita, por indicación de María, escarbó en el fondo de la gruta y empezó a brotar agua.


El 26 se produce el primer milagro. El pobre obrero Bourriete, que tenía el ojo izquierdo mutilado, ora y se frota el ojo con el agua de la fuente. Luego empezó a gritar de alegría y fue recuperando la vista. El 27 la Virgen permanece en silencio, Bernardita bebe del agua del manantial y hace los gestos recurrentes de penitencia.


El 28 Bernardita va a la gruta, pero luego es llevada a casa el juez y amenazada de ir a cárcel. En la noche, Catalina Latapie moja su brazo dislocado y el brazo y la mano recuperan su agilidad, produciéndose un segundo milagro.


El martes 2 de marzo, Bernardita va de nuevo donde el párroco a recordarle el pedido de la Virgen.

El 3 de marzo la pequeña le pregunta de nuevo su nombre y la Virgen sonríe. Ese día, una madre en su desesperación lleva en brazos a su hijo que estaba medio muerto. Lo metió 15 minutos en el agua fría y al llegar a casa notó mejoría en la respiración del niño.


Al día siguiente, el niño estaba lleno de vida y completamente sano. Los médicos certificaron el milagro y lo llamaron de primer orden.


El 4 de marzo, al finalizar los quince días, la visión permanece silenciosa. El 25 de ese mes la Virgen se apareció a Bernardita, levantó los ojos hacia el cielo, juntó en signo de oración las manos que tenía abiertas y tendidas hacia el suelo y le dijo a Bernardita: “Soy la Inmaculada Concepción”.


La pequeña salió corriendo a decirle al párroco, quien se conmueve ante la revelación del nombre ya que cuatro años antes se había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción.


El 7 de abril, Bernardita en la gruta y en éxtasis pone su mano sobre la llama de la vela encendida que había llevado y no se quema. Después de la aparición, su mano estaba ilesa y fue comprobado por un médico que presenció el hecho.


El 16 de julio se produjo la última aparición. Bernardita sintió la misteriosa llamada y al llegar a la gruta se dio cuenta que estaba vallada y no se podía pasar. Se dirige entonces al otro lado, enfrente de la gruta, y vio a la Madre de Dios. ”Me pareció que estaba delante de la gruta, a la misma distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen. ¡Jamás la había visto tan bella!”, dijo Santa Bernardita.


Algunos consideran que la aparición de Nuestra Señora de Lourdes es un agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada Concepción y es exaltación a las virtudes de pobreza y humildad como la que tenía la pequeña Bernardita.


Asimismo afirman que es un llamado a aceptar la cruz para ser felices en la otra vida, la importancia de la oración, del Santo Rosario y la penitencia con una misericordia infinita por los pecadores y los enfermos.


El agua de la gruta ha sido analizada por químicos, quienes señalaron que es un agua virgen, pura, natural, sin propiedad térmica y en la que ninguna bacteria sobrevive. Para los cristianos esto es símbolo de la Inmaculada Concepción.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-los-catolicos-celebramos-a-la-virgen-de-lourdes-70994)

10 febrero, 2019

Domingo V (C) del tiempo ordinario

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Día litúrgico: Domingo V (C) del tiempo ordinario
Ver 1ª Lectura y Salmo


Texto del Evangelio (Lc 5,1-11): En una ocasión, Jesús estaba a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre Él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar». Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes». Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.

Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador». Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres». Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.
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«En tu palabra, echaré las redes»
Rev. D. Blas RUIZ i López
(Ascó, Tarragona, España)


Hoy, el Evangelio nos ofrece el diálogo, sencillo y profundo a la vez, entre Jesús y Simón Pedro, diálogo que podríamos hacer nuestro: en medio de las aguas tempestuosas de este mundo, nos esforzamos por nadar contra corriente, buscando la buena pesca de un anuncio del Evangelio que obtenga una respuesta fructuosa...

Y es entonces cuando nos cae encima, indefectiblemente, la dura realidad; nuestras fuerzas no son suficientes. Necesitamos alguna cosa más: la confianza en la Palabra de aquel que nos ha prometido que nunca nos dejará solos. «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes» (Lc 5,5). Esta respuesta de Pedro la podemos entender en relación con las palabras de María en las bodas de Caná: «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5). Y es en el cumplimiento confiado de la voluntad del Señor cuando nuestro trabajo resulta provechoso.

Y todo, a pesar de nuestra limitación de pecadores: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador» (Lc 5,8). San Ireneo de Lyón descubre un aspecto pedagógico en el pecado: quien es consciente de su naturaleza pecadora es capaz de reconocer su condición de criatura, y este reconocimiento nos pone ante la evidencia de un Creador que nos supera.

Solamente quien, como Pedro, ha sabido aceptar su limitación, está en condiciones de aceptar que los frutos de su trabajo apostólico no son suyos, sino de Aquel de quien se ha servido como de un instrumento. El Señor llama a los Apóstoles a ser pescadores de hombres, pero el verdadero pescador es Él: el buen discípulo no es más que la red que recoge la pesca, y esta red solamente es efectiva si actúa como lo hicieron los Apóstoles: dejándolo todo y siguiendo al Señor (cf. Lc 5,11).

(http://evangeli.net/evangelio/dia/2019-02-10)

09 febrero, 2019

Santa Apolonia, Virgen y Mártir

 
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¡Oh!, Santa Apolonia, vos, sois la hija del Dios de la vida
 y su amada santa. Cristiana y bautizada desde pequeña,
os educaron en la fe de vuestros padres, y más tarde
os decidisteis a quedaros sin matrimonio, así, donando
vuestra santa vida a Jesús. Un día, casi de la nada, sale
a la calle un poeta y cantando va, malos augurios; metido
estaba en la magia, y en las vías y plazas alejandrinas,
grita los males, catástrofes y calamidades que sobrevendrán
a la ciudad si no se extermina a los cristianos. El obispo
Dionisio Alejandrino, relata esta persecución. Toman
violentamente al anciano Metro y, sin respetar sus canas;
le exigen blasfemar contra Jesucristo y, desalentándose
con su negativa, lo muelen a palos y luego pasan a lapidarlo.
Luego toman a la matrona Cointa, que es atada, arrastrada
y muerta a pedradas. Literalmente arde la ciudad, parece
en estado de guerra, la gente fuera de sí, asalta las casas
de los cristianos. A vos, ya entrada en años os conocían por
vuestras obras de caridad, sólida virtud y vuestro retiro
en oración. Tiempo atrás, erais diaconisa de vuestra iglesia
local. Unas hordas, os secuestran y pretenden obligaros
a blasfemar contra Jesucristo. Pero vos, no lo hacéis
y entonces, con una piedra os destrozan los dientes. Después
os llevan fuera de la ciudad amenazándoos con arrojaros
al fuego, si no apostataseis. Vos, entonces, pedís un tiempo
para reflexionar y entráis en oración. Luego, vos misma,
con desprecio a la vida y manifestando, de que vivir sin Dios
no vale, y, con valor y paso decidido, entrasteis en las llamas
donde entregasteis vuestra santa vida a quien os la dio:
¡Dios!. Así, voló vuestra alma al cielo, para cornona de luz
recibir, como justo premio a vuestra entrega de amor y
fe. Abogada contra todos los males de dientes y muelas,
Patrona Santa de todos los odontólogos del mundo entero;
¡Oh!, Santa Apolonia, “vivo amor y fidelidad a Jesucristo”.

 
© 2019 by Luis ernesto Chacón Delgado
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9 de Febrero
Santa Apolonia
Virgen y Mártir


Martirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, conmemoración de santa Apolonia, virgen y mártir, la cual, después de haber sufrido muchos y crueles tormentos por parte de los perseguidores, para no verse obligada a proferir palabras impías prefirió entregarse al fuego antes que ceder en su fe (c. 250).

Etimología: Apolonia = Aquella que desciende de Apolo, es de origen griego.
Sucedió en tiempos del emperador Felipe que es una época suave en la práctica de la fe cristiana. El lugar de los acontecimientos es Alejandría y por el año 248, previo a la persecución de Decio.

Sale a la calle un poeta con aires de profeta de males futuros; practicaba la magia, según se dice; va por las vías y plazas alejandrinas publicando, como agorero de males, las catástrofes y calamidades que van a sobrevenir a la ciudad si no se extermina de ella a los cristianos. No se sabe qué cosas dieron motivo para predecir esos tiempos aciagos, pero la verborrea produjo su efecto. El obispo Dionisio Alejandrino es el que relata el comienzo de la persecución. Tomaron violentamente al anciano Metro, sin respetar sus canas; le exigen blasfemias contra Jesucristo, se desalientan con su firmeza y acaban moliéndolo a palos y lapidándolo a las afueras de la ciudad. Luego van a por la matrona Cointa que es atada, arrastrada y también muerta a pedradas. Ahora la ciudad parece en estado de guerra; han crecido los tumultos; la gente va loca asaltando las casas donde puede haber cristianos. Se multiplican los incendios, los saqueos y la destrucción.

En Alejandría vive una cristiana bautizada desde pequeña y educada en la fe por sus padres; en los tiempos de su juventud decidió la renuncia voluntaria al matrimonio para dar su vida entera a Jesús. Se llama Apolonia y ya es entrada en años; los que la conocen saben mucho de sus obras de caridad, de su sólida virtud y de su retiro en oración; incluso presta ayuda a la iglesia local como diaconisa, según se estila en la antigüedad. Las hordas incontroladas la secuestran y pretenden obligarla a blasfemar contra Jesucristo. Como nada sale de su boca, con una piedra le destrozan los dientes. Después la llevan fuera de la ciudad amenazándola con arrojarla a una hoguera, si no apostata. Pide un tiempo para reflexionar. Se abisma en oración. Luego, ella misma es la que, con desprecio a la vida que sin Dios no vale, con paso decidido, pasa ante sus asombrados verdugos y entra en las llamas donde murió.

Los cristianos recogieron de entre las cenizas lo poco que quedó de sus despojos. Los dientes fueron recogidos como reliquias que distribuyeron por las iglesias.

Su representación iconográfica posterior la presenta sufriendo martirio de manos de un sayón que tiene una gran piedra en la mano para impartir el golpe que le destrozó la boca. Por eso es abogada contra los males de dientes y muelas.

También a nosotros nos asombra la decisión de santa Apolonia por parecerse al suicidio. Algún magnánimo escritor habla de que «eso sólo es lícito hacerlo bajo una inspiración de Dios». Desde luego es susceptible de más de una glosa. Sólo que los santos, tan extremosamente llenos de Dios, adoptan en ocasiones actitudes inverosímiles y desconcertantes bajo el aguijón del Amor y ¡quien sabe si esas son «locuras» sólo para quien no tiene tanto amor! Al fin y al cabo, cada santo es el misterio de responder sin cuento a Dios.

(http://es.catholic.net/santoraldehoy/)

08 febrero, 2019

Santa Josefina Bakhita


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8 de Febrero Santa Josefina Bakhita Memoria Litúrgica
Por: n/a | Fuente: Corazones.org

Martirologio Romano: Virgen, nacida en la región de Darfur, en Sudán, que, siendo aún niña, fue raptada y vendida en diversos mercados africanos de esclavos, sufriendo dura cautividad. Al obtener la libertad, abrazó la fe cristiana e ingresó en el Instituto de Hijas de la Caridad (Canosianas), y pasó el resto de su vida en Schio, en el territorio italiano de Vicenza, entregada a Cristo y al servicio del prójimo († 1947).

Fecha de beatificación: 17 de mayho de 1992 por S.S. Juan Pablo II Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por el Papa San Juan Pablo II

Breve Biografía
La verdadera fortuna es conocer, amar y servir a Dios. El nombre “Bakhita” significa “afortunada” y nuestra santa ciertamente lo es. Sin embargo, esa fortuna no le vino nada fácil. Bakhita es el nombre que recibió cuando fue secuestrada mientras que fue bautizada con el nombre de Josefina.

De su vida no se conocen datos exactos. Se cree que es de Olgossa en Darfur, y que nació en 1869. Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.

Su vida fue profundamente marcada cuando unos negreros llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana. En su biografía escribió: “Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos”. También cuento su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos.

Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: ´Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco´. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.

Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: ´Si gritas, morirás! Síguenos!´”.

Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre Bakhita sin comprender a donde ella llegaría. Llevaron a Bakhita a El Obeid donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos. Intentó escapar, pero sin éxito. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas. Cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía: “Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal”.

El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita en 1882. Era el quinto amo. Ella escribe: “Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad”.

En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita quiso seguir con su amo cuando este se fue a Italia con su amigo Augusto Michieli. La esposa de Michieli los esperaba en Italia y quiso quedarse con uno de los esclavos que traían por lo que se le dió a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.

En 1888 la familia Michieli compró un hotel y se trasladaron a Suakin pero Bakhita decidió quedarse en Italia. Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. Esta congregación, fundada en 1808, es mas conocida como Hermanas de Canossa.
Fue en el Instituto que Bakhita conoció de verdad a Cristo y que “Dios había permanecido en su corazón”, por lo que le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, “pero recién en ese momento sabía quien era”. Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia. Tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.

Al ser bautizada expresó: “¡Aquí llegué a convertirme en una de las hijas de Dios!”. Se dice que no sabía como expresar su gozo y en su biografía cuenta que en el Instituto conoció cada día más a Dios, “que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma”.

La Señora de Michieli volvió del Sudán a llevarse a su hija y a Bakhita, pero con gran valentía Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. Bakhita pudo prevalecer porque la esclavitud era ilegal en Italia. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad profesó en la vida religiosa.

Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero tenía fama de santidad. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.

Mucho le costó escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se hizo muy conocida y viajaba por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación.
Aunque la salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y quedó con mucho dolor en silla de ruedas, no dejó de viajar. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: “Madonna! Madonna!”

Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, según cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. Josefina se recuerda con veneración en Schio como “Nostra Madre Moretta”.
Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, Italia.

A LOS ALTARES
En 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones sobre su santidad. El 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. El 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II, declarándose su fiesta el 8 de febrero. En esa ocasión el Papa reconoció que ella transmitió el mensaje de reconciliación y misericordia.

Bakhita fué canonizada por S.S. Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.
La historia de Bakhita es la de un continente. Ella sufrió graves males en manos de algunos cristianos pero su corazón no se cerró. Supo perdonar a los que la ultrajaron y descubrir que aquellos agravios, aunque cometidos por cristianos, son contrarios al camino de Jesús. Gracias a las religiosas encontró el verdadero rostro de Cristo y entró en Su Iglesia. Nada, ni los malos ejemplos, nos puede apartar del amor de Dios cuando le permitimos reinar en nuestro corazón. Bakhita nos deja este maravilloso testamento de perdón por amor a Cristo: “Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa”. El Papa la llamó “Nuestra Hermana Universal”.

“Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa”.

(http://es.catholic.net/op/articulos/34868/josefina-bakhita-santa.html#modal)

07 febrero, 2019

San Ricardo, “el Sajón”

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¡Oh!, San Ricardo, vos, sois el hijo del Dios de la vida,
y su amado santo, que, piadosa y noble vida llevasteis
trasmitiendo a vuestra familia preciados valores, tanto que,
un viaje a Roma y Tierra Santa emprendisteis, pero, quiso
Dios, que, repentinamente os presentaseis ante Él. Cruzasteis
a Francia y comenzasteis la larga travesía por el río Sena,
y en Rouen continuasteis a pie, visitando varios santuarios.
Sin embargo, al llegar a la villa de Lucca, vos, fallecisteis
repentinamente. Y, aún así, muerto como estabais realizasteis
innumerables milagros y, son testigos de ello, vuestros hijos,
que más tarde y para alegría vuestra, canonizados fueron,
y hoy, os acompañan en la celeste mansión de Dios. Allí están:
San Winebaldo, San Wilibaldo y Santa Walpurga, vuestra amada
hija. Y, vos, como sabéis, luciendo estáis corona eterna de
luz, como premio a vuestros sueños y entrega de amor y fe;
¡oh!, San Ricardo, “vivo amor, por Cristo Jesús, Dios y Señor Nuestro”.


 © 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado


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7 de Febrero
San Ricardo, “el Sajón”
Rey de Inglaterra


San Ricardo “El Sajón” (¿?-722) nació en Inglaterra. Sus orígenes no han sido del todo corroborados por datos históricos.

Puesto que el primer rey inglés con ese nombre fue Ricardo Corazón de León, quien viviría varios siglos más tarde, se ha puesto en duda que nuestro San Ricardo haya sido rey de Inglaterra. Probablemente haya sido príncipe de Wessex; o sea un gran señor feudal.

Llevó una vida noble y piadosa, y supo transmitir estos valores a la familia que formó. Ya en la edad madura decidió aventurarse a realizar su mayor sueño, que era el de conocer Roma, la “Ciudad Eterna” y Tierra Santa. Y emprendió el viaje, en compañía de sus hijos, en el año 720.

Cruzaron a Francia y comenzaron la larga travesía, primero por el río Sena, y en Rouen continuaron a pie, visitando varios santuarios. Sin embargo, al llegar a la villa de Lucca, San Ricardo falleció repentinamente.

En Lucca se le empezó a venerar muy pronto, pues se dice que aún muerto realizó varios milagros de curación de enfermos, quienes rezaban ante su tumba. La fama de San Ricardo, “rex Anglorum”, se extendió, y sus reliquias se conservan todavía en ese lugar.

Sus hijos, acompañantes suyos en la peregrinación que nunca llegó a Roma, con el tiempo fueron canonizados también: San Winebaldo, San Wilibaldo y Santa Walpurga.

SAN RICARDO EL SAJÓN nos enseña la importancia de intentar realizar nuestros sueños hasta el final.

(http://santoral-virtual.blogspot.com/2009/02/7-de-febrero-dia-de-san-ricardo-el.html)