02 junio, 2024

Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo (B)

 Jueves Santo: La última noche - Revista Vive

Texto del Evangelio (Mc 14,12-16.22-26): El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?». Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la casa: ‘El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?’. Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros». Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.


Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, éste es mi cuerpo». Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos. Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba de nuevo en el Reino de Dios».

Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
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«Éste es mi cuerpo. Ésta es mi sangre»

Mons. José Ángel SAIZ Meneses, Arzobispo de Sevilla (Sevilla, España)

Hoy, celebramos solemnemente la presencia eucarística de Cristo entre nosotros, el “don por excelencia”: «Éste es mi cuerpo (...). Ésta es mi sangre» (Mc 14,22.24). Dispongámonos a suscitar en nuestra alma el “asombro eucarístico” (San Juan Pablo II).

El pueblo judío en su cena pascual conmemoraba la historia de la salvación, las maravillas de Dios para con su pueblo, especialmente la liberación de la esclavitud de Egipto. En esta conmemoración, cada familia comía el cordero pascual. Jesucristo se convierte en el nuevo y definitivo cordero pascual sacrificado en la cruz y comido en Pan Eucarístico.

La Eucaristía es sacrificio: es el sacrificio del cuerpo inmolado de Cristo y de su sangre derramada por todos nosotros. En la Última Cena esto se anticipó. A lo largo de la historia se irá actualizando en cada Eucaristía. En Ella tenemos el alimento: es el nuevo alimento que da vida y fuerza al cristiano mientras camina hacia el Padre.

La Eucaristía es presencia de Cristo entre nosotros. Cristo resucitado y glorioso permanece entre nosotros de una manera misteriosa, pero real en la Eucaristía. Esta presencia implica una actitud de adoración por nuestra parte y una actitud de comunión personal con Él. La presencia eucarística nos garantiza que Él permanece entre nosotros y opera la obra de la salvación.

La Eucaristía es misterio de fe. Es el centro y la clave de la vida de la Iglesia. Es la fuente y raíz de la existencia cristiana. Sin vivencia eucarística la fe cristiana se reduciría a una filosofía.

Jesús nos da el mandamiento del amor de caridad en la institución de la Eucaristía. No se trata de la última recomendación del amigo que marcha lejos o del padre que ve cercana la muerte. Es la afirmación del dinamismo que Él pone en nosotros. Por el Bautismo comenzamos una vida nueva, que es alimentada por la Eucaristía. El dinamismo de esta vida lleva a amar a los otros, y es un dinamismo en crecimiento hasta dar la vida: en esto notarán que somos cristianos.

Cristo nos ama porque recibe la vida del Padre. Nosotros amaremos recibiendo del Padre la vida, especialmente a través del alimento eucarístico.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Cristo instituyó este sacramento como el memorial perenne de su pasión, siendo la más maravillosa de sus obras. Y lo dejó a los suyos como singular consuelo en las tristezas de su ausencia» (Santo Tomás de Aquino)

  • «La Eucaristía es verdaderamente un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra. Es un rayo de gloria de la Jerusalén Celestial que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz sobre nuestro camino» (San Juan Pablo II)

  • «Cristo, que pasó de este mundo al Padre, nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria que tendremos junto a Él: la participación en el Santo Sacrificio nos identifica con su Corazón, sostiene nuestras fuerzas a lo largo del peregrinar de esta vida, nos hace desear la Vida eterna y nos une ya desde ahora a la Iglesia del cielo, a la Santa Virgen María y a todos los santos» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.419)

     (https://evangeli.net/evangelio/dia/2024-06-02)

01 junio, 2024

San Justino, Padre de la Iglesia Mártir

 

¡Oh! San Justino, vos, sois el hijo del Dios de la Vida,
y su amado santo que, siendo laico, el primer apologista
fuisteis que, con vuestra pluma defendisteis las verdades
del cristianismo. Un anciano os dijo: “Si deseáis saber
mucho acerca de Dios, os recomiendo estudiar la religión
cristiana, porque es la única que habla de Dios debidamente
y de manera que, el alma queda plenamente satisfecha,
además, leed la Sagrada Biblia”. Y, vos, así lo hicisteis
y encontrasteis lo que vuestra alma tantas veces andaba
buscando. Y, fruto de aquella lectura, surgió “Apologías”
que ensalzaba al único Dios Trino y Verdadero. Países, pueblos
y ciudades recorristeis, y, si en vuestro camino, se os cruzaban
paganos, herejes y judíos, con todos ellos discutíais y los
convencíais, y, dentro de ellos a Crescencio “el cínico”.
En vuestra vívida y valerosa defensa del cristianismo, vos,
les preguntabais a los gobernantes de aquél tiempo: «¿Por
qué persiguen a los seguidores de Cristo? ¿Por qué son ateos?«
Y, escribisteis: «¡No lo son! ¡Creen en el Dios verdadero!«
«¿Por qué son inmorales?» Y, escribisteis: «¡No! Los cristianos
observan mejor comportamiento que los de otras religiones.
¿Por qué, son un peligro para el gobierno?» Y Vos, escribisteis
«¡Nada de eso! Los cristianos son los ciudadanos más pacíficos
del mundo. ¿Por qué practican ceremonias indebidas?» Y vos,
describís cómo es el bautismo y cómo se celebra la Eucaristía,
y de esa manera demostrasteis que el ceremonial cristiano
es de los más santos que existen. Y, a aquellos impíos no les quedó
más camino que entregaros al alcalde de Roma, quien pudo
oíros, y luego de largo diálogo, de vuestros propios labios,
surgió vuestra fulminante respuesta: “Nada más honroso
para mí y para mis compañeros, y nada que más deseemos,
que, ofrecer nuestra vida en sacrificio por proclamar el amor
que sentimos por Nuestro Señor Jesucristo”. Y, vos, con cinco
valerosos hombres y una mujer virtuosa, fuisteis azotados vil
y cruelmente, para luego cortaros la cabeza. Y, así, plena
de gozo vuestra alma, voló al cielo, conjuntamente con
la de vuestros compañeros para, coronada ser, con justicia
con corona de luz y eternidad, como justo premio a vuestra
entrega increíble de amor y fe. ¡Aleluya! ¡Aleluya!¡Aleluya!
“Santísimo Patrono de los Filósofos del orbe de la tierra”;
¡oh!, San Justino, “viva apología del Dios Vivo y del Amor”.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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1 de Junio
San Justino Mártir
Año 165

No fue sacerdote, sino simplemente un laico, y fue el primer apologista cristiano. Se llama apologista al que escribe en defensa de algo. Y Justino escribió varias apologías o defensas del cristianismo. Sus escritos ofrecen detalles muy interesantes para saber cómo era la vida de los cristianos antes del año 200 y cómo celebraban sus ceremonias religiosas.

El mismo Justino cuenta que él era un Samaritano, porque nació en la antigua ciudad de Siquem, capital de Samaria (ciudad que en su tiempo se llamaba Naplus). Sus padres eran paganos, de origen griego, y le dieron una excelente educación, instruyéndolo lo mejor posible en filosofía, literatura e historia.

Durante algún tiempo se dedicó a estudiar la ciencia que enseñaban los que seguían la corriente llamada “estoicismo”, pero luego dejó esa religión porque se dio cuenta de que no le enseñaban nada seguro acerca de Dios.

Un día que paseaba junto al mar, meditando acerca de Dios, vio que se le acercaba un venerable anciano, el cual le dijo: – Si quiere saber mucho acerca de Dios, le recomiendo estudiar la religión cristiana, porque es la única que habla de Dios debidamente y de manera que el alma queda plenamente satisfecha. El anciano le recomendó que le pidiera mucho a Dios la gracia de lograr saber más acerca de El, y le recomendó la lectura de la S. Biblia.

Justino se dedicó a leer la S. Biblia y allí encontró maravillosas enseñanzas que antes no había logrado encontrar en ningún otro libro. Tenía unos treinta años cuando se convirtió, y en adelante el estudio de la Sagrada Escritura fue para él lo más provechoso de toda su existencia.

El santo cuenta que cuando todavía no era cristiano, había algo que lo conmovía profundamente y era ver el valor inmenso con el cual los mártires preferían los más atroces martirios, con tal de no renegar de su fe en Cristo, y que esto lo hacia pensar: “Estos no deben ser criminales porque mueren muy santamente y Cristo en el cual tanto creen, debe ser un ser muy importante, porque ningún tormento les hace dejar de creer en El”.

Los paganos conocían poco del cristianismo porque había pocos escritos que defendieran nuestra santa religión. Y Justino se convenció de que muchos paganos llegarían a ser cristianos si leían un libro donde se les comprobara filosóficamente que el cristianismo es la religión más santa de la tierra. Y se convenció de que es una grave obligación de los que están convencidos de la santidad de nuestra religión, tratar de animar a otros para que lleguen también a pertenecer al cristianismo. A él le llamaban la atención aquellas palabras del Libro del Eclesiástico en la S. Biblia: “Tener sabiduría y guardársela para uno mismo sin comunicarla a los demás, es una infidelidad y una inutilidad”. Por eso se propuso recoger todas las pruebas que pudo y publicar sus “Apologías” en favor de la religión de Jesucristo.

Ataviado con las vestimentas características de los filósofos, Justino recorrió varios países y muchas ciudades, discutiendo con los paganos, con los herejes y los judíos, tratando de convencerlos de que el cristianismo es la religión verdadera y la mejor de todas las religiones.

En Roma tuvo Justino una gran discusión filosófica con un filósofo cínico llamado Crescencio, en la cual le logró demostrar que las enseñanzas de los cínicos (que no respetan las leyes morales) son de mala fe y demuestran mucha ignorancia en lo religioso. Crescencio, lleno de odio al sentirse derrotado por los argumentos de Justino, dispuso acusarlo de cristiano, ante el alcalde de la ciudad. Había una ley que prohibía declararse públicamente como seguidor de Cristo. Y además en el gobierno había ciertos descontentos porque Justino había dirigido sus “Apologías” al emperador Antonino Pío y a su hijo Marco Aurelio, exigiéndoles que si en verdad querían ser piadosos y ser justos tenían que respetar a la religión cristiana que es mejor que las demás.

En sus famosos libros de Apologías (o defensa del cristianismo) nuestro santo les decía a los gobernantes de ese tiempo: ¿Por qué persiguen a los seguidores de Cristo? ¿Porque son ateos? No lo son. Creen en el Dios verdadero. ¿Porque son inmorales? No. Los cristianos observan mejor comportamiento que los de otras religiones. ¿Porque son un peligro para el gobierno? Nada de eso. Los cristianos son los ciudadanos más pacíficos del mundo. ¿Porque practican ceremonias indebidas? Y les describe enseguida cómo es el bautismo y cómo se celebra la Eucaristía, y de esa manera les demuestra que las ceremonias de los cristianos son las más santas que existen.

Las actas que se conservan acerca del martirio de Justino son uno de los documentos más impresionantes que se conservan de la antigüedad. Justino es llevado ante el alcalde de Roma, y empieza entre los dos un diálogo emocionante:

Alcalde. ¿Cuál es su especialidad? ¿En qué se ha especializado?
– Justino. Durante mis primeros treinta años me dediqué a estudiar filosofía, historia y literatura. Pero cuando conocí la doctrina de Jesucristo me dediqué por completo a tratar de convencer a otros de que el cristianismo es la mejor religión.
Alcalde. – Loco debe de estar para seguir semejante religión, siendo Ud. tan sabio.
Justino. – Ignorante fui cuando no conocía esta santa religión. Pero el cristianismo me ha proporcionado la verdad que no había encontrado en ninguna otra religión.
Alcalde. ¿Y qué es lo que enseña esa religión?
Justino. – La religión cristiana enseña que hay uno solo Dios y Padre de todos nosotros, que ha creado los cielos y la tierra y todo lo que existe. Y que su Hijo Jesucristo, Dios como el Padre, se ha hecho hombre por salvarnos a todos. Nuestra religión enseña que Dios está en todas partes observando a los buenos y a los malos y que pagará a cada uno según haya sido su conducta.
Alcalde. – ¿Y Usted persiste en declarar públicamente que es cristiano?
Justino. – Sí declaro públicamente que soy un seguidor de Jesucristo y quiero serlo hasta la muerte.
El alcalde pregunta luego a los amigos de Justino si ellos también se declaran cristianos y todos proclaman que sí, que prefieren morir antes que dejar de ser amigos de Cristo.
Alcalde. – Y si yo lo mando torturar y ordeno que le corten la cabeza, Ud. que es tan elocuente y tan instruido ¿cree que se irá al cielo?
Justino. – No solamente lo creo, sino que estoy totalmente seguro de que si muero por Cristo y cumplo sus mandamientos tendré la Vida Eterna y gozaré para siempre en el cielo.
Alcalde. – Por última vez le mando: acérquese y ofrezca incienso a los dioses. Y si no lo hace lo mandaré a torturar atrozmente y haré que le corten la cabeza.
Justino. – Ningún cristiano que sea prudente va a cometer el tremendo error de dejar su santa religión por quemar incienso a falsos dioses. Nada más honroso para mí y para mis compañeros, y nada que más deseemos, que ofrecer nuestra vida en sacrificio por proclamar el amor que sentimos por Nuestro Señor Jesucristo.

Los otros cristianos gritaron que ellos estaban totalmente de acuerdo con lo que Justino acababa de decir.
Justino y sus compañeros, cinco hombres y una mujer, fueron azotados cruelmente, y luego les cortaron la cabeza.

Y el antiquísimo documento termina con estas palabras: “Algunos fieles recogieron en secreto los cadáveres de los siete mártires, y les dieron sepultura, y se alegraron que les hubiera concedido tanto valor, Nuestro Señor Jesucristo a quien sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amen”.

(http://www.ewtn.com/spanish/saints/Justino_6_1.htm)

31 mayo, 2024

Fiesta de la Visitación de Santa María a su prima Santa Isabel

 

 

31 de Mayo
Fiesta de la Visitacion de Maria a su prima Santa Isabel
 
Cada 31 de mayo la Iglesia celebra la fiesta de la “Visitación de la Virgen María” a Santa Isabel, su prima, quien se encontraba también en estado de buena esperanza.
 
Con esta celebración se cierra el mes de mayo, dedicado a nuestra Madre del Cielo. Se trata, pues, de un hermoso detalle previsto por la Iglesia para coronar los ejercicios de piedad o las expresiones de amor que hemos ido realizando a lo largo del mes.
 
Durante mayo hemos acompañado a la Virgen en los jubilosos días de Pascua; la hemos celebrado en la Advocación de la Virgen de Fátima y, hace poco, hemos estado a su lado celebrando Pentecostés. Aunque, quizás, sea mejor decir, que fue Ella quien estuvo todo el tiempo a nuestro lado, educándonos en la fe. Cada rezo del Rosario, cada Letanía a la Virgen, cada oración frente a su santa imagen ha sido un gesto importante para que la amemos más, la conozcamos mejor y la tengamos más presente el resto del año.
 
¡Dios nos conceda el don de amar a María como Jesús la amó!
Conociendo a nuestra Madre
 
La fiesta de la Visitación constituye esencialmente una invitación del Señor a contemplar a la Virgen María, la Madre de Dios, que salió al encuentro de Isabel para ponerse a su servicio -recordemos que Isabel estaba embarazada y era una mujer mayor-.
 
Al mismo tiempo, se trata de una oportunidad renovada para considerar el llamado a vivir el ‘amor generoso’ -amor que brota de nuestro interior cuando en él habita Jesús-. María camino a la casa de Zacarías e Isabel es la clara evidencia de que la Madre de Dios jamás se cerró sobre sí misma sino que estuvo siempre sensible y atenta a las necesidades del otro. Se puso en marcha para servir en las labores domésticas sin hacer alarde de nada; María acude con sencillez, movida por el amor a su prima.
 
María viene a visitar tu corazón
 
De acuerdo al relato evangélico, el ángel Gabriel anunció a María que sería la Madre de Jesús, Redentor del mundo. Luego le revelaría que su prima Isabel estaba encinta a pesar de su edad. Dios obraba con grandeza delante de todos y suscita la respuesta amorosa del ser humano: la Virgen sale en ayuda de su pariente embarazada, la que será madre de Juan el Bautista, y se queda con esta por un periodo de tres meses.
 
Este gesto amable nos recuerda que María, como madre que es, ama a cada uno con un amor particular. Por otro lado, evoca el encargo que recibirá en el Calvario (Cfr. Jn 19, 26-27) por el que sabemos que nunca abandonará a ninguno de sus hijos.
 
De esta manera, la doncella elegida por Dios se ha hecho ejemplo perfecto de cómo debemos salir también nosotros al encuentro del prójimo: llevando a Jesús en el corazón.
 
No perdamos la esperanza, al contrario: la primera que quiere ayudarnos a tener a Jesús dentro es la Virgen. ¡Llámala sin reparos! ¡Recíbela en tu casa! 
 
Una madre como Ella jamás ha de negarse.
 
‘Canal de la Gracia’
 
San Bernardo de Claraval, a propósito de los pasajes considerados, señalaba que “desde entonces María quedó constituida como un ‘canal inmenso’ por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones”.
 
Evangelio del día (Lc 1, 39-56)
 
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
 
Entonces dijo María:
 
“Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,
porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.
Santo es su nombre
y su misericordia llega de generación en generación
a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo:
dispersó a los de corazón altanero,
destronó a los potentados
y exaltó a los humildes.
A los hambrientos los colmó de bienes
y a los ricos los despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia,
vino en ayuda de Israel, su siervo,
como lo había prometido a nuestros padres,
a Abraham y a su descendencia,
para siempre”.
 
María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa.(ACI prensa).

30 mayo, 2024

Solemnidad de Corpus Christi

 

 Solemnidad del Corpus Christi 2024

 ¡Oh! Solemnidad del Corpus Christi
¡Oh!, Corpus Christi, “Cuerpo de Cristo”
¡Oh banquete precioso y admirable!
Un Jueves Santo instituido
Milagros Eucarísticos por el mundo
Urbano Cuarto Papa con la bula “Transiturus”
¡Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo!
Vos, mismo, Señor mío Jesucristo dijisteis:
“Mi carne es verdadera comida, y mi Sangre
verdadera bebida; el que come Mi Carne, y bebe
Mi Sangre, en Mí mora, y Yo en él”.
“¡Oh banquete precioso y admirable!”
¡Vida Eterna de por Vida!
¡Oh!, “Vivo y Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo”.

© 2024 Luis Ernesto Chacón Delgado

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30 de Mayo
Solemnidad de Corpus Christi

Corpus Christi: “Cuerpo de Cristo”, en latín.
“¡Oh banquete precioso y admirable!” ( Sto. Tomas de Aquino).

Esta fiesta conmemora la institución de la Santa Eucaristía el Jueves Santo con el fin de tributarle a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, amor y gratitud. Por eso se celebraba en la Iglesia Latina el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.

La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Dos eventos extraordinarios contribuyeron a la institución de la fiesta: Las visiones de Santa Juliana de Mont Cornillon y El milagro Eucarístico de Bolsena/Orvieto.

Urbano IV, amante de la Eucaristía, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.

La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306. El Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.

Procesiones

Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV.

El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos.

En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Juan Pablo II ha exhortado a que se renueve la costumbre de honrar a Jesús en este día llevándolo en solemnes procesiones.

En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.

Santa Juliana de Mont Cornillon y la fiesta de Corpus Christi

La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.

Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad. Ella comunicó esta visión a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV.

El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.

El obispo Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez con los cánones de San Martín en Liège. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.

Milagro Eucarístico de Orvieto – Bolsena

Orvieto es una preciosa ciudad de la Umbría, región italiana que ha dado a la Iglesia innumerables santos. Basta mencionar a San Francisco, Sta. Clara de Asís, Sta. Clara de Montefalco, San Valentín, San Benito, Sta. Rita…

La ciudad, anidada en la cima de una montaña, me hace pensar en lo trabajoso que habrá sido para sus ciudadanos comunicarse con el mundo antes de este siglo. Sin embargo es en la actualidad cuando Orvieto parece estar alejada y olvidada.

Los hijos de Orvieto del siglo XX, en su mayoría, prefirieron las ciudades grandes de las planicies a vivir por las nubes. Sus grandes edificios, especialmente su catedral, parecen un recuerdo de otros tiempos muy distantes donde allí se vivió intensamente la fe, el arte y el deseo de hacer algo grande por Dios

El Milagro Eucarístico

Orvieto no se puede olvidar porque allí se encuentra un prodigio divino. Su catedral es custodia de un milagro Eucarístico que se puede venerar en la capilla izquierda. Se trata de un corporal que muestra la Sangre que brotó de una Sagrada Hostia.

En el año 1264 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Acudió así en peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de San Pedro la gracia de una fe fuerte. De regreso de Roma, Dios se le manifestó de manera milagrosa ya que cuando cuando celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal de la Preciosa Sangre.

La noticia del prodigio llegó pronto al Papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. Hizo traer el corporal y, al constatar los hechos, instituyó la Solemnidad de Corpus Christi.

El mismo Papa Urbano IV encargó a Sto. Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico propio para esta fiesta y la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía. Entre los que compuso está la sublime secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus Christi.

El año 1290 el Papa Nicolás IV, a petición del clero y del pueblo, colocó la primera piedra de la nueva catedral de Orvieto donde aun se encuentra la sagrada reliquia.

(http://www.corazones.org/lugares/italia/orvieto/a_orvieto.htm)

Bibliografía

La Enciclopedia Católica, volumen 4, y otras fuentes.Esta página es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.

(http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/liturgia/corpus_christi.htm)

29 mayo, 2024

San Paulo VI, El Papa que defendió la vida y la familia

Santo del día 29 de mayo: San Pablo VI. Santoral católico | ACI Prensa

 ¡Oh! San Pablo VI, Papa, vos sois el hijo del Dios de la Vida
su Papa y amado santo, que defendisteis la vida y la familia
con vuestra encíclica “Humanae Vitae” y que, a feliz término
llevasteis el Concilio Vaticano II. Os ordenaron sacerdote,
y luego de largos años en la Secretaría de Estado, os nombraron
Arzobispo de Milán y San Juan XXIII, os creó cardenal. Al
fallecimiento del "Papa Bueno", os eligieron como su sucesor
y tomasteis el nombre de Pablo VI, continuando con el Concilio
hasta clausurarlo. Guiado por el Espíritu Santo, escribisteis
las encíclicas: "Ecclesiam Suam", "Mense maio", "Mysterium
fidei", "Christi Matri", "Populorum Progressio", "Sacerdotalis
Caelibatus" y "Humanae Vitae", sobre la natalidad. Impulsasteis
el diálogo ecuménico, iniciada con el abrazo con el Patriarca
Atenágoras y levantasteis las excomuniones. A vos, se os recuerda
como el Papa que inició la modernidad con los viajes pontificios
a los cinco continentes, Tierra Santa y a la ONU. En alguno de
aquellos viajes, la Divina Providencia os salvó de un atentado
contra vuestra vida. A vos, se debe de que los obispos presenten
su renuncia al cargo, que después se extendió a los cardenales.
También, promulgasteis la reforma litúrgica y modificasteis
la elección papal. Creasteis seis consistorios y creasteis
cardenales a Karol Wojtyla y a Joseph Ratzinger, ambos papas;
uno elevado a los altares y el segundo Papa Emérito. Y así, y
luego de haber gastado vuestra santa vida en buena lid, voló
vuestra alma al cielo para coronada ser con corona de luz,
como premio a vuestra entrega de amor y fe. ¡Aleluya! ¡Aleluya!;
¡Oh!, San Paulo VI, “vivo Apóstol del Dios de la Vida y del Amor”

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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29 de Mayo
San Paulo VI  
El Papa que defendió la vida y la familia

Hoy celebramos a San Pablo VI, el Papa que defendió la vida y la familia con su encíclica Humanae Vitae y que llevó a término el Concilio Vaticano II.

Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, nombre con el que fue bautizado Pablo VI, nació en Lombardía (Italia) el 26 de septiembre de 1897. Fue el segundo de los tres hijos de Giorgio Montini, abogado, periodista, director de la Acción Católica y parlamentario italiano; y de Giudetta Alghisi.

El 29 de mayo de 1920, a la edad de 22 años, fue ordenado sacerdote y enviado a Roma a estudiar en la Pontificia Universidad Gregoriana, en la Universidad de Roma La Sapienza y en la Academia Pontificia Eclesiástica.

Cuatro años después fue asignado a la oficina de la Secretaría de Estado, donde permaneció por 30 años.
El 1 de noviembre de 1954, con 57 años de edad, fue nombrado Arzobispo de Milán. San Juan XXIII lo creó cardenal el 15 de diciembre de 1958.

En 1963 fallece San Juan XXIII, cuando aún se estaba realizando el Concilio Vaticano II. Es así como se convoca a un cónclave y el Cardenal Montini es elegido Papa el 21 de junio de ese año, tomando el nombre de Pablo VI. Entre sus principales obras está el haber continuado el Concilio Vaticano II, hasta su clausura el 8 de diciembre de 1965.

Escribió seis encíclicas: Ecclesiam Suam (6 de agosto de 1964), Mense maio (29 de abril de 1965), Mysterium fidei (3 de septiembre de 1965), Christi Matri (15 de septiembre de 1966), Populorum Progressio (26 de marzo de 1967), Sacerdotalis Caelibatus (24 de junio de 1967) y Humanae Vitae (25 de julio de 1968), sobre la regulación de la natalidad.

El nuevo santo también impulsó el diálogo ecuménico, como su histórico abrazo con el Patriarca de Constantinopla Atenágoras en 1964 y el mutuo levantamiento de excomuniones.

Además, inició la era moderna de los viajes pontificios con visitas a países de los cinco continentes, además de Tierra Santa y la sede la ONU en Nueva York. Durante su viaje a Filipinas en 1970 fue el blanco de un intento de asesinato.

En su motu propio Ecclesiae sanctae, del 6 de agosto de 1966, señaló que los obispos debían presentar su renuncia al cargo al cumplir los 75 años de edad. Este requisito se hizo extensivo a los cardenales en 1970.

Asimismo, en 1969 promulgó la reforma litúrgica.
También modificó la elección papal al establecer que solo los cardenales menores de 80 años pueden participar en los cónclaves.

Pablo VI celebró seis consistorios entre 1965 y 1977. Así, creó cardenales Karol Wojtyla en 1967 y a Joseph Ratzinger en 1977.

Pablo VI falleció en Castel Gandolfo el 6 de agosto de 1978 luego de un pontificado de 15 años. Fue beatificado el 19 de octubre de 2014 por el Papa Francisco, y canonizado el 14 de octubre de 2018.

28 mayo, 2024

San Germán de París, Padre de los pobres

 San Germán de París, Abad y obispo: Sobreviviente de un aborto

 

¡Oh! San Germán de París, vos, sois el hijo del Dios, de la
Vida, su Obispo y amado santo, que conservando tu monástica
vida fuisteis «doctor de almas”. Vuestra vida la conocemos
gracias a Fortunato, obispo y amigo vuestro. Y, aunque carente
de amor, hasta el punto de que, vuestra madre quiso abortaros
y enveneraros vuestro primo Estraditio, por enfermizos celos,
hoy, sois lo que Dios quiso que fuerais: ¡santo! Agripin, obispo
de Autun, os ordena sacerdote, luego, Nectario, su sucesor, os
nombra abad del monasterio de san Sinforiano, siendo modelo
de oración, disciplina, espíritu penitente y lleno de caridad.
Fortunato cuenta de vos, que, os habíais propuesto que ningún
pobre se fuese de vuestro convento sin comida, y un día, solo
os quedaban panes reservados para vuestros monjes, y ellos
se mostraron descontentos, de pronto, llegan al convento dos
cargas de pan y, al día siguiente, dos carros llenos de comida.
También otro día, y por increíble que suenes, apagasteis con un
poco de agua bendita el fuego del pajar del monasterio. Y otro,
cuando el obispo, os manda poneros en la cárcel, sin motivo,
las puertas se os abrieron, pero vos, no os marchasteis hasta
que vuestro “carcelero” os diese libertad. El rey Childeberto
influyó para que os nombren obispo de París a la muerte de
Eusebio y, además de limosnero mayor. Curasteis al rey cuando
estaba enfermo con la sola imposición de vuestras santas manos.
A Cariberto, nieto de Childeberto, excomulgasteis por adúltero.
Y, así, luego de gastar vuestra santa vida en buena lid, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser, con corona de luz eterna;
¡Oh! San Germán de París, «vivo médico y taumaturgo del Dios Vivo”

© 2024by Luis Ernesto Chacón Delgado
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28 de Mayo
San Germán de París
Obispo

Por: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Martirologio Romano: En París, en la Galia, san Germán, obispo, que habiendo sido antes abad de San Sinforiano de Autún, fue llamado a la sede de esta ciudad, donde, conservando el estilo de vida monástico, ejerció una fructuosa cura de almas († 576).

Breve Biografía

Gran parte de su vida la conocemos por el testimonio de su colega el obispo Fortunato que asegura estuvo adornado del don de milagros. Nació Germán en la Borgoña, en Autun, del matrimonio que formaban Eleuterio y Eusebia en el último tercio del siglo V. No tuvo buena suerte en los primeros años de su vida carente del cariño de los suyos y hasta estuvo con el peligro de morir primero por el intento de aborto por parte de su madre y luego por las manipulaciones de su tía, la madre del primo Estratidio con quien estudiaba en Avalon, que intentó envenenarle por celos.

Su pariente de Lazy con quien vive durante 15 años es el que compensa los mimos que no tuvo Germán en la niñez. Allí sí que encuentra amor y un ambiente de trabajo lleno de buen humor y de piedad propicio para el desarrollo integral del muchacho que ya despunta en cualidades por encima de lo común para su edad.

Con los obispos tuvo suerte. Agripin, el de Autun, lo ordena sacerdote solucionándole las dificultades y venciendo la resistencia de Germán para recibir tan alto ministerio en la Iglesia; luego, Nectario, su sucesor, lo nombra abad del monasterio de san Sinforiano, en los arrabales de la ciudad. Modelo de abad que marca el tono sobrenatural de la casa caminando por delante con el ejemplo en la vida de oración, la observancia de la disciplina, el espíritu penitente y la caridad.

Es allí donde comienza a manifestarse en Germán el don de milagros, según el relato de Fortunato. Por lo que cuenta su biógrafo, se había propuesto el santo abad que ningún pobre que se acercara al convento a pedir se fuera sin comida; un día reparte el pan reservado para los monjes porque ya no había más; cuando brota la murmuración y la queja entre los frailes que veían peligrar su pitanza, llegan al convento dos cargas de pan y, al día siguiente, dos carros llenos de comida para las necesidades del monasterio. También se narra el milagro de haber apagado con un roción de agua bendita el fuego del pajar lleno de heno que amenazaba con arruinar el monasterio. Otro más y curioso es cuando el obispo, celoso que de todo hay por las cosas buenas que se hablan de Germán, lo manda poner en la cárcel por no se sabe qué motivo (quizá hoy se le llamaría «incompatibilidad»); las puertas se le abrieron al estilo de lo que pasó al principio de la cristiandad con el apóstol, pero Germán no se marchó antes de que el mismo obispo fuera a darle la libertad; con este episodio cambió el obispo sus celos por admiración.

El rey Childeberto usa su autoridad en el 554 para que sea nombrado obispo de París a la muerte de Eusebio y, además, lo nombra limosnero mayor. También curó al rey cuando estaba enfermo en el castillo de Celles, cerca de Melun, donde se juntan el Yona y el Sena, con la sola imposición de las manos.

Como su vida fue larga, hubo ocasión de intervenir varias veces en los acontecimientos de la familia real. Alguno fue doloroso porque un hombre de bien no puede transigir con la verdad; a Cariberto, rey de París el hijo de Clotario y, por tanto, nieto de Childeberto, tuvo que excomulgarlo por sus devaneos con mujeres a las que va uniendo su vida, después de repudiar a la legítima Ingoberta.

El buen obispo parisino murió octogenario, el 28 de mayo del 576. Se enterró en la tumba que se había mandado preparar en san Sinfroniano. El abad Lanfrido traslada más tarde sus restos, estando presentes el rey Pipino y su hijo Carlos, a san Vicente que después de la invasión de los normandos se llamó ya san Germán. Hoy reposan allí mismo y se veneran en una urna de plata que mandó hacer a los orfebres el abad Guillermo, en el año 1408.

(https://es.catholic.net/op/articulos/32167/germn-de-pars-)

27 mayo, 2024

San Agustín de Canterbury, Primer Arzobispo de Canterbury

 Imagen

  

¡Oh!, San Agustín de Canterbury, Apóstol de Inglaterra,
vos, sois el hijo del Dios de la Vida, su amado santo
y evangelizador. San Gregorio Magno Papa, os envió
con treinta y nueve monjes a convertir a la gente pagana
de vuestro tiempo y Etelberto rey, y su esposa Berta os
recibieron, y haciéndose bautizar, os regalaron un palacio
para vuestro convento, además de un templo en Canterbury.
¡Y, cosas de Dios! el rey dejó en libertad a sus súbditos
para que escogieran la religión que desearan y así; se
bautizaron cerca de diez mil, y dentro de ellos los de
cargos importantes. El Sumo Pontífice, como respuesta, os
nombró arzobispo y os dio un plan de trabajo: Primero, no
destruir los templos paganos, sino convertirlos en templos
cristianos. Segundo, no acabar con sus fiestas, sino
convertirlas en fiestas cristianas y tercero, dividir el
país en tres diócesis. ¡Y, así, lo hicisteis! Cumplida
la misión, el Papa, os nombró jefe de toda la Iglesia
Católica inglesa. El Papa, os aconsejaba asÍ: “Dios le ha
concedido el don de hacer milagros, y le ha dejado el
inmenso honor de convertir a muchísimos paganos al
cristianismo, y de que las gentes lo quieran y lo estimen
mucho. Pero cuidado, mi amigo, que esto no le vaya a
producir orgullo. Alégrese de haber recibido estos regalos
del buen Dios, pero tenga temor de no aprovecharlos
debidamente. Consuélese al ver que con los milagros y la
predicación logra que tantos paganos se vuelvan cristianos
católicos, pero no vaya a creerse mejor que los demás,
porque entonces le estaría robando a Dios el honor y la
gloria que sólo Él se merece. Hay muchos que son muy santos
y no hacen milagros ni hablan hermosamente. Así que no
hay que llenarse de orgullo por haber recibido estas
cualidades, sino alegrarse mucho al ver que Dios es más
amado y más glorificado por las gentes”. Y, mucho os
sirvieron estos consejos, para manteneros siempre humilde.
Y, así, luego de haber gastado vuestra santa vida en buena
lid, voló vuestra alma al cielo, para coronada ser luz,
como muy justo premio, a vuestra generosa entrega de amor;
¡Oh!, San Agustín de Canterbury; “vivo profeta del Dios Vivo”.

© 2024 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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27 de Mayo
San Agustín de Canterbury
Fundador de la Iglesia en Inglaterra
Año 605

San Agustín Apóstol de Inglaterra: Te rogamos por la Iglesia Católica en esa nación y en todas las naciones del mundo. Pídele a Dios que nos envíe muchos evangelizadores que sean como tú. Amén.

San Agustín de Canterbury es considerado uno de los más grandes evangelizadores, al lado de San Patricio de Irlanda y San Bonifacio en Alemania. Tiene el gran mérito de haber dirigido la evangelización de Inglaterra.

Era superior del convento benedictino de Roma, cuando el Sumo Pontífice San Gregorio Magno se le ocurrió en el año 596 tratar de evangelizar a la isla de Inglaterra que era pagana. Conociendo el espíritu generoso y emprendedor de Agustín, que no se acobardaba ante ninguna dificultad, y además sus grandes virtudes, el Papa lo envió con 39 monjes más a tratar de convertir a esos paganos sajones. Y sucedió que al llegar Agustín y sus 39 compañeros a la costa, donde se tomaba la embarcación para llegar a Inglaterra, allí les contaron terribles barbaridades acerca de los habitantes de esa isla, y los otros misioneros sintieron mucho miedo y enviaron al santo a que fuera a Roma a contarle al Pontífice lo peligroso que era esto que iban a emprender. Agustín fue a hablar con el Papa, pero san Gregorio lo animó de tal manera, recordándole que Dios les concedería la buena voluntad de aquellas gentes, que ya desde entonces Agustín no se dejó desanimar por los temores. 

En Inglaterra mandaba el rey Etelberto que tenía una esposa muy santa (que después se llamó Santa Berta) y el primer regalo que Dios les concedió a los nuevos misioneros fue darles la buena voluntad del rey. Este los recibió muy cariñosamente y les pidió que le enseñaran la religión, y tanto le agradó que pronto se hizo bautizar y les regaló su palacio real para que les sirviera de convento a los misioneros y les dio un templo en Canterbury para que allí enseñaran. Y en ese sitio está ahora la más famosa catedral de Inglaterra: la Catedral de Canterbury. El rey dejó en libertad a los súbditos para que escogieran la religión que quisieran, pero les recomendó que se instruyeran en la religión de Jesucristo y tanto les agradaron a aquellas gentes las enseñanzas de Agustín y sus monjes, que en la Navidad del año 597 se hicieron bautizar 10,000 ingleses y entre los nuevos bautizados estaban los que ocupaban los cargos más importantes de la nación. 

Agustín envió a dos de sus mejores monjes a Roma a contarle al Sumo Pontífice tan hermosas noticias, y el Papa en cambió le envió el nombramiento de arzobispo, y otro buen grupo de misioneros, y cálices y libros para las celebraciones y muchas imágenes religiosas que a esas gentes recién convertidas les agradaban en extremo. San Gregorio se alegró muchísimo ante noticias tan consoladoras, y le recomendó a San Agustín un simpático plan de trabajo. San Gregorio, sabiendo que la principal virtud del obispo Agustín era la docilidad a sus superiores, le envió las siguientes recomendaciones 1º. No destruir los templos de los paganos, sino convertirlos en templos cristianos. 2º. No acabar con todas las fiestas de los paganos, sino convertirlas en fiestas cristianas. Por ejemplo ellos celebraban las fiestas de sus ídolos con grandes banquetes en los cuales participaban todos. Pues hacer esos banquetes, pero en honor de los mártires y santos. 3º. Dividir el país en tres diócesis: Canterbury, Londres y York. Nuestro santo cumplió exactamente estas recomendaciones, que le produjeron muy buenos resultados. Y fue nombrado por el Papa, jefe de toda la Iglesia Católica de Inglaterra (Arzobispo Primado). 

En las reuniones sobresalía entre todos por su gran estatura y por su presencia muy venerable que infundía respeto y admiración. San Agustín escribía frecuentemente desde Inglaterra al Papa San Gregorio a Roma pidiéndole consejos en muchos casos importantes, y el Sumo Pontífice le escribía ciertas advertencias muy prácticas como estas: “Dios le ha concedido el don de hacer milagros, y le ha dejado el inmenso honor de convertir a muchísimos paganos al cristianismo, y de que las gentes lo quieran y lo estimen mucho. Pero cuidado, mi amigo, que esto no le vaya a producir orgullo. Alégrese de haber recibido estos regalos del buen Dios, pero tenga temor de no aprovecharlos debidamente. Consuélese al ver que con los milagros y la predicación logra que tantos paganos se vuelvan cristianos católicos, pero no vaya a creerse mejor que los demás, porque entonces le estaría robando a Dios el honor y la gloria que sólo El se merece. Hay muchos que son muy santos y no hacen milagros ni hablan hermosamente. Así que no hay que llenarse de orgullo por haber recibido estas cualidades, sino alegrarse mucho al ver que Dios es más amado y más glorificado por las gentes”. Mucho le sirvieron a Agustín estos consejos para mantenerse humilde. 

Después de haber trabajado por varios años con todas las fuerzas de su alma por convertir al cristianismo el mayor número posible de ingleses, y por organizar de la mejor manera que pudo, la Iglesia Católica en Inglaterra, San Agustín de Canterbury murió santamente el 26 de mayo del año 605. Y un día como hoy fue su entierro y funeral. Desde entonces ha gozado de gran fama de santidad en esa nación y en muchas partes más.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Agustín_de_Canterbury_5_27.htm)