08 septiembre, 2019

Mi Conversión a través de la Virgen María.

Domingo XXIII (C) del tiempo ordinario

 



Día litúrgico: Domingo XXIII (C) del tiempo ordinario Ver 1ª Lectura y Salmo


Texto del Evangelio (Lc 14,25-33): En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.


»Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar. ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»

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«El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío»

Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Rubí, Barcelona, España)


Hoy, Jesús nos indica el lugar que debe ocupar el prójimo en nuestra jerarquía del amor y nos habla del seguimiento a su persona que debe caracterizar la vida cristiana, un itinerario que pasa por diversas etapas en el que acompañamos a Jesucristo con nuestra cruz: «Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío» (Lc 14,27).


¿Entra Jesús en conflicto con la Ley de Dios, que nos ordena honrar a nuestros padres y amar al prójimo, cuando dice: «Si alguno viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío» (Lc 14,26)? Naturalmente que no. Jesucristo dijo que Él no vino a derogar la Ley sino a llevarla a su plenitud; por eso Él da la interpretación justa. Al exigir un amor incondicional, propio de Dios, declara que Él es Dios, que debemos amarle sobre todas las cosas y que todo debemos ordenarlo en su amor. En el amor a Dios, que nos lleva a entregarnos confiadamente a Jesucristo, amaremos al prójimo con un amor sincero y justo. Dice san Agustín: «He aquí que te arrastra el afán por la verdad de Dios y de percibir su voluntad en las santas Escrituras».


La vida cristiana es un viaje continuo con Jesús. Hoy día, muchos se apuntan, teóricamente, a ser cristianos, pero de hecho no viajan con Jesús: se quedan en el punto de partida y no empiezan el camino, o abandonan pronto, o hacen otro viaje con otros compañeros. El equipaje para andar en esta vida con Jesús es la cruz, cada cual con la suya; pero, junto con la cuota de dolor que nos toca a los seguidores de Cristo, se incluye también el consuelo con el que Dios conforta a sus testigos en cualquier clase de prueba. Dios es nuestra esperanza y en Él está la fuente de vida.

(http://evangeli.net/evangelio/dia/2019-09-08)

07 septiembre, 2019

Santa Regina,



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 ¡Oh!, Santa Regina, vos sois la hija del Dios de la Vida
y su amada santa. ¿Qué diré de vos, si fue todo dicho,
aquél día por vos? ¡Nada diré!, pues vuestro martirio, en
medio de prodigios del cielo; lo saben la blanca paloma
aquella y los paganos convertidos en vuestro holocausto.
Reina y virgen; a imitación de María, la vida por Cristo
disteis y rechazaste al pagano aquél, ganando el cielo.
Os suplicamos pues, que; en base a vuestros méritos,
intercedáis ante el Dios de la Vida; para que las niñas
de nuestro tiempo, sepan acumular para el cielo riquezas,
y se libren del mal; que sólo brinda, espejismos de vida,
pues vos, cuando teníais quince años conocisteis a Cristo
y le entregasteis vuestro corazón y bautizándoos decidisteis
darle para siempre vuestra virginidad. El prefecto de vuestro
tiempo se os enamoró de vos, al solo veros. Pero vos, en presencia
de aquél, le confesasteis vuestra fe. Y, allí mismo, comenzaron
vuestras dificultades. Fuisteis puesta en la cárcel y con
una amenaza: que al regreso del prefecto, vos, deberíais cambiar
de religión. Y, a  la vuelta del personaje, vos os negasteis
a hacer sacrificio a los ídolos, sufriendo terribles torturas,
y en el cielo hay prodigios en él: se producen terremotos,
se oyen voces celestiales y una paloma se acerca a curaros.
Y en ese instante, la gente se convierte a centenares, hasta
que pr fin, os deguellan, y así, alza vuelo vuestra alma para
recibir corona de luz como premio justo a vuestra fidelidad;
¡oh!, Santa Regina; “viva fideliad al Dios de la Vida y del Amor”.

© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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7 de Septiembre
Santa Regina
Mártir


Los niños piden -al menos así lo hacían en tiempos pasados- a los mayores que les cuenten un cuento a la hora de dormir. La condescendencia de los que les quieren, procurando su bien dormir, les lleva a ilustrar su imaginación con historias que unas veces son sólo producto del genio humano y otras… adornan la verdad de hechos ocurridos en la ordinariez de la vida con amplificaciones que hacen fantástica, amable y hasta apasionante la historia real. No sé si la historia de Regina servirá para rellenar esos momentos previos al descanso nocturno de los pequeños, pero no me cabe duda de que sí servirán a los adultos para que detengamos un momento nuestro ardoroso caminar.

Regina es palabra latina que se vierte al castellano por Reina. Así se llamaba nuestra protagonista de hoy. Fue una francesita hija de padre romano y de madre gala. Era el tiempo del Imperio. Cuando tenía quince años conoció a Cristo y le entregó su corazón, se bautizó y decidió darle para siempre su virginidad.

Es hermosa en demasía. El prefecto romano se enamoró de ella al verla. En su presencia, Regina confiesa su fe. Desde este momento comienzan las dificultades para la fidelidad. Fue puesta en la cárcel y con una amenaza: al regreso del prefecto, que necesariamente ha de ausentarse, ella debe haber cambiado de religión o conocerá el furor romano.

Sucede a la vuelta del personaje lo previsible con la gracia de Dios. Ella se niega a sacrificar a los ídolos, llegan las torturas, los hierros arañan y cortan su carne. También hay prodigios del Cielo: se producen terremotos, se oyen voces celestiales… hasta una paloma se acerca para consolarla, darle ánimos y curarla.

El ejemplo es tan llamativo que la gente se convierte a centenares. Por fin, es degollada. La candidez de la historia narrada, pletórica de elementos hiperbólicos y de adornos donados por la fantasía, expone un drama común y diario de mucha gente que bien merece la atención y el mimo del poeta, me refiero a todos esos que están dispuestos en serio a dar la vida por la fe que tienen y, llegado el momento, darla.

Fuente: Archidiócesis de Madrid

(http://www.mercaba.org/SANTORAL/Vida/09/09-07_S_regina_martir.htm)

06 septiembre, 2019

San Zacarías, Profeta

 
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¡Oh!, San Zacarías, vos, sois el hijo del Dios de la vida,
su amado profeta y santo, y, el mismo que, vaticinasteis
la vuelta del pueblo desterrado a la tierra prometida.
Anunciasteis también que, un “pacífico rey”, Cristo Jesús,
Dios y Señor Nuestro, triunfante en la Ciudad Santa entraria.
A vos, os consideran autor del libro, que lleva vuestro
nombre, además del honor que hicisteis a vuestro nombre
que significa: “Yaveh ha Recordado”. Y, Él, “os recordó”,
la vida toda, porque de vos, y de Ageo se valió, para animar
a Zorobabel, al sumo sacerdote Jesúa, y, a los exiliados
vueltos, para la reconstrucción del Templo de Dios, cosa
que así se hizo. Hoy, y desde entonces, corona de luz
lucís, como premio a vuestros proféticos dones, de anunciar
las planes maravillosos de Dios, para toda su feligresía.
Maravilloso y amoroso padre de San Juan “El Bautista”;
¡oh!, San Zacarías, “vivo profeta del Dios de la Vida”.

 

© 2019 Luis Ernesto Chacón Delgado
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6 de Septiembre
San Zacarías
Profeta del Antiguo Testamento


 

Martirologio Romano: Conmemoración de san Zacarías, profeta, vaticinador de la vuelta del pueblo desterrado a la tierra de promisión, anunciando al mismo tiempo que un rey pacífico, Cristo el Señor, entraría triunfante en la Ciudad Santa de Jerusalén, lo que se llevó a cumplimiento.

Zacarías es uno de los profetas menores, a quien se atribuye el libro que lleva su nombre. Su nombre significa Yaveh Ha Recordado. Zacarías se llama a sí mismo hijo de Berekías hijo de Idó (Zac 1:1,7) pero en otros pasajes se omite el nombre de Berekías. Probablemente nació en algún lugar de Babilonia, puesto que su actividad profética empezó tan solo diecisiete años después del regreso del exilio, y es razonable pensar que para entonces tenía más de diecisiete años, aunque todavía se le consideraba joven.

Yahveh se valió de Zacarías y Ageo para animar a Zorobabel, al sumo sacerdote Jesúa y a los exiliados que habían regresado a terminar la reconstrucción del templo de Yaveh, aun cuando todavía estaba en vigor una prohibición del gobierno persa. La profecía de Zacarías contiene mensajes que pronunció con ese fin durante un período de dos años y un mes.

Una de las profecías que recoge el libro de Zacarías en el capitulo 11 y versículos 12 y 13 hace referencia directa al precio (treinta piezas de plata) que los principales de los sacerdotes ofrecieron a Judas por entregarles a Jesús. Ver el evangelio de San Mateo en el capítulo 26 y versículo 15.

(http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=43404)

05 septiembre, 2019

Santa Teresa de Calcuta

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¡Oh! Santa Teresa de Calcuta, vos, sois la hija del Dios
de la vida, su amada santa y mensajera de su amor, y que,
perteneciendo a las “Hermanas de Loreto”, en Esposa de Jesús
os convertisteis. Vuestra vida, llena de alegría, de caridad,
de altruismo, de coraje, de trabajo y un talento natural
de organizadora. Todo ello, lo recibisteis de Dios, pues,
vuestra sed de amor y de almas, se apoderó de vuestro corazón,
unida al deseo de saciar la sed de Jesús. Él, os reveló
sus deseos, de hallar “víctimas de amor” que “irradiasen
a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz; no puedo ir solo”,
os confió, al mostraros su dolor por el olvido de los pobres,
y además su pena, por la ignorancia que tenían de Él,
y el deseo de amado ser por ellos. Así, os pidió que fundaseis
las “Misioneras de la Caridad”, al servicio “de los más pobres,
entre los pobres”. Y, luego, os dedicasteis a visitar familias
“pobres entre las más pobres”, sus heridas lavando; ancianos
y mujeres socorriendo con males físicos y del alma. Cada
día comulgabais con Jesús, en la Santa Eucaristía y luego
salíais de casa, con el rosario en la mano, para encontrar
y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos
de los que nadie se ocupaba”. El mundo conoció el derroche
de vuestro amor, y, por vuestra tarea y obra extraordinaria,
recibisteis el Premio Indio “Padmashri”, y más tarde, el
“Premio Nobel de la Paz”. Y, aunque, vuestra exterior obra,
reconocida fue, os invadió una “oscuridad interior”, una
“dolorosa noche”, que tuvo como final feliz, a una siempre
y más profunda unión con Dios. Y, así, luego de haber gastado
vuestra santa vida en buena lid, voló vuestra alma al cielo,
para coronada ser con corona de luz, como premio a vuestro amor;
¡Oh!, Santa Teresa de Calcuta, “viva luz de Cristo Vivo en los pobres”.

© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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Caridad de caridades
¡Oh!, Santa Teresa de Calcuta!
caridad de caridades, un día
susurrote el Bien Amado:
“Ven y sé mi luz”; y fue así,
tu caminar hasta el cielo,
caridad de caridades. ¡Aleluya!

Teresa de los miserables
harapientos y hambrientos
de los leprosos y los huérfanos
y de las madres sin hogar:
¡Misioneras de la caridad!.

¡Oh, Santa Teresa de Calcuta!
caridad de caridades, un día
susurrote el Bien Amado:
“Ven y sé mi luz”; y fue así,
tu caminar hasta el cielo,
caridad de caridades. ¡Aleluya!
© 2007 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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5 de septiembre
Santa Teresa de Calcuta
Teresa (Inés) Gonhxa Bojaxhiu
Religiosa y Fundadora




Fuente: ACI Prensa

Martirologio Romano: En la ciudad de Calcuta, en la India, Santa Teresa (Inés) Gonhxa Bojaxhiu, virgen, que, nacida en Albania, trató de apagar la sed de Cristo clavado en la cruz atendiendo con eximia caridad a los hermanos más pobres, y fundó las congregaciones de Misioneros y Misioneras de la Caridad, para servir a los enfermos y abandonados († 1997).
Fecha de beatificación: 19 de octubre de 2003, por S.S. Juan Pablo II Fecha de canonización: 4 de septiembre de 2016 por S.S. Francisco


Breve Biografía
¿Cuáles fueron los milagros para su beatificación y canonización?
“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”, decía la Madre Teresa.

La Madre Teresa nació un 26 de agosto de 1910 en Skopje. Fue la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu. La bautizaron con el nombre de Gonxha Agnes. Recibió la primera Comunión a los cinco años y medio; y la Confirmación la recibió en 1916.

A los ocho años muere su padre y su familia pasa por una gran estrechez económica. Cuando llegó a los 18 años deja la casa para ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como las Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí tomó el nombre de Hermana María Teresa por Santa Teresa de Lisieux. Llega a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de hacer sus primeros votos en mayo de 1931, es destinada a la comunidad de Loreto Entally en esa ciudad de la India donde fue docente de las alumnas del colegio St. Mary.

El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpetua y llegó a convertirse en directora del mencionado colegio en 1944. Sin embargo, un 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió lo que ella llamó la “inspiración”, su “llamada dentro de la llamada”. Aquel día la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón. En las siguientes semanas, mediante locuciones interiores y visiones, el mismo Jesús le reveló su deseo de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”, le dijo el Señor.

Del mismo modo, le pidió que fundara una congregación religiosa al servicio de los más pobres entre los pobres. Es así que después de muchas dificultades, el 17 de agosto de 1948 se visitó por primera vez con el sari blanco orlado de azul y salió del convento de Loreto para introducirse en el mundo de los pobres.

Recorrió los barrios pobres, visitó familias, lavó las heridas de los niños y ayudó a los olvidados. Todos los días recibía la Eucaristía y salía de casa con el rosario en la mano. Luego de algunos meses, se le unieron algunas de sus antiguas alumnas.

En 1950 se establece oficialmente la Congregación de las Misioneras de la Caridad. Tiempo después envió a sus hermanas a otras partes de la India y abre otras casas en Venezuela, Roma, Tanzania y en los cinco continentes.

Con el tiempo funda también a los Hermanos Misioneros de la Caridad, la rama contemplativa de las Hermanas, los Hermanos Contemplativos y los Padres Misioneros de la Caridad. Así como a los Colaboradores de Madre Teresa y a los Colaboradores Enfermos y Sufrientes. Lo que inspiró a los Misioneros de la caridad laicos y al movimiento Sacerdotal Corpus Christi.

En 1979 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz y los medios de comunicación empezaron a seguir con más atención sus obras que daban testimonio de la alegría de amar y de la grandeza y dignidad de cada persona humana.

Al final de su vida y a pesar de sus problemas de salud, Madre Teresa continuó sirviendo a los pobres. Después de encontrarse por última vez con San Juan Pablo II, retorna a Calcuta y el 5 de septiembre de 1997 volvió a la Casa del Padre.

(http://es.catholic.net/op/articulos/31870/teresa-de-calcuta-beata.html)

04 septiembre, 2019

Santa Rosalía


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¡Oh!, Santa Rosalía de Palermo, sois vos,
la hija del Dios de la Vida, y su amada santa;
una “guirnalda de rosas”; una “Rosalinda de alma
y espíritu”. A vos, desde los catorce años
el Espíritu Santo, os embelesó y os invitó a
los montes “El Pellegrino y el Cocino”,
que muy bien y mucho, saben de vos, y claro,
más el Dios de la Vida, que grabó en su retina,
la vida de vuestra ascesis, oración y penitencia.
En la Edad Media, os dedicaron varias iglesias
y se os consideró “Protectora y Patrona de Palermo”.
“Abogada contra la peste y los terremotos
y escudo de honor”. La iconografía os representa como
ermitaña o bien revestida con hábito agustino,
y con vuestros principales atributos que son:
una corona de rosas, en alusión a vuestro nombre;
un crucifico y una calavera, por vuestra ascesis.
Un día, voló vuestra alma al cielo, para coronada
ser, con corona de luz como justo premio a vuestra
entrega de amor, fe y misericordia. ¡Aleluya!
“Santa Patrona y protectora de Palermo”;
¡oh!, Santa Rosalía, “viva y amorosa discípula de Dios”.

© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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4 de Septiembre
Santa Rosalía

“Guirnalda de rosas”, en latín; quizá derivado del germánico Rosalinda: “Escudo del honor”

Vivió en el siglo XII y murió hacia 1160. Aunque se desconocen datos sobre su patria y vida, una leyenda asegura que a los 14 años se retiró a una cueva del monte Coscina y luego a otra del monte Pellegrino, cercano a Palermo. En la Edad Media se le dedicaron varias iglesias y se le consideró Protectora y Patrona de Palermo. Sus restos fueron descubiertos un 15 de julio y el Papa Urbano VIII la incluyó como santa en el Martirologio. Se le invoca como abogada contra la peste y los terremotos. La iconografía la presenta como ermitaña o bien revestida con hábito agustino. Sus principales atributos son: una corona de rosas, en alusión a su nombre; y un crucifico y una calavera, por su ascesis.

(http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Rosalía.htm)

03 septiembre, 2019

San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia







  ¡Oh!, San Gregorio Magno, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, su amado santo y Papa, que honor hicisteis
al significado de vuestro nombre: “el Vigilante”.
Benedicto I, Papa, os ordenó presbítero y fuisteis
Nuncio en Constantinopla, y más tarde, Papa elegido.
Vos, os distinguisteis por vuestra oratoria, política
tolerante, administración atinada, interés misionero,
y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Vuestra
pastoral acción, reflejada quedó en “Regla pastoral”,
“Diálogos”, “Sacramentario” y “Antifonario”. También
por vuestra obra bíblica, vuestra ascética o “Moralina”
y el “Epistolario”. Apenas fallecisteis y de milagro,
venerado fuisteis como santo y la tradición os nombró
“Patrón de los liturgistas, investigadores, y sabios”,
por vuestra erudición. “Patrón de los músicos, chantres
y cantores”, por la escuela de canto que fundasteis.
Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste;
y además, “Abogado de las almas del purgatorio”, por
las “misas gregorianas”, símbolo hasta neustros días.
En la iconografía se os representa con la tiara y la cruz
papal; y como uno de los cuatro grandes de Occidente
al que la tradición os conoce como “El Grande” y como
“monje”. Además una paloma, símbolo de inspiración,
una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios
y el ánima sola o varias almas del purgatorio. Y así,
y, luego de haber gastado vuestra santa vida, voló
vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona
de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor.
Santo Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores;
¡oh!, San Gregorio Magno, “vivo amor del Amor de Dios”.


© 2019 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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3 de Septiembre
San Gregorio Magno
Papa y doctor de la Iglesia

 
Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos que, por intercesión del papa San Gregorio Magno, concedas el Espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Gregorio significa “el Vigilante”, en Griego. Nació y murió en Roma en 540 y 604. Estudió Derecho y en 573 fue nombrado Prefecto. Como heredó la fortuna de su padre, construyó varios monasterios en Roma y se retiró al Monte Celio. Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó presbítero. Fungió como Nuncio en Constantinopla entre 579 y 586. Tres años después fue elegido Papa, misión en que se distinguió por su oratoria, política tolerante, administración atinada, interés misionero en Inglaterra y España y tacto en la reforma del clero y la liturgia. Su acción pastoral se refleja en varias de sus obras: Regla pastoral, Diálogos, Sacramentario y Antifonario.

Se distinguió, también, por su obra bíblica (varios comentarios), ascética (su Moralina) y epistolar (859 cartas). Apenas muerto, fue venerado como santo y la tradición lo asumió como Patrón de los liturgistas, sabios e investigadores, por su amplia erudición; de los músicos, chantres y cantores, por la escuela de canto que fundó (cantos gregorianos); Defensor contra la enfermedad de la gota y la peste; y Abogado de las almas del purgatorio por las “misas gregorianas” que hasta él se hicieron remontar.

En la iconografía aparece, como todos los papas, con la tiara y la cruz papal; en calidad de Padre de la Iglesia (uno de los cuatro grandes de Occidente) al que la tradición conoce como El Grande; y como monje. Una paloma, símbolo de inspiración, una cartela con notas musicales, los emblemas pontificios y el ánima sola o varias almas del purgatorio son sus atributos principales.