31 enero, 2021

Domingo 4 (B) del tiempo ordinario

 

 El Periódico de México | Noticias de México | Columnas-VoxDei | «Manda  hasta a los espíritus inmundos y le obedecen»

Domingo 4 (B) del tiempo ordinario Texto del Evangelio (Mc 1,21-28): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

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«¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!» Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)

Hoy, Cristo nos dirige su enérgico grito, sin dudas y con autoridad: «Cállate y sal de él» (Mc 1,25). Lo dice a los espíritus malignos que viven en nosotros y que no nos dejan ser libres, tal y como Dios nos ha creado y deseado.

Si te has fijado, los fundadores de las órdenes religiosas, la primera norma que ponen cuando establecen la vida comunitaria, es la del silencio: en una casa donde se tenga que rezar, ha de reinar el silencio y la contemplación. Como reza el adagio: «El bien no hace ruido; el ruido no hace bien». Por esto, Cristo ordena a aquel espíritu maligno que calle, porque su obligación es rendirse ante quien es la Palabra, que «se hizo carne, y puso su morada entre nosotros» (Jn 1,14).

Pero es cierto que con la admiración que sentimos ante el Señor, se puede mezclar también un sentimiento de suficiencia, de tal manera que lleguemos a pensar tal como san Agustín decía en las propias confesiones: «Señor, hazme casto, pero todavía no». Y es que la tentación es la de dejar para más tarde la propia conversión, porque ahora no encaja con los propios planes personales.

La llamada al seguimiento radical de Jesucristo, es para el aquí y ahora, para hacer posible su Reino, que se abre paso con dificultad entre nosotros. Él conoce nuestra tibieza, sabe que no nos gastamos decididamente en la opción por el Evangelio, sino que queremos contemporizar, ir tirando, ir viviendo, sin estridencias y sin prisa.

El mal no puede convivir con el bien. La vida santa no permite el pecado. «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro» (Mt 6,24), dice Jesucristo. Refugiémonos en el árbol santo de la Cruz y que su sombra se proyecte sobre nuestra vida, y dejemos que sea Él quien nos conforte, nos haga entender el porqué de nuestra existencia y nos conceda una vida digna de Hijos de Dios.

(http://evangeli.net/evangelio/dia/2021-01-31)

30 enero, 2021

Santa Martina, Virgen y Mártir

 

Hoy es la fiesta de Santa Martina, virgen y mártir

 

¡Oh!, Santa Martina, vos, sois la hija del Dios
de la Vida, y su amada santa. San Urbano, Papa,
dijo de vos: “Martinae celebri plaudite nomini,
Cives Romulci, plaudite gloriae”. O sea, una
invitación para honraros a vos: en la santa vida
inmaculada, en la caridad ejemplar y valiente en el
testimonio que demostrasteis a Cristo, con vuestro
martirio increíble. Por ello y por mucho, honrada
sois, pues, con vuestra vida ejemplar, disteis
testimonio valiente de Jesús, Dios y Señor Nuestro.
Cuando os presentaron ante la estatua de Apolo,
en polvo la convertisteis y temblando la tierra,
muertos fueron todos sus sacerdotes. Y, luego con
el templo de Artemisa, lo mismo sucedió, pero,
vuestros verdugos, no cesaron nunca sus ultrajes,
y aún así, salisteis ilesa con la ayuda del Espíritu Santo.
Por ello quizás, de furia y rabia llenos decidieron
terminar con vos, cortándoos la cabeza, haciendo que
vuestra sangre regara las entrañas de la tierra, fertilizando
así, la santa Iglesia de Cristo, Dios Vivo y eterno. Tal vez,
pensaron aquellos impíos, que quitándoos la vida física,
también mataron vuestra alma, pero, como vos misma
sabéis, ella, voló rauda al cielo azul, para coronada ser
con corona de eterna de luz, como premio a vuestra grande
e increíble entrega de puro e incomparable amor y fe;
¡oh!, Santa Martina, “viva sierva del Dios Vivo y del Amor”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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30 de Enero
Santa Martina
Virgen y mártir
(+ 226)

Ramillete espiritual: Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mt. 5,16

La historia de esta joven santa comienza por su tumba, 1400 años después de su martirio; es decir, cuando en 1634 el activísimo Urbano VIII, empeñado en lo espiritual en la contrarreforma católica, y en lo material en la restauración de famosas iglesias romanas, descubrió las reliquias de la mártir, les propuso a los romanos la devoción a Santa Martina y fijó la celebración para el 30 de enero. El mismo compuso el elogio con el himno: “Martinae celebri plaudite nomini, Cives Romulci, plaudite gloriae”, que era una invitación a honrar a la santa en la vida inmaculada, en la caridad ejemplar y en el valiente testimonio que demostró a Cristo con su martirio.

¿Quién era en realidad Santa Martina, que resurge de improviso y con fuerza en la devoción popular, hasta el punto de ser considerada como una de las patronas de Roma, después de tantos siglos de olvido? Son pocas las noticias históricas. La más antigua es del siglo VI, cuando el Papa Onorio le dedicó una iglesia en Roma. Quinientos años después, al hacer excavaciones en esta iglesia, se encontraron efectivamente las tumbas de tres mártires. En el siglo VIII ya se celebraba la fiesta de la santa. No se sabe nada más, y por eso es necesario buscar noticias en una Passio legendaria. Según esta narración, Santa Martina era una diaconisa, hija de un noble romano. Debido a su abierta profesión de fe, la arrestaron y la llevaron al tribunal del emperador Alejandro Severo (222-235). Este príncipe semioriental, abierto a todas las curiosidades, hasta el punto de incluir a Cristo entre los dioses venerados en la familia imperial, fue muy tolerante con los cristianos y su gobierno marcó un fructuoso paréntesis de calma respecto de la Iglesia, que en ese tiempo logró una gran expansión misionera.

El autor de la Passio ignora todo esto, y hace más bien una lista de las atroces torturas con que el emperador martirizó a la santa. Cuenta que cuando Martina fue llevada ante la estatua de Apolo, la convirtió en pedazos y ocasionó un terremoto que destruyó el templo y mató a los sacerdotes del dios.

El prodigio se repitió con la estatua y el templo de Artemidas. Todo esto hubiera debido hacer pensar a sus perseguidores; pero no, se obstinaron más y sometieron a la jovencita a crueles tormentos, de los que salió siempre ilesa. Entonces resolvieron cortarle la cabeza con una espada, y su sangre corrió a fertilizar el terreno de la Iglesia romana.

(http://www.magnificat.ca/cal/esp/01-30.htm)

29 enero, 2021

Beato Bronislaw Markiewicz

 

 Hoy es la fiesta del Beato Bronislaw Markiewicz, fundador

El Beato Bronislaw Markiewicz fue un sacerdote polaco, fundador de la Congregación de San Miguel Arcángel (Congregatio Sancti Michaëlis Archangeli), vinculada a la familia salesiana (Pía Sociedad de San Francisco de Sales), cuyo espiritualidad se resume en dos lemas: “¡Quién como Dios!” -grito de San Miguel- y “¡Templanza y trabajo!”. Inspirados en sus raíces salesianas (Don Bosco), trabajan especialmente con la niñez y juventud abandonas.

Bronislaw Markiewicz fue considerado siempre un hombre fuera de lo común, muy entregado al servicio apostólico, ejemplo de humildad, buscador del consejo de quienes sirven a Dios. Fomentó la devoción por la Eucaristía y la piedad filial a la Virgen Santísima, así como a San Miguel Arcángel, a quien eligió como protector en la lucha diaria contra el mal y patrono de sus hijos espirituales.

Bronislao Markiewicz nació el 13 de julio de 1842 en Galitzia, región ubicada al sur de Polonia. Fue el sexto de once hijos, todos integrantes de una devota familia de clase media baja.

Ingresó al Seminario Mayor de Przemysl en 1863, de donde egresó para ser ordenado sacerdote cuatro años más tarde.

Luego de algunos años de trabajo pastoral como vicario y párroco, sintió el llamado a la vida religiosa. En el mes de noviembre de 1885 partió hacia Italia para formarse con los salesianos. Allí tuvo la oportunidad de conocer a San Juan Bosco, frente a quien haría los votos religiosos el 25 de marzo de 1887.

En 1892 regresó a Polonia como salesiano y fue nombrado párroco de Miejsce, Galitzia, donde se consagró por entero al servicio de la juventud polaca pobre y abandonada. Algunas de las necesidades que más preocuparon al Beato Markiewicz fueron la protección y defensa de la fe y la moral cristianas, constantemente atacadas por la cultura secular. El padre Bronislao había percibido con claridad la falta de formación entre los católicos y los numerosos peligros que afronta la fe en los tiempos modernos. Para responder con eficacia a estos asuntos, promovió la vivencia radical de los principios de Don Bosco, y para ello fundó una sociedad llamada “Templanza y trabajo”.

El padre Bronislaw Markiewicz falleció el 29 de enero de 1912, a los 69 años, en Miejsce Piastowe, Imperio austrohúngaro (1869-1918).

Nueve años después de su muerte, el 29 de enero de 1912, las ramas masculina y femenina de la Sociedad fueron reconocidas por la Iglesia, dando origen a las dos congregaciones que hoy conocemos, consagradas bajo la protección de San Miguel Arcángel. A sus miembros se les conoce como “miguelinos”.

El Papa Benedicto XVI proclamó beato al padre Markiewicz el 19 de junio de 2005.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-es-la-fiesta-del-beato-bronislaw-markiewicz-fundador-33528)

28 enero, 2021

Santo Tomás de Aquino

 

 Hoy es la fiesta de Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia

 

¡Oh! Santo Tomás de Aquino, vos, sois el hijo del Dios
de la Vida y su amado santo, y, a quien Él, sabiduría
e inteligencia concedió, dones con los que, vos, os
adentrasteis en sus secretos. Vuestro pensar y vuestra
palabra en “Summa Teológica”, grabados quedaron
y ella sola, pilar es de Nuestra Santa Madre Iglesia
Católica. El “Pangelingua” y el “Tantumergo”, sublimes
himnos, que, en honor a la Fiesta del Cuerpo y Sangre
de Jesucristo compusisteis, con viva fe y gran amor.
Vuestro tratado sobre el Ave María, el culmen es de
vuestro portento de fe. San Alberto Magno, de vos, dijo:
“Vosotros lo llamais el “buey mudo”. Pero, este “buey”
llenará un día con sus mugidos el mundo entero”. ¡Y, así
fue! Cuando Jesús, se os apareció, os dijo: “Tomás,
habéis hablado bien de Mi. ¿Qué queréis a cambio?”. Vos,
respondisteis: “Señor, lo único que quiero yo es amarte,
amarte mucho, y agradarte cada vez más”. Vuestros
compañeros de aquél tiempo, este comentario dejaron:
“La ciencia de Tomás es muy grande, pero su piedad es
más grande todavía. Pasa horas y horas rezando, y en
Misa, después de la elevación, parece que estuviera
en el Paraíso. Y hasta se le llena el rostro de
resplandores de vez en cuando mientras celebra la
Eucaristía”. Siempre en cuenta a Nuestra Señora teníais,
pues en el borde de vuestros cuadernos escribíais “Dios
te Salve María”, “Martillo de los herejes”. Pocos meses
antes de morir tuvisteis una visión celestial y sobrenatural
que hizo que dejasteis de escribir, y, el Hermano
Reginaldo os preguntó a acerca de la causa por la cual
ya no lo hacíais más y, respondisteis: “Es que,
comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he
escrito es muy poca cosa”. Más tarde, el Santo Padre,
os envió al Concilio de Lyon, pero os sentisteis mal,
y os llevaron por última vez la Sagrada Comunión
y exclamasteis: “Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que
pagaste con tu sangre el precio de la redención de
mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan
mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia
Católica, de quien me profeso hijo obediente”.
Y, así, voló vuestra alma al cielo, para corona de luz
recibir, como premio justo a vuestra entrega de amor.
Santo Patrono de la Educación y de las Escuelas Católicas;
¡Oh!, Santo Tomás de Aquino; “vivo mugido del Dios Vivo”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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28 de Enero
Santo Tomás de Aquino
El Doctor Angélico
Presbítero y Doctor de la Iglesia
(+1274)

Su Vida

Nace en el Castillo de Rocaseca, cerca de Nápoles, Italia, en 1225. Es el último hijo varón de una numerosa familia de doce hijos. Su padre se llamaba Landulfo de Aquino. Alto, grueso, bien proporcionado, frente despejada, porte distinguido, una gran amabilidad en el trato, y mucha delicadeza de sentimientos.

Cerca del Castillo donde nació estaba el famoso convento de los monjes Benedictinos llamado Monte Casino. Allí lo llevaron a hacer sus primeros años de estudios. Los monjes le enseñaron a meditar en silencio. Es el más piadoso, meditabundo y silencioso de todos los alumnos del convento. Lo que lee o estudia lo aprende de memoria con una facilidad portentosa.

Continúa sus estudios por cinco años en la Universidad de Nápoles. Allí supera a todos sus compañeros en memoria e inteligencia. Conoce a los Padres Dominicos y se entusiasma por esa Comunidad. Quiere entrar de religioso pero su familia se opone. El religioso huye hacia Alemania, pero por el camino lo sorprenden sus hermanos que viajan acompañados de un escuadrón de militares y lo ponen preso. No logran quitarle el hábito de dominico, pero lo encierran en una prisión del castillo de Rocaseca.

Tomás aprovecha su encierro de dos años en la prisión para aprenderse de memoria muchísimas frases de la S. Biblia y para estudiar muy a fondo el mejor tratado de Teología que había en ese tiempo, y que después él explicará muy bien en la Universidad.

Sus hermanos al ver que por más que le ruegan y lo amenazan no logran quitarle la idea de seguir de religioso, le envían a una mujer de mala vida para que lo haga pecar. Tomás toma en sus manos un tizón encendido y se lanza contra la mala mujer, amenazándola con quemarle el rostro si se atreve a acercársele. Ella sale huyendo y así al vencer él las pasiones de la carne, logró la Iglesia Católica conseguir un gran santo. Si este joven no hubiera sabido vencer la tentación de la impureza, no tendríamos hoy a este gran Doctor de la Iglesia.

Esa noche contempló en sueños una visión Celestial que venía a felicitarlo y le traía una estola o banda blanca, en señal de la virtud, de la pureza que le concedía Nuestro Señor.

Liberado ya de la prisión lo enviaron a Colonia, Alemania, a estudiar con el más sabio Padre Dominico de ese tiempo: San Alberto Magno. Al principio los compañeros no imaginaban la inteligencia que tenía Tomás, y al verlo tan robusto y siempre tan silencioso en las discusiones le pusieron de apodo: “El buey mudo”. Pero un día uno de sus compañeros leyó los apuntes de este joven estudiante y se los presentó al sabio profesor. San Alberto al leerlos les dijo a los demás estudiantes: “Ustedes lo llaman el buey mudo. Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero”. Y así sucedió en verdad después.

Sus compañeros de ese tiempo dejaron este comentario: “La ciencia de Tomás es muy grande, pero su piedad es más grande todavía. Pasa horas y horas rezando, y en la Misa, después de la elevación, parece que estuviera en el Paraíso. Y hasta se le llena el rostro de resplandores de vez en cuando mientras celebra la Eucaristía”.

A los 27 años, en 1252, ya es profesor de la famosísima Universidad de París. Sus clases de teología y filosofía son las más concurridas de la Universidad. El rey San Luis lo estima tanto que lo consulta en todos los asuntos de importancia. Y en la Universidad es tan grande el prestigio que tiene y su ascendiente sobre los demás, que cuando se traba una enorme discusión acerca de la Eucaristía y no logran ponerse de acuerdo, al fin los bandos aceptan que sea Tomás de Aquino el que haga de árbitro y diga la última palabra, y lo que él dice es aceptado por todos sin excepción.

En 1259 el Sumo Pontífice lo llama a Italia y por siete años recorre el país predicando y enseñando, y es encargado de dirigir el colegio Pontificio de Roma para jóvenes que se preparan para puestos de importancia especial.

En 4 años escribe su obra más famosa: “La Suma Teológica”, obra portentosa en 14 tomos, donde a base de Sagrada Escritura, de filosofía y teología y doctrina de los santos va explicando todas las enseñanzas católicas. Es lo más profundo que se haya escrito en la Iglesia Católica.

En Italia la gente se agolpaba para escucharle con gran respeto como a un enviado de Dios, y lloraban de emoción al oírle predicar acerca de la Pasión de Cristo, y se emocionaban de alegría cuando les hablaba de la Resurrección de Jesús y de la Vida Eterna que nos espera.

El Romano Pontífice le encargó que escribiera los himnos para la Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, y compuso entonces el “Pangelingua” y el “Tantumergo” y varios otros bellísimos cantos de la Eucaristía (dicen que el Santo Padre encargó a Santo Tomás y a San Buenaventura que cada uno escribiera unos himnos, pero que mientras oía leer los himnos tan bellos que había compuesto Santo Tomás, San Buenaventrua fue rompiendo los que él mismo había redactado, porque los otros le parecían más hermosos). Después de haber escrito tratados hermosísimos acerca de Jesús en la Eucaristía, sintió Tomás que Jesús le decía en una visión: “Tomás, has hablado bien de Mi. ¿Qué quieres a cambio?”. Y el santo le respondió: “Señor: lo único que yo quiero es amarte, amarte mucho, y agradarte cada vez más”.

De tal manera se concentraba en los temas que tenía que tratar, que un día estando almorzando con el rey, de pronto dio un puñetazo a la mesa y exclamó: “Ya encontré la respuesta para tal y tal pregunta”. Después tuvo que presentar excusas al rey por estar pensando en otros temas distintos a los que estaban tratando los demás en la conversación.

Pocos meses antes de morir tuvo una visión acerca de lo sobrenatural y celestial, y desde entonces dejó de escribir. Preguntado por el Hermano Reginaldo acerca de la causa por la cual ya no escribía más, exclamó: “Es que, comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he escrito es muy poca cosa”.

Santo Tomás logró que la filosofía de Aristóteles llegara a ser parte de las enseñanzas de los católicos. Este santo ha sido el más famoso profesor de filosofía que ha tenido la Iglesia.

Tan importantes son sus escritos que en el Concilio de Trento (o sea la reunión de los obispos del mundo), los tres libros de consulta que había sobre la mesa principal eran: la Sagrada Biblia, los Decretos de los Papas, y la Suma Teológica de Santo Tomás.

Decía nuestro santo que él había aprendido más, arrodillándose delante del crucifijo, que en la lectura de los libros. Su secretario Reginaldo afirmaba que la admirable ciencia de Santo Tomás provenía más de sus oraciones que de su ingenio. Este hombre de Dios rezaba mucho y con gran fervor para que Dios le iluminara y le hiciera conocer las verdades que debía explicar al pueblo.

Su humildad

Cumplía exactamente aquel consejo de San Pablo: “Consideren superiores a los demás”. Siempre consideraba que los otros eran mejores que él. Aun en las más acaloradas discusiones exponía sus ideas con total calma; jamás se dejó llevar por la cólera aunque los adversarios lo ofendieran fuertemente y nunca se le oyó decir alguna cosa que pudiera ofender a alguno. Su lema en el trato era aquel mandato de Jesús: “Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros”.

Su devoción por la Virgen María era muy grande. En el margen de sus cuadernos escribía: “Dios te salve María“. Y compuso un tratado acerca del Ave María.

Su muerte

El Sumo Pontífice lo envió al Concilio de Lyon, pero por el camino se sintió mal y fue recibido en el monasterio de los monjes cistercienses de Fosanova. Cuando le llevaron por última vez la Sagrada Comunión exclamó: “Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo obediente”.

Murió el 7 de marzo de 1274 a la edad de 49 años. Fue declarado santo en 1323 apenas 50 años después de muerto. Y sus restos fueron llevados solemnemente a la Catedral de Tolouse un 28 de enero. Por eso se celebra en este día su fiesta.

Oración a Santo Tomás de Aquino

Angélico doctor Santo Tomás, gloria inmortal de la religión, columna firmísima de la Iglesia, varón santísimo y sapientísimo, que por los admirables ejemplos de tu inocente vida fuiste elevado a la cumbre de una perfección consumada, y con tus prodigiosos escritos eres martillo de los herejes, luz de maestros y doctores, y milagro estupendo de sabiduría.

¡Oh! quien acertara, Santo mío, a ser en virtud y letras verdadero discípulo, aprendiendo en el libro de vuestras virtudes y en las obras que con tanto acierto escribiste la ciencia de los santos, que es la verdadera y única sabiduría.

¡Quién supiera hermanar, como vos, la doctrina con la modestia, y la alta inteligencia con la profunda humildad! Alcanzadme del Señor esta gracia, junto con el inestimable don de la pureza y haced que, practicando tu doctrina y siguiendo tus ejemplos, consiga la eterna bienaventuranza. Amén.

( http://www.ewtn.com/spanish/saints/Tom%C3%A1s_de_Aquino.htm)

27 enero, 2021

Santa Angela Merici

 

Hoy se celebra a Santa Ángela de Merici, fundadora de las Ursulinas

¡Oh¡, Santa Angela Merici; vos, sois la hija del Dios
de la Vida y su amada santa, y que, desde muy niña
alumbrasteis con la luz de la fe a las niñas de vuestro
tiempo con amor y comprensión, fundando en la hora
debida las “Hermanas Ursulinas”, la primera comunidad
religiosa femenina para educar a las niñas, en honor
a Santa Úrsula, la santa mártir del siglo IV, que,
dirigía el grupo de muchachas llamadas “Las once mil
vírgenes”, y que, murieron por defender su religión
y su castidad. Como Terciaria Franciscana y sin muchos
estudios, con vuestro “Don del Consejo”, supisteis
aconsejar, qué es lo que hay que hacer, y qué dejar
de hacer en la vida para ganar el cielo. Por ello,
gobernadores, obispos, doctores y sacerdotes; sabios
consejos de vos recibieron. Vos misma, en una visión
contemplasteis un enorme grupo de jóvenes vestidas
de blanco que volaban hacia el cielo eterno, y una
voz os dijo: “Estas son tus religiosas educadoras”.
Y, con el tiempo, así fue. Alguien os preguntó un día:
¿Qué consejo me recomienda para comportarme debidamente?
Y, vos, respondisteis: “Compórtese cada día como deseara
haberse comportado cuando le llegue la hora de morirse
y de darle cuenta a Dios”. “¡Dios mío, yo te amo!”,
fueron vuestras últimas palabras, dejando volar vuestra
alma al cielo, para ser premiada con corona de luz
como justo premio a vuestra grande entrega de amor y fe;
¡oh!, Santa Angela de Merici, “vivo mensaje del Dios Vivo”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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27 de Enero
Santa Angela de Mérici
(+ 1540)

Es la fundadora de las Hermanas Ursulinas. Su nombre significa “Mensaje de Dios”. Nació en Italia en 1474 y tiene el mérito de haber fundado la primera comunidad religiosa femenina para educar niñas.

Se crió en una familia campesina muy creyente, donde cada noche leían la vida de un Santo, y esto la enfervorizaba mucho y la entusiasmaba por la religión.

Quedó huérfana de padre y madre cuando aún era muy niña y esto la impresionó muchísimo. Después durante toda su vida le pediría perdón a Dios por no haber confiado lo suficientemente en su juventud en la Providencia Divina que a nadie abandona.

Su infancia es muy sufrida y tiene que trabajar duramente pero esto la hace fuerte y la vuelve comprensiva con las niñas pobres que necesitan ayuda para poderse instruir debidamente.

Se hace Terciaria Franciscana y sin haber hecho sino estudios de primaria, llega a ser Consejera de gobernadores, obispos, doctores y sacerdotes. Es que había recibido del Espíritu Santo el Don del Consejo, que consiste en saber lo que más conviene hacer y evitar en cada ocasión.

Viendo que las niñas no tenían quién las educara y las librara de peligros mortales, y que las teorías nuevas llevaban a la gente a querer organizar la vida como si Dios no existiera, fundó la Comunidad de Hermanas Ursulinas (en honor a Santa Úrsula, la santa mártir del siglo IV, que dirigía el grupo de muchachas llamadas “Las once mil vírgenes, que murieron por defender su religión y su castidad).

Lo que más le impresionaba era que las niñas de los campos y pueblos que visitaba no sabían nada o casi nada de religión. Sus papás o no sabían o no querían enseñarles catecismo. Por eso ella organizó a sus amigas en una asociación dedicada a enseñar catecismo en cada barrio y en cada vereda.

Ángela era de baja estatura pero tenía todas las cualidades de líder y de guía para influir en los demás. Y además tenía mucha simpatía y agradabilidad en su trato.

En Brescia fundó una escuela y de allí se extendió su Comunidad de Ursulinas por muchas partes. Un grupo de 28 muchachas muy piadosas se vino a vivir en casa de Ángela y con ellas fundó la Comunidad. En una visión contempló un enorme grupo de jóvenes vestidas de blanco que volaban hacia el cielo, y una voz le dijo: “Estas son tus religiosas educadoras”.

La gente consideraba a Santa Úrsula como una gran líder o guía de mujeres. Por eso Ángela puso a sus religiosas el nombre de Ursulinas.

La Comunidad de Ursulinas fue fundada en 1535, y cinco años después murió su fundadora, Santa Ángela, el 27 de enero de 1540. Fue canonizada en 1807.

Un hombre le preguntó un día en plena calle: ¿Qué consejo me recomienda para comportarme debidamente? Y ella le respondió: “Compórtese cada día como deseara haberse comportado cuando le llegue la hora de morirse y de darle cuenta a Dios”.

Sus últimas palabras fueron: “Dios mío, yo te amo”. Que estas sean también las palabras que nosotros digamos no sólo al tiempo de morir, sino muchísimas veces durante toda nuestra vida.

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Angela_de_Merici.htm)

26 enero, 2021

Santos Timoteo y Tito, Obispos y Discípulos de San Pablo


Hoy se conmemora a San Tito y San Timoteo, discípulos de San Pablo Apóstol

 

¡Oh!, Santos Timoteo y Tito, obispos, vosotros, sois,
los hijos del Dios de la vida, sus amados santos
y discípulos del apóstol san Pablo, a quien ayudasteis
presidiendo las Iglesias de Éfeso y de Creta. Timoteo,
tal y conforme significa vuestro nombre: “Aquel que
siente amor o adoración a Dios” y Tito: “Aquel que
es protegido y honrado”, ambos hicisteis honor
a vuestros nombres. Vos, Timoteo, sois la imagen del
discípulo ejemplar: obediente, discreto y valiente,
y por estas cualidades Pablo, quiso que fuerais su
compañero de apostolado, en vez de Juan Marcos,
durante el segundo viaje, y os encontró, en Listra,
en su primer viaje, y así, fuisteis de los primeros
convertidos al Evangelio. Desde entonces acompañasteis
a Pablo, cual viajero incansable del apóstol de los
gentiles, llevando cartas y noticias dándole, respecto
de los mismos. Presente estuvisteis en el martirio
de vuestro maestro Pablo, regresando después a Éfeso,
para entregar vuestra santa vida como mártir. Y, vos,
Tito, el otro maravillosos amigo y fiel colaborador
de Pablo, convertido y bautizado por el mismo apóstol.
Os trató afablemente como hijo suyo, y con vos, hizo
otro viaje misionero, y fuisteis quien llevó la “carta
de las lágrimas” de Pablo a los fieles de Corinto,
restableciendo la armonía y organizando la limosna
para los pobres de Jerusalén. Luego del cautiverio
de Roma, Pablo, os dejó, con la misión de organizar la
primera comunidad cristiana. Aquí, recibisteis la carta
de Pablo, luego fuisteis a Roma y allí, os mandó a
evangelizar a Dalmacia, en donde aún, está difundido
vuestro culto. Finalmente, vos, entregasteis vuestra
alma al cielo, después de haberos inmolado por Dios.
¡Timoteo y Tito!, santos obispos, vosotros, gastasteis
vuestras vidas en buena lid, para coronadas ser hoy, con
coronas de luz eterna, como justo premio a vuestro amor;
¡oh! Timoteo y Tito, “vivos y fieles amigos de Cristo y Pablo”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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26 de Eenro
Santos Timoteo y Tito
Obispos y Discípulos de San Pablo

Fuente: Archidiócesis de Madrid

Martirologio Romano: Memoria de los santos Timoteo y Tito, obispos y discípulos del apóstol san Pablo, que le ayudaron en su ministerio y presidieron las Iglesias de Éfeso y de Creta, respectivamente. Les fueron dirigidas cartas por su maestro que contienen sabias advertencias para los pastores, en vista de la formación de los fieles (s. I).

Etimología: Timoteo = Aquel que siente amor o adoración a Dios, es de origen griego.
Etimología: Tito = Aquel que es protegido y honrado, es de origen latino.

Breve Biografía

San Pablo nombró obispos a Timoteo y Tito, sus discípulos y colaboradores.

Los Santos Timoteo y Tito vivieron en la órbita del grande apóstol de las Gentes, y el nuevo calendario los coloca después de la fiesta de la “conversión” de San Pablo.

Timoteo es la imagen del discípulo ejemplar: obediente, discreto, eficaz, valiente. Por estas cualidades Pablo quiso que fuera su compañero de apostolado, en vez de Juan Marcos, durante el segundo viaje misionero en el año 50.

Había nacido en Listra, en donde Pablo lo encontró durante el primer viaje, y fue de los primeros convertidos al Evangelio; había sido educado en la religión hebrea por la abuela Loida y por la madre Eunice. Desde su encuentro con Pablo, siguió su itinerario apostólico; lo acompaña a Filipos y a Tesalónica.

Después los encontramos juntos en Atenas, en Corinto, en Éfeso y finalmente en Roma durante el primer cautiverio de Pablo. Fue un infatigable “viajero enviado” por el apóstol de las Gentes, y mantuvo los contactos entre Pablo y las jóvenes comunidades cristianas fundadas por él.

A menudo le llevaba las cartas y le daba noticias respecto de las mismas comunidades. Entre el 63 y el 66, cuando recibió la primera carta que le envió Pablo, Timoteo era el jefe de la Iglesia de Éfeso. Desde Roma Pablo le escribió una segunda carta, invitándolo a visitarlo antes del invierno. Es conmovedora la petición del anciano apóstol al “hijo” Timoteo, para que le llevara el abrigo que había dejado en Tróade, pues le servía para el frío en la cárcel de Roma. Timoteo estuvo presente en el martirio de Pablo; después regresó definitivamente a la sede de Éfeso, en donde, según una antigua tradición, murió mártir en el año 97.

El segundo fiel colaborador de Pablo fue San Tito, de origen pagano. Convertido y bautizado por el mismo apóstol, que lo llama “hijo mío”, se encuentra en compañía de Pablo en Jerusalén, en el año 49. Hizo con él el tercer viaje misionero y fue Tito quien llevó la “carta de las lágrimas” de Pablo a los fieles de Corinto, entre los cuales restableció la armonía y organizó la colecta para los pobres de Jerusalén.

Después del cautiverio de Roma, Pablo, de paso por Creta, dejó ahí a Tito con la misión de organizar la primera comunidad cristiana. Aquí recibió la carta de Pablo. Es un documento muy importante, porque nos informa sobre la vida interna de la Iglesia apostólica. Después Tito fue a Roma donde su Maestro, que lo mandó probablemente a evangelizar a Dalmacia, en donde todavía hoy está muy difundido su culto. Una antigua tradición, históricamente no confirmada, dice que Tito murió en Creta, de edad muy avanzada.

(http://www.es.catholic.net/op/articulos/34507/timoteo-y-tito-santos.html)

25 enero, 2021

La Conversión de San Pablo

 

 Hoy es la fiesta de la Conversión de San Pablo

 

¡Oh! Bendita conversión vuestra, San Pablo: ¡Saulo,
Saulo!, ¿por qué me persigues? Os dijo el Señor
¿Quién eres, Señor? Preguntasteis vos. Y, Él os dijo:
¡Yo soy Jesús, a quien tú persigues! ¡Levantaos
y entrad en la ciudad que allí se os dirá lo que
tenéis que hacer. Y, vos, os levantasteis del suelo,
pero, cuando abristeis los ojos, no podíais ver,
y os llevaron a Damasco, y, allí, estuvisteis ciego
tres días, sin comer, ni beber nada. Y un tal Ananías
fue y, cuando llegó a la casa, os impuso las manos
y os dijo: “Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te
apareció en el camino, me ha enviado para que recobres
la vista y seas lleno del Espíritu Santo”. Y, casi
al instante cayó de vuestros ojos algo como escamas,
y recobrasteis la vista. Os levantasteis y fuisteis
bautizado. Y, en seguida os dedicasteis a predicar
en las sinagogas afirmando que Jesús es el Hijo
de Dios, para su eterna y maravillosa gloria. ¡Aleluya!
¡oh! Bendita y “viva” conversión vuestra, San Pablo.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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25 de Enero
Dios, como a Pablo, te invita a la conversión

Convertirse significa, para cada uno de nosotros, creer que Jesús se ha entregado a sí mismo por mí.

Por: SS Benedicto XVI

Fuente: Catholic.net

Hoy, 25 de enero, se hace memoria de la “Conversión de san Pablo” (…) En el caso de Pablo, algunos prefieren no utilizar el término conversión, porque -dicen- él ya era creyente, es más hebreo ferviente y por ello no pasó de la no-fe a la fe, de los ídolos a Dios, ni tuvo que abandonar la fe hebrea para adherirse a Cristo. En realidad, la experiencia del Apóstol puede ser el modelo de toda auténtica conversión cristiana.

La de Pablo maduró en el encuentro con el Cristo resucitado; fue este encuentro el que le cambió radicalmente la existencia. En el camino de Damasco sucedió para él lo que Jesús pude en el Evangelio de hoy: Saulo se convirtió porque, gracias a la luz divina, “creyó en el Evangelio”. En esto consiste su conversión y la nuestra: en creer en Jesús muerto y resucitado y en abrirse a la iluminación de su gracia divina.

En aquel momento, Saulo comprendió que su salvación no dependía de las obras buenas realizadas según la ley, sino del hecho que Jesús había muerto también por él -el perseguidor- y que estaba, y está, resucitado. Esta verdad, que gracias al Bautismo ilumina la existencia de cada cristiano, alumbra completamente nuestro modo de vivir.

Convertirse significa, también para cada uno de nosotros, creer que Jesús “se ha entregado a sí mismo por mí”, muriendo en la cruz (cfr Gal 2,20) y, resucitado, vive conmigo y en mí. Confiándome al poder de su perdón, dejándome tomar la mano por Él, puedo salir de las arenas movedizas del orgullo y del pecado, de la mentira y de la tristeza, del egoísmo y te toda falsa seguridad, para conocer y vivir la riqueza de su amor.

Queridos amigos, la invitación a la conversión, valorada por el testimonio de san Pablo, resuena hoy (…) El Apóstol nos indica la actitud espiritual adecuada para poder progresar en el camino de la comunión. “Ciertamente no he llegado a la meta -escribe a los Filipenses -, no he llegado a la perfección; pero me esfuerzo en correr para alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús” (Fil 3,12).

Ciertamente, nosotros los cristianos no hemos conseguido llegar aún a la meta de la unidad plena, pero si nos dejamos continuamente convertir por el Señor Jesús, llegaremos seguramente.

La Virgen María, Madre de la Iglesia una y santa, nos obtenga el don de una conversión verdadera, para que cuanto antes se realice el anhelo de Cristo: “Ut unum sint”.

Fragmento de las palabras de SS Benedicto XVI durante el Ángelus, en la Fiesta de la Conversión de San Pablo 25 enero 2009

(http://www.es.catholic.net/op/articulos/12632/dios-como-a-pablo-te-invita-a-la-conversin.html)

24 enero, 2021

San Francisco de Sales

 

 Hoy es la fiesta de San Francisco de Sales, patrono de la prensa católica

  ¡Oh!, San Francisco de Sales; vos, sois, el hijo del Dios de la Vida,
su “apóstol de la palabra y de la verdad” contra los impíos
protestantes, líder y escudo con vuestro verbo prodigioso y vuestro
amado santo. Con uno de vuestros escritos llamado “Introducción
a la vida devota”, nos invitasteis dulcemente a amar esta heroica
clase de vida. Vos, decíais: “¿No es una barbaridad querer desterrar
la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de los artesanos,
del palacio, de los príncipes y del hogar de los casados?” !Claro
que sí! Prescindir de Dios, que es sólo Amor, es como estar muerto
en vida, ir, ciego y cojo por el mundo, y el cuerpo, atado al eterno
fuego. “No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos
con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor.
Y, te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes
jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada
al enojo”. ¡Maravilla de maravillas! Como sabéis vos, vuestra
dulzura, no fue algo fácil de lograr, pues dicen que vos, en vuestra
juventud teníais mal genio. Pero, que vos, supisteis modelar, con
vuestra lucha ascética con el fin de aumentar vuestra capacidad,
de autodominio. Prueba de ello, se cuenta que, al haceros la autopsia,
os encontraron con vuestro hígado duro como piedra. Al final, vuestra
alma voló al cielo luego de haberla gastado en buena lid, ganándoos
corona de luz, como premio justo a vuestra entrega grande de amor;
Santo Patrono de los escritores y periodistas del orbe de la tierra;
¡oh!, San Francisco de Sales, “viva virtud y dulzura del Dios Vivo y eterno”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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24 de enero
San Francisco de Sales
Obispo
Patrono de los periodistas y escritores
(1567-1622)

Se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio “patrono de los periodistas”.

Escribía como un ángel

De forma, que los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura. Montañés de cuerpo entero, nacido en los Alpes, en el castillo saboyano de Sales. Familia exquisita. Le llevan a estudiar a la universidad de París. Luego a Padua. Canónigo de Annecy, obispo auxiliar de Ginebra, líder de debates con los protestantes, apóstol de la región de Chablais. Vuelve a París, trata con san Vicente de Paul, en todas partes se le recibe con entusiasmo.

Hay un libro: “Introducción a la vida devota”, cuarenta ediciones en vida del autor, y en aquellos tiempos. Un libro utilizado muchísimo tiempo como lectura espiritual.

“¿No es una barbaridad -decía él- querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los casados?”

Hay una amistad que no se puede olvidar. La que mantuvo con Juana Chantal; con ella fundó la Orden de la Visitación.

Una virtud

La dulzura de este hombre, de quien dicen que en su juventud tenía tan mal genio.

Respecto a esto, es una constante en la biografía de todo santo su lucha ascética a fin de aumentar su capacidad de autodominio. Pero para demostrar que esta virtud no se consigue de la noche a la mañana, he aquí un detalle precisamente referida a nuestro santo.

Se cuenta que al hacerle al autopsia, le encontraron su hígado endurecido como un piedra. Esto se explica por la enorme violencia que tuvo que hacerse este hombre de fuerte carácter para hacerse y aparecer amable, delicado y bondadoso en el trato. Esa dulzura de la que hablamos antes, no le fue fácil conseguirla.

San Francisco de Sales escribió: “No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo”

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Francisco_de_Sales.htm)

Domingo 3 (B) del tiempo ordinario

 

Los amigos de Jesús

Domingo 3 (B) del tiempo ordinario Texto del Evangelio (Mc 1,14-20): “Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él”.

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«Convertíos y creed en la Buena Nueva» + Rev. D. Lluís ROQUÉ i Roqué (Manresa, Barcelona, España)

Hoy, la Iglesia nos invita a convertirnos y, con Jesús, nos dice: «Convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc 1,15). Por tanto, habrá que hacer caso a Jesucristo, corrigiendo y mejorando lo que sea necesario.

Toda acción humana conecta con el designio eterno de Dios sobre nosotros y con la vocación a escuchar a Jesús, seguirlo en todo y para todo, y proclamarlo tal como lo hicieron los primeros discípulos, tal como lo han hecho y procuramos hacerlo millones de personas.

Ahora es la oportunidad de encontrar a Dios en Jesucristo; ahora es el momento de nuestra vida que empalma con la eternidad feliz o desgraciada; ahora es el tiempo que Dios nos proporciona para encontrarnos con Él, vivir como hijos suyos y hacer que los acontecimientos cotidianos tengan la carga divina que Jesucristo —con su vida en el tiempo— les ha impreso.

¡No podemos dejar perder la oportunidad presente!: esta vida más o menos larga en el tiempo, pero siempre corta, pues «la apariencia de este mundo pasa» (1Cor 7,31). Después, una eternidad con Dios y con sus fieles en vida y felicidad plenas, o lejos de Dios —con los infieles— en vida e infelicidad totales.

Así, pues, las horas, los días, los meses y los años, no son para malgastarlos, ni para aposentarse y pasarlos sin pena ni gloria con un estéril “ir tirando”. Son para vivir —aquí y ahora— lo que Jesús ha proclamado en el Evangelio salvador: vivir en Dios, amándolo todo y a todos. Y, así, los que han amado —María, Madre de Dios y Madre nuestra; los santos; los que han sido fieles hasta el fin de la vida terrenal— han podido escuchar: «Muy bien, siervo bueno y fiel (…): entra en la alegría de tu señor» (Mt 25,23).

¡Convirtámonos! ¡Vale la pena!: amaremos, y seremos felices desde ahora.

(http://evangeli.net/evangelio/dia/2021-01-24)

23 enero, 2021

San Ildefonso, Capellán y Fiel Notario de la Virgen María

 


 ¡Oh!, San Ildefonso, vos, sois el hijo del Dios de la Vida,
y su amado santo, que, honor haciendo, al significado
de vuestro nombre: “preparado para el combate”, dedicasteis
vuestra pluma a la “llena de Gracia”, la “Kejaritomene”,
su santa virginidad defendiendo, antes, durante y después
del parto; pues mayor regalo de Dios, recibir no pudo,
la humanidad toda, que, la compañía de Su Unigénito
y Amado Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, que habita hoy entre
nosotros, por los siglos de los siglos. Y, por ello, Ella
misma os premió, felicitándoos y regalándoos un ornamento
de celebrar la Santa Misa, por haber dicho bien de Ella.
Los pintores desde antiguo, os pintan a vos, recibiendo
el ornamento de manos de la Santísima Virgen. Vos,
erais sobrino de San Eugenio y discípulo de San Isidro,
y escogido fuisteis por la Providencia Divina, a través de
vuestro pueblo, para ser arzobispo de Toledo, capital
en aquél entonces de España. Y, un galardón más, vos,
habéis sido llamado “Doctor de la Virginidad de María”,
con justa causa y derecho, pues la amasteis y la defendisteis
con ardor de corazón en toda circunstancia y tiempo. Por
todo ello, vosotros hermanos míos, estáis llamados a
hacer algo por la Madre del Dios de la Vida, y veréis,
cómo Ella, os dará a manos llenas. ¿Quién dudar podrá
de vuestro amor hacia la Madre Santa de Nuestro Redentor?
¡Nadie ni nada! Y, hoy, gozáis con justicia de las alegrías
de la Patria Celestial, luciendo corona de luz eterna,
como premio justo a vuestra entrega de amor, y fe;
¡oh!, San Ildefonso; “vivo combatiente por María y la Verdad”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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23 de Enero
San Ildefonso
Arzobispo de Toledo
Año 667

“Tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla, la cual mi Hijo te envía de su tesorería”, le dijo la Virgen María a San Ildefonso cuando se le apareció en el siglo VII. El Santo tenía una profunda devoción a la Madre de Dios, particularmente con la advocación de la Inmaculada Concepción, cuya veneración profesó y difundió doce siglos antes de la proclamación del dogma. A San Ildefonso se le celebra cada 23 de enero.

Ildefonso nació en Toledo (España), alrededor del año 606. Fue educado en Sevilla por San Isidoro. Ildefonso optó por la vida monástica y llegó a ser Abad de Agali (monasterio agaliense). En 657 es elegido Arzobispo de Toledo y se ocupó de unificar la liturgia en los reinos de España. Escribió muchas obras importantes, las más famosas, dedicadas a la Virgen María, como es el caso de “La virginidad perpetua de Santa María contra tres infieles” (De virginitate Sanctae Mariae contra tres infideles)”, su tratado sobre el culto mariano.

La noche del 18 de diciembre de 665, San Ildefonso junto a sus monjes se dirigieron al templo del monasterio para cantar los himnos propios del final del día, dedicados en honor a la Virgen. En eso vieron que la capilla brillaba con una luz deslumbrante. La mayoría de los presentes huyó del lugar, excepto el santo y dos diáconos.

Cuando los tres hombres se acercaron al altar, vieron a la Virgen María como la Inmaculada Concepción, sentada en la silla del obispo y acompañada de un grupo de vírgenes que entonaban cantos celestiales. La Virgen le indicó a Ildefonso que se acercara. Puesto de rodillas frente a la Madre de Dios, el Santo recibió de Ella una casulla. La Virgen en persona lo invistió y le pidió que la use solo en los días festivos designados en su honor.

Años después, en uno de los Concilios de Toledo, se fijó una fecha especial para perpetuar la memoria de la aparición. Además, todo lo sucedido quedó registrado en el Acta Sanctorum bajo la designación de “El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición”.

San Ildefonso murió en el año 669. Hoy, sus devotos peregrinan para visitar la catedral dedicada a él, donde se conserva la piedra en la que la Madre de Dios posó sus pies cuando se apareció al santo.

Oración a María de San Ildefonso

A ti acudo, única Virgen y Madre de Dios. Ante la única que ha obrado la Encarnación de mi Dios me postro.

Me humillo ante la única que es Madre de mi Señor. Te ruego que por ser la Esclava de tu Hijo me permitas consagrarme a ti y a Dios, ser tu esclavo y esclavo de tu Hijo, servirte a ti y a tu Señor.

A Él, sin embargo, como a mi Creador y a ti como Madre de nuestro Creador; a Él como Señor de las virtudes y a ti como Esclava del Señor de todas las cosas; a Él como a Dios y a ti como a Madre de Dios. Yo soy tu siervo, porque mi Señor es tu Hijo. Tú eres mi Señora, porque eres esclava de mi Señor.

Concédeme, por tanto, esto, ¡oh Jesús Dios, Hijo del hombre!, creer del parto de la Virgen aquello que complete mi fe en tu Encarnación; hablar de la maternidad virginal aquello que llene mis labios de tus alabanzas; amar en tu Madre aquello que tú llenes en mí con tu amor; servir a tu Madre de tal modo que reconozcas que te he servido a ti; vivir bajo su gobierno de tal manera que sepa que te estoy agradando y ser en este mundo de tal modo gobernado por Ella, que ese dominio me conduzca a que Tú seas mi Señor en la eternidad.

¡Ojalá yo, siendo un instrumento dócil en las manos del sumo Dios, consiga con mis ruegos ser ligado a la Virgen Madre por un vínculo de devota esclavitud y vivir sirviéndola continuamente!

Pues los que no aceptáis que María sea siempre Virgen; los que no queréis reconocer a mi Creador por Hijo suyo, y a Ella por Madre de mi Creador; si no glorificáis a este Dios como Hijo de Ella, tampoco glorificáis como Dios a mi Señor. No glorificáis como Dios a mi Señor los que no proclamáis bienaventurada a la que el Espíritu Santo ha mandado llamar así por todas las naciones; los que no rendís honor a la Madre del Señor con la excusa de honrar a Dios su Hijo.

Sin embargo yo, precisamente por ser siervo de su Hijo, deseo que Ella sea mi Señora; para estar bajo el imperio de su Hijo, quiero servirle a Ella; para probar que soy siervo de Dios, busco el testimonio del dominio sobre mí de su Madre; para ser servidor de Aquel que engendra eternamente al Hijo, deseo servir fielmente a la que lo ha engendrado como hombre.

Pues el servicio a la Esclava está orientado al servicio del Señor; lo que se da a la Madre redunda en el Hijo; lo que recibe la que nutre, termina en el que es nutrido, y el honor que el servidor rinde a la Reina viene a recaer sobre el Rey. Por eso me gozo en mi Señora, canto mi alegría a la Madre del Señor, exulto con la Sierva de su Hijo, que ha sido hecha Madre de mi Creador y disfruto con Aquélla en la que el Verbo se ha hecho carne.

Porque gracias a la Virgen yo confío en la muerte de este Hijo de Dios y espero que mi salvación y mi alegría venga de Dios siempre y sin mengua, ahora, desde ahora y en todo tiempo y en toda edad por los siglos de los siglos. Amén.

(https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-la-iglesia-universal-celebra-a-san-ildefonso-capellan-y-fiel-notario-de-la-virgen-64786)

22 enero, 2021

Beata Laura Vicuña, Protectora de la dignidad y pureza de la mujer

 
 Hoy es la fiesta de la Beata Laura Vicuña, protectora de la dignidad y pureza de la mujer
 
 
¡Oh!, Beata Laura Vicuña, vos sois la hija del Dios de la
vida y su amada Beata, y también aquella santa criatura
que ofreciendo vuestra vida y la de la de vuestra madre
salvasteis a la que, en terrible pecado vivía. Si entregó
Cristo su vida por los pecados del mundo, vos lo imitasteis
entregando vuestra vida, por el ser que al mundo os trajo
y todo por el grande amor que teníais – y tenéis- por Jesús
Sacramentado y por María Auxiliadora; Señora Nuestra
de los cielos. “¡Que contenta se siente el alma a la hora
de la muerte, cuando se ama a Jesús y a María Santísima!
Gracias Jesús, gracias María”, fueron vuestras últimas
palabras y luego voló vuestra alma al cielo, para coronada
ser con corona de luz, como justo premio de vuestro amor
a Jesucristo.  “Señor: que yo sufra todo lo que a Ti te parezca
bien, pero que mi madre se convierta y se salve”. ¡Aleluya!
¡Oh!, Beata Laura Vicuña, “viva luz, del amor por Jesús y María”.

© 2021 by Luis Ernesto Chacón Delgado

10 de Enero
Beata Laura Vicuña
 

Protectora de la dignidad y pureza de la mujer

La hija que ofreció la vida por salvar a la madre. Nació en Santiago de Chile, el 5 de abril de 1891 y murió en Argentina el 22 de enero de 1904, a la edad de sólo 13 años. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 3 de septiembre de 1988.

Su padre es un alto militar y jefe político de Chile. Una revolución derroca al gobierno y la familia Vicuña tiene que salir huyendo, desterrados a 500 kilómetros de la capital. Allá muere el papá y la familia queda en la miseria. Laura tiene apenas dos años cuando queda huérfana de padre.

La mamá, con sus dos hijas, Laura y Julia, emprende un larguísimo viaje de ocho meses hacia las pampas de Argentina. Allá encuentra un ganadero brutal y matón, y movida por su gran miseria, la pobre Mercedes se va a vivir con él en unión libre. El hombre se llamaba Manuel Mora.

En 1900 Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora en el colegio de Junín de los Andes.

Allí, en clase de religión, al oír que la profesora dice que a Dios le disgustan mucho los que viven en unión libre, sin casarse, la niña cae desmayada de espanto. En la próxima clase de religión, cuando la religiosa empieza a hablar otra vez de unión libre, la niña empieza a palidecer. La profesora cambia de tema pero consulta el caso con la hermana directora del colegio: “¿Por qué será que Laura Vicuña se asusta tanto cuando se habla del pecado que es el vivir en unión libre?”. La superiora le aconseja: “Vuelva a tratar de ese tema, y si ve que la niña se asusta, cambie de tema”. Así lo hace.

Laurita se ha dado cuenta de un gravísimo mal: su madre, el ser que ella más ama en el mundo, después de Dios y la Virgen, su mamá Mercedes, vive en pecado mortal y está en grave peligro de condenación eterna. ¡Es terrible!.

Y Laura hace un plan: ofrecerá su vida a Dios, con tal de que la mamá abandone a ese hombre con el cual vive en pecado. Comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. El le dice: “Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto”. Pero la niña está resuelta a salvar el alma de la mamá a cualquier costo, y ofrece su vida al Señor Dios, en sacrificio para salvar el alma de la propia madre.

En el colegio es admirada por las demás alumnas como la mejor compañera, la más amable y servicial. Las superioras se quedan maravilladas de su obediencia y del enorme amor que siente por Jesús Sacramentado y por María Auxiliadora.

El día de su primera comunión ofrece su vida en sacrificio a Jesús, y al ser admitida como “Hija de María”, consagra su pureza a la Sma. Virgen María.

Va a pasar vacaciones a donde vive su madre. Manuel Mora trata de irrespetarla pero ella no lo permite. Prefiere ser abofeteada y azotada brutalmente por él pero no admite ningún irrespeto a su virtud. Manuel aprende a respetarla.

En una gran inundación que invade el colegio. Laura por salvar la vida de las más pequeñas, pasa largas horas de la noche entre las friísimas aguas sacando niñas en peligro, y adquiere una dolorosa enfermedad en los riñones. Dios empieza a aceptar el sacrificio que le ofreció por salvar el alma de su mamá.

Laura empieza a palidecer y a debilitarse. Siente enorme tristeza al oír de los superiores que no la podrán aceptar como religiosa porque su madre vive en concubinato. Sigue orando por ella. Cae a cama. Dolores intensísimos. Vómitos continuos. Se retuerce del dolor. La vida de Laura se está apagando. “Señor: que yo sufre todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve”.

Va a entrar en agonía. La madre se acerca y ella le dice: ”Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tu no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente”. Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?

“¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida”.

Laura manda llamar al Padre Confesor. “Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre”. Madre e hija se abrazan llorando.

Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Siente que ya nada le retiene en esta tierra. La Divina Misericordia ha triunfado en el corazón de su amadísma mamacita. Su misión en este mundo ya está cumplida. Dios la llama al Paraíso.

Recibe la unción de los enfermos y su última comunión. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a su lecho de moribunda le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!.

Lanza una última mirada a la imagen que está frente a su cama y exclama: “Gracias Jesús, gracias María”, y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904. Iba a cumplir los 13 años.

La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.

Laura Vicuña ha hecho muchos milagros a los que le piden que rece por ellos ante Nuestro Señor. Y el Papa Juan Pablo II la declaró Beata en 1988.

Señor Jesús: Tú que concediste a Laura Vicuña la gracia de ofrecer su vida por la salvación del alma de su propia madre, concédenos también a todos nosotros la gracia de obtener buenas obras, la conversión y salvación de muchos pecadores. Amén
.


(https://www.aciprensa.com/noticias/video-hoy-se-celebra-a-la-beata-laura-vicuna-protectora-de-la-dignidad-y-pureza-de-la-mujer-32808)