06 abril, 2016

San Samuel




¡Oh!, San Samuel, vos, sois el hijo del Dios de la vida,
su amado santo y Profeta, a quien servisteis en su Templo
santo, y que, vuestro nombre, honor hizo al pedido de vuestra
madre de darle un hijo varón. Además, por mandato divino,
a David ungisteis rey, y, de cuyo linaje, al mundo vendría
el Salvador del Mundo. Vuestra madre, de alegría plena,
al Señor cantó así: “Mi corazón se regocija por el Señor,
porque no hay santo como nuestro Dios, pues Él, a la mujer
estéril le permite tener hijos. El Señor hunde en el abismo
y levanta; da la pobreza y la riqueza; humilla y enaltece.
El levanta del polvo al desvalido; alza de la basura al pobre.
El guarda los pasos de sus amigos. El es un Dios que sabe;
Él es quien pesa todas las acciones”. Pidió el pueblo que se
le diera un rey. Y, vos, consultasteis a Dios, y el Señor
os dijo, que el rey sería Saúl. Y, vos, lo llamasteis y
lo proclamasteis rey ante todo el pueblo. Pero, Saúl, empezó
a desobedecer a Dios, el Señor os dijo: “He retirado mi
espíritu de Saúl y lo he pasado a David. Irás a Belén y
ungirás a ese joven como rey”. Y, vos, lo ungisteis. Ya
anciano, vos, reunisteis a todo el pueblo y les dijisteis:
“Durante cuarenta años los he guiado espiritualmente. Ahora
les pido que si alguno tiene alguna queja contra mí la diga
claramente. Y si a alguno le he quitado algo o le he hecho
algún mal, que lo diga sin más”. Y el pueblo entero os
respondió: “Ningún mal nos has hecho y a nadie le has quitado
nada, y nadie tiene la menor queja contra ti”. Y, así, y
luego de haber gastado vuestra santa vida en buena lid,
voló, vuestra alma al cielo, para coronada ser con corona
de luz, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡Oh!, San Samuel; “viva, encarnación del Dios de la vida”.

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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06 de Abril
San Samuel
Profeta
06 de Abril
(año 1100 a.C.)


Samuel significa “Dios me ha escuchado” (Samu: me ha escuchado El: Dios). En la S. Biblia la historia de Samuel es una de las más interesantes y hermosas. Está narrada en los libros que se titulan 1º y 2º de Samuel, en el Antiguo Testamento.

Era hijo de Elcana y Ana, dos israelitas muy creyentes. Ana tenía la enfermedad de la esterilidad que le impedía tener hijos y por eso la otra esposa de su marido la humillaba continuamente. Ana lloraba de continuo y ya no quería ni comer.

Y sucedió que un año cuando subieron a rezar en la Casa de oración de Israel en Silo, Ana se quedó mucho tiempo junto al altar rezando con mucha fe y gran fervor. Y el sacerdote Helí al verla mover tanto los labios le dijo: “Ud. debe estar borracha y así no debería venir acá”. Ella le respondió: “No estoy borracha, lo que estoy es muy angustiada y he venido a implorar el favor de mi Dios”. El sacerdote le dijo: “Vete en paz, que el Señor ha escuchado tu oración”.

Entonces Ana le hizo a Dios este voto o promesa: “Si me concedes un hijo varón, te lo ofreceré para que se dedique a servirte a Ti en la Casa de oración”. Y se volvió contenta a su casa lejana.

Y al año le dio Dios a Ana su primer hijo, al cual le puso por nombre Samuel, que significa “Dios me ha escuchado”, porque ella decía “Dios ha escuchado la oración que yo le hice pidiéndole un hijo”.

Cuando el niño ya fue grandecito, la mamá lo llevó a la Casa de oración en Silo y se lo ofreció a Dios para que se dedicara para siempre a servir junto al altar. Y llevó de regalo al templo un novillo de tres años, un bulto de harina y una vasija de vino y entonó un hermoso himno diciendo: “Mi corazón se regocija por el Señor, porque no hay santo como nuestro Dios, pues El a la mujer estéril le permite tener hijos. El Señor hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza; humilla y enaltece. El levanta del polvo al desvalido; alza de la basura al pobre. El guarda los pasos de sus amigos. El es un Dios que sabe; El es quien pesa todas las acciones”.

El sacerdote del templo se llamaba Helí y tenía dos hijos muy atrevidos que cometían muchas fechorías y maldades y el papá no se atrevía a corregirlos. Los pecados de esos jóvenes disgustaban mucho a Dios y el se propuso enviarles un castigo.

El niño Samuel se quedaba cada noche a dormir en la Casa de oración para cuidarla. Y una noche oyó que lo llamaban diciendo: “¡Samuel! ¡Samuel!”. El jovencito creyó que era Helí el que lo llamaba y corrió a donde el sacerdote y le dijo: “Aquí estoy señor. ¿Me ha llamado?”. Helí le dijo: “No te he llamado. Vete a dormir en paz”. Pero la voz de Dios volvió a llamar: – “¡Samuel!, ¡Samuel!”. El jovencito corrió otra vez donde Helí para ver para qué lo necesitaba. Y así sucedió por tres veces. Entonces Helí se dio cuenta de que era Dios el que lo llamaba y le dijo: “Si te vuelve a llamar le dirás: Habla Señor que tu siervo escucha”. Y así lo hizo Samuel cuando Dios lo volvió a llamar y entonces oyó que Dios decía: “Voy a castigar a Helí y a sus hijos con terrible mal, porque los hijos hicieron grandes males y el padre no los ha corregido”.

Y sucedió entonces que los filisteos atacaron al pueblo de Israel. Y los hijos de Helí se fueron con todo el ejército a defender la patria. Y se llevaron el Arca de la Alianza (donde estaba el Maná y las tablas de la Ley con los 10 Mandamientos) y se dio una gran batalla y los filisteos derrotaron a los israelitas e hicieron una gran matanza y asesinaron a los dos hijos de Helí y se robaron el Arca de la Alianza. Cuando un mensajero llegó a contar a Helí que se habían robado el Arca y habían matado a sus dos hijos, el pobre anciano que estaba sentado en una silla, se fue para atrás del susto y se desnucó.

El pueblo eligió entonces como sacerdote al joven Samuel y Dios empezó a traerle sus mensajes y a guiarlo en todo, porque Samuel era un santo. Los filisteos devolvieron el Arca y hubo paz.

El Pueblo pidió que se le diera un rey. Samuel consultó a Dios, y el Señor le dijo que el rey sería Saúl, el cual era el último de la última familia, de la más pequeña tribu de Israel. Samuel lo llamó y le echó aceite sagrado sobre su cabeza y lo proclamó rey anto todo el pueblo.

Y sucedió que Saúl empezó a desobedecer a lo que Dios ordenaba, y entonces el Señor le dijo a Samuel: “He retirado mi espíritu de Saúl y lo he pasado a David. Irás a Belén y ungirás a ese joven como rey”.

Samuel se fue a Belén a buscar a David. Este era un pastor de ovejas y estaba en el campo cuidando los animales. Samuel lo hizo venir y echando aceite sagrado sobre su cabeza lo ungió, y desde entonces el espíritu de Dios vino a David y lo fue guiando en todas sus acciones.

Ya anciano, Samuel reunió a todo el pueblo y les dijo: “Durante 40 años los he guiado espiritualmente. Ahora les pido que si alguno tiene alguna queja contra mí la diga claramente. Y si a alguno le he quitado algo o le he hecho algún mal, que lo diga sin más”. Y el pueblo entero le respondió: “Ningún mal nos has hecho y a nadie le has quitado nada, y nadie tiene la menor queja contra ti”.

Y así terminó santamente su larga vida este hombre que desde muy pequeñito fue llevado por su madre a servir junto al altar a Dios y que cada día y cada hora, tuvo por único fin de su existencia agradar a Nuestro Señor. Que Dios nos envíe muchos sacerdotes tan santos como Samuel.

¿Has visto a uno que cumple bien su deber? Ese ocupará puestos importantes. (S. Biblia. Proverbios).

(http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Samuel.htm)

05 abril, 2016

San Vicente Ferrer

¡Oh!, San Vicente Ferrer, vos sois el hijo del Dios
de la vida, su amado santo, y que, vuestra vida
inspirada estuvo en amor hacia Cristo, Nuestra
Señora y principalmente en los pobres. Cada viernes,
en recuerdo de Cristo crucificado, y cada sábado,
en honor de Nuestra Señora, hasta el final de vuestros
días entregasteis en señal de sacrificio santo.
El maligno, os asaltó durante vuestra juventud y
claro, lo vencisteis, en Dios confiando únicamente.
Fervorosa e increíblemente predicabais, y Dios feliz,
os escuchaba y los milagros del cielo llovían. Se os
apareció entonces Nuestro Señor Jesucristo, San
Francisco y Santo Domingo de Guzmán y os dio la orden
de dedicaros a predicar por ciudades, pueblos, campos
y países. Y, vos, fiel cumplidor como erais, así,
lo hicisteis. El norte de España, el sur de Francia,
el norte de Italia, y Suiza, saben de vos hasta hoy.
Convertisteis a judíos y moros, en España, de manera
increíble. Antes de predicar rezabais por más de cinco
horas, para a Dios pedir que vuestra palabra, fuese
eficaz. Y, así era. En el mismo suelo dormíais y
ayunabais el tiempo todo. Predicación, procesiones,
conversiones, rezos y llantos, a Dios alabando siempre.
“Mi cuerpo y mi alma no son sino una pura llaga de
pecados. Todo en mí tiene la fetidez de mis culpas”.
Decíais vos, que, santo como erais, increíble parecía.
Vuestra vida terrena se os acabó, pero vuestra alma,
está hoy, coronada de gloria, de luz y eternidad de vida,
como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh!, San Vicente Ferrer, “vivas palabras de Cristo”.

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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5 de Abril
San Vicente Ferrer
Presbítero

Martirologio Romano: San Vicente Ferrer, presbítero de la Orden de Predicadores, de origen español, que recorrió incansablemente ciudades y caminos de Occidente en favor de la paz y la unidad de la Iglesia, predicando a pueblos innumerables el Evangelio de la penitencia y la venida del Señor, hasta que en Vannes, lugar de Bretaña Menor, entregó su espíritu a Dios. († 1419)

Fecha de canonización: 3 de junio de 1455 por el Papa Calixto III.

“Bebe el agua del maestro Vicente” se dice todavía en España para recomendar el silencio. La expresión se refiere a un sabio consejo que el dominico san Vicente Ferrer dio a una mujer que le preguntaba qué podía hacer para congeniar con el malhumorado marido. “Tome este frasco de agua -contestó el santo- y cuando tu esposo regrese del trabajo, tómate un sorbo y mantenlo en la boca el mayor tiempo posible”. Era el mejor modo de hacer que la mujer tuviera la boca cerrada y no contestara al marido.

La anécdota hace ver la humana simpatía de este hombre, acérrimo fustigador de las costumbres, que le mereció de sus contemporáneos el título de “ángel del Apocalipsis”, porque en sus sermones acostumbraba amenazar con flagelos y tribulaciones.

Vicente nació en Valencia (España) en 1350. A los 17 años había ya terminado con tanto éxito sus estudios de filosofía y teología que sus profesores lo incluyeron inmediatamente en el cuerpo docente.
Entró al convento de los dominicos de Valencia y fue ordenado sacerdote en 1375, una fecha que en la historia de la Iglesia se recuerda como el comienzo del gran cisma de Occidente (1378-1417). La gran confusión dividió a los cristianos en dos obediencias: a Roma y a Aviñón. Era inevitable que aun espíritus rectos, como Vicente Ferrer, estuvieran de parte del Papa ilegítimo. La buena fe de Vicente Ferrer se prueba con el hecho de que él hizo todo lo posible para solucionar el gran conflicto y restituir así la unidad a la Iglesia. Recorrió toda Europa, entusiasmando con su gran oratoria a las muchedumbres de fieles, atraídos también por un fenómeno especial: al predicador dominico -que sólo conocía el castellano, el latín y un poco de hebreo- le entendían todos los fieles de las diversas naciones a donde él iba, cada uno en su lengua, repitiéndose así el milagro de Pentecostés.

Auténtico predicador del mensaje cristiano, San Vicente recuperaba todo el vigor juvenil aun en avanzada edad tan pronto subía al púlpito o en los palcos improvisados en las plazas, porque las iglesias no eran suficientes para las grandes muchedumbres; y esto a pesar de no conmover al auditorio con palabras de esperanza, sino que fustigaba las costumbres con tono amenazador. Lograda la unidad del pontificado con el concilio de Constanza y con la elección de Martín V, Vicente recorrió el norte de Francia tratando de poner fin a la guerra de los Cien años. Murió el 5 de abril de 1419, durante la misión en Vannes, y fue canonizado por su compatriota Calixto III en 1455.

Oración

¡Amantísimo Padre y Protector mío, San Vicente Ferrer! Alcánzame una fe viva y sincera para valorar debidamente las cosas divinas, rectitud y pureza de costumbres como la que tú predicabas, y caridad ardiente para amar a Dios y al prójimo. Tú, que nunca dejaste sin consuelo a los que confían en ti, no me olvides en mis tribulaciones. Dame la salud del alma y la salud del cuerpo. Remedia todos mis males. Y dame la perseverancia en el bien para que pueda acompañarte en la gloria por toda la eternidad. Amén.
Tres Padrenuestros a San Vicente Ferrer pidiendo por las necesidades de todos sus devotos.

(http://www.es.catholic.net/santoraldehoy/)

04 abril, 2016

San Isidoro de Sevilla

 


¡Oh!, San Isidoro de Sevilla, vos, sois el hijo del Dios
de la vida y su amado santo y, quiso Él, que, de “santos”,
vuestra familia fuera. Y, bastó ello, para convertiros
en hombre sabio y prudente, y, que, ensalzasteis al Dios
eterno con exégetas escritos sobre cada uno de los Libros
de la Sagrada Biblia, cuya lectura os encantaba, amabais
y recomendabais su lectura a los fieles del tiempo vuestro.
Las viejas calles de Sevilla, saben de vos y del amor a
los pobres, que en sí, sustento vuestro era, el tiempo
todo. Sin duda alguna, vos, el “verdadero puente” fuisteis
entre la Edad Antigua y la Edad Media. Vos, aunque fuisteis
el obispo más sabio de vuestro tiempo, ello no os quitó
el sueño y os dedicasteis a amar a Dios con toda vuestra
fuerza. Dueño de la mejor biblioteca de la nación, varios
libros escribisteis, entre ellos “Las Etimologías”, conocido
como el “Primer Diccionario” que en Europa se hizo. También
escribisteis “La Historia de los Visigodos” y biografías
de hombres ilustres. San Ildefonso, dice de vos así: “la
facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que
las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos
quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que
se obtenía al oír sus enseñanzas”. Cuando sentisteis que
abandonaríais este mundo, pedisteis perdón públicamente
por todas las faltas de vuestra vida pasada y suplicasteis
al pueblo, que rogara por vos, a Dios. Y, así, cuando todo
fue hecho, y vos, habíais gastado vuestra en vida, en buena
lid, Dios, os recogió para cubrir vuestra alma de gloria y
eternidad, como justo premio a vuestra entrega de amor y fe;
¡oh!, San Isidoro de Sevilla; “vivo regalo del Dios de la Vida”.


© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado

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4 de abril en Perú
San Isidoro de Sevilla
Arzobispo
(año 636)


Isidoro significa: “Regalo de la divinidad (Isis: divinidad. Doro: regalo)”. Nació en Sevilla en el año 556. Era el menor de cuatro hermanos, todos los cuales fueron santos y tres de ellos obispos. San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina se llamaron sus hermanos.

Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación obteniendo que Isidoro adquiriera el hábito o costumbre de dedicar mucho tiempo a estudiar y leer, lo cual le fue de gran provecho para toda la vida.

Al morir Leandro, lo reemplazó Isidoro como obispo de Sevilla, y duró 38 años ejerciendo aquel cargo, con gran brillo y notables éxitos.

Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación. Escribió varios libros que se hicieron famosos y fueron muy leídos por varios siglos como por ej. Las Etimologías, que se pueden llamar el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió La Historia de los Visigodos y biografías de hombres ilustres.

San Isidoro es como un puente entre la Edad Antigua que se acababa y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y especialísimamente en España, y su ejemplo llevó a muchos a dedicar sus tiempos libres al estudio y a las buenas lecturas.

Fue la figura principal en el Concilio de Toledo (año 633) del cual salieron leyes importantísimas para toda la Iglesia de España y que contribuyeron muy fuertemente a mantener firme la religiosidad en el país.

Se preocupaba mucho porque el clero fuera muy bien instruido y para eso se esforzó porque en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes. Dice San Ildefonso que “la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas”.

Su amor a los pobres era inmenso, y como sus limosnas eran tan generosas, su palacio se veía continuamente visitado por gentes necesitadas que llegaban a pedir y recibir ayudas.

De todas las ciencias la que más le agradaba y más recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió unos comentarios acerca de cada uno de los libros de la S. Biblia. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636.
La Santa Sede de Roma lo declaró “Doctor de la Iglesia”.

 (http://www.ewtn.com/SPANISH/Saints/Isidoro.htm)

03 abril, 2016

Fiesta de la Divina Misericordia

 




¡Oh!, Jesús Divina Misericordia

¡Misericordia del Padre!
En las obras Corporales y Espirituales
En los corazones de vuestros discípulos
Y en los hombres de hoy
El camino sois Vos y ninguno más
Misericordia de paz gritamos hoy
«Como El Padre me ha enviado, así también os envío yo»
«Paz a vosotros” dijisteis a vuestros discípulos
Vuestra Paz, es la que anhelan los hombres hoy
Porque vuestra misericordia es eterna
¡Oh!, Jesús Divina Misericordia, en Vos, confío.

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
 


Fiesta de la Divina Misericordia  
Segundo Domingo de Pascua


“La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia” (Diario, 300)

La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos … “y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia” (Diario, 723). En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones… “porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil” (Diario, 742).


Con el fin de celebrar apropiadamente esta festividad, se recomienda rezar la Coronilla y la Novena a la Divina Misericordia; confesarse -para la cual es indispensable realizar primero un buen examen de conciencia-, y recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta de la Divina Misericordia.

La escencia de la devoción

La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:

1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor.

Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: “Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina”.


2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.

“Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad”.


3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.

“Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia”.


4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.

“Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio”.


5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia
al día.


“Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas”.

La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia

Una propuesta de Santa Faustina Kowalska

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».


Ya el Papa lo había anunciado durante la canonización de Sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros».


Sin embargo, el Papa no había escrito estas palabras, de modo que no aparecieron en la transcripción oficial de sus discursos de esa canonización.


Santa Faustina, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa le dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»).


Los apóstoles de la Divina Misericordia están integrados por sacerdotes, religiosos y laicos, unidos por el compromiso de vivir la misericordia en la relación con los hermanos, hacer conocer el misterio de la divina misericordia, e invocar la misericordia de Dios hacia los pecadores. Esta familia espiritual, aprobada en 1996, por la archidiócesis de Cracovia, está presente hoy en 29 países del mundo.


El decreto vaticano aclara que la liturgia del segundo domingo de Pascua y las lecturas del breviario seguirán siendo las que ya contemplaba el misal y el rito romano.

(https://www.aciprensa.com/recursos/fiesta-de-la-divina-misericordia-segundo-domingo-de-pascua-2120/)

San Ricardo de Chichester




¡Oh!, San Ricardo de Chichester, vos, sois el hijo del Dios
de la vida, su amado santo y obispo, que, por la realeza
maltratado, os sentisteis todo el tiempo afable y generoso
en ayudar a los pobres y menesterosos. Vivía, en vuestro
tiempo el clero, en los lujos transitorios que el poder da
y el pueblo, en cruel y galopante miseria, además de triste,
y resignado por su ignorancia y sumido en la superstición.
Ante ésta situación, alzasteis vuestra bandera, de justicia
y moral, para luchar contra aquél mal, para restablecer
lo perdido y, de manera especial, contra los avaros. Obispo
vagabundo fuisteis, en vuestra legítima diócesis, e hicisteis
de obispo misionero, a pie, y viajando para la palabra de Dios
diseminarla entra las casas de pescadores y además, catequizar
a gente los humilde, compartiendo de olla, los alimentos.
El poder y los vicios de vuestra época, condenasteis con gran
energía y, a cabo llevasteis, una pastoral de amor y de fe,
con el evangelio de Cristo. Todo un escándalo para altos
eclesiásticos que gustan de fastuosidades y de monjes que
disfrutan de buena mesa! Condenasteis los abusos de poder y
los vicios de vuestra época, con energía y, de modo especial
presentasteis una defensa del derecho frente a la arbitrariedad
y al abuso de poder. Dios, jamás os abandonó y vos, habiendo
gastado vuestra santa vida en buena lid, voló, vuestra santa
alma al cielo en la casa asilo “Mas Dieu” para sacerdotes
pobres y peregrinos, y, ella, coronada fue con corona de luz
como justo premio a vuestra entrega de amor increíble y fe,
gran navegante a contra corriente por la verdad la justicia;
¡oh!, San Ricardo de Chichester, “viva misericordia de Dios”.

© 2016 Luis Ernesto Chacón Delgado

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3 de Abril
San Ricardo de Chichester
Obispo

Martirologio Romano: En Chichester, en Inglaterra, san Ricardo, obispo, que, desterrado por el rey Enrique III y restituido después en la sede, se mostró generoso en ayudar a los pobres (1235).



Etimológicamente: Ricardo = Aquel que es un líder, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 22 de enero de 1262 por el Papa Urbano IV.

A finales del siglo XII nace Ricardo, en Wyche, en una familia de trabajadores del campo. Choca la austeridad y dureza permanente de su vida con el estilo de los grandes de su tiempo. Los obispos son “lores” y amantes de los cuidados humanos; los monjes abundan en la prosperidad y el lujo; los nobles son ambiciosos y en el trono se aprecia una corriente fuertemente regalista. La clase baja del pueblo es pobre y está sumida en la ignorancia y en la superstición. Ricardo es enérgico e intransigente cuando se tratan asuntos en los que está presente la injusticia, la inmoralidad o la avaricia.

Posiblemente esta condición natural en él sea lo que le lleva a un distanciamiento, cuando no rechazo de los poderosos. El caso es que la austeridad vivida en casa de sus padres -cuando fue niño- debió prepararle para la misión que había de desempeñar de adulto.

Marcha a estudiar a Oxford donde tiene buenos maestros franciscanos y dominicos; y como los recursos no estiran más, pasó hambre y frío. Una corta estancia en París y vuelta a Oxford, graduándose en Artes. En Bolonia aprende durante siete años los cánones, haciendo lo que hoy llamaríamos la carrera de Derecho. Cuando vuelve a Oxford es nombrado Canciller de la Universidad, Canciller del arzobispado de Canterbury y también de Lincoln, donde estaba de obispo su antiguo amigo y profesor Grosseteste. Ejerce la docencia en Orleáns por dos años y allí se ordena sacerdote.

El Arzobispo de Canterbury lo nombra obispo de Chichester, a la muerte del obispo Ralph Neville. Y aquí comienza una etapa de dificultades mayores y de vigoroso testimonio.

El rey Enrique III, que se apodera por sistema de los beneficios eclesiásticos vacantes, se opone rotundamente a esta elección. Además, prefiere para la sede libre a Roberto Passelewe por razones de “erario real”. Interviene el papa Inocencio IV que está presidiendo en este tiempo el concilio de Lyon, confirmando el nombramiento de Ricardo y consagrándolo personalmente, el 5 de marzo de 1245. Pero esto pone peor las cosas. Y es que el alto prestigio adquirido por el papado desde el siglo IX ha venido a menos desde que se hundió la Casa de Hohenstaufen y los papas se han inclinado hacia Francia; la rivalidad existente entre Inglaterra y Francia provoca de rebote reacciones contra Roma que se manifiestan en un fuerte nacionalismo inglés, en la resistencia del trono a aceptar las decisiones del papa y en intransigencias e intromisiones en las materias mixtas. Hasta los Legados pontificios son mal recibidos, si no ignorados, en la corte inglesa.

En estas circunstancias, el nombramiento de Ricardo ha caído, humanamente, en mal momento. El rey ha mandado cerrarle físicamente las puertas del palacio episcopal y ha prohibido darle cobijo y dinero. El temor de la gente a la venganza real lleva a que se vea a Ricardo-obispo vagabundo por su legítima diócesis, haciendo de obispo misionero, viajando a pie y desprovisto de servicio. Debía ser una estampa curiosa en la época en que los obispos eran “lores” y jamás trabajaban sin séquito. Visita las casas de los pescadores y catequiza a los humildes con quienes comparte alimento. ¡Todo un escándalo para altos eclesiásticos que gustan de fastuosidades y de monjes que disfrutan de buena mesa! Condena los abusos de poder y los vicios de la época con extraordinaria energía; de modo especial presenta una defensa a ultranza del derecho frente a la arbitrariedad y al abuso de poder; predica la doctrina evangélica frente al nepotismo reinante.

Fueron ocho años de obispo en que supo mantenerse, con fortaleza, libre de presiones. De hecho, nadie se explica cómo fue posible reunir una y otra vez a su Cabildo para sacar adelante las Constituciones que son de esa época y sientan los modos de hacer en adelante, señalando una praxis pastoral distinta y más adecuada a los principios evangélicos.

Murió en la casa-asilo -“Mas-Dieu”- para sacerdotes pobres y peregrinos, a los 55 años.

Navegar contra corriente tiene sabor de Evangelio, pero precisa rectitud, austeridad y disposición a aceptar el sufrimiento.
(http://www.es.catholic.net/santoraldehoy/)

02 abril, 2016

San Francisco de Paula





 ¡Oh!, San Francisco de Paula, vos, sois el hijo del Dios
de la vida y su amado santo. Fundador de los “Mínimos
de Calabria” y ermitaño de vida. Prescribisteis a vuestros
discípulos que, sólo de limosnas viviesen, sin tener
propiedad alguna, ni al dinero apego, y que, en sus días,
de alimentos cuaresmales viviesen. Y, claro, vos, honor h
aciendo al significado de vuestro nombre: “el abanderado”,
así lo fuisteis, pues en guía seguro de vuestros “Mínimos”
os convertisteis en todo género de cosas. Vos, vestisteis
franciscano hábito, a temprana edad y, habiendo desaparecido
de pronto, un cazador, os descubrió alojado en una cueva
en la montaña. Vuestra fama de santo y de vuestros milagros,
llamó a los jóvenes a imitaros en vuestra vida. Pan, agua
pescado, y verduras eran vuestros diarios alimentos. Y,
quiso Dios, que después de haber gastado vuestra santa vida,
en buena lid, que marchase vuestra alma al cielo en un día
especial: ¡Un Viernes Santo glorioso!, para coronado ser
con corona de luz y eternidad, como justo premio, a vuestra
eterna y terrena cuaresma. Santo modelo de valentía para
denunciar “las malversaciones de los poderosos” y además
Santo Patrono de todos los hombres que laboran en la mar;
¡Oh!, San Francisco de Paula; “vivo amor, fe y luz de Cristo”.

 

© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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2 de Abril
San Francisco de Paula
Eremita y Fundador de la Orden
de los Mínimos en Calabria


Martirologio Romano: San Francisco de Paula, ermitaño, fundador de la Orden de los Mínimos en Calabria, prescribiendo a sus discípulos que viviesen de limosnas, no teniendo propiedad ni manipulando dinero, y que utilizasen sólo alimentos cuaresmales. Llamado a Francia por el rey Luis XI, le asistió en el lecho de muerte, y célebre por la austeridad de vida, murió a su vez en Plessis-les-Tours, junto a Tours (1507).

Etimológicamente: Francisco = el abanderado, de origen germano. Fecha de canonización: En 1519 por el Papa León X.

Francisco nació en Paula, región de Calabria (Italia) en el año 1416, y es uno de los más jóvenes fundadores de órdenes religiosas que recuerda la historia.

A los trece años vistió el hábito franciscano, pero dos años más tarde desapareció. Después de algunos años lo descubrió un cazador en un refugio en las ásperas montañas cerca de Cosenza.

La fama de su santidad y de sus milagros atrajo a un buen número de jóvenes deseosos de seguir su ejemplo, con los cuales fundó la Orden de los Mínimos o Ermitaños de san Francisco de Asís.

Los invitó a la penitencia, reduciendo su alimentación durante los 365 días del año a pan, pescado, agua y verduras.

Pero las duras penitencias no acortaron su vida, pues vivió hasta la edad de 91 años. Murió un viernes santo, el 2 de abril de 1507, mientras se encontraba en Francia, en Plessis-les-Tours.

Fue canonizado por el Papa León X en 1519, a los doce años de su muerte, y aún hoy se le propone no sólo como modelo de penitencia, sino también -como dijo Pablo VI el 27 de mayo de 1977- como modelo de valentía para denunciar “las malversaciones de los poderosos”.

Una vez el pobre fraile, flaco y agotado por los ayunos, iba de Cosenza a Reggio Calabria y de aquí necesitaba pasar el estrecho de Mesma, pues se dirigía a Sicilia. Como ninguno de los barqueros quiso llevarlo, el santo extendió su manto y sobre él navegó por el mar hasta Mesina. El prodigio le ganó la reputación de taumaturgo y el título de patrono de los marineros. La vida de este austero santo, que vivió entre honores siquiera sin darse cuenta, está llena de milagros. Su fama superó los confines de Italia y llegó hasta Francia, a donde Luis XI quiso que el Papa lo enviara para que lo curara de una grave enfermedad.

El humilde fraile, avisado por un enviado pontificio, emprendió el viaje a Francia. Cuando llegó a París no le restituyó al rey la salud que pedía, pero sí le dio la del alma: lo reconcilió con Dios y lo convenció a aceptar su Santísima voluntad. Antes de morir, Luis XI lo nombró director espiritual del hijo y sucesor Carlos III.

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01 abril, 2016

Madre Angélica: Ángel de Dios




 
Madre Angélica

(Canton, Ohio, 20 de Abril 1923- Hanceville, Alabama, 27 de marzo 2016)

¡Oh! Madre Angélica,
Vos, sois la hija del Dios de la Vida
Y su amada sierva que bajó del cielo hecha Ángel del Señor.

 Desde Santa Teresa de Lisieux
Milagro para una nueva vida
Y en las Clarisas Pobres de la Adoración Perpetua
Os llamaron “Hermana María Angélica de la Anunciación”
Convertida así en Esposa del Dios Vivo y Perpetua Sierva de María.

 Os lesionasteis la espalda y os dijeron que perderíais la movilidad de las piernas
Entonces a Dios prometisteis de que si os sanaba
Un monasterio construiríais en los Estados Unidos
Y Dios os curó y vuestra promesa también fue cumplida.

Por Santa Clara de Asís:
Las “Clarisas Pobres de Adoración Perpetua”
Y con cinco monjas vuestras desde la cochera de vuestras hermanas:
EWTN para evangelizar al mundo con la Verdad nació.

Por San Francisco de Asís:
Los “Misioneros Franciscanos del Verbo Eterno”
Y en el cielo alegría plena de Dios Eterno.

Y cumplida la tarea voló el Ángel del Señor al cielo
En plena Resurrección de Cristo
¡Qué premio más sublime!
¡Qué premio más justo!
¡Qué premio más dulce!
¡Oh!, Madre Angélica
“Palabra e Imagen Eterna del Dios Vivo”.

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© 2016 by Luis Ernesto Chacón Delgado