13 agosto, 2013

Santos Ponciano e Hipólito, Papa y presbítero

 
Oh, Santos Ponciano e Hipólito,
Papa y presbítero, vosotros sois
los hijos del Dios de la vida, y,
sus amados santos y, que, juntos
a Cerdeña, fueron deportados y,
con condena igual, sus vidas santas
entregaron al Dios de la vida.
Vos, Ponciano, renunciasteis a
vuestro cargo y, otro tanto, vos,
Hipólito, para lo mantener la
unión de la nuestra santa Iglesia
en aquellas circunstancias. Pero,
Dios, sabedor de todo futuro, no
os dejó de lado, y previsto, tenía
que vosotros se unirían en una
sola confesión de fe. Y así, fue.
La muerte de martirio encontraron,
pero, vuestras almas, al cielo
volaron para coronadas ser luz
y eternidad, como justo premio
a vuestro pensar y claro actuar;
oh, Santos Ponciano e Hipólito, “luces”.
 
© 2013 by Luis Ernesto Chacón Delgado
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13 de Agosto
Santos Ponciano e Hipólito, Papa y presbítero
Mártires.
 
Martirologio Romano: Santos mártires Ponciano, Papa, e Hipólito, presbítero, que fueron deportados juntos a Cerdeña, y con igual condena, adornados, al parecer, con la misma corona, fueron trasladados finalmente a Roma, Hipólito, al cementerio de la vía Tiburtina, y el papa Ponciano, al cementerio de Calisto (c. 236).
 
Al llegar Ponciano a la Cátedra de Pedro, en el año 230, encontró a la Iglesia dividida por un cisma, cuyo autor era el sacerdote Hipólito, un maestro afamado por su conocimiento de la Escritura y por la profundidad de su pensamiento. Hipólito no se había avenido a aceptar la elección del diácono Calixto como papa (217) y, a partir de ese momento, se había erigido en jefe de una comunidad disidente, estimando que él representaba a la tradición, en tanto que Calixto y sus sucesores cedían peligrosamente al último capricho.
 
El año 235 estalló la persecución de Maximiano. Constatando que los cristianos de Roma se apoyaban en los dos obispos, el emperador mandó que arrestasen a ambos, y les condenó a trabajos forzados.
 
Para que la Iglesia no se viera privada de cabeza en circunstancias tan difíciles, Ponciano renunció a su cargo e Hipólito hizo otro tanto.
 
Deportados a Cerdeña, se unieron en una misma confesión de fe, y no tardaron en encontrar la muerte. Después de la persecución, el papa Fabián (236-250), pudo llevar a Roma los cuerpos de ambos mártires. El 13 de agosto es precisamente el aniversario de esta traslación.
 
Pronto se echó en olvido que Hipólito había sido el autor del cisma. Sólo se tuvo presente al mártir y doctor, hasta tal punto que un dibujo del siglo IV asocia sus nombres a los de Pedro y Pablo, Sixto y Lorenzo.
 
 

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